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Curs 2005 – 2006 Postgrau en Gestió i Polítiques Culturals

2n Treball de Curs

LAS MACRO-ESTRUCTURAS CULTURALES

Hemos asistido en España, durante los 10 últimos años, a la inauguración o


al comienzo de las obras de nuevas instituciones culturales de gran
envergadura o de "impacto". Museo Guggenheim, Kursaal, Auditorio de
Tenerife, Palau de les Arts de Valencia, ampliación del Reina Sofía,
ampliación del Prado, etc...

¿Os parecen adecuadas estas políticas de "macro" estructuras culturales?

Tomando a caso otros ejemplos en España o en el extranjero, ¿cuales son


según vosotros, por ejemplo, lo puntos en común, las diferencias, los retos,
los logros, los posibles fallos o carencias de estas instituciones? ¿No puede
la política de la "cultura de masa" ir a veces en contra de sus propios
objetivos?

INTRODUCCIÓN

Me gustaría introducir este trabajo de reflexión mencionando la aprobación,


el pasado mes de octubre, del instrumento internacional que proclama el
derecho a la diversidad cultural presentado en la 33ª Conferencia
General de la UNESCO, celebrada en París. Con este hecho tan relevante,
estamos ante el cambio hacia la globalización cultural que debería ser
entendida como un avance extraordinario en la aproximación de la “cultura”
a los ciudadanos y a los países –o estados.

Centrándonos en el mercado español, durante los últimos años hemos sido


testigos de la nueva ola llamada “diversidad cultural territorial”. Este paso
de gigante ha sido posible gracias a la puesta en marcha de un Plan
político-“cultural” que ha creado macro-estructuras culturales y ha hecho
posible la ampliación de centros emblemáticos españoles que nos preceden
ante el resto del mundo. Esta nueva “moda” conlleva diversos aspectos
positivos pero también negativos, de los cuales vamos a hablar en el
transcurso de este trabajo.

Nos aproximaremos ahora a los diferentes aspectos que envuelven esta


etapa y veremos qué beneficios nos aportan y qué déficit, sobretodo
sociales, amenazan con romper el equilibrio de la expresión y la promoción
cultural.

1. LA FUNCIÓN DE LAS MACRO-ESTRUCTURAS CULTURALES EN NUESTRA SOCIEDAD:


CÓMO ENTENDERLAS

Siguiendo la definición establecida en la Constitución Española de 1978


sobre la administración de la Cultura, cada región tiene amplias
competencias exclusivas en el ámbito de la cultura, lo que se traduce en
que cada región puede promover, crear, re-edificar, destruir o modificar su
planificación cultural territorial siguiendo sus propias normas o política.

Ante esta realidad, aparece la duda y nos planteamos, entonces, ¿qué


función quieren/pretenden tener estas macro estructuras en la sociedad?

1 Teresa Iglesias Casals


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Los diversos aspectos que bailan entorno la respuesta a esta pregunta los
resumiría en:

a) Los aspectos sociales

En mi opinión, las macro-estructuras culturales tienen un peso social


inmenso y deberían saber gestionarse desde su inicio para evitar el fracaso
o el poco de uso de éstas, ya sea desde un punto de vista tanto social como
cultural o político. Creo que el peso social que constituye la edificación de
estas grandes estructuras culturales se mide –y siempre dejando aparte los
intereses económicos-, por varios factores:

¤ INTERESES SOCIALES 〉 dichas macro-estructuras deberían ser creadas con la


finalidad de proporcionar el acceso a la cultura. Intrínsecamente,
deberían crearse con el casi único objetivo de llegar, en primer lugar, a
los ciudadanos donde esté ubicada y, en segundo lugar, a toda la
sociedad en general.
No deberían representar/concebirse como un mero acto heroico que
muestre la potencia económica de una región o la influencia de cierto
partido político.
La sociedad en sí misma, con todos sus ciudadanos sin exclusión
alguna, debería ser el motivo por el cual se edifican este tipo de
estructuras ya que son el público a quien van dirigidas y quién va a
hacer uso.
Si los ciudadanos van a ser sus consumidores más directos,
consecuentemente su opinión debería ser tomada en cuenta o al
menos respetar y considerar sus dudas –o miedos- y darles respuesta y
soluciones;

