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Clase Nº 5

La presente clase ha sido elaborada por Plinio Arruda de Sampaio exclusivamente para ser dictada en el Programa
Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), en la quinta clase: “Celso Furtado y la teoría del
subdesarrollo.”, Marzo 2009.

Av. Corrientes 1543 (C1042AAB),


Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Informes: (54-11) 5077-8024
academica-pled@cculturalcoop.org

Cómo citar:

ARRUDA de SAMPAIO, Plinio. ‘’Celso Furtado y la teoría del subdesarrollo’’ [CLASE]. En: Curso
virtual “Actualidad del pensamiento crítico latinoamericano sobre la problemática del desarrollo
nacional.” (Programa Latinoamericano de Educación a Distancia, Centro Cultural de la Cooperación,
Buenos Aires, Marzo 2009).

Celso Furtado y la teoría del subdesarrollo


Prof. Plinio Arruda de Sampaio

I. Introducción

1. En la última clase presentamos la noción de sistema centro-periferia de


Raúl Prebisch, la cual inaugura la temática de la industrialización periférica. La
CEPAL respondió la pregunta teniendo como eje articulador la búsqueda de
independencia económica de la nación.
2. En esta clase, discutiremos el pensamiento del economista brasilero Celso
Furtado –una de las máximas expresiones del estructuralismo latinoamericano.
Su vasta producción intelectual abarca tanto cuestiones teóricas sobre los

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obstáculos al desarrollo de las economías periféricas, como interpretaciones
históricas sobre la formación económica latinoamericana y de Brasil. Sus
investigaciones asocian la génesis del subdesarrollo al pesado legado del período
colonial, y su continuidad, a la presencia de clases dominantes aculturadas,
obsecadas en imitar los estilos de vida y de consumo de las economías centrales.
La exposición destacará, básicamente, un aspecto de su vasta producción
intelectual: su visión sobre los condicionantes y las consecuencias de la
situación del subdesarrollo. Esta cuestión será dividida en los siguientes
tópicos:
a) Presentación del contexto histórico más general que influencia el
pensamiento de Furtado.
b) Caracterización de la especificidad del enfoque de Furtado sobre los
problemas del subdesarrollo.
c) La crítica al economicismo como punto de partida de una nueva
economía política.
d) Sistematización de la teoría del subdesarrollo de Furtado.
e) La “nueva dependencia” y el antagonismo entre subdesarrollo y
formación de la nación.
f) Actualidad del pensamiento de Furtado, en la cual haremos algunas
observaciones sobre las potencialidades y los límites de su contribución
para la comprensión de los dilemas de los pueblos latinoamericanos en
el inicio del siglo XXI.
3. El contenido fundamental de esta clase está en los dos textos indicados como
bibliografía básica.
a) El capítulo 5 del libro Entre la nación y la barbarie sistematiza los
elementos fundamentales del pensamiento de Furtado sobre la
problemática del desarrollo en las economías subdesarrolladas, mostrando
cómo el autor concibe la relación entre progreso técnico y desarrollo
nacional.
b) El artículo de Furtado El subdesarrollo revisitado es una versión sintética
de su teoría del subdesarrollo.
c) El libro Celso Furtado: Subdesarrollo y las ideas de la CEPAL de Reginaldo
Moraes muestra los condicionantes históricos, ideológicos e intelectuales
del pensamiento de Furtado. En él podemos ver importantes críticas al
enfoque del estructuralismo latinoamericano. Recomiendo sobre todo, la
lectura de los capítulos 6 y 7.
d) El artículo de Francisco Oliveira Subdesarrollo: Fénix o extinción? realiza
una interesante discusión sobre la actualidad del enfoque de Furtado para
pensar la problemática del subdesarrollo.

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4. Hay muchas cosas escritas sobre la contribución de Furtado para la comprensión
de los problemas de las economías subdesarrolladas y sobre la formación de la
economía latinoamericana. A fin de ayudar, quien quiera profundizar las
inteligentes reflexiones de Furtado, recomiendo los siguientes textos:
a) Sobre las bases teóricas que fundamentan el análisis de Furtado:
Furtado, C. – O mito do desenvolvimento – 1974
------------ - Prefácio à nova economia política – 1976
------------ - Pequena introdução ao desenvolvimento – 1980
b) Sobre las diferentes dimensiones de la contribución de Furtado a la
economia política latinoamericana y sobre la evolución de su
pensamiento a lo largo del tiempo existe un exhaustivo y muy cuidadoso
trabajo de:
- Mallorquim, C. – “La idea del subdesarrollo: El pensamiento de Celso
Furtado”, Tesis de Doctorado, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,
UNAM, octubre, México, 1993. Una sintesis de la tesis puede ser
encontrada en:
http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/moebio/05/furtado.htm
c) Sobre la crítica al pensamiento de Furtado, recomiendo:
- Santos, M.O. – Nação e mundialização no pensamento de Celso
Furtado. Tesis de Doctorado – Universidade Estadual de Campinas -
IFCH/UNICAMP. 1998.

II. Celso Furtado: Un combate incesante para superar los malestares del
subdesarrollo.

1. Como uno de los principales científicos sociales de la segunda mitad del


siglo XX, Celso Furtado, fue un hombre comprometido en cuerpo y alma con la
lucha por la superación de la dependencia y por la democratización de las
sociedades latinoamericanas. Siendo un intelectual avocado a la acción, dedicó
su vida a conocer la especificidad de los malestares del subdesarrollo en América
Latina y a establecer las reformas estructurales necesarias para superarlos.
Habiendo nacido en 1920 en Pombal, región de Paraíba, se preocupó por los
grandes dilemas del mundo moderno sin nunca perder de vista su condición de
latinoamericano, brasilero y nordestino. Por esta razón, supo como pocos
articular en su pensamiento y en su acción la dimensión local, nacional e
internacional de las fuerzas económicas y socioculturales que impulsan el
desarrollo capitalista. La vida de Furtado estuvo marcada por las ilusiones y las
desilusiones de la posibilidad de superar el subdesarrollo y “reformar” el
capitalismo. Los títulos de sus libros autobiográficos – Fantasía organizada,

