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III

DiagnosticoCualitativo

Sobrelas Relaciones Familiares, Sistemas de


Creencias y Percepciones, Respectodela
Violencia Familiar y Sexual,
Huamanga, Huanta, La Mar y Vilcashuamán

Ayacucho Febrero 2005


Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social - MIMDES
Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual

Sobre las Relaciones Familiares, Sistemas de


Creencias y Percepciones, Respecto de la
Violencia Familiar y Sexual,
Huamanga, Huanta, La Mar y Vilcashuamán

AGRADECIMIENTOS

Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social - MIMDES


Programa Nacional Contra la Violencia familiar y Sexual

Ana María Romero Lozada Lauezzari


Ministra de la Mujer y Desarrollo Social

Elizabeth Querol Campos de Arana


Vice Ministra de la Mujer

Illian Hawie Lora


Dirección Ejecutiva del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual

Cooperación Técnica Belga - CTB

Yves Cordier
Representante Residente

Véronique Gérard
Responsable de Programas y Proyectos

Estela Santa Cruz Flores


Directora Programa Integral de Lucha Contra la Violencia Familiar y Sexual Ayacucho

Victoria Bedoya Wallace


Co-Directora Programa Integral de Lucha Contra la Violencia Familiar y Sexual Ayacucho

Investigador Principal
Lic. Yanet Flavia Palomino Madueño

Corrección de Estilo
José Manuel Rodríguez
INTRODUCCIÓN 5

I. CONTEXTO 7

II. ESTRATEGIA METODOLÓGICA 10


Objetivos de la investigación 10
Definiciones operacionales o marco conceptual 10
Metodología utilizada 13
Selección de los sujetos y características 17

III. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS 18

3.1. DATOS GENERALES DE LOS ENCUESTADOS(AS) 18


Estado civil 18
Nivel educativo 18
Actividad económica 19

3.2. RELACIONES FAMILIARES 20


Tipos de familia 20
Roles al interior de las familias: doméstico y económico 20
Niveles de comunicación 23
Crianza de los hijos e hijas 26
Toma de decisiones la interior de la familia 27
CONCLUSIONES 30

3.3. CREENCIAS SOBRE LAS QUE SE SUSTENTA LA VIOLENCIA FAMILIAR


Y SEXUAL 32
Estereotipos de género 32
Creencias acerca de los deberes de las mujeres 34
Creencias respecto de la sexualidad de hombres y mujeres 37
Creencias en torno al valor de la disciplina y del castigo 40
CONCLUSIONES 44

3.4. PERCEPCIONES SOBRE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL 46


Violencia física 46
Violencia psicológica 54
Violencia sexual 58
CONCLUSIONES 65

3.5. IMPACTO DE LA VIOLENCIA POLÍTICA SOBRE EL CAMPO DE LA


VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL 67

IV. CONCLUSIONES GENERALES SOBRE VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL


71

V. RECOMENDACIONES PARA LA INTERVENCIÓN DEL PROGRAMA 74


ANEXOS 76
Historia de vida 76

Ficha Técnica de Cuestionario 93

Guía de preguntas para las historias de vida 99

Guía grupos focales con adultos(as) 100

Guía para los grupos focales con niños, niñas y adolescentes 101
INTRODUCCIÓN

La violencia familiar es un grave problema de salud pública, que afecta en mayor medida
y crudeza a las mujeres, niñas y niños, por ser los sectores más vulnerables de nuestra
sociedad. Esta problemática se ha convertido en los últimos años en un grave conflicto
social, trabando capacidades y limitando el desarrollo. Este problema se asienta sobre
patrones históricos culturales de marginación, discriminación y ejercicio desigual del
poder, asimismo están influidas por las condiciones de precariedad económica y creencias
que la legitiman.

Desde la Conferencia Mundial de Derechos Humanos (Viena, 1993), donde se declara que
la violencia familiar es “incompatible con la dignidad y la valía de la persona humana y
por ello debe ser eliminada”, la atención al tema se ha hecho de manera paulatina y ha
ingresado a la agenda de las políticas públicas en el ámbito nacional e internacional.

En el Perú, esta problemática ha empezado a ser develada y atendida como un problema


social de salud pública, sobre todo en los últimos años, debido a la suscripción de la
Convención de Belén do Para en 1994, a la Plataforma de la Mujer en Beijing. A partir de
ello, en 1995, se crea el Ministerio de Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano
(PROMUDEH), ahora MIMDES, y se promulga la Ley Nº. 26260, Ley de Protección
contra la violencia familiar. Se diseña e implementa el Plan Nacional contra la Violencia
Familiar y se crea el Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual; y, en el
caso especifico de la región Ayacucho, el Programa Integral de Lucha Contra la Violencia
Familiar y Sexual en el marco del convenio entre el Reino de Bélgica y el Estado Peruano.

El estudio de la Línea de Base, realizado por el PILVFS, señala que más del 54% del total
de las mujeres sufren violencia física —59% en las zonas urbanas y 50.9% en la zona
rural—. Sin embargo, para el cumplimiento del objetivo del PILVFS, es necesario
profundizar, a través de estudios más precisos, cómo se vienen dando al interior de los
hogares las relaciones familiares y cuáles son los sistemas de creencias y percepciones
respecto de la violencia familiar y sexual en las zonas del ámbito del Programa. Todo esto
con el objetivo de diseñar e implementar acciones que combatan las creencias que
legitiman socialmente la violencia familiar y sexual.

Al estudiar cualquier fenómeno socioeconómico y cultural en el país y principalmente en


Ayacucho no podemos dejar de lado el fenómeno del conflicto armado interno, hecho que
nos tocó vivir desde 1980 hasta el 2000. Los que más sufrieron por este conflicto fueron
los sectores campesinos pobres y excluidos, que coincide con el mapa de la pobreza que
presenta nuestro país.
El objetivo del estudio es el de contar con información cualitativa sobre el tipo de
relaciones familiares que se dan en las zonas de estudio —provincias de Huamanga,
Huanta, La Mar y Vilcashuamán del departamento de Ayacucho—, el sistema de creencias
en el cual se basan y las percepciones en torno a la violencia familiar y sexual. Además de
conocer la influencia del conflicto armado interno en la configuración de la problemática
de la violencia familiar y sexual.

El estudio demandó trabajo de gabinete y de campo que nos permitiera recoger


información empírica de primera fuente acerca de cada uno de aspectos que debíamos de
trabajar. Producto del trabajo de gabinete, se contó con instrumentos para el recojo
ordenado de la información: Guía para los grupos focales —para adolescentes y
adultos(as)—, ficha técnica del cuestionario y guía de historias de vida.

El trabajo de campo se realizó del 09 al 16 de agosto de 2005, se contó con el apoyo de tres
trabajadoras sociales egresadas de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga,
dos estudiantes del último año de Trabajo Social de la misma Universidad y una
trabajadora social especialista en violencia familiar y sexual en calidad de asistente de
investigación con experiencia de trabajo con organizaciones sociales de base. Se garantizó
que el personal sea bilingüe, lo que facilitó la empatía con la población objetivo.

La dificultad que se tuvo para el levantamiento de información fue el escaso tiempo con el
que se contó, lo cual no ha permitido el análisis más exhaustivo de la información
recogida.
I. CONTEXTO

El Perú mejoró seis puestos en el ranking del Índice de Desarrollo Humano (IDH) 2005,
elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que mide los
logros de los países en materia económica, salud, educación y aumento en la esperanza de
vida. En el ranking del IDH elaborado con una base de 177 países, el Perú pasa al puesto
79, luego de que en el 2004 se ubicara en el puesto 85. El documento, publicado con datos
correspondientes a 2003, indica que el IDH peruano es de 0.762, lo cual representa un
incremento del que fue difundido el año pasado, de 0.752. En la actualidad el Perú es el
cuarto país más poblado de Sudamérica, el número de hijos por mujer es de 2.7, superior a
las medias continentales (2.5) y mundiales (2.1). El crecimiento demográfico de nuestro
país es muy desigual, pues existen departamentos como Loreto, Amazonas y Huánuco en
la selva; y Huancavelica, Ayacucho y Apurímac en la sierra, donde el número de hijos por
mujer es mayor de 4. En oposición, los departamentos con menor tasa de fecundidad son
Lima, Arequipa, Moquegua y Tacna con menos de 2.5 hijos por pareja, todos ellos
ubicados en la costa.

La región de Ayacucho tiene una población de 567,029, con una superficie de 43,814 Km2
y una densidad poblacional de 12,6 habitantes por Km2, donde la provincia de Huamanga
concentra el 35% de la población de la región. Su población se distribuye casi
equitativamente entre hombres y mujeres, con una leve diferencia numérica que favorece a
los hombres. En términos de grupos etáreos tenemos que un 39% se encuentra entre los 0 y
14 años; un 55% entre los 15 y 64, y solo un 7% de 65 a más años1. La región está incluida
dentro de los tres departamentos a nivel nacional, con los índices más altos de pobreza,
desnutrición infantil y analfabetismo. Un alto porcentaje de la población ayacuchana es
bilingüe, quechua-castellano. Sin embargo, en las zonas rurales, tanto adultos como niños
prefieren utilizar el quechua para comunicarse.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH)2 en el departamento de Ayacucho es de 0,5042, los


recién nacidos tienen una esperanza de vida de 67,1 años (64,1 para los hombres y 68 para
las mujeres) y un ingreso per cápita de 180,4 soles mensuales (318,1 para los hombres y
150,4 para las mujeres). Estas cifras hacen que el Índice de Desarrollo de Género en el
departamento sea de 0,488 (-0,008 que las cifras del informe anterior).

Los censos nacionales muestran el lento crecimiento poblacional del departamento, muy
por debajo de los promedios nacionales (-2%), durante el periodo intercensal 1981-1993.
Es importante resaltar el crecimiento demográfico de la ciudad de Huamanga, a
contracorriente del descenso poblacional del departamento de Ayacucho, pues logra
concentrar casi el 33% con un crecimiento intercensal del 27%, frente a Huanta con un
-15% y a La Mar con un -6%.

1 Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) - Perú: Estimaciones y Proyecciones de Población Total por Sexo,
Edades Simples y Años Calendario de 1990 al 2020, según departamentos. Boletín Especial Nº 17- Estimaciones preliminares.

2 PNUD, Informe de Desarrollo Humano del Perú, 2005.


La organización de la producción sigue siendo eminentemente rural, dedicándose a
actividades agropecuarias de subsistencia. El intercambio económico se realiza
principalmente en los distintos circuitos de ferias semanales y anuales, en las que los
comerciantes llevan productos de primera necesidad y la población campesina acude con
los suyos. En algunas actividades económicas Ayacucho tiene potencialidades, como en el
caso de la provincia de Vilcashuamán que presenta un potencial turístico, pues cuenta con
vestigios arqueológicos, que incluyen un importante tramo del Ccápacc Ñan, y ecológico,
por albergar los bosques más vastos de Puyas de Raymondi, que son un atractivo nacional
e internacional. La Mar tiene una importante producción agrícola como café, cacao, piña y
ajonjolí, (coca); Huanta tiene una producción importante de frutales como la lucma, palta,
destinada principalmente al mercado local y regional. En la selva y ceja de selva de ambas
provincias la producción más importante es la hoja de coca y sus derivados.

En Huamanga y en general en el ámbito urbano, conformado básicamente por la ciudad de


Ayacucho, en las capitales de provincia casi no existen industrias y las principales
actividades giran en torno al comercio, mayoritariamente en el sector de la economía
informal. Asimismo poseen una importante oferta de artesanías típicas y de alta calidad,
pues el trabajo de cerámica en arcilla y en piedra de Huamanga es muy valorado en el
mercado nacional e internacional. En cuanto a la cultura, cuentan con un vasto y variado
acervo folklórico que mueve una importante industria musical.

El conflicto armado interno que se inició en Ayacucho, uno de los departamentos más
pobres del país, produjo el mayor número de víctimas en ese departamento. Sin embargo,
la pobreza no explica por sí sola el estallido de violencia sin precedentes que vivió el país.
Es más preciso verla no solo como uno de los vectores importantes que contribuyó a
encender el conflicto y como telón de fondo sobre el cual se desarrolló, sino que hay que
verla también desde un enfoque de exclusión e inequidad social, las abismales diferencias
entre los que más tienen y los que menos tienen, no en vano el Perú es el país donde existe
la peor distribución de sus ingresos a nivel de América Latina y en el mundo.
Según los datos que nos da el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación
(CVR), de cada cuatro víctimas, tres fueron campesinos o campesinas cuya lengua materna
era el quechua, se trata según el mismo informe, de un sector de la población
históricamente ignorado por el Estado y por la sociedad urbana. Si bien la CVR no tuvo
bases para afirmar que se trató de un conflicto étnico, plantea que tiene fundamentos para
sustentar que en la base cultural existía un profundo desprecio a la población más
desposeída del país, evidenciado por los actores confrontados, además que ese sentimiento
de exclusión y de diferencia étnico racial se encuentra entretejido en cada momento de la
vida cotidiana de los peruanos3. Fue la región sur central del país, entre la que se encuentra
el departamento de Ayacucho, junto a Apurímac y Huancavelica, donde se registra la
mayor cantidad de víctimas entre 1980 y 2000 (10,686 que representan el 42.5% del total
de víctimas a escala nacional)4, además en estos departamentos se constata un descenso
poblacional sin parangón con otras regiones del país, explicado fundamentalmente en el
desplazamiento de su población por cuestiones de seguridad.
Las provincias norteñas de Huanta, Huamanga, La Mar y Vilcashuamán —junto a Víctor
Fajardo y Cangallo— son las provincias que fueron altamente afectadas. En términos
generales, el tejido social del departamento y particularmente de las provincias norteñas de

3
Informe Final de la CVR
4
Idem.
Ayacucho fue seriamente afectado por la violencia. Sin embargo, hay que resaltar que
también encontramos elementos positivos en el campo social, a partir de las redes
familiares principalmente; se recurrió a la solidaridad y a la cooperación, que son recursos
sociales característicos de la sociedad andina, y se conformaron nuevas organizaciones
entre las que se destacaron los comités de autodefensa y las organizaciones de base de las
comunidades; en su conjunto estas organizaciones sustentaron la resistencia y la defensa y
luego la ofensiva contra los grupos subversivos.

Si bien la violencia familiar existió desde periodos previos a la violencia política, esta se
paralizó y hasta disminuyó en pleno contexto de guerra, porque se priorizaba la defensa de
la vida. En el periodo posconflicto cobra características particulares de crecimiento porque
esta generó nuevas condiciones económicas —profundización de la pobreza—,
psicosociales —deterioro de la salud mental y recurso permanente a la violencia en las
relaciones interpersonales— y culturales —cambios conflictivos intergeneracionales en la
estructura y relaciones familiares, deterioro de patrones de crianza y socialización—.

En este contexto, uno de los problemas que preocupa enormemente es el crecimiento de la


violencia social como secuela del conflicto armando interno, delincuencia común,
pandillaje y abigeato. Esto pone en cuestión condiciones de seguridad ciudadana y de
desarrollo humano, problemas hasta hoy insuficientemente estudiados y por tanto
abordados.

La violencia familiar es uno de los problemas sociales de mayor preocupación debido a su


ubicación en el escenario de lo “privado”. Su alarmante crecimiento y su invisibilización,
aunada a la alta tolerancia social, convive muchas veces con la complicidad de las propias
afectadas.
II. ESTRATEGIA METODOLÓGICA

Objetivos de la investigación

General:
Contar con un estudio de corte cualitativo sobre las relaciones familiares, los
sistemas de creencias y las percepciones sobre la violencia familiar y sexual en el
departamento de Ayacucho.

Los objetivos específicos son:

• Determinar y describir las diversas formas y los tipos de relaciones familiares


que se dan al interior de los hogares de la población beneficiaria del programa.
• Determinar y describir el sistema de creencias con relación a la violencia
familiar y sexual, según sexo, edad, condición socioeconómica, ámbito rural y
urbano en las provincias de Huamanga, Huanta, La Mar y Vilcashuamán del
departamento de Ayacucho.
• Determinar el grado de percepción de la violencia familiar y sexual entre la
población de las provincias de Huamanga, Huanta, La Mar y Vilcashuamán del
departamento de Ayacucho.
• Determinar si el conflicto armado interno ha influido en la configuración de la
problemática de la violencia familiar y sexual en las provincias de Huamanga,
Huanta, La Mar, del departamento de Ayacucho.

Definiciones operacionales o marco conceptual


Enfoques Transversales
a) Interculturalidad
La interculturalidad refiere a la interacción comunicativa que se produce entre dos o
más grupos humanos de diferentes culturas. Se centra en el contacto y la
interacción, la mutua influencia y el sincretismo. Partimos por reconocer y respetar
los derechos culturales de los pueblos, siempre y cuando no vayan en contra de los
derechos humanos reconocidos a nivel internacional.

b) Género
Género hace referencia a los roles, jerarquías, espacios y oportunidades asignados
al hecho de ser hombre y ser mujer, y a las relaciones socioculturales que se dan
entre ambos. Estos atributos, oportunidades y relaciones están socialmente
construidos y se aprenden a través del proceso de socialización, es un proceso
histórico y varía de acuerdo con el lugar y el tiempo, es específico de cada cultura y
varía con el transcurrir del tiempo.
c) Estereotipos
Ideas simplificadas, pero fuertemente asumidas, sobre las características de los
hombres y de las mujeres. En suma son las consideraciones valorativas acerca de lo
que es predominantemente masculino y femenino, determinan los modelos sociales
acerca del lugar del hombre y de la mujer; de las relaciones en el seno de la familia,
del lugar de los hijos. Así se forman supuestos implícitos que subyacen a la
organización familiar y que regulan la distribución del poder entre sus miembros.

d) Derechos Humanos
Los derechos humanos son el conjunto de atribuciones, principios, condiciones y
leyes basadas en la dignidad de la persona que permiten a los seres humanos
realizarse como tales. Todos los derechos humanos tienen el mismo valor e
importancia; por ello, ningún derecho es menos que otro; y es que todos conforman
una unidad. Ellos son esenciales para construir democracias basadas en la justicia,
desarrollo, paz y equidad. Los derechos humanos son universales, indivisibles,
interdependientes e irrenunciables.
“Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta
declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otra índole. Origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición”5.

Marco conceptual

a) Cultura
Es el modo de vida de un grupo social. Ese todo complejo que incluye el
conocimiento, las creencias, el arte, la moral, la ley, las costumbres y cualquier otra
capacidad o hábito adquirido por el hombre como miembro de la sociedad y que se
trasmite de generación en generación. G.A Theodorson, Diccionario de Sociología.
Editorial Paidos, Buenos Aires - 1978

b) Sistema Social
Conjunto de personas o grupos que interactúan. Un sistema social incluye una
estructura social de estatus y roles interrelacionados ya sea en la familia, en la
comunidad o en la sociedad, forman un todo unitario que refleja valores, normas
sociales y objetivos comunes.

c) Percepciones
Selección, organización e interpretación, por un individuo, de los estímulos
específicos de una situación, de acuerdo con el aprendizaje, actividades, intereses,
experiencias, etc. previos. La percepción es un proceso socialmente construido.

d) Costumbres
Usos y formas de conducta social que, por haber persistido largo tiempo, se hallan
firmemente establecidos en una sociedad, se han vuelto tradicionales y han recibido
cierto grado de reconocimiento formal.

5
Art. 2 Declaración Universal de los Derechos Humanos
e) Creencias
Las creencias de una cultura son "ideas compartidas acerca de cómo opera el
mundo", surgida a partir de la experiencia cotidiana (Gelles y Levine, 1996:87).
Son afirmaciones acerca de la realidad hechas por un individuo o una comunidad,
que son aceptadas como verdaderas e incorporadas en la vida comunal. Un cambio
en el nivel de las ideas no necesariamente supone un cambio en las creencias.

f) Comunidad
Localización de personas concentradas en un área territorial limitada, dentro de la
cual satisfacen la mayoría de las necesidades cotidianas mediante un sistema de
relaciones interdependientes. La comunidad es una unidad social autoconciente y
constituye el elemento básico de la identidad grupal. La comunidad implica una
cierta identificación de sus habitantes entre sí y con el territorio, el sentimiento de
compartir intereses y objetivos semejantes.

g) Familia Nuclear
La unidad básica de la organización familiar, compuesta por los cónyuges y sus
hijos.

h) Familia Extensa
Familia que incluye tres o más generaciones. Por ejemplo, una familia extensa
puede incluir a los abuelos, a sus hijos solteros y a sus hijos (o hijas) casados con
sus respectivos cónyuges e hijos.

i) Familia uniparental
Familias conformadas por hijos (as) y la presencia de solo uno de los padres quien
asume la jefatura del hogar.

j) Violencia política
Violencia política es aquella ejercida como medio de lucha político-social, ya sea
con el fin de mantener, modificar, sustituir o destruir un modelo de Estado o de
sociedad, o también para destruir o reprimir a un grupo humano con identidad
dentro de la sociedad por su afinidad social, política, gremial, étnica, racial,
religiosa, cultural o ideológica, esté o no organizado. Este tipo de violencia puede
ser ejercida por agentes del Estado o por particulares que actúan con el apoyo,
tolerancia o aquiescencia de las autoridades, o por grupos insurgentes que combaten
contra el Estado o contra el orden social vigente

Variables operacionales

a) Violencia familiar y sexual


“Cualquier acción u omisión que cause daño físico o psicológico, maltrato sin
lesión, inclusive la amenaza o coacción grave y/o reiterada, así como la violencia
sexual, que se produzcan entre cónyuges, ex cónyuges, convivientes, ex
convivientes, de padres a hijos, de hijos padres, abuelos a nietos y viceversa, entre
hermanos, tíos, sobrinos, suegros, yernos, nueras, entre las personas que tienen
hijos en común, convivan o no en el momento en que se produzca el maltrato, entre
quienes habitan en el mismo hogar siempre y cuando no existan entre ellos
relaciones laborales o contractuales”. 6

b) Relaciones familiares
Entendemos por familia el grupo de personas que vive bajo un mismo techo y que
tiene vínculos de consanguinidad, pueden ser familias nucleares o familias
extensas. En nuestro país, y más aún en las comunidades andinas, el sentido de
familia es mucho más amplio que en el mundo occidental. Las relaciones familiares
son las actitudes, opiniones, y acciones que se dan entre los miembros de la familia.

c) Sistemas de creencias
Son usos y formas de conducta social, que han sido transmitidos a través de
generaciones que, por haber persistido largo tiempo, se hallan firmemente
establecidos en la sociedad, se han vuelto tradicionales y han recibido cierto grado
de reconocimiento formal.

d) Percepción sobre la violencia familiar y sexual


Son las opiniones, actitudes y actos que manifiestan las personas en torno a la
problemática de la violencia familiar y sexual. La percepción individual y colectiva
es producto de las relaciones sociales, es un proceso social y, por lo tanto, pasible
de modificaciones.

f) Violencia familiar y sexual como tercera generación de secuela de guerra


El conflicto armado interno que vivió nuestro país trajo consigo una serie de
secuelas, entre ellas el incremento de la crueldad de la violencia familiar, teniendo
como factores causales las experiencias traumáticas, los duelos inconclusos, el
deterioro de la salud mental y la precarización de las condiciones de la vida
material. Este incremento y su silenciamiento son consecuencias de la violación
masiva de los derechos humanos y su impunidad ocurridas durante el conflicto
armado interno.

g) Violencia sexual como tercera generación de secuela de guerra

Durante los años de conflicto armado interno, la violencia sexual, principalmente la


violación contra mujeres, fue utilizada como instrumento de guerra y medio de
sometimiento. En un contexto posconflicto, estos actos están asociados a la
perpetuación del poder de los hombres sobre las mujeres y las niñas.

Metodología utilizada

6
Ley 26260, Ley de Protección Frente a la Violencia Familiar
El trabajo de campo se realizó del 09 al 16 de agosto de 2005, se contó con el
apoyo de tres trabajadoras sociales egresadas de la Universidad Nacional San
Cristóbal de Huamanga, dos estudiantes del último año de Trabajo Social de la
misma universidad y una trabajadora social especialista en violencia familiar y
sexual en calidad de asistente de investigación con experiencia de trabajo con
organizaciones. Destacamos que todo el personal es bilingüe y tiene al quechua
como idioma materno, lo que facilitó la empatía con la población objetiva. Así
mismo el personal de campo fue capacitado en materia de violencia familiar y
sexual, en el uso de los instrumentos y en la metodología del trabajo de campo;
aportando desde su experiencia profesional para el éxito de la investigación.

Se trabajó con tres instrumentos, todos ellos con variables cualitativas: Grupos
focales, encuestas e historias de vida

a) Grupos focales

El principal propósito de la técnica de grupos focales en la investigación social es


lograr una información asociada a conocimientos, actitudes, sentimientos, creencias
y experiencias que no serían posibles de obtener, con suficiente profundidad,
mediante otras técnicas tradicionales tales como la observación, la entrevista
personal o la encuesta social.

Para el trabajo con niños, niñas y adolescentes se coordinó la realización de los


talleres vivenciales con las instituciones educativas estatales y privadas, teniendo en
cuenta el rango de edad (8 a 12 años).

Los niños, niñas y adolescentes —en el caso de la zona rural— provenían de


familias pobres que viven en las comunidades aledañas al distrito de Vischongo,
provincia de Vilcashuamán. En las zonas urbanas pertenecientes al distrito de
Ayacucho, en su mayoría son hijos e hijas de familias económicamente solventes:
profesionales y/o prósperos comerciantes.

La técnica utilizada con este grupo etáreo se basó en técnicas vivenciales de


dramatización, las que estuvieron orientadas a la escenificación del tipo de
relaciones familiares, creencias y percepciones acerca de la violencia familiar y
sexual. Después de la dramatización se pasa a la discusión en grupo, para lo cual
utilizamos una guía que contenía preguntas referentes a las variables mencionadas.
—adjuntamos la guía como anexo—.

Trabajo con los adultos(as). Para la participación de las mujeres en los grupos
focales se coordinó con los Clubes de Madres de Huanta, San Miguel, Santiago de
Pischa, Tambo y Quinua. En el caso de los hombres se coordinó con los Comités de
Autodefensa de las provincias mencionadas. Además se fortaleció la convocatoria
con el apoyo de algunos funcionarios de los gobiernos distritales y provinciales.

