Anda di halaman 1dari 41

Los Simpson.

indd 1 17/12/09 10:29:15


Los Simpson.indd 2 17/12/09 10:29:16
MARK I. P INSKY

EL EVANGELIO
SEGÚN
L OS S IMPSON ™

Con un epílogo que explora


South Park, Family Guy y otros
programas televisivos
de dibujos animados

Los Simpson.indd 3 17/12/09 10:29:18


Doctor Erazo 120 Colonia Doctores México 06720, D.F.
Tel. (52 55) 51 34 05 70 Fax. (52 55) 57 61 57 16
LADA SIN COSTO: 01 800 821 72 80

Título: El evangelio según Los Simpson


Autor: Mark I. Pinsky
Traducción: Martha Baranda Torres
Colección: Interés general

Traducción de la obra original The Gospel According to the Simpsons,


bigger and possibly even better! Mark I. Pinsky

Copyright: D.R. © 2007 Mark I. Pinsky.


Second Edition Published by Westminster John Knox Press,
100 Witherspoon Street, Louisville, Kentuky 40202-1396. All Rights Reserved.

ISBN (inglés): 978-0-664-232658

Diseño de portada: Socorro Ramírez Gutiérrez


Ilustración de portada: simpsoncrazy.com (reproducción permitida)

D.R. © Selector, S.A. de C.V., 2010


Doctor Erazo 120, Col. Doctores
C.P. 06720, México, D.F.

ISBN: 978-607-453-053-7

Primera edición: enero 2010

Sistema de clasificación Melvil Dewey


159
P9
2010
Pinsky, Mark I.
El evangelio según Los Simpson / Mark I. Pinsky
trad. Martha Baranda Torres.--
Cd. de México, México: Selector, 2010.
336 pp.

ISBN: 978-607-453-053-7

1. Psicología aplicada. 2. Psicología. 3. Religión.

Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.


Prohibida la reproducción parcial o total de la obra
sin autorización de los editores.
Impreso y encuadernado en México.
Printed and bound in Mexico.

Los Simpson.indd 4 17/12/09 10:29:18


Para
Sallie, Liza y Asher
y
en memoria de mis padres,
Charlotte y Oscar Pinsky

Los Simpson.indd 5 17/12/09 10:29:18


Los Simpson.indd 6 17/12/09 10:29:18
Contenido

Introducción 9
  1. Imágenes divinas: “Dientes perfectos. Agradable aroma.
Todo un acto con clase” 24
  2. Plegaria personal: “Querido Dios:
¡Dale una oportunidad al calvo!” 42
  3. El evangélico de la casa de junto: “Si todo el mundo
fuera como Ned Flanders, el cielo no sería necesario” 57
  4. La iglesia y el predicador: “¡No tenemos plegaria!” 83
  5. El cielo, el infierno y el diablo: “¡Vendería mi alma
por una rosquilla!” 108
  6. Dilemas morales: “Papá, es probable que hayamos
salvado tu alma” 121
  7. La Biblia: “Creo que puede estar en alguna parte de atrás” 136
  8. Católicos: “Eso es católico, Marge... Vudú” 146
  9. Los judíos: “¿Mel Brooks es judío?... ¿Nosotros somos judíos? 164
10. Budismo: Lisa cambia de equipo, o algo así 190
11. Misceláneos: “¡Hindú! ¡Hay 700 millonesde nosotros!” 200
12. Matrimonio homosexual: Fuera del armario,
abandonado en el altar 211
13. Los creadores: “El humor es inversamente proporcional
a las verdaderas creencias de uno” 219
14. Conclusión: ¿Cubrir lo sagrado con lo profano? 237
Epílogo Futurama, King of the Hill, Family Guy,
American Dad y, sí, South Park 249
Notas 325
Bibliografía 329
Reconocimientos 331

Los Simpson.indd 7 17/12/09 10:29:18


Los Simpson.indd 8 17/12/09 10:29:18
Introducción
a la segunda edición:
Epifanía en el sofá

G eorge Bush padre lo denunció en una ocasión; su esposa, Barbara,


lo llamó tonto. El ex secretario de educación William Bennett
cuestionó sus valores. Así, se vislumbraba el dilema: ¿Debíamos, mi
esposa, Sally, y yo, permitir que nuestros pequeños hijos vieran Los
Simpson? Muchos consideraban que el programa era burdo, abusivo...,
incluso abominable. Nos preocupaba, como a la mayoría de los padres,
que nuestros hijos crecieran demasiado aprisa debido a lo que veían
en la pantalla. Cuando nuestro hijo, Asher (entonces de once años de
edad) y nuestra hija, Liza (entonces de ocho años de edad) se interesa-
ron por Los Simpson, yo comencé a ver el programa con ellos... ¡y vaya
que me sorprendió! Al principio, el popular programa que presentaba
a un niño con el cabello en puntas parecía ser la antítesis de Leave It to
Beaver, un programa que mi hermano Paul y yo veíamos con nuestros
padres en nuestra casa de los suburbios. No obstante, la serie animada
moderna resultó ser familiar y estar llena de fe. Con el tiempo, incluso
Barbara Bush y Bill Bennett se retractaron. George Bush padre, quien
fue capaz de aceptar a Dana Carvey, imitadora de Saturday Night Live,
aún no ha retirado su crítica de la serie.
¿Cómo sucedió eso? ¿Qué volvió a Los Simpson tan popular y qué
hizo tan duradera su popularidad? ¿Será que su audiencia regular cap-
tó algunos chispazos de fe que los fieles espirituales han intentado co-
municar durante años? ¿Cuáles lecciones puede contener el programa
para una audiencia conformada por diversas vertientes espirituales,
morales, políticas y sociales?
Los domingos por la noche, cuando la familia disfuncional más fa-
mosa de Estados Unidos es sintonizada en millones de hogares, mu-
chos cristianos se encuentran en la iglesia. En casa, es probable que
los menos devotos tuvieran sintonizada a la competencia, Touched by
an Angel, programa que, por lo regular, ganaba los índices de audiencia

Los Simpson.indd 9 17/12/09 10:29:19


10    El evangelio según Los Simpson

durante el periodo cuando las dos emisiones llevaban la delantera. Sin


embargo, mucha gente ve Los Simpson y lo ha visto con fidelidad y, sí,
de manera religiosa, a lo largo de casi dos décadas. “Los fanáticos de
Los Simpson amenazan al sábado como día de práctica religiosa”, escri-
bió Jon Horowitz de la Universidad Rutgers en un ensayo no publica-
do. “Ya no más mañanas en la iglesia; ocho de la mañana frente a lo más
sagrado entre lo sagrado: la televisión encendida en la cadena Fox.”1
Además de los millones de personas que ven la serie cada semana,
millones más sintonizan la televisión para ver repeticiones del pro-
grama en otros canales (ocupó el primer lugar en índices de audiencia
de repeticiones en la temporada de 1994-1995). Más de 180 canales
afiliados a la cadena Fox transmiten los nuevos episodios los domingos
por la noche. Alrededor de 250 canales en Estados Unidos y Canadá
proyectan las repeticiones con mayor índice de audiencia, dos o más
veces al día. Alrededor del mundo es más popular que Baywatch y llega
a sesenta millones de personas por semana en más de setenta países
(aunque no en Costa Rica o en República Dominicana, donde está pro-
hibido por ser una afrenta a los valores familiares, o en el horario estelar
en China, para evitar que compita contra los programas locales), do-
blado a docenas de idiomas. Una tira cómica dominical que aparece en
250 periódicos llega a un público de catorce millones de personas, y se
han vendido cientos de miles de copias de más de dos docenas de libros
autorizados sobre el programa, lo cual forma parte de la industria
mercadotécnica de billones de dólares de Los Simpson. Para la década
de 1990, existían más de mil sitios electrónicos sobre Los Simpson en
el ciberespacio.
En julio de 2007, llegó la muy esperada película. “Nuestra mayor
esperanza es que la cinta logre inspirar a muchas audiencias nuevas
para que se acerquen al programa”, dijo Peter Liguori, presidente de
entretenimiento de la cadena Fox, a Hal Boedeker, presidente del Or-
lando Sentinel en la junta de Críticos de Televisión en Hollywood, en
enero de 2007. “En términos creativos, el programa es más fértil que
nunca.” Cuando le preguntaron si no había demasiado material de Los
Simpson en circulación, Liguori replicó: “La respuesta es no... En el
ambiente actual, dada la escasez de comedia, la audiencia acudirá a un
programa verdaderamente divertido. Creo que puede seguir durante
mucho tiempo”. El creador de la serie, Matt Groening, aseguró a los

Los Simpson.indd 10 17/12/09 10:29:19


Introducción   11

críticos que el motivo del lanzamiento de la película en julio era que


“estamos por cumplir el vigésimo aniversario del programa, estamos
por llegar al episodio número 400 y, si debíamos hacerlo, teníamos que
hacerlo ahora”.
“... Pensé que sería agradable hacer una película mientras los admi-
radores aún claman por ello.” El co-creativo de Los Simpson, James L.
Brooks, agregó: “Para nuestros animadores, el hecho de tener este tipo
de proyección y todas esas cosas para jugar por primera vez, no puedo
expresar lo que significa para ellos”.
En horario estelar, la serie ha conseguido varios de los primeros
quince puestos en los índices Nielsen hasta los primeros treinta, más
preferida por los hombres de entre 18 y 49 años de edad. En la tempo-
rada de 2000-2001, once años después de haber comenzado, el programa
se apropió de los índices, y su premiere de 2000-2001 atrajo a dieciséis
millones de televidentes. La serie finalizó la temporada 2000-2001 en
el lugar 21 de los 150 programas de la cadena; sin embargo, aún era el
tercer programa más visto en la Fox. A lo largo de la primera mitad
de la temporada 2006-2007, Los Simpson descendió al sitio 47 general
en índices de Nielsen Media Research, aunque todavía conservaba un
promedio de 9.5 millones de espectadores por semana. Entre los te-
levidentes de 18 a 49 años de edad codiciados por los anunciantes, el
programa alcanzó un respetable sitio número 20. Tan importante para
la cadena Fox como el éxito en índices de audiencia del programa
eran las continuas aclamaciones críticas de Los Simpson, superlativos
que llovieron sobre la cadena novata de Rupert Murdoch como maná
de los cielos.
En su primera docena de años, el programa fue nominado para 34
Emmys y ha ganado 23, incluso nueve por mejor serie animada. Tam-
bién, obtuvo un premio Peabody, el cual reconoce logros distinguidos
en radio y televisión. La revista Time llamó a Los Simpson el mejor pro-
grama de televisión del siglo xx y la industria del entretenimiento re-
conoció el décimo aniversario de la serie con una estrella en Hollywood
Boulevard. El programa ha sido la portada de TV Guide una docena de
veces. Durante el mismo periodo de dos semanas a principios de 2001,
los Simpson aparecieron en las portadas de Christianity Today y The
Christian Century, dos revistas que ocupan los dos extremos opuestos
en el espectro teológico cristiano. La revista Life, en una portada titu-