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Fantasía deshecha y Los aires del mundo- ilustran cómo el interpretó su
contexto:
- En la década del 50, la profundización del proceso de industrialización por
sustitución de importaciones en Brasil llevó al joven Furtado, cepalino de
primera hora, a apostar todas sus fichas a la “fantasía organizada”. Es de
éste período su análisis magistral sobre la formación económica de Brasil,
su diagnóstico seminal sobre las causas y soluciones al drama del Nordeste
brasilero y sus primeros trabajos teóricos sobre los dilemas del
subdesarrollo. Siendo la expresión más refinada y radical del desarrollismo
nacional en Brasil, Furtado se involucró en la lucha por transformar sus
ideas en realidad. Primero, en el gobierno de Juscelino Kubitscheck como
fundador de la Superintendencia de Desarrollo del Nordeste –SUDENE
(1958)- institución que debía planear y coordinar las políticas para
enfrentar el drama nordestino, región considerada como un problema-
síntesis del subdesarrollo brasilero. Seguidamente, actuó en el gobierno de
Goulat, primero como titular del Ministerio de Planificación (1962-1963) y,
luego, como superintendente de la SUDENE.
- El golpe militar de marzo de 1964 cerró el ciclo del desarrollismo nacional
en Brasil entrerrando los sueños de quien luchaba por las llamadas
reformas de base. Los cambios en las estructuras sociales responsables por
la continuidad de la dependencia y del subdesarrollo fueron abandonados
por la dictadura. La “fantasía desecha” llevó a Furtado al exilio, en pleno
apogeo de su fuerza intelectual (1964-1977). Dando clases y prefiriendo
realizar conferencias en las principales universidades del mundo, se
convirtió en un tenaz opositor al régimen militar. Fue insuperable en la
denuncia del autoritarismo y del carácter antinacional y socialmente
regresivo de la dictadura brasilera. A contramano del neoliberalismo
triunfante, se convirtió también en un mordaz crítico del economicismo.
Éste fue un período de intensa reflexión teórica de donde salieron la
contundente crítica a la política económica de la dictadura sintetizado en el
libro Análisis del “modelo” brasilero (1972) y la radicalización de su
reflexión sobre los dilemas de las economías subdesarrollada condensada
en los libros El mito del desarrollo económico (1974) y Prefacio a una nueva
economía política (1976).
- Hacia el final de la década del 70, la lucha contra la dictadura permitió
que Furtado se reintegrara a la vida política de Brasil. Habiendo sido uno
de los primeros intelectuales en percibir los profundos cambios por los que
atravesaba el capitalismo en su fase global y sus efectos insalubres sobre
las economías latinoamericanas, sus críticas radicales a la
trasnacionalización de la economía y al modelo económico brasilero nunca
fueron realmente adoptadas por el mundo académico y político brasilero. Y
así, aún gozando de un inmenso prestigio intelectual y llegando a ocupar la
posición de Ministro del Cultura durante el gobierno de Sarney (primer
gobierno civil después del golpe militar), las tesis de Furtado nunca fueron

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efectivamente tomadas en cuenta por las fuerzas políticas e intelectuales
que sustituyeron a los militares. Sus ideas sobre “Los aires del mundo” no
fueron consideradas ni aún por los propios sectores que representaban el
espectro político más de izquierda. La visión sombría de Furtado sobre la
gravedad de la crisis que abatía al continente latinoamericano en general y
a Brasil en particular -desarrollada en sus libros: A nova dependência,
dívida externa e monetarismo (1982), Não à recessão e ao desemprego
(1983), Transformação e crise na economia mundial (1987), Abc da dívida
externa (1989), Brasil: a construção interrompida (1992), Em busca de novo
modelo (2003)- iban mucho más allá de lo que el sentido común quería
escuchar.
2. Partiendo de una construcción teórico y de una metodología de análisis
histórico sui generis, que combina la noción de excedente social de la
economía política clásica, la teoría de las decisiones de Weber y Mannheim, el
enfoque estructuralista de la noción centro-periferia de Prebisch, la teoría de la
demanda efectiva de Keynes, las lecciones sobre los círculos viciosos del
subdesarrollo de Myrdal, Perroux y otros desarrollistas; el objetivo primordial
del trabajo de Furtado es develar la racionalidad económica que orienta el
proceso de industrialización –la espina dorsal de los sistemas económicos
nacionales. Su abordaje privilegia las relaciones de causa y efecto entre la
expansión de las fuerzas productivas y la modernización de los patrones de
consumo. El foco del problema consiste en descifrar los mecanismos
responsables del aumento de la productividad física del trabajo y de sus
reflejos en la capacidad de consumo de la sociedad. Para lo cual, se torna vital
examinar las estructuras sociales que condicionan el equilibrio de fuerza entre
capital y trabajo. El nudo de la cuestión está, por un lado, en los mecanismos de
acceso a la tierra, a los medios de producción y al mercado de trabajo; por el otro,
en los valores culturales que sobredeterminan el patrón de acumulación.
3. Furtado fue un republicano, en el mejor sentido del término. Buscaba una
alternativa que permitiese a las sociedades latinoamericanas superar la asfixiante
influencia de los Estados Unidos, sin romper con el capitalismo. Su esfuerzo era
el de encontrar un camino entre la receta liberal, incompatible con la
industrialización de las economías dependientes, y el socialismo revolucionario,
que pretendía una ruptura radical con el capitalismo. Al analizar las opciones de
Brasil en su libro La prerrevolución brasilera (1962) al inicio de la década de los
sesenta, Furtado formuló con mucha claridad su horizonte político-ideológico: “El
problema fundamental que se presenta es, por lo tanto, el de desarrollar técnicas
que permitan alcanzar rápidas transformaciones sociales con los patrones de
convivencia humana de una sociedad abierta. Si no logramos ese objetivo, la
alternativa no será el inmovilismo; pues las presiones sociales se abrirán
camino, escapándole a toda posibilidad de previsión y control”.
Independientemente de las diferencias teóricas y políticas con el pensamiento
marxista, Furtado siempre estuvo en la trinchera cierta, convirtiéndose en una de
las principales referencias de las fuerzas políticas que se aglutinaban alrededor

