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PRIMERA PARTE
SHIATZU COMO
MEDIO PARA MANTENER
LA SALUD Y LA VITALIDAD
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CAPITULO 1
SHIATZU: QUE ES Y POR QUE ES EFICAZ
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Unicidad significa que la vida del universo y la vida de un individuo son esencialmente lo mismo, y
que están constituidas por iguales elementos. Según los viejos filósofos orientales, cada vida, cada
cosa en el universo -y el universo mismo- cumplen idéntico ciclo vital. Yin y yang son las fuerzas
opuestas del universo que deben mantener su equilibrio si se quiere lograr la Unicidad. El yin es una
fuerza negativa; el yang es positivo. Se considera que la luna es yin y el sol es yang. La noche es yin
y el día es yang; el agua es yin y el fuego es yang. Dentro de los conceptos de yin y yang no hay
absolutos y se piensa que, si bien se trata de fuerzas opuestas, ellas están también en armonía. Por
ejemplo, el hombre es yang para la mujer, que es yin. Dado que ni yin ni yang son absolutos, cada uno
de ellos contiene al otro y todo está hecho de yin y de yang. Tanto el hombre como la mujer tienen
hormonas masculinas y femeninas.
Se considera además que las fuerzas del yin y del yang no son estáticas sino que cambian cons-
tantemente y que un exceso de yin se trasforma en yang y demasiado yang pasa a ser yin. Cuando el
agua (yin) se congela (yin) se trasforma en hielo (yang).
Desde sus comienzos, la medicina oriental estuvo estrechamente vinculada con la filosofía de la
Unicidad y con la idea de las fuerzas del yin y del yang del medio y del cuerpo. Se creía, pues, que la
salud se resentía solo cuando se destruía el equilibrio entre el yin .y el yang. La manera de enfocar la
salud era preventiva, a fin de mantener la armonía corporal. Pero si esa armonía se perdía, había que
restablecerla. Esta actitud preventiva nos ha llegado, a lo largo de los años, en el shiatzu, ya que se
trata, en primer lugar -y principalmente-, de un método para conservar la salud y mantener el cuerpo
en armonía.
Los antiguos terapeutas y filósofos chinos efectuaban profundos estudios de los males humanos.
El sistema que surgió de estos estudios fue muy diferente del que
produjo la moderna medicina occidental miles de años después. El
enfoque oriental es empírico: prácticas basadas en la experiencia y
en la observación. Los sabios chinos observaron que ciertos trastor-
nos afectaban determinados puntos en la superficie del cuerpo: va-
rios puntos se ponían calientes, se enfriaban, se hacían hiposensibles,
se endurecían, dolían, se secaban, estaban más grasosos, se deco-
loraban o se manchaban. Llegaron a ubicar 657 de estos puntos en
el cuerpo, y observaron que algunos de ellos se relacionaban entre
sí. Como si estuvieran diseñando un mapa médico, trazaron líneas
entre estos puntos interrelacionados y determinaron que hay doce
Símbolo del yeng y del yin
vías de acceso o meridianos que, en cada mitad del cuerpo, vincu-
lan dichos puntos. Además de estos doce pares de meridianos corporales, trazaron dos meridianos
coordinadores que dividen el cuerpo en dos sectores iguales. Uno de ellos, conocido como el meri-
diano de la concepción, se extiende desde la base del tronco, pasa por el centro del abdomen, el
centro del pecho y termina en un punto central y anterior del maxilar inferior. El segundo, o meridiano
rector, comienza en el medio de la encía superior, sigue hacia arriba y hacia el centro del cráneo,
continúa por la parte posterior a lo largo y hacia abajo por la columna vertebral y termina en la base
del cóccix. El meridiano de la concepción recibió este nombre debido a que los órganos sexuales
están ubicados en este sentido. Se mueve principalmente con energía yin. El meridiano rector se
denomina así debido a la enorme importancia de la columna vertebral como sostén fundamental del
cuerpo. Acciona principalmente mediante energía yang. Estos dos meridianos divisores controlan la
energía que circula constantemente por los doce pares de meridianos corporales. Interconectados,
los doce pares de meridianos corporales constituyen un único sistema energético que conserva la
salud del cuerpo.
La precisión de las observaciones de los sabios queda probada por el hecho de que su concepto
acerca del modo de actuar de estos meridianos corresponde, en muchos casos, a las funciones de
las distintas redes descubiertas, siglos después, por la medicina occidental: los sistemas circulatorio
y nervioso, el endocrino, el reproductor, etcétera.
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Los antiguos sabios creían que los meridianos eran vías por las cuales circulaba la energía del
universo por los órganos corporales, manteniendo en armonía el cuerpo y el universo. Interpretaban
que la enfermedad o el dolor se producían cuando esas sendas se obstruían, interrumpiendo la
circulación de la energía y rompiendo la armonía corporal. En su opinión, la inserción de agujas
particularmente finas en los puntos afectados de esas vías, y en aquellos vinculados con éstas,
permitía abrirlos nuevamente y restaurar la corriente energética. Creían, asimismo, que el tratamien-
to periódico de la persona sana ayudaba a preservar la circulación de la energía y a prevenir la
enfermedad. Esto es lo que se trasformaría en la ciencia de la acupuntura.
Con el correr de los años la acupuntura llegó a ser una disciplina médica sofisticada pero todavía
basada en el antiguo concepto: es necesario mantener el equilibrio entre todas las zonas del cuerpo
así como con el medio externo.
Un tratamiento shiatzu
Reproducción de una vieja talla
en madera japonesa
La acupuntura china fue introducida en el Japón hace 1300 años. El shiatzu surgió en este país en
el siglo XVIII como una combinación de la forma amma tradicional de masaje oriental. El am (presión)
ma (frotación) consistía simplemente en presionar y frotar los puntos dolorosos del cuerpo, emplean-
do para ello los dedos y las palmas de las manos. Se llegó a determinar que, en lugar de agujas,
podían obtenerse resultados similares mediante la presión directa con los pulgares y con otros dedos
en aquellos puntos de los meridianos determinados por la acupuntura. Estos puntos son, en efecto,
como las compuertas de la circulación que al ser estimulados con presión directa y continuada,
mantienen el sistema energético en actividad. Se considera que esta innovación señala el comienzo
del shiatzu tal como hoy lo conocemos, aun cuando recién casi doscientos años más tarde, en la
década de 1920, la palabra shiatzu fue incorporada al idioma japonés. Actualmente hay en Japón
más de 20.000 terapeutas shiatzu matriculados, y este arte forma hoy parte de la vida de casi todos
los japoneses.
Si bien el shiatzu está estrechamente vinculado con la acupuntura y produce sus mismos efectos
en el organismo, prefiero personalmente el shiatzu como disciplina individual para la persona sana.
La acupuntura es, fundamentalmente, un método para el tratamiento de las enfermedades, mientras
que la función principal del shiatzu es conservar la salud y el bienestar, aun cuando también actúa
eficazmente sobre muchos trastornos y dolores. El shiatzu está libre de los riesgos de infecciones o
lesiones propias de la terapia con agujas. Mientras que el profano no puede aplicar acupuntura,
prácticamente cualquiera puede aprender las técnicas fundamentales del shiatzu. Y usted puede
aplicárselo a usted mismo con la mayor facilidad.
No obstante, hay algo muy importante que no ha de olvidarse mientras se aprende o se recibe
shiatzu. El shiatzu jamás deberá practicarse a quien tiene fiebre, padece una infección o cualquier
trastorno orgánico interno, o tiene propensión a las hemorragias internas -debidas, por ejemplo, a
úlceras estomacales o duodenaleso ha sufrido una fractura ósea.
A lo largo de este trabajo me refiero a quien recibe shiatzu
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autoaplicado o practicado a otra persona— siempre en femenino. El motivo es completamente
personal. Los mapas o diagramas médicos orientales se basan invariablemente en la forma mascu-
lina. Los puntos son similares para el hombre y la mujer y sucede que sencillamente me he cansado
de que siempre se haga referencia a «él». En lugar de crear una confusión refiriéndome a uno y otro
sexo, prefiero asumir la determinación de presentar diagramas no fanatizantes —valga la expresión.
Sea usted hombre o mujer, el shiatzu puede mejorar su vida. Si se lo emplea de manera inteligen-
te y consecuentemente, junto con la dieta y el ejercicio apropiados, sus propósitos llegan a equivaler
a sus resultados. Los músculos se relajan, los dolores se alivian, las tensiones nerviosas disminuyen.
Aproveche sus beneficios. Pronto estará de acuerdo con el viejo sabio que una vez afirmó: «Los
pensamientos saludables y la vitalidad provienen de un cuerpo sano.»
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CAPITULO 2
LA PALPACION
La filosofía fundamental que sustenta mi trabajo mediante el shiatzu consiste en dar, en aliviar el
dolor de los demás, en lograr que otra persona más se sienta mejor.
A menudo tomamos conocimiento de que disponemos de nuestras manos y de nuestros dedos,
pero no de que ellos nos sirven como medios de comunicación e instrumento para aliviar el dolor. La
gente enamorada se toma de las manos o se acaricia mutuamente. Cuando sentimos dolor, llevamos
instintivamente las manos a la zona que nos duele. Estar uno consustanciado con sus propias manos
constituye la esencia del shiatzu. Sea que se lo practique en otro o en uno mismo, el shiatzu es
energía trasmitida con las manos.
De manera específica, el shiatzu se practica con los pulgares, con los demás dedos y con las
palmas, pero ello solo sirve como punto de partida de la energía. En realidad el shiatzu se suministra
con todo el cuerpo, pero concentrando la carga y los sentidos en los dedos.
Cuando se aplica shiatzu a otra persona, pronto se logra desarrollar la habilidad requerida como
para captar el grado de presión que debe ejercerse. Es necesario mantenerse en el estrecho límite
que existe entre la satisfacción y el dolor moderado. Cuanto mayor sea la tensión que usted siente,
mayor será la presión a aplicar.
Una manera de familiarizarse con las distintas presiones consiste en practicar en una balanza de
baño. Coloque las palmas de las manos o las yemas de los dedos o ambos pulgares en la balanza.
Enderece los brazos y ejerza presión hacia abajo hasta que la aguja marque nueve kilogramos. Esta
es la presión máxima que se aplicará en las zonas más musculosas del cuerpo. Cuente hasta tres y
levante los pulgares de la balanza; descanse y vuelva a presionar contando hasta tres. Repítalo
varias veces hasta familiarizarse con la presión a ejercer, para alcanzar los nueve kilogramos. Haga
el mismo ejercicio hasta alcanzar siete y luego cinco. Siete kilogramos es la presión media que se
ejercerá en la cabeza y en el estómago; cinco kilos es el límite que deberá alcanzarse para la parte
anterior y laterales del cuello y en la zona abdominal inferior.
Todo el equipo que se necesita para practicar el shiatzu es una frazada o una manta, una toalla o
una funda pequeña y el piso o una cama. Yo prefiero utilizar el piso antes que una cama o mesa para
masajes. El piso me permite un mayor desplazamiento para ubicarme sobre la cabeza, a uno y otro
lado y a los pies.
Se puede improvisar un colchón, colocando sobre el piso una o dos frazadas dobladas en tres, a
lo largo. Dado que no es fácil que en la casa haya almohadas chicas y duras, podrá conseguir un
excelente apoyo para la cabeza doblando sobre sí varias veces una toalla. Esto servirá, especial-
mente, cuando el sujeto está boca abajo y para descansar el cuello cuando está boca arriba.
