Anda di halaman 1dari 1

Editorial

DEUDA EXTERNA
De la dictadura a la democracia
Arrancó el año con una crisis política desatada a partir de un nuevo pago de la deuda externa. El
Bicentenario comenzó como una radiografía de la historia de nuestro país. El primer endeudamiento
fue en 1824, Rivadavia contraía deuda con la Baring Brothers. De usurarios los intereses se convirtieron
en impagables a los tres años. Fue el primer default, en 1827, que contribuyó con la caída de Rivadavia.
Avellaneda juró que iba a pagar “con el hambre y el sudor de los argentinos” y Pellegrini afirmó que “de
ser necesario vendería hasta la Casa de Gobierno”. En 1904 se terminó de pagar esta estafa. Sumando
los intereses, Argentina pagó 23 veces el préstamo. La deuda nació como un mecanismo de
transferencia de los recursos nacionales hacia el capital imperialista. Nunca al revés.
Luego de varios endeudamientos y pagos en el medio, llegamos a la dictadura de 1976. Con Videla se
estimuló un endeudamiento desenfrenado del país, poniendo a las empresas del Estado como
garantía. Con la misma efervescencia la burguesía nacional acrecentó la deuda externa privada.
La cuestión de la deuda pone al desnudo la continuidad de clase entre el régimen militar y la
“democracia”, ya que tiene su origen en la estatización de la deuda privada operada por Domingo
Cavallo en 1982, cuando era presidente del Banco Central. Aquella operación fue la consumación de
un fraude orquestado por Martínez de Hoz junto al Banco Barclays a través de YPF y otras empresas
estatales.
Kirchner quiere pagar la deuda a cualquier costo. No solo con los decretazos “patrióticos” y de
“desendeudamiento” sino inclusive con aquellos que quedaron fuera del canje 2005. Esto fue lo que
anunció Boudou en Washington. Para enfrentar la crisis fiscal, el nacionalismo “K” ha decidido apostar a
una alianza con el capital financiero local e internacional.
La oposición derechista; con el PJ “disidente”; los radicales de la Franja Morada; la exorcizada Carrió, no
se oponen al pago de la deuda, sino que discuten la manera en que la misma se pagará. Abiertamente
apelan a una política de Ajuste Fiscal al estilo Grecia. Es decir, recorte de gastos públicos en materias
sociales. La vuelta de De La Rúa.
En definitiva el debate sobre el pago con reservas o con ajustes, es una cortina de humo: mientras los K
y anti K discuten sobre cuál es el mejor camino para ejecutar el vaciamiento nacional, la miseria social
crece, también crece la inflación, y el presupuesto público está congelado.
De la dictadura a la democracia, del neoliberalismo al nacionalismo, la deuda externa fue el hilo
conductor de los regímenes y gobiernos que malversaron el presupuesto y la economía nacional a
favor del capital financiero. Una investigación seria de la deuda debería poner en cana a los gobiernos
de las últimas cuatro décadas. ¿Pero resolvería esto la hipoteca ilevantable que representa la deuda
externa? De ninguna manera, judicializar la deuda es una maniobra de distracción para seguir
pagando.
Tampoco se trata simplemente de no pagar, porque el ahorro que se obtendría iría a parar al bolsillo de
los capitalistas o a la fuga de capitales. De hecho, los “no pagos” o moratorias se plantean regularmente
bajo el capitalismo, y sirven para la organización del “concurso de acreedores” de naciones enteras,
que preceden a la desvalorización de sus salarios y otros ajustes brutales contra las masas. Ese fue el
contenido social del default de Rodriguez Saá en 2001, la devaluación de Duhalde y la renegociación
de Kirchner-Lavagna en 2005.
Integramos el planteo del No Pago de la deuda externa en un plan mas general para una
reorganización del país sobre nuevas bases sociales; instaurando el control de cambios y
nacionalizando la banca y el comercio exterior, para destinar el ahorro nacional a un plan de
reindustrialización y obras publicas, dirigido por los trabajadores, que priorice las necesidades de las
grandes mayorías.

Anda mungkin juga menyukai