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de las banderas nacionales y democráticas. Sus proposiciones marcan rupturas
indispensables, externas e internas, para la superación del subdesarrollo. En
esencia, la agenda de reformas propuesta –sistematizadas en Una propuesta para
Brasil (1968)- continúa siendo sorprendentemente actual.
4. Finalmente resta una última palabra que atestigua la integridad y la sobriedad
del personaje, que me fue contada en confidencia por su brazo derecho en el
directorio de la SUDENE, Francisco de Oliveira. Hospedado en un hotel en
Salvador, Bahía, para tratar asuntos de la Superintendencia, Chico encontró a
Furtado en el zaguán del hotel recién llegado de Recife. Mucho más joven que su
jefe, Chico revela que se quedó sorprendido cuando, al momento de hacer check
in, el ceremonioso y todopoderoso Superintendente de la SUDENE le preguntó si
le importaba compartir el mismo cuarto, porque así podrían ahorrar gastos
diarios de la SUDENE. Y así, el primer y segundo dirigente de la SUDENE,
dividieron los gastos de un modesto cuarto de hotel para ahorrar recursos
públicos. El monto ahorrado fue probablemente despreciable, pero el ejemplo de
decoro, monumental.

III. El enfoque de Furtado sobre los problemas del subdesarrollo.

1. A pesar de ser reverenciado como uno de los grandes intérpretes de


Brasil y uno de los exponentes del pensamiento crítico latinoamericano, Furtado
es un autor todavía bastante incomprendido aún entre sus sinceros admiradores.
La clave para la lectura de sus obras es estar conciente de que él no es un
economista convencional. Su enfoque examina los problemas del desarrollo
nacional a través de la óptica de la acumulación. Trata de establecer las bases
técnicas y económicas que deben presidir la incorporación del progreso para
lograr un avance en las fuerzas productivas y para que la modernización de los
patrones de consumo pueda tener un contenido civilizador, aumentando las
riquezas de las naciones y el bienestar del conjunto de la población. Sin tener
una clara conciencia de esta dimensión ética de su reflexión, es simplemente
imposible comprender la profundidad y las implicaciones de su pensamiento
sobre los problemas de la economía.
2. Preocupado por comprender las bases materiales de la sociedad
nacional, Furtado buscó establecer criterios racionales para la incorporación
de progreso técnico. No escapó a su pensamiento que el modo de desarrollo de
las fuerzas productivas y la modernización de patrones de consumo funciona
como correa de transmisión de valores socioculturales predeterminados. En su
libro Cultura y desarrollo de 1984, él explicitó el carácter ideológico de las
tecnologías: “La denuncia de la falsa neutralidad de las técnicas permitió que se
le restituyera visibilidad a esta dimensión oculta del desarrollo, que es la creación
de valores sustantivos.”

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3. Dada la ausencia de criterios éticos en la lógica de la valoración del
capital, Furtado resalta la importancia crucial del poder político en la definición
de parámetros institucionales que, al cristalizar una determinada situación de
mercado, delimintan el campo de actuación de la competencia, en la cual es
Estado nacional juega un papel decisivo como instrumento de civilización del
desarrollo capitalista. En otras palabras, como los problemas económicos no
pueden ser separados de los condicionamientos socioculturales y políticos que
sobredeterminan el alcance de la compentencia como propulsora del proceso de
incorporación de progreso técnico, Furtado rechaza el enfoque cosmopolita de los
problemas económicos y ancla en el Estado nacional la unidad de referencia de
su teoría del desarrollo económico. “Un sistema económico –afirma en
Transformaciones y crisis en la economía mundial (1987)- es esencialmente un
conjunto de dispositivos de regulación orientados hacia el aumento de la eficacia
en el uso de recursos escasos. Ello presupone la existencia de un orden político,
o sea, una estructura de poder fundada en la coacción y/o en el consentimiento.”
4. La percepción que la consolidación del Estado nacional pasaba
necesariamente por el enfrentamiento del problema de las desigualdades sociales,
llevó a Furtado a denunciar la artificialidad de un proceso de modernización
fingido, inaccesible a la mayoría de la población. Su reflexión es una crítica a
la ideología del progreso como panacea de los problemas brasileros. Su
convicción es que “es en el plano de los valores sociales en donde se da el
combate decisivo”.

IV. El rechazo al economicismo.

1. Furtado fue un severo crítico del economicismo –una forma


particular de cretinismo que piensa al funcionamiento de la economía como un
fenómeno independiente del resto del cuerpo social. Como afirma en Prefacio a la
nueva economía política de 1976: “Un cuarto de siglo tanteando los laberintos de
las teorías económicas y esforzándome por descubrir relaciones entre las
enseñanzas que de allí se derivan y los problemas prácticos de nuestra época, me
convenció de la insuficiencia del cuadro conceptual con que trabajamos en esta
ciencia. Un prolongado esfuerzo por comprender los procesos históricos del
desarrollo y del subdesarrollo, apoyado en instrumentos de análisis económico,
me condujo a la convicción de que la elaboración de una “dinámica económica”
que sea algo más que una serie de ejercicios ingeniosos que distraigan a
profesores universitarios, es un objetivo inalcanzable dentro del marco de
referencia en el que trabajamos.”(p.16)
2. Las objeciones de Furtado enfatizan básicamente, el tratamiento
inadecuado dado al espacio y al tiempo:

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- La homogeneización de las formas sociales cualitativamente distintas no
permite ver que la posición dentro del sistema centro-periferia tiene
implicaciones sobre la capacidad que tiene la sociedad nacional para
controlar los fines y medios del desarrollo. En su texto En busca de un
nuevo modelo (2003), resumió la cuestión en los siguientes términos:
“Nuestro estructuralismo, surgido en los años 50, se empeñó en destacar la
importancia de los parámetros no económicos de los modelos
macroeconómicos. Como el comportamiento de las variables económicas
depende en gran medida de esos parámetros, que se definen y evolucionan
en un contexto histórico, no es posible aislar el estudio de los fenómenos
económicos de su marco histórico. La observación resulta particularmente
pertinente para los sistemas económicos heterogéneos, social y
tecnológicamente, como es el caso de las economías subdesarrolladas”
- La reducción del problema económico a una cuestión que se circunscribe
exclusivamente en el ámbito de las relaciones de intercambio y producción,
impide la posibilidad de considerar la amplia gama de factores
extraeconómicos que condicionan los problemas económicos. En Prefacio a
la nueva economía política, Furtado escribe: “La cuestión de la que se
preocupa el economista es el conjunto de problemas sociales que fueron
simplificados expresamente para poderlos tratar con ciertos métodos. Ese
proceso de simplificación asume, por regla general, la forma de una
eliminación del factor tiempo. El error metodológico de la llamada ‘dinámica
económica’ consiste exactamente en pretender introducir el factor tiempo
manteniendo los problemas en un mismo grado de simplificación, como si el
tiempo existiese en sí mismo, independientemente de cualquier contenido.
Dinamizar significa, necesariamente, hacer más espesos los problemas, más
complejos y, por lo tanto, desbordar los límites de lo ‘económico’“(p.11). Esto
se debe a que “los hechos de mayor significación ocurren ‘en el plano de las
estructuras’, siendo prácticamente invisibles para el analista económico”
(p.13). Por esta razón, concluye Furtado: “El avance hacia una dinámica
económica implica una comprensión de los procesos sociales globales, o sea,
la construcción de un marco teórico que permita abordar el estudio del
conjunto de los procesos sociales. A pesar de su vaguedad, el método
histórico ha contribuido ocasionalmente a suprimir la ausencia de ese
enfoque global de los procesos sociales. Ocurre sin embargo, que la
sofisticación de los métodos que utiliza el economista se hicieron en el
sentido de la ahistoricidad; abriéndose así una brecha entre la visión global
derivada de la historia y la percepción particular de los problemas sobre los
cuales el análisis económico proyecta alguna luz.” (p.11)
- El tratamiento formal del tiempo lleva a imaginar la dinámica económica
como un movimiento canónico destituido de cualquier posibilidad de
intervención del hombre. Vaciándose así del peso de las decisiones
políticas sobre el rumbo del desarrollo. “El futuro (...) no puede ser derivado

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de la información contenida en la estructura y en las relaciones de
causalidad comprobada por la experiencia del pasado” (p.43)
3. En su opinión, los economistas que no perciben su medio social actúan como
sacerdotes del orden, mitificando las potencialidades del progreso técnico,
racionalizando el status quo y ocultando las contradicciones del
capitalismo.
- “El gran alcance ideológico de la ciencia económica en el sentido de facilitar
del desarrollo de las fuerzas productivas en el marco del capitalismo,
radica en que contribuye a ocultar el elemento de poder que existe en las
decisiones económicas, asimilándolas a “automatismo” o “mecanismos”,
cuyas leyes debían ser “descubiertas” y escrupulosamente respetadas.”
- “El abandono progresivo del concepto de excedente, que ocurre en el siglo
XIX (con el advenimiento del neoliberalismo de Jevons, Menger y Walras) se
refleja en el propósito de fundar una ciencia económica pura, o sea, con
validez explicativa independientemente del conocimiento de las estructuras
sociales. Así, pretender ignorar las estructuras sociales no es más ni
menos que aceptar como inmutables las que existen en el presente, eso
explica que el campo del estudio del economista se haya restringido tanto y
que hayan sido ellos los últimos en comprender la evolución de la
economía capitalista.” (Prefacio..., p.17)
4. El marco analítico de Furtado para estudiar la problemática del desarrollo
económico, basado en la teoría del excedente social, es concebido como un
espacio de reflexión en el cual convergen: una teoría demográfica –que explica
la reproducción de la población-, una teoría de la estratificación social –que
explica la desigualdad social-, una teoría del poder –que explica el modo de
dominación y legitimación del poder-, y una teoría de la acumulación que trata
sobre las decisiones intertemporales del gasto. “No se trata –afirma Furtado- de lo
que convencionalmente se llama enfoque interdisciplinario y sí de salir a buscar
una teoría social global.” (Prefacio..., p.11)
5. Vemos aquí el esfuerzo de salir del callejón sin salida del economicismo, que
como ya vimos también era compartido por Prebisch al final de su vida. La
importancia dada por Furtado a esta cuestión se hace explícita en la siguiente
cita: “Al limitarme a esbozar el prefacio y a sugerir algunos temas para la
reflexión, pretendo expresar la opinión de que lo que más necesitamos en este
momento es estimular el debate y confrontar opiniones”. Y continúa con
optimismo “Es a nivel de seminario del posgrado, en las diversas ramas de las
ciencias sociales, que el debate en torno a estos temas está avanzando. El
presente texto fue preparado con el objetivo expreso de provocar el debate y
estimular la imaginación de estudiantes y profesores de los cursos de posgrado,
con la convicción de que ya existe una conciencia generalizada de la necesidad de
intensificar el trabajo de crítica y el esfuerzo de reconstrucción teórica de las
ciencias sociales. Es cierto que no se trata de un simple esfuerzo académico,
porque la identificación de problemas, que constituye la base de todo trabajo en