Los Simpson.indd 11 17/12/09 10:29:19


12    El evangelio según Los Simpson

lada “Los programas que transformaron Estados Unidos: 60 años de


cadenas televisivas”, calificó a Los Simpson como “la unidad familiar del
milenio: en lucha, escéptica, irrespetuosa, irónica, esperanzada... Los
Simpson verifica la fortaleza de nuestro país: si ellos pueden tener éxito
en el Estados Unidos de la actualidad, ¿quién no puede?”.2
En palabras del gurú cultural Kurt Andersen, Los Simpson “es más
inteligente, agudo y alusivo que cualquier otro programa de televi-
sión”.3 Robert Thompson, director fundador del Centro para el Es-
tudio de la Televisión Popular, de la Universidad de Siracusa, afirmó
en una entrevista para un periódico que la serie “no sólo se compara
con otros programas de televisión, sino con lo mejor del humor esta-
dounidense. Will Rogers, Mark Twain y Los Simpson pueden ocupar
felizmente la misma estratosfera de respeto en los anales del humor
estadounidense”.4
Los Simpson ha ejercido una influencia constante en la cultura es-
tadounidense, alta y baja. “¡D’oh!”, la expresión de consternación de
Homero, ha sido agregada al Oxford English Dictionary. Bart, el chico
malo, se convirtió en un globo gigante de 18 metros de altura para el
desfile del Día de Acción de Gracias de Macy’s. El New York Times pre-
dijo, en su edición del milenio y tal vez con cierta ironía, que Los Simp-
son aún sería un programa con alto índice de audiencia en el año 2025
y sugirió que uno de los personajes del programa, el avaro propietario
de la planta nuclear, Montgomery Burns, era un ejemplar más conoci-
do en el capitalismo que Ayn Rand. Una encuesta de 1999, conducida
por Roper Starch Worldwide, descubrió que 91% de los niños estado-
unidenses de entre 10 y 17 años de edad y 84% de los adultos podían
identificar a los miembros de la familia Simpson. En cada caso, éste
fue un porcentaje mayor al de la gente que sabía que el vicepresidente
de Estados Unidos era Al Gore; hombre que después se identificó a sí
mismo como fanático del programa ante una multitud de bachilleres en
Concord, New Hampshire.
Esta influencia puede ser casi igual de grandiosa fuera de Estados
Unidos. En Gran Bretaña, donde en años recientes el programa ha
alcanzado índices de audiencia mayores que en Estados Unidos, el ex
primer ministro Tony Blair se reveló como fanático de la serie. Mien-
tras se encontraba en campaña por la reelección en mayo de 2001, en
la ciudad de Norfolk, confesó que “es un poco adicto a Los Simpson”. Su

Los Simpson.indd 12 17/12/09 10:29:19


Introducción   13

esposa, Cherie, giró los ojos al cielo en señal de vergüenza y confirmó


que el líder inglés es seguidor del programa. El primer ministro apare-
ció como él mismo en un episodio de 2005.
Todo esto comenzó en 1987 con viñetas animadas de treinta mi-
nutos de duración que se transmitían entre segmentos de The Tracey
Ullman Show, en la cadena televisiva Fox. La familia fue creada por
el caricaturista Matt Groening, entonces mejor conocido por una tira
cómica llamada Life in Hell, la cual aparecía en periódicos semanales
alternativos.
Los Simpson es una familia de clase media baja que vive en la ciudad
de Springfield, en un estado no identificado. La familia está integrada
por:

Padre: Homero, calvo y con sobrepeso, con debilidad por la cerveza,


las costillas de puerco, la televisión y las rosquillas. Empleado
como inspector de seguridad en la planta de energía nuclear de
la localidad. Nombrado así por el personaje del mismo nom-
bre en el clásico de Hollywood de Nathaniel West, Day of the
Locust. También, comparte su primer nombre con el padre de
Groening.
Madre: Marge, una mamá sufridora y ama de casa con una torre de
cabello en forma de colmena color azul. Posee el mismo primer
nombre que la madre de Groening.
Hijo: Bart (un anagrama de “brat”, cuya traducción al español es
“malcriado”), un niño de diez años de edad con una actitud de
categoría mundial. Representa al pequeño Matt.
Hija: Lisa, una talentosa niña de ocho años de edad, bondadosa, por
lo regular porta un vestido rojo sin tirantes y un collar de perlas
al estilo de Barbara Bush. Nombre de una de las hermanas de
Groening.
Bebé: Maggie, quien no habla y casi nunca aparece sin su chupón.
Nombre de otra de las hermanas de Groening.

Tan populares eran las viñetas de la familia Simpson en The Tra-


cy Ullman Show que en 1990 la familia obtuvo su propia serie de me-
dia hora en la cadena Fox. En una estrategia de contraprogramación
por excelencia, la Fox colocó a su desafiante nueva serie en el que se

Los Simpson.indd 13 17/12/09 10:29:19


14    El evangelio según Los Simpson

consideraba un horario “suicida” los jueves por la noche, opuesto al


decentísimo y exitoso The Cosby Show, entonces número uno en los
índices de audiencia. El contraste entre las dos comedias familiares no
podía ser más claro y Los Simpson causó sensación y salpicó denuncias
a lo largo y ancho de la nación durante los siguientes años, cuando el
programa animado se cambió a los domingos por la noche y se hizo
aún más popular. A lo largo y ancho de Estados Unidos, los artículos
que reproducían a Bart Simpson y sus irrespetuosas y pegajosas fra-
ses, como “No te esfuerces tanto, hombre” y “A nadie le interesan mis
calzoncillos” causaron indignación. En abril de 1990, el director de la
Escuela Primaria Cambridge en Orange County, California, prohibió
a los estudiantes vestir las camisetas de Bart en la escuela. De acuerdo
con Associated Press, el alcalde Sharpe James de Newark, Nueva Jer-
sey, solicitó en junio a las tiendas de menudeo y a los vendedores ambu-
lantes de la ciudad que dejaran de vender las camisetas. “Precisamente
en una época cuando intentamos que nuestros jóvenes desarrollen sus
habilidades al máximo, vemos una camiseta con un popular personaje
de caricaturas que dice que está orgulloso de ser mediocre”, comentó
James a Associated Press.5 J. C. Penney suspendió las ventas de las
ofensivas prendas.
En ningún sitio fue más vigorosa la airada protesta que en los púl-
pitos estadounidenses. Molesto porque sus hijos imitaban a Bart ante
la mesa del comedor, un irritado miembro de la Iglesia Comunitaria
de Willow Creek, cerca de Chicago, se quejó con uno de los ministros,
Lee Strobel, quien entonces dictaba un sermón, en ocasiones impreso,
titulado “Lo que Jesús diría a Bart Simpson”. Dan Burrell, pastor bau-
tista, grabó una cinta educativa de audio titulada “Criar chicos Beaver
Cleaver en un mundo Bart Simpson”, con la cual instruía a los padres
cómo infundir “valor y carácter” en sus hijos.
Los líderes morales de Estados Unidos profirieron que esta familia
nuclear, aunque torturada, era la última evidencia de la decadencia de
la civilización occidental. Cuando el zar de las drogas y ex secreta-
rio de educación William Bennett visitó un centro de rehabilitación
en Pittsburg, en 1990, vio un cartel de Bart Simpson en la pared con
la leyenda: “Soy mediocre y estoy orgulloso de serlo”, preguntó: “Us-
tedes, chicos, no ven Los Simpson, ¿o sí? Eso no les ayudará en nada”.
Más tarde, Bennett retiró esta crítica, pues reconoció que él no veía el

Los Simpson.indd 14 17/12/09 10:29:19


Introducción   15

programa. Varios días después, en un intento por obtener el mejor pro-


vecho de un tropiezo, Bennett replicó: “Tendré que sentarme y tener
una conversación con ese pequeño con cabellos de espina”.6
Desde su propio púlpito de intimidación, el presidente George H.
W. Bush dijo a los Transmisores Religiosos Nacionales en 1992: “Ne-
cesitamos una nación más cercana a los Walton que a los Simpson”.
Para no quedarse atrás, Bart respondió en un episodio que se transmi-
tió tres días después. El segmento presentó a los miembros de la familia
mientras miraban el ataque del presidente hacia ellos por televisión,
asombrados. Tras mencionar el abrupto descenso económico atribuido
a la administración de Bush, Bart comentó: “Somos tal como los Wal-
ton. Nosotros también rezamos por el fin de la depresión”. Barbara
Bush devolvió el golpe: “Los Simpson es la cosa más tonta que jamás he
visto”. Luego, y de una manera muy parecida a la de Bennett, ella se
retractó. En una carta para “Marge Simpson”, la Primera Dama llamó
“encantadora” a la familia y la alabó por “ser un ejemplo para el resto
del país”.7 La serie respondió al gesto conciliador con el dorso de la
mano al representar a la Primera Dama en la tina del baño de la Casa
Blanca. Varios años después, Los Simpson dedicó un episodio entero al
ex presidente en el retiro, en el cual el antes genial Bush fue provocado
para dar nalgadas a Bart. Esto enfureció a Homero, cuya forma prefe-
rida de penitencia corporal es la estrangulación.
Estas controversias iniciales dejaron impresa a la serie en la mente
de muchos, en especial de algunos cristianos, como negativa e inmadu-
ra. En los años siguientes, esta impresión ocultó un cambio fundamen-
tal en Los Simpson, cuando el foco narrativo de los episodios cambió
de Bart, el hijo rebelde, a su infortunado papá, Homero. El progra-
ma exploraba con más profundidad los asuntos que atacaba y era más
amistoso con la fe; sin embargo, muchos espectadores que hubieran
apreciado esta dimensión habían cambiado de sintonía o nunca se ha-
bían sintonizado.

