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Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de

Tucumán y sus administradores


(Rev. Junta Estudios Históricos nº 12)
Sara Peña de Bascary

Nos ocupamos de la Compañía Jesús en Tucumán en diversos


escritos que dimos a conocer. Hemos abordado los primeros tiempos, el
acrecentamiento de propiedades, la organización interna, misiones,
reducciones y vestigios del colegio. En esta ocasión nos interesan “Las
alhajas y vasos sagrados” de plata de la Iglesia de Santa Maria
Magdalena en San Miguel de Tucumán y la administración y registro de
estos bienes1.

La platería en las misiones jesuitas

De las manifestaciones artísticas de las misiones jesuitas la que


alcanzó un mayor desarrollo fue indudablemente la orfebrería. Los
jesuitas iniciaron a los indígenas en artes y oficios en sus reducciones y
dieron especial énfasis al trabajo de los metales. Tenían talleres a tal fin y
en ellos realizaron espléndidas piezas de plata: retablos, candelabros,
custodias, copones, cálices. Contaron con la habilidad natural de los
nativos quienes imprimieron en sus obras un sello peculiar que permite
hoy identificar sus producciones. Verdaderas obras de arte de cultura
mestiza.
El padre Antonio Sepp S.J. cuenta que en el Pueblo de Santo
Tomé había un indio, Gabriel Quiri que hacia cálices y candelabros de
plata “de tamaño considerable y de ingeniosa cinceladura”. También se
refería a otro indígena de la Misión de San Miguel “como buen orfebre,
fundía jarras de plata para vino de misa adornándolas con las más

1
Este tema, síntesis, fue el abordado en la clase “la platería de la iglesia jesuita de
Tucumán y sus administradores” en el curso Patrimonio III – Mayo a julio 2006 -
Junta de Estudios Históricos de Tucumán. En este escrito ampliamos lo expuesto.
Sara Peña de Bascary

hermosas uvas, espigas de trigos y flores de toda clase que sabia grabar
magistralmente”2
Las Iglesias de la Compañía de Jesús fueron motivo de asombro y
admiración de los viajeros que llegaron al río de la Plata. Félix de Azara,
Martín de Moussy, Alcides D’Orbigny, entre otros, documentan en sus
escritos las admirables expresiones culturales que los jesuitas habían
obtenido en estas regiones. Sobre esto nos relata el profesor Adolfo Luis
Rivera: estos viajeros visitaron las misiones casi un siglo después de la
expulsión. Pero el antiguo esplendor aun no se había extinguido. Moussy
visitó la misión de Santa Rosa y allí observó una fuente y unos
candelabros de plata.”El conjunto, decía, es realmente deslumbrante, y
cuando se reflexiona con que elementos, en que país y a que distancia de
Europa, los padres han ejecutado semejante maravilla, no hay lugar sino
para el asombro”. Azara, al visitar las misiones manifestaba: “en cuanto
a las alhajas de plata y oro y ornamentos, seguramente muchas
catedrales no tienen la mitad”3
Los jesuitas en las Cartas Anuas y en los escritos de los padres
Pedro Lozano, Francisco Xarque, Nicolás del Techo, Pierre F.
Charlevoix, Antonio Machoni, Juan Pedro Andreu, entre otros, hablan
de la magnificencia de sus Iglesias.
Los miembros de la Compañía de Jesús eran idóneos en diversas
artes y oficios, pero rara vez daban a conocer su autoría en una expresión
artística. Las constituciones de la misma no lo permitían. Todo era
anónimo y para la comunidad. En algunas ocasiones, muy raras,
conocemos el nombre de un artista de la Orden de Loyola. El caso del
padre Berger, que pintó el famoso cuadro de “La Virgen de los Milagros”
es una excepción. Se decía que este sacerdote fue además orfebre. A
veces se consigna la obra realizada por algún jesuita pero no se dice su
nombre: “… un padre que sin ser platero, enseñó a los indios a dorar
cálices en el fuego y al mismo tiempo hacia espejos y cálices”4.

2
Rivera, Adolfo Luis; “Platería”. Pag. 387. En “Historia General del Arte”. Academia
Nacional de la Historia. Tomo II. Buenos Aires. 1983.
3
Ibídem. Pag. 394.
4
Ibídem. Pag. Pag. 387
2
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

A los superiores de la Orden les ocupaba y preocupaba el valor de


las piezas de plata, que indudablemente vendían. En 1713 el Padre
Provincial, se reunió con los consultores y “…determinó el precio de
las obras de plata de relieve que no pasase de diez pesos el marco, más
en esto no entran las obras de filigrana, estas se quedan como antes al
juicio de los jueces que las tasasen”. 5
En documentos del siglo XVIII encontramos noticias sobre
talleres de platería en las misiones jesuitas, como así también de objetos
de plata en sus iglesias. Especialmente en los inventarios que se
realizaron cuando ejecutó la expulsión de la Compañía de Jesús. Estos
son una fuente reveladora de la existencia de herramientas de orfebrería
en los establecimientos de la Orden.
Hemos ahondado nuestras investigaciones y llegamos a la
conclusión que en el colegio tucumano se trabajaron metales. Así lo
vemos en el Inventario: había herramientas y materiales a tal fin: treinta y
dos arrobas de bronce, seis arrobas de estaño, nueve arrobas de plomo,
sesenta y ocho libras de fierro (sic), alumbre, barreta de 20 libras,
balanzas de diversos tamaños, pesas de bronce, pailas grandes, martillo
grande de herrería, calentadores, torno, sierras, tarrajas, barrenas grandes,
yerro de fierro (sic), sierras grandes y pequeñas, barrenitas chicas6.
En la Hacienda de Lules, que dependía del Colegio, no había
metales pero si herramientas para el trabajo de los mismos: yunque,
fuelle, dos tornos, dos brocas, chaflanador, escarbador, bigornia, taladro,
clavera, seis limas, sierras, gubia, escoplos, compás, acanalador, juntera y
varios fondos en hornillas7.
Este tipo de utensilios se encontraron en inventarios de
establecimientos jesuitas, en los que hubo talleres de platería: San

5
Archivo General de la Nación (en adelante A.G.N.) Fondo Biblioteca Nacional.
Manuscrito 62. Libro de consultas de la Compañía de Jesús. Fs. 64.
6
Robledo, Beatriz; “Compañía de Jesús - Inventario y Tasación de sus bienes en San
Miguel de Tucumán al 29 de mayo de 1768 por la Junta de Temporalidades”.Págs. 47 a
52. Fac. de Ciencias Económicas. UNT. 1976
7
Ibídem. Págs. 58 a 59.
3
Sara Peña de Bascary

Nicolás, San Lorenzo, San Ignacio Mini, Yapeyú, Candelaria, Corpus,


entre otros. Así lo consigna el especialista Adolfo L. Rivera.8
En el Tucumán colonial se beneficiaron metales, aunque no en
gran escala. Hay datos sobre laboreos en el cerro de Aconquija los que se
suspendieron por los ataques de indios y las minas fueron abandonadas9.
Los jesuitas elaboraron piezas de orfebrería por cual el metal precioso,
en caso de necesidad, se traía de otras regiones.
El colegio de Tucumán contó con sacerdotes y hermanos
coadjutores expertos en diversos oficios, tallistas, ebanistas, músicos,
orfebres, arquitectos entre otras habilidades. Sobre el tema que nos ocupa
encontramos que hubo un sacerdote que además de tallista y constructor,
fue orfebre: el padre Luis Florentin S.J.
En septiembre de 1739, la Consulta de la Compañía de Jesús,
había designado al padre Luis Florentin S.J. rector del Colegio
Tucumano. Los consultores consideraron que era la persona indicada, y
que su rectorado sería “trabajoso”. Fue importante la obra realizada por
este sacerdote en el establecimiento de San Miguel de Tucumán. Por
datos del Libro de Consultas y referencias del padre Furlong, sabemos
que se debe a este sacerdote, el tramo final de la obra del Templo. O por
lo menos parte de ese emprendimiento10.
Según Furlong el padre Luis Florentin “era esculptor, natural del
Paraguay y además pintor y arquitecto. Fue quien construyó el Templo
Jesuítico de Tucumán, y lo adornó con estatuas que entallaba y pulía con
destreza, así lo leemos en su necrología”.11 Este sacerdote era también
eximio orfebre. El 6 de marzo de 1733 el Provincial de la Orden, Padre
Jerónimo Herrán, ordenó al superior del Colegio de la Rioja, “que
procurase tener las reliquias con mayor decencia, para lo cual debía

8
Rivera, Adolfo Luis; op. cit.
9
Peña de Bascary, Sara; “Mito y realidad de la antigua minería del Tucumán”. En Todo
es Historia N º 98, Julio de 1975.
10
Peña de Bascary, Sara “El Libro de consultas de la Compañía de Jesús” Pag. 131. En
“Investigaciones II” Museo Casa Histórica de la Independencia. 1987.
11
Furlong, Guillermo, S .J."Historia socio cultural del Río de la Plata - El trasplante
cultural 1536-1810"- Bs. As. 1969. Pág. 291
4
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

facilitar al padre Luis Florentín lo necesario para fabricar un digno


relicario”.12
Es de pensar que este sacerdote, pudo ser el artífice de algunas de
las alhajas y vasos sagrados del Templo tucumano y probablemente
enseñó el arte de los orfebres.
Los superiores de la Orden aspiraban que sus iglesias tuviesen
objetos de culto de calidad. En las inspecciones que realizaban a sus
establecimientos expresaban la importancia de contar con muy buena
orfebrería. Manufactura de sus establecimientos o adquirida a eximios
plateros.
El Padre Provincial Luis de la Roca, en 1723, visitó la doctrina de
“La Cruz” donde ordenó “que se hicieran de plata el acetre, el asa de
una calderilla, y otras crismeras mayores que las que ahora sirven” y en
el pueblo de Jesús indicó que se aumentara el número de candelabros de
plata. El Provincial de la Orden, en 1727, ordenó “se compraran las
alhajas de plata sobre la cuales se trató en la consulta para San Carlos:
una cruz, ciriales, atriles y candeleros”.13.
Se debe aclarar que la platería en las iglesias de la Orden no era
exclusivamente originaria de sus misiones. Hubo compras a orfebres
civiles de singular maestría, en especial las excelentes piezas adquiridas
en el Alto Perú, debido al importante tráfico comercial en el Norte
argentino.
Tenemos datos, además, que en Tucumán hubo buenos plateros
en el S. XVIII “pero su producción era exclusivamente suntuaria y por lo
tanto su mercado restringido”.14
Los ingresos en las haciendas y reducciones por la
comercialización de sus productos, se destinaban a las iglesias para
acrecentar el esplendor de las ceremonias religiosas, con el fin de cumplir