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ciencias sociales, solamente es posible a partir de la inserción del hombre en la
sociedad. Esto no quita, sin embargo, que la inadecuación del sistema teórico
limita la capacidad del hombre para actuar y transformar el mundo en que vive.”
(p. 11 y 12) 1
6. La teoría del excedente debe establecer las estructuras y los procesos
responsables por la generación, apropiación y utilización del excedente
social.
7. Las estructuras deben proporcionar una visión de la totalidad del fenómeno,
contextualizando el desarrollo económico como parte de un todo. “La ideas de
estructura es el punto de partida para la aprehensión de un todo, o totalidad,
cuya forma puede ser descripta mediante reglas que traducen relaciones entre
partes de ese todo. Esas reglas combinatorias son un número finito y se derivan
de la observación de morfologías elementales. Aprehender el todo no es otra cosa
que identificar las simetrías que están implícitas en su forma. La estructura
describe esa forma como un objeto coherente de relaciones estables entre los
elementos de un todo (…) Conviene no perder de vista que una estructura no es
más que una de las descripciones posibles de las formas de un todo, descripción
ésta que proyecta luz sobre aspectos particulares dejando otros en la sombra.”
(Pequeña…, p.42)
8. Los procesos deben explicar la secuencia de hechos, mostrando sus relaciones de
causa efecto.
a) Por un lado, el nexo de causalidad debe establecer los mecanismos de
desarrollo económico, analizando las estructuras funcionales que
explican la introducción y la difusión del progreso técnico. De lo que se
trata es de establecer las relaciones formales de causalidad entre las
estructuras y los dinamismos técnicos y económicos responsables por la
incorporación de progreso técnico. En este momento, la temporalidad del
análisis permanece en un plano puramente formal. “El principio de
causalidad implícito en ese tipo de formalización es inseparable de la idea
de tiempo cosmológico, que puede ser aprehendido globalmente tanto con
respecto al pasado como al futuro. Aprehender el comportamiento del
sistema solar –para lo cual son suficientes la noción de estructura y de
causalidad- implica abarcarlo en sus dimensiones de pasado y futuro. En
la aprehensión de la realidad social esas nociones básicas son
fundamentales, pero están lejos de ser suficientes.” (Pequeña…, p.42 y 43)
b) Por otro lado, explicar el proceso exige que se tomen en cuenta las
decisiones del Hombre. “El hombre, actuando individual o
colectivamente, es un agente activo: su comportamiento incluye un
elemento de intencionalidad que puede ser determinante. Poder romper
con el pasado es exactamente su especificidad. Es porque el hombre es un
1
En las páginas 13-14 de Pequena Introdução ao Desenvolvimento, Furtado explicita la necesidad de superar
el marco analítico de la CEPAL. Tal esfuerzo se observa en los dos libros analíticos sobre teoría del desarrollo
(indicados en el ítem I.6.a de esta clase).

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agente creador que el desarrollo significa la génesis de formas sociales
efectivamente nuevas. Entre el futuro y el pasado social existe una
discontinuidad que es incompatible con la idea de tiempo cosmológico, o
que limita la significación de las formalizaciones corrientes y coloca a las
ciencias sociales en un plano epistemológico irreductible al de las ciencias
de la naturaleza.” (Pequeña…, p.43) Para comprender tal discontinuidad es
vital el concepto de innovación. “Es la innovación en las esfera de los fines
la que nos impide aprehender la realidad social sobre la base del concepto
de tiempo cosmológico. La morfogénesis social traduce, por un lado, la
invención de valores sustantivos y, por el otro, la ampliación del horizonte
de posibilidades con respecto a los valores ya conocidos traídos por el
avance de las técnicas. La mutabilidad al nivel de los fines engendra la
discontinuidad entre futuro y pasado.” (Pequeña…, p.45)
9. El desarrollo económico envuelve problemas “económicos” y
“extraeconómicos”. La articulación entre estas dos dimensiones que se
condicionan mutuamente debería ser analizada por las relaciones de
determinación, históricamente determinadas, entre la economía, las estructuras
sociales y el Estado.
a) Por un lado, la historia determina la particularidad del problema. Esto
es lo que Prebisch resaltó al elaborar el concepto de sistema centro-
periferia. En palabras de Furtado: “La formación del sistema económico se
apoyó (…) tanto en la transformación de las estructuras sociales, como en
la modernización del estilo de vida. Desarrollo y subdesarrollo, como
expresiones de estructuras sociales, vendrían a ser las resultantes de la
preeminencia de uno u otro de esos procesos. Cabe pensarlos, por lo tanto,
como situaciones históricas distintas, pero derivadas de un mismo impulso
inicial y tendiendo a reforzarse mutuamente. Mientras más amplia fuera la
división internacional del trabajo, más profundas serían las
transformaciones sociales en el centro del sistema y más intensa sería la
modernización de las formas de vida en su periferia. Por lo tanto, para
comprender las causas de la persistencia histórica del subdesarrollo, se
hace necesario observarlo como parte de un todo en movimiento, como
expresión de la dinámica del sistema económico mundial engendrado por el
capitalismo industrial (Pequeña…, p. 23)
b) Por otro lado, la historia determina la peculiaridad de la solución. “Los
fines que persigue el hombre se estructuran en un sistema de valores, lo
cual da coherencia a las distintas formas de acción.” (Pequeña…, p. 45)
10. Es la preocupación por la necesidad de superar el economicismo y buscar
nuevos rumbos para la teoría del desarrollo económico la que llevó a Furtado a
instigar a las nuevas generaciones de científicos sociales dispuestos a colocar su
conocimiento al servicio del colectivo nacional a no rendirse frente al sentido
común y a la comodidad reinante en la academia (ver la conferencia “La
responsabilidad del economista” publicada en su Libro En busca de un nuevo
modelo). En su visión, el punto de partida para la comprensión de nuestra

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compleja realidad es reconocer la especificidad de la sociedad periférica. Más allá
del coraje, para nadar contra la corriente, desafiando los dogmas de la ortodoxia
y la fuerza del establishment, Furtado destaca que la capacidad de pensar la
transformación social requiere de imaginación. Recordando su propia experiencia
personal, afirma: “Al alejarse del consenso, el joven economista percibirá que los
caminos ya recorridos por otros tienen poco valor. Inmediatamente notará que la
imaginación es un instrumento de trabajo poderoso y que debe ser cultivada.
Perderá en poco tiempo la reverencia frente a lo establecido y aceptado. Y a
medida que logre pensar por su cuenta, con independencia conquistará la
autoconfianza y perderá la perpejlidad.”

V. La teoría del subdesarrollo de Furtado

1. Una de las dimensiones ocultas por el economicismo es el carácter


altamente asimétrico del sistema capitalista mundial y las difíciles elecciones que
las sociedades de la periferia deben realizar. Sometidas a los constreñimientos de
la dependencia económica y cultural y al arbitrio de la dominación política, las
economías periféricas no tienen cómo repetir las hazañas de las economías
centrales.
2. La teoría del subdesarrollo de Furtado denuncia la irracionalidad de
un patrón de acumulación que, ignorando las restricciones objetivas
resultantes de la posición periférica en el sistema capitalista mundial,
establece necesidades materiales incompatibles con las posibilidades de las
fuerzas productivas. El resultado es la cristalización de una sociedad marcada
por la dependencia externa, por la segregación social y por la heterogeneidad
estructural de las fuerzas productivas.
3. Así, para Furtado, el subdesarrollo debe ser entendido como el
producto de una situación histórica –la génesis y la reproducción de un
sistema centro periferia- y de una voluntad política –la modernización de los
patrones de consumo
a) El sistema centro-periferia constituye una condición necesaria (pero
insuficiente) para la existencia del subdesarrollo, básicamente por dos
motivos
- Por un lado, la participación en la economía mundial permite que
las economías de la periferia aumenten el excedente social
(debido a los rendimientos a escala resultantes del comercio
internacional)
- Por el otro lado, abre la posibilidad de que las economías periféricas
absorban el progreso técnico originario de las economías
centrales.