“Puedes encontrar a Dios en los lugares más divertidos. El humor


es el preludio de la fe y la risa es el inicio de la plegaria”, observó Rein-
hold Niebuhr.8 O, como escribió Conrad Hyers en The Comic Vision and
the Christian Faith, “si el humor sin fe está en peligro de disolverse en
cinismo y desesperación, la fe sin humor está en peligro de convertirse

Los Simpson.indd 15 17/12/09 10:29:19


16    El evangelio según Los Simpson

en arrogancia e intolerancia”.9 Al sintonizarme casi una década después


de que la serie llegara a los horarios estelares, yo encontré a Dios, a la
fe y a la espiritualidad en abundancia en Los Simpson. Como la mayoría
de los episodios del programa, mi implicación con éste comenzó en el
sillón familiar. Yo apenas me había enterado de la serie desde su debut,
pero no era un fanático y ni siquiera un espectador regular; el escánda-
lo y la controversia me eliminaron. Si sucedía que veía algún episodio
de vez en cuando, lo disfrutaba, mas nunca hubiera reorganizado mis
actividades para verlo.
Fue sólo hasta el verano de 1999, cuando a mis pequeños hijos les in-
teresó, que comencé a sintonizarlo con regularidad. A la luz de la reputa-
ción del programa en cuanto a conductas burdas, mal lenguaje e implica-
ciones sexuales, yo insistí en sentarme con ellos a verlo. Ver los episodios
semanales, adicionados con una doble dosis de repeticiones nocturnas a
lo largo del verano, me llevó a valiosas discusiones con los niños acerca
de asuntos morales y me sentí liberado al constatar que la mayoría de los
detalles desagradables pasaron de largo para ellos (eso espero).
La verdadera epifanía para mí, como escritor religioso durante mu-
cho tiempo para periódicos cotidianos, fue la sorprendente y favorable
manera como la religión, en su sentido más amplio, era presentada en
la serie, además del papel central que la fe desempeñaba en la vida de
los personajes. En muchas formas, los miembros de la familia Simpson
estaban definidos y circunscritos por la religión. La familia asistía a la
iglesia cada domingo, leía la Biblia y daba las gracias antes de comer.
Sus vecinos de la casa de junto eran cristianos evangélicos comprome-
tidos. Cuando se enfrentaban a una crisis, los Simpson acudían a Dios
y rezaban en voz alta. Dios respondía a sus plegarias con frecuencia
e intervenía en su mundo. Había una cosmología completa (aunque
quizás inconsistente): Dios, el diablo, los ángeles y un universo entero
de fe. Los personajes creían en un cielo y un infierno literales y, como
la mayoría de los estadounidenses, ellos se burlaban de los cultos. Re-
sultaba claro que los cristianos y el cristianismo eran más parte de Los
Simpson que de cualquier otra serie o drama en horario estelar, excepto
los programas específicamente dedicados a la religión, como Touched
by an Angel y 7th Heaven.
Los Simpson, escrito por Jim Trammell en una tesis de maestría en
el año 2000 para la Escuela de Graduados en Periodismo y Comunica-

Los Simpson.indd 16 17/12/09 10:29:19


Introducción   17

ción de Masas de la Universidad de Georgia, “demuestra que es posible


producir un programa redituable y respetado que acredita a la religión
como parte de la experiencia de vida estadounidense. En una industria
donde la espiritualidad está ausente o sólo es mencionada para provo-
car una carcajada barata y fácil, esta caricatura demuestra que la reli-
gión puede ser representada como tema sin aislar a la audiencia”.
No obstante, nadie confundiría a Homero Simpson o a su familia
con santos. De hecho, en muchas formas, ellos son la quintaesencia de
los pecadores débiles y bien intencionados que confían en su fe, aunque
sólo cuando es absolutamente necesario. Los Simpson es un programa
consistentemente irreverente hacia los excesos y las fallas de la reli-
gión organizada, tal como lo es con la mayoría de las otras institucio-
nes y con los otros aspectos de la vida moderna. Y Bart siempre es
Bart. Él no es el niño de quien el profeta Isaías dijo: “un niño pequeño
los guiará”; en términos literales, Bart es un caso de “sufran a los niños
pequeños” (Marcos 10:14). La perspectiva de Homero de la compleji-
dad teológica es, cuando mucho, difusa. Cuando Bart le pregunta cuál
es la creencia religiosa de la familia, su padre responde: “Ya sabes, ésa
con todas las reglas bienintencionadas que no funcionan en la vida real.
Uh, cristianismo”. De manera inexplicable, junto con los católicos, los
unitarianos han sido objeto de la mayoría de los chistes de denomina-
ción específica (“Si ésa es la fe verdadera, me comeré mi sombrero”,
afirma Homero), aunque los luteranos, mormones y testigos de Jehová
también han recibido su dosis.
El don de Los Simpson es que las creencias esenciales de los perso-
najes son animadas, pero no caricaturizadas. Nadie se burla de Dios ni
se cuestiona Su existencia. Springfield, donde vive la familia, posee una
rica vida espiritual, de acuerdo con Gerry Bowler, profesor de historia
en la Universidad de Manitoba y fundador del Centro para el Estu-
dio del Cristianismo y la Cultura Contemporánea. (Como yo y muchas
otras personas, él fue arrastrado por las solicitudes de sus hijos a ver el
programa.) “El satírico programa Los Simpson toma el lugar de la reli-
gión en la sociedad con suficiente seriedad como para hacerle el honor
de burlarse de ésta”, anotó después. “Al avanzar la sátira, estas críticas
no son tan crudas y, de hecho, la mayoría de los cristianos encontrarían
mucha verdad en ésta... Si éste es un programa con atractivos perso-
najes cristianos donde por lo regular el bien triunfa, donde al final las

Los Simpson.indd 17 17/12/09 10:29:19


18    El evangelio según Los Simpson

virtudes familiares son siempre afirmadas, ¿por qué los cristianos se


molestan? Es un caso en el cual, si tú eres un cristiano maduro y acep-
tas todas las bromas, podrías verlo.”10
William Romanowski, autor de Pop Culture Wars: Religion and the
Role of Entertainment in American Life, descubrió que “Los Simpson no
ignora la fe, sino que aborda la religión como una parte integral de la
vida estadounidense”. Al mismo tiempo, el profesor de la Universidad
Calvin aseveró: “Por lo general, los episodios dejan abierto el tema de
Dios y de la religión a múltiples interpretaciones, tal vez no para aislar
de manera potencial a miembros de la audiencia, sino como reflejo de
las actitudes estadounidenses”.11 El reverendo David Bruce, webmaster
de hollywoodjesus.com, el cual utiliza la cultura popular para difundir
el Evangelio, lo expresa de un modo más sencillo: llamó a los Simpson
“la mejor familia cristiana de la televisión”.
Este aspecto de la serie fue detectado desde mucho tiempo atrás en
una tesis magistral de 1992 escrita por Beth Keller de la Universidad
Regent de Pat Robertson. Aunque “es seguro decir que el clan Simp-
son no representa a la familia religiosa ideal —escribió— y aunque
quizá no resuene con el sistema de creencias evangélico judeo-cris-
tiano, Los Simpson constituye una familia en busca de ideales morales
y teológicos... Creo que la religión es percibida de manera positiva,
en general”.12
En retrospectiva, los segundos iniciales de Los Simpson debieron
darme una clave: cuerdas de arpa acompañan a un coro celestial mien-
tras las nubes se apartan y aparece el título del programa en la pantalla;
luego, la cámara hace una toma en picada de Springfield. A medida que
avanzaba mi temporada de verano del programa con mis hijos, me des-
cubrí en el acto de verlo con mi libreta de reportero, en la cual tomaba
febriles notas. Posteriormente, compré una copia de The Simpsons: A
Complete Guide to Our Favorite Family y leí una década de resúmenes de
episodios, lo cual reafirmó mi impresión inicial del papel de la religión
en la serie. Las entrevistas con expertos de los medios, con académicos
y con el productor ejecutivo del programa me condujeron a redactar
un largo ensayo que apareció en la sección dominical “Insight” del Or-
lando Sentinel, un texto que fue reproducido en muchas ocasiones en
periódicos de toda la nación. Los fanáticos del programa me envia-
ron mensajes por correo electrónico para referirme a otros artículos

Los Simpson.indd 18 17/12/09 10:29:19


Introducción   19

periodísticos y a documentos académicos sobre la faceta espiritual de


la serie. Mientras más veía el programa, más quería comprender su
dimensión. Dado que muy poco de lo que aparece en la televisión y
en el cine está allí por accidente, yo quería saber por qué la religión era
tratada de esa manera.
Mike Scully, quien en ese momento era el productor ejecutivo y
“operador diario” de la serie, me explicó que el programa pretendía re-
flejar, a través de los personajes, el hecho de que la fe desempeña una
función sustancial en la vida de muchas familias, a pesar de que es raro
que esto sea mostrado en televisión. “Intentamos representar las ac-
titudes honestas de la gente acerca de la religión —declaró en otra
entrevista—. Tú ves a los Simpson y a toda la gente de la ciudad reu­
nida en la iglesia, tal como en la vida real. Tú estás en la iglesia, das
el saludo de paz a alguien y luego, en el estacionamiento, le haces una
seña obscena porque bloquea tu camino. Sólo es naturaleza humana”,
mencionó a otro reportero.13
El sucesor de Scully, Al Jean, me comentó en 2005 que el programa
era un mero reflejo de la realidad en la cual, durante la primera admi-
nistración Bush, la religión se había convertido en un elemento más
prominente de la vida estadounidense de lo que había sido quince años
atrás. El hecho de integrar más religión en Los Simpson en realidad “no
fue algo que hiciéramos en forma consciente”. Como lo expresó Matt
Groening en una entrevista en 1999 con Associated Press: “Tú te in-
vitas a ti mismo a la casa de otra persona cuando haces un programa
de televisión... pues, en última instancia, todos los rasgos satíricos más
oscuros de Los Simpson son una celebración a Estados Unidos y a la
familia estadounidense en su exuberancia y absurdez”.14
Y en su fe. Algunos miembros del mundo religioso han reconocido
este fenómeno y han convertido las creencias de Los Simpson en el ob-
jeto de al menos una docena de artículos académicos y sitios electróni-
cos favorables. De acuerdo con un estudio efectuado por un teólogo (y
fanático), casi una tercera parte de todos los episodios incluye al menos
una referencia religiosa. Otro análisis de episodios elegidos al azar,
realizado por John Heeren de la Universidad Estatal de California, en
San Bernardino, descubrió que había algo de contenido religioso en 70%
de ellos y que 10% de los capítulos estudiados estaban construidos
alrededor de temas religiosos. La religión era más prominente en el

Los Simpson.indd 19 17/12/09 10:29:19


20    El evangelio según Los Simpson

programa en la extenuada y decadente década de 1990 que en otros de


la década de 1950, la cual era más religiosa, aseguró. Los escritores y
productores de Los Simpson, advirtió Heeren, “piensan que la religión
es importante en la vida de la gente y es por eso que la colocan al cen-
tro del trabajo que desempeñan”.15
Las alabanzas han continuado: la revista de humor cristiano The
Door expuso: “Hay más sabiduría espiritual en un episodio de Los
Simpson que la que hay en una temporada entera de Touched by an An-
gel”.16 David Dark, escritor de la publicación cristiana mensual PRISM,
editada por Evangélicos por la Acción Social, llamó a la serie “el pro-
grama más en favor de la familia, más preocupado por Dios y más
hogareño de la televisión. En términos estadísticos, hay más plegarias
en Los Simpson que las que existen en cualquier otra serie en la historia
de la televisión”.17 David Landry, teólogo y estudioso del Nuevo Tes-
tamento de la Universidad de St. Thomas, una institución católica en
St. Paul, Minnesota, se mostró de acuerdo. “Esto no es el principio y el
fin de la teología por televisión, pero el tratamiento más consistente e
inteligente de la religión por televisión está en Los Simpson”, señaló a un
reportero de periódico.18
Paul Cantor, profesor de ciencias políticas en la Universidad de
Virginia, no estuvo dispuesto a llegar tan lejos. “Los Simpson es un
programa que no está en favor de la religión... es demasiado vanguar-
dista, cínico e iconoclasta para eso”, escribió en la publicación Political
Theory. No obstante, “incluso cuando parece ridiculizar a la religión,
reconoce, como lo hacen muy pocos programas de televisión, el papel
genuino que la religión desempeña en la vida estadounidense... [en
el personaje de] Homero Simpson también sugiere que uno puede ir a
la iglesia y no ser ni un fanático religioso ni un santo”.19