Cuadro de trabajo con Grupos Focales


PARTICI
GRUPO LUGAR PANTES OBSERVACIONES
M H
Adolescentes hombres y Colegio “Antonio 4 15 La cantidad baja de
mujeres de 15 a 18 años Raymondy” de asistencia fue porque se
de edad: sector rural Pomacocha suspendieron las clases de un
momento a otro.
Adolescentes mujeres de Colegio secundario mixto 30 10 más de lo planificado, por
15 a 18 años de edad: “San Martín” del distrito el interés de ellas mismas.
sector urbano de Tambo

Adolescentes hombres de Colegio “ Esmeralda de 20


15 a 18 años de edad: los andes” de Huanta
sector urbano
Niños y niñas de 8 a 12 Escuela Primaria Mixto 25 27
años de edad: sector rural del distrito de
Vischongo
Adultos y adultas de 20 a Oficina del Centro de 10 4 Hubo poca asistencia de los
60 años de edad de zonas Promoción y Desarrollo varones. Desde un inicio
rurales Poblacional ellos se mostraron más
(Quinua, Huamanguilla, —CEPRODEP— escépticos en su
Carmen Alto, Santiago de Ayacucho participación por la temática.
Pischa) Tuvimos poco tiempo para la
sensibilización. Lo positivo
fue que nos permitió una
Adultos y adultas de 20 a Oficina de CEPRODEP 10 4 discusión más profunda y
60 años de edad de zonas Ayacucho participación más activa de
urbanas cada uno.
(Tambo, Huanta, San
Miguel, Huamanga)

TOTAL 79 70

b) Encuesta

Se elaboró, validó y aplicó una guía de entrevista social estructurada, aplicada de


manera individual.
ASPECTOS RELACIONES CREENCIAS EN LAS PERCEPCIÓN INFLUENCIA
FAMILIARES QUE SUSTENTAN FRENTE A LA DEL
LAS RELACIONES VIOLENCIA CONFLICTO
FAMILIARES FAMILIAR Y ARMADO
SEXUAL

• Tipo de familia • Creencias que justifican • Conocimiento de • En la


• Distribución de las relaciones la violencia comunidad
roles desiguales y de familiar, tipos y • En la
• Crianza de los discriminación formas pareja
hijos (as) • Creencias en el proceso • Percepción de la • Entre
• Nivel de de enamoramiento violencia familiar padres e hijos.
VARIABLES

Comunicación • Los “deberes” de las y sexual contra


• Toma de mujeres para con el mujeres, niños,
decisiones hombre niñas y
• En quién recae la adolescentes
responsabilidad de los • Conocimiento
hijos sobre el incesto.
• Justificación de • Justificación de la
la violencia contra los violencia familiar.
hijos (as), opinión sobre
la violación de la
esposa

La aplicación de las encuestas se hizo manteniendo una distribución porcentual más o


menos homogénea: un total de 147 encuestas; 76 hombres y 71 mujeres por sexo; 73 en
zona urbana y 74 en zona rural por tipo de población.

SEXO TIPO DE POBLACIÓN


CATEGORÍA Hombre Mujer Total Urbano Rural Total
Nº Nº Nº Nº Nº Nº
Adolescentes 37 33 70 32 38 70
Adultos 39 38 77 41 36 77
Total 76 71 147 73 74 147

c. Historias de vida
Las historias de vida alimentan la información cualitativa, porque permiten, a partir
de casos específicos, ver la formación y desarrollo del problema. Asimismo le
permiten al lector(a) la posibilidad de escuchar sus voces. Para la realización de las
historias de vida se contó con una guía:
• Mujer adulta rural
• Mujer adulta urbana
• Hombre adulto urbano
• Adolescente mujer rural
• Adolescente hombre urbano
Selección de los sujetos y características

a) Sexo: hombre, mujer

b) Edad: El rango de edad de los grupos lo hemos recogido de las ciencias


psicológicas, que se basan en la maduración física y mental de las personas, para el
caso de los niños(as) hemos visto conveniente trabajar con ellos a partir de los 8
años de edad porque manifiestan mejor sus opiniones.
- Niños(as) (entre 8 y 12 años);
- Adolescentes (entre 13 y 18 años) y,
- Adultos (entre 19 y 60 años)

c) Estado civil: Para el caso de los adultos seleccionados han sido convivientes,
casados o separados. En el caso de los adolescentes se seleccionaron a quienes no
hayan tenido experiencia de convivencia.

d) Condición socioeconómica: Se consideran dos variables:


 Pobres; Situación en la que, según los datos del INEI, se encuentran la
mayoría de las familias de las zonas de intervención del
PILCVFS, y en cuya definición encajan casi todas las familias
de las zonas rurales.
 No pobres (o de sectores medios); son las familias que tienen satisfechas
sus necesidades básicas vitales. En este rubro encontramos a los
empleados públicos, a los comerciantes prósperos, a los
campesinos ricos, entre otros.
e) Zonas:
• Rural; consideramos zona rural a un área de terreno en la que la actividad
educativa, económica y social está vinculada con la producción agrícola-
ganadera, otra de sus características es su población dispersa, además que la
mayoría no cuenta con servicios básicos (luz, agua y desagüe).

• Urbana; consideramos a un área de terreno edificada con material noble, que


forman un continuo de viviendas con una densidad promedio de población de
2,000 personas por milla cuadrada. La mayoría de sus habitantes cuentan con
servicios básicos (luz, agua y desagüe) y tienen mayor posibilidad de acceder a
la educación, salud y seguridad.
III. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS

3.1. DATOS GENERALES DE LOS ENCUESTADOS(AS)

Estado civil
En el caso de los adultos, tenemos que en el sector urbano son mayoritariamente casados
(56%), seguido del 26% en situación de convivencia y sólo un 17.1% separados. En el
caso del sector rural, siguiendo la misma tendencia, un 50% son casados, un 44.4% en
situación de convivencia.

60.0% 56.1%
50.0%
50.0% 44.4%
40.0%

30.0% 26.8% Estado civil Casado(a)


Estado civil Convivencia
20.0% 17.1%
Estado civil Separado(a)
10.0% 5.6%

0.0%
% %

URBANO RURAL

El gráfico nos muestra que en las familias urbanas, si bien un 56% opta por la legalización
de la unidad marital, hay porcentajes cercanos entre la situación de convivencia y la
separación. Esta situación, en cambio, se diferencia en las áreas rurales ya que entre la
convivencia y el matrimonio se dan porcentajes similares mientras que la separación casi
no existe.

Nivel educativo
Observamos que la moda se concentra en el grado de secundaria incompleta tanto en la
zona urbana como en la rural, con un 35.6% y del 39.2% respectivamente. Hay que resaltar
en este punto que es producto principalmente por la presencia del sector de adolescentes, y
levemente mayor en la población rural lo que evidencia lo que ya muchos estudios van
mostrando, y es la importancia que se le da, principalmente en el mundo andino, como vía
de mejoramiento de condiciones de vida, movilidad/ascenso social.
NIVEL EDUCATIVO

Técnico incompleto 1.4%


0.0%
1.4%
0.0%
Superior completa 5.4% 16.4%
4.1% 19.2%
Secundaria completa 18.9%
16.4%
39.0%
35.6%
Primaria completa 9.5%
6.8%
12.2%
4.1%
Ninguna 1.4% 8.1%

0.0% 10.0% 20.0% 30.0% 40.0% 50.0%

Rural URBANO Column % Rural RURAL Column %

Actividad económica
Tenemos que después de la actividad de estudiante, que muestra porcentajes similares
tanto en ámbitos urbanos como en rurales (42.5% y 37.8% respectivamente), en las zonas
rurales es la agricultura la actividad con mayor porcentaje (24.3%), mientras que en las
zonas urbanas es el de empleado(a) con un 21.9%. El sector comercio tiene igual
porcentajes en zonas rurales como urbanas.

TIPO DE ACTIVIDAD
42.5%
37.8%

21.9% 24.3%
13.7% 15.1%
12.2%
8.1% 10.8%
6.8% 6.8%
0.0%
A g ric u lto r/ra /

Des oc upado/
E m p le a d o /a

C o m e rc ia n te

Casa

E s tu d ia n te
G a n a d e ro /ra

URBANO RURAL
3.2. RELACIONES FAMILIARES

Las variables tomadas en cuenta para describir las relaciones familiares son: el tipo de
familia, roles al interior de la familia, el nivel de comunicación, la toma de decisiones y las
formas de crianza. Por último se hace un sondeo acerca de la influencia del conflicto
armado en las relaciones familiares. Así tenemos que:

Tipos de familia
La información recogida en los grupos focales muestra que en las comunidades alto
andinas, altamente afectadas por el conflicto armado interno, se da mayor número de
familias uniparentales donde la madre asume la jefatura del hogar, muchas veces con el
apoyo del hijo o la hija mayores. Ellos manifiestan:
“En la zona alto andina de Huanta se ve mucho más esos casos de madre e hijos
abandonados y abuelos encargados de sus nietos”.
Así también se observa que hay muchos adolescentes que viven sólo con sus abuelos(as) al
haber sido abandonados por sus padres como producto del conflicto armado interno, o por
buscar mejoras en la ciudad.
“Hay muchas madres viudas como producto de la violencia vivida, ancianos abandonados
e hijos abandonados”.
Otro dato importante a resaltar es el incremento de madres solteras adolescentes
“Adolescentes, niños a temprana edad se convierten en madres y/o padres en las zonas
alto andinas”.
A diferencia de las zonas rurales, la presencia de familias uniparentales en las zonas
urbanas se debe principalmente por el abandono de la pareja, y no está ligado directamente
al conflicto armado interno.

Roles al interior de las familias: doméstico y económico


En este punto es interesante resaltar cómo y por quiénes están siendo asumido los roles
doméstico y económico al interior de la familia. Según tipo de población (urbana y rural),
según sexo y edad. Así tenemos que:

a) Rol doméstico

Las niñas de las zonas rurales manifiestan que son las mujeres las únicas que realizan
las tareas del hogar, y que ellas desde muy pequeñas ayudan a sus madres en estos
quehaceres. Por ello sienten que trabajan más que sus hermanos.
• “Lavamos ropas, servicios, barrer la casa, tender las camas, arreglar la casa”.
• “Los hermanos varoncitos no obedecen y no hacen caso, se van a jugar”.
Las niñas califican de “ociosos” a los niños, porque ven que ellos sólo se limitan a
ayudar al papá en la chacra, y tienen más tiempo de juego. Las niñas también perciben
que sus padres permiten y justifican estas diferencias.
• “Nuestros hermanos sólo ayudan en la chacra, mas juegan todo el día y no les
dicen nada, no les mandan y encima nos mandan”.
• “Los hermanos se molestan cuando les decimos que ayuden, diciendo ser
varones y que ellos no pueden ayudar en la cocina. Dicen que los varones no
deben de cocinar. También nos dicen que no pueden barrer la casa porque es
actividad exclusiva de las mujeres”.

Los niños de las zonas rurales manifiestan que a veces ayudan en las tareas del hogar,
pero que casi siempre lo hacen sus madres y sus hermanas. Ellos se dedican a ayudar
en la chacra, a traer leña y a estudiar.
“Mi hermana Anet cocina, porque mi mamá le dice; los niños tienen que descansar
porque están cansados, tú anda a cocinar”.
De parte de ellos no hay una actitud crítica ante esta distribución de roles, más bien una
aceptación de estos.

A diferencia de los niños y las niñas de la zona rural, en la que el apoyo del hombre no
existe, los niños y niñas de la zona urbana manifiestan que ambos padres comparten las
tareas domésticas. Asimismo que lo realizan entre todos los miembros o con la ayuda
de las empleadas.

A la pregunta: ¿Los hombres pueden hacer las tareas de la casa? La mayoría de los
niños y niñas de las zonas urbanas respondió que sí, porque son iguales y, por lo tanto,
tienen la misma capacidad de hacerlo. Entonces vemos que la percepción que tienen los
niños y niñas —provenientes de familias urbanas, de sectores económicos medios y/o
solventes— es distinta del de las zonas rurales
• “...todos somos iguales y podemos repartirnos las tareas”.
• “...porque los varones también tienen la capacidad de hacerlo”.
• “Todos debemos hacer las tareas, nadie puede trabajar más que el otro”.

Desde la mirada de los adolescentes, según los resultados de las encuestas, refrendado
por los grupos focales, las tareas domésticas recaen principalmente en las mujeres. Esto
lo demuestra el cuadro siguiente:

QUIÉN ASUME LAS TAREAS DOMÉSTICAS


47.40%
38.70%
28.90%
22.60%
19.40%
16.10%
10.50%
7.90%
5.30% 3.20%
0.00% 0.00%

La madre El padre Ambos Las hijas Entre toda Otras


padres la familia personas

Urbano Rural
Desde el enfoque de género, vemos cómo esta distribución de roles está
internalizado, tanto por hombres y mujeres. Las adolescentes manifiestan:
“…que las mujeres son las que se dedican a realizar las tareas del hogar porque
ese es su función”.
Los hombres se dedican a las tareas derivadas de la chacra. En los grupos de
discusión casi hubo unanimidad al respecto, es más manifestaron que:
“mayormente los varones le dicen a la mujer que solo debe dedicarse
exclusivamente a los trabajos de la casa, no se debe meter mucho en el trabajo de la
chacra y él dice también que ‘yo soy varón y no tengo porque ayudarte a realizar
las labores domésticas’ ”.

Por lo menos, existe un discurso diferente, si bien las experiencias de los


adolescentes son variadas. En las zonas urbanas manifiestan que las tareas del hogar
las realizan entre todos los miembros —incluido el papá—.
“Cuando tienen tiempo los padres también ayudan en casa”.
Así también otro grupo de adolescentes manifestó que los padres no apoyaban en las
tareas domésticas y era sólo la madre, con la ayuda de las hijas, la que se hace cargo
de las actividades domésticas.
“La mayoría de los padres se dedican a la chacra y no pueden hacer las tareas de
la casa, seguro por que desde niño sólo le enseñaron a trabajar en la chacra, ellos
se creen machistas y mandan a su esposa e hijos para hacer las tareas de la casa”.
Precisan además que los padres no ayudan mucho porque trabajan todo el día.
“Los hijos varones sí ayudamos en la casa por que la madre nos pide, pero los
padres no tienen tiempo”.
Lo resaltante de los adolescentes de las zonas urbanas en este grupo es que no hacen
una separación tradicional de roles, sino que parten de la igualdad entre hombres y
mujeres, del respeto de sus derechos y del tiempo que se tenga.
“Todos tenemos derechos y deberes, por lo tanto debemos ayudar todos”.

Desde la mirada de los adultos de las zonas urbanas las mujeres están exigiendo que
sus parejas las “apoyen”. Esta categoría de “apoyo” sin embargo pone de manifiesto,
que quien tiene la responsabilidad de las tareas domésticas es la mujer, y si el
hombre participa en esas tareas es en calidad de apoyo. Al contrario, en las zonas
rurales tanto hombres como mujeres perciben que las tareas domésticas son
responsabilidad de las mujeres. Si bien las mujeres aceptan asumir las tareas del
hogar, no dejan de “sugerir” a la pareja que las ayuden.

b) Rol económico

Según resultados de la encuesta, en las zonas urbanas el rol económico es asumido


por ambos padres (47.9%). En las zonas rurales el 43.20% lo asume sólo el padre.
Asimismo otro dato importante es que tanto en zona urbana como rural, las madres
asumen el sustento económico de sus familias (13.70% y 13.50% respectivamente).
QUIÉN ASUME LA MANTENCIÓN ECONÓMICA
DE LA FAMILIA

1.40% 1.40%
16.40% 12.20%

29.70%
47.90%
13.50%

13.70%
43.20%
20.50%

URBANO RURAL

Sólo el padre
Sólo la madre Ambos padres
Padre, madre e hijos(as) mayores Los abuelos

En los hogares de las zonas rurales un 43.2% reconoce que es sólo el padre el que
aporta económicamente, invisibilizando el aporte de las mujeres. Cabe resaltar que
el aporte colectivo es significativo, aunque no alcanza los niveles de las zonas
urbanas: 41.9%. Hay que notar aquí que el aporte de los hijos —seguramente
adolescentes— sí es considerado dentro de los proveedores de la familia.

Niveles de comunicación

a) Entre la pareja

Desde la óptica de los adultos de las zonas urbanas y rurales, la comunicación se centra
principalmente sobre temas de trabajo, educación de los hijos(as) y afectividad. El
porcentaje se divide cuando se trata de resolver problemas y compartimiento de
amistades comunes.

Los adolescentes de las zonas urbanas manifiestan tener mayores niveles de


comunicación, que no se limitan a la crianza de los hijos(as), a la educación, sino que
comparten otros temas como trabajo, amistades y sentimiento.

Los niños y niñas rurales manifiestan que los temas centrales de la comunicación en las
es la crianza de los hijos(as), la educación, la preparación de los alimentos, la pérdida
del ganado, etc. Estos temas casi siempre terminan en peleas en las que la mujer y las
niñas terminan siendo maltratadas.
“Mis padres conversan pero generalmente hablan de las necesidades de la familia,
dialogan sobre los hijos, sobre sus necesidades y sobre la alimentación
principalmente”.
b) Comunicación de padres, madres a hijos e hijas

Los adultos hombres y mujeres de las zonas urbanas y rurales manifiestan que hablan
con sus hijos, los aconsejan, los ayudan cuando tienen problemas, saben cuándo ellos
están tristes o alegres. El porcentaje baja cuando se indaga sobre si tienen temas
comunes de qué conversar al igual que cuando se indaga si los hijos(as) los buscan para
compartir con ellos sus problemas.

Esta versión de los adultos queda cuestionada por lo que manifiestan los hijos, sean
estos niños o niñas, y en menor medida por los adolescentes. Así tenemos que los niños
de las zonas urbanas, de sectores económicos medios, señalan que la comunicación
entre ellos y sus padres es buena, pero es la madre la que está más cerca para escuchar.
Existe otro interesante grupo de niños que manifiesta que, a pesar de tener buenos
niveles de confianza con sus padres, recurren a otras personas cuando tienen
problemas, es decir, pocas veces se lo dicen a sus padres.

En las zonas urbanas respondieron a la pregunta: ¿Cuándo ustedes tienen problemas a


quién se lo cuentan?, de esta manera:
“A nadie”.
“Escribo en mi diario”.
“Le cuento a mi madrina”.
“A mi abuelita”.
“Al psicólogo”.
Esta situación puede deberse a que a pesar de que hay apertura al diálogo por los
padres, existe una brecha generacional difícil de romper.

Los niños de las zonas rurales, a diferencia de la urbana, mencionan que ambos padres
no los escuchan, y cuando buscan conversar con ellos estos los mandan a callar. En
esta zona la comunicación sólo funciona en relación con las actividades domésticas,
agrícolas y educativas, mas no en aquellos temas de interés de los niños y niñas. Y
cuando se comunican, es una información de hechos pero no una comunicación, por
ejemplo, la compra de los cuadernos, las reuniones de padres, alguna observación que
les hicieran los maestros y, por lo general, los padres. Antes que escuchar, son los que
hablan, el mensaje es de un solo actor.
“…Le contamos que tiene que participar en las reuniones de la escuela, y que tiene que
estar al tanto de las citaciones, también hablamos de las cosas que nos dicen los
profesores sobre la inasistencia de los padres y madres en las reuniones”.

Otro de los temas que han tratado de abordar son las constantes discusiones entre los
padres, muchos dicen haberlo planteado, pero en general la respuesta que reciben es:
• “Le hablo de los pleitos, de las peleas, pero mi padre no me deja y se pelean
de todas maneras, hasta me pegan por meterme”.
• “No te metas es cosa de adultos”.

Los adolescentes de las zonas urbanas manifiestan que sí tienen una buena relación con
ambos padres y que comentan sus problemas con ellos. En el caso de los adolescentes
respondieron a la pregunta: ¿A quién le cuentas tus problemas? de esta manera:
“En mi caso yo comento mis problemas a los dos y conversamos”.
“A mi padre, le cuento mi problema y también converso con el profesor para que
me ayude en el curso que estoy mal”.

En cambio, en el caso de las adolescentes, estas manifiestan que la comunicación con


sus padres es regular. Según lo recogido en las encuestas, tenemos que un 65.6%
manifiesta que habla con sus padres sobre sus problemas, frente a un 34.4% que no lo
hace. Un 93.8% recibe consejos de sus padres, este es un porcentaje bastante alto.

Los adolescentes de las zonas rurales manifiestan tener poca comunicación con sus
padres, y que las pocas veces que hablan son temas relacionados con su educación y
comportamiento. Dicen:
“…yo aprovecho la alegría de mis padres, cuando ellos están de buen humor yo
aprovecho para contarles mis problemas; sin embargo el buen humor de mis
padres es cada cierto tiempo y más paran molestos y aburridos”.

c) Comunicación entre hermanos y hermanas

Desde el punto de vista de los adolescentes, la información recogida muestra que existe
una mayor y mejor comunicación con sus hermanos que con sus padres y madres, tanto
en las zonas urbanas como en las rurales. La diferencia se encuentra en que las mujeres
son las que en mayor porcentaje manifiestan que comparten sus problemas. También
hay una alta comunicación entre las hermanas frente a un porcentaje un tanto menor en
el caso de los hombres. Los adultos también corroboran ese dato, tanto en las zonas
urbanas como rurales, así reconocen que existe una mejor comunicación entre
hermanos que entre hijos y padres, y reconocen además que los hermanos se apoyan
cuando tienen problemas.
Crianza de los hijos e hijas

Los niños, tanto en las zonas urbanas como en las rurales, manifiestan que la crianza de
los hijos e hijas está basada en el maltrato. Los testimonios son más que elocuentes y
evidencian la crueldad con la que actúan los adultos:
“…yo le suplico a mi madre no me pegue, le suplico y le digo: ‘¡Ya basta! No quiero
que me pegues más’, en cambio ella no entiende y me sigue pegando insultándome más
y me dice: ‘Cállate ¡Carajo! y me sigue pegando’ ”.7
“A mí, mi papá me ha colgado con una soga por desobedecer, de mis axilas a una
viga, y encima me pega, a pesar que yo lloro, no se compadece de mí”.8

Esta forma de crianza es sentida y rechazada por los niños y las niñas, pero es poco lo
que pueden hacer respecto de su defensa, como ellos mismos dicen:
“No podemos defendernos”.

Formas de maltrato físico: correa; palos; tres puntas; jalón de oreja, de cabello, de
patilla; patada; uso incluso de piedras.
Formas de maltrato psicológico: los maltratan verbalmente, agrediendo fuertemente su
autoestima con insultos como:
“Ocioso, vago, no eres mi hijo, tragalón, zángano”, tratándose de los niños.
En el caso de las niñas:
“Solo sirves para la cocina, machona, tullpa silvaq, callejera, como serás cuando
tengas pareja, tu pareja te dejará”.

Los adolescentes de las zonas rurales manifiestan que las prácticas violentas se han
institucionalizado como forma de crianza, pero que ellos por ser mayores ya no se los
castiga de esa manera. Esto se debe al temor de los padres de ser respondidos también
de manera violenta. Por el contrario, en las zonas urbanas la violencia familiar se ha
incrementado. Además reconocen que contra los más pequeños si usan la violencia
física y psicológica como medida de corrección.

Los adultos reconocen que “castigan” a los hijos, pero que no los “maltratan”. La
tendencia es justificar la acción del castigo como educador y que esto es necesario.
Sostienen:
“…mucho de lo que está pasando con los adolescentes ahora, tanta perdición, es
porque no se les castigó a tiempo”.

En los grupos focales realizados con mujeres adultas de las zonas urbanas manifestaron
que es necesario tener mano dura con los hijos, como medida preventiva para que de
grandes respeten a sus padres.
• “A veces es un efecto para controlar su carácter impulsivo, controlar desde
pequeño su genio”.

7
Estela, 11 años de edad
8
Elizabeth, 10 años de edad
• “Yo reconozco tirarles con 3 puntas, cuando son grandes ya es difícil, quieren
rebelarse, mi hijo de 16 años se para y no se mueve, no tiene temor al golpe,
mientras que los niños sí se escapan”.
• “Me parece bien, porque sino, se desligan, se tuercen”.

Así mismo, es interesante destacar que algunos padres y madres de las zonas urbanas
comienzan a entender que a través del golpe y de los malos tratos lo único que logran es
distanciarse de sus hijos, y que estos cometan errores:

• “Hay que ganarse la confianza de los hijos, para que te comente de sus
enamorados y de sus problemas y así le aconsejas, por ejemplo, antes
maltrataba a mis hijos y calladas aparecieron embarazadas”.
• “…Hablando claro la ley dice cuando tiras chicote a tu hijo no morirá. Será
una medicina para ellos, hablando como una verdad”.

En esta parte hay que hacer una diferencia entre los padres y las madres de las zonas peri-
urbanas y los de las zonas urbanas, principalmente de Huamanga. En estas familias, la
presencia del maltrato como forma de relacionarse con los hijos y las hijas no es muy
arraigada; al contrario, los padres y las madres han incorporado el diálogo democrático
como una forma de relacionarse con sus hijos e hijas.

Toma de decisiones la interior de la familia

En el campo de la toma de decisiones, al interior de las variables definidas, los


resultados de la encuesta nos muestran:

Hay algo así como un consenso en que la decisión sobre la producción familiar, el
gasto de los ingresos, tanto en las zonas rurales y urbanas. Se dice que las parejas
deciden. Los porcentajes acerca de que el padre o la madre decidan individualmente
son poco relevante. Notamos que hay la tendencia de incorporar a los adolescentes en
la toma de decisiones: 12.5%, por lo menos desde la percepción de los propios
adolescentes.
QUIÉNES DECIDEN SOBRE LOS GASTOS
ECONÓMICOS

0.00%
2.60% 0.00%
2.40%
2.40% 5.60%
12.50% 5.30% 2.80%
0.00%
9.40%
6.30% 36.80%
68.30% 55.60%
31.30%

34.20%
15.60%
9.80% 22.20%
25.00% 21.10% 17.10% 13.90%

URBAN RURAL URBAN RURAL


A A
JOVENES ADULTO
S
La madre El padre
El padre y la madre Los hijos
El padre y los hijos/jas Padre, madres e hijos
mayores

Los grupos focales concluyeron que la toma de decisiones es compartida entre el


hombre y la mujer, y que además van incorporando a los hijos(as) a medida que van
adquiriendo cierta edad y capacidad de discernimiento. Pero hacen algunas diferencias
en el carácter y trascendencia de las decisiones, por ejemplo: la compra de terrenos, la
inversión en negocios, entre otros de igual magnitud, las decide el hombre, a pesar de
incorporar a la mujer en la discusión.
“La mujer, si está sujeta al varón es decir es su pareja, conviviente o esposa, no puede
decidir, tiene que consultar primero”. En la zona rural, la mayoría de los participantes
en los grupos focales con adultos hombres y mujeres dijeron que:

Las mujeres Las tareas domésticas, la atención a los hijos, la educación de los
deciden: hijos, la venta de productos sobrantes y otros de menor cuantía las
pueden decidir sólo las mujeres, pero por costumbre siempre le
consultan al marido.
Los hombres El gasto de los ingresos, la compra de artefactos, ganado, terreno y
deciden: otros similares los deciden mayormente los hombres y las mujeres
acompañan el proceso, pero su opinión no es decisiva
Ambos deciden: La compra de útiles escolares, vestido para los hijos, mejora de la
infraestructura de la casa y otros los deciden conjuntamente,
incluyendo a veces en las decisiones a los hijos e hijas mayores.

