FILOSOFIA
El presente trabajo es una breve recopilación de los avances y beneficios que trajo
consigo el renacimiento a nuestra época, gracias a todos aquellos pensadores y
filósofos que aportaron sus investigaciones y conocimientos a merced de la
humanidad y en busca de un progreso que permitiera al hombre mejorar sus
percepciones del universo y el mundo y mejorar su propia vida.
Han sido personas que han perseverado ante las circunstancias que les han
impedido alcanzar sus metas y llegar al conocimiento y la verdad del mundo, pero
que lo han logrado con gran satisfacción.
Así mismo, a comienzos del siglo XIII Roger Bacon, anticipándose a la ciencia
moderna, sostenía que el hombre podía crear todas las cosas con la sola ayuda
de la naturaleza. Ello significaba que este autor ya se orientaba por una autonomía
de la razón. Podríamos decir, en suma, que todos aquellos filósofos que de
alguna manera contribuyeron a la emancipación de la razón humana pusieron las
bases del Renacimiento
La filosofía de Nicolás de Cusa refleja todo ese clima optimista que caracteriza al
Renacimiento. En su pensamiento hay humanismo, una exaltación del valor del
hombre en el mundo y de la perfección y armonía que reina en la naturaleza. La
naturaleza –según Nicolás de Cusa- está situada por encima de todas las
restantes obras de Dios y ligeramente por debajo de los ángeles; encierra en sí la
índole sensible y la intelectual y abarca el universo: es un microcosmos o pequeño
mundo
LA REVOLUCIÓN FILOSÓFICO-CIENTÍFICA
Galileo escribió dos obras importantes llamadas: Diálogo sobre los dos máximos
sistemas del mundo, el ptolomaico y el copernicano (1632) y Dos nuevas ciencias
(1638). Estas obras –recordando a Platón y para hacerlas más accesibles-
adoptan la forma de diálogos aristotélicos o tradicionales, mientras que otros
defienden los nuevos puntos de vista.
Por toda esta serie de hallazgos logrados por Galileo, el método científico
matemático-experimental alcanzó un considerable desarrollo. Este método
utilizaba la observación de fenómenos susceptibles de medición, ya que las
matemáticas no podían aplicarse a cualidades no medibles. Para ello se requería
un método inductivo. Como el empleado por el filósofo empirista Francis Bacon.
Según el historiador de la ciencia Stephen F. Mason, “durante el siglo XVII el
método matemático deductivo recibió la más amplia aplicación; de hecho se
convirtió en una filosofía. Las propiedades no medibles de la materia que
ignoraban los científicos matemáticos llegaron a considerarse irreales”.
Tomas Moro, hijo de una familia "honorable, sin ser ilustre", nació en Londres en
1478, en una época de tránsito entre la Edad Media y el Renacimiento. Su padre,
Sir Juan Moro, trabajó en el Alto Tribunal Judicial, oficio que heredaría su hijo,
después de ser entregado como pupilo al Cardenal y Arzobispo Juan Morton,
Canciller de Enrique VII Tudor y de continuar sus estudios en Oxford, entre 1492 y
1494, donde adquirió una vasta cultura humanista, centrada en las lenguas y
literatura grecolatinas (Traducirá a Luciano), la retórica y la lógica. Allí conocerá a
Juan Colet, Guillermo Linacre, Tomas Latimer, Cuthberto Tunstall y Juan Colt que,
junto a Erasmo de Roterdam, al que conoce en 1499, formarán su círculo de
amistades humanistas.
"el solo y único camino hacia el bienestar público está en declarar la comunidad
de bienes, y esto no sé si se podrá guardar donde lo que posee cada uno es su
propiedad" (Utopía, Libro I).
"Por eso, cuando contemplo y medito sobre todas esas repúblicas que hoy
florecen por ahí, no se me ofrece otra cosa, séame Dios propicio, que una cierta
conspiración de los ricos que tratan de sus intereses bajo el nombre y título de
república. Y discurren e inventan todos los modos y artes para, en primer lugar,
retener sin miedo de perderlo lo que acumularon con malas artes; después de
esto, para adquirirlo con el trabajo y fatigas de todos los pobres por el mínimo
precio; y para abusar de ellos. Estas maquinaciones, tan pronto que los ricos han
decretado que se observen en nombre del pueblo, esto es, también de los pobres,
se hacen ya leyes" (Utopía, Libro II).