12
Ribera, Adolfo Luis,"Platería" En Historia General del Arte, Tomo II. Ed. Acad.
Nacional de Bellas Artes, 1983. Pág. 400 - Cfr. A.G.N "Misiones Jesuitas - catalogo de
los sujetos de la Compañía de Jesús en la Provincia del Paraguay 1732 -1745" Archivo
Lamas, Legajo. 6, fs. 383
13
Ibídem. Pag. 389- 390.
14
Bascary, Ana Maria. “Familia y vida cotidiana. Tucumán a fines de la colonia”,
pag. 81. Fac. Fil. y Letras UNT - Universidad Pablo de Olavide Sevilla – España. 1999.
5
Sara Peña de Bascary

con el conocido lema de los jesuitas “Ad maiorem Dei Gloriam”. Se


gastaban considerables sumas en ornamentación como lo demuestran
datos de las cuentas de las procuradurías. Así lo consigna el historiador
Magnus Moerner15.
La platería del periodo colonial en nuestro país fue muy
importante y se la puede apreciar en museos, como el Isaac Fernández
Blanco, de Arte decorativo, Cabildo de la Revolución de Mayo, Histórico
Nacional, Histórico de Rosario, Catedralicio de Córdoba, de la estancia
de Alta Gracia, Cabildo de Salta, Palacio San José, entre otros, y en
iglesias y colecciones particulares. En Tucumán se conservan excelentes
ejemplares. Es de gran jerarquía la colección de la Casa Histórica de la
Independencia16. Y, también son destacables, las piezas del Museo de
Arte Sacro y del Histórico Provincial. En estas salas se pueden apreciar
objetos de culto, ornamentación, y de uso domestico de este metal. En
colecciones privadas y casas de familia, de esta ciudad, se conservan
numerosas y notables piezas de orfebrería virreinal.
Las técnicas empleadas, en los objetos mas destacados, son el
repujado, cincelado, burilado y calado en lo que eran especialistas los
plateros de las reducciones jesuitas y del alto Perú del S. XVIII. Los
motivos decorativos son formas de la naturaleza, entrelazados con
volutas, cartelas, cordoncillos, flores y hojas. Además de elementos del
barroco y el rococó donde abundan los ángeles y los querubines. Y
también hay piezas de plata trabajadas a martillo o fundidas que
prescinden de todo adorno y la belleza de las mismas reside en las
simples formas geométricas y el brillo natural de la plata17.

15
Moerner, Magnus; “Actividades políticas y económicas de los jesuitas en el Río de la
Plata”.pag. 113. Paidos. Bs. As. 1968.
16
“Catalogo General - Museo Casa Histórica de la Independencia”. Sección
Museología. Peña de Bascary, Sara; Bascary, Ana María y Cornejo, Patricia. Págs. 20 a
23. Tucumán 1990. “Catalogo – inventario 1999 (inédito) Museo Casa Histórica de la
Independencia”. Págs. 35 a 38. Y Catálogos de exposiciones “Platería en Tucumán”
(1984) y “De Platería con Historia” (1995) en Casa Histórica de la Independencia.
17
Rivera, Adolfo Luis; Cfr. Prologo a “Catalogo de Platería”. Museo Municipal Isaac
Fernández Blanco. Buenos Aries. 1970.
6
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

Los bienes de los jesuitas y sus administradores

Los jesuitas fueron extrañados de Tucumán, de acuerdo a Cedula


Real de Carlos III, el 7 de agosto de 1767. El Coronel de Milicias y Juez
de la expulsión Don Juan Adrián Fernández Cornejo dio instrucciones a
Don Fermín Tejerina y Barreda, designado para el secuestro de los
bienes, que realizara el inventario correspondiente.
Tejerina y Barreda, en nota al gobernador, se refiere al
extrañamiento de la Compañía de Jesús expresando que desde el día 6 de
agosto de 1767 “se había ocupado con desvelo de esa noche”, hasta que
se cumplió la Orden Real y se expulsaron a los jesuitas “y que hicieron
los inventarios...”18. Agregaba Tejerina que debió invertir todo el día y
parte de la noche por espacio de un mes en los registros. Requería se le
pagase por las tareas realizadas.
Recién un año después, el 29 de mayo de 1768, el Comandante y
Sargento Mayor don Fernando Fabro, por instrucciones del gobernador
de Buenos Aires Don Francisco de Paula Bucarelli, encargado de la
expulsión de los jesuitas en el Río de la Plata, remitió a Tucumán
instrucciones para la evaluación definitiva de los bienes secuestrados.
El citado reglamento indica el método para realizar el inventario y
tasación. Registrar por separado los bienes del Colegio e Iglesia,
incrementos por cosechas y hierras, créditos y deudas de las haciendas,
obligaciones de obras pías, escuelas y la lista detallada de los jesuitas
detenidos. Se determina el nombramiento de tasadores para distintos
rubros, juramento de los mismos y la designación, por el Cabildo del
Defensor de las Temporalidades19.
El 6 de junio de 1768, Don Fermín Tejerina es ratificado en su
cargo para ejecutar el “Método para formar la Tasación general de todos

18
Archivo Histórico de Tucumán (en adelante A.H.T.)"Documentos Coloniales, Tomo
III. Relativos a los Jesuitas" Serie 1 - Vol. 9. Ed. Archivo Histórico de Tucumán -
Facultad de Filosofía y Letras. UNT 2000. Págs. 130 - 131
19
Cfr. Maeder, Ernesto J .A. "Los bienes de los Jesuitas" Inst. Investigaciones Geo-
históricas - CONICET. Resistencia. 2001. Pág. 192. El Dr. Maeder trata el tema de las
temporalidades en un minucioso estudio el cual consultamos asiduamente.
7
Sara Peña de Bascary

los bienes de su Majestad secuestrados a los Jesuitas...”20. Tejerina había


realizado un inventario, en el momento del secuestro. Recordó esto,
previo a su Juramento, y manifestó que haría uno nuevo según el
instructivo. Ante la escasez de peritos en artes y oficios, Tejerina,
seleccionó a las personas de más “practica e inteligencia” en la
diversidad bienes a tasar.
Los tasadores fueron importantes ciudadanos, muchos de ellos
sacerdotes: don Gabriel Rubert, don Pedro de Souza, don Vicente
Escobar, el Maestre de Campo don Luis de Aguilar, don Joseph de
Ojeda, el Doctor Joseph Ignacio de Villafañe, Fray Diego Toro y
Villalobos, el Doctor Miguel Gerónimo Sánchez de Lamadrid, y Don
Francisco Sánchez de Lamadrid.21 Prestaron juramento entre el 16 de
junio y 6 de julio de 1768.
El 28 de julio, el Cabildo designa al Sargento Mayor Don Joseph
Cainzo, Defensor Fiscal de Real Hacienda, para controlar las tareas de
los tasadores. Finalmente el 11 de agosto de 1768, el Juez de la expulsión
y secuestro, Don Adrián Fernández Cornejo, acompañado por el Alcalde
de segundo voto don Antonio Sorroza, el comisionado don Fermín
Tejerina y el Teniente de Oficiales Reales, don Pedro Collante, con la
presencia de los especialistas que ya se “hallaban juramentados”, inician
la confección del inventario y tasación definitivos.22
Al finalizar el año 1768 fue designado Superintendente de
Temporalidades el Gobernador y Capitán General de la Provincia del
Tucumán, Don Juan Manuel Campero. Tejerina terminó su gestión y
elevó un informe al nuevo administrador refutando los cargos que le hizo
el Defensor Fiscal, Don Joseph Cainzo, por mala administración de los
bienes. Fue sobreseído y resultó ser acreedor de las Temporalidades23. Es
posiblemente uno de los pocos casos en que un administrador, del
patrimonio jesuítico, resultó inocente de los cargos que se le imputaban.