¤ 〉 la edificación de
LA ARMONIZACIÓN CON EL CONJUNTO DEL PATRIMONIO CULTURAL
este tipo de estructuras debe responder a una estética que se adecue a
las necesidades culturales concretas y definidas a priori. El peso que
conlleva la edificación de una macro-estructura cultural es inmenso ya
que afecta al barrio/zona donde se edifica e influye directamente en la
convivencia de sus vecinos. La mejora que puede significar la
edificación de un museo de arte moderno o de una biblioteca o de un
centro oceanográfico dependerá del conjunto inmobiliario dentro del
cual se enmarca y de los accesos que se habiliten. Si la armonía no
acompaña la creación de esta estructura, qué consecuencias tendrá y
cómo será acogida a nivel social a largo plazo?

¤ EL AVANCE TECNOLÓGICO, INTELECTUAL Y TURÍSTICO


〉 es evidente que estas
macro-estructuras miden y muestran el nivel de “avance” tecnológico e
intelectual del lugar donde están ubicadas y de su región, lo que
conlleva asimismo a la reputación y el prestigio que se generará a
partir de éstas. Para obtener frutos se va a necesitar una muy buena
gestión y una política muy bien definida que case con las nuevas
tecnologías sin ahorrar ni energía ni tiempo ni dinero.

2 Teresa Iglesias Casals


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Paralelamente a este avance, el acercamiento “intelectual” y las


propuestas que se lleven a cabo, será el eje fundamental para que una
macro-estructura de estas características tenga éxito –y beneficios
económicos. Si hay buenas propuestas que se conjugan con las
necesidades intelectuales de sus ciudadanos en toda su extensión, se
abre así la puerta a otro elemento básico: el turismo.

¤ 〉 es evidente que un elemento


EL TURISMO COMO DISPERSOR DE LA CULTURA
básico en la creación de macro-estructuras es el turismo y el potencial
económico que éste genera. No obstante, no se debería caer en la
“trampa” de crear un centro

cultural sólo para atraer turismo y obtener así ganancias económicas.


Es obvio que la edificación de una macro-estructura cultural es siempre
una razón para visitar la ciudad donde se ubica y la oportunidad de
conocer una zona/región tal vez desconocida, pero no debería servir de
anzuelo para obtener unos beneficios que no contemplen, como
prioridad, el acercamiento de la cultura a sus ciudadanos.

b) Los aspectos políticos y la educación

Políticamente, las macro-estructuras culturales deberían basarse en los


planes de educación para dar respuesta a las necesidades culturales de los
ciudadanos.

La edificación de estas estructuras debería ser uno de los instrumentos para


educar y a la vez formar –en todos sus significados- a los ciudadanos que de
él se benefician. ¿Para qué sirve un museo o una macro biblioteca si casi
nadie los va a utilizar? Estas macro-estructuras son un instrumento muy
poderoso para acercar la cultura a todos los ciudadanos y empezar a poner
de lado la marginación, la discriminación o la no integridad de ciertos
grupos. Para ello se necesitará una política íntegra y coherente que tome la
cultura como un aspecto básico para enriquecer y cultivar la educación de
sus ciudadanos. Pero … ¿cómo hacerlo? Hay múltiples maneras de acercar
la cultura a los ciudadanos, ya sea con actividades dirigidas a los diferentes
grupos sociales, talleres, ferias, mercados, ciclos de música-teatro-cine, y un
largo etcétera.
Lo más importante es que en esta estratégica político-educativa-cultural se
contemplen todos los grupos que conviven en una misma sociedad y se les
ofrezca la posibilidad de elegir si quieren beneficiarse de estas propuestas o
no.

La política tiene en sus manos una responsabilidad que no debería dejar


escapar, y que conjugada con los planes culturales podría llegar a fortalecer
considerablemente el nivel educativo, cultural y social de allí donde se
aplique.

2. Beneficios, retos y logros

¿Qué beneficios podemos obtener de estas macro-estructuras? En mi


opinión, uno de los principales beneficios que aportan este tipo de
edificaciones en nuestra sociedad es la apertura a la diversidad cultural, ya

3 Teresa Iglesias Casals


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que lo entiendo como una de las herramientas capaces de poner a nuestra


disposición este bien común del cual todos nos podemos beneficiar y ser, a
la vez, partícipes.