Es importante que cuando usted ejerza presión sobre el cuerpo del sujeto, lo haga con los brazos
extendidos. La carga que significa su presión debe centralizarse en sus hombros y en su espalda.
Esto permite que su contacto sea tan directo y preciso como sea posible lograr. Ello indica, además,
la posición que usted debe tomar.
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Por ejemplo, cuando se trabaja en la columna vertebral, usted debe-
rá pararse con los pies a ambos lados del sujeto. Sus brazos han de
estar tan próximos a la línea perpendicular de la columna vertebral
como sea posible. Si ello le resultara muy cansador, usted podrá
arrodillarse al lado y ubicar la parte superior de su cuerpo sobre la
zona en la cual concentra su acción.
Cuando se practica shiatzu en la cabeza, los brazos y las piernas, la posición arrodillada es la
mejor. Aquí también debe procurar mantener extendidos los brazos y utilizar el peso y equilibrio de
sus hombros y espalda.
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LAS PALMAS
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CAPITULO 3
EL SHIATZU PARA OBTENER UN CUTIS FRESCO
El shiatzu logrará que usted parezca más joven y eso lo conseguirá mejorando el color y la textura
de su piel. Prácticamente toda persona a la cual aplico shiatzu de manera regular y completa, advier-
te una marcada mejoría. Considero que éste es el resultado directo de las propiedades del shiatzu
para estimular el sistema circulatorio y mejorar el tonismo muscular.
La medicina oriental considera que una hermosa coloración de la piel refleja una excelente salud
general, resultado de la armonía corporal. Abriendo los meridianos -vías de acceso de la energíay
mejorando la circulación general del organismo, el shiatzu ejerce una influencia significativa sobre la
lozanía de la piel.
Los factores específicos que contribuyen a mantener un cutis hermoso son los mismos para
Oriente que para Occidente: buena circulación y tonismo muscular, equilibrio hormonal especialmen-
te del estrógeno, dormir en la medida adecuada y evitar la fatiga prolongada.
Los ejercicios que recomiendo para mejorar el color de la piel facial solo llevan unos diez minutos
diarios. Para la obtención de resultados mejores y más duraderos, la secuencia debe cumplirse por lo
menos cuatro veces por semana. Y usted comenzará a sentir y ver los resultados en las primeras dos
semanas. Mis ejercicios relajan la tensión muscular, conservan la humedad de la piel y mejoran la
circulación en la cara y el cuello. Se los practica en la cintura, el abdomen, los tobillos y los pies, el
cuello y la cara.
Cuando se aplica shiatzu específicamente para la belleza de la piel, debe comenzarse por la
cintura. Ello alivia la tensión muscular y estimula las glándulas suprarrenales y los órganos de la
reproducción. También permite mantener el equilibrio hormonal.
Luego se sigue con el abdomen para ayudar a la circulación general. El shiatzu en el abdomen
mejora además el funcionamiento del hígado, el estómago y los intestinos.
Se pasa luego al shiatzu en tobillos y pies. Esto es importante, ya que una buena circulación en
esta zona -la más distante del corazón - es crítica para, la efectividad de todo el sistema circulatorio.
Además, el shiatzu en las plantas de los pies ayuda a relajar todo el cuerpo y -esto no deja de tener
importancia- produce una maravillosa sensación.
Finalmente se actúa sobre la cara y el cuello. Las presiones suaves otorgan un tonismo adecuado
a los músculos faciales y aumentan el aflujo sanguíneo a las células sensitivas de las distintas capas
de la dermis facial. La medicina oriental considera que el cuello es la «fuente de la belleza y de la
juventud». El shiatzu aplicado en la parte anterior y laterales del cuello ayuda a mantener la elastici-
dad de las paredes venosas y arteriales más importantes. Sirve, asimismo, para estimular una circu-
lación normal entre el corazón, el cerebro y la cara.
Pienso que el momento ideal para practicar shiatzu con miras a la belleza facial es la mañana,
cuando usted se prepara para el resto del día. Pero si sus horarios no se lo permiten, obtendrá los
mismos resultados haciendo los ejercicios cuando le resulte conveniente. Lo más importante es que
la secuencia se cumpla con constancia.
Estimo que la explicación de los ejercicios para la autopráctica de este método le resultará suma-
mente fácil. También presento ejercicios para contribuir a la belleza facial, destinados a ser aplicados
a otra persona. Si bien no deseo minimizar los efectos del shiatzu autoaplicado, siempre resulta más
agradable-de ser posibleque las presiones sean ejercidas por otra persona.
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AUTOAPLICACION DEL SHIATZU PARA EL CUTIS
Estos ejercicios pueden hacerse sentada en una silla o en el Prefiero la silla porque ello me
permite relajar mejor las piernas.
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Tobillos
Apoye su pie derecho en el suelo. Inclínese hacia adelante para
trabajar en el tobillo. Coloque el pulgar derecho en la parte externa de
éste, de modo tal que quede en la zona superior del espacio com-
prendido entre el astrágalo (hueso del tobillo) y el tendón de Aquiles,
que se inserta en la cara posterior del calcáneo (hueso del tobillo).
Lleve los otros dedos hacia la cara anterior del tobillo.
Frente
En esta secuencia las puntas de los dedos se colocarán en línea perpendicular a la frente, y las
manos se moverán partiendo del centro de la frente hacia las sienes.
1. Haga que las puntas de sus índices se toquen exactamente por debajo de la línea de implanta-
ción del cabello y que los dedos medios de ambas manos se toquen en el centro de la frente. Los
anulares quedarán justamente debajo de los dedos medios, a la altura del entrecejo.
2. Presione de manera moderada (7 kilogramos) simultáneamente con el dedo pulgar, el medio y
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el anular lar de ambas manos. Descanse. Repita la presión dos veces
más.
3. Mueva los dedos separadamente hacia los puntos ubicados entre la
línea de implantación del cabello y el centro
de las cejas. Ejerza una presión moderada
simultáneamente con los dedos de ambas
manos. Haga una pausa y repita dos veces
más.
4. Mueva sus manos hacia los puntos que
van desde la línea de implantación del cabe-
llo hasta los extremos distantes de las cejas.
Repita la presión moderada simultáneamen-
te con todos los dedos. Manténgala durante
tres segundos. Hágalo dos veces más.
Ojos
Los puntos que rodean a los ojos están situados en los bordes internos
de las órbitas. Emplee los dedos índice, medio y anular de ambas manos -
la mano izquierda para el ojo izquierdo y la mano derecha para el ojo dere-
cho. Trabaje con ambos ojos simultáneamente. Si usa lentes de contacto,
sáqueselos.
Nariz
Coloque las yemas de los dedos medios sobre las uñas de los índices. Presione
simultáneamente, sobre los puntos correspondientes, a ambos lados de la nariz.
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Mejillas
Mantenga los pulpejos de los dedos medios sobre las uñas de los índi-
ces. Cada mejilla tiene cuatro puntos. Presione simultáneamente los puntos
correspondientes de las mejillas derecha e izquierda.
Boca
Cerca de la boca existen cuatro puntos. Utilice un pulgar para el prime-
ro y el último, y los dos, simultáneamente, para el segundo y el tercero.
Región submentoniana
El punto por debajo del mentón está en la zona hundida, dos dedos
hacia atrás de la parte anterior del maxilar inferior. Para llegar a él
utilice la yema del pulgar.
Cuello y garganta
Para trabajar en los puntos del cuello, utilice los dedos medio e índice de
ambas manos, empleando la mano izquierda para el lado izquierdo del cue-
llo y la derecha para el lado derecho. Los puntos que aparecen en la ilustra-
ción, se ofrecen como guía general. El propósito que se persigue es propor-
cionar una presión de ligera a moderada en toda la zona del cuello. Trabaje
simultáneamente con los puntos correspondientes a ambos lados.
1 Coloque los dedos índice y medio de la mano derecha por debajo del
maxilar, al lado de la parte superior de la tráquea. Con la mano izquierda
repita el procedimiento en el lado izquierdo. Pre.. sione levemente (5 kilogra-
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mos) durante dos segundos, comprimiendo el músculo y no la tráquea. Descanse.
2. Mueva los dedos ligeramente hacia abajo y repita la presión.
3. Continúe descendiendo en la misma línea hasta llegar a la base del cuello y
presionando levemente cada punto durante dos segundos.
4. Vuelva a la parte superior del cuello y repita las presiones. Siga los músculos
principales desde la parte superior hasta la base del cuello.
En la base del cuello hay un único punto ubicado en el centro entre ambas
clavículas. Flexione el pulgar y coloque el pulpejo en la parte superior del hueso.
Presione sobre la parte de la base, y no en la garganta, de manera moderada (7
kilogramos) durante tres segundos. Descanse. Repita dos veces más.
Sienes
La secuencia de shiatzu autoaplicado acaba con los puntos co-
rrespondientes a las sienes. Coloque las yemas de los dedos medios
sobre las uñas de los índices.
Columna vertebral
La persona que lo recibirá, deberá acostarse boca abajo en el suelo o
sobre una frazada doblada, con la cabeza apoyada sobre las manos que
descansarán, a su vez, sobre una pequeña almohada dura o toalla dobla-
da. Párese con los pies a cada lado de la persona a quien aplicará shiatzu,
a una altura algo más abajo de sus caderas. Ejerza la presión con los bra-
zos extendidos y trasmitiendo el peso de la parte superior de su cuerpo por
medio de sus pulgares.
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Zonas laterales de la columna
1. Coloque los pulgares uno al lado del otro en la zona limitada entre los
omóplatos y la cintura y a dos dedos hacia la derecha de la columna. Pre-
sione moderadamente (7 kilogramos), durante tres
segundos. Descanse.
2. Descienda hasta un punto interme- dio entre
el anterior y la cintura. Repita la presión. Descan-
se.
3. Descienda hasta la cintura y repita la presión
moderada (7 kilogramos). Descanse.
4. Desplácese hasta el primer punto a cuatro
dedos a la derecha de la columna, en la zona limi-
tada entre la parte inferior del omóplato y la cintura.
Repita la secuencia anterior descendiendo hasta
terminar en la cintura.
5. Repita la secuencia en la zona lateral izquierda de la colurpna, primero
a dos dedos y luego a cuatro de la columna vertebral.
Tobillos
Arrodíllese junto a la rodilla derecha de la persona a quien trata.
Coloque el pulgar derecho en la parte interna del tobillo, de modo tal
que quede por encima de la depresión existente entre el astrágalo
(hueso del tobillo) y el tendón de Aquiles. Coloque el pulgar izquier-
do en el punto correspondiente de la parte externa del tobillo. Rodee
el tobillo con el resto de la mano.
1. Rodee con sus dedos la parte anterior del pie derecho del sujeto y
coloque los pulgares uno al lado del otro, exactamente por debajo de la zona
más musculosa del talón. Presione profundamente (9 kilogramos) durante
tres segundos. Descanse.
2. Siga la línea hacia abajo, hasta llegar al centro de la planta del / pie.
Repita la presión durante tres segundos. Descanse.
3. Coloque sus pulgares uno al lado del otro exactamente detrás de la
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eminencia metatarsiana (zona más prominente del pie). Repita la presión. Descanse.