20
A.H.T. Sección Judicial. Serie A. Caja 23. Expediente 1. fs. 1 y 2.
21
Sobre datos de los tasadores: Cfr. Robledo, Beatriz. Op. cit. Págs. 1 a 13.
22
Ibídem. Pag. 13.
23
A.G.N. “Cuaderno de Cuentas del administrador Fermín Tejerina de las
Temporalidades de S.M. de Tucumán, correspondiente a la Cuenta General de 1768”,
Colonia IX. 22.2.1. Legajo. 12 (80 fs) y Maeder, Adolfo Luis. Op. cit. Pág.200.
8
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

De la minuciosa trascripción del Inventario y Tasación realizado


por la Prof. Beatriz Robledo y de un “Testimonio de Cuentas Generales
de agosto de 1767 a diciembre de 1768,24 hemos elaborado una síntesis
del patrimonio secuestrado a los jesuitas de Tucumán.
En una primera etapa los bienes se tasaron en el siguiente orden:
“el Colegio y sus partes”, “la librería”, “los esclavos”, “mobiliario y
efectos de la tierra” y “otras propiedades urbanas”.
En el “Colegio y sus partes” se describen, minuciosamente, todos
los ámbitos del edificio: medidas, materiales, cantidad, calidad,
ubicación, y hasta los árboles y cantidad de ellos que había en la huerta.
De “la Librería” se consignan todos los títulos, (mil nueve) y el estado
de conservación. “Los esclavos” son detallados como: negros, mulatos,
zambos y cuarterones, con algunas otras características: aindiados, claros,
oscuros, además del sexo, edad y oficio si es que lo tenían. En
“mobiliario y efectos de la tierra” se registran muebles, productos,
herramientas y materiales para trabajos y oficios. Y en cuanto a “otras
propiedades urbanas”, inventariaron la ranchería de los esclavos, un
solar a “espaldas” a la huerta y ocho solares sin más detalles “porque la
documentación estaba en manos del Excelentísimo25”. Como es lógico
todo con su respectiva evaluación.
Los tasadores siguieron al pie de la letra las instrucciones
impartidas para realizar el inventario y tasación. El trabajo de los
evaluadores en esa primera etapa se aprecia en el siguiente detalle:

Bienes del Colegio


a) “El Colegio y su partes” fue tasado en: $ 22.103,5
b) “la librería”; 1.009 volúmenes tasados en: $ 1.445,00
c) Los esclavos”; 122 personas. Tasados en : $ 18.565,00
d) “Mobiliario, y efectos de la tierra” tasados en: $ 1.892,00
e) “Otras propiedades urbanas del colegio tasadas en: $ 1.150,00
I. Valor total del Colegio y sus bienes: $ 45.657,0026

24
A.H.T. "Documentos coloniales relativos a los jesuitas", tomo IV, op cit pag. 20 a 43
y Robledo, Beatriz; Op. Cit Págs. 13 a 53.
25
Ibídem.
26
A.H.T. Op. Cit. Pág. 21 y Robledo, Beatriz; op. cit. Pag. 53
9
Sara Peña de Bascary

En una segunda etapa se abocaron a los inventarios y tasaciones


de estancias, potreros, sus bienes muebles, ganado, cultivos y productos.
Estas propiedades eran: Estancias de “Tafí”, estancia o potrero de “San
Javier”, de “La Reducción”, de “San Pablo”, “otra estancia” (sic),
potreros de: “San Jenuario”, de “La Zanja”, de “Raco”, hacienda de “Los
Lules”, y tierras de “Taficito”. Se detalla ubicación, extensión, y los
bienes de cada una de las once propiedades. Ganado, plantaciones,
productos, herramientas, etc.27.

Propiedades Rurales y sus bienes


Estancias y potreros. 11 propiedades con sus bienes: $ 66.710,00
II. Valor total de Propiedades rurales y sus bienes: $ 66.710,00

Una vez finalizada esta segunda parte, registraron “Iglesias y sus


patrimonios”. Se hizo una tasación por separado, de acuerdo a las
instrucciones de Bucarelli.
En primer lugar se tasó a) “La Iglesia y su patrimonio”. Las
descripciones en el inventario son muy completas y minuciosas. Hablan a
las claras de un espléndido templo con retablos, altares, techos y pulpitos
profusamente tallados, decorados y dorados o policromados. Las
imágenes y pinturas serian de gran calidad y valor, como así también los
objetos de culto de plata. El mobiliario, consistente en escaños,
confesionarios, sillas y taburetes acorde a la importancia de esta Iglesia
de Santa Maria Magdalena.
A continuación se tasaron: b) “bienes de las cofradías de
naturales y españoles”. Los mismos no pertenecían a la Compañía sino a
los cofrades. Pero se dieron instrucciones de inventariarlos aunque por
separado.
Por ultimo, registraron c) “iglesias del interior de la Provincia”.
Las mismas y sus bienes se describen detalladamente. Estas fueron las

27
Peña de Bascary, Sara “Compañía de Jesús. Aporte para un estudio del
acrecentamiento de propiedades en la Provincia de Tucumán”. Investigaciones I.
Museo. Casa de la Independencia. Tucumán 1986. Págs. 91 a 109.
10
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

iglesias de “Lules”, “Tafí del Valle” y “Vipos”. Esta tercera etapa de


inventario y tasación brindó los siguientes valores28:

Iglesias y sus patrimonios


a) “La Iglesia y su patrimonio”: $ 52.132,00
b) “Bienes de las cofradías de españoles y naturales”: $ 866,7
c) “Iglesias del interior de la provincia”: $ 3.448.8
III. Valor total de Iglesias y sus patrimonios: $ 56.467,7 y 1/2

Este valor, de “Iglesias y sus patrimonios”, se sumó a los de: “I. El


Colegio” y II: “Estancias y potreros”.

Valor total de los bienes secuestrados


I. Total del Colegio y sus bienes: $ 45.657,00
II. Total estancias y potreros con sus bienes: $ 66.710,00
III. Total de Iglesias y sus patrimonios: $ 56.447,7 y 1/2
VALOR TOTAL de los bienes secuestrados $ 173.720,00 29

A esto se agregó lo devengado por incrementos de esclavos,


nacidos después de la expulsión y por aumento de de ganado. El valor
total ascendía a $ 176.496 pesos un real30.
Al analizar el patrimonio de la Compañía de Jesús en Tucumán se
advierte la importancia del mismo. Vemos las grandes extensiones de
tierras cultivadas. La calidad de la edificación de sus iglesias y
establecimientos. Como así también la jerarquía de sus expresiones
artísticas. Se aprecia el desarrollo económico y social logrado en las
misiones con lo producido en sus estancias. El minucioso Inventario nos
brinda una cabal idea de la magnitud del emprendimiento de la Orden de
Loyola en Tucumán.
Los comisionados de las Temporalidades y más adelante Real
Junta Municipal de Temporalidades, fueron los encargados de
administrar estos bienes de acuerdo a las instrucciones que a tal fin
recibían de la Real Junta Provincial en Buenos Aires.
28
Robledo Beatriz. Op cit.75.
29
Ibídem.
30
Ibídem. Pag. 75 a 77
11
Sara Peña de Bascary

Las alhajas de la Iglesia jesuítica de Tucumán

En el inventario que hemos estudiado, advertimos un Patrimonio


artístico-religioso de singular importancia de la Iglesia de Santa Maria
Magdalena de la Compañía de Jesús: considerables retablos, imágenes,
pinturas, ornamentos, mobiliario y platería.
Muchas de las de imágenes descritas nos llevaron a indagar si las
existentes hoy en la Iglesia de San Francisco, ex templo jesuita, podrían
ser las que detalla el antiguo inventario. De las investigaciones surgió
que algunas fueron de la Compañía y así lo dimos a conocer.31
Actualmente nos ocupan las piezas de plata que integraron el
patrimonio de los expulsos: veremos la platería de los jesuitas del
establecimiento tucumano, como fue resguardada y administrada y nos
detendremos en algunos aspectos de la Iglesia.
La orfebrería, se componía de ochenta y cuatro objetos de culto. Lo
vemos en el siguiente grafico:

La platería de la Iglesia
Del inventario y tasación del retablo, alhajas, vasos sagrados objetos Valor
de plata labrada (sic)32
De los retablos (y en el retablo mayor un sitial de colocar la custodia de
laminas de plata de realce con muchas partes sobredoradas y
esmaltadas con piedras de Francia, que al parecer se compone de
cincuenta marcos) e imágenes, pinturas, sitial, etc. Todo el conjunto: $ 10.000
Un casquillo de oro con peso de once onzas y doce adarmes, a veinte
pesos la onza: $ 235
Un copón de plata sobredorado burilado con peso de cinco marcos una
onza, a trece pesos el marco. $ 66,5
Una custodia de plata con peso de nueve marcos a diez pesos el marco: $ 90,00
Otra dicha mas pequeña con ocho marcos, a diez pesos el marco: $ 82,00
Dos casquillos de plata, para consagrar formas, con peso de doce onzas
y quince adarmes a nueve pesos el marco: $ 14,2
Un cáliz de plata sobredorado de realce con tres marcos seis onzas y
cuarta a quince pesos el marco: $ 56,5 y 3/4

31 C
fr. Sara Peña de Bascary. “Los franciscanos reciben el colegio y Templo jesuíticos
de Tucumán”. Rev. de la Junta de Estudios Históricos nº 11. Tucumán, 2004.
32
Beatriz Robledo; op. cit. Pag. 64 a 66. AHT. Op. cit. Págs. 40 a 41.

12
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

Otro cáliz de plata esmaltado con peso de tres marcos cinco onzas
quatro adarmes a diez pesos el marco: $ 36,4 y 1/2
Otro dicho de plata burilado con peso de dos marcos cuatro onzas a diez
pesos el marco: $ 25
Otro dicho de plata llano con peso dos marcos cinco onzas y quatro
adarmes a nueve pesos el marco: $ 23,7 y 1/4
Otro dicho con peso de quatro marcos quatro onzas a nueve pesos el
marco: $ 40,4
Cinco pares de vinajeras de plata con peso de diez y seis marcos a diez
pesos el marco: $ 160
Un par de dichas de plata con peso cuatro marcos a diez pesos el marco: $ 28,7
Dos incensarios de plata con una naveta y cuchara de lo mismo con
peso de trece marcos quatro onzas a diez pesos el marco: $ 135
Un hostiario con peso de dos marcos cinco onzas y ocho adarmes de
plata a siete pesos el marco: $ 18,6 y 1/2
Una bujía con seis candeleros, un acetre con hisopo, un vasito de
purificar con su platillo, una pailita, dos porta paces, una cruz de
pendón y una arandelita. Alhajas todas de platas servibles y usadas con
peso de treinta marcos a ocho pesos el marco. 240 pesos. $ 240
Doce candeleros de plata, con varillas de fierro, los seis mas grandes
con arandelas de cobre con peso de noventa y siete marcos en bruto a
ocho pesos el marco: $ 640
Dos ciriales de plata con peso de treinta y ocho marcos quatro onzas a
trece pesos el marco: $ 500,4
Seis candeleros de plata con obra de realce con sus varillas de fierro y
armazón de madera con peso liquido de noventa y ocho marcos a catorce $ 1.372
pesos el marco.
Cuatro atriles de plata, lavabo y evangelio con peso liquido de cuarenta
y cuatro marcos a once pesos el marco: $ 484
Una cruz de plata con el peso de seis marcos una onza a doce pesos el
marco. $ 73,4
Un sitial con quatro espejos para manifestar el Santísimo que se reguló
tener diez marcos que a 10 pesos con 6 de los espejos y armatoste y
espejos componen la cantidad de: $ 106
Una docena de mayas de plata con peso de sesenta y seis marcos, una
onza y ocho adarmes a ocho pesos el marco33: $ 529,4

