“...El aspecto extraño que los cenotes ofrecieron a los primeros europeos que
pisaron suelo yucateco, no pudo menos que sorprenderles y, como todo era distinto
de lo que habían conocido en otras tierras, trataron de describirlo como algo casi
maravilloso y explicarlo con suma de imaginación y fantasía. Así pues, el severo fray
Diego de Landa nos dice:
1
Giraldo Díaz de Alpuche, en 1579, escribe:
...como es tierra muy llana, sin ríos, tiénese entendido que por
concavidades vienen de hacía las serranías que están lejos de aquí, ríos
que corren, y aparecen por estas bocas de estos cenotes que por sí
mismos se han abierto sin haberlos hecho hombres...
...Estos cenotes son de muy lindas aguas y muy de ver, que hay algunos
de peña tajada hasta el agua y otros con algunas bocas que les creó Dios,
que causaron algunos accidentes de rayos que suelen caer muchas veces,
o de otra cosa; y por dentro con lindas bóvedas de peña fina y en la
superficie sus árboles, de manera que en lo de arriba es monte y bajo
cenote, y hay algunos (en) que pueden caber y andar una carabela...
El agua es el elemento determinante del cenote, que sin este liquido, no es más
que una simple cueva. En Yucatán, las pocas aguas superficiales que durante
algunos meses se estancan en aguadas, sartenejas o akalchés, eran poco apreciadas
por los mayas que sólo acudían a ellas en caso de absoluta necesidad, ya que ...los
naturales no beben de ellas por decir que el agua de ellas es enferma, y así las que
hay están en despoblados... Hernando de Bracamonte confirma el hecho diciendo:
El agua de los cenotes era y es renombrada por su calidad, aunque por razones
prácticas, existían también muchos pozos cavados a mano.
Martín de palomar y otros encomenderos afirman que ...” el agua de estos cenotes
es más delgada que la de los pozos que se han abierto a mano”.
Sin embargo, el difícil acceso al agua en ciertos cenotes, obligó a cavar pozos
y en muchos casos, para la comodidad de los españoles, se perforaban en los patios
de las casas. En muchos pueblos, se agregaban norias que facilitaban el trabajo de
subir el agua.
2
J.M. de Regil refiere que en Nohcacab:
...solamente existen tres pozos para una población de 3,127 almas, las
dos haciendas y seis ranchos de su comarca con 808 almas, dependen
igualmente de estos pozos para su surtimiento, y es así que para su
cuidado, treinta individuos con el nombre de alcaldes de pozo, se eligen
cada año, y prestan sus servicios sin ningún emolumento o interés.
(Estadística de Yucatán, 1853).
... a veces suele dar en el pedernal, y cuando esto sucede tómase por
remedio de dar fuego a la piedra y después tornar a cavar con los picos,
porque con este medio se ablandan...
El agua de los pozos ...”es algo gruesa aunque sana y es tierra que donde
quiera que cavan pozos hallan agua a ocho y nueve brazas según la distancia que
hay de la tierra a la mar.”
... se crían unos pescados negros que en lengua española llaman bagres y
en lengua de estos indios llaman ahlu (ahlu´ub), mueren al anzuelo y con
nasas, y en algunos de estos cenotes se cría otro género de pescado que
en nuestra lengua se llama mojarra y en lengua de estos indios llaman
chec (chek).
La presencia de estos peces fue explicada diciendo que a raíz del diluvio
pasado, los peces quedaron atrapados en los cenotes (Hernando Bracamontes. RY.
I:287 mientras que para otros, eran la prueba de que existían ríos subterráneos en
los que se criaban estos peces (Juan de Magaña RY I:148).
3
tiempo aún a mirar a sus mujeres ni aquellas que les llevaban de comer,
y esto hacían para, llegándose a la boca de aquel cenote, arrojan dentro
al romper el alba algunas indias de cada señor de aquellos, a las cuales
les habían dicho pidiesen buen año y todas aquellas cosas que a ellos les
parecía, y así arrojadas estas indias sin ir atadas, sino como arrojadas a
despeñar, caían en el agua dando gran golpe en ella, y al punto del
mediodía la que había de salir daba grandes voces le echasen una soga
para que la sacasen, y subida arriba medio muerta le hacían grandes
fuegos a la redonda, sahumeándola de copal, y volviendo en sí decía que
abajo había muchos de su nación, así hombres como mujeres, que la
recogían, y que alzando la cabeza a mirar a alguno de éstos, le daban
grandes pescozones para que estuviese inclinada la cabeza abajo, lo cual
era todo dentro del agua, en la cual se figuraba muchas socarreñas y
agujeros y respondíanle si tendrían buen año o malo según las preguntas
que la india hacía, y si el demonio estaba enojado con algunos de los
señores de los que echaban a las indias, ya sabían que no pidiendo la
sacasen al punto del mediodía era que estaba con ellos enojado y esta tal
no salía más, que parece en esto figura de lo que acaecía en la cueva de
Salamanca. Entonces, visto que no salía, todos aquellos de aquel señor y
él mismo arrojaban grandes piedras dentro del agua y con grande alarido
echaban a huir de allí.