• “Quien decide es el jefe de la casa, ordena a su esposa y a los hijos, las


órdenes salen del padre”.
• “El varón ve siempre el fondo económico y mayormente decide por esa
cuestión”.
CONCLUSIONES

La composición familiar, tanto en las zonas rurales como en las urbanas, es


mayoritariamente de familias nucleares. Otra información importante, recogida a
través de los grupos focales, es la presencia, en aumento, de madres solteras
adolescentes, principalmente en la zona urbana; pero discretamente en las zonas
rurales.
Las tareas domésticas siguen siendo asignadas como tareas exclusivas de las
mujeres, quienes mayoritariamente asumen estas tareas, así las niñas desde muy
temprana edad se incorporan a estos menesteres. En las zonas rurales esta situación
es aceptada como “natural”. Por el contrario, en las zonas urbanas está comenzando
a ser cuestionada su “naturaleza”. Para ello la educación juega un rol decisivo en el
cambio hacia la equidad.
En cuanto a la crianza de los hijos(as) en las zonas rurales, están primando patrones
violentos de crianza, principalmente contra las niñas pequeñas. Podemos decir que
la relación de los padres con sus hijos e hijas pequeños está asentada en patrones de
violencia culturalmente aceptados tras la fachada del castigo como correctivo.
Estos castigos son ejercidos a través del uso del chicote o del látigo. Como
contraparte, los niños, las niñas y los adolescentes en general de las zonas urbanas
reclaman mejores tratos a partir del conocimiento de sus derechos.
Los niños y las niñas de las zonas rurales opinan y denuncian con mayor claridad
sobre la crianza de los hijos e hijas, que se basa en el maltrato. Esto es un factor de
riesgo que va en desmedro del desarrollo integral de la niñez rural andina. En
cambio, en las zonas urbanas el maltrato físico como disciplina de castigo ha
descendido, porque los niños, las niñas y los adolescentes en general comienzan a
exigir buen trato, a partir del conocimiento de sus derechos.
La comunicación entre padres e hijos(as) en las zonas rurales es poca. Los niños,
las niñas y los adolescentes en general casi no comparten sus pensamientos con sus
padres. Si lo hacen, esto sólo se limita a las cuestiones educativas y, en la mayoría
de casos, es más una cuestión de información que de comunicación. En las zonas
urbanas también se da esta situación pero en menor grado. En general, hay poca
disposición y apertura de los padres para conversar con los hijos(as), ya sea por
cuestiones laborales, por apatía o por desinterés.
En cuanto a la comunicación entre la pareja: en las zonas rurales la comunicación
es deficiente, esta principalmente se limita a las cuestiones cotidianas. En cambio,
en las zonas urbanas la comunicación entre la pareja es más frecuente y se amplía a
temas afectivos.
La comunicación entre hermanos y hermanas, tanto en la zona rural como en la
urbana, es buena y comparten más sus inquietudes, sus temores y/o problemas que
con sus padres.
En las zonas urbanas las relaciones familiares son de mejor calidad que en las zonas
rurales. A pesar de todas las dificultades, la mayoría siente que el diálogo y la
comunicación funciona como elementos clave para el fortalecimiento de la familia.
La idea de superioridad y de hegemonía del hombre sobre la mujer en la zona rural,
las decisiones de mayor trascendencia para la familia como la compra y venta de
terrenos, la compra y venta de ganado, entre otros similares, las toma el hombre
—a veces consultando con su pareja—. En cambio, el campo principalmente de
toma de decisiones de la mujer se limita a las tareas cotidianas (alimentación,
almacenamiento de víveres, venta de productos de panllevar, venta de animales
menores, entre otros de igual dimensión). Por ello decimos que sigue primando la
supuesta “superioridad natural” del hombre sobre la mujer y, por ello, se la
subestima. Pero hay que destacar la lucha diaria de las mujeres, principalmente de
las zonas urbanas, por alcanzar la equidad de géneros.
Siempre bajo el supuesto de garantizar la formación de los hijos, en este caso de los
adolescentes, se plantea la necesidad de la “mano dura” para enmendar sus errores.
Estas prácticas son asumidas frente a la pérdida de tolerancia y escucha con ellos y
la única forma de “controlarlos” es a través del maltrato. Actitud errada de los
padres por que cuanto más se recurra al maltrato, ellos serán más rebeldes y
malcriados. El diálogo, la apertura de escucha que los padres deben tener es
importante para esta etapa de vida del adolescente.
En tal sentido, gran parte de los hogares y las familias ayacuchanas están viviendo
un trastrocamiento en los roles asignados de protección, afecto y desarrollo integral
de la familia, para convertirse en espacios de violencia con estructuras y relaciones
jerarquizadas y autoritarias del ejercicio de poder a favor del varón. La violencia
familiar es, pues, una manifestación del ejercicio de poder de una persona sobre
otra, con intenciones de someterla, y que lo expresa con insultos, amenazas,
coerciones, chantajes y/o agresiones físicas, que afectan la salud física, sexual y/o
psicológica de las personas que las sufren, fundamentalmente las mujeres, las niñas
y los adolescentes. Sin embargo, es un problema que se oculta y se calla
principalmente por la propia víctima y por la sociedad haciendo parecer como “algo
natural”. La existencia de este tipo de relaciones se sostiene y se nutre del silencio,
de la falta de palabras, del secreto o de la existencia de un consenso impuesto, que
es la dominación masculina.
3.3. CREENCIAS SOBRE LAS QUE SE SUSTENTA LA VIOLENCIA
FAMILIAR Y SEXUAL

La familia es una institución social reconocida y organizada jerárquicamente de


acuerdo con principios que varían históricamente. Tenemos que reconocer también que
hay algunos elementos de ordenamiento que se han mantenido, con sus particularidades
históricas y culturales, a través de los tiempos, estos son los de edad y de sistema de
género.

Esto nos muestra que hay creencias y valores definidos culturalmente acerca del
comportamiento de hombres y mujeres, de sus formas de relacionarse y de algunas
características de los sexos. Están determinadas, entonces, las pautas sociales y
culturales de “ser hombre y ser mujer”. Estas, a su vez, determinan el lugar del hombre
y de la mujer en la familia, en la comunidad y en la sociedad en su conjunto.

A partir de todo lo recogido a lo largo del diagnóstico, podemos afirmar que una
característica de las relaciones familiares se basa en una alta prevalencia de la
violencia. Esta se ejerce siempre hacia a los grupos más vulnerables, como son las
mujeres, las niñas y los niños. La violencia, aunque no es reconocida bajo esa categoría
sino como “castigo”, es una acción y una práctica cotidiana, es parte de las relaciones
“naturales” en las relaciones entre las parejas —del hombre hacia la mujer—; en el
proceso de crianza —generalmente de los adultos hacia los hijos—.

La elaboración de las variables a consultar se hace sobre algunas creencias que se han
manejado al interior de la sociedad y aquellas que se conocen como las más difundidas.
La mayoría de ellas se ratifican, se hacen nuevos hallazgos y otras se vienen superando
o se van debilitando al interior de las familias y comunidades.

Lo que hemos podido obtener, en el caso específico de las zonas diagnosticadas, se


organiza en tres aspectos centrales: creencias respecto de los estereotipos de género;
creencias respecto de la sexualidad de hombres y mujeres; y creencias en torno al valor
de la disciplina y el castigo.

Estereotipos de género

a) Desde la óptica de los niños

Respecto de la definición de los espacios para hombres y mujeres, tanto de las zonas
urbanas como de las rurales, ambos aceptan que las mujeres tienen que hacer las tareas
domésticas y que el hombre tendría que salir a trabajar para la manutención de la
familia. Sin embargo, hay diferencias entre los niños que se encuentran en los sectores
urbanos, quienes tienen un mayor conocimiento y conciencia de sus derechos y creen
que deben ser respetados por sus padres, pues conocen la existencia de las instancias de
defensa de sus derechos. Por otro lado, en las zonas rurales, si bien las niñas critican
que estas tareas sean asignadas solo a las mujeres y sienten que están sobrecargadas de
trabajo y que los niños tienen mayores espacios de juego, de recreación y de descanso,
aceptan esta situación porque ven que sus madres también la aceptan y la practican:

“tenemos que hacer todos los mandados de la casa y encima todavía ayudar en la
chacra, no es justo, pero no podemos hacer nada, ellos son mayores...”.

b) Desde la óptica de los adolescentes:

Según tipo de población: urbana y rural. Si bien los discursos van cambiando hacia una
distribución más o menos equitativa de las tareas domésticas, en la práctica se vienen
transmitiendo los estereotipos a través de los cuales los roles domésticos están
definidos para las mujeres y que las tareas de representación, de proveedor económico
les corresponden a los hombres. Un estereotipo de género socialmente aceptado es la
cuestión de la maternidad de las mujeres, más allá de la procreación y el mismo
embarazo, asumiendo que las mujeres son las que “mejor cuidan” de los hijos y que
son las “únicas” que garantizan una buena educación y formación.

Cuando comparamos, en el sector urbano, las creencias de acuerdo con los grupos de
adolescentes y adultos tenemos que, respecto de si las tareas de la casa les
corresponden a las mujeres, casi un 50% de adolescentes piensa que sí, mientras que
hay un 51.2% de adultos que piensa que no. Esto está evidenciando que entre los
adultos de las zonas urbanas hay una tendencia a compartir las tareas del hogar.

Población urbana: Estereotipos respecto de roles


de hombres y mujeres

40.60%
48.80% 51.20%
59.40% Cuando la pareja se
Separa, la madre debe
59.40%
31.70% quedarse con los hijos
68.30% Hombres no hacen bien
las tareas de la casa
40.60%
87.50% 68.30%
Tareas de la casa
31.70%
12.50% corresponden a las
mujeres
SI NO SI NO

ADOLESCENTES ADULTOS

Entre los adolescentes y los adultos encontramos que no están de acuerdo con que los
hombres no hacen bien las tareas de la casa. Respecto de qué están de acuerdo o no a
que ante una separación es la madre a que “debe” quedarse con los hijos hay pequeñas
diferencias entre los que comparten esta creencia y quienes no, mientras que en los
adolescentes hay un mayor porcentaje que cree que sí son las mujeres las que deben
quedarse con los hijos. Esto estaría evidenciando que es con ellas con quienes mejor se
comunican como vimos anteriormente.

Acerca de la idea de que los hombres no hacen bien las tareas de la casa, vemos que
está más arraigada en los adultos que en los adolescentes de este sector, coincidiendo
con la versión de los niños y niñas de las zonas rurales, quienes dicen que son ellas las
que se encargan de las tareas domésticas, aunque no están muy de acuerdo con ello.

Población Rural: estereotipos de Género


respecto roles

15.80%
52.80% 47.20%
Cuando la pareja se
84.20% 47.40%
separa la madre debe
22.20% quedarse con los hijos

77.80% Hombres no hacen bien


las tareas de la casa
52.60% 86.80% 72.20%
Tareas de la casa
27.80%
13.20% corresponden a las
mujeres
SI NO SI NO

ADOLESCENTES ADULTOS

Creencias acerca de los deberes de las mujeres

Encontramos que entre los adolescentes que creen que las mujeres deben obedecer al
esposo son mayoritariamente de la zona rural, mientras que en su mayoría, tanto en
zonas rurales como urbanas no comparten la creencia de que los esposos por ser “jefes
de hogar” deben “mandar” en la casa. Esto muestra, pues, que si bien en la práctica esa
situación se da, está siendo cuestionada su legitimidad.
Población urbana y rural: Estereotipos de género
en los adolescentes

76.3

62.5 65.8
53.1
46.9 Las mujeres deben
37.5 34.2 obedecer al esposo.
23.7
Los hombres son los
jefes de familia, por eso
mandan.
SI NO SI NO

URBANO RURAL

ADOLESCENTES

En el caso de los adultos, frente a esas mismas creencias, los resultados de la encuesta
nos muestran que en las zonas rurales y urbanas, en mayor porcentaje en las zonas
rurales, están de acuerdo con ella. Respecto a que los hombres por ser jefes de familia
que “mandan” las tendencias están compartidas, hay pocas diferencias entre los que lo
comparten y los que no, aunque son más los que si están de acuerdo.

Población urbana y rural: estereotipos de


género

77.8
63.4 61.1
51.2 48.8
36.6 38.9 las mujeres deben
obedecer al esposo.
22.2
Los hombres son
jefes
los de familia, por
eso mandan
SI NO SI NO
URBAN RURAL
O
ADULTO
S
Otro estereotipo de género manejado por los adolescentes es el que refiere a la
fragilidad de las mujeres y, por lo tanto, los peligros que corren en comparación con
los hombres son mayores. Esta situación se da con mayor incidencia en las zonas
rurales. Así vemos que la creencia de que “las hijas son más delicadas y los hijos son
fuertes por naturaleza” tiene una aceptación de 81.3% y 84.2% en las zonas urbanas y
rurales, respectivamente. “Las hijas corren mucho peligro y por ello no deben salir
solas” tiene una aceptación de 65.6% y 76.3% en las zonas urbanas y rurales,
respectivamente. “Las hijas deben aprender los quehaceres del hogar para que
atiendan bien a su esposo” tiene una aceptación de 65.6% y 76.3%, en las zonas
urbanas y rurales, respectivamente.

ADOLESCENTES
Población urbana y rural: Estereotipos de género

81.3 84.2 Las hijas son más


76.3
73.7 delicadas que los
65.6
65.6 hijos.

Las hijas corren


34.4
34.4 mas
peligro.
26.3
23.7
18.8 15.8 Las hijas deben
aprender las tareas
SI NO SI NO de la casa para
atender
atender bien al
URBAN RURA esposo.
O L

Desde la perspectiva de los adultos, respecto de las mismas creencias, tenemos que
tanto los de las zonas rurales como los de las urbanas comparten la creencia de que las
mujeres son más delicadas que los hombres, aunque es en la zona rural donde casi esa
creencia es unánime. Respecto de la idea de que “las mujeres deben aprender las
tareas de la casa para atender al esposo”, de igual manera que el porcentaje de los que
comparten esta creencia, siempre con un mayor porcentaje en las zonas rurales.
ADULTOS
Población urbana y rural: Estereotipos de género

91.7 Las hijas son más


86.1
80.6
75.673.2 delicadas que los hijos.
61
Las hijas corren más
39
peligro.
24.426.8
19.4
13.9
8.3 Las hijas deben
aprender las tareas de
SI NO SI NO la casa para atender
bien al esposo.
URBANO RURAL

Creencias respecto de la sexualidad de hombres y mujeres

a) Desde los adolescentes

ADOLESCENTES
Población urbana y rural: Creencias acerca de
la sexualidad

84.2
Las mujeres deben
65.6
62.5 63.2 llegar vírgenes al
59.4 57.9
matrimonio.
40.6 42.1
37.5
34.4 36.8 Los hombres deben
tomar la iniciativa en
15.8 el enamoramiento.
Cada hombre sabe
como
tratar en la cama a su
SI NO SI NO
Mujer.
URBAN RURA
O L
Si bien el porcentaje mayor se concentra entre los que no comparten la creencia de
que las “mujeres deben llegar vírgenes al matrimonio”, existe un porcentaje
considerable de los que sí están de acuerdo (40.6% urbano y 42.1% rural).

El tema de la virginidad para llegar al matrimonio se va superando, por lo menos


porcentualmente. Tanto en la zona urbana como en la rural no creen que las
mujeres tengan que llegar vírgenes al matrimonio. Sin embargo, las adolescentes
manifiestan que el llegar vírgenes al matrimonio les trae algunos “beneficios”,
como de ser más valorada y respetada por su pareja, eso garantizaría la felicidad en
su familia, teniendo menos riesgos de que sus parejas las maltraten. Los hombres
reconocen que las mujeres inician su vida sexual a partir de los doce años y para
ellos no es un requisito llegar vírgenes al matrimonio, sino lo que debe primar es el
respeto y cariño que existan entre ambos, aunque la mayoría de los adolescentes
son más conservadores y opinan que:

“Nos sentiríamos más seguros, las mujeres así son mujeres respetables,
con valores morales y siempre serían fieles a sus parejas…”.

Los estereotipos manejados respecto del ejercicio de la sexualidad de los hombres,


tenemos que se considera que:
“…ellos son los que deben tomar la iniciativa en el proceso de enamoramiento”.

Otra creencia también arraigada es que ellos son los que definen las formas de
comportamiento sexual en la relación de pareja:
“Cada hombre sabe como tratar en la cama a su mujer”.

b) Desde los adultos

ADULTOS
Población urbana y rural: Acerca de la
sexualidad

86.1 Las mujeres deben


78 77.8 llegar vírgenes al
65.9 63.4 63.9
matrimonio.
36.6 34.1 36.1 Los hombres deben
22 22.2 tomar la iniciativa en
13.9 el enamoramiento.
Cada hombre sabe
SI NO SI NO
como
tratar en la cama a su
URBAN RURA mujer.
O L
En la creencia de que el hombre sabe y ejerce el dominio sobre el cuerpo de la
mujer y en cuya materialización ellas se sienten muy humilladas y no sienten plena
satisfacción en las relaciones sexuales —en estos casos—, podría encontrarse la
razón del porqué algunas mujeres busquen parejas alternas. Esta situación, como
refieren las propias mujeres, se viene incrementando en las zonas rurales.

Ante la indagación de las causales de que las mujeres opten por parejas paralelas,
refieren que con sus esposos no sienten mayor placer, sino más bien humillación,
ya que son obligadas a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad.

“…los esposos generalmente llegan borrachos y nos dicen: ya carajo,


desvístete, te quiero mirar, eres mi mujer, y cuando no queremos nos
obligan y todavía nos dicen…ya, date la vuelta, voltéate, ábrete, voy a
mirarte bien, como yo quiero vas a hacer, y así nos sentimos muy
humilladas…nunca sentimos nada. En cambio, con un amante es más
bonito, ellos no te tratan así, ellos bonito todavía se agarran, son cariñosos
… lo que nunca vamos a encontrar, ni podemos pedir a nuestros esposos, si
hablamos algo nos acusan de mañosas, seguro estamos con otros…”.

Las mujeres están rompiendo patrones culturales bastante arraigados frente al


ejercicio pleno de su sexualidad. Esto de por sí es un gran avance en la conquista de
los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Otra creencia bastante arraigada y generalizada es la que refiere que “el hombre,
por naturaleza, es quien tiene mayor deseo sexual”, y muchas veces se encuentra
allí la causa de las violaciones perpetradas por ellos.

• “Ellos son más fogosos y por eso también cometen violación, …sin embargo
no deben cometer violación sexual, mientras que la mujer si se diera el caso,
no se atrevería, se busca un amante y no comete violación sexual...”.

• “Yo tengo entre 2 a 3 mujeres y dicen que soy y me siento más macho”.
ADULTOS
Población urbana y rural: Creencias acerca de la
sexualidad
75

63.4
61 61.1 Existe violacion sexual
58.3
53.7 aunque sea su esposa.
46.3
39 41.7
38.9
36.6
La mujer está obligada a
25 complacer al esposo.

Si la mujer no complace
al marido, tiene derecho
SI NO SI NO a buscarse otra.

URBANO RURAL

Los grupos focales refieren que la mayoría de los hombres comparten la creencia de
que “las mujeres tienen que satisfacer sus caprichos y peticiones sexuales” porque
son sus esposas. Si bien ellas son conscientes de que esta situación es una violación
de sus derechos y que lo que sucede es un delito, no se atreven a denunciarlo, callan
y aceptan esta situación. Cuando esta creencia va siendo cuestionada por las
mujeres, estos recurren a la violencia, violación y/o lo usan para justificar la
bigamia, “buscan una amante”. Aunque esto no coincide con lo que responden en
la encuesta, por lo menos en el discurso ya que en las zonas rurales un 75% cree
que esto no debe ser así y, sin embargo, este deber ser al no cumplirse, ellas
simplemente lo aceptan.

d) Creencias en torno al valor de la disciplina y el castigo

a) Desde la óptica de las niñas y los niños

Los niños y las niñas de las zonas rurales coincidieron en señalar que la violencia
familiar es mala, que los adultos no deben maltratar, ni pegar a las niñas porque se
sienten mal. Incluso hay momentos en los cuales muchas de ellas desearían irse a
vivir a otros lugares lejos de sus padres, creen que tal vez en otro lugar tendrían una
mejor situación. Muchas de ellas han manifestado vivir momentos de tristeza y
desesperanza por ser objetos de maltrato. Saben que los actos de violencia familiar
deben ser denunciados porque alguna vez en el colegio les han hablado sobre los
derechos de los niños. También manifiestan que la violencia sexual es cuando
alguien les hace daño a las niñas:

“…una vez en el colegio, un profesor violó a una niña…ahora ese profesor


ya esta en la cárcel…”.
Las niñas de las zonas urbanas refieren que la violencia familiar es cuando “…los
padres se pelean y generan más problemas en la casa”.

Además dicen:

“…yo creo que la violencia sexual es cuando un padre viola a la niña o niño, la
violencia sexual es cuando también un padre empieza a tocarte el cuerpo y te saca
la ropa. Los que cometen la violencia sexual son enfermos mentales”.

Aquí se pone de manifiesto la creencia acerca de que los violadores y violentadores


son enfermos mentales:

“…Es cuando el padre viola a su hijo y de paso convive con él bajo amenazas. El
violador siempre golpea a sus víctimas”.

Los niños de zonas rurales creen que es necesario cuidar a las hermanas ya sean estas
pequeñas o grandes, porque pueden ser víctimas de violación sexual. Creen que la
violencia es un abuso y que no se debería practicar, porque es un mal ejemplo que los
padres y las madres dan a sus hijos. Señalan que la violencia transforma a las personas
en seres más prepotentes o agresivos. Señalan también que los niños aprenden las
groserías que los padres se dicen y que son reproducidas en la escuela por ellos. Un
niño refiere:

“… yo cuido a mi hermana mayor, porque no quiero que le suceda lo que le


sucedió a una niña de la escuela que ha sido violada por el profesor”.

Muestran sentimientos de protección y cuidado hacia sus hermanas y hacia ellos


mismos, porque también creen y conocen que hoy en día no solo violan a las niñas,
sino también a los hombres; principalmente en lugares alejados de sus comunidades.
Los niños de la zona urbana creen, al igual que los de la zona rural, que la violencia
familiar como la sexual es mala; para contrarrestar esto, plantean como alternativa la
comunicación.

Si bien creen que la violencia es mala, como lo dicen en sus propias palabras, algunos
lo aceptan en casos que se justifique, como en los de desobediencia, de no
cumplimiento de las tareas que les encomiendan, algunos incluso dijeron:

“…como buen serrano, el ayacuchano adulto maltrata a su esposa sea en la zona


rural o urbana a patadas, golpes y maltrato psicológico”.

b) Desde la óptica de los adolescentes

Tanto los adolescentes hombres como mujeres de las zonas rurales y urbanas mantienen
la creencia de que el móvil del maltrato familiar se debe al consumo excesivo de alcohol
por los hombres; quienes para olvidar o no querer afrontar los problemas que se
presentan en casa prefieren estar siempre ebrios y así eludir su responsabilidad haciendo
responsable de su situación a la mujer.
Manejan la creencia de que es el hombre es el más agresivo y que no maneja sus
emociones, ya que se dejan llevar por sus impulsos de cólera, rabia hacia su pareja e
hijos. En las encuestas los adolescentes en general creen que las madres son más
cariñosas frente a la frialdad de los padres. Sin embargo, reconocen que las mujeres —
madres— son bastante violentas y agreden incluso más que el padre.

Los adolescentes sienten que el maltrato a la madre también se da porque ella es la


responsable del mal comportamiento del hijo y que no cumple eficazmente con su rol de
educar a su hijo para el bien, tarea que el hombre delega a la mujer bajo el pretexto de
que es ella quien pasa más tiempo con ellos y que el deber del marido es garantizar la
alimentación de la familia.

c) Desde la óptica de los adultos(as)

Los adultos(as) tanto de las zonas urbanas como rurales reconocen que castigan a los
niños y niñas, pero como una necesidad para educarlos y hacerlos personas de bien.

Las mujeres reconocen, como lo dijeron los adolescentes y los niños(as), que son las
madres las que castigan más en el hogar, aduciendo que ellas acumulan todos los
problemas de la casa y no tienen con quien “desfogar”. Ellas están todo el tiempo con
los hijos, acumulan la mala relación del esposo y chocan con los hijos. La hija es la
más maltratada y con frecuencia porque a veces no cumplen las responsabilidades que
le dan en casa, mientras que el hijo pasa más tiempo fuera de la casa. Las mujeres,
dicen ellas mismas, no tienen ningún espacio de recreación, ni espacios lúdicos donde
puedan procesar el conjunto de problemas que tienen que afrontar.

La creencia que induce a que los adultos(as) justifiquen el castigo, principalmente con
el chicote, es que este método genera disciplina y ordena los valores del niño(a), pues
su no empleo ocasionaría que cuando sean adolescentes se rebelarían contra los padres.

En la zona rural la rudeza del maltrato físico se presenta más fuertemente arraigada
dentro de sus prácticas, algunas citas nos pueden dar una idea de lo arraigado de esta
creencia:
• “…a los hijos hay darles un buen escarmiento, castigarles ejemplarmente para
que no lo vuelvan hacer, eso decían nuestros ancestros”.

• "Los niños cuando son grandes ya no se enderezan, entonces, mejor es


castigarlos de niño y crecen formaditos".

• “Por problemas ocurridos en el trabajo, golpean a los hijos”.

• “La madre es responsable durante nuestra ausencia en el hogar”.

Según la creencia heredada de sus antepasados, se considera el chicote (tres puntas)


como instrumento de corrección, el cual es también considerado por los hijos como
necesario para su formación en caso de haber cometido falta. Otra creencia es que
quienes maltratan más son los padres que no han concluido su formación y/o
educación.
El uso de la violencia contra la esposa también lo justifican bajo la creencia de educarla
y evitar que estas:
“...les saquen la vuelta y tengan un buen comportamiento y cumplimiento de las
tareas de la casa que son su responsabilidad principal” .

Los testimonios de los hombres son elocuentes. Los hombres de las zonas rurales
dicen:

• "Para que un hombre maltrate a su mujer hay un motivo fuerte, primero tiene
que orientar y explicar, Si el hombre la golpea a la mujer, es porque tiene un
amante y no es porque tiene deseo sexual”.

• “A veces las señoras no comprenden a buenas y hay que darles un


par de manos, pero no tanto”.

• “Si lo hubieras maltratado bien, tu mujer no te hubiera dejado”.

• “Ahora las mujeres se amparan en sus derechos, pero si no cumplen con


atender a sus esposos, qué podemos hacer”.

• “Si no le pegas, se te vienen encima ya”.

Los hombres urbanos dicen:

• “En la ciudad es mayor por el vicio, ya que en la ciudad hay más fiestas donde
se emborrachan y luego maltratan a sus esposas”.

• “… si el hombre ha conseguido su amiguita o su amante como le quieran


llamarle y vuelve al hogar a agredirla a veces celándola, a la esposa”.

• “El esposo ordena y no obedece, no hace caso necesariamente, el varón tiene


que echar mano”.

• “De acuerdo con las circunstancias del pelo, una patada, cachetada, eso es
aceptable”.
CONCLUSIONES

Concluimos que las principales creencias que se encuentran arraigadas en el mundo


andino, sean en las zonas urbana o rural, y que atraviesan también los sexos y los grupos
etáreos son:

“Las mujeres, por naturaleza, son más delicadas, amorosas y cariñosas que los
hombres”. A partir de esta creencia están destinadas a ejercer funciones que
garanticen la reproducción social, las tareas domésticas, las funciones “maternales”,
más allá de su capacidad reproductiva. Es esta condición natural la que les otorga
características de debilidad, pasividad y sensibilidad.

“Los hombres son más fuertes por naturaleza” y, por lo tanto están preparados
para la acción y la fuerza. Estos supuestos, implícitos y explícitos, definen una
jerarquía en el sistema de las relaciones familiares que la configuran como pasibles
de violencia. Al interior de esta jerarquía, se definen jefaturas, relaciones de
pertenencia. El jefe generalmente es el hombre, en su calidad de padre. Tiene bajo
su poder a “su mujer” y a “sus hijos”, ellos son de su propiedad. Bajo estos
supuestos legitimados socioculturalmente, se definen entonces las relaciones con
los hijos —niños(as), adolescentes—, con las parejas. Se “legitiman” las acciones
violentas hacia ellos. Todos estos supuestos, consensuados socialmente,
corresponden a un modelo autoritario de familia, donde el respeto no es entendido
como reciprocidad entre los miembros, sino que es definido a partir de una
estructura de poder vertical. La dependencia de los más débiles a los más fuertes se
refuerza, y la autonomía es un derecho no reconocido igualitariamente para todos
los miembros del sistema familiar. “Ellos tienen derecho a definir sus tiempos”,
“Pueden llegar tarde a la casa”, “Ellas son más débiles, hay que cuidarlas”, “Ellas
no pueden llegar tarde a casa”, etc.