Nacido y muerto en Florencia de familia más noble que acaudalada. Poco se sabe
de la primera época de su vida. Recibió una sólida educación humanística, basada
en el estudio de los clásicos latinos e italianos. En 1498 fue nombrado secretario
de la República de Florencia. Sirvió como embajador del francés Luis XII, del
emperador Maximiliano y (en Urbino) de César Borgia, de quien se erigió en el
amigo de confianza. En 1512, al ser exonerado Piero Soderini, gonfaloniero de
Florencia, por el cardenal Julio de Médicis, Maquiavelo perdió su puesto en la
secretaría de estado. Entonces se retiró con su mujer y cuatro hijos a Albergaccio,
cerca de Florencia. En una famosa carta que dirigió al representante florentino en
Roma, Francesco Vettori, describe la vida, más bien rústica, que llevaba: después
de pasar el día cazando y charlando con los labriegos del lugar, dedicaba las
veladas a escribir y leer historia. Finalmente recuperó el favor perdido y en 1520
recibió el encargo de escribir la historia de Florencia. Dedicó esta obra, Istorie
fiorentine, a Julio de Médicis, que había ascendido al trono pontificio con el
nombre de Clemente VII. Seis años más tarde le confió el papa la inspección de
las fortificaciones de Florencia. En 1527, al rebelarse ésta y proclamarse una vez
más en república, Maquiavelo no fue considerado lo bastante hostil a los Médicis
para seguir ocupando el cargo. Enfermo de pena, según se dice, por el giro de los
acontecimientos, murió ese mismo año.
El estado:
La unidad de Italia:
Il Principe es el producto de una idea capital que lo informa en todos sus aspectos.
Maquiavelo no había echado por la borda todo vestigio de la ética discernible en
los Discorsi. En el último capítulo de Il Príncipe, titulado Exhortación a liberar Italia
de las manos de los bárbaros, proclama con apasionada sinceridad lo que
constituye la idea rectora y motivante de la obra: Italia debe hallar su gobernante y
sacudir el yugo extranjero. El historiador objetivo se convierte ahora en un
inflamado patriota que propugna la unidad de Italia. Al pesimismo y la carencia de
escrúpulos han venido a suplantar de pronto la esperanza y aun la fe. Para
aceptar el papel de padre de la patria propone a Lorenzo de Médicis, duque de
Urbino: vana exhortación, pues Lorenzo no pasaba de ser una figura secundaria
que no ofrecía la menor esperanza.
No es, por tanto, necesario a un príncipe poseer todas la cualidades anteriormente
mencionadas, pero es muy necesario que parezca tenerlas. E incluso me atreveré
a decir que si las tiene y si las observa siempre son perjudiciales, pero si aparenta
tenerlas son útiles; por ejemplo: parecer clemente, leal, humano, íntegro, devoto y
serlo, pero tener el ánimo predispuesto de tal manera que si es necesario no serlo,
puedas y sepas adoptar la cualidad contraria. Y si se ha de tener en cuenta que un
príncipe, y especialmente un príncipe nuevo, no puede observar todas aquellas
cosas por las cuales los hombres son tenidos por buenos pues a menudo se ve
obligado, para conservar su Estado, a actuar contra la fe, contra la caridad, contra
la humanidad, contra la religión. Por eso necesita tener un ánimo dispuesto a
moverse según le exigen los vientos y las variaciones de la forma y, como ya dije
anteriormente, a no alejarse del bien, si puede, pero a saber entrar en el mal si se
ve obligado. (Maquiavelo, El Príncipe)
El texto trata sobre temas políticos, que durante el Renacimiento se dieron bajo un
género literario concreto, Las Utopías, en las que bajo la forma de descripciones
de Estados ideales, se contienen alusiones a estados concretos y teorías políticas
importantes. El fragmento de El Príncipe, nos muestra las cualidades que el
gobernante de este Estado "Ideal" debe tener a juicio de su autor. Debe ser una
persona amoral, indiferente entre el bien y el mal, debe estar por encima de
ambos. En este "sistema político" por el que aboga Maquiavelo, se ha olvidado por
completo la ética y la política que predicaron Platón y Aristóteles, ahora un hombre
bueno, moral y honrado no puede, según el autor, ser un buen político.
Resumiendo, todo el texto se basa en un único principio: "El fin justifica los
medios".