Diego López de Cogolludo relata algunas creencias relativas a los cenotes. Así
pues, Dice:
...“no falta quien afirme, que tener esta tierra tantas bocas de esta forma, es
causa de que haya en ella muy pocos temblores”... (Cogolludo. I:317). Cada cenote
tiene así sus propias leyendas:
4
...en el pueblo de Chunhuhú, camino de Bakhal´al hay un pozo con cuya
agua cualquier cosa se cuece, como los demás, pero no los frijoles...
aunque les den cuanto fuego puede imaginarse, siempre están duros
(I:318)
...”Una pareja que no tenía hijos encontró en un cenote a una niña que se llamó
Nicté-Já (flor de agua). La niña creció muy bella y un guerrero la quiso hacer suya.
La bella Nicté-Já cayó al agua, que tomó lo que era suyo. Su cuerpo apareció
flotando y de su boca brotaban flores blancas que dos palomas esparcían sobre el
agua. En noches de luna, Nicté-Já canta en el cenote, mientras el guerrero maldito
sigue corriendo en los bosques”.
...”El gran sacerdote de Chichén Itzá, Ah Kinxoc, tenía una hermosa hija llamada
Oyamal. Dos príncipes hermanos, Ac y Gay, se enamoraron de ella. Gay fue el
elegido pero en su ira, Ac encerró a Oyamal en el claustro de Chichén Itzá, y a Gay
en las grutas de Kauá. Gay recorrió el laberinto subterráneo hasta llegar al claustro,
pero Ac sorprendió a la pareja que logró esconderse en la gruta donde todavía
permanece y en las noches de xac (enero), se oye una voz que dice ¡Yacumá! (te
amo)”.
...”La mujer maya que no es correspondida por el hombre que ama, compra un
cántaro de barro de Izamal, donde está sepultado el cuerpo de Zamná e
inclinándose sobre la boca del pozo de su casa, cuenta nueve veces sus penas en la
boca del cántaro. Como el agua corre bajo la tierra por todas partes, llegará pronto
a la boca del hombre amado y le hará entrar en razón. Pero si la mujer ha
desperdiciado el agua o se ha expresado mal de ella, el dueño del pozo se quedará
silencioso y no la ayudará. Por eso la mujer maya nunca desperdicia el agua y
nunca se queja de ella aunque le caiga un diluvio encima”...
Muchos seres fantásticos, como los aluxes, viven o están relacionados con los
cenotes. Landa suponía que los cenotes se formaban al caer un rayo. Creencias
similares tenían los mayas, como trasluce en la creación del cenote Xlacah de
Dzibilchaltún (Folan. 1970:197). ...”Un hombre viejo y cansado y acudió a la casa
de su hijo para pedirle un pedazo de pan. El ingrato hijo, a pesar de disfrutar de
5
muchas comodidades, negó la comida a su padre. Dios tomó la apariencia del viejo
y fue a pedir ayuda al hijo, quien volvió a negarse. Entonces, Dios, para castigar al
ingrato, hizo caer un rayo sobre su casa, se hundió el suelo y se formó el cenote
Xlacah”... “Una leyenda similar existe para explicar el nacimiento de un cenote
existente cerca de la hacienda Citia (Trujillo de Echánove.:12) En este caso fue la
madre quien pidió ayuda a su hijo y el castigo fue el hundimiento de su casa. La
creencia de que los túneles de los cenotes se conectan con lugares sagrados, es
también frecuente. En Dzibilchaltún, Santa Ursula vivió en el cenote Xlacah hasta
que emergió del mismo y se fue a vivir en la capilla que está en medio de la antigua
ciudad. De ahí, su imagen fue trasladada a la iglesia de Chablekal, los habitantes de
este pueblo dejaron a una niña en la capilla de Dzibilchaltún, reflejando con eso las
antiguas prácticas de los sacrificios a cambio de favores solicitados. La hermana
mayor de Santa Ursula todavía vive en el cenote y la menor, llamada Concepción,
dejó también el cenote y se fue a Izamal. Entre los habitantes de Chablekal, existe
la creencia de que un sacbé unía su pueblo con Izamal. Recordemos que el cenote
Kaua comunicaba, según las tradiciones, con Chichén Itzá. Otras tradiciones
similares existen en diversos lugares de Yucatán, como lo relata J.M. Regil
refiriéndose a la gruta de Xcoh, a una legua de Nohcacab, cuyos túneles corren de
siete a ocho leguas hasta llegar al pueblo de Maní, residencia real del último Tutul-
Xiu”.