El hecho de estar hoy en día viviendo tan de cerca la entrada de nuevas


“culturas” en nuestro país, abre la puerta a una riqueza intelectual inmensa.
Gracias a esta diversidad somos capaces de empezar a integrar elementos
culturales nuevos que nutren y nos aportan más calidad de vida, intelectual
y humana. Este movimiento ofrece en bandeja la oportunidad a los centros
culturales de acercarse a los ciudadanos ofreciendo un amplio abanico de
cultura del cual nos podemos beneficiar todos.
Una de las ventajas de estos centros es su gran extensión, y a veces
dispersión. Si estos aspectos se saben utilizar, pueden repercutir muy
positivamente en la difusión de la cultura, ya que actúan como elementos
unificadores de ésta, aportando una riqueza increíble tal vez difícil de
conseguir de otra manera.

Uno de los mayores retos, tal vez, de estas macro-estructuras es la oferta


cultural que deben ofrecer y a quién va dirigida. Son centros que tienen
que conjugar muy bien el equilibrio entre el producto que ofrecen + la
calidad de éste + el interés social y cultural + el acceso económico (muy
importante). No es una tarea fácil, pero si se lleva una buena gestión
basada en satisfacer las inquietudes -o los vacíos- culturales y educativos
de los ciudadanos, una buena parte está ya hecha. El resto depende de los
intereses propios del centro.

Consecuentemente, los beneficios que se pueden conseguir son inmensos.


El primero de ellos es, obviamente, el prestigio o la imagen que se genera
a partir de la construcción de una instalación de estas características. El
“nombre” social que se va construyendo es la tarjeta de visita no sólo del
centro en sí mismo sino también del lugar donde está ubicado, lo que
repercute en gran medida en la evolución de este lugar.

Ligado a éste, otro de los beneficios importantes de estas estructuras es la


función de elemento identificativo de una ciudad, región, comarca, etc.
Todos asociamos ciudades según los centros o macro-estructuras culturales
que tienen y muchas de ellas son conocidas internacionalmente por su
buena calidad o por su buena gestión y desarrollo.
Ser un de elemento identificativo también supone la apertura de nuevas
localizaciones que, por motivos de historia o tradición, son carentes de
atracción por ellas mismas. Este elemento de reclamo turístico, no
obstante, no debería derivarse ni en el cambio urbanístico ni en dirigir la
mayoría de las actividades que presentan a satisfacer un turismo que se
aleja de las necesidades de los propios ciudadanos aunque sí hay que tener
en cuenta.

Por lo tanto, uno de los mayores retos de estas estructuras es saber


combinar todos estos aspectos e interrelacionarlos con las necesidades de
sus ciudadanos y ofrecer aquello que se ajuste con su política y su
economía.

4 Teresa Iglesias Casals


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3. Sus ausencias, fracasos y déficit

Los retos u objetivos que se proponen cuando se construye una macro-


estructura puede derivar fácilmente en el fracaso o en ausencias que van a
dañar todo el conjunto que salpica una edificación de estas características.

En mi opinión, hay una serie de carencias que no deberían existir si se


llevara una buena gestión desde el principio del proceso pero que, por
desgracia, son bastante comunes. Para no extenderme demasiado, me
gustaría resaltar las dos carencias o déficit que considero más relevantes.

La primera de ellas es querer “limpiar” zonas consideradas marginales o


con poco poder adquisitivo sin tener en cuenta cuáles son las necesidades
educativas y/o culturales de sus ciudadanos. No se puede ignorar la vida
que durante años se ha llevado a cabo en una zona determinada y querer
“mejorarla” sin contar con la opinión de sus vecinos.

La idea de edificar una macro-estructura, como puede ser un Museo, es una


muy buena propuesta ya que significa querer mejorar la calidad de un área
determinada para acercar la educación o la cultura a los ciudadanos, pero
debe hacerse de forma consecuente y sin dañar ni perjudicar a los vecinos.
Debería haber beneficios para todos –o casi todos.