Los objetos de culto de plata de la Iglesia de la Compañía de


Jesús de Tucumán eran de jerarquía. Como apreciamos por sus
33
El marco equivale a 230 gramos, la onza a 28,76 gramos, un adarme a 1,80 gramos;
un tomimes a 05 gramos; una arroba a 11,51.
13
Sara Peña de Bascary

descripciones y tasación. Los valores diferían: a mayor calidad de la


pieza, el precio por marco era superior. El monto total asignado fue $
5.094,7 ½34. El sitial grande, del altar mayor, no fue tasado
individualmente.
El gobernador y Juez Superintendente de las Temporalidades Don
Juan Manuel Campero consideró que la platería no estaba segura en la
Iglesia, la que fue clausurada la noche de la expulsión. Con tal motivo y
de acuerdo con el administrador de las Temporalidades, Don Pedro
Collante, la entregó en custodia al Coronel Don Joseph de Molina como
“depositario de las alhajas y vasos sagrados”. En casa de este último se
resguardaban.
El 21 de julio de 1769 el Gobernador de Buenos Aires, don
Francisco de Paula Bucarelli, trasmite al gobernador Campero una
disposición del Conde de Aranda ordenando que las “alhajas” de los
jesuitas se enviaran a Buenos Aires. Y que las "que no eran vasos
sagrados indispensables", debían venderse con precaución para evitar
escándalos y que si eso no bastara las enviasen a España donde se
venderían con facilidad y sigilo”. Consideraba Bucarelli que en esta
región era imposible la venta, por falta de medios y porque "se
aumentaría el susurro y maledicencia de la multitud de fanáticos que han
dejado los expulsos"35.
El gobernador de Buenos Aires, en nota a don Juan Manuel
Campero, detalla las que se debían mandar dando indicaciones sobre la
modalidad del envío y su documentación. Finalizaba expresando que
todo lo que remitiese el gobernador se precisaría en los "autos
respectivos haciendo constar el destino de las alhajas”.36
Hemos graficado en el siguiente cuadro las piezas que se
solicitaban.

34
Este total lo obtuvimos de sumar cada uno de los valores de tasación consignados en:
Robledo, Beatriz, op. cit. Fs. 66 a 64 y de AHT op. cit Págs.40 a 41.
35
A.H.T. Documentos coloniales. Tomo III .Relativo a los Jesuitas. Serie 1. Vol. 9. Ed.
Archivo Histórico de Tucumán - Facultad de Filosofía y Letras. UNT. 2000 Págs. 138 a
140.
36
Ibídem.
14
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

"Nota de las alhajas que se deben enbiar el Colegio de San Miguel


de Tucumán."37
1 - Hostiario, con peso de dos marcos, cinco y media onzas. $ 7,00
1 - Bujía con seis candeleros, un acetre con hysopo, un vasito de purificar
con su platillo, una paylita con porta paces, una cruz con pendón, una
arandelita con peso de treinta marcos. $ 240,00
12 - Candeleros con peso de noventa y siete marcos en bruto. $ 776,00
2 - Ciriales con peso de treinta y ocho y medio marcos. $ 500,4
6 - Candeleros con obra de realce, y peso de ciento y diez y seis marcos. $1.372,00
4 - Atriles y Evangelio con peso se setenta y quatro marcos $ 484,00
1 - Cruz con peso de seis marcos y una onza. $ 73,4
1 - Sitial de plata con quatro espejos para manifestar el Santísimo con diez
marcos38 $ 106,00
12 - Mayas de plata con peso de sesenta y seis marcos, una y
media onzas. $529,04

En total cuarenta y ocho objetos de plata que según descripciones


y valores, eran de categoría. Los más valiosos según la tasación de 1768
por un total de 4.102, y ½ pesos.39
Campero ordenó al custodio de las alhajas Don Joseph de Molina,
que las entregue al Cadete de Dragones Don Francisco de Lobato
adjuntando detalle de las mismas. Lo que se hizo, ante el escribano Don
Rafael de Hoyos, el 11 de septiembre de 1769.40
El Gobernador envió el sitial del altar mayor, que no se había
solicitado, porque que no había seguridad para preservar la valiosa
alhaja. Lo cual era real: la Iglesia permanecía cerrada desde el
extrañamiento de los jesuitas. El sagrario medía dos varas y media de alto
o sea 1.90 m, y pesaba cincuenta marcos equivalentes a 11, k y 1/2. El
peso se “calculó” porque estaba clavado. Don Francisco Lobato acreditó

37
Ibídem Pag. 136 a 139. De la nota de instrucción y constancia ante el escribano
hicimos este cuadro. Los valores los tomamos del Inventario de 1768. (Robledo op. cit.
Págs. 64 a 66.
38
Este sitial no es el que estuvo en el altar mayor se trata de otro más pequeño.
39
Este monto es el resultado de la suma de valores consignados en Inventario de 1768.
40
A.H.T. “Documentos coloniales - Relativo a los Jesuitas”. Tomo III. Serie 1. Vol. 9.
Ed. Archivo Histórico de Tucumán - Facultad de Filosofía y Letras. UNT. 2000 Pág.
140.
15
Sara Peña de Bascary

haberlo recibido para entregarlo a Don Francisco de Paula Bucarelli41


Años más tarde esto traería problemas a Campero.
En la casa del “custodio” Molina quedaron las piezas de culto de
plata que se detallan en el siguiente grafico42. El patrimonio se reducía.

Los “vasos sagrados y alhajas” que quedaron en Tucumán


Un casquillo de oro con peso de once onzas y doce adarmes, a veinte
pesos la onza $ 235
Un copón de plata sobredorado burilado con peso de cinco marcos
una onza, a trece pesos el marco. $ 66,5
Una custodia de plata con peso de nueve marcos a diez pesos el
marco $ 90,00
Otra dicha (custodia) mas pequeña con ocho marcos, a diez pesos el
marco $ 82,00
Dos casquillos de plata, para consagrar formas, con peso de doce
onzas y quince adarmes a nueve pesos el marco $ 14,2
Un cáliz de plata sobredorado de realce con tres marcos seis onzas y
cuarta a quince pesos el marco $ 56,3 y 3/4
Otro cáliz de plata esmaltado con peso de tres marcos cinco onzas
quatro adarmes a diez pesos el marco $ 36,4 y 1/2
Otro dicho de plata burilado con peso de dos marcos cuatro onzas a
diez pesos el marco $ 25
Otro dicho de plata llano con peso dos marcos cinco onzas y quatro
adarmes a nueve pesos el marco $ 23,7 y 1/4
Otro dicho(cáliz) con peso de quatro marcos quatro onzas a nueve
pesos el marco $ 40,4
Cinco pares de vinajeras de plata con peso de diez y seis marcos a
diez pesos el marco $ 160
Un par de dichas de plata con peso cuatro marcos a diez pesos el
marco $ 28,7
Dos incensarios de plata con una naveta y cuchara de lo mismo con
peso de trece marcos quatro onzas a diez pesos el marco $ 135

En total veintiséis objetos por un valor de 994,00 pesos43. Se


continuó consignando en estos listados las descripciones y el valor de
tasación de 1768.

41
Ibídem. Pág. 141
42
Este grafico lo realizamos con los datos del Inventario de 1768 y de la nota que
consigna las alhajas que había que debían enviarse op. cit.
43
Este valor lo obtuvimos de la suma de los datos del Inventario de 1768 op. cit.
16
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

En la gestión de Bucarelli se remitieron a España alhajas de plata


encontradas en todas las Iglesias y Colegios por un valor de 76.834
pesos. De esa cantidad el 62 % correspondía a la Provincia del Tucumán,
el 19 % a Buenos Aires y el 18% al Paraguay. Las de Cuyo se enviaron
vía Chile44. Estos datos, proporcionados por el Dr. Ernesto J. Maeder,
prueban la cantidad y calidad de la orfebrería en nuestra región.

El retablo de la Capilla mayor y su sitial de plata de realce

Creemos conveniente una breve descripción del retablo del altar


mayor, ya que allí se encontraba el sagrario y da cuenta del esplendor de
Iglesia. El mismo era de tres cuerpos de madera tallada, dorada y pintada
y “cubría toda la testera”. En el centro del primer cuerpo se encontraba
el “sitial de colocar la custodia del Santísimo forrado de laminas de
plata de realce con muchas partes sobredoradas y esmaltado con piedras
de varios colores llamadas comúnmente de Francia45.
Tenía siete imágenes, de madera tallada, encarnada, estucada y
policromada. Estas eran: San Luis Gonzaga, San Estanislao Kostka; San
Ignacio de Loyola; San Francisco Javier; Santa Maria Magdalena; San
Francisco Borja y San Juan Nepomuceno. Todas de una vara y media de
alto, o sea un metro con veinticinco centímetros.
Completaban el conjunto pinturas de: “La Virgen de Belén, con
gran marco de madera tallada y dorada, “La Virgen de Dolores” y “San
Juan Evangelista. Los tres cuadros, de dos varas y media de alto -dos
metros con diez centímetros- y de ancho “a proporción”.
Los nichos, en el primer cuerpo, eran de tres caras sobre un torno.
En cada uno había: en una cara una imagen, en otra una pintura y la
tercera estaba vacía y disponible para lo “que quisieran colocar”. Tenían
una base giratoria y se veía la imagen o el lienzo. En el segundo cuerpo
había tres hornacinas, de dos caras y también sobre tornos. Con imágenes
en cada nicho.

