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Reseña:

Óscar Augusto García Zárate. Deflacionismo y Minimalismo. Tesis Doctoral. Lima, 2006.

El Dr. Oscar García, con una actualizada bibliografía y apoyándose en una


pormenorizada investigación, nos ha entregado una variopinta y transparente reflexión
filosófica sobre importantes temas tales como: la naturaleza de los entes portadores de
verdad; la posibilidad de obtener una definición de la verdad á la Tarski ; la algo
filosóficamente relevante convicción de que la investigación acerca del predicado de
verdad no involucra relacionarnos con el problema de la intensionalidad; el enfrentamiento
entre los planteamientos de Horwich y Field: sobre la relación entre verdad y significado, y
acerca de la verdad de una oración tal y como el agente lo entiende, respectivamente,
(enfrentamiento cuyo arreglo y enderezamiento de todos los defectos, de acuerdo a
establecidos criterios, deviene en una manera de ver la propuesta concreta del
deflacionismo: la verdad no es una propiedad sustancial-explicatoria); y la preferencia por
el esclarecimiento y la mejora de los fundamentos ideológicos de la Teoría Minimalista de
la verdad de Horwich por tratarse de una teoría de estructura más afín a las proyecciones
deflacionistas genéricas.

Esta tesis doctoral comienza concediendo que la verdad es una propiedad que se
predica de entes lingüísticos tales como las oraciones, las proposiciones y las creencias.
Se afirmará que la verdad se trata de una cierta relación de naturaleza fluctuante-
transitiva, que vincula a los entes mencionados. Teniendo en cuenta los trabajos de Tarski
(por ejemplo: La concepción semántica de la verdad y los fundamentos de la semántica,
Verdad y Prueba, etc.) que derivan en una sólida y fuertemente persuasiva
argumentación, que confirma las intuiciones aristotélicas en relación a la verdad, se alude
al esquema inflacionista (V) de su concepción como satisfaciendo los mismos requisitos
que los esquemas deflacionistas (D) o (E), a saber:
(D) “p” es verdadero si y solo si p; y (E) Es verdadero de que p si y solo si p.
Luego, asumiendo al deflacionismo como un cuerpo filosófico se procede a tratarlo parte
por parte: la ontología, la filosofía, la epistemología y la metodología del deflacionismo
serán expuestas con el fin de hacer Uno al Todo de propuestas de tendencias afines.
Enseguida, se dan las pautas para introducirnos en la discusión contemporánea y se
procede a enumerar, describir y fundamentar cada una de las concepciones
reivindicadoras de la intuición de Gottlob Frege sobre la no alteración del contenido de
una proposición al adscribirle la propiedad de verdad: Descomillado Proposicional,
Descomillado Puro, Descomillado Idioeléctico, etc. Como parte de la herencia que nos
dejó la concepción sustantivista de la verdad inmediatamente se examinarán teorías que
den cuenta de los vínculos entre significado y verdad (v. g. el llamado problema de la
intensionalidad): la naturaleza de los condicionales M-T de Horwich y el eliminativismo de
Field serán tópicos tratados en modo especial. Finalmente, la Teoría Minimalista de la
verdad de Horwich será axiomatizada, revisada y considerada como una consistente
visión de que lo único que hay que decir sobre la verdad de ciertos portadores de verdad
esta dicho ya por las instancias de (E), que axiomatizan la teoría: la nieve es blanca es
verdadera si y solo si la nieve es blanca, mentir es malo es verdadera si y solo si mentir
es malo, etc.