4. Corra los dedos hacia la parte posterior e interna del pie y coloque ambos pulgares
en el cuarto punto, en la zona alta del arco. Presione sione profundamente (9 kilogra-
mos), durante tres segundos.
5. Repita las presiones en los puntos correspondientes de la planta del pie iz-
quierdo.
Frente
Arrodíllese detrás de la cabeza del sujeto, de modo de alcanzar la parte supe-
rior de ésta, sin necesidad de estirarse. Los puntos de la frente responden a
cuatro líneas que se extienden desde la implantación del cabello hasta las cejas.
La primera está en el centro de la frente. La segunda y tercera van desde la línea
de implantación del cabello hasta la mitad de las cejas, derecha e izquierda,
respectivamente. La cuarta y quinta -también a ambos lados- van desde la im-
plantación del cabello hasta la cola de las cejas.
1. Coloque los pulgares uno al lado del otro en la parte central de la frente,
justo en la línea de implantación del cabello. Presione moderadamente (7 kilo-
gramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda dos traveses de dedo siguiendo la línea hacia la nariz. Repita la presión. Descanse.
3. Descienda hasta el punto ubicado en el entrecejo y repita la presión moderada. Descanse.
4. Separe los pulgares y vuelva a la línea de implantación del cabello a la
altura de la mitad de las cejas. Presione moderadamente (7 kilogramos) duran-
te tres segundos. Descanse.
5. Siga estas líneas descendiendo cada vez dos traveses de dedo, para
terminar en puntos ubicados en el centro de las cejas.
6. Vuelva a la línea de implantación del cabello a la altura de las dos líneas
externas. Siga estas líneas descendiendo cada vez dos traveses de dedo. Pre-
sione moderadamente en cada punto para terminar en la cola de las cejas.
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Ojos
Los puntos que rodean a los ojos están ubicados en los rebordes infe-
rior y superior de las cuencas orbitarias. Emplee sus índices y presione los
puntos correspondientes simultáneamente en ambos ojos.
1. Coloque los índices por debajo del reborde de la cuenca orbitaria
superior, procurando que estén lo más cerca posible de la nariz. Presione
suavemente (5 kilogramos). Mantenga la presión durante tres segundos.
Descanse.
2. Mueva los índices hacia la parte externa de las órbitas y ubique el
segundo punto. Repita la presión. Asegúrese de que las yemas de los
dedos presionen directamente por debajo del reborde de la cuenca orbitaria.
Descanse.
3. Aplique ahora las presiones en ambos ojos, en los puntos ubicados en
la parte más externa de las órbitas.
4. Presione suavemente (1 kilogramo o 1 kilogramo y medio) sobre los
párpados cerrados, con la parte plana de sus dedos índice y medio. Manten-
ga esta ligera presión durante tres segundos.
Para poder alcanzar los bordes inferiores de las órbitas, deberá cambiar
de posición. Arrodíllese a la altura de la cintura del sujeto. Utilice también
aquí, simultáneamente, los índices, en los puntos correspondientes de los
ojos derecho e izquierdo.
5. Comience tan cerca de la nariz como sea posible, presionando suavemente (5 kilogramos)
sobre el borde interno de las órbitas. Mantenga la presión tres segundos. Descanse.
6. Mueva los índices a dos dedos de distancia, siguiendo los bordes inferiores de las órbitas.
Repita la presión. Descanse.
7. Continúe aplicando las presiones en los puntos separados por un dedo de distancia, para
terminar en los ubicados en la parte externa de las órbitas.
Nariz
Vuelva a su posición arrodillada ante la cabeza del sujeto. Para aplicar el shiatzu en los puntos
situados a los lados de la nariz, coloque las yemas de sus dedos medios sobre las uñas de sus
índices. Presione los puntos correspondientes simultáneamente a ambos lados de la nariz emplean-
do el pulpejo de los índices.
1. Coloque los dedos a ambos lados de la nariz, ligeramente por debajo del
tabique, en la zona que limita el pómulo con la nariz. Presione moderadamente
(7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda siguiendo esa línea hacia el centro, hasta el punto en que la
nariz comienza a ensancharse. Repita la presión moderada. Descanse.
3. Descienda hasta llegar a los bordes inferiores de la nariz, es decir, a la
base externa de las fosas nasales. Repita la presión moderada (7 kilogramos).
Descanse.
Mejillas
En las mejillas hay cuatro puntos shiatzu. Emplee sus pulgares de
manera simultánea en los puntos correspondientes a cada mitad de la
cara.
1. Comience con el par de puntos situados exactamente por debajo
del centro de los ojos, a un dedo del borde inferior de las órbitas. Presione
moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
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2. Mueva los pulgares hacia la parte externa de la cara. Ubique el punto más prominente de los
malares -hueso del pómulo- por debajo de los ángulos externos de los ojos. Repita la presión mode-
rada durante tres segundos. Descanse.
3. Mueva los pulgares y ubíquelos dos dedos por debajo del primer punto, en línea recta hacia la
base de la nariz. Aplique presión moderada (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
4. Mueva los pulgares hacia la parte externa de la cara, dos dedos por debajo del punto más
prominente de los malares. Repita la presión moderada durante tres segundos. Descanse.
Boca
Hay cuatro puntos cerca de la boca. Emplee uno de los pulgares para el primero y el último y ambos,
simultáneamente, para el segundo y el tercero.
Región submentoniana
Pásese al costado derecho del sujeto y arrodíllese a la altura de su
cintura. El punto debajo del mentón está situado a dos dedos del frente
de éste. Busque ese punto con el pulpejo del dedo medio.
Cuello
Continúe al costado derecho del sujeto. Ello debe permitirle fácil acceso al cuello sin necesidad de
estirar los brazos. Si bien la figura indica los puntos específicos, basta con que los utilice simple-
mente como guía general. Se trata de trabajar con toda la zona del cuello. Hágalo, pues, comenzan-
do por debajo de la mandíbula para terminar en la base del cuello. Emplee los dedos medio e índice
de ambas manos, alternando la derecha y la izquierda.
Sienes
Vuelva a su posición del lado de la cabeza del sujeto. Los últimos puntos de
esta serie están ubicados en las sienes. Encime las yemas de los dedos me-
dios sobre las uñas de los índices.
Ejercicios finales
Haga que la persona a quien aplica el shiatzu extienda los brazos a ambos lados de la cabe-
za. Tómela de las manos y levántela suavemente del piso, estirándole los brazos. Al mismo
tiempo indíquele que inspire por la nariz, llenando plenamente los pulmones, mientras estira las
piernas y los dedos de los pies. Sosténgala un momento y luego disminuya la tensión de las
manos, mientras exhala lentamente por la boca el aire inspirado y relaja todo el cuerpo. Repita el
ejercicio seis veces.
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CAPITULO 4
SHIATZU: QUE ES Y POR QUE ES EFICAZ
El shiatzu puede aumentar su vigor sexual. Este procedimiento es capaz de revitalizar una sexua-
lidad declinante y lograr que sea mayor la conciencia, la sensibilidad y el impulso sexuales.
Considero a la sexualidad como un aspecto importante de la unidad y de la Unicidad del individuo.
En los años que llevo practicando el shiatzu he visto gente -particularmente quienes soportan mu-
chas tensiones en su vida- sufrir una disminución de su capacidad sexual. El shiatzu me ha permitido
ayudarlos a recuperar esa energía.
Para poder comprender el papel funcional que el shiatzu puede representar dentro de la sexualidad,
es necesario considerar la relación que existe entre ésta y la salud física. La clave de un excelente
funcionamiento orgánico reside en la relajación y el tonismo musculares. Los músculos de la zona
lumbar, del abdomen, los muslos y el cuello deberán estar relajados. Una correcta circulación sanguí-
nea es asimismo fundamental para lograr un máximo de energía sexual y aumentar la sensibilidad.
Los ejercicios shiatzu que he elaborado para aplicar a otra persona le resultarán de utilidad. Dado
que el cerebro controla las actividades sexuales y las respuestas motoras, aplicamos presiones pro-
fundas en las zonas superior y posterior de la cabeza. La región lumbar, la zona inferior del abdomen
y la parte interna de los muslos recibirán presiones constantes destinadas a relajar los músculos,
mejorar la circulación y aumentar la sensibilidad.
El cuello recibirá presión suave para relajar los órganos abdominales y mejorar el metabolismo,
así como la circulación entre el corazón y el cerebro. Tanbién hemos incluido las palmas de las
manos y las plantas de los pies para facilitar él relajamiento de todo el cuerpo y una mayor sensibili-
dad. El propósito de la secuencia en su totalidad consiste en relajar y estimular -y los términos no son
de modo alguno contradictorios.
El shiatzu para el vigor sexual produce resultados tanto en el hombre como en la mujer. En este
capítulo encararé la descripción desde el punto de vista de una mujer que practica shiatzu a un
hombre. Esta serie se aplicará estando cómodamente acostado en una cama, y no como recomiendo
en otros casos en los cuales se hará sobre el piso o sobre una colchoneta dura. Aquí la cama resul-
tará mucho más confortable.
Muchas personas que recuperaron su vigor sexual gracias al shiatzu, me dicen que continúan
practicando los ejercicios como forma de reactivación y aumento de las sensaciones previas al acto
sexual. Esto es verdad. Y yo recomiendo esta serie de ejercicios para ambas cosas.
De todas las ventajas fisiológicas que encierra el shiatzu como medio para aumentar o reavivar el
impulso sexual, estimo que quizá la más importante sea la sensación maravillosamente perceptible
que ambos participantes experimentan con las presiones. Se trata, en realidad, de una manera de
comunicar el amor y el cariño que se siente por el otro. Y sea que a usted le interese recuperar la
energía y actividad sexuales o aumentarlas, el shiatzu puede lograr y logrará que, en un período de
días, usted y su compañero lleguen a acercarse más a un estado de Unicidad.
Cabeza
El sujeto estará acostado cabeza abajo. Como, probablemente, en la cama
no contará usted con suficiente espacio para ubicarse detrás de la cabeza del
sujeto, inclínese y coloque una pierna a cada lado del cuerpo de éste y cargue
el peso de su cuerpo en las pantorrillas.
En la cabeza hay dos puntos. El primero está en el centro de la coronilla. El
segundo en la base del cráneo, en el límite con la parte superioi del cuello.
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la parte superior de la coronilla. Presione con fuerza (9 kilogramos) du-
rante tres segundos. dos. Descanse.
2. Repita la presión. Descanse.
3. Vuelva a presionar nuevamente. Descanse.
4. Descienda hasta el punto situado en la base del cráneo. Coloque
el pulga- izquierdo encima del derecho. Presione con fuerza (9 kilo-
gramos) durante tres segundos. Descanse.
5. Repita la presión fuerte dos veces más.
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7. Descienda dos dedos en línea recta y repita la presión. Descanse.
8. Continúe descendiendo, dejando siempre un espacio de dos dedos, hasta llegar a la base de la
columna.
9. Repita la secuencia dos veces más.
Su compañero debe ahora darse vuelta y quedar cabeza arriba. El resto de la serie sigue ahora un
ordenamiento irregular. Comenzando por el lado derecho, se trabaja primero en el cuello, luego en el
abdomen, después en el muslo y la palma de la mano, todos de ese lado. Completadas esas secuen-
cias, usted deberá pasarse a la izquierda para efectuar el shiatzu de nuevo en el cuello, muslo y
palma de la mano, del lado izquierdo. Los ejercicios finales son presiones especiales, una para el
hombre y la otra para la mujer.