Su estancia en París se extiende entre 1508 y 1522. Son años claves para su
formación y las primeras etapas de su vida docente. En un ambiente París seguía
siendo un lugar privilegiado para los estudios universitarios. Hacia comienzos del
siglo XV empieza a observarse una reacción por parte de ciertos profesores de
algunos de los colegios más importantes. En la teología se vuelve a las fuentes
escriturísticas y patrísticas, lo cual acusa la influencia del Humanismo que ya se
hacía llegar desde Italia. Allí se había comenzado a redescubrir la literatura
clásica, “sacándola del destierro” a que había estado condenada en siglos
anteriores. Los humanistas redescubren a Platón, leen las Sagradas Escrituras
con mejores herramientas filológicas, devoran los autores grecolatinos en busca
de nuevas fuentes de conocimiento, renuevan la importancia de la elocuencia
como compañera de la sabiduría. Desde el campo teológico, el consejo de volver
a los Padres de la Iglesia significaba asimismo revalorar la cultura clásica en la
que éstos estaban inmersos. Este espíritu humanista llegará a París,
contribuyendo al desarrollo de nuevos métodos y modos de pensar.
La ciudad de Vallaldolid era en esta época la sede del gobierno. En ella tendrían
lugar famosas juntas de expertos para tratar problemas cruciales: asuntos
concernientes a América, el examen de las obras de Erasmo. En ella comenzaría
a sesionar asimismo el Consejo de Indias, que tenía a su cargo todo el peso del
gobierno americano. Todo ello es importante a la hora de valorar la estancia de
Vitoria en esta ciudad. Los temas americanos tendrían inmediata repercusión en
Valladolid y, por ende, en el Colegio, donde serían objeto de discusión y examen.
En la mayor parte de éstas trató de los temas que eran objeto de sus cursos
regulares, profundizando en aquéllos que ofrecían mayor interés. Tienen especial
trascendencia las referidas a los poderes temporal y espiritual, y las dos sobre los
indios. Son ellas: De potestate civili (1528), De potestate Ecclesiae (1532), De
Indis prior y De Indis posterior sive de Iure belli (1539). Según la opinión de
muchos autores, estas relecciones forman parte de un proyecto unitario de
exposición de los temas ético-jurídicos candentes en el momento, cuya base es la
relección De Potestate civili: en ésta se anuncian los temas fundamentales acerca
de los poderes del Papa y el Concilio, objeto de sus relecciones De Ecclesiae
(1532 y 1533) y De Potestate Papae et Concilii (1534), y se define al orbe como
una república, idea que será la base de la argumentación en De Indis y De Iure
Belli. Estudiando las fechas con detenimiento, los investigadores han llegado a la
conclusión de que los temas referentes a los indios ya eran objeto de comentarios
en los cursos ordinarios a partir de 1534. En 1537 pronuncia la relección De
Temperantia, que podría considerarse una “preparación próxima” para sus
discursos sobre los indios, ya que en ella vierte claramente sus opiniones acerca
de la legitimidad de una acción bélica contra ellos.
De Matrimonio (1531) es una relección menos conocida, que fue motivada por la
cuestión del “divorcio” de Enrique VIII de su esposa española Catalina de Aragón,
tía de Carlos V, asunto que tendría, lógicamente, amplia repercusión en España.
De Homicidio (1530) y De quod tenetur homo cum primum venit ad usum rationis
(1534 o 1535) contienen ideas fundamentales para comprender la antropología
vitoriana.
Las influencias intelectuales que recibió Vitoria y que plasmó en sus enseñanzas
han sido objeto de polémica entre los estudiosos.
Frente a los que sostienen su absoluta fidelidad a Santo Tomás, hay quienes
descubren en él influencias escotistas o nominalistas, por ejemplo, en lo referente
a la noción de derecho subjetivo .
Ante las noticias de las opiniones vertidas por Vitoria en la Universidad acerca de
la justicia de la conquista de América, la primera reacción del Emperador es
escribir una dura carta al prior de San Esteban: “He sido informado que algunos
maestros religiosos de esa casa han puesto en plática y tratado en sus sermones
y en repeticiones , del derecho que nos tenemos a las Indias, Islas y tierra firme
del mar Océano” y, debido al perjuicio que de ello pudiera resultar, “encarga y
manda que luego, sin dilación alguna, llaméis ante vos a los dichos maestros y
religiosos [...] y recibáis dellos juramento para que declaren en qué tiempos y
lugares y ante qué personas han tratado y afirmado lo susodicho, así en limpio
como en minutas y memoriales”.
