Para Manindra
Puedo recordar tu advertencia dulce, hablando sobre mi
racionalidad, y entendiendo como te resistas, justificadamente, a
un mbito de fortalezas enmanglezadas, de circuitos inextricables
que, tamizando momentos concretos, apresndolos en su propia
densidad, dejaran escapar slo un vaho de autosuficiencia que los
sustituyera.
Sin embargo hoy quiero hablarte, y defender entre nosotros, a la
palabra; no ese gesto de bordes lisos y temperaturas inmutables, no
esa cacofona de golpes sordos y pasos puntiagudos que escabullen
la mirada, sino la palabra que tejemos entre nosotros, la palabra que
tu haces pulsar en mi, y que yo presiento en ti.
Nada hay mas fsico que la palabra nuestra, pues la palabra pecissa,
para existir, no slo quien la pronuncia, sino quien la escucha. La
palabra es entre nosotros un puente fino, pero cierto, ya que la
hemos creado entre ambos, y su existencia nos mantiene unidos.
Cada broma o pregunta, cada comentario que recibe por lo menos un
gesto por parte del otro, escapa de las siempre tenues fronteras de la
piel y existe slo en ese maleable pero importantsimo espacio que
existe entre nuestros cuerpos. Es la palabra la que construye ese
espacio dictando los ritmos de sus distancias y aproximaciones; de
sus gustos y texturas, en una danza que nos conforma.
Es la palabra nuestro ter, palabras la que susurran como bordeando
tu cuello, las que bromean girando por tus costillas o las que afirman
una oracin en tu cintura. Son palabras las que generan un breve
silencio entre nuestras manos, seguido de una ancdota que rodea y
junta nuestras piernas; un chiste el que nos junta como si nuestros
mismos labios se juntaran, un comentario sincero el que aproxima
nuestros pechos, amalgamndolos. Es la picarda de una frase una
mano que se escabulle bajo la tela, o un silencio el preludio de una
complicidad. Es una oracin amorosa la espiral que me introduce en
tu remolino, que me libera de mis poros, que me conjuga en ti.
Y ahora, que la molesta geografa nos hace slo depender de la
palabra, que nos hace danzar sobre este puente fino, quiero decirte
que busco con cada entonacin tocarte, y que me siento tocado por
cada sonido o letra tuya; que recibo con alegra este nuevo registro
de caricias, y que me llena de gozo tambin el nuevo juego que las
permite resonar.