“El látigo (tres puntas) no es maltrato, es un castigo. El castigo es educativo”.


El uso y la práctica del castigo están generalizados y aceptados socialmente. Parten
de la creencia errónea de que si se les corrige a golpes desde niños crecerán más
derechos y serán personas de bien. En la práctica el maltrato se ha instituido como
“natural”, “educativo”, se ha tornado en algo cotidiano y, por lo tanto, ya no es
sancionado socialmente. En el caso de los hijos, el castigo —educativo y
formador— se justifica cuando han incumplido con las tareas, se portan mal,
desobedecen, no logran obtener buenas notas en la escuela, cuando se dedican a
jugar por largas horas y, en el caso de las mujeres, porque no comprenden y no
hacen caso.

“Todo lo que pasa entre la pareja es de su incumbencia”. Creencia que bloquea


de alguna manera una intervención desde la sociedad. Se pretende mantener el
problema de la violencia familiar, sexual dentro del ámbito privado
exclusivamente.

“El hombre es el jefe de la casa y, por lo tanto, es el que manda”. La cultura


machista existente en la sociedad andina juega un papel importante y determinante
en la configuración de los roles familiares. A partir de esto se da con mucha fuerza
la infidelidad del hombre, situación que reafirma su machismo y de una u otra
manera se cree superior a un hombre “tranquilo, comunicativo, que hay en la
comunidad”.

“Los maltratadores casi siempre están borrachos”, hecho que no es cierto, ya


que son muchos los casos de denuncias en las que el hombre agresor estaba
totalmente sobrio. Durante el proceso de recojo de información hubo casi una
descripción, hecha por los niños(as) y adolescentes, del perfil del agresor: esposo,
borracho, reclama atención de la esposa, generalmente pide sus alimentos. Reclama
además una “buena atención” por el dinero que da. También se define un perfil de
la esposa que es víctima de la violencia: mujer sumisa, siempre reclama que no le
da el suficiente dinero para la magnitud de la atención que exige, además le
reclama la infidelidad del esposo. Justamente por los reclamos es que se inicia la
agresión con insultos primero, que llegan hasta los hijos(as) y luego la agresión
física.

En el caso de los maltratadores, desde la perspectiva de ellos y ellas, son


considerados y se autoconsideran a sí mismos con mayor poder sobre los que
ejercen la violencia, a los cuales consideran con menor poder. Hay que resaltar que
quienes sufren las situaciones de violencia ocupan un lugar de vulnerabilidad
dentro de la familia: las mujeres y los niños y las niñas, que estadísticamente
revisten la mayor casuística, en cambio los hombres maltratados ocupan un
porcentaje bastante minoritario y se encuentran generalmente vulnerables en razón
de su edad o físicamente frente a sus parejas.
3.4. PERCEPCIONES SOBRE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL

En este capítulo vamos a presentar y analizar las actitudes, las opiniones y los actos que
han manifestado las personas en torno a la problemática de la violencia familiar y sexual;
tanto en los grupos focales como en las encuestas. Lo hemos dividido en cuatro partes
según los tipos de violencia: física, psicológica, por negligencia y sexual. En cada uno de
estos puntos analizamos la afectación a niños(as) y mujeres adultas, y también desde la
óptica de los niños(as), adolescentes y adultos(as), tanto de las zonas urbanas como rurales.

Violencia física

a) Contra niños(as) y adolescentes

La percepción general es que casi el 70% de niños(as) (más las niñas) son víctimas de
violencia física.

“Las niñas son más maltratadas, ya que ellas son las que tienen mayor
responsabilidad en la casa, si no ayudan les castigan”.

Esta cifra es mayor en las zonas rurales, donde la violencia está presente en casi todos los
actos de la vida cotidiana. Así mismo, son las madres las que maltratan con mayor
frecuencia, pero es el padre el que maltrata con mayor crueldad, principalmente a los
niños. En las zonas rurales casi el 80% de niñas y niños son víctimas de maltrato físico por
el padre y la madre, y en algunos casos se suman otros miembros de la familia como el
hermano(a) mayor, el tío.

Formas más comunes de maltrato físico. Las modalidades de maltrato son muy crueles
y estas se dan con mucha frecuencia. Son ejercidas tanto por el padre y por la madre y por
quienes hacen las veces de ellos, como puede ser el padrastro:

• “Nos pegan casi diario, suplicamos a nuestras madres que no nos peguen, les
suplicamos y les decimos: ‘¡Ya basta! No quiero que me pegues más’, en cambio
ella no entiende y me sigue pegando insultándome más y me dice: ‘Cállate
¡carajo!’ y me sigue pegando”.

• “A mí, mi papá me ha colgado con una soga por desobedecer, mi padre me ha


colgado de mis axilas a una viga. Y encima me pega, a pesar de que yo lloro no se
compadece de mí”.

• “La mamá nos pega hasta sacarnos sangre a veces y nos tira tres chicotazos”.

• “Con chicote, tres puntas, correa, con palo, y nos gritan, nos dicen: ‘váyanse
niñas ociosas, no quiero verlas’ ”.
• “A las mujeres les pegan con las tres puntas pero solo dos chicotazos en cambio a
los varones nos tira tres chicotazos”.

• “El padrastro no nos quiere, nos trata mal, nos pegan. Siempre mi padrastro habla
que no soy su hija y por eso me pega”.

Esta exposición permanente de maltrato físico en la cual se encuentran los niños(as) de las
zonas rurales, les causa muchos daños físicos como moretones, rasguños, fisuras de hueso,
quemaduras, entre otros. No sólo en sus casas son maltratados(as), sino también en sus
centros educativos, aunque en menor frecuencia y grado.

“los profesores nos pegan también, pero solo nos tiran un chicotazo en el trasero,
ellos nos tiran con la correa también cuando nos hacemos tarde en llegar a la
escuela, por haber incumplido las tareas”

Así también las niñas y niños son maltratados por otros miembros de la familia como el
hermano mayor y el tío:

• “Pero los hermanos mayores son mas abusivos, sino me pega mi mamá, me pega
mi hermano o hermana mayor”.
• “También los hermanos mayores nos pegan cuando no cumplimos con las tareas
del colegio”.
• “A veces mi tío también me pega cuando no le compro lo que me manda”.

Los niños(as) son maltratados por muchos motivos: cuando no realizan las tareas
escolares, cuando sacan malas calificaciones, cuando contestan a los padres, cuando no
hacen caso a los padres, cuando juegan mucho, cuando salen con las amigas a jugar,
cuando no cuidan a los animales, cuando no traen leña, cuando la mamá se queja de su
comportamiento, cuando otros se quejan de su comportamiento, cuando se demoran en
hacer las tareas domésticas, cuando pierden o rompen algo, cuando cogen cosas ajenas,
entre otros. En general los niños(as) son maltratadas por todo. Aprovechan su situación de
desvalidez y vulnerabilidad. A pesar de toda esta situación de frecuente maltrato, sienten
mucho temor de avisar a alguien o, por eso, de aumentar la ira de sus padres. Ellas piden
que hablen con sus padres para que dejen de maltratarlas, pero a la vez temen que se
enfurezcan más:

“No, no avisamos a nadie tenemos mucho miedo, porque peor nos pueden pegar”.

Justificación del maltrato

Los adultos hombres y mujeres de las zonas rurales ACEPTAN y JUSTIFICAN el uso
del látigo y/o el chicote como medida de corrección y disciplina. El uso del látigo o del
chicote está legitimado, por eso no es visto como maltrato, sino todo lo contrario, es visto
como un acto de amor. Hacen una clara distinción entre maltrato y castigo.

El maltrato es asociado con las patadas, los jalones de pelo, las cachetadas, el lanzarles
objetos, entre otros. De otro lado, el castigo se da a través del látigo o chicote de 3 puntas;
tiene todo un proceso ceremonial que empieza explicándole al hijo(a) el porqué se le está
castigando, diciéndole que “es por su bien, de grande se los vas a agradecer”, después de
eso pasan a tirarles tres latigazos o chicotazos (la intensidad del impacto depende de la
falta cometida). El niño(a) tiene que rezar el padrenuestro mientras recibe los látigos.
Finalmente el niño(a) tiene que besar el chicote y agradecer al padre por corregirlo. Algo
importante que señalan al respecto es que si pasan de tres latigazos se convierte en maltrato
y eso sí es condenado por la familia:

• “El tirar chicote es un acto de disciplina y ordena los valores del niño”.
• “Es necesario para controlarlos mientras son niños, ya que cuando son
adolescentes se rebelan los hijos contra los padres”.
• “Castigar con chicote para corregir errores puede ser por haber robado, violado
a una niña, peleado con un compañero, para que no repita malas palabras, etc”.
• “Chicote es para corregir: puede haber robado, discutido con un compañero, un
joven haya violado a una niña y le advierte con tres chicotes”.

Un detalle interesante es que hay un simbolismo en lo que significa el “castigo”, siempre


es con el látigo de “tres puntas”. Se lo hace en un horario especial (madrugadas) y merece
además una explicación del por qué y para qué se hace, muchas veces es aceptado de esa
manera por las mismas víctimas. Los niños(as) también justifican el maltrato, señalando
que sus padres les pegan porque ellos han hecho algo malo, o porque han desobedecido a
sus padres, o porque no hacen bien las cosas:

• “A veces en la mañana, a las 4 de la mañana, se le llama la atención aconsejándole


sobre la vida, en el caso de que no estudia, y se le dan dos chicotes”.

• “Nos tiran chicotes fuertes en los pies para no salir a caminar a la calle, ante nuestros
padres nos han tirado con chicote, siempre llamando la atención y hemos cultivado
alto valor. Y ahora cuanto más les enseñas y tienen derecho, se han perdido más los
valores”.

• “Me parece bien, porque si no, se desligan, se tuercen”, “me pega porque me porto
mal, no hago caso, tiene razón de pegarme”.

A partir de la pregunta: “Si deben ser denunciadas algunas acciones”, en la encuesta


podemos ver la percepción que tienen acerca de lo que consideran maltrato. Tenemos que
en el caso de los adolescentes, los tipos de agresiones planteadas son percibidos como
violencia y deben ser denunciadas, pero hay diferencias en la magnitud, puesto que está en
relación de la gravedad o la intensidad de los daños, o la fuerza con que se la emplea, tal
como lo plantearon, y que es reforzada por las respuestas logradas. En orden de prioridad
están aquellas acciones que desfiguran, que exigen la presencia de personal de salud, como
las quemaduras, las roturas de huesos, de nariz y, en menor medida, los jalones de pelo, las
patadas y las cachetadas.
ADOLESCENTES
Población rural y urbana: ¿Crees que estas
acciones se deben denunciar?

100
96.9 97.4
92.1
78.1 78.9 Jalones, patadas
ycachetadas

Quemaduras,
roturas de
cortes,
21.9 21.1 nariz o cabeza
huesos,
7.9 Quemarles la boca o
3.10 2.6 los pies a los hijos.
SI NO SI NO
URBAN RURAL
O

Las formas más comunes de maltrato físico encuentran algunas diferencias en las zonas
urbanas y sectores económicamente acomodados. Se van aplicando nuevas formas de
sanción, como ellos mismos dicen producto del aprendizaje en espacios de capacitación
acerca de lo perjudicial que puede ser el maltrato. No por ello deja de existir y de tener una
prevalencia importante el maltrato físico, principalmente el ejercido con la correa (a
diferencia del chicote de las zonas rurales), siempre bajo la justificación de la disciplina:

• “Me castiga y me quita lo que más me gusta hacer”.


• “Mi padre me castiga no dejándome salir, no me deja ver televisión y tampoco
usar la computadora”.
• “A mí me privan del básquet a mí me gusta hacer deporte, pero si cometo algo
indebido, mis padres me castigan privándome de lo que más me gusta hacer que es
mi deporte”.

Las niñas y los niños afirman que el maltrato hace que los hijos se vuelvan delincuentes,
pandilleros, drogadictos o borrachos. Y las hijas salen embarazadas a temprana edad. En
las zonas urbanas hay un conocimiento y reconocimiento de sus derechos y deberes, por lo
menos lo plantean y sustentan con mayor vehemencia, aunque no siempre con buenos
resultados frente a sus padres.

• “No está bien que maltraten a los niños porque afectan su desarrollo físico y
psicológico, además cuando sean padres ellos pueden reproducir con sus hijos lo
que hicieron con él cuando era niño”.
• “No, no se debe pegar a los niños, porque guardamos rencor hacia las personas
que nos están pegando”.

En las familias inmigrantes de las zonas peri-urbanas, la presencia de violencia física


contra niños y niñas es mayor, esto se debe a que la mayoría de familias provienen de los
distritos rurales aledaños, y además muchos de ellos mantienen vínculos con sus lugares de
origen.

• “Yo maltrataba antes a mis hijos con palo, con soga de jebe, porque no quería que
sean madres solteras, o que mis hijos tengan hijos, por eso les pegaba y
controlaba, y en Semana Santa me tiraban chicote porque me sentía mal
(escuchaba charlas de derecho)”.

• “Un lapo leve, para que diferencie lo bueno y lo malo”.

• “Nos tiran chicotes fuertes en los pies para no salir a caminar a la calle, también
nos dejan moretones en nuestro cuerpo, nos jalan de la oreja y del cabello”.

Justificación del maltrato

La mayoría de adultos de las zonas urbanas y peri-urbanas (al margen de que lo hagan o
no) opinan que castigar a los hijos(as) con correa o látigo (tres puntas) es bueno para que
crezcan derechos, no se vuelvan ociosos, ni rateros; aunque en las zonas urbanas su uso no
es masivo como en las zonas rurales. Pero sí es visto como una modalidad de “corrección”
que es principalmente utilizada por el padre:

• “Castigo está bien, es para corregir”.


• “Dar tres azotes arrodilladas”.
• “Castigo es una forma de corregir y no es maltrato”, “los niños cuando son
grandes ya no se enderezan, entonces, mejor es castigarlos de niño y crecen
formaditos”.

Los niños, las niñas y los adolescentes opinan coincidiendo en señalar los siguientes
hechos como merecedores de castigo: no hacer no hacer caso a sus padres, contestar
irrespetuosamente, no cumplir con las tareas encomendadas, sacarse malas notas, llegar
tarde a casa, hacer travesuras, tomar plata para ir a Internet, agarrar cosas ajenas, salir sin
permiso a la calle, por mencionar los motivos más recurrentes:

• “Si mi hijo se porta mal, tengo que castigarle”.


• “Hay que llamarle la atención, pero si lo vuelve hacer con tres puntas, sino con la
correa porque no ha entendido a buenas”.
• “Siempre hay que castigarlos por algo pero no de forma exagerada”.

b) Contra mujeres adultas

Según los datos de la Línea de Base del Programa de Lucha Integral contra la Violencia
Familiar y Sexual en Ayacucho, el nivel de prevalencia de la violencia física contra
mujeres de 15 a 60 años de edad es de 55%. Esta cifra es mayor en las zonas rurales, donde
la violencia está presente en casi todos los actos de la vida cotidiana, y es asumido muchas
veces con resignación:

“Anteriormente ante el maltrato del esposo, solo llorábamos, el hombre era


nuestro mundo, lo máximo, de él dependía la comida, ropa, casa, protección, no
tenía familia a mi lado para que me apoye, por ello ante tanto maltrato no me
separaba, pensaba en mis hijos, por que no tenía adonde llegar. Me resignaba a
vivir en el maltrato porque no tenía a quién contar”.

Formas más comunes de violencia física: en las zonas rurales el empleo de la violencia
física contra la mujer es muy frecuente, llegando a dañarlas seriamente. Esto se debe a la
persistencia del machismo en estas zonas, aunado al poco conocimiento de las mujeres
sobre sus derechos y las leyes que las protegen. Así mismo esas situaciones de maltrato son
asociadas de manera directa al consumo de alcohol. Son los niños y niñas los que con
mayor énfasis perciben el alcohol como móvil de la violencia, afirman que cuando el
padre toma se vuelve más violento, y la primera persona a quien golpea es la madre. Las
modalidades más comunes son los puñetes, las patadas junto con los insultos que agreden
principalmente su “dignidad” como ellas mismas dicen:

• “Les pegan a través de puñetes, patadas y generalmente les pegan cuando no han
cocinado”.
• “También les pegan a las madres cuando llegan mareadas, los padres se ponen
celosos y les dicen: ‘Con quién has tomado’ ”.
• “Mi esposo mucho me ha estropeado, me pisaba, yo no le denunciaba, tenía temor,
vergüenza, la gente va comentar de mí, hablarán argumentando más cosas”.
• “Es poco lo que les pasa a otras mujeres, a mí como a su perro me maltrata, me
desmaya, desde la punta de mis pies hasta la punta de mi cabello me deja
morada”.
• “Como siempre mi papá se mareaba y en vano le hacía lío a mi mamá, mi mamá se
dedicaba a pastar lo ganados, ella se dedicaba trabajar en la chacra, iba a la
feria para traer el alimento de casa y comer. Así de la nada, cada vez que se
mareaba, en cambio mi papá no hacía nada, a mi madre le trataba de ‘perra, puta,
mierda’ ”.
• “De la nada, se mareaba y mucho le decía: “Mierda”, y le golpeaba, pateaba, así
patadas le ha terminado sus dientes, sus cabellos jaloneando lo ha terminado”.

Nuevamente los niños(as) piensan en crecer y ser fuertes para defender a sus madres, así
van acumulando resentimiento, tristeza y, con ello, van deteriorando su salud mental.

• “Mi padre le tiró un puñete a mi madre en la cara, nosotros aún no podemos


defender a nuestras madres porque aún somos niños, pero si tuviéramos 15 años
ahí sí lo haríamos, a esa edad podemos soportar cualquier puñete”.

• “Yo veía cómo le pegaba a mi mamá, porque era pequeña no podía atajarla, una
vez le ataje a mi mamá y como a un perro me ha tirado al suelo, así cuando le
atajaba no me hacía caso porque éramos pequeños, ahora tengo 17 años, que le
pegue ahora en mi delante”.

Justificación del maltrato

Los hombres rurales golpean a sus parejas por muchos motivos, todos derivados de su
posición de dominio y hegemonía, tanto al interior del hogar, como en la vida comunal:
• “A veces las señoras no comprenden a buenas y hay que darles un par de manos,
pero no tanto”. “No me ha preparado la comida, no ha atendido a los hijos y si
contesta hay que pegarle”.
• “Que se le castigue, podría ser porque no cocina, no hace caso en el hogar, no
cumple la tarea de la casa, no atiende bien a los hijos, el castigo es para que se
corrija”.
• “Por haber sacado la vuelta a su pareja”.
• “Porque le alza la voz”. “Hay mujeres que provocan al esposo, le celan, se meten
con el vecino, comentan chismes, pleitos, ante ellos el varón utiliza la fuerza y le
golpea”. “Las mujeres no comprenden, no entienden y no hacen caso”.

Los niños y las niñas de las zonas rurales señalan que el padre puede maltratar a la madre
en caso de que sean infieles y cuando no realicen las actividades domésticas a tiempo. Los
niños señalan también que el padre le puede pegar a la madre cuando la vea conversando
con otro hombre, manifiestan que la mujer no debe conversar con otro hombre que no sea
su pareja.

La mayoría de los segmentos de estudios coinciden en que la infidelidad de la mujer debe


corregirse con el castigo, esa acción las hace merecedoras de maltrato; en cambio, la
infidelidad del hombre no es pasible de maltrato, esto lo justifican bajo la creencia de que
los hombres “tienen mayores necesidades sexuales” y, por ello, se les permite tener parejas
alternas.

Nuevamente está presente en las comunidades rurales la diferenciación que hacen entre
MALTRATO Y CASTIGO. Como ya lo dijimos, el castigo, a través del látigo o chicote,
es visto como algo bueno porque ayuda a educar, tanto a los hijos(as) como a las parejas.
Su uso con las mujeres adultas es distinto, porque no siempre es la pareja la que tira el
látigo, sino el “compadre” o el padrino de matrimonio, pero siempre es por petición de la
pareja. Estas personas tienen por función velar por la armonía de la familia y, por eso,
emplean este tipo de castigo. Cabe señalar que esta medida de disciplina también se aplica
al padre, pero no en la misma frecuencia que a las esposas.

Zona Urbana

Formas más comunes de maltrato físico:

En las familias económicamente solventes, la frecuencia del maltrato es menor que en las
zonas peri-urbanas o rurales. En esta zona se da mayor presencia de violencia psicológica a
través de insultos y gritos, basados principalmente en la situación de desigualdad
económica entre mujer y hombre. En menos oportunidades llegan a los golpes.

La percepción de los niños(as) de la zona urbana de Huamanga es que la violencia física


contra la mujer se da en las familias pobres o en las con mucho dinero. Asocian el maltrato
con la delincuencia, la drogadicción, en suma, con familias disfuncionales. No sienten que
en sus hogares se esté dando esta problemática:
“Las situaciones de maltrato se dan principalmente en aquellas familias en donde
prima la drogadicción, en aquellas familias donde algunos de los integrantes son
rateros”.

Así mismo señalan que los padres de familia no deben pegar a la madre, y además platean
de que el diálogo es el mecanismo más eficaz para poder solucionar los problemas. Que
por ningún motivo los padres deberían lastimarse. En las familias peri-urbanas de situación
económica precaria, se da con mayor frecuencia el maltrato físico hacia la mujer. Esta
diferencia se puede deber a que provienen de comunidades rurales en donde mantienen
más arraigado el uso de la violencia para “controlar” a sus parejas.

• “Golpes en el ojo, cabeza, patada en todo el cuerpo, jalones de cabello, patada en


la espalda, con chicote”.
• “Si hasta ahora mis padres se meten la mano, nosotros le separamos y le
conversamos, él se altera y nos grita, dice: ‘Estoy hablando con mi esposa,
ustedes no se metan’, se levanta y se va”.
• “El esposo ordena y no obedece, no hace caso necesariamente, el varón tiene que
echar mano”.

Las mujeres perciben que sus parejas se vuelven más violentas cuando tienen otra mujer,
por eso se aburren de ellas, las maltratan por cualquier cosa, les buscan motivos para
discutir y pegarles. Manifiestan que eso lo hacen con el único fin de que la mujer se aburra
y diga que se quiere separar y así el hombre queda libre para estar con la otra mujer.

• “Por qué será que si el hombre ha conseguido su amiguita o su amante, como le


quieran llamar, y vuelve al hogar a agredirla a veces celándola”.
• “Les pegan porque tienen su amante, también porque te acusan de tener un
amante, es decir, te compara a su situación, busca motivos de la nada y te
maltrata”.

La presencia del padre borracho y violento está muy presente en las familias rurales, en los
grupos focales apareció con mucha claridad la asociación que hacen entre la violencia
física y el consumo de alcohol, como una dualidad. Esto no quiere decir que sobrio no las
maltrate. Actualmente las mujeres de las zonas urbanas están tomando conciencia de sus
derechos y esto las ayuda a disminuir la violencia familiar. Las mujeres, al ir adquiriendo
autonomía económica, exigen mejor trato.

Justificación del maltrato

La mayoría de los hombres justifican el maltrato hacia su pareja “por las cosas que les
dicen sus amigos, vecinos o familiares”. La palabra más ofensiva para ellos es “sacolargo”,
ellos toman esta expresión como una señal de alarma, con lo cual la mujer se pone en la
mira. Esta frase tiene varias significaciones, como ‘afeminado’, ‘engañado por su mujer’,
entre otros:

• “El peor insulto para el hombre es que le digan ‘sacolargo’ ”.


• “Al hombre le dicen ‘sacolargo’, si apoya a su mujer en las tareas domésticas”.
• “Le dicen ‘sacolargo’, sino comparte con el grupo el tomar licor”.
• “Cuando la mujer le es infiel o le saca la vuelta con otro hombre, al esposo le
dicen ‘sacolargo’, que le están haciendo saco”.
• “Le dicen ‘sacolargo’ al hombre, cuando no salen a jugar con sus compañeros, no
toman juntos en las cantinas, el amigo le invita y no acepta, ahí le dicen mandado
por su mujer”.

Otra de las justificaciones para el ejercicio de la violencia contra la mujer es su


participación en las organizaciones, porque los hombres temen que aprendan a conocer sus
derechos y exijan un trato digno y, con ello, perderían su posición de superioridad:

• “Hay un caso de una mujer líder, su esposo manifiesta que su pareja desde que
está en la organización ha cambiado”.
• “…Ya no atienda las tareas domésticas, ya no le sirve a la hora la comida, le dice:
‘Sírvete pues’, ustedes están dando mala cabeza a mi esposa, antes lavaba mis
pies, mis manos, ahora no, está feliz descansando”.

Los niños, las niñas y los adolescentes de las zonas peri-urbanas manifestaron que la
infidelidad de las mujeres las hace merecedoras de maltrato. Esta justificación es aceptada
por casi todas las mujeres (niñas, adolescentes y adultas), manifestando estar de acuerdo en
que las mujeres que engañan a sus maridos deben ser castigadas.
Otra de las causales de maltrato es la no obediencia de la mujer al marido y el faltarle el
respeto. Esto nos demuestra una clara desigualdad entre hombres y mujeres.
Las mujeres de las zonas urbanas y rurales no denuncian por la dependencia económica o
psicológica, por la poca autoestima y porque no cuentan con el acompañamiento y apoyo
de instituciones, y por la pérdida de confianza en el Poder Judicial.

• “No puedes denunciar, porque es quien trae el dinero, y si te quejas donde tu


mamá él te dice: tu mamá que te mantenga”.
• “Ella decía: ‘La gente que nos dirá, nos va criticar’, nuevamente se unía con mi
papá, ella decía: ‘Mis hijos, ya voy a tener nietos, qué puedo hacer, ya no puedo
hacer nada, la gente me va criticar, me dirán por qué razón le ha dejado a esta
mujer, seguramente le ha sido infiel por eso le dejó, así me diría la gente, es lo que
penaba mi mamá, le aguantaba siempre mi mamá”.
• “No comenté a nadie, no hice ver mi rostro a nadie, por miedo, temor, no lo
denuncié porque temía que le llevaran a la cárcel, y si se diera el caso, quién le
daría de comer, de vestir a mis hijos, qué sería de mi vida, si me dedico a
denunciar voy a estar de queja en queja, es para los que tienen dinero, a mí que me
va a reparar la justicia”.
• “Justicia es para los que tienen dinero, si voy a dedicarme solo a ello, quién va a
dar de comer a mis hijos y a mí”.

Violencia psicológica

a) Contra niños(as)

Zona Rural
Como producto de la exposición permanente al maltrato físico y psicológico en que están
la mayoría de las niñas y niños de las zonas rurales, tienen afectada seriamente su salud
mental. Entran en profundas depresiones que los llevan a pensar en el suicidio, o en huir de
casa. Así mismo manifiestan actitudes de inseguridad, timidez, desconfianza, rencor y poca
alegría:

• “Yo he querido suicidar tomando veneno de ratas, pero no pude”.


• “Pensaba en escaparme, juntaba mis 20 céntimos que me daban para mi pasaje”.
• “Para que me habrán traído a este mundo, para qué”.
• “Yo me siento mal cuando me pega mi papá y solo pienso en crecer y ser grande
para yo también pegarle, quisiera matarlo”.
• “Nos sentimos tristes, mal y pensamos en solo el odio hacia los padres. Pero
después nos pasan”.

Los niños y las niñas dicen que está mal que los insulten, que los comparen con animales,
o con otras personas. Más son las niñas quienes cuestionan estos malos tratos y a veces
cuando la madre está tranquila o cuando el padre no está borracho les hablan. Las niñas y
niños reconocen que los malos tratos les causan mucho daño, les duele el corazón y sólo
quisieran irse lejos para olvidar.