“por ser cosa teologal ha parecido que conviene que sea visto y examinado por
personas teólogas, y yo, por la buena relación que de vuestra persona, letras y
vida tengo, he acordado de os lo remitir, para que, como celoso de Dios Nuestro
Señor e vuestro, como cosa que tanto importa a nuestra santa fe católica, lo veáis
y deis en ello vuestro parecer” .
Los abusos ocurridos durante la conquista de Perú y las guerras llevadas a cabo
en la zona denominada Nueva Galicia, en el Virreinato de México, dieron lugar a
amplias discusiones concernientes a la justicia de la guerra y a los métodos
misionales a emplear. Algunos defensores de la conversión forzada de los indios
-Juan de Zumáraga, obispo de México, y Vasco de Quiroga, oidor de la
Audiencia,- cambian de opinión y denuncian ante el Emperador los graves abusos
de los conquistadores. A su vez, y sobre todo por influencia de la Bula Subblimis
Deus y el Breve Pastorale Officium, del Papa Paulo III, dictados en 1537, que
reconocían la naturaleza humana del indio, prohibían su esclavitud y subrayaban
el carácter eminentemente voluntario que había de tener la conversión, proponen
nuevos métodos de penetración y de evangelización. Éste era el clima que se
vivía en España cuando Vitoria pronuncia sus relecciones. La De Temperantia es
de 1537, el mismo año de la bula Subblimis Deus; las dos De Indis, de 1539.
Pereña ha visto con claridad la relación entre las circunstancias que se vivían en
esos años en México y la Relectio de Indis, en la que Vitoria cita expresamente
algunos de los abusos referidos por misioneros y autroidades; asimismo,
considera la influencia vitoriana en la redacción de las Leyes Nuevas de 1542. En
efecto, las dudas planteadas por las autoridades residentes en México, las
múltiples denuncias de abusos cometidos por los conquistadores, las propuestas
de cambios en la política española en las Indias, las opiniones de Vitoria, hicieron
necesaria la convocatoria, por parte de Carlos V, de una junta que desembocará
en la promulgación de las Leyes Nuevas de 1542. Éstas procuran la corrección de
los innumerables abusos denunciados. Se propone la supresión de la conquista
armada y su sustitución por entradas o penetración pacífica “en dos tiempos”:
primero evangelización sin armas, y segundo trato humano, amistoso, social y
comercial, sin armas, por los seglares, en orden a la incoporación libre de los
reinos de las Indias a la Corona de Castilla. Afirma Pereña que entre las
instrucciones de Carlos V a Pizarro en 1533, que le ordenaban proseguir las
conquistas y utilizar el “Requerimiento”, y las Leyes Nuevas, hay un cambio
profundo de enfoque, que mucho debe a la influencia vitoriana
Durante los últimos años de su vida, Vitoria estuvo gravemente aquejado de gota,
y ello le impedía caminar y dictar sus clases. En algunas oportunidades, sus
alumnos lo llevaron en andas, pero los dos últimos años los pasó postrado. Ya
gravemente enfermo de gota, es invitado por Carlos V a asistir al Concilio de
Trento como teólogo imperial, pero su estado le impide asistir. Lo hace, en su
lugar, su colega Domingo de Soto. Vitoria murió el 12 de agosto de 1546 y fue
enterrado en la sala capitular del Convento de San Esteban, hoy conocido como
Panteón de teólogos .
–Un parecer que dio el padre maestro Fray Francisco de Vitoria sobre si los
señores pueden vender o arrendar los oficios, como escribanías y alguazilaz-gos,
etc., fue publicado por Diego de Zúñiga junto con su Instrucción y refugio del
ánima y conciencia escrupulosa y temerosa de Dios.
–Carta al P. Miguel de Arcos, del 8 de noviembre de 1534, es una carta que lleva
por título Del Perú, y en la que hace una breve consideración respecto a las
noticias que le llegan desde las Indias en distintas cuestiones sobre beneficios, el
tratamiento de los indios y la guerra .