44
Maeder, Adolfo Luis. “Los Bienes….” Op. cit. Pag 48.
45
Beatriz, Robledo .Op. cit. Pág. 62 a 63. Todos los datos del retablo son de esta fuente.
Al retablo, lo tratamos en: en “Los Franciscanos…” op. cit. Pag. 30 a 31
17
Sara Peña de Bascary

Este sistema, es descrito por el especialista Dr. Héctor Schenone,


sobre la Catedral de Buenos Aires: “la hornacina principal, que tendría
la forma de un templete, cilíndrico, con puertas curvas cuya base
giratoria, usada hasta hace pocos años, permitía manifestar el Santísimo
Sacramento en la custodia de plata o la imagen de la Virgen, según lo
exigiera la liturgia”.46
El importante sitial, en el nicho central del retablo, era de dos
varas y cuarto de alto lo que equivale a un metro con noventa
centímetros. Se veía el mismo para manifestar el Santísimo o la pintura
de la Virgen de Belén, y la tercera cara, según el inventario de 1768,
disponible. Pero, cabe aclarar que no hubo una cara vacía. Allí se
encontraba la imagen de la Virgen, llamada "La Milagrosa". Esto lo
vimos en un registro de 177147.
Al pie del retablo una mesa de altar con sagrario de “hermosa
hechura” de madera tallada y dorada. El conjunto fue tasado en diez mil
pesos. La variedad y calidad de imágenes, pinturas, el gran sitial y la
decoración nos habla de un magnifico retablo en un templo de similares
características. Sin embargo las tallas y pinturas no fueron evaluadas
individualmente a pesar que por las descripciones, eran de categoría.
Acerca de los bienes artístico religiosos los únicos que preservaron y
controlaron, periódicamente, fueron las piezas de culto de plata: “las
alhajas y vasos sagrados”. Sobre el conjunto del retablo, salvo el
sagrario enviado a España y la imagen de la Milagrosa, hoy en el Templo
de Santo Domingo, no conocemos su destino.

1770 – 1772: La Real Junta de Temporalidades

Para comprender lo sucedido con el patrimonio jesuítico debemos


indagar, en los ámbitos del poder, el accionar de sus administradores. A
fines 1769 el gobernador Juan Manuel Campero había sido destituido por

46
Schenone, Héctor H."Retablos y púlpitos" En historia General del Arte, Tomo I. Ed.
Acad. Nacional de Bellas Artes. Bs. As. 1982. Pág. 246.
47
A.H.T. "Documentos coloniales -relativos a los jesuitas" Tomo V, Op. cit. Págs. 192 a
193. Inventario de Collante. En el inventario de 1768 la imagen no fue registrada
porque no partencia a la Iglesia sino a la Cofradía de Naturales.
18
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

irregularidades en el ramo de sisa. Se le inició una larga investigación.


Don Rafael de Hoyos fue designado, interinamente, a cargo de la
Superintendencia de Temporalidades
En 1770 se producen cambios de autoridades en el virreinato y
esto trae aparejado variantes en la administración de los bienes
secuestrados a la Compañía de Jesús. Bucarelli, "cumplida su misión y
recibidos los plácemes del consejo por su celosa actividad, obtuvo su
relevo. Partió para España, dejando interinamente a cargo a Juan José
Vértiz. Con este acto se cerró la etapa inicial de la administración de las
temporalidades rioplatenses”, así lo consigna el historiador Dr. Ernesto
J. Maeder. 48
El nuevo gobernador de Buenos Aires Don Juan José Vértiz
comunica, el 9 de octubre de 1770, al Cabildo de Tucumán que asumió el
cargo en reemplazo de Bucarelli. Agregaba que recayó en su persona la
Presidencia de la Real Junta Provincial de Temporalidades y que de
acuerdo a Cedula Real, debía formarse en Tucumán la Junta Municipal.
La misma se encargaría de los bienes incautados.49 Con tal motivo
finaliza la gestión de Hoyos en la tutela de los bienes de los expulsos. Y,
como era de rigor, hubo problemas con su gestión: demoras en la entrega
de rendiciones de cuentas de las haciendas.50
Finalmente, el 23 de julio de 1771, se integra la Junta Municipal
presida por Don Vicente Escobar, y la integraban el Maestre de Campo
Don Gerónimo Román Pastene: fiscal; el doctor Miguel Gerónimo
Sánchez de Lamadrid: Cura Rector, diputado eclesiástico; Don Francisco
Tejerina y Barreda: diputado por el Cabildo; don Gabriel Rubert:
Procurador General y Don Joseph Antonio Deheza y Helguero:
Escribano Publico.51
El 15 de octubre de 1772 se hizo cargo de la administración del
Colegio e Iglesia Don Gabriel Rubert. Se le entregó el patrimonio, como

48
Maeder, Ernesto J. Op. cit. Pág. 31
49
A.H.T. “Documentos Coloniales - Relativo a los Jesuitas”. Serie 1 Tomo IV - Vol.10.
Ed. Archivo Histórico de Tucumán – Fac. de Filosofía y Letras. UNT.2000.Pág.8 a 9.
50
Maeder, Ernesto J. Op. Cit. Pág. 300
51
A. H. T. “Documentos Coloniales- Relativos a los jesuitas”. Serie I. Vol. 7 Ed.
Archivo Histórico de Tucumán 1994. Págs. 9 a 11.
19
Sara Peña de Bascary

era tradicional, bajo inventario. El que fue realizado por Don Rafael de
Hoyos y Don Pedro Collante. El Presidente Don Vicente Escobar recibió,
personalmente, la orfebrería del depositario Don Joseph de Molina. Lo
entregado coincide con el detalle de las piezas que en 1769 quedaron en
Tucumán52. Las alhajas vuelven al Templo.
La Junta solicitó datos sobre lo actuado, hasta entonces, con las
Temporalidades y es así como se elevó, entre otros, el “Testimonio de
Cuentas Generales desde 1767 a 1768”53. A raíz de estos informes se
ordenó realizar nueva tasación de los bienes “por que los mismos estaban
deteriorados por el paso del tiempo y han descaecido de su estimación
primera"54.

1773. Nuevamente el tema de las alhajas

Por Real Cedula del 6 de marzo de 1773 se reitera la solicitud,


con precisas instrucciones, del envío de las alhajas de las iglesias jesuitas.
Se debía realizar listas en tres categorías. En la primera las alhajas que
servían especialmente al culto divino, es decir las que tenían contacto
físico con lo mas sagrado de la religión (cálices, patenas, custodias,
viriles, copones y adornos de reliquias, etc.). En la segunda categoría,
las que aunque no tuviesen contacto físico con los mas sagrado, estaban
vinculadas al culto (vinajeras, sacras, candeleros de altar, lámparas,
adornos de imágenes como coronas, diademas, aureolas, etc.) y en la
tercera clase las demás alhajas que solo servían de magnificencia y
mayores pompas (floreros, ramilletes, fuentes, bandejas, jarras arañas,
etc.) Las listas debían ser remitidas a España, al subdelegado en Cádiz,
para su aprobación. No debían enviar ornamentos y vasos sagrados, estos

52
A.H.T. Sección A Judicial. Caja 24. Exte. 28 fs.1 a 22. Inventario de Raphael de
Hoyos y Pedro Collante 1771.
53
A.H.T. “Documentos coloniales relativos a los jesuitas”. Vol. 10. Págs. 21 a 43. Ed.
Archivo Histórico de Tucumán. Facultad de Filosofía y Letras UNT. Año 2001
54
Ibídem. pag. 229. Ed. Archivo Histórico de Tucumán. Facultad de Filosofía y Letras
UNT. Año 2001.
20
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

se entregarían a iglesias pobres. Y por ultimo se ordenó la remisión de las


alhajas de "magnificencia y Pompa"55.
Campero envió, en 1769, la platería de la Iglesia de Tucumán que
le habían solicitado. Esto no ocurrió, probablemente, con otras
administraciones de bienes de los expulsos y por eso se reiteraba la orden
de remisión.
El Gobernador Vértiz, en enero de 1773, había ordenado al
Presidente de la Junta Municipal, Don Vicente Escobar, formular cargos
contra el ex gobernador Don Juan Manuel Campero, que estaba detenido
desde 1769. Daba un plazo de dos meses para que se cumpla con lo
mandado.
El Defensor Fiscal Don Gerónimo Román Pastene, manifiesta en
un extenso escrito, que todo lo que hizo Campero fue irregular y que se
aprovechó de las Temporalidades, "viviendo con toda su familia, en este
Colegio de los regulares secuestrados, y manteniéndose toda ella y otros
agregados a costa y mención de estas Temporalidades, donde consumió
mucho caudal”. Decía que todo lo que manifestaba constaba
detalladamente en el expediente56. Sin embargo no formuló debidamente
los cargos.
Entre otras cosas, efectivamente, el gobernador vivió en el
Colegio. Esto lo comprobamos en un documento, otro inventario, que
consigna: “…se halló de menos el cancel de tablas que dividía el
dormitorio de dicho aposento que era de tabla el bastidor y lo demás de
cañizo revocado con cal que expresó dicho Administrador don Pedro
Collante haber deshecho el Juez Comisionado Don Juan Manuel
Campero para vivienda de su mujer abriendo una puerta para el
aposento que le sigue57. En octubre de 1773 el presidente, Don Vicente
Escobar, suspende al fiscal ante la demora en formular cargos a Campero
y designa a Don Francisco Antonio Sorroza.