Como periodista, he cubierto la religión en el Cinturón del Sol de


Estados Unidos, desde Orange County, California, hasta Orlando, Flo-
rida, durante la mayor parte de las dos últimas décadas. La desconexión
cultural en Estados Unidos en lo que se refiere a la fe y los valores, que
comenzó en en la década de 1980 y se puso de manifiesto en las elec-
ciones presidenciales de 2000 y de 2004, es tal que puedo pensar en
pocos grupos con tan poco en común como los evangélicos cristianos
comprometidos y los fanáticos de corazón de Los Simpson. Muchos de

Los Simpson.indd 20 17/12/09 10:29:19


Introducción   21

los primeros tienen tantas probabilidades de ver el programa como


de encender una bocina y bailar desnudos frente a la iglesia, cosa que
Homero hizo cuando pensó que era el único sobreviviente después de
que Springfield fuera devastada por una bomba de neutrones lanzada
por Francia.
Al realizar investigaciones para esta obra, me he enterado de que los
auténticos aficionados de Los Simpson se pierden de muy poco de lo que
sucede en el programa y de que analizan las minucias del mismo con
igual intensidad que los grandes estudiosos del Talmud. Existen sitios
electrónicos dedicados a la religión en los episodios y al pastor de Sprin-
gfield, el reverendo Lovejoy; no obstante, sospecho que incluso la ma-
yoría de estos fanáticos no ha notado el consistente tejido de fe que los
escritores y productores de la serie han hilado a lo largo de los años.
Si, de alguna manera, este pequeño texto puede crear un terreno
común para estos dos grupos, y a muchos entre éstos, yo me sentiré
feliz. Y existe evidencia de que esto ya ha comenzado.
“Los Simpson es una de las más importantes experiencias comunes en
el hogar estadounidense”, aseguró Stewart Hoover, estudioso de la reli-
gión y los medios de la Universidad de Colorado. En una investigación
auspiciada por la Fundación Lilly, Hoover descubrió que “Los Simpson
aparece en nuestras entrevistas de manera consistente, como objeto de
discusión e interacción familiar, acerca de temas de valores, moralidad y
religión. Es una especie de lugar de encuentro para las familias. El pro-
grama posee cierto encanto y efecto transgeneracional”, añadió.
Esto fue verdad en el hogar de los Tilley, en Orlando. Mike Ti-
lley trabaja para el Campus Cruzada por Cristo como director nacional
para la expansión en Estados Unidos de la organización evangélica
mundial. Su hijo, Jonathan, comenzó a ver Los Simpson cuando tenía
once o doce años de edad, recordó, quizás a escondidas de sus padres.
Sin embargo, se convenció de que el programa no era algo que debía
ocultar después de ver un episodio titulado “Homero contra Lisa y el
octavo mandamiento”. En ese capítulo, hubo una extensa discusión que
involucró a los miembros de la familia Simpson y a su pastor acerca
de que si una conexión ilegal de televisión por cable era robo, según se
define en la Biblia. Jonathan se acercó a su papá y, como resultado, ver
la serie juntos los domingos por la noche se convirtió en un ritual para
padre e hijo.

Los Simpson.indd 21 17/12/09 10:29:19


22    El evangelio según Los Simpson

“Me di cuenta de que era un momento para entrar en el mundo de


mi hijo —comentó Mike—. Era una oportunidad para que nos conectá-
ramos. Era un gran puente, algo que construía la relación. A veces creo
que los cristianos son demasiado rígidos como para compartir una gran
carcajada. Yo quería hacer algo con él que fuera divertido; no quería que
él considerara que su crianza cristiana era demasiado seria.” Jonathan,
ahora graduado de la universidad, se mostró de acuerdo: “Podía rela-
cionarme con el humor entonces y puedo relacionarme con el humor
ahora”, dijo y admitió que era probable que, en los primeros años de ver
juntos el programa, su padre comprendiera algunos detalles del humor
que él entonces no comprendía. No obstante, “eran momentos especiales.
A mi papá y a mí nos gustaba hacer cosas [juntos]. Es genial cuando
descubrimos algo que ambos podemos disfrutar de verdad”.
Un episodio en particular, en el cual Homero resiste la tentación de
cometer adulterio, llamó la atención del padre y del hijo y provocó una
conversación que ambos recuerdan con claridad años después. “Ese ca-
pítulo me convenció —explicó Mike—. Esos tipos, los escritores del
programa, a pesar del hecho de exponer las aparentes idiosincrasias de
la gente religiosa, es obvio que tenían un mensaje moral que querían
reforzar.” Jonathan completó: “A él le gustó el hecho de que Homero
fuera capaz de resistirse. El valor de una relación amorosa y duradera
estaba allí. Marge dijo que siempre lo amaría. Mi papá mencionó que
eso le agradaba”.
Durante años, Mike y Jonathan hablaron acerca de Los Simpson, por
lo regular vía correo electrónico o por teléfono. Jonathan, quien quiere
ser misionero, descubrió que el programa era valioso en sus relaciones
con sus compañeros de clase en la Universidad del Estado de Florida,
incluso en esos episodios en los que las debilidades de la religión orga-
nizada y de la gente religiosa son el blanco de ataque del humor. “Casi
todo el mundo ve Los Simpson en la universidad y es importante para
mí tener un territorio común con todos en mi fe.”

Este libro es una recopilación, una interpretación y un análisis del


material acerca de Dios, la fe y la religión contenido en cerca de 400 epi-
sodios de Los Simpson. En ese sentido, es una exaltación, aunque espero
que no sea una distorsión. Como escribió Neil Postman en 1985 en
Amusing Ourselves to Death: Public Discourse in the Age of Show Business,

Los Simpson.indd 22 17/12/09 10:29:19


Introducción   23

la religión en la televisión, “como en todo lo demás, es presentada, en


palabras simples y sin apologías, como... entretenimiento”. Discutiré
conceptos como la plegaria, la Biblia, el pecado y la gracia, y examina-
ré las formas como los católicos, judíos, budistas e hindúes son repre-
sentados en Los Simpson. Muestro evidencias aquí, a pesar de que la
serie no es un programa de televisión acerca de religión y no pretendo
que los televidentes no creyentes lo sintonicen con la idea de que lo es.
Los Simpson es una comedia de situación sobre la vida moderna que
incluye una dimensión espiritual significativa; debido a ello, refleja con
más precisión la vida de la fe de los estadounidenses que cualquier otro
programa en los medios. ¿Por qué es importante? “La televisión y los
medios de comunicación masiva en general son el conducto a través
del cual la mayoría de las personas obtienen información y forman su
opinión”, en especial la gente joven, dijo Andi Zeisler, cofundador de la
revista Bitch, a la New York Times Sunday Magazine el 6 de agosto de
2006. A partir de mi experiencia al impartir conferencias en escuelas
preparatorias y campus universitarios, desde que este libro fue publi-
cado por primera vez, he descubierto que, cuando los jóvenes toman
asiento en un santuario o en una sala de conferencias para considerar la
fe y la religión, un velo de escepticismo desciende sobre sus mentes. Sin
embargo, sentados en la comodidad de una sala de casa o de una sala
común, y ante unos personajes de caricatura en una comedia de media
hora, los jóvenes considerarán estos temas con una mente más abierta.
Por ello, todos podemos sentirnos agradecidos.

Los Simpson abrió de par en par la puerta para representar la fe para


otros escritores y artistas televisivos. Por tal motivo, he agregado un
largo epílogo a esta segunda edición con el fin de explorar la influencia
que el tratamiento de la religión en dicha serie de dibujos animados ha
tenido en otras. Este epílogo se compone de cinco “mini-evangelios”
en los cuales aplico la misma perspectiva que he empleado al analizar a
Los Simpson, con Futurama, King of the Hill, Family Guy, American Dad
y South Park, con algunas referencias breves a algunos materiales más
nuevos y vanguardistas en el campo. Por mucho, el tratamiento de la
religión en estas otras series no es tan profundo o tan sutil (o favora-
ble) como lo es en Los Simpson. A pesar de ello, la congregación del sofá
va en aumento.

Los Simpson.indd 23 17/12/09 10:29:19


Uno

Imágenes divinas: “Dientes


perfectos. Agradable aroma.
Todo un acto con clase”

D ios responde a todas las plegarias. El problema, dicen los minis-


tros, es que a veces la respuesta es “no”; no una negativa rotunda
sino, a menudo, un silencio que implica que una solicitud no será satis-
fecha, por razones mejor conocidas por el Todopoderoso. Para Homero
Simpson, este acertijo representa una oportunidad en lugar de un mo-
tivo para cuestionar la validez de las plegarias. En un episodio retros-
pectivo lo vemos en casa, donde agradece de manera ostensible a Dios
por su vida: su matrimonio, sus dos hijos, su empleo; una constelación
en equilibrio que es “absolutamente perfecta tal como es”. Homero pide
que todo se congele en su sitio. Esto es imposible, desde luego, casi
como el equivalente a rezar por “una barrera protectora alrededor de
él, de su hogar y de todo lo que tiene”, como lo expresa el libro de Job
(1:10). Es en ese momento cuando Homero, quien es, cuando mucho, un
creyente imperfecto, intenta regatear con Dios. Le ofrece que, si el To-
dopoderoso está de acuerdo en mantenerlo todo tal como está, Homero
no le pedirá nada más. La confirmación del acuerdo, menciona Homero,
se presentará en la forma de “ninguna señal en absoluto”. No hay una
señal. Como muestra de gratitud, Homero presenta una ofrenda a Dios
de galletas y leche. Si Dios quiere que Homero se coma las galletas y se
beba la leche, le solicita de nuevo que “no le envíe señal alguna”. Tras
una pausa, Homero pronuncia la bendición: “Que así sea”.
El sofisma teológico de Homero llamó la atención de más de un
pensador cristiano. El incidente aparece en las frases iniciales de Inte-
lligent Design: The Bridge Between Science and Theology, de William A.
Dembski, libro designado como uno de los mejores diez de 1999 por la
revista Christianity Today en la categoría de “Cristianismo y cultura”.