Los adultos en general no perciben que los insultos, los gritos y los malos tratos sean
formas de violencia, lo perciben como algo “normal” que siempre se ha dado y que además
nadie se muere por el hecho de que lo insulten. Una de las principales razones por las que
los niños y las niñas son maltratados psicológicamente es por el mal desempeño en los
estudios:

• “No trae buena calificación y le dice burro, pastea chancho, no eres mi hijo, hijo
de un burro serás, le compara con el hermano mayor, y le dice que es mejor que
él”.
• “Los padres de estas comunidades prefieren que el joven o niño priorice primero
los trabajos en la chacra o los quehaceres del hogar , cuando el hijo le plantea y le
dice tengo otras responsabilidades como realizar mis trabajos del colegio, tengo
mis trabajos grupales el padre no entiende y le dice primero haz los trabajos de la
casa”.

Zona urbana

Al igual que en las zonas rurales, las niñas y los niños están expuestos permanentemente
al maltrato psicológico, lo que daña su salud mental.

“No saben tratar a sus hijos, ejercen mucha violencia psicológica, los tratan de
burro, asnos… mi esposo le dice: “Ocioso, vago, no eres mi hijo, tragalón,
zángano”.

Su papá le dice:
“Solo sirves para la cocina, machona, tullpa silvaq, callejera, “perrucha”, como
serás cuando tengas pareja, tu pareja te dejará”.

Los padres conciben que la violencia psicológica no causa mucho daño como los golpes.
Es por ello que esta modalidad de violencia está muy presente en todas las casas y a toda
hora. Los niños urbanos claramente reconocen que los insultos, las comparaciones, son
malos tratos y que eso les causa daño a su salud mental. Queremos resaltar el papel
fundamental que cumple la educación para la erradicación de los tipos de violencia.

Desde la percepción de los adolescentes. El siguiente cuadro estadístico nos presenta el


nivel de tolerancia que tienen los adolescentes sobre los actos de violencia psicológica.

ADOLESCENTES
Población urbana y rural: ¿Se deben denunciar
estos casos?
84.6
76.3
73.7
71.8

Los insultos, desprecios,


ofensas, malos tratos

28.2 26.3 Insultar o despreciar a


23.7
15.4 los hijos, hacerles sentir
que son una carga

SI NO SI NO

URBANO RURAL

Si bien la mayoría de los adolescentes manifiestan que las acciones ahí mencionadas son
pasibles de denuncia, hay que señalar una diferencia porcentual (casi un 25%), tanto en las
zonas rurales como urbanas.

b) Contra mujeres adultas

Según los datos de la Línea de Base del Programa de Lucha Integral contra la Violencia
Familiar y Sexual en Ayacucho, el nivel de prevalencia de la violencia psicológica contra
mujeres de 15 a 60 años es de 51.5%.

Zona Rural
Si bien las cifras globales de violencia psicológica contra las mujeres es de 51.5%, esto se
incrementa considerablemente en las zonas rurales. Siempre o casi siempre en los casos de
violencia física también se hace uso de la violencia psicológica. Pero no siempre la
violencia psicológica va de la mano con la física:
• “En vano me compara a su sucia vida, ha estado con una sucia mujer (Allqucuspa
casada warmihuan) con una mujer casada y con hijos, comparándome con esa
mujer me golpeaba, yo callada lloraba, me decía por qué me golpea”.
• “Porque yo asistía a los clubes de madres, me decía: ‘Ahí las mujeres sus mañas
están comentando, se están enseñando, para eso se reúnen’ me dice”.
• “No vales para nada, fea, vieja, no sirves, asno, raqra, puta, inútil, tonta,
asquerosa”, “Así de la nada, cada vez que se mareaba me decía: ‘Perra, puta,
mierda’ ”.

Las mujeres sienten que está mal que las traten de esa manera, que ellas son personas y,
por lo tanto, deben ser respetadas. Los insultos que más les causan daño son los
relacionados con su sexualidad. Que les digan “perra”, “puta” les causa mucha rabia y
dolor. Pero, a pesar de ello, estos casos no son denunciados. Los hombres tratan de
justificarse culpando al consumo de alcohol por esta actitud:

“Cuando uno está borracho cualquier tontería habla”.

Los adultos hombres y mujeres reconocen que en sus comunidades de origen se burlan de
las mujeres hasta hacerlas sentir mal, que las humillan delante de otras personas, las
amenazan con quitarles a los hijos si no les hacen caso y muchas veces las amenazan de
muerte. Entonces como podemos observar mayoritariamente las mujeres están expuestas a
tratos humillantes.

Zona urbana

La violencia psicológica es el tipo de mayor prevalencia es las zonas urbanas:

• “No está contento con lo que tú trabajas en la chacra, ni con lo que le acompañas
durmiendo en la cama”.
• “No vales para nada, feas, viejas, no sirves, asno, raqra, puta, inútil, tonta”.
• “Te dicen tonta y pacienzuda, porque haces las cosas con calma para que salga
bien la comida y ellos se preocupan por que les des rápido”.
• “A la mujer casada le asienta el ojo morado”.
• “ ‘Carajo, te saco la mierda’, generalmente lo dicen y hacen mareados, te
compara con otra mujer”.

Los niños y las niñas afirman que casi siempre hay casos de violencia psicológica, que los
padres cuando discuten se insultan, se dicen cosas muy duras:

• “Le bota de la casa, le dice que recoja sus cosas y sus ropas y que se vaya, pero mi
madre a veces se resiste a irse de la casa y le dice: ‘Tú siempre me botas, porque
te comportas así y mi padre no hace caso; y sigue haciendo bulla”.
• “Muchas veces también el padre le amenaza de muerte a la madre”.
• “Los padres y las madres no se apoyan, no se entienden, por ejemplo, cuando los
hijos les piden a sus padres que le compren un cuaderno ambos padres empiezan a
pelear diciéndose entre ambos que por qué no compras tú acaso solo yo voy a ver
la educación de mis hijos”.
Las mujeres víctimas de violencia opinan que le tienen mucho miedo al esposo o
conviviente, hacen las cosas a su gusto para que no las traten mal, procuran llegar rápido si
salen. Están en permanente estado de alerta, lo cual perjudica notablemente su salud
mental. Las mujeres condenan estos actos, están concientes del daño que les causan, pero
no se atreven a denunciarlo por temor al “qué dirán”, además porque en las comisarías no
les hacen caso diciéndoles “¿de eso te quejas?”:

“Hay señoras que salen a la calle a hacer sus respectivas compras y están con el
temor de llegar tarde, con recelo de conversar con alguien, eso no es respeto”.

Violencia sexual

a) Contra niños(as)

Según los datos de la Línea de Base del Programa de Lucha Integral contra la Violencia
Familiar y Sexual en Ayacucho, se ha encontrado un 3.7% de casos en los que se reporta
violencia sexual contra los menores.

Zona rural

Las personas de las zonas rurales opinan que en sus comunidades se han incrementado los
casos de violencia sexual contra niñas y niños. Así mismo la gran mayoría reconoce que la
violación sexual es un delito y, por lo tanto, debe ser denunciado. Pero de manera
contradictoria son pocos los casos que llegan a denunciarse, y de estos son menos los que
terminan con sentencia. Esto se debe a la poca confianza que le tienen al aparato judicial
sumado a las carencias económicas:

• “Anteriormente cuando éramos niñas, tranquilas caminamos solas por las calles,
no se escuchaba con frecuencia una violación sexual; actualmente la violación es
frecuente, desde las adolescentes hasta las personas adultas”.
• “Anteriormente era tranquila la casa, caminamos tranquilas, no se escuchaba
nada de estos temas”.

La mayoría de niños(as), adolescentes y adultos opinan que son los hombres los principales
violadores. Estos son llamados “enfermos mentales”, “débiles”, así también asocian los
casos de violencia sexual con el consumo de alcohol.

Algo muy importante es que los hombres adultos manifestaron que existen factores de
riesgo en el hogar que pueden desencadenar situaciones de violencia sexual: la precariedad
de sus condiciones materiales, por eso tienen que vivir hacinados, tienen que dormir todos
en un solo pellejo o en la unión de pellejos. Esto es un factor de riesgo para las niñas y los
niños.

En el siguiente cuadro podemos observar que tanto adolescentes como adultos, de las
zonas urbanas y rurales, perciben que son los desconocidos los que violan. Reconocen
también como violadores a los familiares cercanos, en el caso de los adultos en las zonas
urbanas.
VIOLENCIA SEXUAL: ¿Quiénes son los
principales violadores?

A
D 68.4
O RURAL 23.7
L
E 7.9
S
C
E 59.4
N 31.3
URBANO
T
E 9.4 desconocidos
S
familiares cercanos
54.5 los padres
A RURAL 34.1
D 11.4
U
L
T
41.2
O
S URBANO 47.1
11.8

Es importante resaltar que adultos y adolescentes de ambos sexos, de zonas rurales y


urbanas, admiten que ahora ya están reconociendo y denunciando los casos de violación,
ya que antes esto era socialmente aceptado, mas aún si esta era perpetrada por, como dicen
ellos, “un familiar directo” y también por el propio padre, aunque también se admite que
muchas de ellas no se denuncian por miedo al que dirán: “Nadie lo comentaba, era un
tabú, todos sabían pero nadie decía nada”.

Su percepción acerca de dónde se producen los abusos sexuales contra niñas y niños.

El cuadro nos muestra que la mayoría de los encuestados adolescentes hombres y mujeres
(63.6% zona urbana y 68.1% zona rural) piensan que es en la comunidad el lugar donde se
producen los actos de violencia sexual. El que le sigue en cifras es la casa con un 30.3%.
Finalmente, un dato que debiéramos tomar en cuenta es que las violaciones también se dan
en los colegios (6.1%).

En el caso de los adultos de las zonas urbanas hay un reconocimiento de que es la casa el
lugar donde se dan mayormente las violaciones (43.64%), seguido de la comunidad con un
30.9% y un considerable porcentaje 25.45% que se da en los colegios. Esta diferencia es
sumamente importante ya que nos hace ver que en las zonas urbanas sí perciben
claramente que es en los hogares donde se dan estos delitos, es decir, están pendientes de
ello.
VIOLENCIA SEXUAL

A 10.64
D 57.45
RURAL
U 31.91
L
T
O 25.45
S URBANO 30.91
43.64 EN EL COLEGIO
A EN LA COMUNIDAD
D
O 10.3 EN LA CASA
L RURAL 71.8
E 17.9
S
C
E 6.1
N URBANO 63.6
T 30.3
E
S

Respecto de quién debe ejercer la justicia en casos de violación sexual, encontramos que
hay una preocupante percepción del sector justicia, ellos concuerdan cuando la mayoría
manifiesta que no creen en el ejercicio de la justicia y menos aún para la “gente pobre”,
como ellos mismo dicen, en los sectores rurales y urbanos y entre adolescentes y adultos.
Respecto de las autoridades comunales hay una percepción más positiva, tanto en las zonas
rurales como urbanas, aunque no se indagó a quiénes consideran autoridades comunales en
las zonas urbanas. Podrían estar encubriendo el ejercicio de la justicia que practican ellos
mismos. La policía sí está considerada entre las instituciones que deben ejercer la justicia,
por lo menos estas respuestas empiezan a mostrar que habría cambios frente a una
percepción valorativa más positiva que en otros estudios realizados.
VIOLENCIA SEXUAL
¿Quién debe ejercer la justicia en estos casos?
0.0 Ministerio de
9.6
A RURAL 11.5 justicia
D 32.7
U 0.0
46.2
L Los propios
T 0.0 padres
O 14.8
S URBANO 14.8
31.5
0.0 Los
38.9
gobernadores/
A tenientes
D 0.0
O
14.0 gobernadores
RURAL 18.6 Las autoridades
L 20.9 comunales
E 0.0
46.5
S
C 0.0 La iglesia
E 16.2
N URBANO 8.0
29.7
T 0.0
E 45.9
La policia
S

En cuanto a las sanciones que deben recibir los agresores tenemos que la cadena perpetua
es reclamada tanto en las zonas urbanas como las rurales, y por los adolescentes y los
adultos, pero en porcentajes mayores en las zonas rurales, así también es importante
destacar el reclamo de la pena de muerte. Las posibilidades de aplicar la “ley del Talión” y
del “ojo por ojo” es irrelevante por los porcentajes reducidos mostrados en la respuesta “a
que le hagan lo mismo” y “la castración”. Por otro lado, aquí podríamos encontrar también
un nivel de confianza o podríamos llamar esperanza de que la justicia sea ejercida por el
sector correspondiente.

VIOLENCIA SEXUAL

66.70%
5.60%
RURAL
25.00%
ADULTOS

2.80%
QUE SANCIONES DEBEN
RECIBIR LOS VIOLADORES
48.80% La Cadena perpetua
2.30%
URBANO QUE SANCIONES DEBEN
37.20%
RECIBIR LOS VIOLADORES
11.60%
Que le hagan lo mismo
QUE SANCIONES DEBEN
64.10% RECIBIR LOS VIOLADORES
ADOLESCENTES

RURAL
5.10% La Pena de muerte
25.60%
5.10% QUE SANCIONES DEBEN
RECIBIR LOS VIOLADORES
La castración
51.50%
3.00%
URBANO
36.40%
9.10%
En las zonas urbanas también manifiestan que el incremento de la violación sexual contra
las niñas y los niños, se debe a que los medios de comunicación, principalmente la
televisión y el Internet, son los que influyen negativamente en la juventud, pues los
incentiva a iniciarse en su vida sexual a temprana edad y como no tienen pareja recurren a
la violación. Otras de las causas que manifiestan son la drogadicción, el consumo de
alcohol y la ociosidad:

• “Actualmente los hijos son inquietos, están en esa fase de experimentación y


ponen en práctica”.
• “Hoy en día los medios de comunicación difunden sin ninguna restricción escenas
que incitan o provocan actos impuros”.
• “Hay más violación sexual en las fiestas por consumo de alcohol”.
• “En mi forma de pensar, el conocimiento, la TV, por ser estudiantes, conocen un
poco más y tienen relaciones o lleguen aun en extremos”.
• “Como influencia de los medios de comunicación se da la promiscuidad sexual en
el adolescente y por cuestiones de experimentar nuevas sensaciones el adolescente
tiende a cometer errores, que se manifiestan con síntomas de embarazo precoz”.

Así mismo los hombres adultos manifiestan que son los adolescentes quienes más actos de
violación cometen: “pandilleros”, “fiesteros”, “drogadictos”. Afirman que cometen esos
actos porque le han perdido el miedo al padre, ya no lo respetan. Por eso, dicen, es
necesaria la mano dura con los hijos desde muy pequeños, sino de grandes se “tuercen”:

• “Actualmente se han incrementado las violaciones sexuales sobre todo en


adolescentes, entre adolescentes, ahora los medios de comunicación no controlan
las imágenes, mensajes que llegan a todo tipo de público, esos detalles hacen
despertar inquietudes en los niños y adolescentes”.
• “Como influencia de los medios de comunicación se da la promiscuidad sexual en
el adolescente y por cuestiones de experimentar nuevas sensaciones el adolescente
tiende a cometer errores, que se manifiestan con síntomas de embarazo precoz”.

Del mismo modo, tanto hombres como mujeres de los segmentos de estudio definen como
“enfermos mentales”, “débiles mentales” a las personas que cometen estos actos, los
asocian con traumas. Manifiestan que una personal normal, de bien no puede cometer esos
actos:
“El hombre está enfermo, por eso se trauma, violan a niños de 8 años”.
“Enfermos, hay hombres que les gustan chibolitas y van a sus colegios ha
esperarle, enfermos mentales”.

b) Contra mujeres adultas

Según los datos de la Línea de Base del Programa de Lucha Integral contra la Violencia
Familiar y Sexual en Ayacucho, en el nivel de prevalencia de la violencia sexual contra
mujeres de 15 a 60 años, un 28.5% de ellas ha admitido ser forzadas por sus parejas para
tener relaciones sexuales sin que ellas lo deseen. La violencia sexual contra las parejas es
muy común, tanto en las zonas urbanas como rurales.

En el caso de los adolescentes, tanto de zonas urbanas como rurales, un porcentaje


mayoritario tiene la percepción de que cuando una mujer es obligada a tener relaciones
sexuales con su pareja, esta debe denunciar la violación en cualquier caso, mucho más si
está enferma, ya que hay denuncias de que en esta situación muchas mujeres son obligadas
a tener relaciones con sus parejas.

Muchas mujeres son obligas a tener relaciones sexuales contra su voluntad: las desnudan,
no respetan su intimidad, las obligan a mostrar sus genitales. La mayoría de casos de
violencia sexual se da cuando el marido está borracho. Nuevamente se da una asociación
muy fuerte entre la violencia física, la psicológica y la sexual, y el hecho de que la pareja
esté ebria:
• “En la comunidad las mujeres me comentan un dolor de cabeza, de todo le hacen
el cuerpo de su esposa, le dicen que quieren ver su cuerpo, temen denunciar a las
autoridades que le hagan publico su caso; le dice, yo soy tu esposo y tengo que ver
tu cuerpo, a la fuerza le habría sus piernas y le decía esto era así, la humilla, le
dice tú eres mi mujer y tengo que verte, a la fuerza le utilizaba sexualmente”.

• “El señor, cada vez que llegaba a la casa y borracho, la desnudaba totalmente y le
hacía agarrar un palo y le hacia desfilar, él se sentaba y ella desfilaba delante de
él, era la misma tortura de siempre, no sabía qué hacer, un día avisó a algunas
amistades y luego de hacer todo eso se quedó dormido. Cuando se quedó dormido,
le habían aconsejado, y le habían golpeado al hombre, y así se repetía todas las
veces, amanecía adolorido todas las veces”.

• “Han aumentado tantos bares y cantinas, cuando se van a tomar y borrachos


cometen violación…ahora es mucho, pero antes yo he escuchado, y he visto en la
comunidad…se practicaba la danza del ccashua de noche, yo era niño y miraba,
mis amigos me levaban, era una costumbre”.

• “... me obliga como un perro para que me abra”.

Percepción sobre la denuncia de los casos de violencia familiar y sexual

Antes no se denunciaban estos actos porque las mujeres dependían, en todos los aspectos,
de sus parejas, además porque no existían programas que garantizaran a la población la
condena del agresor:
• “Porque no había centros de atención para este caso, DEMUNAS, Defensoría de
Pueblo, solo existían guardias y el gobernador, recibían su plata y no hacían nada,
ahora las mujeres organizadas nos defendemos, antes no había club de madres”.

• “Porque dependía del hombre, le aconsejábamos, pero ella decía que solo es un
rumor y es mentira”.

• “Dirán cómo voy a denunciar, voy a hacer él hazmerreír, la gente no está


sensibilizada, cree que es natural, la gente cree que la pareja tiene derecho a
usarnos cuando ellos quieren, ese pensamiento no ha cambiado”.

• “Hay un caso de una mujer que denunció ante las autoridades por violación
sexual, y le respondió que es su pareja, y así la gente se entera que ha denunciado
a su esposo de violación sexual y se ríen de su caso”.
Las violaciones sexuales contra las mujeres perpetradas por el esposo difícilmente pueden
ser denunciadas, ya que, por una parte, las autoridades no generan confianza y, por la otra,
es el temor al “qué dirán” y a su pareja:

“Tienen vergüenza de poner su denuncia, a veces ni el policía sabe tratarnos y la


mujer sale más avergonzada y nunca más pone denuncia”.
CONCLUSIONES

La situación más extrema de desigualdad en la relación entre hombres y mujeres es


la violencia familiar y sexual. Esta violencia está fuertemente enraizada en las
normas y patrones socioculturales que están masivamente aceptados. Se cimenta
en una cultura patriarcal que subordina y discrimina a la mujer, considerándola
como un ser inferior carente de derechos. Producto de esta desigualdad, la mayoría
de las mujeres se ven sometidas a maltratos físicos, psicológicos, sexuales y
económicos, llegando a bloquear su desarrollo y, con ello, sus aportes a la sociedad.

Todas las mujeres adultas se manifestaron en contra del maltrato ejercido contra
ellas y su pares; sin embargo, un buen porcentaje de ellas lo justifica como
consecuencia del consumo de alcohol, porque es el padre de sus hijos y porque no
cuentan con independencia económica. Esta situación hace que soporten años de
maltrato y vejación.

Asimismo la mayoría de los entrevistados de todas las edades están de acuerdo en


que la infidelidad y la rebeldía de las mujeres son causales que justifican el maltrato
hacia ellas. Sin embargo, la infidelidad masculina no es vista como causal de
castigo, más bien son justificados, ya que tienen por su “naturaleza de hombre”
mayores necesidades sexuales y si su pareja no los satisface, entonces les está
permitido buscar otras fuentes de satisfacción.

Las niñas y los niños, principalmente en las zonas rurales y peri-urbanas, son
percibidos por ambos padres como inferiores, minusválidos mentales, y se les
desconocen sus derechos. Son sometidos a tratos crueles con consecuencias graves
para su salud física y mental, muchas veces poniendo en riesgo hasta sus vidas.
Asimismo la frecuencia del maltrato es alarmante, varias veces al día; son las niñas
las principales víctimas y no sólo de parte de la madre o el padre, sino que se
suman los hermanos(as) mayores y los tíos.

Las madres son percibidas por las niñas como la principal agresora, pero los padres
son percibidos como los malos. Esto se puede deber a que las madres, por su rol
doméstico, están las veinticuatro horas al día a cargo de ellas y es por eso que la
frecuencia del maltrato es mayor. Además tenemos que tener en cuenta la salud
mental de las madres producto de los permanentes maltratos ejercidos por su
pareja, haciendo que descargue su impotencia con la parte más débil y vulnerable
de la familia: las niñas y niños, pero principalmente las niñas.

Según creencias heredadas de sus ancestros, consideran el castigo a través del


látigo o chicote como medio de corrección, principalmente contra los niños y niñas.
Esta modalidad de castigo no es visto como maltrato, por el contrario, es bien
valorado en el mundo andino: "Los niños cuando son grandes ya no se enderezan,
entonces, mejor es castigarlos de niño y crecen formaditos". Entonces el castigo
es visto como educador, correctivo y preventivo. En esto coincidieron casi todos los
involucrados en la presente investigación. Las razones por las que se justifica el uso
del chicote contra las niñas y los niños es diverso: por no ayudar en las tareas del
hogar, por sacar malas notas, por contestar a los padres, por jugar mucho, por no
cuidar adecuadamente a los animales, por salir sin permiso, entre otras muchas
razones. Y son las niñas a quienes se les buscan más motivos para maltratarlas.

Este clima familiar inadecuado donde prima la violencia hace que los adolescentes
a muy temprana edad formen familia como una forma de huir de sus hogares. De
este modo se genera una mayor agudización de sus problemas, ya que tienen que
asumir su nuevo rol de madres o padres. Esta situación es más crítica para las
mujeres porque son ellas quienes finalmente se hacen cargo de los hijos.

Otra de las cosas que nos dan muestra de una grave afectación en la salud mental,
es que los niños, principalmente de las zonas rurales y peri-rurales, esperan tener
más años y ser fuertes para poder pararle los golpes al padre. “Sí, antes les pegaba
mucho, desde que han crecido mis hijos ya le han parado, por eso ya no les golpea,
ya le tiene temor a mi hijo varón”, “por que le pegas a mi mamá conmigo te vas a
ver, de hombre a hombre, así le dice mi hijo”. Es por ello que la frecuencia del
maltrato, al menos el físico, en los adolescentes es menor que en el caso de los
niños, esto se puede deber a que los padres tienen temor a ser respondidos.

En cuanto a la violación sexual contra las mujeres, pese a ser percibida como un
delito, no se atreven aún a denunciarlo. Esto se debe a que en las comisarías se da
la doble victimización, subestimando su denuncia. Asimismo sienten que no hay
programas que garanticen una atención adecuada y si los hay, no les tienen
suficiente confianza, tampoco a los operadores públicos. Así también otra de las
situaciones que impide la denuncia de casos de violencia sexual es el “qué dirán”.
La cultura andina les da mucho peso a las opiniones de los demás y, por no ser
centro de comentarios mal intencionados y objeto de burlas de los hombres, siguen
tolerando esta situación.

Nuevamente se pone de manifiesto la cultura machista que subordina a las mujeres


y las ubica en una categoría menor. Esta concepción de la relación entre hombres y
mujeres ha perjudicado a la familia, la comunidad y la sociedad en su conjunto,
traduciéndose esto en funcionarios prejuiciosos, que logran con sus actitudes hacer
desistir en la denuncia de esta clase violencia.

El avance en materia de derechos de las niños de la zonas urbanas es claro,


principalmente de las familias económicamente solventes, quienes tienen
internalizados sus derechos y manifiestan más energía en la condena de la violencia
familiar y sexual.

Finalmente, en las zonas urbanas las mujeres están en un proceso de


empoderamiento, más aún las que participan en organizaciones de base. Las
mujeres poco a poco comienzan a ganar espacios en el hogar, a tomar decisiones
que antes eran de exclusividad del hombre y a hacer respetar su libertad sexual.
Estos cambios se deben a que las mujeres de estas zonas tienen mayor
independencia económica, aportan al hogar en igualdad de condiciones que el
hombre y, en muchos casos, en mayor porcentaje, y además porque hay
instituciones que están haciendo una labor educadora.
3.5. IMPACTO DE LA VIOLENCIA POLÍTICA SOBRE EL CAMPO DE LA
VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL

Los casi 20 años de conflicto armado en nuestro país, donde las zonas alto andinas fueron
los escenarios centrales, dejó entre sus más graves secuelas la institucionalización de la
fuerza. Esta se evidencia en todas las esferas del desarrollo humano, pero se hace más
evidente en el seno de la familia; es dirigida principalmente contra los grupos más
vulnerables, como las mujeres, las niñas y los niños. Esta violencia se constituye en un
atentado contra el derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad, a la dignidad y a la
integridad física y psíquica de la víctima y todo ello supone, por lo tanto, un obstáculo para
el desarrollo de una sociedad democrática.
Si bien la violencia familiar no es producto exclusivo del conflicto armado, sino una
tragedia que ha estado siempre presente en muchas familias y que se asienta sobre patrones
históricos de violencia y discriminación, presentes en nuestra sociedad. Esta se ve agravada
cuando, después del conflicto, las expresiones de este tipo tienden a incrementarse,
agudizarse en su crueldad y, al mismo tiempo, a silenciarse bajo el supuesto de que es un
“problema privado”; de que las víctimas lo “provocaron”, “...alguna razón tendrán los
varones para que las hayan golpeado“, o lo que es peor “...ellos hacen eso porque están
traumados por lo que vivieron en los tiempos de violencia”9. En este caso particular tiene
como factores causales: las experiencias traumáticas, los duelos inconclusos, el deterioro
de la salud mental y la precarización de las condiciones de vida material.
Antes del conflicto armado, los procesos de socialización y de formación se dieron en
contextos de violencia y autoritarismo, pero con la existencia de reglas comunitarias claras.
La violencia sexual era admitida al interior de la pareja, no era considerada un delito, el
sentido de propiedad sobre el cuerpo de la mujer no era en ningún momento cuestionado.
Se consideraba condenable si se perpetraba por terceros externos, en estos casos existían
sanciones drásticas, acerca de esto refieren que:

“Antes nosotros mismos hacíamos justicia, nuestras autoridades comunales y el


mismo pueblo, ahora no podemos ya que todo el mundo está pensando en los
derechos humanos…los colgábamos y puro chicote castigábamos”.