Cuello
Arrodíllese al costado derecho de su compañero. Manténgase lo suficientemente cerca como
para tener fácil acceso al cuello. Los puntos específicos que se ven en la figura solo tienen por fin
servir como guía general. No se preocupe demasiado por acertar con los puntos exactos. Lo que
interesa es trabajar toda el área del cuello con presión que vaya de ligera a moderada.
25
base del cuello y repita la presión ligera. Manténgala durante tres se-
gundos. Descanse.
3. Descienda con la mano derecha hasta la base del cuello y repita
la presión ligera (2 a 5 kilogramos).
4. Repita esta secuencia de arriba a abajo dos veces más.
5. Vuelva con su mano derecha a la parte superior del cuello para
llegar exactamente detrás del punto posterior de la mandíbula inferior.
Presione moderadamente (5 a 7 kilogramos), durante tres segundos
con los dedos medio e índice. Descanse.
6. Continúe la línea del músculo dejando espacios de tres traveses
de dedo. Alterne la mano izquierda y la derecha hasta llegar a la base del cuello.
Presione moderadamente (5 a 7 kilogramos) en cada punto, y mantenga la presión tres segundos.
7. Repita la secuencia dos veces más.
8. Lleve la mano derecha a un punto lateral del cuello ubicado por detrás del lóbulo de la oreja.
Con los dedos medio e índice, presione moderadamente (5 a 7 kilogramos) durante tres segundos.
9. Continúe descendiendo en línea recta debajo del lóbulo de la oreja, presionando cada tres
traveses de dedo y alternando la mano derecha y la izquierda hasta llegar al hombro. Utilice presión
moderada (5 a 7 kilogramos) en cada punto, manteniéndola tres segundos.
10. Repita dos veces más esta secuencia en la parte lateral del cuello, a partir del lóbulo de la
oreja y descendiendo hasta llegar al hombro.
Abdomen
En el abdomen hay tres líneas de puntos que han de ser presio-
nados. La primera línea sigue el meridiano de la concepción que va
desde el centro del esternón hasta un punto ligeramente por arriba de
los órganos genitales. La segunda línea parte de la región inguinal y
sigue el trayecto que une las piernas con el tronco. La tercera sigue la
línea formada por la parte inferior de la caja torácica.
1. Coloque los pulgares uno al lado del otro debajo de la línea cen-
tral de la caja torácica. Presione moderadamente (7 kilogramos) du-
rante dos segundos. Descanse.
2. Descienda tres traveses de dedo siguiendo la línea central hacia
el ombligo. Repita la presión moderada. Descanse.
3. Continúe descendiendo hasta llegar al punto situado sobre los
órganos genitales. Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
4. Repita las presiones (pasos 1 a 3) dos veces más.
5. Inclinada a horcajadas de los muslos de su compañero, co-
loque el pulgar izquierdo en la articulación del tronco y la raíz del
muslo derecho. Coloque el pulgar derecho en el punto correspon-
diente del muslo izquierdo. Presione moderadamente (7 kilogra-
mos) con ambos pulgares, durante dos segundos. Descanse.
6. Mueva los pulgares dos traveses de dedo, siguiendo la línea
de la articulación hacia los costados. Repita la presión moderada.
Descanse.
7. Continúe siguiendo la línea y cada dos traveses de dedo
repita la presión hasta llegar a la cadera. Presione moderadamen-
te (7 kilogramos) en cada punto. Descanse y continúe.
8. Repita esta secuencia (pasos 5 a 7) - dos veces más.
9. Coloque los pulgares debajo de la caja torácica, a dos dedos
a cada lado del esternón. Presione moderadamente (7 kilogra-
mos) durante dos segundos. Descanse.
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10. Corra los pulgares dos dedos hacia la parte externa, bordeando siem-
pre las últimas costillas. Repita la presión moderada. Descanse.
11. Continúe bordeando las costillas cada dos dedos de distancia, hasta
llegar al costado del cuerpo. Presione moderadamente (7 kilogramos) en
cada punto. Descanse y continúe.
12. Repita esta secuencia (pasos 8 a 11) dos veces más.
13. Coloque ambas manos en el abdomen con las palmas hacia aba-
jo y presione suavemente (5 kilogramos) con ambas palmas simultá-
neamente. Mueva las manos de manera de presionar suavemente el
abdomen hasta que sienta cierto relajamiento.
Palma de la mano
En la palma de la mano hay cuatro puntos. Los tres primeros están en la
línea que va desde la base de la muñeca a la raíz del dedo medio. El cuarto
está en la parte inferior del pulgar.
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te (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
4. Coloque los pulgares en el punto ubicado en la raíz del pulgar -
en el ángulo formado por el hueso que conduce al pulgar y el hueso
que conduce al índice. Presione moderadamente durantes tres se-
gundos.
Lado izquierdo
Ubíquese a la izquierda de su compañero y arrodíllese próxima a
la sección media. Repita las secuencias correspondientes al cuello,
al muslo y a la palma de ese sector.
Para el hombre
Ubique el punto en el centro del perineo, entre el escroto y el ano. Presione suavemente tres
veces.
Para la mujer
1 Tome posición frente a la cabeza de su compañera. Coloque ambos pulgares uno al lado del
otro sobre el esternón. Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda dos dedos a lo largo del esternón y repita la presión.
3. Continúe descendiendo hasta llegar a su base, o sea ligeramente sobre el estómago. Repita la
secuencia dos veces.
4. Apoye sus manos en los pechos de su Qfompañera, de modo tal que las palmas toquen suave-
mente los pezones. Efectúe círculos lentos y leves rotando la mano derecha en la dirección de las
manecillas del reloj, y la izquierda en su sentido contrario. Haga cinco círculos y luego descanse.
5. Repita la secuencia tres veces más.
Toque final
Cuando termine de practicar las presiones shiatzu, puede completar la experiencia con un «
toque mariposa» especial. Haga que su compañero se de vuelta boca abajo. Empleando un toque
ligero como una pluma con las puntas de los dedos, páselos por la nuca, la espalda, las nalgas, los
muslos, las pantorrillas y las plantas de los pies, a modo de una suave caricia. Haga que su com-
pañero vuelva a ponerse boca arriba y efectúe este delicado toque en el cuello, pecho, abdomen,
muslos, brazos y palmas de las manos. El efecto es electrizante, especialmente después de pasar
por la experiencia del shiatzu, momento en el cual el cuerpo y la mente están relajados y la sangre
circula libremente.
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CAPITULO 5
COMO ADQUIRIR USTED MISMA
UNA EXPERIENCIA SHIATZU COMPLETA
más adelante, mostraré también cómo tratarlos. Una de las claves-quizá la más importante- para
lograr los mayores beneficios del shiatzu está en su empleo constante. Las secuencias que he prepa-
rado para todo el cuerpo han de cumplirse, idealmente, tres o cuatro veces por semana. La flexibili-
dad propia del autotratamiento hace que resulte posible la aplicación regular del shiatzu. Usted puede
autoaplicarlo en un lapso relativamente corto -el total de la secuencia que aquí se describe lleva
solamente quince a veinte minutos- y es posible practicarlo en cualquier lugar en donde usted se
encuentre.
Pienso que el shiatzu es un tipo de ejercicio de meditación, y considero que usted hallará que uno
de sus grandes beneficios es la sensación de serenidad y de paz interior que produce. Yo lo experi-
mento todos los días, por lo general al terminar mi jornada de trabajo. Me permite gozar de unos
minutos de tranquilidad y de relajamiento, y mejora mi capacidad para aprovechar la noche. Quizá
usted prefiera experimentar el shiatzu por la mañana, cuando se levanta. En tal caso, advertirá que le
ayuda a desenvolverse durante el día con el máximo de su capacidad. Pero sea que se lo autoaplique
por la mañana, durante el día o al anochecer, segura estoy de que le ayudará a dormir bien al termi-
nar la jornada.
Antes de comenzar esta secuencia de shiatzu autoaplicado, relea el Capítulo 2, «La palpación».
Repase la posición de las manos y de los dedos necesarios para la autoaplicación. A medida que
vaya repitiendo las secuencias que siguen, desarrollará su propia técnica y su propio ritmo. También
mejorará de manera notable su capacidad para suministrar el shiatzu a otros, ya que aprenderá la
ubicación precisa de los puntos de presión y el grado más efectivo de ésta.
Una de las primeras cosas que descubrirá acerca de su cuerpo es que en él hay varios puntos
específicos sumamente sensibles, que responden con facilidad cuando se los estimula. Estos ocho
puntos principales se hallan en la parte alta de los hombros, en el área superior de los omóplatos, en
el centro de éstos, en las axilas, en la zona pulposa de los pulgares, arriba de las nalgas, en la parte
más saliente del codo y en la parte interna de las rodillas. Los denomino puntos «Yipe» porque una
fuerte presión shiatzu directamente en ellos produce -por lo común- una exclamación de aquel que la
experimenta. Son puntos fundamentales, porque se trata de zonas en las cuales importantes arterias
y nervios sirven como vías de acceso hacia los caminos del shiatzu.
Descubrirá, asimismo, varios otros puntos que aun cuando sean menos sensibles que los «Yipe»,
muestran alguna reacción o leve dolor cuando se los presiona con fuerza. Es lógico que así sea. La
sensibilidad está indicando que la circulación y el tonismo muscular se ven alterados en estos puntos
por tensiones.
Si bien, por lo general, usted no advierte esta sensibilidad interior, su existencia es real o indicativa
de áreas específicas que pueden recibir beneficios con la aplicación constante del shiatzu. Cuando
ubique este tipo de sensibilidad o dolor, mientras se administra shiatzu, repita dos o tres veces más
las presiones indicadas para esos puntos determinados.
Cuando se autoaplique shiatzu no se preocupe demasiado por la ubicación precisa de los puntos
indicados. Limítese a recordar que si el pulgar -o los demás dedos- tratan una zona lo suficientemen-
te amplia, la palpación logrará indudablemente el efecto deseado, siempre que se lo aplique con
firmeza en la cercanía inmediata del punto de que se trate.
Estos ejercicios shiatzu autoaplicados pueden hacerse estando sentada en una silla o en el suelo.
Personalmente, prefiero sentarme en una silla con respaldo recto. Ello me permite relajar mejor las
piernas. Y a menos que usted practique shiatzu en un lugar que se lo impida, hágalo cómoda, con la
menor cantidad de ropa posible.
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Siéntese de modo que sus pies queden apoyados en el suelo, el peso de su cuerpo recaiga en las
nalgas y la espalda esté derecha. Relájese, respire profundamente y comience.
CABEZA Y CUELLO
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1. Presione moderadamente (7 kilogramos) en los tres pun-
tos simultáneamente. Mantenga la presión tres segundos. Des-
canse.
2. Separe las manos y córralas unos dos dedos hacia la
parte externa de la cabeza. Coloque los extremos del índice, el
medio y el anular paralelamente a los puntos iniciales de pre-
sión. Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres
segundos. Descanse.
3. Mueva las manos otros
dos dedos hacia la parte ex-
terna de la cabeza. Repita la presión moderada. Manténgala duran-
te tres segundos.