24

Los Simpson.indd 24 17/12/09 10:29:19


Imágenes divinas   25

En un capítulo titulado “Reconocer el dedo divino”, Dembski expone


que algo muy serio ocurre en este diálogo. “¿Qué sucede con la plega-
ria de Homero? Si asumimos que Dios es el gobernador soberano del
universo, ¿qué le impediría responder a la plegaria de Homero sin señal
alguna? Seguro; por lo regular, cuando queremos que Dios nos confir-
me algo, buscamos algo extraordinario, alguna señal que no deje duda
alguna de la voluntad de Dios. Sin embargo, se presume que Dios pudo
haber enviado relámpagos cuando Homero le pidió que lo congelara
todo, y pudo haber hecho temblar la tierra cuando Homero le solicitó
comerse las galletas y beberse la leche. Se presume que para Dios es
tan fácil confirmar la plegaria de Homero con ninguna señal que no
confirmarla con una señal.”1
La respuesta de Dembski es que el error en el razonamiento de
Homero radica en que su plegaria obedece a sus propios intereses.
Hay asimetría en “atar un curso de acción a una señal y atarla a una
ausencia de señal”, además de “buscar confirmación mediante la au-
sencia de señal”. De hecho, los escritores de la serie podrían propor-
cionar una respuesta simple en la forma de una broma cósmica sub-
yacente. Homero inicia su plegaria después de hacer salir a su esposa,
Marge, de quien luego nos enteramos que ha intentado decirle que
está embarazada de su tercer hijo; un suceso que garantiza poner su
vida de cabeza. Incluso antes de que Homero haga su petición, Dios
ya le había dado una señal y una respuesta (no), si sólo él la hubiera
escuchado.
“Los derechistas se quejan de que no hay Dios en la televisión”, de-
claro Matt Groening, el creador de la serie, en una entrevista en 1999
con la revista Mother Jones. “Los Simpson no sólo asisten a la iglesia
todos los domingos y rezan; lo cierto es que hablan con Dios de tiempo
en tiempo. Mostramos a Dios y Él tiene cinco dedos... a diferencia de
los Simpson, quienes sólo tienen cuatro.”2 Los Simpson es irreverente
de manera consistente con los errores de la religión organizada, como
lo es con la mayoría de las demás instituciones de la vida moderna. No
obstante, nadie se burla de Dios. Cuando los personajes de Los Simpson
se enfrentan a una crisis, acuden a Dios. Él responde a sus plegarias, a
menudo de manera instantánea, e interviene en sus vidas. Mike Scully,
el ex productor ejecutivo de la serie, insiste en que Dios no está exclui-
do como blanco de ataque, aunque hay desafíos considerables. “Es más

Los Simpson.indd 25 17/12/09 10:29:19


26    El evangelio según Los Simpson

difícil satirizar algo que burlarte de ello —señala— y resulta difícil


satirizar algo que no puedes ver.”
Los personajes de la serie tienen una percepción un poco incierta
sobre la esencia del Todopoderoso y de Su plan para la humanidad.
Cuando un personaje declara dios a Homero, éste lo corrige: “Dios
tiene barba blanca e inventó El código Da Vinci”. En otro episodio, Ho-
mero confunde un waffle pegado en el techo con Dios y luego, para
corregir su error, se come el waffle, se burla de la Comunión y describe
el sabor como “sacrilicioso”. “No sé quién o qué es Dios con exactitud
—dice Lisa a su hermano Bart—. Todo lo que sé es que Él es una fuer-
za más poderosa que Mamá y Papá juntos.” Bart piensa que el hada de
los dientes es la hija de Dios. En un intento por engañar a los hijos del
vecino, Bart imita la voz de Dios. La madre, Marge, el miembro más
piadoso de la familia, cree que cuando canta “You Light Up My Life”, la
canción habla sobre Dios. Y el letrero afuera de la Iglesia Comunitaria
de Springfield ofrece diversas perspectivas: desde “Dios, la conexión
amorosa original” hasta “Dios da la bienvenida a sus víctimas”. Otra
frase inquiere: “¿Es Dios lo bastante patriótico?”. Afuera de un refugio
para vagabundos, en el centro de Springfield, otro letrero reza: “Agre-
gamos a Dios a tu miseria”.
La predestinación hace su aparición de vez en cuando, donde el plan
de Dios es utilizado a veces como excusa y a veces como explicación.
“Hasta este momento —afirma Bart, tentado a comprar un ejemplar
raro de Radioactive Man— nunca supe por qué Dios me puso en esta
Tierra. Pero ahora sé... que fue para comprar esa revista de tiras có-
micas.” Tras ser informado de que su casa tiene fallas en los cimientos,
Homero advierte que la situación sólo “forma parte del plan de Dios”
y, cuando causa un accidente automovilístico, él grita: “¡Fue un acto
de Dios, no fue mi culpa!”. Después de que un enorme esturión cae
sobre la Tierra desde una nave espacial rusa y se estrella en el techo
de su auto, Homero se queja: “Dios me estafó con 6,500 dólares en re-
paraciones de auto”. Tras ser criticado por emplear un lenguaje soez,
él responde: “Tal vez maldigo un poco, pero así me hizo Dios y estoy
demasiado viejo ahora para dejar de hacerlo”. Homero baila sobre un
dugout de beisbol durante un partido, para deleite de la multitud. “To-
dos tenemos una vocación, una razón por la cual el Todopoderoso
nos puso en esta Tierra y quizá la tuya sea bailar sobre los dugouts”,

Los Simpson.indd 26 17/12/09 10:29:20


Imágenes divinas   27

le expresa Marge. Lisa equipara el menú semanal de la familia con la


predestinación: “Viernes por la noche. Costillas de cerdo. De la cuna
a la tumba, grabado en piedra en la biblioteca de Dios, en alguna parte
del cielo”.

Sin embargo, es Homero quien tiene la relación más personal con


Dios. Denunciado por algunos como un pagano ingenuo, él es mucho
más que eso. De acuerdo con el libro God in the Details: American Reli-
gion in Popular Culture,

Homero desempeña la función del vagabundo espiritual estado-


unidense. A pesar de que en términos culturales está vinculado
(en forma inestable y poco entusiasta) con la tradición bíblica,
con regularidad él constituye un mosaico con otras tradiciones,
mitologías y códigos morales. Frente a estas capas siempre cam-
biantes de significado, él tropieza y aprovecha al máximo su li-
mitada comprensión de las complejidades de éstas. Sus cómicas
extravagancias nos recuerdan que la formación de significado
(religioso o de otro tipo) siempre es un asunto no terminado y
que el humor y la ironía se dirigen hacia endulzar y sostener
dicha misión.3

En su búsqueda espiritual, ni Bart ni Homero se avergüenzan de


acudir a la fuente directa ni de pedir ayuda a Dios en su vida diaria.
Cuando Bart ve una copiadora en la biblioteca con 199 copias gratui-
tas, solicita una señal a Dios. Sus pantalones caen; por tanto, él saca
199 copias de su trasero, las cuales inserta después en el boletín de la
iglesia. Sin saber cómo ayudar a su talentosa hija Lisa, Homero pide
una señal a Dios. De pronto, él ve que un tendero coloca un letrero en
su escaparate: “Instrumentos musicales: la mejor manera de motivar a
un hijo talentoso”, el cual responde con toda claridad a su petición y así
es como inicia la carrera de Lisa con el saxofón. Durante los años que
ha durado la serie, Homero ha avanzado y retrocedido en cuanto a la
naturaleza fundamental de Dios: “Él siempre está feliz. No, espera. Él
siempre está enojado”. Homero no está solo en su confusión. El filósofo
y teólogo judío Abraham J. Heschel, en su estudio del profeta Amós,
notó esta rígida dualidad de Dios. Por una parte, Él es “la deidad de la

Los Simpson.indd 27 17/12/09 10:29:20


28    El evangelio según Los Simpson

justicia llana y mecánica”. Por otra, Él es el Dios que es indulgente y


perdona a un Israel carente de fe.4 Entonces, tal vez los escritores de
Los Simpson están detrás de algo más que una carcajada fácil.
Sin duda, también se trata de un Dios celoso a quien no le gustan
los desafíos. Montgomery Burns, el hombre más acaudalado de Sprin-
gfield y jefe de Homero en la planta de energía nuclear, imagina que
es divino cuando un culto invade la ciudad. Luego de nombrarse a sí
mismo “el nuevo dios”, Burns informa a sus trabajadores en la plan-
ta de energía nuclear: “Ahora, ustedes pueden adorarme como Todo-
poderoso”; al instante, su capa se incendia y él queda parado, desnudo,
frente a la gente. Homero cae en una trampa similar cuando encuentra
una estatua de Tiki de 1.80 metros en la basura, la coloca en su patio
trasero e instala una conexión de gas hasta el ídolo para que arroje
llamas. “¿Puede hacer esto tu dios?”, le pregunta a Ned Flanders, el
vecino evangélico. De hecho, su vecino responde: “Adoramos al mismo
Dios”. Homero replica que no es así y grita: “¡Yo soy tu dios ahora!”,
exactamente cuando la estatua de Tiki cae de sus manos e incendia el
patio. En otro episodio, Homero y un amigo se engarzan en una feroz
competencia por clientes de quitanieves, tan intensa que Homero apro-
vecha una oportunidad en el púlpito, durante la ceremonia dominical,
para promover su servicio de quitanieves. Después de reconciliarse con
su competidor, Homero proclama: “Cuando dos mejores amigos traba-
jan juntos, ni siquiera Dios puede detenerlos”. Las palabras “Oh, ¿no?”
aparecen en el cielo y los rayos del sol derriten al instante la nieve
acumulada. En ocasiones, es el fuego y, en otras, el hielo, pero el resul-
tado es el mismo.
Homero nunca está convencido por completo del amor de Dios, el
cual somete a prueba de manera constante. Mientras conduce el auto
familiar durante una secuencia de fantasía de Halloween, Homero huye
de un zombie: el muerto viviente Ned Flanders. “¡Querido Dios —ex-
clama—, habla Homero. Si en verdad me amas, me salvarás ahora!”,
luego de lo cual se queda sin gasolina. En un episodio de Navidad,
Homero se horroriza al descubrir que los regalos y el árbol de la fami-
lia han desaparecido la mañana de Navidad y él llega a una inevitable
conclusión: “¡Niños, Dios nos odia!”.
En otro episodio, él sufre para expresar la universalidad de Dios:
“Tú estás en todas partes. Eres omnívoro”. Asimismo, está un tanto