Para sancionar los casos de violencia familiar existía la intervención de allegados con
autoridad como la madrina, el padrino o las personas mayores. Estos mediaban para
solucionar los conflictos al interior de las familias, aunque siempre a favor del hombre,
responsabilizando y recomendando a la esposa que habría que atender bien al esposo para
que este no tenga ninguna razón de golpearla. Luego de 20 años de conflicto en que las
poblaciones tuvieron que vivir los horrores de la guerra, descritos en el informe de la
Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). Esta violencia, tanto familiar, social como
sexual, se masifica. Las mujeres plantean como causal el trauma no procesado, el
acercamiento y la interculturalidad entre campo y ciudad, que han dejado “malas
costumbres”.

En las mujeres se han producido cambios, ellas mismas dicen que antes nadie se atrevía a
siquiera contarlo —solo a las personas más allegadas, a los que podían intervenir en el
problema— y manifiestan que ahora saben sus derechos. Se dice que los hombres se han
9
Expresiones que la población y las propias mujeres dan acerca de a la violencia que sufren las mujeres.
vuelto “como locos” y que han aprendido lo que han visto de las FF.AA. y de las Fuerzas
Policiales, Sendero y los CAD, ya que ellos violaron abiertamente y no pasó nada. Esto
indica que existe un deterioro de la salud mental de las comunidades.

Como secuelas centrales referidas al campo de las relaciones familiares, podemos argüir el
colapso de las comunidades y familias, en las cuales antes de la guerra existía un orden
patriarcal. Allí ciertamente había patrones autoritarios, pero también normas comunitarias
que actuaban como reguladores. El “mito” funcionaba como regulador. La peculiaridad del
conflicto es que se quiebran las estructuras comunitarias y familiares, luego del colapso no
existe reconstrucción y se descompone el mundo andino. Existe una asociación muy fuerte
respecto del trauma, que aparentemente no se evidencia en las personas que sufrieron
directamente el conflicto armado, sino que por mecanismos de transferencia terminan
desarrollándose en los hijos. De allí que la aparición y extensión de las pandillas es
atribuida a una secuela de guerra, agravado seguramente por razones de pobreza
estructural.

Desde la opinión de los adolescentes urbanos y rurales la influencia —secuela— más


grave es la aparición del libertinaje, el alcoholismo y, en segundo orden, la aparición de las
pandillas corroborándose de esta manera lo planteado líneas arriba. Es importante
considerar la diferencia que hay entre lo que perciben los adolescentes rurales y urbanos
respecto de que la violencia política no influyó. Hay mayor percepción de su influencia en
los adolescentes de las zonas rurales, porque como dijimos ya, es en las zonas rurales
altoandinas más pobres donde se desarrollaron con mayor incidencia estos actos
criminales.

ADOLESCENTES
¿Cómo influyo la violencia política en la
violencia social?
31.90%
29.70%

21.30%
17.20% URBANO
14.90%
RURAL
1.60%
No Influyo
Aumenten los

las pandillas
alcoholismos

Aparezcan
y libertinaje

juveniles
casos de

Los adultos, tanto de la zona urbana como rural, coinciden también con los adolescentes en
que el aumento del alcoholismo y el libertinaje con 34.7% y 29.7% respectivamente.
Asimismo, perciben que la aparición de las pandillas tiene que ver con las secuelas de la
violencia política. Aquí también es notoria la ausencia, en este caso total de la población
urbana respecto de que este fenómeno social no influyó y son pocos los adultos de las
zonas rurales que sí reconocen su influencia. Acá podemos asociar que esos bajos
porcentajes se deben a que muchos no quieren retomar esos temas.

ADULTOS ¿Cómo influye la violencia política en


la violencia social?

34.70%
29.70%
26.40% 25.00%
23.40%
20.30% Urbano
Rural

3.10%
0.00%

Se debilite la Aumenten los Aparezcan las No Influye.


organización casos de pandillas
comunal. alcoholismos y juveniles.
libertinaje.

“En Huanta, por ejemplo, nos ha dejado un trauma, tenemos miedo, los hijos han
quedado traumados y por ello hay el pandillaje, escogieron ese espacio
…pensando que es bueno y nace como una semilla y se ha quedado, ahora los hijos
cuando no hay castigo se van a ese grupo, desertan de sus padres, …hay malos
amigos le llevan a robar, pegar a la gente, entre muchachos pegar, tomar alcohol,
fumar, es ese trauma que ha quedado. Desde el vientre de la madre, desde la
sangre ha afectado a nuestros hijos para que ahora se rebelen contra los padres”,
“…para mantenerse despiertos y no dejarse ganarse por el sueño, nos
refugiábamos en el consumo de coca y el traguito”. “Para estar vigilante se
pasaba tomando su traguito y su hojita de coca, chacchar coca para tener
valor…amanecíamos, a causa de ello se ha vuelto vicio”.

Destacan como secuelas del conflicto armado los daños físicos, la pérdida de sus seres
queridos, a los cuales aún no los ubican y mientras esto no suceda “siempre quedará la
esperanza”, dicen. Además perciben que hay una afectación en sus sentimientos, reconocen
que hay rencor, tristeza y esperanza, sentimientos que se confunden y que
permanentemente lo tienen:
• “No, no ha afectado en la relación de pareja, simplemente ha sido un mal físico,
dolor espiritual por la pérdida de sus hijos”.
• “La época de violencia política ha dejado efectos en la familia que ha sufrido la
muerte de sus seres queridos, unos sufren del corazón y otros por tanto llorar ya no
pueden ver, por la tristezas permanentes se han enfermado, probablemente por ese
motivo son traumados y cuando beben licor se marean, son atrevidos”.
• “Las secuelas de la violencia política han dejado tristeza en sus familias, viven con
esperanza de volver a encontrarlos, la familia ha quedado con dolor, es un dolor
en la mente, y el rencor que tienen contra los delincuentes, contra los militares,
ellos son los que han matado más”.

Por otro lado reconocen que sus emociones y sentimientos tienden a polarizarse, o son
extremadamente cariñosos(as) o rabiosos(as) y eso es reconocido como un indicador de la
afectación de su salud mental:

• “Psicológicamente los hijos ya están mal, influye en el carácter, igual los adultos.
Esa violencia ha hecho que sean más cultos o más rabiosos, más rebeldes o más
cariñosos, …como que se extreman las cosas”.

• “La violencia familiar generalmente ha afectado la parte emocional de la familia


así como las enfermedades físicas,…por ejemplo: mal del corazón, nervios,
recuerdos imborrables de esa época”.
IV. CONCLUSIONES GENERALES SOBRE VIOLENCIA
FAMILIAR Y SEXUAL
Sobre las formas y tipos de relaciones familiares:

La mayoría de familias, tanto de las zonas urbanas como rurales, son nucleares. El
estado civil que más predomina es el casado(a), pero la situación de convivencia es
mayor en las zonas rurales (44.4%).

Otra de las tendencias que viene en aumento, principalmente en las zonas urbanas y
rurales, es el caso las madres adolescentes solteras, las que por esta situación tienen
deteriorada su salud mental y física. Muchas de estas adolescentes, principalmente
de las zonas rurales y peri-rurales, han sido víctimas pasivas de maltrato y buscan, a
través de la pareja, salir de esa situación.

La división de roles al interior de las familias rurales y urbanas está basada en el


poder y dominio que ejerce el hombre sobre su familia, la comunidad y la sociedad
en su conjunto. Se ubica a la cabeza de la estructura jerárquica familiar, seguido por
las mujeres en su rol de madres y finalmente los niños(as) que son los más
desprovistos. Así tenemos que las mujeres y las niñas son las que asumen,
mayoritariamente las tareas domésticas (que en el mundo rural se amplía a la
crianza de los animales, la búsqueda de la leña, la venta de productos de panllevar,
entre otros). Los hombres asumen el rol de proveedores cumpliendo tareas como la
siembra, la cosecha (aunque con la participación de todos los miembros de la
familia). Esta separación de roles es aceptada como algo “natural” sobre lo que no
hay que discutir, sino más bien cumplirlo de la mejor manera.

A diferencia de las zonas rurales, la división de roles en las familias urbanas, si


bien son asumidas casi exclusivamente por las mujeres y niñas, cuestionan su
“naturaleza” y comienzan a exigir la incorporación de los miembros varones en
estas tareas. Otra de las cosas importantes que diferencian lo urbano de lo rural es
que las niñas, los niños y los adolescentes están internalizando con mayor rapidez
que hombres y mujeres son iguales, que tienen las mimas potencialidades y, por lo
tanto, pueden cumplir ambos roles (productivo y reproductivo). Para este cambio
de percepción ha jugado y juega un rol importante la educación en todas sus
modalidades, así como el papel que vienen tomando las instituciones privadas y
públicas en la promoción de la equidad de géneros.

En las zonas rurales la crianza de los hijos(as) está basada en la desigualdad y uso
del poder del adulto sobre los niños(as), quienes son vistos como inferiores y
carentes de derechos. Por ello la intolerancia, la agresividad y el descuido son la
regla en la forma de relacionarse con los niños y niñas. En conclusión, están
primando patrones violentos de crianza, principalmente contra las niñas pequeñas,
lo cual va en desmedro de su salud física y mental, constituyéndose en un factor de
riesgo.

En cambio, en las zonas urbanas el maltrato físico hacia las niñas y niños es menos
recurrente, pero no por eso inexistente. Esto se debe a que los padres comienzan a
incorporar nuevas formas de disciplina como la prohibición de lo que más les gusta
a su hijos(as). Para este proceso de cambio juegan un rol protagónico los niños, ya
que a partir del conocimiento e internalización de sus derechos comienzan a exigir
buen trato.

Los padres tienen temor de maltratar físicamente a sus hijos adolescentes porque
les pueden responder de igual forma. Por eso la frecuencia del maltrato físico en los
adolescentes es poca. Con ellos se ejerce más el maltrato psicológico, haciéndolos
sentir una carga para la familia y empujándolos a su independización. Esta
situación está relacionada con el incremento de madres y padres adolescentes, las
pandillas juveniles, el consumo de alcohol y drogas, entre otros problemas propios
de la juventud.

El nivel de comunicación en las familias rurales es escasa, y estas en la mayoría de


los casos se limitan a las cuestiones relacionadas con las tareas domésticas y la
educación de los hijos(as). Además esta comunicación es más una suerte de
informe de la mujer sobre los hijos(as) hacia el padre, y de los hijos(as) hacia la
madre. Esto se debe, como lo venimos diciendo, al predominio del padre sobre los
demás miembros de la familia.

En las zonas urbanas la comunicación es más fluida, se amplía a aspectos afectivos,


al trabajo que realizan, a los problemas familiares y van incorporando a los
hijos(as) en la toma de decisiones. En conclusión, en estas zonas las relaciones
familiares son mejores que en la rural, a pesar de todas las dificultades. La mayoría
siente que el diálogo y la comunicación funcionan como elementos clave para el
fortalecimiento de la familia.

Otra de las manifestaciones del predominio y del poder del hombre sobre la mujer y
los hijos(as) es la toma y ejecución de las decisiones. Son ellos los que toman las
decisiones más importantes tales como la compra y venta de terrenos, la compra y
venta de ganado, entre otros similares. A pesar de que la mujer puede opinar, esta
no determina la decisión final. El campo principal de toma de decisiones de las
mujeres son las tareas domésticas, la alimentación, el almacenamiento de víveres,
la venta de productos de panllevar y de animales menores, entre otros de igual
dimensión.

Sobre el sistema de creencias en las que se basan las inequidades

Las poblaciones rurales y urbanas parten del supuesto de superioridad del hombre
sobre la mujer, y sobre ello es que estructuran su familia y su vida comunal. Estos
supuestos, implícitos y explícitos, definen una jerarquía en el sistema de las
relaciones familiares. Están convencidos de que los hombres son más inteligentes
que las mujeres, tienen mayor capacidad y, por ello, deben de asumir la conducción
de la familia y la sociedad. Como producto de esta “naturaleza superior”,
culturalmente aceptada, someten a los demás miembros de la familia.

La práctica del castigo a través del látigo o chicote está generalizado, es aceptado
socialmente como un auxiliar en la educación de los hijos(as), lo que se amplía
muchas veces a las mujeres, por tener la categoría de inferiores. En general, la
aceptación del uso de castigos físicos como método educativo parte de la creencia
errónea de que si se los corrige a golpes desde niños crecerán más derechos y serán
personas de bien. En la práctica el maltrato se ha instituido como “natural”,
“preventivo” y “educador”, y por lo tanto no es sancionado socialmente, sino, por
el contrario, es valorado.

En las zonas urbanas y principalmente en las rurales, creen, principalmente los


hombres, que los problemas familiares sólo deben ser resueltos por la pareja con el
apoyo del compadre o del padrino, a quienes la cultura andina les ha asignado el rol
de consejería y corrección (una vez más a través del látigo). No aceptan de buen
grado la intervención de instituciones, menos las públicas. Todo esto con el claro
propósito de seguir manteniendo su posición de dominio y sometimiento.

Una de las creencias que está muy arraigada en la cultura andina es la asociación
inmediata que hacen entre consumo de alcohol y violencia familiar con el fin de
justificar esta última. Los hombres manifiestan que, cuando una persona está
alcoholizada, no es responsable de sus actos, no se da cuenta de lo que hace. Esta
creencia de que el alcohol es el responsable de las acciones violentas es muy
común, y lo perciben tanto mujeres como hombres de todas las edades, con mayor
énfasis los adultos y ancianos.

Otra de las creencias que también está muy arraigada en la cultura andina es que los
hombres tienen mayor necesidad sexual que las mujeres y, por lo tanto, se justifica
que busquen otras opciones de satisfacer sus necesidades si su pareja no lo hace. Lo
más peligroso de esta creencia es que está asociada al nivel de tolerancia de las
violaciones sexuales cometidas por el hombre, no sólo a sus parejas, sino también
contra los adolescentes, las niñas y los niños.

Sobre las percepciones en torno a la violencia familiar y sexual

La percepción general, tanto en la zona rural como urbana, hacia la violencia física,
psicológica y sexual es de rechazo. Sin embargo, manifiestan que es necesario
corregir a los hijos(as) haciendo uso del chicote. Queremos señalar que la
población ayacuchana hace una clara separación y valoración entre maltrato y
castigo. Manifiestan que el castigo (con el uso del látigo o chicote) es necesario
para formar, educar y prevenir en casos justificados como: sacarse mala nota,
contestar a los padres, faltarles respeto a sus mayores, no cumplir con las tareas
domésticas, salir sin permiso o hasta tarde, etc. En cambio, perciben que el maltrato
se da cuando se les pega sin justificación. Muchos de esos motivos, merecedores de
castigo, vistos desde los derechos del niño(a) son formas crueles de maltrato
infantil.

Las mujeres son las principales víctimas de violencia familiar y sexual, por razones
como la desobediencia, no hacer bien las tareas domésticas, entre otras. La mayoría
de los encuestados (en todos los segmentos de edad) tiene una alta tolerancia al
maltrato físico en casos de infidelidad femenina, mas no en la masculina.

Vemos que las mujeres de las zonas urbanas conversan abiertamente sobre los
temas relacionados con su sexualidad. Esto de por sí ya es un avance en la
conquista de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, mientras que en
las zonas rurales, la población aún mantiene recelo de hablarlo en público.

Es el hombre quien toma la iniciativa y decide el momento y el lugar donde


mantener relaciones sexuales con su pareja. Muchas de estas relaciones se tornan
en violencia sexual. Los hombres parten de la creencia de que las mujeres están
para satisfacer al hombre y, como aducen que tienen mayores necesidades sexuales,
no se les puede negar, si no “se busca otra”. El hombre no percibe como violencia
sexual el mantener relaciones sexuales en contra de la voluntad de la pareja, ni
tampoco el uso de la fuerza para someterla. Por ello hay muy pocos casos de
denuncias por violencia sexual y si estos son denunciados, ingresan como violencia
física soslayándose el aspecto sexual.

La dependencia económica y moral de las mujeres hacia el hombre, principalmente


en las zonas rurales y peri-urbanas, hace que las mujeres silencien los casos de
violencia familiar y sexual. Esto, sumado a la desconfianza que le tienen al Poder
Judicial y, en general, a todo el aparato estatal, hace que se siga manteniendo la
cadena de la violencia.

En general, tanto en la zona rural como urbana, perciben como violencia familiar
solo a la violencia física. Por esto, las agresiones verbales, el descuido de los hijos
y la negligencia no son denunciados, a pesar de que el resultado de las encuestas
pruebe todo lo contrario.

La educación, en todas sus modalidades, es percibida por todos como un elemento


clave para el mejoramiento en las relaciones familiares, las que deben sustentarse
en relaciones de equidad. Así la familia cumple con su rol formador y proveedor
que facilite el desarrollo de las capacidades de cada uno de sus miembros.

V. RECOMENDACIONES PARA LA INTERVENCIÓN DEL


PROGRAMA

La actitud positiva de los adolescentes, de proyectarse a futuro a pesar de su


adversidad, nos hace notar la capacidad de recuperación que posee este grupo. Está
instalada en ellos y muchas veces se valen de ella para superar sus problemas. El
diseño de un proyecto donde se facilite el desarrollo de sus capacidades y
habilidades redundará en el quiebre de los patrones violentos instalados en el
mundo rural.

Incorporar, en las intervenciones con niños y niñas, técnicas lúdicas que permitan
aflorar sus problemas de maltrato y desatención. Podría ser como una terapia
colectiva lúdica.

Realizar un mapeo de las zonas que presentan mayores índices de violencia familiar
y sexual con el objetivo, no de focalizar, sino de priorizar las intervenciones.
Que en la implementación de los programas y centros pilotos se cuente con
profesionales competentes, que conozcan la cultura andina y que tengan al quechua
como idioma materno.

Trabajar con las instituciones educativas, incorporando en la currícula educativa la


problemática de la violencia familiar y sexual. Para esto, se debe capacitar
previamente a los docentes, ya que son ellos quienes transmiten todas sus creencias
y percepciones. Para el dictado de este tópico debería priorizarse a los docentes
mujeres.

Que en las instituciones del Estado, encargadas de velar por el respeto de los
derechos humanos, se incorpore mayor cantidad de funcionarios mujeres, ya que
las afectadas manifestaron sentirse más en confianza en el trato con una mujer para
así poderles contar toda la verdad sobre sus problemas familiares.

Incorporar a las organizaciones no gubernamentales, con experiencia en la


temática, en la implementación de los programas y proyectos que se le brinde a la
población. Utilizar el conocimiento y la experiencia acumulada por las ONGD con
el único fin de brindar servicios de calidad que redunde en la erradicación de la
violencia familiar y sexual.
ANEXOS

Historia de vida
MUJER ADULTA - ZONA URBANA

Tengo 43 años, actualmente vivo en San Juan Bautista.


¿CÓMO ERAN SUS PADRES CON USTED CUANDO ERA NIÑA?
Nosotros vivíamos en la chacra, nos dedicábamos a la agricultura. Mis padres nos enseñaban a
trabajar en la chacra.
¿CÓMO ERA LA CONVIVENCIA DE TUS PADRES?
Ellos usualmente mostraban actos de violencia o agresión, pocas veces tranquilidad, así en el
transcurso de la vida mis padres ocurrieron muchos maltratos porque mi padre se presentaba en mi
casa con muchas prendas como por ejemplo (chalinas, medias) y así él comparaba con el de mi
madre, eso era lo que se lo hacían sus mujeres (amantes) y mi madre lloraba porque era huérfana
de madre y mi abuelito en la selva y mi mamá en Churcampa solita no tenía si hermanos legítimos y
poco a poco cada uno iba a trabajar a la ciudad de allí no tuvimos ni infancia.
¿CUÁNDO TU PAPÁ LE PEGABA A TU MAMÁ LOS HIJOS NO INTERVENÍAN O NO DECÍAN
NADA?
No, porque nosotros éramos chiquillos, mis hermanos no intervenían, sola lloraba mi madre, mi
padre no nos pegaba mucho, solo a mi mamá, mi madre si me pegaba con lo que agarraba con el
cucharón de la sopa algunos cuantos nada más después me trataba con cariño.
¿CÓMO ERA TU PADRE EN LA COMUNIDAD?
Mi padre era respetado hasta ahora como si fuera dueño, no agarraba cargo, la costumbre no es así
si no que llevaba carne, cereal, mas mi padre llevaba carne iba solo un rato nada mas después se
volvía.
¿QUÉ ES LO QUE MARCÓ TU NIÑEZ TANTO QUE HASTA AHORA NO PUEDES OLVIDAR?
Me recuerdo cuando mi madre tuvo sus gemelas y con las gemelas nos dejó y se lo llevaron al
manicomio y nosotros hicimos crecer con mi hermana eso nada más me recuerdo, después cuando
ya caminaban mi madre regresó. Y a mi parecer mi madre cayó en ese mal por los problemas que le
daba mi padre, algunos dicen que fue mandado (embrujada) por la familia de mi padre, por eso lo
mandaron a Lima y mi tío cuando vino dijo: ‘déjenlo pues, que vamos hacer tu papá también esta
mal’ y empezó a ayudarnos, y eso es el dolor que hasta ahora llevo, que marcó en mi niñez.
Y hasta el amante de mi padre había venido a recogernos después de haberse enterado del mal de
mi madre y quería llevarse a mis hermanas gemelas. De allí crecimos, pasaron los años y regresó
su familia, vino de Estados Unidos e intervino su primo hermano de mi madre, no me hagan esas
cosas me lo voy a llevar si no te portas bien y de allí cambio mi padre ya no tenía amante.
¿CUANDO ERAS ADOLESCENTE CÓMO VIVÍAS EN TU CASA?
Lavando las ropas trabajando y estudiaba de noche, en una sola casa estaba tres años y mi esposo
me sacó, porque allí me conocí con mi esposo como estudiábamos en el mismo colegio a la edad
de 13 y 14 años y a la edad de 17 años me apoyaba a sacar mis papeles era como mi hermano
después ya fuimos enamorados.
¿CUANDO TENÍAS PROBLEMAS QUIÉN TE APOYABA?
Cuando tenía problemas nadie me ayudaba, solita solucionaba mis problemas y así mi esposo me
agarraba a la fuerza porque quería estar conmigo pero yo le dije que no, tienes que pedir la mano a
mi padre y mi hermana fue a mi pueblo, él también y allí arreglamos.
¿A QUÉ EDAD TE FUISTE A LIMA A TRABAJAR?
A la edad de 10 años, mi adolescencia prácticamente lo pasé a lado de familia ajena y esa familia
no tenía su hogar bien formado porque el señor tenía sus amantes y el señor para donde ellas más
que nada. Yo me quedaba sola, el señor tenía sobrinos y a veces el venía de noche nada a veces
cuando era Navidades allí nada más venía.
¿A QUÉ ASPIRABAS DE NIÑA?
Salir una profesional, tener algo pero no se pudo por la economía por estar en la casa y los
problemas que tenía y no tener a nadie quien me apoye.
¿CREES QUE TU INFANCIA MARCÓ TU FORMA DE SER ACTUALMENTE?
No lo sé, tal vez.
¿SI HUBIERAS VIVIDO CON PAPÁ Y MAMÁ HABRÍA SIDO UNA VIDA DIFERENTE?
No, peor porque cuando me comprometí le lleve a mis hermanos y ellos sí lo han tenido aprecio a él
y si me hubiese comprometido cuando mis padres estaban allí hubiera sido peor.
Lo malo que nos hizo pasar mi padre a mi madre con las traiciones; aunque estaría no lo pegaría a
mi madre, aun así es mi padre, qué puedo hacer ahora, él está postrado en la cama, mis hermanos
no lo perdonan.

¿Cuales son tus cualidades ahora de adulta, qué es lo bueno en ti?


Estar junto con mi familia en lo malo o en lo bueno, que lo perdonen a mi padre, a mi
madre si algún día viene; yo soy trabajadora, me valoro, tengo mi casa a pesar que mi
pareja estaba lejos salí sola con mis hijitos aunque en el camino hay tropiezos por ejemplo
que me han hecho una maldad a veces conversaba con mis amigas esas cositas y les dije a
mis hijas nunca voy a dejarlos porque mal que bien estoy a su lado porque cuando esté
vieja de repente me dicen que las deje, con que cara pediría apoyo a mis hijas cuando más
adelante sean algo.

¿Cuál es tu defecto?
No me controlo cuando me pasa algo, ese rato con la alteración me iría de la casa después
me arrepentiría pues eso es el defecto, que tengo al renegar.

¿Ahora cómo te sientes con tu pareja?


Nos llevamos tranquilo, a veces de boca para fuera le diré algo, pero él me pega por celos,
piensa que cuando salgo, me veo con otro. El error que cometimos fue engañarnos uno al
otro, tanto yo como él caímos sin querer queriendo, eso porque mi esposo paraba de viaje y
yo trabajaba en el mercado. Ese error ha hecho que mis hijas me reclamen y pierda el
respeto.

¿Tú crees que has perdido la confianza de tus hijos?


Sí, porque ya no es como antes, hay que conversar o hacer tal o cual cosa no existe esas
cosas ahora más con su padre tienen confianza.

¿Cómo te reclaman tus hijas?


Más que nada la mayor de mis hijas que tú eres mujer, mi papá es varón. Cómo has llegado
a eso, incluso tuvo un intercambio de palabra con ese hombre porque dice que paro allí y
todo agresiva mi hija me reclama.

¿Tú has tenido relaciones íntimas con otra persona?


Sí, como le digo, mi esposo paraba fuera en su trabajo, venía al año 2 o 3 veces y cuando
una fecha me enfermé mis padres fueron quienes me hicieron curar vendiendo mis cositas,
con mi propia plata me hicieron curar, hubo un tiempo que en la chacra me enfermé, casi
me volví paralítica y el hombre con quien paraba siempre estaba allí atento conmigo, él me
atendía, hasta traía curandero, pero mi esposo nunca me atendía así, el otro sí incluso a mis
hijos me decía que le lleve algo de comer, él nunca me hizo apartar de mis hijos. Ahora lo
que aguanto es por mis hijos para que no sufran y por eso me golpea y algunos me dicen
que lo denuncie y otros me dicen por andar en tu querer te golpea, pero eso no es así.

¿Tú crees que la muerte de tu hija haya sido por los problemas que han tenido?
Sí creo con las discusiones que ha tenido con sus hermanas y porque cayó en su
adolescencia embarazada y como el chico se desentendió y la gente hablaba creo que esas
fueron las causas.

¿Qué opinas de la violencia contra la mujer y los hijos, está bien que haya violencia?
Creo que con violencia no se arregla nada hoy en día los estudios ayudan y se debe
dialogar.

¿Tú crees que es justificado el maltrato a la mujer?


No, porque en ningún caso el hombre debe maltratar a la mujer, no tiene derecho y no hay
nada para justificar.

¿Has reflexionado a cerca de tu vida pasada y estarías dispuesta a separarte si sigue así tu
relación?
No, porque incluso veo que llegan a maltratarse los esposos pero no, yo aún tengo esa
esperanza sobre cualquier cosa que cambie y no me reclame de cosas pasadas y así salvar
mi matrimonio porque con él nos conocimos de adolescentes.

¿Qué aconsejarías a las personas?


Aconsejarles más que nada, que no cometan errores porque después se arrepienten.

¿Denunciarías a tu esposo?
No lo denunciaría porque es padre de mis hijos pero si sigue así tal ves denunciaría pero no
creo aunque hubo veces que me golpeaba, incluso me pateo en la costilla y así no podía
caminar, se hizo verde, morado, hasta que un día vino a Churcampa y en mi propia casa me
quería pegar, pero lo contesté y desde allí no me golpeaba incluso él no me ayudaba,
incluso yo tomaba la decisión.