Des del punto de vista político, estas estructuras se venden como la


herramienta que abre la puerta a una sociedad avanzada, moderna,
interesante, acogedora de nuevas tendencias y “culturas”. Pero deberíamos
plantearnos cuál es la realidad que hay detrás de todo este movimiento y
cuáles las consecuencias para nuestros con-ciudadanos.
Un caso muy próximo a nosotros es el MACBA, en el barrio del Raval,
ejemplo magnífico para desvelar la maniobra política para limpiar un barrio
con el pretexto de ofrecer o poner al alcance de los ciudadanos un museo
de arte moderno. Si analizamos este ejemplo, nos damos cuenta que nos
revela una realidad una poco alarmante: la creación de un Museo de Arte
Moderno en el corazón de una ciudad ‘cosmopolita’ que sirve, básicamente,
de centro de reunión para patinadores y skaters además de centro para
festivales de nuevos diseñadores u otros actores ajenos al arte moderno.
Aunque éstos también son cultura –y muy válida-, debemos plantearnos si
el museo se concibió con la idea de ofrecer arte moderno precisamente, o
ser un centro dinámico y de convivencia ciudadana que coge el museo
como excusa de recreo y diversión pero sin hacer uso de él. Creo que tal
vez no haya conseguido su objetivo, entonces.

La segunda carencia importante que detecto la describo como un elemento


“clasista”, y se basa en el hecho de “vetar”, de alguna manera, el acceso a
la cultura con una barrera económica: la obligación de pagar una entrada la
mayoría de las veces demasiado alta.
¿Cuál es el precio que deben pagar los ciudadanos para favorecerse y ser
partícipes de la cultura? En mi opinión, si la Cultura debe acercarse a los
ciudadanos no debe haber entonces nada que lo interrumpa o lo pueda
obstruir, y el hecho de pagar una entrada económica alta lo potencia. Hay
soluciones que algunos países han adoptado, como abrir las puertas durante
un día determinado al mes de forma gratuita. Pero, ¿no hay otras formas de

5 Teresa Iglesias Casals


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atracción? Se considera que “la cultura se paga”, y ello lo demuestran los


precios de los libros, de una obra de arte, de la entrada a un cine, o la
entrada a un museo.
Creo firmemente que si se dieran facilidades de acceso y se formara a los
ciudadanos desde una temprana edad, muchas de las carencias educativas
no existirían y el ritmo y el crecimiento de estructuras culturas sería otro
mucho más abierto y dinamizador. Pero para ello, todavía nos queda un
buen trecho del camino.

CONCLUSIONES

En conclusión, las macro-estructuras culturales se deberían entender como


centros de ocio intelectual que facilitan el poder relajarnos, aprender y
divertirnos. Para ello necesitamos que sean centros agradables, acogedores,
cálidos que transmitan una necesidad de querer quedarnos o frecuentarlos
a menudo. No pueden ser centros fríos, distantes, demasiado abiertos para
hacerte sentir insignificante o parte de un mobiliario sin vida. La
armonización entre lo que se ofrece, Cultura, y lo que se quiere conseguir –
efecto dominó-, es la base para que estas macro-estructuras funcionen y
lleguen al público para el que fueron construidas como una primera fase.

En segundo lugar, deberían construirse acorde con la estética del lugar


donde se ubican, introduciendo nuevos elementos estéticos pero sin romper
de forma exagerada el conjunto arquitectónico que les rodea, ya que
pondría en juego el rechazo popular.

Una de las funciones de estas estructuras es la función dispersora/difusora


de la cultura, y lo que estamos viviendo es la difusión de una cultura clásica,
histórica, que ya tiene sus raíces muy bien plantadas pero que deja de lado
la cultura de las nuevas generaciones. Ésta debe empezar a moverse, a
formar parte de nuestra cultura y de nuestras tradiciones y el hecho que no
se potencie es una clara ausencia intelectual.
Si queremos avanzar, debemos abrir los ojos a las tendencias que hoy en
día viven entre y con nosotros, sin dejar de lado nuestra historia, pero
mirando hacia el futuro y apostando por los nuevos valores que luchan para
dar al mundo una nueva visión de la vida.

Por este motivo, estas macro-estructuras tienen el deber de aprovechar


todos sus recursos y acercar a los ciudadanos a todo tipo de cultura de una
manera fresca y viva, sin caer ni en la extrema “modernidad” radical ni
tampoco permanecer ‘in eternum’ en un pasado al cual siempre podemos
echar mano.

Pero todo ello lleva es un círculo vicioso que da vueltas sin parar y mientras
nos preguntamos por qué la cultura es tan cara, a quién va dirigida
realmente y con qué intereses. ¿Quién tiene la respuesta?

6 Teresa Iglesias Casals

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