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b) La modernización de los patrones de consumo –resultado de la
decisión política de elites aculturadas- genera subdesarrollo en la medida
en que
- lleva a la sociedad periférica a establecer necesidades que están
mucho más allá de sus posibilidades, imponiendo un patrón de
acumulación no productiva que no puede ser democratizado al
conjunto de la población
- asimila una tecnología inadecuada portadora de una composición
técnica de capital inadecuado para el tipo de estructura social
presente en la sociedad periférica.
4. Para Furtado, la temporalidad de la economía dependiente debe ser
vista como parte del movimiento de expansión del sistema centro-periferia. La
transformación capitalista asume la forma de un desarrollo inducido de afuera y
hacia adentro. Allí radica la importancia de que los problemas específicos de cada
sociedad sean analizados desde una visión global del modo de funcionamiento del
sistema capitalista mundial.
5. El sistema capitalista mundial crea obstáculos al desarrollo de las
economías periféricas, ya sea porque la difusión desigual del progreso técnico
restringe el acceso de los países dependientes al patrimonio tecnológico de la
civilización occidental; o porque sus principios de organización y funcionamiento
exigen condiciones materiales, sociales, culturales y políticas que simplemente no
está presentes en las regiones periféricas o no se encuentran allí en la forma
necesaria para que el capitalismo pueda desarrollar todo su potencial
constructivo.
6. En este contexto, el margen de maniobra de esas sociedades está
históricamente determinado: por las estructuras y por los dinamismos que son
transferidos del centro capitalista; por las condiciones de acceso a tales
transferencias –lo cual depende de las “exigencias” del progreso técnico-; y,
finalmente, por los impactos “estructurantes” y “desestructurantes” de las
tendencias diseminadas por las nuevas transformaciones capitalistas sobre las
bases económicas y socioculturales internas.
7. Sin embargo, como las transformaciones difundidas del centro
necesitan soportes internos (económicos, socioculturales y políticos) que no
pueden ser artificialmente traspasados a la periferia, los condicionantes externos
no son capaces de definir unilateralmente el movimiento de las sociedades
periféricas. Por esta razón, su tiempo histórico está determinado, en última
instancia, por el modo en que la sociedad periférica reacciona frente al impacto
de los dinamismos externos, negándolos, sancionándolos o superándolos. Se
trata de un complejo proceso social de reconstrucción de las estructuras
capitalistas. Efectivamente, la asimilación de progreso técnico difundido del
centro depende de la superación de deficiencias técnicas, económicas,
socioculturales, institucionales y políticas; de la adaptación de las estructuras
externas a su nuevo ambiente; del acomodamiento de las estructuras “nuevas” y

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“viejas” dentro de una misma situación de mercado; así como de la rearticulación
de los mecanismos económicos y políticos de dependencia y dominación
externas.
8. De esta manera, dentro del abanico de posibilidades abierto por el sistema
capitalista mundial, el sentido, el ritmo y la intensidad de la asimilación del
progreso técnico dependen de decisiones políticas internas. En otras palabras,
el modo de participar en el sistema capitalista mundial depende, en última
instancia, de decisiones internas que están condicionadas por las estructuras
extraeconómicas que definen las necesidades y los valores sustantivos de la
sociedad nacional.

VI. “Nueva dependencia” y dilemas de la formación

1. Interesado en comprender el proceso de industrialización en América Latina,


Furtado organizó sus análisis históricos en torno a la difícil relación entre
subdesarrollo y formación económica.
2. La formación de la economía nacional está asociada a procesos que permiten:
- La constitución de un parque industrial diversificado – considerada como
la columna vertebral de las fuerzas productivas nacionales
- La formación del sustrato social de la economía nacional, esto es, la
existencia de un relativo equilibrio en la relación capital trabajo y de una
base empresarial nacional.
- La génesis de relaciones económicas entre las regiones dominadas por
fuerzas centrípetas (basadas en el mercado interno), y de la política de
desarrollo regional (fundadas en una lógica de cooperación y solidaridad)
que garanticen la unidad y la diversidad entre los diferentes territorios
que componen el país.
- La estructuración de centros internos de decisión, capaces de definir y
de implementar una política que tenga en cuenta la defensa de los
intereses nacionales.
- La consolidación de la identidad nacional
3. En diálogo explícito con la tradición del materialismo histórico, Furtado niega la
existencia de cualquier ley que impulse la historia. En su perspectiva, el
movimiento de la historia está indeterminado. “El subdesarrollo, como Dios Jano
mira tanto para el frente como para atrás, no tiene orientación definida. Es un
impasse histórico que espontáneamente no puede llevar a otra cosa que a una
forma de catástrofe social.” (El subdesarrollo revisitado, p. 19)
4. En la perspectiva de Furtado, la globalización liderada por las grandes empresas
trasnacionales, que ganó impulso a partir de la segunda mitad de los años 70