Los Simpson.indd 28 17/12/09 10:29:20


Imágenes divinas   29

confundido acerca del sentido de sí mismo de Dios y sobre lo que Él


hace cuando no conversa con Homero. “Siento esta increíble oleada
de poder —indica Homero en un episodio—, como debe sentirse Dios
cuando sujeta una pistola”. En otro, después de estremecer Springfield
con revelaciones en su sitio electrónico personal, él cree que ha trans-
formado al mundo: “Ahora sé cómo se siente Dios”. En el otro extremo
del espectro, en un capítulo anual de fantasía de Halloween, Dios es
absorbido por un agujero negro.
En una isla del Pacífico, donde se halla como misionero accidental,
le preguntan a Homero por qué a un Dios tan poderoso le importa
cómo o si es adorado. La pregunta, profunda y seria, es respondida con
un comentario superficial y decepcionante: “Es porque Dios es pode-
roso, pero inseguro —replica Homero—, como Barbra Streisand ante
James Brolin”. Homero está parado sobre terrenos aún menos firmes
cuando intenta explicar qué es Dios y el cielo a los habitantes de la
isla. Tras supervisar la construcción de una iglesia primitiva, él explica
por qué es necesario tañer las campanas: “El palacio de Dios está muy
arriba, en la luna. Entonces, si quieren que los escuche, deben subir el
volumen”.
Enredado en una pelea progresiva con George H. W. Bush cuando
el ex presidente se muda al vecindario, Homero se pregunta a sí mis-
mo: “¿Qué haría Dios en esta situación?”. La siguiente escena muestra
a Bart en el acto de transportar una caja de langostas. En otro episodio,
después de mirar una épica bíblica acerca de Noé por televisión, Bart se
emociona y le comenta a Homero que Dios es genial porque “¡es muy
directo!”. Homero está de acuerdo, o casi, y dice que Dios es su “perso-
naje ficticio” favorito. Después de recibir un golpe accidental en la cara
con un cono de helado durante una huelga de hambre, en otro capítulo,
Homero responde: “Buen intento, Dios, pero Homero Simpson no cede
tan fácil a la tentación”. Por Su parte, el Todopoderoso no carece de sen-
tido del humor, al menos en lo que se refiere a Homero. Dios le deja una
nota a Homero que señala: “Te debo un cerebro, Dios”.

Como muchas figuras bíblicas y místicos religiosos a lo largo del


tiempo, Homero tiene sus encuentros más intensos con lo divino mien-
tras sueña. Un vívido y extenso ejemplo de lo anterior tiene lugar en el
episodio de 1992, “Homero el hereje”, escrito por George Meyer, una

Los Simpson.indd 29 17/12/09 10:29:20


30    El evangelio según Los Simpson

gran fuerza conductora en la serie. El episodio es utilizado en clases


de universidades y seminarios de religión y cultura popular en todo
el país. Una fría mañana de domingo, Homero rompe sus pantalones
mientras se viste para ir a la iglesia; por tanto, decide no asistir. Una
vez más, él ofrece una justificación teológica inteligente, aunque conven-
cional: “¿Cuál es la gran importancia de ir a un edificio en domingo?
—interroga a su esposa— ¿Acaso no está Dios en todas partes?”. Lo
que él pregunta en realidad es: “¿Cómo quiere Dios ser adorado?”. Éste
es un cuestionamiento que la gente de la mayoría de las culturas se ha
formulado durante miles de años. Homero cree que, si Dios quisiera que
la gente lo adorara durante una hora a la semana, hubiera hecho la
semana una hora más larga.
En la Iglesia Comunitaria de Springfield, donde el calefactor se ha
descompuesto, los otros miembros de la familia Simpson se estremecen
de frío, calentados apenas por el sermón del reverendo Lovejoy que
promete los fuegos y los azufres del infierno. Homero se complace con
una ducha caliente y con su tibia casa, con música a volumen alto
y con comida grasosa. Por tanto, la dicotomía queda establecida: los
fieles sufren por sus creencias mientras el padre pródigo disfruta una
vida sibarita. Como si el mensaje no fuera lo bastante claro, el contras-
te se profundiza. Con el resto de la congregación, Marge y los niños
quedan atrapados en la iglesia después del servicio, porque las puertas
se han congelado, y se ven obligados a escuchar al ministro al tiempo
que leen el boletín. En casa, Homero gana un concurso de preguntas de
la radio y luego mira un emocionante partido de futbol por televisión;
incluso, encuentra una moneda en el suelo. Una vez que la congrega-
ción puede salir por fin del templo, el auto de Marge no enciende, lo
cual deja a los personajes helados y abandonados. Cuando su familia
irrumpe en casa con el recuento de sus calamidades, Homero proclama
que ha tenido un día magnífico, quizás el mejor de su vida. Con base en
su análisis del favor divino, Homero decide que nunca más volverá a la
iglesia. Marge no puede creer que su esposo pretenda abandonar su fe.
Al principio, él niega que ésa sea su intención, pero, luego, lo admite.
La decisión de Homero de abandonar la iglesia provoca un profundo
debate teológico en el hogar de los Simpson; Bart apoya la decisión de
su padre con fervor evangélico en un dueto musical. En su defensa,
Homero ofrece un corolario a la discusión de “una fe verdadera y única”

Los Simpson.indd 30 17/12/09 10:29:20


Imágenes divinas   31

por su abandono a la práctica religiosa: “¿Qué tal si elegimos la reli-


gión equivocada? —cuestiona—. Cada semana provocamos que Dios
se enoje más y más”. Esa pregunta, sensible como lo es para más de
una denominación, no puede permanecer sin respuesta. Antes de irse a
dormir esa noche, Marge se arrodilla junto a su cama y reza para que
Homero admita el error en su actitud, mientras él se queda dormido.
Como es frecuente en Los Simpson, Dios escucha y responde. Dios se
acerca a Homero en sus sueños y le brinda una respuesta tan drástica y
directa como cabe imaginar. Sentado en su sillón mientras mira la tele-
visión, Homero siente que su casa comienza a sacudirse. Un rayo de luz
brilla entre las nubes y una gran mano, con cinco realistas dedos, retira
el techo. Dios está parado en la sala de los Simpson. Como deferen-
cia a varias creencias religiosas, el aspecto de Dios no se muestra. Se
ve desde la flotante barba hacia abajo, con una túnica y, según parece,
sandalias Birkenstock. Al principio, Dios no está de humor para inter-
cambiar cortesías: “¡Has abandonado mi iglesia!”, exclama con furia.
Homero está asustado, pero se defiende de inmediato: “¡No soy un
tipo malo! Trabajo duro y amo a mis hijos. Entonces, ¿por qué debería
perder la mitad de mi domingo en escuchar cómo voy a irme al infier-
no?... Imaginé que debía intentar adorarte a mi manera”. Dios parece
ceder al reconocer que Homero tiene razón, mientras acaricia al gato
de la familia. Dios está de acuerdo con las quejas de Homero acerca de
los sermones del reverendo Lovejoy. Dado que el ministro no le agra-
da, el Todopoderoso le provocará úlceras en la boca. Aquí, en verdad,
Dios está vivo en el mundo. Dios acepta permitir a Homero adorarlo a
su manera y se marcha, tras explicarle que debe aparecerse en una tor-
tilla en México. ¿Es ésta una alusión a los creyentes que reportan ver
visiones religiosas en los lugares más improbables? Está claro que no,
pues Dios afirma que en realidad estará presente en la tortilla.
Al despertar, Homero se involucra con toda profundidad en su nueva
religión y viste un hábito de monje con porte de paz interior. A la ma-
nera de san Francisco de Asís, Homero atrae a lo pájaros y a las ardillas
de su patio trasero. Como es natural, él decide que su nueva religión
necesita días festivos... ¿qué sería de una religión sin días festivos? Desde
la cantina del vecindario, la Taberna de Moe, Homero llama a la planta
de energía nuclear donde trabaja para informar a su patrón que estará
ausente debido a un día festivo religioso. Cuando le preguntan cuál es el

Los Simpson.indd 31 17/12/09 10:29:20


32    El evangelio según Los Simpson

nombre del día festivo, Homero lee un letrero pegado en la pared de la


taberna y responde: “el Festival de la Máxima Ocupación”. Homero invi-
ta a Moe a unirse a su nueva religión y explica que tiene las ventajas de
que no existe el infierno y no hay que arrodillarse. El tabernero, quien se
autoproclama pentecostal de por vida, declina el ofrecimiento.
Lisa detecta la aparente blasfemia de su padre, aunque Homero le
manifiesta que él está protegido. En su propia variante de la apuesta
de Pascal, él dice que, si está equivocado, siempre puede retractarse en
su lecho de muerte. Lisa no le recuerda que su estrategia podría con-
tener un error fatal, a la luz de la advertencia bíblica de que “ningún
hombre sabe cuándo llegará su hora” (Eclesiastés 9:12). Marge toma
una perspectiva más asertiva para salvar a su esposo de la perdición
cuando invita a cenar al reverendo Lovejoy. Sentados a la mesa, Ho-
mero describe a Bart cómo Dios apareció ante él en su sueño: “Dientes
perfectos. Agradable aroma. Todo un acto con clase”. Bajo las instruc-
ciones divinas, Homero declara al ministro que está en busca de un
nuevo sendero religioso. Lovejoy cita a Mateo 7:26 acerca del hombre
necio que construyó su casa sobre arena. Homero replica con un falso
verso de Mateo, tomado al vuelo, el cual es irrelevante por completo.
¿Cuán absurda es la preocupación de Marge por la aparente pér-
dida de fe de su esposo? No es absurda en absoluto, a juzgar por los
numerosos libros y programas de televisión y radio que discuten el
dilema de los cónyuges con diferentes religiones o distintos grados de
compromiso religioso... lo que los cristianos llaman “unidos de manera
desigual”. La decisión de Homero de abandonar la iglesia, y su persis-
tencia en ello, continúa ocasionando serias repercusiones en el seno
de su familia. Su esposa inicia una discusión que es común en muchos
hogares con creencias divididas: ella tiene la obligación de criar a sus
hijos con valores morales y la iglesia forma parte de ello. Exasperada,
Marge expone a los niños que Homero es maligno y advierte a su es-
poso que no la obligue a elegir entre él y Dios, ya que él perderá. En la
iglesia, el siguiente domingo, el letrero del exterior anuncia: “Cuando
Homero encontró a Satán”. Dentro del templo, el reverendo Lovejoy,
quien comprende la batalla en la cual se ha involucrado, clama que el
demonio trabaja entre ellos en una seductora encarnación.
Mientras el reverendo habla, Homero se encuentra de nuevo en casa,
complacido, y babea ante una revista pornográfica. Lovejoy continúa con