–Al P. Miguel de Arcos, del 27 de agosto de 1545; en esta carta Vitoria trata tres
temas: el testamento del conde de Ureña, en donde se plantea la necesidad de
dar respuesta, por parte de los herederos (quien recibió la herencia del conde y
quien toma posesión de su título), de dar satisfacción de las deudas contraídas por
aquél; en la misma carta tiene una breve conclusión sobre el matrimonio
clandestino, terminando con una conclusión sobre la venta al fiado.
–Al P. Miguel de Arcos, del 28 de abril de 1546; en esta carta, ya muy al final de
su vida, Vitoria plantea con mucha dureza a quienes se aprovechan de la extrema
necesidad para encarecer el trigo y enriquecerse con ello .
–De los que se retraen por delitos a las iglesias en este parecer que según Beltrán
de Heredia se planteó a varios maestros salmantinos.
NICOLÁS COPÉRNICO
El sistema de Ptolomeo
Copérnico se planteó que, en vez de ser las esferas las que giraban alrededor de
la Tierra, podría ocurrir que la Tierra girara alrededor de su eje una vez al día. Idea
que no era demasiado original porque se les había ocurrido antes a otros. Sin
embargo, la verdadera aportación de Copérnico fue la de proponer que la Tierra
no era el centro del mundo, sino que la Tierra y todos los demás planetas se
movían describiendo círculos alrededor del Sol. Este nuevo modelo permitía
explicar fácilmente el aparente movimiento de avance y retroceso que describen
los planetas en el firmamento. De esta manera pudo desecharse la teoría de
Ptolomeo con toda su carga de complicación y los reajustes que había sufrido. A
partir de ese momento, los navegantes y los astrónomos disponían de un método
mucho más sencillo para realizar sus cálculos. Bastaba suponer que la Tierra y los
demás planetas giraban alrededor del Sol.
Astrónomo y filósofo alemán, famoso por formular y verificar las tres leyes del
movimiento planetario conocidas como leyes de Kepler.
La última obra importante aparecida en vida de Kepler fueron las Tablas rudolfinas
(1625). Basándose en los datos de Brahe, las nuevas tablas del movimiento
planetario reducen los errores medios de la posición real de un planeta de 5 °a 10'.
El matemático y físico inglés sir Isaac Newton se basó en las teorías y
observaciones de Kepler para formular su ley de la gravitación universal.
RENÉ DESCARTES
Tras renunciar a la vida militar, Descartes viajó por Alemania y los Países Bajos y
regresó a Francia en 1622, para vender sus posesiones y asegurarse así una vida
independiente; pasó una temporada en Italia (1623-1625) y se afincó luego en
París, donde se relacionó con la mayoría de científicos de la época. En 1628
decidió instalarse en los Países Bajos lugar que consideró más favorable para
cumplir los objetivos filosóficos y científicos que se había fijado, y residió allí hasta
1649.
Los cinco primeros años los dedicó principalmente a elaborar su propio sistema
del mundo y su concepción del hombre y del cuerpo humano, que estaba a punto
de completar en 1633 cuando, al tener noticia de la condena de Galileo, renunció
a la publicación de su obra, que tendría lugar póstumamente.
En 1637 apareció su famoso Discurso del método, presentado como prólogo a tres
ensayos científicos. Descartes proponía una duda metódica, que sometiese a
juicio todos los conocimientos de la época, aunque, a diferencia de los escépticos,
la suya era una duda orientada a la búsqueda de principios últimos sobre los
cuales cimentar sólidamente el saber.
El método cartesiano, que Descartes propuso para todas las ciencias y disciplinas,
consiste en descomponer los problemas complejos en partes progresivamente
más sencillas hasta hallar sus elementos básicos, las ideas simples, que se
presentan a la razón de un modo evidente, y proceder a partir de ellas, por
síntesis, a reconstruir todo el complejo, exigiendo a cada nueva relación
establecida entre ideas simples la misma evidencia de éstas.
Los ensayos científicos que seguían, ofrecían un compendio de sus teorías físicas,
entre las que destaca su formulación de la ley de inercia y una especificación de
su método para las matemáticas. Los fundamentos de su física mecanicista, que
hacía de la extensión la principal propiedad de los cuerpos materiales, los situó en
la metafísica que expuso en 1641, donde enunció así mismo su demostración de
la existencia y la perfección de Dios y de la inmortalidad del alma. El mecanicismo
radical de las teorías físicas de Descartes, sin embargo, determinó que fuesen
superadas más adelante.
Obras