55
A.H.T. “Documentos coloniales relativos a los jesuitas”. Vol. V. pág. 133. Ed.
Archivo Histórico de Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras UNT. Año 2001.
56
Ibídem. Pág. 94 a 96.
57
A.H.T. Sección A Judicial. Caja 24. Exte. 28 fs.6 v. y 7. Inventario de Raphael de
Hoyos y Pedro Collante 1771.
21
Sara Peña de Bascary

El flamante Defensor Fiscal ordenó sacar copia del inventario de


las alhajas y de los documentos del envío de la platería a Buenos Aires.
Solicitó datos del sitial e indicó que se consulte su descripción en “El
libro matriz de los jesuitas del año 1765 y no el de la tasación que se
hizo por juicio imaginario “. El autor del citado libro fue el Rector Padre
Francisco Frasset S.J.58 Su sucesor el padre Joseph Sánchez S.J. lo utilizó
para constatar los bienes en el momento de la expulsión.
Decía el fiscal que Campero desobedeció a Bucarelli al remitirlo
ya que esa pieza no se solicitó. Esta indagación es una de las tantas que
hicieron al funcionario como administrador de las Temporalidades.
Creemos que Campero actuó objetivamente en este caso y que el envío
del sagrario, por inseguridad, estaba justificado. Aunque nos hubiese
gustado el mismo quedase en Tucumán.
A todo esto el presidente de la Real Junta Municipal, Don Vicente
Escobar, había sido destituido del cargo por el presidente de la Junta
Provincial don Juan José Vértiz, el 20 de octubre de 1773. Fue
reemplazado por Don Fermín Ruiz Poyo quien en enero de 1774, informa
al Cabildo que Escobar no entregó el archivo ni rindió cuentas de su
gestión, “y se podría levantarle cargos”.59
Don Vicente Escobar tomó decisiones sin autorización de la Junta
Provincial. La venta de ganado en Tafí del Valle fue reprobada por
Vértiz, no se habían enviado las cuentas sobre estas ventas, entre otras
cosas. Fue investigado como era habitual. Todo cambio de autoridades en
la Junta, era traumático, con acusaciones, controversias, investigaciones.
Con inútiles perdidas de tiempo ya que culpables o no, todo quedaba en
la nada. Por otra parte estas cuestiones demoraron el tema del destino
definitivo de los bienes de la Compañía, entre ellos los vasos sagrados y
objetos de culto de plata.
En mayo de 1774 el Defensor Fiscal Sorroza entregó un extenso
informe sobre la cuestión Campero. La Real Junta elevó esa

58
A.H.T. "Documentos Coloniales Relativos a los jesuitas”. Vol. 11, tomo V. Ed.
A.H.T. - Fac. de Fil. y Letras de la UNT. 2001. Pág. 139. Hemos intentado localizar ese
documento en diversos archivos sin resultados hasta el momento.
59
A.H.T. "Documentos coloniales relativos a los jesuitas". Vol. 11. Tomo V. Op. cit.
Págs. 156 a 157
22
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

documentación a la Junta Provincial y finalmente, en 1776, fue


sobreseído en la mayoría de los cargos.60 El informe de Sorroza fue
fundamental para la absolución del Gobernador. Eso si, el cargo no lo
recuperó.

1774 - 1776: nuevas disposiciones sobre la platería

El 15 de marzo de 1774, Don Gabriel Rubert, a cargo del Colegio


e Iglesia desde 1772 presentó un informe con inventario. Este fue
rechazado y le citaron para realizar “exhibición y entrega” de los bienes.
Este funcionario fue cuestionado como sus antecesores pero la Junta,
finalmente, aprobó su desempeño61. Se verificó, en esa oportunidad,
rigurosamente el inventario. Lo hemos consultado y vemos que no se
realizó la nueva tasación ordenada al comienzo de su cometido.
En marzo de 1774 la Junta, bajo la presidencia de don Fermín
Ruiz Poyo, retoma el tema de los vasos sagrados. La Superior Junta
Provincial en octubre de 1973 ordenó “que no se debía demorar más y
que se procediera a destinar esos bienes a quien mas interese en
beneficio publico en especial las Iglesias. Que se tuviese en cuenta la
Real Cedula de 1769 sobre el destino que mas convenía dar al Colegio y
que se trate con el Vicario sobre la atención de los vasos sagrados y
bienes de la Yglesia."62.
Para el cuidado del Templo, sus ornamentos, vasos sagrados,
sacristía, librería, y demás oficinas, solicitaron al Diputado Eclesiástico
don Miguel Gerónimo Sánchez de Lamadrid que designe un clérigo a tal
fin. Este recomendó a un sacristán “de competente honradez y
procedimiento": Don Pedro Miguel de Prieto63. El 27 de abril, el nuevo
administrador, recibe el patrimonio bajo inventario y ante escribano. En
este relevamiento no hay evaluaciones, es un escueto listado. Sobre los
objetos de plata labrada, vasos sagrados y otros accesorios no había

60
Maeder, Ernesto J. “Los Bienes de los jesuitas” Op. cit. pag. 190 a 191
61
A.H.T. “Documentos Coloniales relativos a los Jesuitas" Tomo I. Vol. 7. Op. cit.
Págs. 111-112
62
Ibídem. Pág. 109.
63
Ibíd. Pág. 112
23
Sara Peña de Bascary

novedades. Salvo las enviadas a Buenos Aires, las piezas registradas en


1768 y en 1771 se encontraban en la iglesia64.
Hubo una modificación, en el inventario que se suponía: el sitial
de plata no estaba en el altar. Se aclara: “no ay nada de plata. En ese
mismo nicho en el "hueco" que estaba “vacío”, según el registro de 1768,
se describe "la imagen de la Virgen del Rosario con corona Imperial de
plata y el niño”65. La talla no se consignó en esa oportunidad porque no
era bien de la Compañía: pertenecía a la cofradía de “naturales de la
Virgen del Rosario. Esta imagen fue estudiada por la Dra. Celia Terán.66
En abril de 1776, el Diputado Eclesiástico Dr. Miguel Gerónimo
Sánchez de Lamadrid realiza una presentación en la que expresaba:
"teniendo en cuenta que se hallaban legítimamente trasladadas a la
Iglesia Matriz las cofradías de Nuestra Señora del Rosario de naturales
y (del Tránsito) de españoles”, según licencias de la Orden de
Predicadores, y que hallándose las Alhajas pertenecientes a estas
cofradías en poder del depositario de estas Temporalidades Don Pedro
Miguel Prieto". Solicitaba se las entreguen como Capellán de las
cofradías y cura Rector de la Iglesia Matriz para usarlas en las funciones
de las mismas. La Junta ordenó a Prieto transferirlas al Dr. Sánchez de
Lamadrid67. Poco a poco se iba desmantelando la Iglesia de la Compañía.
La Orden de Predicadores intervino en esta cuestión porque la
cofradía del Rosario es una asociación dominicana y se requería su
autorización68.
En los inventarios no se registraron las imágenes de cofradías,
según lo explicaba la Real Junta " han corrido siempre separadas, de los
demás bienes pertenecientes a dichas temporalidades secuestradas, por

64
A.H.T. "Documentos coloniales -Relativos a los jesuitas" Vol. 11.Tomo V, Op. cit.
Págs. 192 a 193.
65
Ibídem. Pag 188.
66
Celia Terán “Arte y Patrimonio en Tucumán: siglos XVI y XVII”.Págs.76 a 80
Fundación para la Investigación del Arte Americano. Buenos Aires 2002.
67
A .H .T. Documentos Coloniales relativos a los jesuitas” Vol. 7. Op. Cit. Pág. 122.
68
González, Rubén O .P. "El convento de Santo Domingo de San Miguel de Tucumán".
En: Rev. Junta de Estudios Históricos Tucumán. Nº 9. 1997. Pág.49
24
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

pertenecer legítimamente a dichas cofradías..."69 Las “alhajas” de estas


imágenes, como ya vimos, fueron inventariadas con el mismo criterio.
Las cofradías tuvieron gran importancia en la sociedad colonial70.
Es por eso que gozaban de trato y ubicación de privilegio en las Iglesias
del virreinato.

El patrimonio de los jesuitas entre 1780 y 1782

El 16 de junio de 1780 muere el presidente de la Junta don


Fermín Ruiz Poyo. Se designan nuevos integrantes presididos por Don
Joseph de Figueroa; diputado Eclesiástico Don Pedro Bazán, por el
Cabildo, el Alcalde Ordinario de primer voto Don Joseph Velarde, y el
Procurador de la Ciudad don Juan Joseph Quintero. Exigieron a los
anteriores miembros rendiciones de cuentas. A la viuda de Ruiz Poyo
sobre el accionar de su marido y el diputado eclesiástico Sánchez de
Lamadrid fue depuesto e investigado.71 Nuevas irregularidades de los
administradores.
La nueva Junta se preocupó por el mal estado del establecimiento.
Esto ocurría cada vez que había cambio de autoridades. Pero todo
quedaba en la inquietud y numerosos informes. El deterioro de las
instalaciones se acentuaba. Las mismas no eran bien conservadas y se les
daba usos inadecuados. No era fácil mantener en buen estado al Colegio,
Iglesia y su patrimonio si se facilitaban sus instalaciones para cuartel,
vivienda de autoridades y hasta para cárcel de mujeres72. Del perjuicio
que esto ocasionaba eran conscientes los miembros de la Real Junta. Pero
no se oponían a los pedidos del Gobernador.
En febrero de 1782, después de dos años, el Doctor Miguel
Gerónimo Sánchez de Lamadrid es restituido como diputado eclesiástico

69
A.H.T. "Documentos Coloniales - relativos a los jesuitas" Vol.7. op cit. Pág. 122
70
Bascary, Ana Maria. “Familia y vida cotidiana. Tucumán a fines de la colonia". Fac.
de Fil. y Letras. UNT - Universidad Pablo de Olvide. Sevilla. 1999. Pág. 331 a 332.
71
A.H.T. “Documentos coloniales relativos a los jesuitas" Vol. 7 op. cit. Págs.129 a
133.
72
Ibídem. Pag 135.
25
Sara Peña de Bascary

“se reparó su honor y reputación”.73 Había presentado descargos pero


no se precisan, en actas de la Junta, los delitos que se le imputaban.
Murió en agosto de ese año.
En 1783 vemos que Pedro Miguel Prieto, administrador de la
iglesia y su patrimonio desde 1774 se preocupó y ocupó del estado del
edificio. Realizó importantes refecciones que hemos podido comprobar.74
Cabe destacar que en 1784, se había planificado realizar complejos
trabajos de restauración pero estos no se llevaron a cabo75. Sobre el
patrimonio artístico religioso de la Iglesia, a su cargo, hasta aquí no
ningún informe. Estos llegarían pronto con la cesión del establecimiento
a la Orden de San Francisco. Y, en esos informes, veremos nuevamente
“las alhajas y vasos sagrados”.

