En efecto, si algo as como un sujeto o, mejor, una prctica de subjetividad se hace posible
es por la manera en la que la vida es expuesta en el lenguaje en las formas de lo que los
griegos llamaron parresa, el decir libre, veraz y franco.
En este contexto, Foucault ya no habla de una incompatibilidad entre el ser del hombre y el
ser del lenguaje, sino de una dramtica del discurso para referirse al modo en que,
exponiendo la propia vida en el lenguaje, quien habla se convierte en sujeto.
Este pasaje, de la langue a la parole, es ya perceptible en la parte final de La gran
extranjera, en la conferencia acerca de Sade, donde es cuestin de las relaciones entre el
acto de escribir, la verdad y el deseo.