¿Cómo ha influido la violencia política en tu familia?


Mucho porque nos separamos, nos volvimos a juntar, así una vez entraron a mi casa los de
Sendero y desde allí era violento mi esposo con mis hijas pero de allí siempre paraba
aburrido y se iba a trabajar dejándonos por eso tal vez me pasó estas cosas y yo no creo
que mi esposo haya estado solo fuera de aquí cuando se fue a trabajar.

¿En qué casos justifica la violencia familiar?


Él les maltrataba a mis hijos con tres puntas o lapos, desde que crecieron ya no se les
golpea porque cometían cosas indebidas, por eso sí le pegaba y un día me golpeó, le quise
denunciar y mis hijas me dijeron con qué cara vas a reclamar me dijeron y mis hijas hasta
que un día me querían cortar el cabello después me calmaron. Luego nos quedamos los dos
y conversamos así arreglamos ahora nos llevamos un poco bien. Mucho me reclamaban
mis hijas y dije al final tanto maltrato no voy a aguantar, mis hijos ya no son pequeños
ahora son grandes pueden salir solas.
Mujer adulta- zona rural

Lugar: San Juan Bautista


Edad: 43 años

Recuerdo de vida de infancia


Mis recuerdos de infancia con mis padres: mi papá mucho le maltrataba a mi mamá, todas
las veces le golpeaba, sucesivamente.
Mi papá nos dejó pequeños, somos 5 hermanos, yo era la mayor, con mis hermanos
menores padecíamos de hambre, mi mamá también se fue con otro hombre, por eso
nosotros hemos sufrido mucho, ni mi papá no se recordaba de nosotros, hemos pasado una
triste vida.

¿Por qué tus padres se discutían?


De la nada, se mareaba y mucho le decía “mierda” y le golpeaba, pateaba, así patadas le ha
terminado sus dientes, sus cabellos jaloneando lo ha terminado.
Yo veía como le pegaba a mi mamá, por lo que era pequeña, no podía atajarla, una vez le
atajé a mi mamá y como a un perro me ha tirado al suelo, así cuando le atajaba no me hacía
caso porque éramos pequeños.

¿El pueblo sabía, no intervenía sobre este problema?


Sí, sabían, tenían temor, mi papá era muy insultoso, liso, a la gente u autoridad no le temía,
hasta ahora es igual; sigue vivo, ahora yo le llamo la atención. Con mi pareja yo me he
juntado por su exigencia, me raptó y así me casé a ocultas.

¿Participaban de las fiestas costumbristas?


Sí, mis padres participaban y disfrutaban de los bailes. Mi pareja me decía, así igual que tu
padre.

¿Tus padres te querían?


Por él me quería.

¿Cómo era el cariño?


Era tosco.

Recuerdo de adolescencia
¿Como seguía siendo la adolescencia?
Igual, mi hermano mayor trató de separarla de mi padre, mi mamá aun más se unía a mi
papá y no se separaba. Ella decía, la gente que nos dirá, nos va criticar, nuevamente se unía
con mi papá, ella decía mis hijos, ya voy a tener nietos, qué puedo hacer, ya no puedo
hacer nada, la gente me va criticar, me dirán por qué razón le ha dejado a esta mujer,
seguramente le ha sido infiel por eso le dejó, así me diría la gente, es lo que pensaba mi
mamá, le aguantaba siempre mi mamá.

¿Qué problemas familiares eran los más frecuentes?


Como siempre, mi papá se mareaba y en vano le hacía lío a mi mamá, mi mamá se
dedicaba a pastar los ganados, ella se dedicaba trabajar en la chacra, iba a la feria, para
traer el alimento de casa y comer. Así de la nada, cada vez que se mareaba, en cambio mi
papá no hacía nada, a mi madre le trataba de perra, puta, mierda.

¿Nadie intervenía, cómo solucionaban el problema?


Nuestros paisanos nos tajaban, le decía cobarde cómo le maltratas, peleemos entre hombres
y mi papá le celaba a mi mamá “ese será tu amante por eso te defiende” por qué entonces
se va meter en nuestra familia, mi papá era zapatero, con su cuchillo le cortaba el pie.

¿Los señores de años pasados, así de rebeldes eran?


Sí, mucha gente maltrataba a su familia, no tenían temor de las autoridades, no tenían
miedo ni al policía, mi papá se creía el súper macho, a mi mamá le golpeaba todas las
veces que se le daba la gana. No nos respetaba ni a los hijos, mi hermano mayor le ha
denunciado a mi papá, le separó a mi madre y se la llevó a mi mamá a Lima, le llevó al
Palacio de Justicia para que se separe. Ella por un año estuvo separada, mi mamá por pena
a mi padre ha retornado, decía “qué vergüenza que me dirá la gente, qué puedo hacer, es tu
padre tengo que volver”.

¿Aguantaba todo solo por ser su esposo?


No, para que la gente no le critique a ella.

¿Cómo influía esos problemas en tu vida y aspiraciones?


Yo he crecido muy temerosa, con vergüenza, así en las reuniones comunales no puedo
hablar porque soy nerviosa, no puedo opinar, soy tímida.

¿Se han truncado tus aspiraciones?


Sí, yo he querido estudiar, siempre he vivido entre discusiones, mi papá constantemente
tomaba, yo me decía qué vida llevaré así.

¿Cómo deseabas que sea tu vida actual?


Ser algo, si me educaban habría sido algo, ahora no soy nada, solo atiendo a mis hijos.
Ahora mismo es mi esposo atrevido, es un hombre de la chacra.

¿Tus padres discutían siempre, te decían que no pasara contigo igual?


Sí, me ha pasado, como a su tonta me golpeaba, me pisoteaba en el suelo, no me daba
cuenta, a quien le iba comentar, mi papá era lo mismo, mi mamá también llevaba esa vida,
yo me decía, a quién le voy a comentar, quién me va decir algo, para qué contar, me dirán
pues así somos los hombres. Mi esposo mucho me ha estropeado, me pisaba, yo no le
denunciaba, tenía temor, vergüenza, la gente va comentar de mí, hablarán argumentando
más cosas. Por eso no contaba a nadie, solo lloraba. Me golpeaba, hasta estar en cama por
15 días (la señora repite constantemente la palabra “perro”) .

¿Por qué te golpea?


En vano, me compara a su sucia vida, ha estado con una sucia mujer (allqucuspa casada
warmihuan) con una mujer casada y con hijos, comparándome con esa mujer me golpeaba,
yo callada lloraba, me decía por qué me golpea.

¿Qué hechos agradables de tu vida recuerdas?


Me dedicaba a mis animales, pastaba mis animales, de estudiar he estudiado, otra cosa no
puedo recordar ya que vivía entre discusiones de mi papá, sólo lloraba.
Me digo que cómo he permitido que la golpee tanto a mi mamá, que le haya sacado todos
los dientes, ahora me digo si hubiera estado con la fuerza que tengo hoy, con palo le habría
defendido.

¿Tu mamá sufre hasta hoy?


Sigue sufriendo hasta hoy, no se separa de mi papá, ella por pena, porque es su esposo,
hasta ahora le sirve, mi papá es vago, no hace nada, ahora se ha hecho el sordo pero sí
escucha, todo lo que se le dice escucha, a mi mamá le reprocha, le dice burro, mierda.
Mi papá ya tendrá sus 80 años, sigue con buena salud, claro él no trabaja.

¿Tu mamá es la que trabaja?


Hasta ahora mi mamá sigue, va a la feria, lleva sus productos y nos trae alimentos, mi papá
está en casa, no hace nada. Él solo quiere comer buenas cosas, sus hermanas le mandan de
Lima fideos, arroz, leche y come solo encerrándose en su cuarto, no comparte con mi
mamá. No le llega la muerte.

¿No la recoges a tu mamá?


No, ella no se acostumbra a estar sola, no sé qué le habrá hecho que permanece junto a él,
juntos moriremos dice, tengo mis perritos y gatos, ya está muy avanza, puede morir dice.

Recuerdos de vida adulta


¿Tu relación de pareja?
Se repite la vida de mi madre en mí. Para conquistarme era bueno, de ahí me empezó a
maltratar, a humillarme, por eso me separé de este perro. Bueno con ruegos, llorando ha
regresado, yo le perdoné pensando que va cambiar, por mis hijos, me decía qué me dirán
mis hijos, dirán como habrá sido mi madre por eso mi padre le ha dejado, de que me diga
así, la gente también se burlará de mis hijos, me decía. Por eso me he reconciliado, pero su
mala maña no ha cambiado, con sus malos ojos me mira, es un salvaje, es un chuto mi
esposo.

¿Cómo te maltrata?
Es poco lo que les pasa a otras mujeres, a mí como a su perro me maltrata, me desmaya,
desde la punta de mis pies hasta la punta de mi cabello me deja morada, ¿por qué? Porque
yo asistía a los clubes de madres, me decía, ahí las mujeres sus mañas están comentando,
se están enseñando, por eso se reúnen, me dice. Un día era el cumpleaños de una mamita,
yo fui a comer, no me he mareado, como dos vasos he tomado y, ¡jesús!, para él fue su
vida, solo por eso me ha golpeado, me ha terminado a patadas, en el estómago, me ha
dejado morada, no le he mostrado a nadie, de vergüenza no le he mostrado a nadie.
No comenté a nadie, porque mi esposo tenía problemas, yo me decía, si me quejo le van a
llevar a la cárcel, por temor y vergüenza no me he quejado, el alcalde y demás personas
me decían para denunciarlo, me decían por qué permitía que me maltrate así. No comenté
a nadie, no hice ver mi rostro a nadie, por miedo, temor, no lo denuncié porque temía que
le llevaran a la cárcel y, si se diera el caso, quién le daría de comer, vestir a mis hijos, qué
sería de mi vida, si me dedico a denunciar voy a estar de queja en queja, es para los que
tienen dinero, a mí que me va reparar la justicia. Justicia es para los que tienen dinero, si
voy a dedicarme solo a ello, quién va a dar de comer a mis hijos y a mí.
¿Perdonas a tu pareja del maltrato?
Ahora ya está moderándose, ya tiene más de 40 años, ya es viejo, ahora por sus hijos está
cambiando y trabaja. Además yo ya me estoy rebelando.

¿A tus hijos los maltrataba?


Sí, antes les pegaba mucho, desde que han crecido mis hijos ya le han parado, por eso ya
no les golpea, ya le tiene temor a mi hijo varón: “por qué le pegas a mi mamá, conmigo te
vas a ver” de hombre a hombre, así le dice mi hijo.

¿Con qué les golpeaba a tus hijos?


Con palo, patada, ahora mis hijos no se dejan pegar.

¿Qué opinas de la violencia contra la mujer e hijos?


Nosotras nos damos cuenta porque ustedes nos hablan y nos preguntan, ya nos damos
cuenta y nos decimos qué cosa somos, animal o qué para que nos maltrate, ahora nosotras
con palo les respondemos, con lo que a la mano nos llegue. ¿Qué somos nosotras, acaso
ellos nos han comprado? ¿Su animal para que nos haga daño?, ahora no queremos que se
repita este problema contra la mujer, para ello, oficinas o programas soliciten para que
nosotras denunciemos y nos hagan defender y respetar nuestros derechos. Estos varones
que golpean a las mujeres, que les lleven a la cárcel o que los ahorquen como a un perro

¿Has recibido consejos?


En el club de madres nos decían hay que hacernos respetar, por qué tanto te humillan, hay
que denunciar, así me decían, pero mi esposo no da la cara, en la mañana se va a trabajar y
regresa en la noche, me grita, me regaña, me amenaza diciendo “cuenta nomás y te voy a
ahorcar”, me amenaza, me dice que nos sirvió para nada. Con esas cosas retrata de asustar,
qué tipo de mujer serán acostumbradas a convivir en esos asuntos, yo con una patada en
todo el cuerpo y en tu sexo te voy a terminar me dice.

¿Es justificable el maltrato a la mujer?


Me diría esta mujer con qué me va contradecir si me denuncia, les diría que llego tarde a
casa, no atiendo a mis hijos, dejo la casa sucia, seguramente sería para que me maltrate
más. No es bueno maltratar a una mujer, porque ellos de acuerdo a su fuerza nos van a
maltratar y despreciar, a mí me desprecian porque se vale a su fuerza.

¿Por temor no denuncias?


Sí.

¿Has pensado en separarte?


Sí, mis hijos me dicen, por mi parte me separaría, pero él con sus celos me molesta, me
dice que hay otro en tu vida, por eso quieres separarte y estás comportándote como una
loca (juqhuan allqucuchcanqui).

¿Pensándolo bien puedes separarte?


Sí, si la justicia me apoya y me acompaña, qué habré sido yo para soportar todo. Tengo 43
años y vivo con el 23 años, mis hijos son grandes, yo deseo separarme por que tanto me
maltrata, si las autoridades y justicia me apoya y me hace respetar puedo separarme.
Por temor no puedo acudir ante nadie, si recibo apoyo me sentiría segura, “me va matar
este perro”, él no tiene miedo a nadie ni a los militares, dice que es mucho mejor y más
guerrero que el militar. Mis vecinos no se acercan a mí, ya no se muestran, dicen que más
problemas me pueden generar, es como un loco, es un hombre criado de la chacra, cómo
habrá crecido en su casa, quién sabe como perro y el gato habrá vivido con su familia.

¿Los años de violencia política afectaron tu relación de pareja y de familia?


Sí, podría ser, antes vivía en temor, cuántos han muerto, a los hombres les obliga, a los más
rebeldes a participar en el comité de autodefensa, hasta ahora me pega, ya no soporto, ya
soy una mujer enfermiza, no sirvo, solo cocino. Me dice vieja, que no sirvo para nada

¿Decides?
De vez en cuando trabaja, creo tres veces a la semana o solo un día, eso no es dinero.
Yo les alimento a mis hijos con morón y sazonado con huesos y grasa, con lo que alcanza,
pero para el 10.00 soles es como un millón y desea comer buenos platos, me reclama “esto
has cocinado”, haber cuánto cuesta un kilo de carne, no valora nada.

¿Sufres maltrato sexual?


Sí, me obliga como a un perro, me abre.

¿Para ti es maltrato?
Aguanto porque me obliga, no tiene temor, se comporta como un perro.

¿Un consejo para la mujer?


Que se quejen y denuncien, que no sufran como yo. Que las autoridades les apoyen a
separarse del hombre. Porque hay que vivir con un hombre malo, sus hijos pueden repetir
esa vida, que respeto demuestra, nada.

Hombre adulto - zona urbana

Nací el 8 de octubre de 1952, mi nombre es Demetrio, actualmente tengo 57 años de edad,


provengo de la provincia de Cangallo, departamento de Ayacucho, del distrito de Chuschi.
En mi familia somos 6 hermanos, de los cuales 3 varones y 3 mujeres, hasta ahora
seguimos vivos los 6 hermanos. Actualmente vivo en Carmen Alto.

¿Qué recuerda de su vida de niño, cómo era la relación en la familia entre hermanos y
padres?
Bueno, cuando era niño recuerdo mucho que, por ejemplo, no fuimos una familia muy
buena, porque existía violencia de parte de mi padre hacia mi madre en donde nosotros,
niños, aun nos poníamos a llorar y sola mi madre nos protegía de los golpes de mi padre,
aunque había veces en que yo le decía a mi padre por qué te portas así y no me respondía
nada y de esas cosa por gusto a mi madre le agarraba a golpes, entonces era así nuestra
vida no podíamos dirigirle ni una palabra a él. Era un desastre lo que vivíamos porque
incluso para traer agua y leña era bien lejos porque era como 10 cuadras para traer y mi
padre ni eso hacía, más se dedicaba a su vicio que era el trago no si estaba comido o no,
pero allí el feliz sin preocuparse si sus hijos estaban comidos, con ropa o no y golpeaba a
mi madre, y dije cuando sea grande voy a cambiar estas cosas, esta historia y justamente lo
estoy cumpliendo.

¿De parte de tu padre hacia ustedes había mucho maltrato?


Claro que si nos pegaba brutalmente, físicamente nos maltrataba hasta que un día cansado
de tantos abusos decidí rebelarme contra mi padre, para eso ya tenía 15 años, de allí mi
padre me botó y le respondí que nunca jamás voy a volver a este pueblo y me salí de mi
casa y me vine de mi pueblo Chuschi a Ayacucho y hasta la fecha no he vuelto.

¿Cómo fue la relación de la familia con la comunidad?


Bueno, sí pues, el que más participaba era mi padre donde había fiesta, faena, fuese cual
fuese la fiesta allí estaba mi padre sin preocuparse siquiera de sus hijos, no traía leña, agua
mucho menos rajaba la leña, absolutamente nada hacia. Por eso yo decía adónde estamos
cayendo porque mi madre pagaba todo eso con lágrimas, por eso nos orientaba mi madre:
cuándo sean grandes no cometan eso, no hagan llorar a sus mujeres ni a sus hijos y esas
palabras me he grabado en mi mente y hasta ahora lo llevo, la palabra de mi madre.

¿Ustedes sembraban en la chacra y esas cosechas dónde las vendían?


No, realmente nosotros no vendíamos la cosecha porque era solo para autoconsumo,
incluso no alcanzaba en la casa para comer y tuvo que salir a trabajar mi padre en algunas
cositas como por ejemplo se venía a Ayacucho y trabajaba como cargador, traía harina por
kilitos y eso nos hacía comer, era lo único que nos hacía comer. Posteriormente cada uno
de nosotros teníamos que salir dispersos uno por aquí otro por allá, así de esa manera ya
cuando era un poquito mayorcito empecé a recoger a toda mi familia. Bueno, pues, eso es
parte de mi niñez, por eso es que te lo digo bien claro, cuánto lamento de mi padre, si tan
solo mi padre me hubiera dicho oye hijo, edúcate, hubiese sido diferente. Sabes que
incluso me compraba un cuaderno para todos los cursos, para él era suficiente eso, cuando
le pedía que me compre cuaderno y me decía no tengo plata y de eso nada más, a mi madre
le golpeaba y yo pobre llorando y así un solo cuaderno tenía que llevar para 5 o 6 cursos.

¿Cómo era la participación en las fiestas familiares?


Bueno sí, mi padre era primero para esas cosas, por ejemplo, en Navidad mi padre era
acostumbrado a agarrar el varayoq, no solamente eso si no que él hacía fiestas con arpas,
violín y bombos y otras cosas más para que pase ese cargo, lo que hacía para cubrir esos
gastos era fiarse de diferentes lugares y así puro fiado hacía su fiesta y solo para pagar esas
deudas nada más trabajaba menos para la educación de sus hijos o la alimentación así es
como era mi padre. También a mi padre le gustaba agarrar fiestas como alférez, diputados,
cualquier otra fiesta costumbre de mi pueblo, ninguna fiesta se le escapaba incluso hasta
cortaba yunsas para eso era campeón no sé cuál sería eso porque hasta la fecha no puedo
explicarme. Porque yo participo de las fiestas, apoyo con algunas cosas pero nada para
agarrar esos cargos, porque la experiencia cuando era niño lo que mi padre pasaba. Mira,
aquí hay una cosa estar gastando en cosas para hacer comer a la gente, hacer tomar si no
tengo yo mismo para comer y prestándome fiándome voy a mantener a la gente.

¿Ustedes de niños que hacían, se daban cuenta de esas cosas?


Claro que sí, me daba cuenta es por eso que me arrepentía en vez de comprar trago mi
padre hubiese querido que compre un saco de arroz, azúcar, para que coman mis hijos
diciendo pero no. Por eso a mi padre le decía por qué no compras estas cosas y el decía no,
yo tengo que comprar otras cosas y también de esas cositas había pelea con mi madre y por
eso yo soy bien sincero al decirte aunque ya mis padres ahora son finados.

¿Qué hechos más recuerdas que hayan marcado tu vida?


Ah, bueno sí, yo tengo un tío aún vivo, hermano de mi padre que hasta la fecha no tiene
hijos esos mis tíos. Ellos acaso nos daba algo para comer cuando nos veía comiendo papa,
choclo crudo, no ni un puñado de cancha, ni mote ahora ese mi tía se ha vuelto enfermiza y
es cuando recién se nos acerca a los 6 hermanos (papay churiky wawaykim kany ) papá, tu
hijo, soy tu hija. (qamkunapa makikichiqpin wañuspapas wañukusaq qamkunan yawarniy
kankichiq familiay kankichiq) En sus manos moriré si tengo que morir porque ustedes son
mi sangre mi familia, eso nos dice ahora. Ahora si ellos bienes a buscar ayuda cuando en
momentos difíciles yo le visitaba no era capaz de ni darme un plato de comida, si delante
de ellos yo comía choclo, papa cruda acaso ese mi tía me decía trae te lo voy a cocinar o te
voy a dar esto come, nada de eso. Por eso yo le dije tajantemente a mi tía si esa fechas
hubieras sembrado en mí ahora cosecharías, viéndome comer choclo, papa cruda recuerdas
eso le dije a mi tío no me dabas la mano, ahora sí necesitas de nosotros, pues ahora si no
tengo plata no tengo nada ya si se regresaron a mi pueblo por eso a veces recuerdo como si
fuera ayer lo que me pasó esa trauma se me quedó, por eso cada vez que recuerdo me
pongo a llorar.

¿Qué mas recuerdas de tus padres o tal vez de tus hermanos?


Justamente a consecuencia de esto mi hermano menor el que me sigue ya no quería saber
nada de la familia por los problemas que había y un día cuando llego el carro se vino de
allá y se fue a Lima a la edad de 10 años y regresó cuando ya tenía 21 años, ya con su
familia su esposa e hijos, muchas veces yo pensaba que estaba muerto, sin embargo estaba
vivo pero esa fecha no había carro y la carreta no llegaba allí, pero no sé cómo así había
llegado después de 11 años y apareció en el pueblo, por eso yo les dije ya pasaron esas
cosas, ya estamos tranquilos. Es así como ahora los 6 hermanos mal que bien estamos
pasando la vida. Así terminé la primaria con las justas y cuando termine me echó mi padre
y tuve que fugar aquí (Ayacucho) a la edad de 12 años, entonces desde esa edad empecé a
ir a la selva y empecé a trabajar, ganaba mis centavitos y con eso nada mas me volvía,
posteriormente me conocí con ingenieros y empecé a trabajar en construcción civil y de esa
manera pasó mi edad, ya tenía 20 años hasta ese entonces.

¿Cómo era la relación con su familia, en adelante, después de haberse venido de su pueblo
a la edad de 12 años?
Bueno siempre echando de menos a mi familia, más que nada a mi madre porque a mi
padre nada porque él un día se había portado mal con nosotros y por eso yo quedé con
resentimiento hacia mi padre porque incluso me había rebelado contra el como ya lo
mencioné y así me sentía un poco más tranquilo aunque solo y como había decidido
venirme, me vine y ya no había marcha atrás. Yo tenía un primo en aquí (Ayacucho) con
quien empecé a pasar mi vida, nos íbamos para todos los lugares juntos y gracias a Dios
siempre llegue a buenas manos y esas personas siempre me explicaban de la vida y me
enseñaban a hablar castellano porque hasta la edad de 20 años no sabía hablar ni una
palabra de castellano.

¿Cómo era el sentimiento a los hermanos si ya los habías dejado?


Sí, como había dejado a mis hermanos, más que nada a mi madrecita me recordaba
siempre y decía siquiera una encomienda pues voy a enviarle cualquier cosa que
encontraba la enviaba a veces un kilito de arroz, de azúcar, de esa manera para que ella se
sienta feliz, en cambio mi hermano no enviaba nada ni siquiera una carta enviaba pero yo
siempre me recordaba de mi familia pero lo más doloroso es separarse de un hermano o
hermana cuando te vas a otros lugares, eso sí es más doloroso.
¿En qué momento decidiste regresar al lado de tu familia?
Más que nada yo empecé a sentirme apenado porque decía igual que a mí que estará
pasando en allá. Llegue a enterarme y tuve que decir a mi madre que se venga a Ayacucho
y si mi padre estaba arrepentido de lo que había hecho también que se venga, yo sé que
aquí vamos encontrar trabajo para vivir y comeremos lo que encontremos y así mi padre y
mi madre me siguieron y se vinieron a mi lado, desde allí empezamos a vivir en Ayacucho,
yo tenía la edad de 18 años, para ese tiempo ya no existía violencia de mi padre porque mi
padre ya había envejecido y mi madre como era menor que él, ella ya era quien la pegaba
porque le ganaba en fuerza, por eso le dije a mi madre déjalo antes era así ahora no debe
haber esos problemas ya no mas dije.

¿Cómo ha influido eso en tu vida, en tus aspiraciones?


La aspiración que yo tenía era tener una profesión fuese cual fuese y salir adelante ya sea
económicamente o emocionalmente para después apoyar a toda mi familia y conseguir eso
sin mentiras sin robar luchando con la frente limpia eso era mi meta y eso es lo que quiero
que hagan mis hijos ya que mis sueños no se cumplieron. Mi meta era alcanzar todo lo que
podía cuando aun era joven, uno de ellos logré alcanzar construir mi casa con mis propias
manos así alcance lo que pude.

¿Cuándo decidió formar su familia?


Mire, yo no pensaba casarme, formar una familia ni tener pareja, nada de eso hasta la edad
de 24 años estaba solo. Mire, cuando el gral. Velasco Alvarado entró al gobierno dijo que
esta zona era la tierra del Estado, entonces decía que las tierras del Estado deben ser para
los casados o para los que tengan carga familiar, caso contrario perderán sus tierras y sus
casas entonces eso llegaron a saber mis padres y me empezaron a obligar, ya tienes edad y
tienes que casarte, tienes que buscar tu pareja así de noche a la mañana empecé a buscar a
mi esposa busqué sin planificar nada por exigencia y por el terreno me casé porque yo no
quería casarme porque yo a mis padres les había dicho que aun no tengo la experiencia
suficiente y los recursos para mantener a una mujer y no puedo casarme pero no me
hicieron caso y me case después incluso nos separamos 3 meses con mi esposa, ella se fue
con su mamá yo me quede aquí (Ayacucho) y así en ese plan parábamos pero sí los papeles
los había ya presentado somos casados diciendo y así por culpa de ese terreno me casé.

¿Cómo se llevaba con su esposa?


En un inicio era tranquilo porque compartíamos lo poco que teníamos cuando había
cumpleaños cocinábamos y comíamos todos tranquilos si era para tomar todos tomábamos
no había problemas, ya a mi padre no lo tenía rencor porque habíamos logrado controlarle
juntamente con mi madre, desde allí empezó a vivir como una buena persona y una buena
familia.

¿Qué cosas buenas recuerdas de tu vida pasada?


Por ejemplo, cuando llegaba mi cumpleaños festejaba con arpa, violín y orquesta y esos
eran los mejores momentos en toda mi vida, allí era el único momento que pasaba feliz,
eso era cuando tenia la edad de 25 años. Allí toda mi familia me apoyaba porque antes no
pasaban esas cosas.

¿Cómo recuerda la vida adulta, cómo se define Ud.?


Prácticamente mi persona ya no es como cuando era joven, la edad de 18 años porque solo
espera la muerte. Pero nunca me dejé caer y sigo adelante sin miedo pues fui un hombre
luchador solo eso.

¿Cuáles son tus cualidades?


Las cualidades que yo tengo son gracias a la experiencia, por ejemplo, cómo aconsejar,
orientar a la gente, a mis hijos y hermanos menores qué hacer, qué no hacer, qué es bueno,
qué es malo, tal vez gracias a eso me empezaron a valorar, ahora incluso a nivel del distrito
de Carmen Alto y Vista Alegre la gente me dice que soy una persona muy buena que
oriento, explico, bueno creo que eso es mi cualidad. Porque yo no puedo decir si soy un
buen padre o persona, solo los hijos y la gente lo dirá eso.