HOMBROS Y ESPALDA
Hombros
Ubique el punto situado en la parte superior del hombro derecho utilizando para ello los dedos
índice y medio de la mano izquierda. El punto en cuestión se halla a mitad de camino entre la base del
cuello y el borde del hombro, algo hacia atrás, en el músculo trapecio. Este es el punto «Yipe» y se lo
denomina el «manantial del hombro». Se trata de un punto clave en el
cual a menudo se acumulan las tensiones.
1. Pruebe con los dedos hasta ubicar este punto central. Cuando lo-
calice el más sensible significará que lo ha encontrado.
2. Presione con fuerza (9 kilogramos) con los dedos índice y medio,
durante tres segundos. Descanse.
3. Repita la presión. Descanse.
4. Vuelva a presionar durante tres segundos. Descanse.
5. Ubique el punto correspondiente en el hombro izquierdo, emplean-
do los dedos de la mano derecha. Repita la secuencia.
1. Presione con fuerza (9 kilogramos) con los dedos índice, medio y anu-
lar de la mano izquierda. Mantenga la presión tres segundos. Descanse.
2. Corra dos traveses de dedo siguiendo la línea hacia el hombro. Repita
la presión fuerte (9 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
3. Continúe presionando con fuerza a dos dedos de distancia, siguiendo
en línea ascendente hasta llegar al punto final a la altura del hombro.
4. Vuelva a llevar la mano Izquierda al punto más bajo de la columna que
pueda alcanzar. Partiendo de ese punto, coloque la mano a tres dedos de la
columna.
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5. Presione con fuerza durante tres segundos. Descanse.
6. Siga una línea recta que, desde ese punto, conduzca al hombro y pre-
sione con fuerza, a dos dedos de distancia durante tres segundos.
7. El punto final está en la línea del hombro, a tres dedos hacia afuera de
la columna vertebral.
8. Cambie de mano, alcanzando la columna con la derecha, pasando por
encima del hombro izquierdo. Repita la secuencia en el lado izquierdo de la
columna.
Base de la columna
Para trabajar en el cóccix debe estar parada. Ubique la vértebra inferior de la columna (el cóccix)
con una mano.
1. Con los dedos índice y medio de ambas manos, presione moderadamente (7 kilogramos).
Mantenga la presión dos segundos. Descanse.
2. Siguiendo el trayecto de la columna, desplácese hacia arriba cada
dos dedos de distancia. Presione moderadamente con ambas manos
durante dos segundos. Descanse.
3 Continúe ascendiendo de a dos traveses de dedo hasta llegar a la
cintura.
CARA Y CUELLO
Frente
Siéntese nuevamente para hacer los demás ejercicios.
Cuando trabaje en la frente parta del centro en dirección a las sienes. Recuerde de mantener sus
codos en el mismo plano que la dirección de la presión, levantados y dirigidos hacia afuera, el ángulo
será mayor a medida que los dedos avanzan hacia las sienes.
1. Coloque los extremos de los índices uno al lado del otro, exactamente por debajo del centro de
la línea de implantación del cabello -donde éste forma un pico, si es que usted lo tiene. Coloque el
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pulpejo de los dedos medios debajo del de los índices, en el centro de
la frente; los dedos anulares quedarán ligeramente por arriba del entre-
cejo.
2. Presione moderadamente (7 kilogramos) con los dedos índice,
medio y anular de ambas manos, simultáneamente. Mantenga la pre-
sión tres segundos. Descanse.
3. Repita la presión moderada durante tres segundos. Descanse.
4. Repita la presión. Descanse.
5. Cambie la posición de los dedos co-
locándolas en la línea que va, inversamente,
desde el centro de las cejas hasta la de im-
plantación del cabello. Presione moderada-
mente (7 kilogramos) en los tres puntos (superior, medio e inferior) de es-
tas líneas durante tres segundos.
6. Repita la presión dos veces más.
7. Cambie la posición de los dedos ubicándolos en los puntos que van
desde la línea de implantación del cabello hasta la cola de las cejas. Presio-
ne moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse. Re-
pita dos veces más.
8. Con los pulgares, presione en el hundimiento situado sobre el puente
de la nariz. Presione con fuerza (9 kilogramos). Mantenga la presión duran-
te tres segundos.
Ojos
Los puntos que rodean los ojos están en los rebordes superior e inferior de las cuencas orbitarias.
Emplee los dedos índice, medio y anular de la mano izquierda para los puntos del ojo izquierdo, y los
mismos dedos de la mano derecha para el ojo derecho. Trabaje con ambos
ojos simultáneamente. Si usa lentes de contacto, sáqueselos.
1. Separe ligeramente los dedos y coloque los pulpejos en la parte interna
del reborde orbitario superior. El dedo anular de cada mano debe estar lo más
cerca posible de la nariz. Frote suavemente sobre los ojos cerrados, presione
hacia arriba con los extremos digitales contra el borde interno de las órbitas.
2. Presione ligeramente (5 kilogramos) durante tres segundos.
3. Lleve los dedos ligeramente hacia abajo haciendo que las yemas des-
cansen en los párpados cerrados. Presione ligeramente (1 kilogramo a 1 1/2
kilogramo) durante tres segundos. Descanse.
4. Flexione los dedos ligeramente y presione en el reborde orbitario in-
ferior. Aplique una presión suave (5 kilogramos) contra el plano óseo durante
tres segundos.
Sienes
Los puntos en las sienes son pequeñas depresiones. Emplee los áredos
índice y medio de cada mano. Trabaje simultáneamente con ambos lados.
1. Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Des-
canse.
2. Repita la presión moderada. Manténgala durante tres segundos. Des-
canse.
Mejillas
La presión se ejerce en distintos puntos sobre el malar (hueso de la
mejilla) colocando los dedos índice y medio uno al lado del otro. Trabaje
con ambos lados simultáneamente.
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1. Presione moderadamente (7 kilogramos), en el borde externo de la nariz, ligeramente por de-
bajo del puente de ésta. Mantenga la presión durante tres segundos. Descanse.
2. Desplácese un dedo más de ancho hacia la parte plana del malar. Presione moderadamente (7
kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
3. Desplácese dos dedos más de ancho siempre hacia afuera y si-
guiendo el plano óseo de las mejillas. Presione moderadamente durante
tres segundos. Descanse.
4. Córrase un dedo más en igual dirección. ción. Mantenga una pre-
sión moderada rada durante tres segundos. Descanse.
Boca y mentón
Alrededor de la boca hay cuatro puntos.
Región submentoniana
Este punto está ubicado por debajo de la mandíbula inferior en la parte
central. Coloque la yema del pulgar derecho en ese punto, dos dedos hacia adentro.
1. Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Repita la presión. Descanse.
Cuello y garganta
Coloque el pulpejo del dedo medio de la mano derecha sobre la uña del índice de la misma mano.
Presione en el punto situado en la base del cuello en el manubrio del esternón.
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1. Coloque los dedos índice y medio de la mano derecha debajo de la mandíbula, al lado de la
parte superior de la tráquea. Tome igual posición en el lado izquierdo empleando la mano izquierda.
Presione suavemente (5 kilogramos) en estos puntos durante dos segundos. Presione el músculo y
no la tráquea. Descanse.
2. Descienda de a poco y continúe presionando suavemente durante dos segundos, siguiendo la
línea que conduce a la base del cuello. En medicina oriental esta zona se conoce con el nombre de «
fuente de la belleza y juventud.»
3. Lleve nuevamente las manos a la zona superior del cuello, por debajo
de la mandíbula, pero corriéndose ligeramente hacia la parte lateral, siguien-
do el borde de aquélla. Repita las presiones en ambos lados del cuello en
una línea descendente, hasta llegar a la base.
4. Continúe las presiones partiendo de la región superior del cuello hasta
llegar a la base yendo cada vez más hacia los costados hasta cubrir la zona
frontal y las laterales de aquél.
PIERNAS Y PIES
1. Coloque ambos pulgares uno al lado del otro, en el punto ubicado más
arriba. Los dedos de la mano izquierda rodearán la región lateral interna de la
pierna. Los de la mano derecha harán lo propio con el área superior de’la pierna.
2. Presione con fuerza (9 kilogramos). Mantenga la presión tres segundos.
Descanse.
3. Descienda dos traveses de dedo siguiendo la línea que divide el muslo, en
dirección a la rodilla. Presione con fuerza (9 kilogramos) durante tres segundos.
Descanse.
4. Continúe trabajando cada dos traveses de dedo hasta llegar a la rodilla.
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Los puntos a lo largo de la tibia están localizados en líneas que corren a ambos lados de este
hueso. La primera sigue el borde externo de la zona tibial anterior. La segunda el borde interno,
desde la rodilla hasta la parte superior del tobillo. Trabaje primero con los puntos del borde externo de
la tibia.
1. Coloque ambos pulgares, uno al lado del otro, exactamente por debajo de la
protuberancia, es decir en la zona subrotuliana, de la porción externa de la tibia.
Rodee la pierna con los demás dedos. Presione con fuerza (9 kilogramos). Manten-
ga la presión tres segundos. Descanse.
2. Descienda dos traveses de dedo y repita la presión fuerte. Manténgala durante
tres segundos. Descanse.
3. Continúe descendiendo y presionando cada dos dedos de distancia. Los pun-
tos finales están en los bordes externos del hueso, por encima del tobillo.
4. Coloque los pulgares uno al lado del otro én la porción superior e interna del
hueso. Rodee la pierna con los demás dedos y repita las presiones cada dos dedos,
descendiendo hasta quedar por encima del tobillo.
Dedos
Haga que su talón derecho descanse sobre su rodilla izquierda. Hay puntos
en las zonas superior, inferior y laterales de cada uno de los huesos de los de-
dos, en la mitad de cada articulación.
1. Tome el dedo gordo con fuerza colocando el pulgar izquierdo sobre la
segunda falange del dedo, y el índice debajo del dedo, en línea recta. Presione moderadamente (7
kilogramos), apretando durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda hacia la raíz de la uña manteniendo el pulgar arriba y el índice debajo del dedo.
Presione moderadamente durante tres segundos. Descanse.
3. Vaya hacia la primera falange del
dedo gordo. Presione en ambos puntos
laterales apretando en la parte media del
dedo. Mantenga la presión tres segundos.
Descanse. Repita la presión en los pun-
tos late rales de la segunda falange.
4. Presione los puntos -de cada uno
de los dedos siguiendo la misma se-
cuencia. Siga trabajando en la parte su-
perior e inferior de cada dedo y luego pre-
sione a lo largo de los lados.
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Pantorrilla
Haga que el pie descanse sobre el piso. Inclínese y rodeando la parte inferior de la pierna con los
dedos, coloque los pulgares uno al lado del otro en la corva de la rodilla. Los puntos se extienden
desde la corva hasta la parte posterior del tobillo.
1. Con los pulgares colocados uno al lado del otro, aplique presión fuerte (9
kilogramos) en el punto ubicado en la parte superior de la pantorrilla. Mantén-
gala durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda de a dos traveses de dedo a lo largo del músculo. Repita la
presión fuerte. Descanse.
3. Continúe descendiendo dos traveses de dedo a lo largo del músculo. El
punto final se encuentra donde termina el tendón de Aquiles.
Tobillo
Haga que el pie izquierdo descanse sobre el piso. Inclínese hacia adelante
para trabajar en el tobillo. Coloque el pulgar derecho en su parte externa, en la
hendidura profunda que forma la parte posterior del hueso del tobillo y el tendón
de Aquiles.