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constituye una peligrosa amenaza para los fundamentos sociales, políticos y
culturales de la civilización burguesa. El problema fundamental resulta del hecho
de que, al generar una grave crisis social, y un peligroso debilitamiento del
Estado Nacional, la sociedad se queda sin instrumentos para someter el proceso
de valorización del capital a una racionalidad sustantiva que considere las
necesidades y los valores culturales del colectivo. Por lo tanto, con una
trasnacionalización del capitalismo, el mundo burgués estaría adelante de una
delicada encrucijada ética, porque, sin capacidad de controlar el sentido dado a
la revolución tecnológica, el proceso podría volverse contra la propia humanidad.
“Los avances espectaculares de la biotecnología están exigiendo también un
nuevo análisis profundo de las relaciones entre fines y medios en lo que
concierne a la creación científica, porque el impacto de ésta en el mundo real es
cada vez más imprevisible. Es notorio el caso de las experiencias de clonación de
células animales y de las que se anuncian para seres humanos. Las inversiones
que se orientan en esa dirección son de gran tamaño. El avance de las ciencias
naturales, que tantos beneficios ya trajo a la humanidad, amenaza en la fase
actual a la propia supervivencia de ésta. Se reproduce de forma insidiosa la saga
de conquistas espectaculares de la física nuclear, cuyo saldo es una amenaza
potencial de destrucción en escala desconocida.” (En busca de un nuevo modelo,
p.55)
5. Para Furtado, la globalización da lugar a un marco histórico particularmente
adverso para las economías periféricas. Esto se da porque, al contrario de lo que
pasaba en la época de la “vieja dependencia”, en la que se podía imaginar
“dependencia y desarrollo”, la “nueva dependencia” no deja lugar para la
industrialización periférica. La crisis de la deuda externa, la política agresiva de
colonialismo cultural por parte de Estados Unidos y la incontestable hegemonía
del neoliberalismo vinieron a exacerbar la adversidad del marco histórico.

VII. Actualidad de Furtado

1. Para finalizar, me gustaría destacar, sin mucha preocupación por el orden lógico
y sin pretensión de agotar la cuestión, algunos elementos traídos por Furtado
que parecen extremadamente oportunos.
2. Furtado explicó que el origen del problema de la pobreza en las sociedades
subdesarrolladas que lograron impulsar el proceso de industrialización por
sustitución de importaciones, como es el caso de Argentina, Brasil y México, no
se encuentra en el bajo grado de desarrollo de las fuerzas productivas, sino en el
control del excedente social por parte de elites aculturadas que ha priorizado la
copia de los estilos de vida de las economías centrales. En otras palabras, la
pobreza es causada por la mala distribución de la riqueza. Se trata por lo tanto,
de un problema esencialmente político. Enfrentar la pobreza es, antes que nada,
combatir los privilegios aberrantes de elites aculturadas que imponen un patrón
de acumulación que supone la concentración de rentas como uno de sus

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requisitos estructurales. Allí, la distancia entre las potencialidades subjetivas
entre la superación de la pobreza y la triste realidad del pueblo latinoamericano
resulta inaceptable.
3. En el momento en que diferentes modalidades de políticas compensatorias para
el combate del hambre monopolizaban el debate en los organismos
internacionales, Furtado señaló de manera inequívoca que la causa del problema
se encuentra en el tipo de relación social que predomina en las sociedades
subdesarrolladas. Para que los pobres tengan acceso a los alimentos, precisan de
ingresos. Para que dispongan de ingresos sin depender de la caridad, necesitan
de medios para apropiarse de parte del producto social. En la práctica, esto
significa tierra para quien está en el campo, y trabajo bien remunerado para
quien vive en la ciudad. Así, el autor explica que la erradicación del hambre sólo
será posible con una profunda reforma patrimonial. “Para participar de la
distribución del ingreso –afirma el autor en su libro En busca de un nuevo
modelo- la población necesita estar habilitada por un título de propiedad o por la
inserción cualificada en el sistema productivo”.
4. La hegemonía avasalladora de la ideología neoliberal hace prevalecer una
concepción de estabilidad monetaria que sacrifica el crecimiento económico, y
una concepción de organización de la vida económica que, al negar la
planificación, deja a la sociedad al amparo de la estrategia de valorización del
capital de grandes empresas trasnacionales. Así concluye Furtado, “sería una
liviandad desconocer que emprendimos un camino que nos conduce a un grave
impasse”.
5. Para evitar falsas ilusiones en relación con la posibilidad de un
neoliberalismo menos regresivo, el autor nos advierte sobre la presencia de un
antagonismo irreconciliable entre el patrón de estabilidad de los precios impuesto
por el consenso de Washington y la posibilidad de políticas públicas que den
prioridad a los gastos sociales como vivienda, educación y salud. La elevada
magnitud de los gastos financieros para el pago de servicios de la deuda externa
y la lógica de ajuste fiscal permanente simplemente comprometen el crecimiento
económico e inviabilizan las políticas públicas, haciendo que el Estado se
transforme en rehén de sus acreedores externos e internos. Y así, Furtado pone
el dedo en la llaga, señalando los nudos que deben ser desatados para sacar a
América Latina del ardid de las deudas externas. Se trata de recuperar el poder
de negociación con el capital internacional decretando una moratoria y
centralizando el [tipo de] cambio. Hablando sobre la situación brasilera, Furtado
expresó que: “Tenemos que entendernos con el sistema financiero internacional,
para reducir la transferencia de utilidades al exterior, y así retomar la inversión
interna. Hay que llegar a una moratoria negociada, lo cual exigirá coraje y un
proyecto bien definido. Si el gobierno actual ya no reúne tales condiciones,
esperemos que el próximo las reúna. Lo fundamental es que el país salga del
marasmo.” (En busca…, pp. 25-26)
6. Hablando sobre la situación de Brasil, Furtado defendía idea de que urgía un
cambio radical en el rumbo de la política económica. Para él, la globalización