En la actualidad, la relación existente entre los campesinos mayas y los
cenotes sigue siendo mágica ya que los cenotes, además de su uso práctico, siguen
siendo lugares sagrados. El agua de los mismos, considerada virgen o pura, porque
no ha sido corrupta por la luz, es utilizada por ejemplo, en las ceremonias que se
realizan para atraer la lluvia, el chachaac. Cuando el sitio de la ceremonia se
encuentra a corta distancia del cenote, el agua, para conservar su poder, es traída
en ciertos casos por una tubería instalada ex profeso para el ritual.
6
LIBRO “CENOTES Y GRUTAS DE YUCATAN”
(EDITADO POR EL GOBIERNO DEL ESTADO DE YUCATÁN 1999)
(Primera Edición)
Exploraciones
“...En Yucatán, las visitas a las cuevas y cenotes se iniciaron con los primeros
viajeros quienes, además de admirar las bellezas naturales que descubrían,
mencionaban a veces, sin prestarles mucha atención, pinturas y objetos que allí
encontraban. Edward H. Thompson fue el primero en realizar exploraciones y
excavaciones en cuevas y cenotes y su nombre quedó ligado al de los Sacrificios, en
Chichén Itzá.
Pero las exploraciones más importantes de fines del siglo pasado fueron sin
duda aquellas realizadas por la expedición Corwith para la Universidad de
Pennsylvania y financiadas por el propio J.W. Corwith. La visita a Yucatán fue
sugerida por A. Heilpsin, de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia,
conocedor de la Península y que en 1891 había publicado un trabajo titulado
Geological researches in Yucatán. El grupo no sólo exploró 29 cuevas en la sierra de
Ticul (Xpuxil, Sayab, Chambak, Jeh, Oxkintok, Chekt-aleh, Xmak, Lara, Negro,
Rancho Chac, Loltún, Sitz, Tzuzui, Coyoc, Chanz, Coyoc, Pantac, Intul, Chumya,
Mulco, Tiplamas, Maní, Cush-hu, Petcot, Has, Kobak, Kot Muñoz, Xkokikan, otra
cueva vecina, Sabaka), sino que realizó excavaciones en diez de ellas (Spukil,
Sayab, Oxkintok, Chekt-aleh, Xmac, Lara, Loltún, Coyoc, Tiplamas y Sabaka)
dejando tres más sin excavar (Chanbak, Rancho Chac y Xkokikan) consideradas de
importancia arqueológica. La temporada de exploración se realizó durante el
principio del año 1895. El informe de esta exploración fue publicado por el jefe de la
misma, Henry C. Mercer Curador del Museum of American and Prehistoric
Archaeology de la Universidad de Pennsylvania, bajo el título The Hill-Caves of
Yucatán, en 1896.
7
informes han sido publicados relativos a las distintas temporadas de trabajo,
destacando entre los hallazgos, la gran antigüedad de los restos paleontológicos
encontrados (mamut y caballos entre otros), así como de la presencia humana.
Muchas otras cuevas y cenotes han sido estudiados con fines arqueológicos,
como el cenote X-coton, de Mayapán, la gruta Chac, la cueva de Dzibichén cerca de
Yokdzonot, la gruta de Xcan, la cueva de Xcatil. Algunas cuevas del Puuc fueron
visitadas por Veronique Breuil y otras en la zona de Oxkintok por la Misión
Arqueológica de España en México. Sin embargo, una cueva y un cenote atraen
particularmente la atención: el cenote Xlacah de Dzibilchaltún y la gruta
Balankanchén, cerca de Chichén Itzá. En el primero, los exploradores del National
Geographic alcanzaron una profundidad de 144 pies, o sea, unos 45 metros desde la
superficie recogiendo una multitud de fragmentos de tiestos de barro y algunos
objetos enteros.
8
absoluta de mujeres. Este ritual fue descrito por Alfredo Barrera Vásquez, y Ramón
Arzápalo tradujo al español el largo recitativo y oraciones en maya.
F.G. Hall propuso una primera clasificación de los cenotes por tipos. Distingue
cuatro tipos, (Fig. 1): 1: En forma de cántaro, 2: de paredes verticales; 3: en forma
de aguada y 4: en forma de caverna. Hall utiliza para explicar los tipos 1 y 2, el
modelo propuesto en 1910 por L.J. Cole. A su vez, Pearse, en 1938, propone una
clasificación más completa con 24 variables que resulta demasiado complicada para
su uso práctico. Las dos expediciones mencionadas identificaron 306 especies
animales en cuevas y cenotes, de las cuales 78 eran desconocidas hasta entonces y
son definitivamente endémicas.
9
1 2 3 4
Para concluir los estudios biológicos de los cenotes, mencionaremos los trabajos
realizados por el entonces Departamento de Acuacultura y Biología marina, ahora
Facultad de Veterinaria y Biología de la Universidad Autónoma de Yucatán, que bajo
la dirección del biólogo Jorge Zamacona Evenes, publicó 11 monografías de especies
encontradas en los cenotes de Yucatán.”
10