Conflictos en la Junta

En 1782, los franciscanos reiteran la solicitud para que se les


cediera el establecimiento que fue de los Jesuitas, “ante la necesidad que
tenían de Iglesia y convento”76 La Junta avaló este requerimiento
enviándolo a Buenos Aires para decisión de la Superioridad.
A todo esto había sido designado diputado eclesiástico al Dr. Don
Joseph Gabriel Brizuela, Cura Rector de la Iglesia Matriz, Juez de la
Santa Inquisición y Comisario del Santo Oficio.77 Tuvo gran
protagonismo en la entrega del edificio oponiéndose enfáticamente a la
misma.
En nuestro trabajo “Los franciscanos reciben el Colegio y Templo
jesuíticos de Tucumán” dimos cuenta, ampliamente, de los conflictos

73
A.H.T. "Documentos coloniales - relativos a los jesuitas" tomo V. Op. cit. Pág. 136.
74
A.H.T. Sección Administrativa. Volumen 10. 1783. Fs. 36 a 60. Rendición de cuentas
con importantes detalles sobre las obras realizadas.
75
Sara Peña de Bascary. “Los franciscanos reciben el colegio y Templo jesuíticos de
Tucumán”. Pag. 139 a 140 y 146. Rev. de la Junta de Estudios Históricos nº 11.
Tucumán, 2004
76
A.H.T "Documentos coloniales - relativos a los jesuitas" tomo I. Ed. Archivo
Histórico de Tucumán. 1994. Pág. 137 - 138.
77
Cfr. Nuestro trabajo op. cit. “Los franciscanos...….Pag. 138.
26
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

suscitados por la cesión del establecimiento. En esta oportunidad


realizamos una síntesis de estas desinteligencias ya que influyeron
notoriamente en la tutela del patrimonio de los expulsos.
La Superior Junta Provincial, en enero de 1784, concede
interinamente el colegio e Iglesia a la Orden seráfica por el término de
cuatro años. Pero hubo que soslayar una serie de dificultades.
El Dr. Luis Santos del Pino cura Rector y Vicario Foráneo, que
vivía en el Colegio desde 1774, se oponía tenazmente a la cesión.
Además utilizaba la Iglesia como viceparroquia, por el mal estado de la
Matriz y hasta tenia allí cementerio. Los diputados; eclesiástico Joseph
Gabriel de Brizuela y del Cabildo Juan García Cárdenas le apoyaban. Se
produjeron fuertes enfrentamientos entre ellos y otros miembros de la
Junta, principalmente con el Presidente Joseph de Figueroa. Recordemos
que el Dr. Brizuela, era cura rector de la Iglesia Matriz.
El Presidente de la Junta Provincial Don Diego de Salas amonestó
a la Municipal por la demora, diez años, en informar las "aplicaciones"
que se dio al establecimiento y que allí habitaba el Vicario.
"circunstancia que se oculta en todos los informes de esa Junta” 78. En
Oficio del 7 de junio de 1784, ordena se diese de inmediato la posesión
interina a la Orden de San Francisco.
La Junta Municipal debía entregar la Iglesia y sus bienes a los
franciscanos. Con tal motivo Don Joseph de Figueroa solicitó al Dr.
Brizuela restituir dos confesionarios y un aguamil que se habían prestado
para la Matriz.
El diputado Brizuela se negó a entregarlos aduciendo que el
Vicario había indicado que “no saliera de nuestra Yglesia Matriz alhaja
alguna”. Figueroa intimó al Dr. Brizuela quien respondió, airadamente,
que debía dirigirse al Dr. Santos del Pino. Solicitaba, además, que “no
se le importunase y le dejaran desembarazado para cumplir el
ministerio”79. Las desinteligencias entre los miembros de la Junta eran
evidentes.

78
Cfr. Nuestro trabajo: “Los franciscanos…Op. cit. Pag.
79
A.G.N. Sala IX. 22.2.3. fs. 68 y 69.
27
Sara Peña de Bascary

El 18 de junio de ese año los franciscanos recibieron, bajo


inventario y ante escribano, el establecimiento y su patrimonio. Y se
produce una gran sorpresa: " un cáliz de plata sobredorada con su
patena...” fue la única pieza de plata transferida. El presidente Figueroa
advirtió, con indignación, que faltaban "lo más de los ornamentos, vasos
sagrados y alhajas"80. Solicitó a don Pedro Miguel Prieto, administrador
desde 1774, que informe sobre el particular.
Prieto elevó un extenso listado de bienes faltantes consignando
numerosos ornamentos, mobiliario, cuadros, imágenes, entre otros
objetos. Las piezas de plata detalladas, aunque escuetamente, son las
mismas de inventarios anteriores. Prieto declaró, bajo juramento, que
estas se hallaban en la Matriz y que las habían llevado, entre 1774 y
1784, los curas Sánchez de Lamadrid, Brizuela y Santos del Pino. El
Presidente Figueroa envió el informe a la Superioridad solicitando que
resolviera sobre el patrimonio sustraído. La Real Junta Provincial ordenó
su entrega a la Orden seráfica81.
En 1785 se otorga definitivamente el establecimiento a los
Franciscanos. En 1788 las Juntas municipales fueron disueltas y
reemplazadas por administradores subalternos quienes se encargaron del
cobro de deudas82. Ya no había que custodiar, distribuir, o vender.
Si bien es cierto que el accionar de los administradores de las
Temporalidades fue muy cuestionado y que hubo demasiadas
irregularidades. Los objetos de culto de plata, que nos ocupan, se
preservaron. Se observaron normas a tal fin, controlando los inventarios
y ocupándose de su destino. Y, ante el problema con los curas de la
Matriz que se llevaron los bienes de culto, exigieron tenazmente la
entrega de los mismos a los franciscanos. Mas allá de la negativa de estos
sacerdotes de cumplir con el dictamen de la Real Junta Provincial.
Cabe aclarar que no fue desacertado que los curas solicitaran los
objetos de culto. Vimos que la Cedula Real de 1769 ordenaba se los
repartiera entre Iglesias necesitadas. Tal es el caso de la Matriz. El
80
Cfr. El inventario completo en nuestro trabajo ya citado. Los franciscanos…Págs. 150
a 159.
81
Maeder, Ernesto J, op. cit. Pag. 213. y AGN……….
82
Maeder, Ernesto J. A. "Los bienes de los jesuitas". Op. cit. Pág. 203 a 204.
28
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

problema fue que los llevaron sin autorización y no los querían devolver.
Los conflictos internos influyeron.
Pasaron los años y a comienzos del S. XIX, vemos con asombro
que algunas piezas de plata, ornamentos y mobiliario de los jesuitas aun
se encontraban en la Catedral. En un informe, de 1801, el administrador
de Temporalidades detalla deudas de ex miembros de la Junta y
someramente "Alhajas existentes en la Iglesia Matriz sin aprobación de
S. M.: y sin tasarse por no haber querido el cura manifestarlas83”. Las
piezas de orfebrería eran: 1 custodia sin dorar; 1 copón sobredorado; 2
cálices sobredorados; 2 incensarios; 1 naveta; 5 pares de vinajeras y 2
portapaces. En total diecinueve objetos de plata. Registraron, además,
ornamentos, mobiliario y dos confesionarios de madera. El cura rector
que imposibilitó evaluar la orfebrería fue el Dr. Luis Santos de Pino.
Por este documento vemos que la orden de entregar los alhajas y
demás bienes de culto a los franciscanos no fue acatada.

Destino actual de la platería jesuítica

Piezas de platería religiosa del S. XVIII, de singular jerarquía, se


conservan en el Museo de Arte Sacro de la Iglesia Catedral. De esto
dimos cuenta, sin mayores detalles, en: “Los franciscanos reciben el
Colegio y Templo jesuíticos de Tucumán”84. Hemos ahondado nuestras
investigaciones, las hemos estudiado y consideramos que, algunas, serian
las que pertenecieron a los Jesuitas. Sus características coinciden, en
varios aspectos, con las descripciones en los antiguos inventarios. Se
trata de: una custodia, un cáliz de plata repujada y sobredorada, un copón
de plata repujada y sobredorada, dos incensarios de plata repujada y
calada y un cáliz de plata.
Ahora bien, analizando los hechos:

83
A.H.T. Sección A Judicial – Caja 48 – Expediente 21. Año 1801 4 fs. Y Cfr. nuestro
trabajo op. cit. “Los franciscanos…pag. 172 a 173. Donde analizamos ampliamente
esta cuestión.
84
Sara Peña de Bascary, op. cit.
29
Sara Peña de Bascary