¿Cuáles son tus defectos?


Uno de mis defectos era tal vez de ser renegón porque con cualquier cosa renegaba pero
ahora ya no porque cambié tal vez por la enfermedad que tengo y el médico me prohibió
renegar.

¿Cómo era tu vida familiar con tu esposa e hijos?


Bueno con mi anterior esposa estaba muy bien hasta que caí en el vicio del trago, llorando
buscaba el trago, hasta dónde había caído, por eso fue que llegué a separarme, mi esposa
me abandonó porque se había cansado de mí, eso que no la pegaba no le decía nada,
incluso dormía aparte pero me dejó, incluso mis hijas se habían asqueado de mí, querían
abandonarme eso era en Huancayo, desde allí me puse a tomar más de 15 días hasta que un
día decidí quitarme la vida porque dije una mala yerba para que va a vivir en la tierra,
mejor que se acabe aquí Demetrio, este pecho y quería tirarme del puente entre
Huancavelica y Huancayo porque todo lo que me había pasado era bien chocante sin tener
a nadie al lado, ni a mis hijas, para qué vivir decía, era un dolor muy grande que no quería
vivir y me puse a tomar el trago día y noche buscando la muerte, llorando por ella
pensando si volverá o no, estará viva o muerta decía, era un dolor bien inmenso.
De allí analice bien las cosas, dije porque voy a morir acaso soy prófugo, maté a alguien,
no hice nada malo, si soy un hombre trabajador, luchador por qué voy a morir y por mi
culpa mis hijas van a llorar en tierras ajenas y dejé la culpa lo tuvo el maldito trago y desde
allí jure evitarme del trago y no me mate. Y después de eso toda mi familia y la familia de
mi anterior esposa decía jódete todos hablaban cosas de mí como dice el dicho “del árbol
caído todos hacen leña” así incluso pensaban que yo había matado a mi esposa y no tenía a
donde acudir para buscar consuelo. Cuando pasó el tiempo, ella volvió, sus familiares la
vieron con vida y ella les contó que ella sola se había alejado y que yo no lo hecho nada y
así toda la gente me empezó a pedirme disculpas y así resolví el problema que yo tenía con
ella.

¿Qué opina de la violencia familiar?


Bueno, para ya no cometer esas violencias, yo estoy capacitado por algunas instituciones
que vinieron como ustedes. Mire, yo tengo un cuñado que comete mucha violencia, pelea a
cada rato con su esposa e incluso con los vecinos, a diario le llamo la atención y a la
semana de nuevo con otros vecinos, entonces para que no exista esa violencia hay que
capacitarlos porque las consecuencias lo llevan los hijos.

¿porque crees que hay violencia y tu crees que son justificadas esas violencia familiares?
Mire, esas violencias sucede porque la esposa o bien el esposo no hacen caso a la pareja o
tal vez los hijos no hacen bien las cosas, entonces de allí empieza la pelea y con los hijos
cuando le tocas se van donde la madre y la madre les defiende como toda madre y de allí
otra pelea de padres, incluso se agraden físicamente y eso crece, así es como se da la
violencia familiar.

¿Con quién comparte tus sentimientos ya sea de alegría o tristeza?


Más que nada comparto con mi esposa porque confío en ella y a veces con mis hermanos
trato de conversar de sus problemitas o alegrías a veces los míos por más pequeñas que
sean. Incluso como soy presidente de mi distrito de Carmen Alto converso con mi junta
directiva de los problemas pero los demás no hacen eso.

¿Qué reflexión haría Ud. respecto de su vida y cómo cree que deben asumir sus problemas
otros varones como Ud.?
Primeramente debemos asumir todos los actos que cometemos todos los varones y
conversar y no evadir de esas responsabilidades porque con el diálogo se resuelven muchos
problemas. En cuanto yo reflexiono de ya no cometer esos errores que cometí antes cuando
había caído en los vicios, en el mal camino y vivir feliz como una familia bien constituida
sin problemas y lo más importante, no abandonar a los hijos nada más diría.

Adolescente mujer – zona urbana

Edad 16 años

¿Con quiénes vives?


Con mis padres y 7 hermanos.

¿Qué cosas agradables recuerdas de tu infancia?


A veces ellos nos compraban ropa, y nos expresaban cariño así de esa manera.

¿Qué cosas desagradables recuerdas de tu infancia?


Yo recuerdo que mi madre, cuando éramos niños, nos maltrataba mucho, a veces yo tenía
que ir donde mis tías a vivir allí o donde mis amigas. Yo desde pequeña he sido
maltratada, tanto mi padre y madre igual me pegaban.

¿Cuándo te portabas bien como te premiaban tus padres?


Cuando gané en el concurso de matemática, en vóley, ellos me felicitan.

¿Cómo te sentían cuando tus padres te maltrataban?


Yo quería morirme cuando ellos me pegaban, y no tenía a quien contarle, cuando le
contaba a mi amiga ella se molestaba y me hacía chongo.

¿Ahora en esta etapa de tu vida tus padres te maltratan?


Sí, el año pasado me pegó mi papá. En esa fecha hubo una campaña de psicólogos en
Tambo, yo les conté y ellos fueron a mi casa y le hicieron comprender a mis padres, desde
allí ya no me maltratan. La profesora me recomendó buscar ayuda con ellos. Cuando mi
madre me maltrataba, perdía la confianza en ella y no podía contarle mis problemas.
¿Tus padres ahora discuten?
Si hasta ahora mis padres se meten la mano, nosotros les separamos y les conversamos, él
se altera y nos grita, yo estoy hablando con mi esposa, ustedes no se metan. Se levanta y se
va.

¿A tus hermanitos menores ahora les maltratan?


Sí, pero yo le explico a mi mamá y trato que de ella piense y cambie.

¿En qué año estás?


3ro de secundaria

¿Tú conversas con tus hermanos?


Sí, les explico para que se porten bien y así eviten ser maltratados, ellos entienden y tratan
de portarse bien.

¿Tú vives aquí en el distrito?


Sí, nosotros siempre hemos vivido en el distrito.

¿Tu padre a qué se dedica?


A la agricultura, mi mamá vende verduras en el paradero. A pesar que ellos se molesten yo
siempre les converso que no deben pelear, a veces mi mamá y mi papá se molestan.

¿Qué perspectivas de futuro tienes tú?


Yo quiero ser profesora de educación física.

¿Tu papá toma alcohol?


Antes sí tomaba mucho y a mi madre le fastidiaba, desde que le dimos orientación, él está
cambiando gracias al psicólogo que vino aquí en el distrito.

¿En el colegio les orienta y les explica sobre estos problemas?


No, el colegio no se preocupa por eso, ellos solo ven el avance de los alumnos. A mí me
gustaría que el colegio realice charlas sobre violencia familiar, sexual y de cómo debemos
pasar nuestra vida.
Adolescentes hombre- zona urbana

Edad 17 años

¿Con quiénes vives?


Con mi madre y mis hermanos.

¿A qué se dedica tu mamá?


Tiene un puesto en el mercado, allí vende fruta.

¿Qué paso con tu papá?


Él ya falleció hace tiempo cuando yo tenía 7 años, él tenía un vicio en el alcohol y cada vez
que venía le golpeaba, era muy problemático. Una vez seguro estaría cansado de esa vida
que llevaba y se suicidó, tomó insecticida de rata y murió.

¿Cuando venía mareado les maltrataba a ustedes?


Sí, cuando le defendíamos a mi madre, él venía a pedir buena comida a pesar de no dejar
dinero.

¿Cuántos hijos tuvieron tus padres?


Ellos tienen 8 hijos, pero uno de ellos murió en la selva porque lo confundieron como
terrorista. Ahora somos 7 vivos, pero los mayores ya tienen compromiso y viven aparte.

¿Luego tu mamá tuvo otro compromiso?


Sí, tiene un compromiso, pero él para de viaje por motivo de trabajo, ellos tienen una hijita
de 7 años. Él le ayuda a mi madre económicamente, a nosotros también, pero más
confianza y atención le da a su hija.

¿Quién te ayuda para que tú sigas estudiando?


En ese caso mi madre apoya con lo que puede y yo también trabajo desde que estuve en
segundo grado para poder educarme. Ahora trabajo en una pollería, pelo pollo de 4 a 7 de
la mañana. Luego regreso a casa y termino con mis tareas, luego preparo la comida para mi
madre y hermanos y por la tarde me voy a estudiar.

¿Cuánto ganas y qué haces con ese dinero?


Me pagan 50 soles mensuales y eso me sirve para pagar las cuotas en el colegio, en gastos
de Apafa, me compro mi uniforme. En vacaciones trabajo completo y gano más, solo aquí
en Tambo, no puedo ir a la selva porque hace poco falleció mi tío y mis hermanitas tienen
que ir ayudarle a criar sus vacas.

¿Tú les demuestras cariño a tu madre y hermanas?


Sí, yo le demuestro mi afecto a mi madre tratando de cumplir con todo lo que me dice, y
ella también me demuestra que me quiere ayudándome cuando tengo un problema, me dice
donde debo ir a buscar ayuda. Mis hermanos mayores también me ayudan a veces en mi
estudio, yo tengo dos hermanos mayores y soy el tercero, pero en mi casa soy el mayor.

¿Cómo te sientes cuando estudias en este colegio?


Bien, algunos de mis amigos son comprensibles y otros no, creo que como en cualquier
lugar siempre hay personas que no le caes bien y te llevan mal. No sé porque se comportan
así conmigo, tal vez les hice algo, no sé por qué son así conmigo.

¿Cuando termines tu secundaria, qué piensas hacer?


Estoy pensando presentarme a la universidad para estudiar contabilidad, pero mi madre
me dice creo que no podremos porque no tenemos dinero. Si vas a Huamanga tenemos que
pagar cuarto, comida, la universidad y no hay de donde, ella me dice mejor estudia en
Huanta solo para profesor, ya cuando terminas puedes ir a Huamanga a estudiar esa
carrera. Aquí trataré de salir adelante para poder educarles a mis hermanas, mi hermana
menor está en cuarto de secundaria y a todos les gusta el estudio, ellos están siguiendo mis
pasos.
Ficha Técnica de Cuestionario

Programa de Lucha Integral Contra la Violencia Familiar y Sexual en Ayacucho

CONSULTORÍA DIAGNÓSTICA SOBRE RELACIONES FAMILIARES, SISTEMAS DE


CREENCIAS Y PERCEPCIONES SOBRE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL

CUESTIONARIO DE OPINIÓN ADULTOS(AS)

I. DATOS GENERALES

o Provincia……………………………… Distrito………………………………………………

o Edad……………. Sexo: Hombre ( ) Mujer ( )

o Grado de instrucción:
Ninguna ( ) Primaria Incompleta ( ) Primaria Completa ( ) Secundaria incompleta ( )
Secundaria completa ( ) Superior incompleta ( ) Superior completa ( )
Técnico completo ( ) Técnico incompleto ( )

o Ocupación:
Empleado(a) ( ) Agricultor(a)/Ganadero(a) ( ) Comerciante ( ) Desocupado(a) ( )
Casa ( ) Estudiante ( )

o Estado Civil:
Casado(a) ( ) Conviviente ( ) Separado(a) ( ) Soltero(a) ( )

II. FAMILIA Y RELACIONES FAMILIARES

Marcar una sola opción por cada cuadro

TIPO DE FAMILIA QUIÉN APORTA


ECONÓMICAMENTE EN EL
HOGAR
Padre, madre, hijos(as) 0 Sólo el padre 0
Padre, madre, hijos y otros 1 Sólo la madre 1
familiares
Sólo con tu madre 2 Ambos padres 2
Sólo con tu padre 3 Padre, madre e hijos(as) 3
mayores
Sólo con tus hermanos 4 Los abuelos 4
QUIÉN SE OCUPA DE LAS
TAREAS DEL HOGAR
La madre 0
El padre 1
Ambos padres 2
Las hijas 3
Entre toda la familia 4
Otras personas 5

CRIANZA DE LOS HIJOS E HIJAS

Cuando tus hijos(as) incumplen alguna tarea o se “portan mal”. (Marcar sólo una opción)

Le llamas la atención. 0
No le dices nada. 1
Le llamas la atención, pero si lo vuelve a hacer le pegas. 2
Si la falta es grave, le pegas. 3
Le dices que es un mal hijo(a). 4
Le llamas la atención y lo castigas quitándole lo que más le gusta. 5

¿Qué haces cuando los hijos(as) cumplen con sus deberes? (Marcar sólo una opción)

No le dices nada. 0
Le haces un halago y lo felicitas. 1
Le compras algo como premio. 2

COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA
Entre la pareja
SI NO

Tu pareja le comenta lo que pasa en su centro de trabajo. 0 1


Sabes cuando tu pareja esta triste o alegre. 0 1
Comparten las mismas amistades. 0 1
Cuando van a resolver un problema convocan a una junta familiar. 0 1
Los problemas lo resuelven cada uno por su cuenta. 0 1

Entre padres/madres e hijos/hijas (Marcar una sola opción por fila)


SI NO

Hablas con tus hijos e hijas. 0 1


Ellos te cuentan sus problemas. 0 1
Aconsejas a tus hijos(as). 0 1
Tienen temas comunes de qué conversar. 0 1
Ayudas a tus hijos(as) cuando tienen problemas. 0 1
Sabes cuando ellos están tristes o alegres. 0 1

Entre hermanos(as) (Marcar una sola opción por fila)

SI NO

Tus hijos(as) comparten sus problemas. 0 1


Crees que hay más comunicación entre ellos que contigo. 0 1
Tus hijos(as) se ayudan cuando tienen problemas. 0 1

TOMA DE DECISIONES

¿En la familia quién decide?

La El El Los hijos El padre Padre,


madre padre padre y mayores y los madres e
la hijos(as) hijos
madre mayores mayores
Vender la producción de la 0 1 2 3 4 5
labranza.
Vender las tierras y/o 0 1 2 3 4 5
propiedades de la familia.
Cómo se gastan los ingresos de 0 1 2 3 4 5
la familia.
Dar permiso a los hijos, hijas 0 1 2 3 4 5
para salir.
Cuándo visitar a la familia. 0 1 2 3 4 5
Cuántos hijos tener. 0 1 2 3 4 5

INFLUENCIA DEL CONFLICTO ARMADO:

Los años de la violencia hicieron que: (Marcar las dos principales opciones en cada espacio)

EN LA COMUNIDAD EN LA PAREJA ENTRE PADRES E


HJOS (AS)
Se fortalezca la 0 Les ha unido más. 0 Nos unamos más con 0
organización comunal. nuestros hijos(as).
Se debilite la 1 La mujer sea más 1 Los niños(as) conozcan 1
organización comunal. independiente. sus derechos.
Aumenten los casos de 2 Aumenten nuestros 2 Aumente la violencia 2
alcoholismo y problemas de pareja. contra los niños(as).
libertinaje.
Aparezcan las pandillas 3 El hombre sea más 3 Los hijos e hijas se 3
juveniles. violento y poderoso. rebelen contra sus
padres.
No influyó. 4 No influyó. 4 No influyó. 4

III. CREENCIAS SOBRE LA RELACIÓN DE PAREJA

Estas de acuerdo (sí) o en desacuerdo (no) con las siguientes afirmaciones:


SI NO
Las mujeres no deben llegar tarde a casa. 0 1
Los hombres pueden llegar a la hora que deseen. 0 1
Las mujeres deben llegar vírgenes al matrimonio. 0 1
Mientras más relaciones sexuales tengan los hombres antes del 0 1
matrimonio es mejor.
Las tareas de la casa les corresponden sólo a las mujeres. 0 1
Los hombres no hacen bien las tareas de la casa. 0 1
Los hombres son los jefes de la familia, por lo tanto manda en la casa. 0 1
Los hombres son los que tienen que afrontar económicamente la familia. 0 1
Cuando la pareja se separa la madre debe quedarse con los hijos. 0 1
Las mujeres deben obedecer al esposo o conviviente. 0 1
Nadie debe meterse cuando el esposo pega a su mujer. 0 1
El hombre es quien debe tomar la iniciativa en el enamoramiento. 0 1
El esposo o conviviente tiene derecho a pegar a su esposa o conviviente. 0 1
Es obligación de la mujer complacer sexualmente a su esposo cuando 0 1
este lo quiera.
Si la mujer no complace a su marido, él tiene derecho a buscarse otra. 0 1
Entre la pareja no existe violación sexual, porque es su mujer. 0 1
Cada hombre sabe como tratar en la cama a su mujer. 0 1
Los hombres son más “mañosos”, por eso hay que complacerlos. 0 1

SOBRE LA RELACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS, HIJAS

¿Estás de acuerdo (sí) o en desacuerdo (no) con las siguientes afirmaciones?:

SI NO
Las hijas son más delicadas y los hijos son fuertes por naturaleza. 0 1
Los hijos no corren mucho peligro, por eso pueden salir a la hora que 0 1
quieran.
Las hijas corren mucho peligro y por ello no deben salir solas. 0 1
Hay que educar primero a los hijos hombres porque son los que van a 0 1
mantener su hogar.
Las mujeres serán siempre amas de casa y no necesitan educarse. 0 1
Los golpes a tiempo a los hijos(as) evitan los problemas del futuro. 0 1
Los chicos(as) solo entienden con golpes. 0 1
Los padre tienen derecho a castigar a los hijos. 0 1
SI NO
Las madres son más cariñosas con sus hijos(as), en cambio los hombres 0 1
son más fríos.
Las hijas deben aprender los quehaceres del hogar para que atiendan 0 1
bien a su esposo.
Sólo a las niñas las violan. 0 1
Las niñas y los niños ahora pueden ser violados. 0 1
La honra es lo primero en la familia, por lo tanto a las mujeres que salen 0 1
embarazadas producto de una violación se les debe hacer casar para
salvar su honra.

IV. PERCEPCIONES SOBRE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL


¿En tu comunidad suceden los siguientes casos?
SI NO
Tratan mal y se burlan de las mujeres hasta hacerlas llorar. 0 1
Humillan a sus parejas delante de otras personas. 0 1
Golpean a sus parejas hasta dejarlas mal. 0 1
Obligan a sus parejas a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad. 0 1
Amenazan a sus parejas con irse de la casa y buscarse otra persona si no lo 0 1
complacen sexualmente.
Amenazan a sus parejas con quitartes a sus hijos si no les hacen caso. 0 1
Amenazan de muerte a sus parejas. 0 1
Las golpean e insultan durante el acto sexual. 0 1
Se han dado casos de incesto. 0 1
Se han dado casos de violación sexual a niñas. 0 1
Se han dado casos de violación sexual a niños. 0 1
Les permiten a sus parejas utilizar métodos anticonceptivos. 0 1

¿Las siguientes acciones deben ser denunciadas?

SI NO
Los jalones de pelo, las patadas, las cachetadas. 0 1
Las quemaduras, los cortes, las roturas de huesos, de nariz o de cabeza. 0 1
Los insultos, los desprecios, las ofensas, los malos tratos. 0 1
Cuando la mujer es obligada a tener sexo oral/anal en contra de voluntad. 0 1
Cuando a la mujer, a pesar de estar enferma, se le obliga a tener relaciones 0 1
sexuales.
Cuando el esposo llega borracho, la golpea y le exige tener relaciones sexuales. 0 1
Cuando la pareja antes, durante o después del acto sexual la insulta o golpea. 0 1
Cuando algún familiar que no es su pareja le toca sus partes genitales. 0 1
Cuando la mujer es violada por el suegro o el cuñado. 0 1
Cuando la mujer es obligada por los padres a casarse con alguien que no quiere. 0 1
Cuando un niño o niña ha sido tocad(a) en sus partes íntimas por el padre. 0 1
Cuando un niño o una niña ha sido violado por el padre. 0 1
Cuando un niño o niña ha sido violado por el tío u otro familiar cercano. 0 1
Cuando un niño o niña ha sido violado por un desconocido. 0 1
No dejar dinero para dar de comer a los hijos(as). 0 1
No cuidar a los hijos, hijas y dejar que se quemen, se caigan o se pierdan. 0 1
Dejar que se lleven a las niñas para que trabajen en casa. 0 1
Regalar a los hijos a algún familiar o conocido. 0 1
Darles a los hijos de latigazos o chicotazos cuando se portan mal. 0 1
Insultar o despreciar a los hijos o hijas, haciéndoles sentir que son una carga para 0 1
la familia.
Quemarles la boca o los pies a los hijos o hijas. 0 1
Dejar sin comer a los hijos o hijas. 0 1

DÓNDE CREES QUE SE QUÉ SANCIONES DEBEN RECIBIR


PRODUCEN MAYORMENTE LOS LOS VIOLADORES
ABUSOS SEXUALES
En la casa 0 La castración 0
En la comunidad 1 La pena de muerte 1
En el colegio 2 Que les hagan lo mismo. 2
La cadena perpetua 3
QUIÉN CREES QUE SON LOS
PRINCIPALES VIOLADORES
Los padres 0
Los familiares cercanos 1
Los desconocidos 2
QUIÉN CREES QUE DEBE HACER
JUSTICIA EN CASOS DE
VIOLACIÓN SEXUAL
La policía 0
La iglesia 1
Las autoridades comunales 2
Los gobernadores/teniente 3
gobernadores
Los propios padres 4
Ministerio de Justicia 5

Aplicado por: …………………………..

Fecha: …………………………………

¡Gracias por tus respuestas!


Guía de preguntas para las historias de vida

Recuerdo de la vida de infante:


¿Cómo era la relación en la familia; entre los padres, de padres a hijos(as)?
¿Cómo se relacionaba la familia con la comunidad?
¿Participaban de las fiestas costumbristas?
¿Qué hechos familiares recuerdas más de su niñez, los que hayan marcado su vida?

Recuerdo de la vida de adolescente:


¿Cómo seguía siendo la relación en la familia?
¿Qué problemas familiares eran los más frecuentes?, ¿cómo los resolvían?, ¿participabas
de la solución?
¿Cómo influían esos problemas en tu vida, en tus aspiraciones?
¿Cuáles eran tus sueños, para cuando adulta, en la formación de una familia?
¿Tus padres se querían? ¿Cómo era la relación entre ellos?
¿Había violencia entre ellos? ¿Se demostraban cariño?
¿Qué hechos familiares agradables puedes recordar de tu vida de adolescente?, ¿crees
que esos hechos han influido en tu forma de ser?
¿Qué hechos familiares desagradables recuerdas en tu etapa de adolescente?, ¿crees que
esos hechos han influido en tu forma de ser?

Recuerdo de la vida adulta:


¿Cómo te definirías, cuáles son tus cualidades y cuáles tus defectos?
¿Cómo seguía siendo la vida familiar, se dieron algunos cambios que trastocaron la vida
familiar?
¿Cómo definirías la relación con tu pareja?
¿Cómo se da la relación entre los hijos(as), adultos, con los padres?
¿Influye la comunidad en la toma de decisiones familiares?, ¿cómo?
¿Cuáles son los problemas familiares más frecuentes? ¿Cómo los resuelven? ¿Cómo
aprendió a resolverlos de esa manera y no de otra?
¿Qué opinas de la violencia contra la pareja, contra los hijos(as) y/o contra otro miembro de
la familia?
¿Por qué crees que te violentan, crees que hay justificación para maltratar a la mujer y/o a
los hijos(as)?
¿Con quiénes compartes tu situación?, ¿qué te aconsejan?
¿Has acudido a las autoridades para denunciar? ¿Has pensado en la separación?
¿Estarías dispuesta a hacerlo?
¿Qué reflexión harías respecto de tu vida y cómo crees que deberían asumir este problema
otras mujeres como tú?
¿Cómo ha influido en tu forma de ser, en la forma de ser de tu pareja, los años de violencia
política? ¿Han cambiado en sus formas de ser?
Guía grupos focales con adultos(tas)

1.- En Los lugares donde viven, la mayoría de las familias está formada por:
• Papá, mamá e hijos
• Sólo uno de los padres con los hijos
• Papá, mama, hijos, abuelos, tíos, etc.

2.- ¿Cómo se toman las decisiones al interior de la familia?


• Qué tipos de decisiones las toman sólo ellos.
• Qué tipos de decisiones las toman en conjunto.

3.- Según estudios realizados en Ayacucho: “El 80% de las mujeres son maltratadas por sus
parejas”
• ¿Cuáles son las formas más comunes de maltrato hacia la mujer?
• ¿Cuáles creen que serán las razones por las que son maltratadas?
• ¿En qué casos justifican el maltrato hacia las mujeres?

4.- Otro de los datos de estos estudios es que: “El 70% de los niños son golpeados en sus hogares”.
• ¿Cuáles son las formas más comunes de maltrato hacia los niños y las niñas?
• ¿Cuáles creen que serán las razones por las que son maltratadas?
• ¿Quiénes son los que más golpean a los niños y a las niñas?
• ¿En qué casos creen que se justifica el maltrato contra los niños y las niñas?

5.- Otro dato es que en los últimos años se ha incrementado la violencia sexual contra las niñas,
niños y mujeres:
• ¿Esta situación se ha dado siempre, en la misma magnitud?
• ¿Quiénes creen que son las personas que violan? ¿Dónde se produce esta situación?
• Cuando el violador es un familiar cercano (papá, abuelo, hermano, tío, compadre), ¿cómo
se actúa en estos casos?
• En las relaciones de pareja, consideran que puede darse violación sexual, ¿en qué casos?,
¿por qué si? y ¿por qué no?, ¿se denuncian?

6. Cuáles son los principales cambios (problemas) que se han generado a partir de la violencia
política (terrorismo)
• En los hombres
• En las mujeres
• En los jóvenes
• En la familia
• En la comunidad
Guía para los grupos focales con niños, niñas y adolescentes

1. Tipos de Familia

¿Con quiénes vives?

2. Relaciones familiares (trato, comunicación, toma de decisiones y afectividad)

¿En sus casas quién se ocupa de las tareas del hogar?


¿Sus padres conversan entre ellos? ¿Sobre qué conversan?
¿Sus padres discuten? ¿Por qué?
¿Quién se altera más rápido: tu papá o tu mamá? ¿Y cuando se altera, qué hace?
¿Sus padres golpean a sus madres? ¿Cómo y por qué?
¿Cuando tienen problemas a quién se lo cuentan?
¿Ustedes les tienen miedo a sus padres? ¿Por qué?
¿Cómo es el trato que sus padres les dan?
¿Cómo es el trato que sus madres les dan?
¿Les pegan frecuentemente?, ¿por qué les pegan?
¿Ustedes comentan con otras personas lo que les sucede en casa?

3. Conocimiento y creencias sobre la violencia familiar y sexual

¿Qué saben sobre la violencia familiar? Lluvia de ideas


¿En sus familias se dan casos de violencia familiar?, ¿cómo son?
Creencias (utilizar las copias de Verdadero o Falso)

4. Percepción sobre la violencia familiar y sexual

¿En qué casos creen que está bien que el padre le pegue a la madre?
¿En qué casos creen que está bien que el padre les pegue a los hijos?
¿En tu comunidad se han dado casos de violación sexual a niñas o niños?
¿En tu comunidad los hombres amenazan a sus parejas con quitarles a sus hijos si no les
hacen caso?
¿En tu comunidad los hombres golpean a sus parejas hasta dejarlas mal?
¿En tu comunidad los hombres tratan mal y se burlan de las mujeres hasta hacerlas llorar?
¿En tu comunidad los hombres humillan a sus parejas delante de sus hijos?

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