Ahora ya está usted lista para trabajar en la pierna y pie izquierdos. Vuelva al
comienzo de la sección referida a piernas y pies y, comenzando en el muslo,
complete la secuencia hasta la planta del pie izquierdo.
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BRAZOS Y MANOS
Antebrazo
Gire el brazo derecho de manera tal de tener frente a usted la superficie interna del antebrazo.
Coloque el pulgar en los pliegues del codo -o sea en el hundimiento que forma la articulación. Extien-
da los demás dedos hacia la parte superior del antebrazo y presione el borde externo del músculo.
1. Presione con fuerza (9 kilogramos) apretando con los pulgares y con los demás
dedos. Mantenga la presión tres segundos. Descanse.
2. Descienda tres traveses de dedo hacia la muñeca. Mantenga el pulgar en la
parte interna del músculo y los demás dedos en la externa. Presione con fuerza
durante tres segundos. Descanse.
3. Continúe trabajando cada tres dedos de distancia hasta llegar a la
muñeca.
Repita las secuencias que anteceden en el brazo y antebrazo iz-
quierdos.
Dorso de la mano
Separe los dedos de la mano derecha de modo tal que la palma mire hacia afuera. Los puntos
están ubicados en los espacios intertendinosos que van desde la muñeca hasta las primeras articu-
laciones de los dedos.
1. Coloque el pulgar izquierdo en la parte más carnosa del músculo situado sobre la cavidad
formada en la raíz del pulgar, donde éste se une con la palma de la mano. Coloque el índice izquierdo
en la parte interna de la mano en un punto directamente opuesto al pulgar izquierdo.
Presione con fuerza (9 kilogramos) durante tres segundos. Descanse. En medicina oriental este
punto se conoce como el «valle» y es un punto « Yipe»
2. Desplace el pulgar izquierdo hasta el espacio situado entre los dedos índice y medio, a mitad de
camino entre la muñeca y la primera articulación de los dedos. Coloque el indice izquierdo exacta-
mente en el mismo punto coincidente en la palma de la mano.
3. Presione moderadamente (7 kilogramos) para comprimir durante tres segundos. Descanse.
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4. Siguiendo el espacio intertendinoso hacia arriba, repita la presión en
otros dos puntos, para terminar entre los nudillos.
5. Presione los mismos tres puntos en los espacios ubicados entre los
tendones que conducen a los dedos medio y anular, y después en el es-
pacio entre el anular y el meñique.
6. Repita toda la secuencia en la mano izquierda utilizando los pulgares
y demás dedos de la mano derecha.
Dedos
El pulgar y los demás dedos deben recibir la presión en la parte superior, inferior y laterales de
cada uno de los huesos, a mitad de camino entre las articulaciones.
Ejercicios finales
Puede usted descansar un momento, pero todavía no ha terminado. Estos mo-
vimientos finales son importantes para el máximo rendimiento del shiatzu
autoaplicado.
1. Acuéstese en el suelo boca arriba. Extienda los brazos por sobre su ca-
beza.
2. Estírelos tanto como le sea posible. Al mismo tiempo, dirija los dedos
de los pies hacia afuera. Cuente hasta cinco.
3. Continúe extendiendo los brazos y dirija los dedos de los pies hacia
arriba. Cuente hasta cinco. Luego relaje brazos y pies.
4. Con los brazos todavía extendidos, pero relajados, inspire profundamente por la nariz. Llene los
pulmones de aire. Manténgalo un momento y luego exhale lentamente por la boca. Repita esto dos
veces más.
5. Manténgase relajada en esta posición por lo menos cinco minutos antes de levantarse.
Usted se sentirá maravillosamente bien después de este autotratamiento. Cuando se levante, quizá
experimente un ligero mareo pasajero. Esto es normal. Pero todo su cuerpo se sentirá bien. De todas las
que conozco, la única experiencia que produce una sensación mejor que la autoaplicación es la secuen-
cia completa de shiatzu aplicada por otra persona. Pero hasta tanto tenga la oportunidad de vivirla, o en
los intervalos entre ellas, el shiatzu autoaplicado día por medio puede darle -y le dará- un bienestar físico
cada vez mayor. Se sentirá relajada, serena pero, sin embargo, llena de energía. El shiatzu autoaplicado
constituye una manera fácil y sorprendente de mantener la salud, la vitalidad y el gusto por la vida.
39
CAPITULO 6
COMO APLICAR A OTRO EL SHIATZU EN TODO EL CUERPO
El shiatzii aplicado en todo el cuerpo por otra persona es shiatzu en su forma más pura y comple-
ta. Se trata de una experiencia compartida que comprende todo el cuerpo y llega a todos los meridia-
nos clásicos que, vistos como un sistema integrado, representan la Unicidad de ser. Ambos partici-
pantes son elementos activos del proceso y reaccionan recíprocamente. Para aquel que recibe el
shiatzu, éste constituye una forma de relajación, de bienestar y de producción de nuevas energías.
Para quien lo aplica, es una experiencia grata que le permite compartir energías y emplear sus
manos para proporcionar bienestar físico y emocional.
Las instrucciones que ofrecemos están dadas desde el punto de vista de quien aplica el shiatzu.
Esto es lo que yo como profesional realizo cuando aplico un tratamiento a todo el cuerpo. La secuen-
cia completa le llevará probablemente entre cuarenta y cinco minutos y una hora. Administrar shiatzu
a todo el cuerpo es físicamente agotador; yo sólo admito tres pacientes por día, pero usted verá que
su propio estado físico mejora por el mismo hecho de aplicarlo.
A medigla que aumente -su experiencia descubrirá un lenguaje táctil, y reconocerá su capacidad
para comunicarse con el sujeto mediante los pulpejos de los dedos. Usted recibirá mensajes trasmi-
tidos por sus movimientos reflejos, su respiración y sus reacciones musculares. Cuando presione en
ciertos puntos del cuerpo reaccionará con una exclamación de dolor. Estas reacciones dolorosas se
deben a que se están aplicando presiones adecuadas en los que llamo puntos «Yipe» -los ocho
puntos principales- en la parte superior de los hombros y de los omóplatos, en la región media de
estos últimos, en las axilas, en la superficie de los pulgares, en la parte superior de las nalgas, en los
puntos de los codos y en la corva de las rodillas. A pesar de la reacción del sujeto, estos puntos no
deben omitirse porque son fundamentales para el shiatzu. Son zonas en las cuales están ubicadas
arterias importantes y ramales nerviosos que actúan como puerta de entrada para la circulación
sanguínea que se distribuye en los meridianos del shiatzu. Una presión adecuada acelera la circula-
ción de la energía en estos puntos, aliviando tensiones y activando la circulación más allá de sus
zonas específicas.
Cuando administre shiatzu no se preocupe demasiado por llegar a una precisión absoluta en lo
que respecta a los puntos indicados. Recuerde simplemente que el pulgar o pulpejo de cualquier
dedo cubre una zona bastante amplia. Su contacto producirá invariablemente el efecto deseado,
siempre que lo aplique de manera firme en las inmediaciones del punto preciso.
Antes de vivir la experiencia del shiatzu aplicado a otra persona, conviene que tanto usted como
quien lo recibe echen una mirada a las instrucciones contenidas en este capítulo. Es aconsejable que
tengan una idea del orden general del shiatzu. Después de ello estarán listos para empezar. Tanto la
que lo aplica como quien lo recibe usarán la menor ropa posible. Si la habita-
ción está fría utilice una frazada liviana o una toalla de baño para que la
persona a quien aplica shiatzu esté cómoda y abrigada mientras usted
trabaja en zonas del cuerpo que deben permanecer descubiertas.
La persona debe estar acostada cabeza abajo en el piso sobre una
frazada doblada o colchoneta, con los brazos a ambos lados del cuer-
po y la cabeza descansando sobre una almohada o toalla doblada.
También puede poner las manos sobre la almohada y apoyar la
cabeza en ellas. Recuerde que usted está administrando energía,
y que por medio del shiatzu aplicado a otro, ha de lograr que su
contacto se adecue a las reacciones de aquél.
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REGION SUPERIOR DEL CUERPO Y COLUMNA VERTEBRAL
1. Coloque el extremo del pulgar derecho sobre la uña del izquierdo. Pre-
sione con fuerza (9 kilogramos durante tres segundos. Descanse.
2. Repita la presión fuerte durante tres segundos. Descanse.
3. Repita nuevamente la presión fuerte (9 kilogramos), durante tres se-
gundos. Descanse.
4. Desplácese ligeramente y colóquese a la altura del hombro izquier-
do de la otra persona. Cambie la posición de los pulgares, colocando el
izquierdo sobre el derecho. Repita la secuencia de presiones en este
hombro.
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Nuca
Continúe parada en la misma posición, separe los pulgares y colóquelos
en la parte superior de los músculos principales de la zona posterior externa
del cuello en unión con los hombros. Estas líneas musculares se denominan
los «pilares del cielo». Junto con la «compuerta silenciosa» son importantes
para aliviar dolores de cabeza y las tensiones. Coloque el pulgar izquierdo en
la zona superior del músculo izquierdo donde se une con el cráneo, y el pul-
gar derecho en el correspondiente punto de ese mismo lado.
Columna vertebral
Terminado el shiatzu en la cabeza y el cuello, la receptora podrá descansar la
cabeza, colocándola de costado sobre la toalla doblada o la almohada. En la misma
posición anterior aplique el shiatzu en todo el trayecto de la columna, partiendo de
la base del cuello. Si le resulta incómodo o cansador estar parada, arrodíllese con
una pierna a cada lado del cuerpo de modo tal que su peso cargue sobre la
parte inferior de las piernas y no sobre la persona. Sea como fuere, la presión
debe ejercerse con los brazos extendidos, trasmitiendo el peso del torso
mediante los pulgares.
Comience en la base del cuello, por debajo de la prominencia ósea -la
más grande que palpe- a la altura del hombro. Tal como ya dijéramos, la
columna es el meridiano rector, y su importancia
es enorme para su bienestar.
1. Coloque el pulgar derecho en el espacio ubicado debajo de la prominencia
ósea, donde la parte superior de la columna se une con la vértebra siguiente.
Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda a lo largo de la columna y coloque el pulgar izquierdo en el
espacio intervertebral siguiente. Presione moderadamente (7 kilogramos) du-
rante tres segundos. Descanse.
3. Alterne los pulgares, primero el derecho, después el izquierdo, siguiendo
los puntos de los espacios intervertebrales a lo largo de la columna hasta termi-
nar en el cóccix. Presione moderadamente en cada punto.
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OMOPLATOS Y NALGAS
Omóplatos
Siempre en las posiciones indicadas: parada, arrodillada o ligeramente sentada sobre la parte
inferior de las piernas, palpe el omóplato derecho hasta encontrar la zona hundida en el centro. Por
alguna extraña razón éste -que es otro punto «Yipe» - se denomina «antepasado celestial». Se trata
de un punto importante para tratar el dolor producido por la bursitis,
el codo de tenis, la tortícolis y los dolores en los hombros.
Nalgas
Para trabajar los puntos de las nalgas será necesario que cambie
de posición. Arrodíllese frente a la cadera derecha, inclínese hacia
adelante y ubique el punto situado sobre la parte más voluminosa de
los glúteos a la altura, en línea descendente, de los omóplatos. Este
es el punto» Yipe».
1. Con los brazos extendidos, coloque los pulgares uno al lado del
otro en el centro del hundimiento y presione con fuerza (9 kilogra-
mos) durante tres segundos. Descanse.