Los Simpson.indd 32 17/12/09 10:29:20


Imágenes divinas   33

el Éxodo 20:8: “Recuerden el día del Sabbath para mantenerlo sagrado”,


mientras vemos a Homero comprar cerveza y puros en la tienda de con-
veniencia. “La soberbia precede a la destrucción”, entona el ministro y,
una vez más, Homero recibe el mensaje opuesto: fuma su puro y lee su
revista al tiempo que concluye que “todos son estúpidos, excepto yo”. Él
tiene razón; ha abandonado la religión organizada sin que se presenten
consecuencias discernibles. ¿Cuál es la lección? ¿Qué dice Dios?
En esta ocasión, con o sin las úlceras en la boca inducidas por Dios,
el reverendo Lovejoy acierta en sus advertencias acerca de que el or-
gullo precede a la caída. Homero se queda dormido y su puro encen-
dido causa llamas en el sofá, con lo cual se incendia toda la casa. El
departamento de bomberos voluntarios acude en su auxilio. Homero es
rescatado, dos veces, por su vecino de la casa de junto, Ned Flanders, el
devoto cristiano. Lovejoy y los demás miembros del equipo ecuménico,
que incluye a Krusty, el payaso judío, y a Apu, el operador hindú de la
tienda de conveniencia, apagan el incendio. Homero, siempre listo para
aprender la lección equivocada, toma el incendio como una señal de ven-
ganza divina por abandonar su fe cristiana tradicional a cambio de una
religión personal e indulgente. Reformado por lo que él cree que es la
venganza de Dios, Homero cae arrodillado e implora nuevas órdenes:
“¡Oh, Malévolo, muéstrame a quién castigar y será castigado!”.
Aquí, los cristianos dan un paso al frente y validan la esencia de su
fe en lugar de imponer sus ventajas sobre una mente débil. Ned le ase-
gura a Homero que el incendio no fue una venganza de Dios. Lovejoy
le explica que Dios “trabajaba en los corazones de tus amigos y vecinos
cuando acudieron a ayudarte”. El ministro pregunta si a Homero le
gustaría darle otra oportunidad a la iglesia y al siguiente domingo está
de regreso, roncando en la primera fila. Entonces, sueña que retoma su
diálogo con Dios, aunque ahora Dios aparece con cuatro dedos. Dios
le pasa un brazo por los hombros y le dice que no se preocupe por su
infructuosa incursión fuera de la iglesia dado que nueve de cada diez
creencias nuevas fracasan en el primer año. Luego, Homero pregunta
a Dios acerca del significado de la vida y Dios responde con un viejo
chiste: no puede revelarle el significado de la vida hasta que Homero
muera. Cuando Homero le comenta que no puede esperar tanto, Dios
le interroga: “¿No puedes esperar seis meses?”, mientras ambos son
cubiertos por un resplandor celestial.

Los Simpson.indd 33 17/12/09 10:29:20


34    El evangelio según Los Simpson

Este episodio, comentó el autor y profesor de la Universidad Calvin,


William Romanowski, es instructivo porque “intenta llegar a la función
que Dios y la religión desempeñan en la vida cotidiana de la gente”.
Como Romanowski, David Landry utiliza “Homero el hereje” en sus
clases de religión y medios de comunicación masiva en la Universidad
de St. Thomas. Michael Glodo, profesor de Antiguo Testamento y con-
ferencista del Seminario Teológico Reformado en Orlando, especificó
que los escritores de la serie “han captado una percepción muy común
de quién es Dios”. La lección del episodio, escribió David Owen en TV
Guide, es abrumadoramente sencilla: “Asistir a la iglesia puede no ser
una idea tan terrible”.5

En Los Simpson, Dios es una mezcla entre el Hombre de dos mil


años de Mel Brooks y el viejo Moisés de Charlton Heston, “un este-
reotipo familiar con una veta humorística y no demasiado blasfema”, de
acuerdo con un libro de religión y cultura popular.6 Divertirse con la
imagen de Dios Padre es una cosa en Los Simpson; Jesús es otro asunto
por completo o lo era, hasta las temporadas recientes. Cuando los
personajes están en peligro o en crisis, oran a “Dios” o al “Señor”, pero
es raro que recen a Jesús. Homero exclama: “Jesús, Alá, Buda: ¡Los amo
a todos!”. Aquí, los escritores fueron cautelosos. ¿Por qué? ¿Acaso la
serie que no teme satirizar nada teme ofender a los cristianos? ¿O es-
tán temerosos de que cualquier referencia a Jesús pueda ofender a las
personas de otras religiones no cristianas? Tal vez. Las bromas acer-
ca de Dios pueden referirse a cualquiera de las principales religiones
monoteístas y, por tanto, es menos probable que ofendan a cualquier
denominación en particular. Homero no considera que Jesús fuera tan
divertido, incluso con sus apóstoles. En otro episodio, él describe a
Jesús como “un sujeto [que] nació hace millones de años y de quien la
mayoría de nosotros pensó que era mágico”.
Neil Postman, en Amusing Ourselves to Death, fue previsor en este
sentido, como lo ha sido en muchos otros. “El cristianismo es una for-
ma demandante y seria de religión —escribió—. Cuando es presentada
como fácil y divertida, es otro tipo de religión por completo.”
Cada episodio de Los Simpson comienza con una rápida secuencia
que presenta a Bart en el salón de clases después de la escuela, mien-
tras escribe y reescribe una amonestación en el pizarrón, presumible

Los Simpson.indd 34 17/12/09 10:29:20


Imágenes divinas   35

castigo por alguna travesura de ese día. En ocasiones, la frase se refie-


re al tema de la historia que sigue y a veces es sólo una frase aislada,
como la de un episodio de 2000 cuando Bart anota: “Yo no fui tocado
por un ángel”; un detalle sarcástico dirigido al programa competidor
de Los Simpson los domingos por la noche (Touched by an Angel). En el
caso del programa del Domingo de Pascua de 1999, Bart escribe: “Yo
no puedo absolver pecados”. Sin embargo, en el episodio que sigue, en
el contexto que señala que se trata del servicio religioso del Domingo
de Pascua, no se menciona la crucifixión ni la resurrección, algo que
jamás sucedería en una iglesia cristiana. El reverendo Lovejoy aburre
con otros temas, incluso un conejito de chocolate. Todas las secuencias
del sueño bíblico que sigue son del Antiguo Testamento, excepto por
una breve secuencia final acerca del retorno de Cristo. Esto, desde lue-
go, no es accidental.
Una de las pocas imágenes físicas de Jesús al principio de la his-
toria de Los Simpson ocurre en el mismo capítulo, una breve parodia
de People’s Court: “Jesucristo contra Checker Chariot”. En éste se pre-
senta a un Jesús silencioso y barbado, vestido con traje de negocios
y con collar ortopédico. En otros episodios posteriores, Jesús aparece
acompañado por niños en la portada del libro cómico Easy to Believe
Tales y puede verse, sin diálogos, sentado en una silla. Cuando Home-
ro compra su primera computadora, entra a un sitio electrónico real,
“Dancing Jesus”. Hay referencias espontáneas y prescindibles de Jesús
en una docena de episodios o más, algunas apenas a salvo del sacrile-
gio. Mientras una tormenta de invierno se aproxima a Springfield, el
vecino Ned Flanders baja su pesebre porque “si el Niño Jesús se pierde,
podría causar mucho daño”. Un profesor de la escuela dominical ase-
gura a uno de los niños que “Jesús no tenía auto”. Barney, el borracho
del pueblo, sugiere, en un momento dado, que “Jesús debe revolcarse
en su tumba”.
Además, Jesús es empleado como medio para probar un blanco de
ataque fácil: el comercialismo y la Navidad. El letrero de una tienda
proclama: “En honor al nacimiento de nuestro Salvador, Try-N-Save
estará abierto todo el día de Navidad”. Bart piensa que “la Navidad es
la época cuando la gente de todas las religiones se reúne para alabar
a Jesucristo”. Para explicar un ataque de compras navideñas, Homero
declara: “No busco la gloria ni la riqueza. Sólo compro esa escalera al

Los Simpson.indd 35 17/12/09 10:29:20


36    El evangelio según Los Simpson

cielo de la que cantaba Jesús”, con lo cual confunde a Jesús con Led
Zeppelin.
Las referencias más específicas son oblicuas o problemáticas. Mien-
tras lee su Biblia, Homero comenta: “Todo el mundo es pecador, ex-
cepto este sujeto”, sin nombrar a “este sujeto”. De vacaciones en Río de
Janeiro con su familia, Homero contempla la enorme estatua conocida
como Cristo Redentor en el Corcovado y observa: “Parece como si es-
tuviera en el tablero de instrumentos de todo el mundo”. Bart pregunta
por qué tiene que llevar zapatos a la iglesia si Jesús usaba sandalias.
Homero responde que “tal vez, si hubiera tenido un mejor soporte de
arco, no lo hubieran atrapado”. En la escuela dominical, Bart mencio-
na que aprendió que la lepra era curada por un “sujeto con barbas”.
Cuando el chico, quien reacciona a los medicamentos que toma para su
desorden de déficit de atención, se roba un tanque de guerra y dirige
el cañón hacia la iglesia, el reverendo Lovejoy grita: “¡A la iglesia no!
¡Jesús vive allí!”. Afuera del santuario, en el mismo episodio de Pascua
de 1999, el letrero indica: “Cristo pintó huevos por tus pecados”.
En ciertos momentos, incluso Lovejoy es un poco impreciso en el
concepto de Jesús. “Recuerdo a otro gentil visitante de los cielos —ex-
plica—. Vino en son de paz y luego murió, sólo para regresar a la vida.
Su nombre era E.T., el extraterrestre. Adoraba a ese pequeño.” En una
fantasía de Treehouse of Horror, el colega de Homero, Lenny, asegu-
ra que seis duendes “son mejores que Jesús”. Su amigo Carl asiente,
aunque agrega que las hadas irlandesas “son mucho más difíciles de
atrapar”.
Si es posible, Homero es aún más impreciso acerca de la naturaleza
de Jesús y del cristianismo de lo que lo es sobre Dios. Mientras cami-
nan por el aeropuerto de Springfield, él y Bart se encuentran con un
cristiano evangélico que sostiene una Biblia y recita la Regla de Oro:
“Trata a los demás como deseas ser tratado” (Mateo 7:12). Homero
responde con sarcasmo: “Eso va a funcionar”.
Homero tiene el inquietante hábito de compararse a sí mismo con
Jesús, con frecuencia en circunstancias triviales. “Niños, déjenme con-
tarles acerca de otro famoso sujeto perverso”, apunta en su defensa en
“Homero el hereje”. “Tenía el cabello largo y algunas ideas salvajes. No
siempre hacía lo que las otras personas pensaban que era lo correcto.
Y el nombre de ese hombre fue... lo olvidé. Pero el punto es... lo olvidé