Ahora bien, un par de cosas resultan observables. En primer lugar, la imposibilidad


de la consistencia del lenguaje natural universal (por ejemplo, el inglés, el alemán, el
francés, etc.), que cuente con una infinita cantidad de oraciones, y reglas de formación y
de deducción natural por especificar, es la primera dificultad a superar con respecto al
papel que debe jugar un predicado tan ambicioso como el de verdad. Tomemos un
ejemplo sacado de la Geometría. ¿Cómo comprobar la intuición de que la forma de un
polígono regular con un número infinito de lados tiende a la circunferencia? ¿No se trata
más que de mera gimnasia mental intuitiva? ¿Acaso no podríamos imaginar que es
imposible tal a priori? Pero ¿no ha resultado útil esa generalización en términos de
resultados? De la misma manera apliquemos éstas preguntas contextualizadas en el
campo de la Teoría de la Verdad ¿Cómo comprobar que la intuición de que una definición
parcial de la verdad para cada oración expresable en un lenguaje dado, tiene la forma de
(E) o de (D)? ¿No se trata de una construcción circular que limita las posibilidades
expresivas? ¿Acaso es posible que la teoría de la verdad se adelante a los
descubrimientos matemáticos del futuro? ¿Es posible la predicción infalible a nivel
extracientífico? ¿Son las ciencias intensivas susceptibles de ser elevadas al nivel de la
ciencia más desarrollada en la actualidad? Sin embargo, llegue a donde llegue la
discusión ¿acaso no ha servido la propuesta de la Concepción Minimalista de la Verdad
para poner a prueba nuestros conceptos culturales responsables de la línea separadora
de lo racional y lo irracional, línea cuyos límites trazados están en constante crisis ya que
lo-bien-dispuesto-por-la-naturaleza no hace a un lado el Caos innato a la actividad
pensante subproducto del devenir histórico de la materia?

En segundo lugar, de la misma manera en la que la concepción de la Geometría


como única entró en crisis al plantearse la existencia de diversas Geometrías No
Euclidianas que rechazaban o modificaban el quinto postulado de Euclides (que dice que
por un punto exterior a una recta solo puede pasar una y solo una recta paralela a ésta
última), señalando que podrían pasar infinitas rectas o ninguna por el punto exterior a una
recta dada e implicando esto que se hablen de triángulos cuya suma de ángulos internos
es mayor o menor a 180 º, respectivamente; así debe verse en mi opinión el problema del
predicado de verdad: en un primer momento se afirmaba con Aristóteles que había una
correspondencia o coherencia entre mis palabras, lo que es expresado a nivel semántico
en mi acto de enunciar y lo real, los hechos, lo que es el caso (de la misma forma en la
que el paralelipípedo de Euclides era la proyección ideal de la caja de zapatos real),
luego al observarse que el paradigma inflacionista de la noción de verdad se ablandaba
cuando tratábamos con frases problemáticas de origen filosófico (por ejemplo: el Teorema
de Goldbach según el cual la suma de dos números primos es cualquier número par
mayor que dos; la popular Paradoja del Mentiroso o la de los términos heterológicos, etc.)
se optó por tratar a la verdad a la manera No Aristotélica, implicando esto que se pudiera
estudiar conceptos capaces de engendrar paradojas en el interior mismo de cualquier
teoría, usando las mismas herramientas que se utilizan para fortalecer la teoría en contra
de la misma teoría. La pregunta que queda en el aire, no obstante, es: supuesto que fue
la necesidad de los físicos astronómicos de tener un modelo de Geometría más acorde
con el que se observa en el espacio sideral en el que se mueven los astros ¿Qué
comunidad científica o filosófica estaría interesada en el bosquejo de una Teoría de la
Verdad? ¿Será la comunidad de lingüistas, matemáticos, arqueólogos, abogados y
políticos? ¿Con qué fines estarían buscando dicha teoría? ¿Acaso la ambición de éstos
hombres de ciencia es apropiarse de todos los discursos, adelantándose a lo implícito de
tal manera que las conversaciones se desarrollen de la misma manera en la que se
resuelve un ejercicio de lógica de predicados? ¿No estaremos apresurándonos a
proponer otra teoría de la verdad cuyas bases filosóficas van en contra de lo que en el
futuro llegará a afirmarse? Y si este fuera el caso ¿no estaríamos ante una simple retórica
del adelantarse a los hechos antes de que se afirmen?

Rafael Félix Mora Ramirez

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