2. Repita la presión.
3. Desplácese arrodillándose a la izquierda del sujeto y aplique la
misma presión fuerte en el centro de la nalga izquierda.
Antes de pasar a las piernas y a los pies, tanto usted como la receptora deben descansar un
momento. Quizá sus dedos están algo endurecidos o doloridos. Esto es normal después de las
primeras aplicaciones de shiatzu. Flexione los dedos y las manos, aspire profundamente varias ve-
ces por la nariz y exale el aire lentamente a través de los dientes. Vuelva al shiatzu de inmediato.
PIERNAS Y PIES
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2. Descienda dos traveses de dedo hacia la rodilla. Re-
pita la presión fuerte. Descanse.
3. Continúe descendiendo de a dos traveses de dedo
hasta llegar a la rodilla. El punto final se encuentra ligera-
mente por arriba de la corva.
1. Coloque los pulgares uno al lado del otro y presione con fuerza (9 kilogramos) en el punto más
alto durante tres segundos. Descanse.
2. Siga la línea del músculo y repita la presión a dos
dedos de distancia. Descanse.
3. Repita la presión cada dos traveses de dedo siguien-
do la línea hasta llegar a la rodilla. El punto final está ubi-
cado en el hundimiento situado a mitad de camino entre el
hueso de la rodilla y los tendones que se extienden por la
parte posterior de la corva.
El músculo de la pantorrilla
El shiatzu en la pantorrilla se administra de manera similar al que se aplica en la región superior de
la pierna. Ubíquese a la altura del pie derecho de la receptora. Estírese para alcanzar la parte supe-
rior de la pantorrilla, por debajo de la corva. Este punto, denominado el «encuentro de Yang» es uno
de los más importantes del cuerpo. Cuando los músculos de la pierna están rígidos, este punto se
vuelve muy tenso y sensib’,e. En este caso, el shiatzu alivia las tensiones. Coloque ambos pulgares
uno al lado del otro en el punto superior por debajo de la corva descendiendo hasta llegar, por la
misma línea, hasta dos traveses de dedo por sobre el talón.
1. Presione con fuerza (9 kilogramos) con los pulgares uno al lado del otro en el
punto ubicado en la parte superior del músculo. Mantenga la presión tres segun-
dos. Descanse.
2. Descienda dos dedos por el centro del músculo y repita la presión.
Descanse.
3. Continúe descendiendo cada dos dedos a lo largo del mús-
culo. El último punto de presión se encuentra donde el múscu-
lo se aplana, por arriba del talón.
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Tobillo
Cambie de posición arrodillándose al lado de la corva derecha
del sujeto, mirando hacia el talón. Inclínese hacia adelante y coloque
el pulgar derecho en la parte interna del talón, en la depresión más
profunda entre el hueso y la zona posterior (tendón de Aquiles). Co-
loque el pulgar izquierdo en el punto correspondiente, de ese lado.
1. Tome el pie firmemente con ambas manos y coloque los pulgares uno al
lado del otro, exactamente por debajo de la zona más musculosa del talón. Ro-
dee el empeine con los demás dedos. Presione con fuerza (9 kilogramos), du-
rante tres segundos. Descanse.
2. Siga la línea recta hasta llegar a la parte más angosta del pie. Presione con
fuerza (9 kilogramos), durante tres segundos, Descanse.
3. El tercer punto está exactamente detrás de la eminencia metatarsiana,
antes de llegar a los dedos. Presione con fuerza (9 kilogramos), durante tres
segundos. Descanse.
4. Cambie las manos y coloque los pulgares uno al lado del otro sobre el
cuarto punto, en la zona alta del arco. Presione con fuerza durante tres
segundos.
1. Coloque los dedos índice y medio de la mano derecha por debajo de la mandíbula, junto a la
parte superior de la tráquea. Presione suavemente (5 kilogramos) en la zona superior en el punto en
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el cual el músculo del cuello descansa sobre el borde de la tráquea.
Tenga cuidado de no presionar directamente en la tráquea sino en el
músculo. Mantenga la presión dos segundos. Descanse.
2. Coloque los dedos índice y medio de la mano izquierda debajo
del punto que acaba de presionar con la derecha. Repita la presión
suave.
3. Continúe descendiendo en línea recta alternando las manos y pre-
sionando suavemente hasta llegar a la base del cuello. En medicina oriental
éste es el punto que se conoce como «fuente de la
belleza y de la juventud».
4. Lleve nuevamente las manos a la parte superior del cuello, debajo de
la mandíbula. Repita las presiones alternando las manos, siguiendo una lí-
nea recta que descienda hasta la base del cuello.
5. Continúe presionando desde la zona superior hasta la base del cuello
para cubrir toda la parte anterior y lateral del cuello. Mantenga cada presión
tres segundos.
6. Trasládese al costado izquierdo y repita las secuencias en la región
izquierda del cuello.
Antebrazo
Los puntos del antebrazo se encuentran en una línea que comienza a la altura del
codo, sigue por la parte media y dorsal del antebrazo y termina por encima de la
muñeca. Coloque los pulgares uno al lado del otro en la zona externa de la articu-
lación del codo y rodee el antebrazo, sin presionar, con los demás dedos.
Dorso de la mano
Los puntos shiatzu significativos están situados en los espacios intertendinosos que van desde la
muñeca hasta la base de las articulaciones de los dedos. Haga que la receptora extienda y separe los
dedos de la mano derecha.
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1. Coloque el pulgar derecho en el dorso de la mano, de modo tal que quede en el músculo situado
sobre la cavidad formada en la raíz del pulgar, donde éste se une con la palma de la mano. Coloque
el dedo índice directamente debajo, en la palma de la mano.
2. Aplique fuerte presión (9 kilogramos) durante tres segundos. Este es un punto «Yipe» conocido
en medicina oriental como el «valle». Descanse.
3. Desplace el pulgar hacia el espacio intertendinoso de los dedos índice y
medio entre la muñeca y la articulación de los dedos. Ponga el índice en la
palma de la mano, en el punto coincidente.
4. Presione moderadamente (7 kilogramos), durante tres segundos. Des-
canse.
5. Siga el espacio intertendinoso hacia abajo y repita la presión en
los otros dos puntos, terminando entre los nudillos.
6. Repita toda la secuencia en los espacios intertendinosos de los
dedos medio y anular y anular y meñique.
Dedos
En medicina oriental se cree que el pulgar se relaciona con el funcionamiento de los pulmones, el
índice con el intestino grueso, el medio con el corazón, el anular con los aparatos respiratorio, diges-
tivo y circulatorio y el meñique con el corazón. Considero que el shiatzu aplicado a los dedos es
importante para mantener los órganos en buenas condiciones de salud. Todos ellos deben
recibir presiones en la parte anterior, posterior y laterales de los huesos.
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presione con fuerza (9 kilogramos) con los pulgares uno al lado del otro. Mantenga la
presión durante tres segundos. Descanse.
4. Avance de a dos dedos hacia el codo, siguiendo la línea del mús-
culo contra el hueso. Presione con fuerza durante tres segun-
dos. Descanse.
5. Continúe aplicando la presión cada dos traveses de
dedo, siempre con los pulgares uno al lado del otro, hasta
llegar a los pliegues del codo.
1. Coloque los pulgares uno al lado del otro en los pliegues del codo. Rodee con
los demás dedos la articulación, sin comprimir.
2. Presione con fuerza (9 kilogramos) con ambos pulgares en los pliegues
del codo. Este es otro punto «Y¡pe»
3. Descienda dos traveses de dedo por la línea que divide en dos partes
el antebrazo. Presione fuerte durante tres segundos. Descanse.
4. Continúe descendiendo de a dos dedos de distancia, aplicando pre-
siones fuertes durante tres segundos hasta llegar a la muñeca. El centro
medio de la muñeca es el punto final.
Palma de la mano
Son tres los puntos que deben recibir presión en las palmas de las ma-
nos. El primero está en la parte media del músculo que forma el extremo inferior de la mano; el
segundo está por fuera del músculo, en el hueco de la palma. El tercero, llamado el «templo de la
fatiga», resulta eficaz para aliviar el cansancio y mejorar la circulación general. Está situado en el
centro mismo de la palma.
Ahora deberá proceder a trabajar en la mano izquierda. Repita también las se-
cuencias correspondientes al brazo, al antebrazo, a las manos, a los dedos, a la región
interna del brazo, del antebrazo y a la palma de la mano. Cuando termine, es probable que sienta la
necesidad de descansar. Esta es una buena ocasión para ello.
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demás dedos, sin comprimir. Presione con fuerza (9 kilogramos) du-
rante tres segundos. Descanse.
2. Descienda de a dos dedos hacia la rodilla. Presione con fuerza
con los pulgares durante tres segundos.Descanse.
3. Continúe hasta llegar al punto situado por. sobre la rodilla, siem-
pre presionando con fuerza cada dos traveses de dedo.
Pie
Arrodíllese a la altura de la rodilla de la receptora, mirando hacia los pies. Los puntos de los pies
son similares a los de las manos. Están ubicados en los surcos intertendinosos que conducen a los
dedos. Comience en la parte superior del pie derecho.
1. Coloque los pulgares uno al lado del otro en el pequeño espacio entre los tendo-
nes del dedo gordo y el siguiente. Apriete con los pulgares sobre el pie y con los
índices en la planta.
2. Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
3. Desplácese hasta llegar a mitad de camino entre ese punto y los dedos. Presio-
ne moderadamente durante tres segundos. Descanse.
4. El tercer punto está donde terminan los surcos intertendinosos. Presione mode-
radamente durante tres segundos. Descanse.
5. Repita la secuencia en los espacios ubicados entre cada uno de los tendones
que corresponden a los dedos.
Dedos
Comience con el dedo gordo. Lo mismo que ocurre con los dedos de las manos, también aquí
hay puntos intermedios entre las articulaciones, en la región anterior, posterior y laterales de
cada falange.
1. Coloque el pulgar derecho sobre la primera falange del dedo gordo, y el índice debajo de aquél.
Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
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2. Coloque el pulgar en la raíz de la uña y el índice por debajo del dedo, en el
punto opuesto. Presione moderadamente durante tres segundos. Descanse.
3. Vuelva a la primera falange del dedo gordo. Presione en las zonas laterales
del punto medio, empleando ambos dedos. Mantenga la presión tres segundos.
Descanse. Repita la presión en los dos lados del segundo hueso.
4. Presione cada uno de los dedos siguiendo la misma secuencia. Trabaje pri-
mero con la parte anterior de cada falange y luego con los laterales.
En este momento está casi terminando con las secuencias de shiatzu. Quien
las recibe deberá sentirse muy relajada y sería extraño que usted -que no es
profesional- no experimentara ahora la necesidad de descansar. Afloje las ma-
nos y los brazos y, luego de algunas respiraciones profundas, comience a dar los
toques finales a su trabajo en la cabeza y la cara.
Cabeza y cara
Arrodíllese ante la cabeza de la receptora. Mida la distancia inclinándose hacia adelante y exten-
diendo los brazos. Debe poder alcanzar la parte superior, sin estirarlos.
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Frente
Estos puntos shiatzu están ubicados siguiendo cinco líneas verticales situadas en la frente. La
primera línea es la central que corre desde el entrecejo hasta la implantación del cabello. Los pares
de líneas siguientes se prolongan hasta la parte media de las cejas. El último par termina en la cola
de las cejas.