Los Simpson.indd 36 17/12/09 10:29:20


Imágenes divinas   37

también.” Después de lanzar un juego perfecto de bolos, Homero es por


poco tiempo el centro de atención de Springfield, sólo para ver que los
reflectores desaparecen pronto. “Se lo hicieron a Jesús y ahora me lo
hacen a mí”, detalla a su esposa, quien queda estupefacta. “¿Te compa-
ras a ti mismo con Nuestro Señor?”, pregunta Marge. “En habilidad
para jugar a los bolos, sí”, responde Homero, jovial. En una fantasía de
Halloween, Homero muere y sólo puede entrar al cielo si regresa a la
Tierra a hacer una buena obra. Marge ofrece a su flotante espíritu una
lista de opciones simples, misma que Homero rechaza y replica: “¡No
compito para ser Jesús!”. A punto del delirio en una huelga de hambre
para protestar por el cambio del equipo de Springfield de ligas menores
de beisbol a otra ciudad, Homero proclama a la multitud que él es “un
poco como Jesús, pero no de una forma sacrílega”. Cuando Homero es-
cala una montaña, para celebrar su triunfo, ordena a los pequeños gra-
nujas que lo rodean que se inclinen porque “su rey se los ordena”. Uno
de los adolescentes, Jimbo, responde: “Jesús es nuestro único rey”.
Ya en el extremo, Homero incluso pronuncia mal el nombre de Je-
sús. En un episodio, Homero se ve envuelto en una disparatada come-
dia de errores que se refiere a un donativo no pagado a un teletón de la
pbs que deja a Homero atrapado en un vuelo de la organización Alivio
Cristiano hacia una remota isla del Pacífico. Él corre hasta la cabina
y suplica a los pilotos que detengan el avión y lo dejen bajar, lo cual
recuerda mucho a Pedro antes de que cante el gallo. “Ni siquiera creo
en Jebus”, implora, utilizando el nombre antiguo de Jerusalén antes de
que fuera conquistado por el rey David. Sin embargo, cuando el avión
despega, el desesperado Homero sabe a quién acudir para pedir ayu-
da. “¡Sálvame, Jebus!”, exclama. El sacrilegio tiene su precio: Homero
atribuye parte de la caída de su popular cuarteto de barberos, los Be
Sharps, a la decisión del cuarteto de titular su segundo álbum “Más
grande que Jesús”, una alusión al celebrado alarde de John Lennon.
Homero opina que Ned Flanders es “más santo que Jesús” y, por
tanto, acude a su casa con la creencia errónea de que él y Bart han
enfermado de lepra. Bart se pregunta en voz alta por qué Dios casti-
garía a un niño con una enfermedad como ésa, en especial a “un niño
estadounidense”. Homero identifica correctamente a la figura divina en
cuestión como Jesús, aunque explica a su hijo que no espere un milagro
similar porque “creo que nosotros no estamos en muy buenos términos

Los Simpson.indd 37 17/12/09 10:29:20


38    El evangelio según Los Simpson

con Él”. Incluso eso podría cambiar. Dos veces en un solo episodio de
mayo de 2001, Homero afirma: “Que Cristo esté contigo”, una vez para
expresar gratitud y otra, ironía.
Se han presentado sorpresas relacionadas con Jesús. En el mismo
episodio de 2001, cuando Homero se priva de comer para mantener al
equipo de beisbol de ligas menores en Springfield, Duff Man —la mas-
cota superhéroe de los propietarios del equipo, la Compañía Cervecera
Duff— se halla en el dilema de ayudar a Homero a hacer lo correcto o
acatar las órdenes de su dueño. Dudoso, Duff Man (de quien después
nos enteramos que en realidad es judío), se pregunta: “¿Qué haría Je-
sús?”. En la que se supone que es una versión imprecisa del Jesús bíbli-
co, Duff Man arroja a su jefe fuera del estadio.
La salvación por medio de la gracia nunca se insinúa en Los Simp-
son. La crucifixión y la resurrección, elementos esenciales del cristia-
nismo, tampoco son mencionadas con frecuencia en la serie porque
ninguna de éstas “arranca grandes carcajadas”, de acuerdo con el ex
productor ejecutivo Mike Scully. Los escritores sólo utilizarían esas
imágenes si hubiera algún propósito al hacerlo, comentó, aunque en
un episodio de mayo de 2001 el reverendo Lovejoy aparece en el acto
de servir “Cruci-fixins” como sabores de helados en un evento social de
la iglesia. Conceptos cristianos más particulares, como la Trinidad o
el Espíritu Santo, pueden resultar muy complejos para la comprensión
de los creyentes, de manera que no es sorprendente que Los Simpson
no se esfuerce mucho por integrarlos a la serie. No obstante, hay mucho
más de fondo en esta renuencia de Los Simpson a tratar a Jesús como
divino, así como en la negativa a involucrar otros detalles específicos
del cristianismo en la serie.
En su tesis magistral de 1992 en la Universidad Regent, “The
Gospel According to Bart: Examining the Religious Elements of The
Simpson”, Beth Keller proporcionó un contexto profundo para la pre-
sentación de la religión en la cultura popular. Ella analizó cinco episo-
dios de las primeras temporadas, sin incluir “Homero el hereje”, mismo
que no había sido transmitido aún en la época de su investigación. Beth
concluyó, de modo perceptivo, que la construcción teológica que sus-
tenta a la serie y a los Simpson, quienes asisten a la iglesia, en realidad
es el Antiguo Testamento.

Los Simpson.indd 38 17/12/09 10:29:20


Imágenes divinas   39

El programa parece promover la idea de que cumplir con la ley


o ser buenos, en términos éticos, es todo lo que se requiere para
obtener la entrada al cielo. Aunque esto es, en teoría, verdadero,
el evangélico cree que “cumplir con la ley” es imposible. Es por
eso que la gracia por la fe en Jesucristo se comprende como la
manera de presentarse ante Dios en la otra vida... No obstante,
el observador tiene la fuerte impresión de que los Simpson re-
presentan a una familia cristiana protestante; por tanto, hay una
dicotomía entre la verdad absoluta, desde la perspectiva evangé-
lica, y la “verdad” que es representada en Los Simpson.7

En los años de episodios que han seguido, esta dicotomía se ha visto


reforzada una y otra vez, muy semejante a la que existe entre un Dios
vengativo y un Dios amoroso. Homero y Bart ven una película televi-
sada acerca del Arca de Noé, la cual finaliza cuando Dios dice a Noé:
“Recuerda, la clave para la salvación es...”. Precisamente entonces, un
cable noticioso interrumpe el programa. Sin embargo, ello no repre-
senta problema alguno para la mayoría de los monoteístas. “Después
de que la clave para la salvación queda en la ambigüedad —escribe
Trammell—, los Simpson aún oran a Dios.”
Gerry Bowler, de la Universidad de Manitoba, tiene una explica-
ción sencilla: “Aunque declara ser cristiano, Homero es, en esencia, un
pagano. La religión para él consiste en aplacar o sobornar a un dios o a
unos dioses furiosos”.8 En un episodio, Homero en verdad reza: “Dios,
bendice a esos paganos”. En un capítulo de 2007, a la deriva en un
mar tormentoso luego de que su bote de pesca ha sido destruido por
una ola gigante, Homero invoca al dios de los mares, Poseidón, para
que lo rescate. El sustento para la postura de que Homero es satáni-
co proviene de un episodio de la temporada 2000-2001 del programa,
cuando Homero forma la silueta de un ángel de nieve con su cuerpo. Al
incorporarse, todo lo que queda es el contorno oscuro de un diablo con
tridente, algo que Homero advierte que le sucede cada vez que intenta
ser un ángel.
Otra razón por la cual Jesús puede ser excluido de Los Simpson es
el problema que muchos cristianos tienen al asociar a su Salvador, o
a cualquier aspecto del Nuevo Testamento, con el humor. (La Biblia
hebrea ofrece más oportunidades pues el Salmo 2:3 señala: “Aquel que

Los Simpson.indd 39 17/12/09 10:29:20


40    El evangelio según Los Simpson

mora en los cielos reirá.”) Con el paso de los años, este tema ha llamado
la atención de numerosos autores quienes han producido obras como
Laughing Out Loud and Other Religious Experiencies, de Tom Mullen;
Humor, God’s Gift, de Tal Bonham; Serve Him with Mirth, de Leslie
Flynn; y The Onthology of Humor, de Robert Parrot.
Un libro sobre este tema, preferido por muchos evangélicos, es
Humor of Christ, del fallecido Elton Trueblood, un esbelto volumen
publicado por primera vez en 1964 y que ahora está descontinuado.9
Al inicio, Trueblood admite que muchos cristianos, tal vez la ma-
yoría, creen que encontrar humor en la persona de Jesús es, cuando
menos, inapropiado y podría ser sacrílego. “La religión, pensamos,
es un asunto serio. Y los asuntos serios no son compatibles con las
bromas.” Él concuerda con la noción de que algunos elementos del
Evangelio, como la crucifixión, son tan trágicos que son “intrínse-
camente no humorísticos”. A pesar de ello, comenta que el humor es
una parte fundamental del mensaje y del método de Jesús. Él escribió
su libro para “ayudar a superar una casi universal incapacidad para
apreciar un elemento en la vida de Cristo, mismo que es tan relevante
que, sin éste, cualquier comprensión sobre Él quedaría inevitable-
mente distorsionada”. Trueblood está decidido a “hacer algo para de-
safiar la imagen convencional de un Cristo que nunca rió... si Cristo
rió mucho, como muestra la evidencia, y si Él era quien decía ser, no
podemos ignorar la conclusión lógica de que hay risa y alegría en el
corazón de Dios”.
El humor de Jesús es irónico, sardónico y, en ocasiones, sarcástico,
de acuerdo con Trueblood. Es por ello que Jesús nombra al inconstante
Pedro su roca, o “Rocky”, como lo expresa Trueblood. Su ingenio es as-
tuto y retorcido, más evidente en las absurdas imágenes de las parábo-
las y las paradojas: la viga y la paja, el mosquito y el camello, el camello
y el ojo de una aguja. Trueblood cree que es probable que incluso la
mayor parte del humor de Jesús se perdiera en la transcripción, si no es
que en las traducciones. Algunos ejemplos de los evangelios, cuando se
analizan de modo adecuado, “son luminosos una vez que nos liberamos
de la concepción gratuita de que Cristo nunca bromeó”. Por ejemplo,
en Mateo 24:28, Jesús explica su habilidad para atraer multitudes al
observar, en aparente autodenigración, que “dondequiera que haya un
cadáver, allí se reunirán los buitres”.

Los Simpson.indd 40 17/12/09 10:29:20


Imágenes divinas   41

Sin embargo, un Jesús bromista no es lo mismo que Jesús como


broma, lo cual puede ser el motivo por el que, en última instancia,
los escritores de Los Simpson tratan a Jesús con tanta cautela. Existe
una gran tradición de amable humor cristiano, gran parte del cual se
centra en el clero, en las inconsistencias de la vida eclesiástica y en
la entrada a los cielos. Representar a Jesús como un personaje humo-
rístico en una comedia animada puede significar demasiado para la
audiencia de una serie transmitida a través de una cadena televisiva.
Aquí, Trueblood ofrece algunos consejos útiles, aunque no solicitados,
a los escritores del programa: “El único tipo de risa que puede ser re-
dentora es aquella que va más allá del escarnio al reconocimiento de
un predicamento común”.

Los Simpson.indd 41 17/12/09 10:29:20

Anda mungkin juga menyukai