La Iglesia de la Compañía de Jesús fue importante en el aspecto


edilicio y ornamental. En su patrimonio hubo piezas de orfebrería de gran
calidad.
La Iglesia Catedral a fines del siglo XVIII carecía de ellas. Así
lo prueba la actitud de los curas de llevar objetos del culto de la ex iglesia
jesuita y solicitar hasta el edificio. El de la Matriz estaba en muy mal
estado y recién tuvo su templo definitivo en 1856.85
La orden de restituir los bienes a los franciscanos no se cumplió.
En San Francisco no hay documentos que prueben lo contrario86 y
tampoco vasos sagrados como los descritos en los inventarios.
En libros de fábrica de la Catedral, y en otros archivos
consultados no hay datos sobre la filiación de la platería que se exhibe en
el museo catedralicio. Creemos que todo indica que las pocas, pero muy
buenas, piezas de plata del Museo de Arte Sacro serían las que
pertenecieron a la Iglesia de los jesuitas.
En 1978 examinó estos objetos el Dr. Héctor Schenone,
especialista en arte colonial, quien quedó admirado por la excelencia del
cáliz de plata repujada y sobredorada. Estudió además el copón, custodia,
cáliz e incensarios estimando su jerarquía. Años después el profesor
Adolfo Luis Rivera, especialista en la materia, elogió las piezas de plata.
Cuando se creó este Museo, en 1968, integramos la comisión
fundadora. Fue su fundadora y Directora la Sta. Susana Rougés, quién
con admirable entrega condujo la institución87. Por su iniciativa se
recuperaron, para su conservación y preservación, buenos objetos de arte
religioso: pinturas, mobiliario, ornamentos y platería. El Establecimiento
reabrió sus puertas en su sede definitiva en el año 2001. Allí se exhiben
85
Gutiérrez, Ramón “La Iglesia Matriz de Tucumán durante la dominación española”
Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, Nº 4. 1974. Págs. 263 a 279
86
Hemos consultado el “Libro de Ingresos del Convento de San Francisco 1801- 1743”.
Valioso documento (fotocopias) obsequio del Dr. Ramón Leoni Pinto, mas de 300 págs.
No hay datos de devolución de los bienes de los jesuitas.
87
Susana Rougés murió en marzo de 1995.Comisión fundadora del Museo de Arte
Sacro: Julia Elvira López Mañán, Eduardo Frías Silva, Fernando Páez de la Torre,
Emilio Cartier, Elvira Frías Silva de Bustos, Sara Peña de Bascary, Tomás Páez de la
Torre, Marcelo Lobo y colaboradores: Mecha Romero, Tito Rivero y Ana Maria
Bascary
30
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

las piezas que procederían del ex templo de Santa Maria Magdalena que
detallamos a continuación:
1) Cáliz de plata sobredorada, fundida, trabajada a martillo,
repujada, y cincelada S. XVIII. Decoración de volutas, rocallas y
cartelas. Alto 26 cms. Peso: 870 gramos. “Un cáliz de plata sobredorada
de realce con peso de 3 marcos, seis onzas y cuarta (0,869 Kg.) a 15
pesos el marco: 56,00 pesos.88 Nótese que el valor por marco en esta
pieza es superior al asignado a las otras. Fotos 1, 2 y 6 en anexo gráfico.
2) Copón de plata sobredorada, fundida, trabajada a martillo,
repujada y cincelada. S. XVIII. Motivos rococó: rocallas, cartelas y
volutas. Alto. 35 cm. Ancho máximo copa: 16,00 cm. diám. Base diám.:
13 cm. Peso: 1.180 Kg. (Un copón de plata sobredorado y burilado con
peso de cinco marcos una onza (1,179 Kg.) a 13 pesos el marco: $
66,00”.89 Fotos 3, 4, 5 y 7.
3) Incensarios. Par. Plata martillada, repujada, cincelada y calada. S
XVIII. Alto cada uno: 20 cms y medio. Peso cada uno: 650 gramos. “Dos
incensarios de plata con naveta y cuchara con peso de 13 marcos 4
onzas a 135 pesos”.90 La naveta y la cuchara no se conservan. Se pesó el
conjunto, por lo que no hay parámetro del peso individual. Fotos 8, 9 y
10.
4) Custodia de plata sobredorada, fundida, trabajada a martillo,
repujada y cincelada. S. XVIII. La figura de un querubín sostiene el sol
con rayos centrífugos de distinta longitud. Astil, con tres engrosamientos
decorado con nervaduras y volutas. Base con motivos de rocalla, volutas
y cartelas. Alto 54 cms. Peso: 2.080 kg.”Una custodia de plata con peso
de nueve marcos91(2,07 Kg.) a 10 pesos el marco: 90,00 pesos”.92
Fotos11, 12 y 13.
5) Cáliz: Líneas simples. Plata sobredorada fundida y repujada. Astil
con varios discos superpuestos. S. XVIII. Alto 21 cms. Peso: 610

88
Ibídem.
89
Ibídem.
90
Ibídem.
91
El marco equivale a 230 gramos, la onza a 28,76 gramos, un adarme a 1,80 gramos;
un tomimes a 0,5 gramos; una arroba a 11,51 Kg..
92
Inventario 1768. Op. cit.
31
Sara Peña de Bascary

gramos. “Otro dicho (cáliz) de plata llano con peso dos marcos cinco
onzas y quatro adarmes (0,610 Kg.) a nueve pesos el marco a 23 pesos
siete y quartillo reales”.93 Fotos 14, 15 y 16.
Hemos constatado el peso de los objetos que describimos, con
datos del inventario de 1768.
Cabe aclarar que en el Museo Sacro se conservan otras, muy
buenas, piezas de plata pero se conoce su filiación o son de períodos
posteriores a la expulsión de los jesuitas. Por lo tanto no las hemos
considerado en este escrito.
Por los avatares de estas obras de arte vemos, cabalmente, la
importancia de realizar inventarios y periódicas verificaciones. Cuanto
más documentado se encuentre nuestro patrimonio cultural mas
garantizada será su conservación. Se puede suponer la filiación de estos
objetos gracias a los numerosos registros que se hicieron y se controlaron
desde 1768.
La inquietud por el origen de estas alhajas y vasos sagrados, nos
llevó analizar el patrimonio artístico–religioso, en particular la orfebrería,
de la Iglesia de la Compañía de Jesús de Tucumán. Hemos recordado la
producción de las misiones jesuitas en una de sus más notables
manifestaciones artísticas. Además indagamos la administración de los
bienes incautados, hasta la cesión definitiva del establecimiento a la
Orden de San Francisco. Vimos como a través del tiempo, casi dos siglos
y medio (doscientos treinta y ocho años), algunas de estas piezas de plata
se conservarían y las podemos apreciar y profundizar su estudio en el
Museo de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Tucumán. Hemos dado a
conocer, en esta oportunidad, el resultado nuestras investigaciones como
un aporte a la historia de nuestro patrimonio cultural.

S. M. Tucumán, julio de 2006

93
Ibídem.
32
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

Foto. 1: Cáliz. Plata sobredorada “de realce”, fundida, trabajada a martillo, repujada, y
cincelada S. XVIII. Decoración de volutas, rocallas y cartelas.

33
Sara Peña de Bascary

Foto 2. Detalle de la copa del Cáliz “de realce”.

34
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

Foto 3 - Copón de plata sobredorada, fundida, trabajada a martillo, repujada y


cincelada. S. XVIII. Motivos de rocallas, cartelas y volutas.

35
Sara Peña de Bascary

Fotos 4 y 5. Detalles del Copón de plata sobredorado.

4 - Detalles de
la parte superior
del copón que
asienta sobre el
astil y de la
base.
Profusamente
decorado con
rocalla, volutas,
y cartelas.

5 - Detalles del
repujado y
burilado en
parte superior y
tapa del copón

36
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

Fotos. 6 y 7. Detalles de bases del cáliz y del copón.

6 - Base del
Cáliz.
Detalles
decorativos
de cartelas,
flores,
volutas y
nervaduras.
Bordes
ondulados.
Obsérvese

7- Base del
Copón. Detalles
decorativos en
que se aprecia
el mismo diseño
del cáliz. Salvo
las nervaduras
que esta pieza
no las tiene.

37
Sara Peña de Bascary

Foto. 8. Incensario. Par. Plata martillada, repujada, cincelada y calada. S XVIII.

38
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

Fotos 9 y 10: Incensarios (par). Pormenores.

9 – 10
Incensario:
parte superior
trabajada a
martillo y
calada.
Receptáculo
repujado y
burilado.
Arandela
repujada y
burilada.

39
Sara Peña de Bascary

Foto 11. Custodia de plata sobredorada, fundida, trabajada a martillo, repujada y


cincelada. S. XVIII. La figura de un querubín sostiene el sol con rayos centrífugos
de distinta longitud.

40
Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

Fotos 12 y 13. Detalles de la Custodia.

Arriba: Foto 12 - El querubín que remata el astil y soporta el sol


Abajo: Foto 13 - Base de la custodia. Repujada y burilada. Decoración cartelas,
volutas y nervaduras.

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Sara Peña de Bascary

Foto 14 -Cáliz: Líneas simples. Plata sobredorada fundida y repujada. Astil con
varios discos superpuestos. S. XVIII

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Las “alhajas y vasos sagrados” de los jesuitas de Tucumán y sus administradores

Fotos 15 y 16. Cáliz de plata. Líneas simples.

Foto 15
Pormenor del cáliz de
plata de líneas
simples. Siglo XVIII.

Foto 16

Pormenor del interior


de la base del cáliz de
líneas simples.

43
Sara Peña de Bascary

FUENTES DOCUMENTALES

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN


Sala IX - 22.2.3.- 1784
Sala IX - 22.2.4.- 1785

ARCHIVO HISTÓRICO DE TUCUMAN


Actas Capitulares- (Trascripción de Samuel Díaz)
Volúmenes 9, 10, 11 y 12

Sección Administrativa
Volúmenes 10, 11, 12, 13, 14 y 15

Sección Judicial- civil Serie A


Caja 48 - Expediente 21. Año 1801
Caja 33 - Expediente 4. Año 1785
Caja 31 - Expediente 6. Año 1782
Caja 33 - Expediente 3. Año 1784

Sección Protocolos
Serie A. Volumen 10 - 1789.

ARCHIVO DEL CONVENTO DE SAN FRANCISCO


Libro de Ingresos 1801-1843

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