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compromete irremediablemente la capacidad de la sociedad nacional para tomar
decisiones estratégicas, amenazando la propia continuidad del proceso de
construcción nacional. “La globalización –afirma el autor- opera en beneficio de
los que comandan la vanguardia tecnológica e explotan los desiguales desarrollos
entre países. Esto nos lleva a concluir que países con gran potencial de recursos
naturales y acentuadas disparidades sociales –como es el caso de Brasil- son los
que más sufrirán con la globalización, ya que podrán disgregarse o convertirse en
regímenes autoritarios como respuesta a las tensiones sociales crecientes. Para
escaparle a esa separación tenemos que volver a la idea de proyecto nacional,
recuperando el mercado interno como centro dinámico de la economía. La mayor
dificultad está en revertir el proceso de concentración de la renta, lo que
solamente será logrado mediante una movilización social” (En busca…, p. 42)
7. En la perspectiva de Furtado, la superación del neoliberalismos exige coraje para
romper con el status quo y creatividad para abrir nuevos caminos. En su
opinión, la creatividad se origina principalmente en dos fuentes:
- Por un lado, la innovación está generada por la presencia de intelectuales
críticos, capaces de nadar contra la corriente e interpretar las
transformaciones inscriptas en la realidad que signifiquen una ruptura
efectiva con el orden establecido y una apertura a nuevos horizontes para
la sociedad
- Por el otro lado, las innovaciones dependen de procesos culturales
enraizados en el pueblo. Por esta razón, considera que la superación de la
crisis que amenaza el futuro sólo será posible si existe una amplia
participación popular en el proceso político. “Solamente la creatividad
política impulsada por la voluntad colectiva podrá producir la superación
del impasse. Pero esa voluntad colectiva requiere de un reencuentro de los
liderazgos políticos con los valores permanentes de nuestra cultura. Por lo
tanto, el punto de partida del proceso de reconstrucción que tenemos que
enfrentar, deberá ser una mayor participación del pueblo en la toma de
decisiones. Sin eso, el desarrollo futuro no se alimentará de auténtica
creatividad y poco contribuirá a la satisfacción de los anhelos legítimos de
la nación” (En busca…, p. 36).

8. Como académico consagrado, Furtado remarca la responsabilidad política del


científico social, insistiendo en la necesidad de que el pensamiento esté guiado
por compromisos sociales claros y principios éticos. “Mi largo camino –
comentaba- fue guiado por dos grandes referencias: el compromiso ético con
valores universales y la confianza en el liderazgo de las fuerzas sociales cuyos
intereses se confunden con los de la colectividad nacional” (En busca…, p. 80)
9. Comprometido en cuerpo y alma con la lucha por la construcción de Brasil,
Furtado encarnó como nadie las utopías y las frustraciones del
Desarrollismo Nacional. Impermeable a modismos, combatió hasta el fin todas
las formas de colonialismo. Victorioso en la vida, sufrió duras derrotas políticas.
Las esperanzas despertadas por la campaña de reformas de base, fueron

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sepultadas por las bayonetas de la dictadura militar. Las ilusiones generadas por
la idea de que el fin de la dictadura militar descongelaría la historia, dando lugar
a las reformas, fueron rápidamente deshechas por la completa incapacidad de la
Nueva República para liberarse de la tutela de los organismos financieros
internacionales y de resistir al avance avasallador de la ideología neoliberal.
10. Las derrotas políticas y la situación de fuerte aislamiento intelectual no
debilitaron su disposición al combate y su optimismo en relación al futuro
de Brasil, y por qué no, de toda América Latina. En el epígrase de su libro “Brasil:
La construcción Interrumpida”, escrito a comienzos de los 90s, en pleno auge del
neoliberalismo triunfante, Furtado reconoció –no sin un poco de autoironía- la
adversidad del momento histórico: “Resistir a la visión ideológica dominante sería
un gesto quijotesco, que serviría sólo para suscitar la risa de la platea, y por qué
no, el desprecio de su silencio. Pero cómo desconocer que hay situaciones
históricas tan imprevistas que requieren de la pureza de alma de un Don Quijote
para enfrentarlas con alguna lucidez? Y como la Historia aún no terminó, nadie
puede estar seguro de quién será el último en reír o llorar”
11. Furtado no tuvo tiempo para ver el Brasil con el que tanto soñó y para el cual
tanta energía dedicó. La adhesión incondicional de los gobiernos de Fernando
Henrique Cardoso y Lula al neoliberalismo cerró el ciclo de ilusiones en relación
con la posibilidad de “civilizar” el capitalismo brasilero. Las derrotas de todas las
iniciativas de “reformas” progresistas de las últimas cinco décadas no dejan lugar
a dudas. Después de 1964, el Estado Burgués pasó a funcionar en Brasil como
una contrarrevolución permanente. Casi como un aviso, Furtado nos dejó
exactamente en el momento en que Brasil se encontraba inmerso en la crisis
política más grave desde el colapso de la República Vieja en 1930. La
imposibilidad de realizar cambios dentro del orden deja cada más claro que
un Brasil democrático y soberano, sólo es posible en los marcos del
socialismo.
12. Conclusión con observaciones:
- La crítica fundamental de Moraes es que Furtado se atribuye la condición
de demiurgo 2 de Brasil. “La doctrina política de Furtado pretende explicar
el pacto redentor –que, a su vez, antecede al consenso- a través de la
generación de elites adecuadamente ‘equipadas’ para ‘sentir lo social’ y
administrarlo. Necesita, por lo tanto, englobar reglas sobre la producción
cultural ‘legítima’ y saludable, una pedagogía para los gestores de la
sociedad. Requiere, también, profundizar la idea de los caminos para la
producción intelectual de la ‘vanguardia’ y de los individuos por ella
conducidos. Para hablar de esos dos géneros de hombres y dirigirlos, Celos
Furtado, pasajero de la utopía, debería navegar entre las demostraciones
de la Razón y las sombras de la Persuasión” (p.93)

2
Según la RAE, “En la filosofía de los gnósticos, alma universal, principio activo del mundo” [N. Del T]

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- Destaco un aspecto de las observaciones de Francisco de Oliveira sobre la
contribución de la teoría del subdesarrollo de Furtado: no era del
capitalismo global “(..) no hay más que mediaciones nacionales que
construyeron la especificidad del subdesarrollo”. “La metáfora, por
ahora sólo metáfora, de esa desterritorialización localizada – que
corresponde al simulacro del Estado Nacional- es que se trata de
provincias del imperio, en las que el nexo externo no está más filtrado o
mediado por ninguna fuerza interna, en las que no hay más, ni siquiera,
subordinación: hay sólo ordenación”. De allí su conclusión: “Creo que el
concepto de subdesarrollo, para recuperar la capacidad explicativa al
servicio, evidentemente, de las clases sociales nacionales que todavía
aspiran a una autonomía, debería retener las características de la nueva
complejidad, para lograr inspirar no sólo a los teóricos, sino a un amplio
conjunto de fuerzas políticas que asuman la tarea de la transformación. El
trabajo teórico-práctico de Furtado continuará siendo uno de nuestros
puntos de partida” (pp 126-127)

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