Ojos
Los puntos que rodean a los ojos están en la cuenca de las órbitas. Utilice
los índices de ambas manos para trabajar, simultáneamente, con los puntos
de los ojos derecho e izquierdo. Si la receptora usara lentes de contacto,
deberá sacárselos.
Cambie de posición para trabajar en el borde inferior de las órbitas. Arrodíllese cerca de la cintura
de la receptora.
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Mejillas
Vuelva a su posición por delante de la cabeza de la receptora. La presión en los puntos de los
huesos malares se aplica colocando el extremo del dedo medio sobre la uña del índice, tanto en la
mano derecha como en la izquierda.
Boca y mentón
Cerca de la boca hay cuatro puntos shiatzu. El primero está el la línea media entre la base de la
nariz y el labio superior. El segundo: y tercero están situados en las mejillas, a tres dedos hacia afuera
di las comisuras de la boca. El cuarto está en la parte hundida del finen
tón, entre el labio inferior y el extremo de la barbilla.
Región submentoniana
Arrodíllese a la derecha de la receptora, a la altura de su cintura. El punto loca-
lizado debajo de la barbilla está situado por detrás de la línea media de la mandí-
bula inferior. Búsquelo debajo de la barbilla a dos dedos de su borde externo.
Coloque la yema del anular en la parte hundida detrás del hueso.
Sienes
Vuelva a colocarse por ante la cabeza de la receptora. Los puntos finales
están en las sienes. Trabaje simultáneamente con ambos lados.
1. Emplee las dos manos. Coloquelos pulpejos de los dedos medios sobre
los índices, Busque las ligeras depresiones óseas de las sienes. Comprima
moderadamente (7 kilogramos) en esa zona.
2. Mantenga la presión durante tres segundos. Descanse.
3. Repita la presión.
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Ejercicios finales
Las secuencias shiatzu de presiones ya están completas. Sólo restan los movimien-
tos finales de relajación.
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54
SEGUNDA PARTE
SHIATZU COMO
REMEDIO PARA DETERMINADOS
TRASTORNOS
55
56
CAPITULO 7
INSOMNIO
Una de las experiencias más notables y gratificantes que puede proporcionar el shiatzu es una
buena noche de sueño.
He aplicado a menudo shiatzu a personas con problemas específicos de insomnio. En una oca-
sión lo administré a un hombre de sesenta y dos años que lo padecía con intermitencias desde hacía
cuarenta años. No podía dormir sin tomar píldoras. Autoridad internacional en el campo de la pintura,
actuaba en numerosas organizaciones culturales y tenía una energía ilimitada, unida a una persona-
lidad expansiva y sumamente sensible.
A partir de su primera experiencia con el shiatzu, su sueño mejoró y comenzó a sentir una enorme
sensación de relajamiento. Cada nueva sesión le facilitó el sueño hasta que, después de dos meses
de tratamientos semanales, dejó de tomar píldoras y comenzó a dormir naturalmente.
Mi experiencia en la práctica del shiatzu en insomnes me ha demostrado -sin excepción- que en
esos casos los músculos del cuello están sumamente tensos. Por tanto, al aplicar shiatzu a estos
pacientes, presto especial atención a ese grupo muscular. Me concentro, además, en los músculos
de los hombros y el abdomen.
Si usted o su compañero tienen dificultad para conciliar el sueño, una aplicación de shiatzu todas
las noches, antes de acostarse, les producirá una mejoría inmediata. Continúen estos ejercicios
diarios hasta que el problema desaparezca. El tiempo que hará falta para vencer el insomnio rebelde
dependerá de factores tales como la edad, el estado físico, el lapso durante el cual se ha prolongado
esa circunstancia y la clase de vida que se ha llevado. Pero una vez que el problema desaparece, es
posible lograr que no vuelva, mediante dos aplicaciones semanales. Un baño caliente antes del
shiatzu relajará los músculos y hará que este procedimiento para los insomnes sea todavía más
efectivo.
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4. Desplace la mano izquierda dos dedos hacia la región externa de la
base del cráneo y la mano derecha dos dedos hacia la derecha. Presio-
necon fuerza (9 kilogramos) simúltaneamente con los dos dedos índice y
medio de ambas manos. Descanse.
5. Repita la presión dos veces más. Descanse.
6. Desplace la mano dos traveses de dedo hacia abajo, siguiendo la
línea de puntos en la base del cráneo. Presione con fuerza (9 kilogramos)
simultáneamente con los dedos medio e índice de ambas manos. Des-
canse.
7. Repita la presión dos veces más.
Hombros
Busque el punto ubicado en la parte superior del hombro derecho, utili-
zando para ello los dedos índice y medio de la mano izquierda. Dicho punto
está en una línea intermedia entre el cuello y el borde del hombro. Palpe
ligeramente hacia atrás del músculo del hombro. Cuando llegue al lugar
más sensible habrá encontrado el punto.
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na vertebral, procurando llegar tan abajo como pueda. Utilice los dedos índice, medio y anular, colo-
cando este último junto a la columna.
1. Rodee el pie con las manos y coloque ambos pulgares, uno al lado del
otro, frente a la parte musculosa del talón. Presione con fuerza (9 kilogra-
mos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda por la línea central hasta llegar a la parte más angosta del
pie y repita la presión. Descanse.
3. Continúe descendiendo por la línea central hasta el punto ubicado
detrás de la zona más musculosa del pie. Repita la presión fuerte (9 kilogra-
mos). Descanse.
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4. Ahora coloque ambos pulgares, uno al lado del otro, en el
punto situado en la parte alta posterior del arco. Presione con fuer-
za durante tres segundos. Descanse.
5. Vuelva al punto de partida y repita la secuencia dos veces
más.
6. Coloque la pierna izquierda sobre la rodilla derecha y complete toda la
secuencia tres veces en el pie izquierdo.
Abdomen
Aun cuando mostraremos las secuencias que siguen como si se cumplieran estando usted senta-
da, también puede realizarlas acostada.
Los puntos del abdomen corren verticalmente siguiendo líneas, en el abdomen, que van desde la
caja torácica hasta el pubis. La primera está en la parte central del abdomen. Un primer par de líneas
corren paralelas a la primera, a ambos lados de ésta. Y, finalmente, otro par, algo más hacia afuera
de la central, siempre paralela a los anteriores. Después de trabajar la línea central, haga la derecha
antes de pasar a la izquierda.
1. Coloque los dedos índice, medio y anular de ambas manos uno al lado
del otro por debajo del esternón, en el centro de la caja torácica. Presione
moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda dos traveses de dedo por la línea media, y repita la presión
moderada. Descanse.
3. Continúe descendiendo de a dos dedos, presionando moderadamen-
te, durante tres segundos en cada punto, hasta llegar al pubis.
4. Desplace las manos a dos dedos de distancia a la derecha de la línea
central. Coloque los dedos índice, medio y anular de ambas manos por de-
bajo de la última costilla. Presione moderadamente (7 kilogramos) durante
tres segundos. Descanse.
5. Descienda verticalmente y presione con
moderación cada dos dedos durante tres segun-
dos, hasta llegar a la raíz del tronco.
6. Desplace otra vez las manos dos dedos más hacia la derecha. Colo-
que el índice, medio y anular debajo de la última costilla. Presione modera-
damente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse. Continúe des-
cendiendo de la misma manera y presionando cada dos dedos, hasta lle-
gar a la zona inguinal.
7. Ahora pase al lado izquierdo, a cuatro
dedos de la línea central y repita la misma serie
de presiones, cada dos dedos, hasta llegar a la
zona inguinal.
8. Ahora desplácese hacia la línea ubicada
cuatro dedos más hacia la izquierda y repita la secuencia hasta llegar a la
zona inguinal.
9. Para terminar, coloque las palmas de las manos sobre el abdomen.
Presione suavemente (5 kilogramos) con las dos palmas simultáneamente.
Vaya corriendo las palmas, de modo tal que la presión alcance a todo el
abdomen. Concentre su atención en aquellas áreas que sienta más ten-
sas y continúe hasta relajarlas.
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Frente y zonas laterales del cuello
Utilice los dedos índice y medio de ambas manos, para presionar en los
puntos específicos que se muestran en la figura, y que solo han de conside-
rarse como guía general. Lo que interesa es cubrir toda la zona que se mues-
tra. Trabaje simultáneamente los puntos correspondientes a ambos lados del
cuello.
1. Coloque los dedos índice y medio de la mano derecha por debajo del
maxilar derecho, en la parte superior de la tráquea y los mismos dedos de la
mano izquierda en idénticos puntos del lado izquierdo. Presione suavemente (5
kilogramos) durante dos segundos, cuidando de que la presión sea en el mús-
culo y no en la tráquea. Descanse.
2. Descienda ligeramente por la línea, y continúe
presionando suavemente durante dos segundos en
los distintos puntos, hasta llegar a la clavícula.
3. Vuelva a la parte superior del cuello, por debajo de la mandíbula,
siguiendo una línea más hacia la zona posterior del cuello. Repita las
presiones en ambos lados, siguiendo una línea descendente hasta la cla-
vícula.
4. Continúe este procedimiento, presionando suavemente desde la par-
te superior del cuello hasta la clavícula, comenzando cada vez más hacia
la zona posterior del cuello, hasta cubrir bien su parte anterior y laterales.
Sienes
Hay dos puntos en cada lado de la cabeza. Presione en ellos de
manera simultánea, con el dedo medio de cada mano colocado sobre
la uña del índice.
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5. Vuelva al punto inicial y repita toda la secuencia en la mano derecha.
6. Repita toda la secuencia dos veces en la mano izquierda.
Ojos
Los puntos que rodean a los ojos están en la cuenca de las órbitas.
Use los dedos índice, medio y anular de la mano izquierda, para los
puntos del ojo izquierdo, y los mismos dedos de la derecha para los
puntos del ojo derecho. Si usa lentes de contacto, sáqueselos.
Ejercicios finales
Acuéstese boca arriba en el suelo, extienda los
brazos a los lados de la cabeza, las piernas y los de-
dos de los pies e inhale lentamente por la nariz. Rela-
je gradualmente los músculos, mientras exhala el aire
por la boca, produciendo un sonido sibilante a través
de los dientes. Repita esto por lo menos seis veces.
Los ejercicios shiatzu aplicados a otra persona para el insomnio, deben realizarse cómodamente
en una cama. El sujeto se acostará boca abajo para las primeras secuencias. Si usted no dispone de
espacio para colocarse ante la cabeza de la receptora, siéntese a horcaja-
das descansando el peso de su cuerpo en las pantorrillas.
62
2. Repita la presión fuerte. Descanse.
3. Repita la presión una vez más.
1. Presione con fuerza (9 kilogramos) simultáneameine en ambos puntos durante tres segundos.
Descanse.
2. Repita la presión. Descanse.
3. Vuelva a repetir la presión. Descanse.
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4. Descienda dos dedos siguiendo la línea del músculo. Centralice
los pulgares en las bandas musculares. Presione con fuerza (9 kilogra-
mos) durante tres segundos. Descanse.
5. Repita la presión fuerte dos veces más.
6. Continúe descendiendo de a dos traveses de dedo por los mús-
culos de la nuca. Presione con fuerza (9 kilogramos), durante tres segun-
dos, tres veces en cada punto, descansando un segundo después de
cada presión. Los puntos finales están en la base de los músculos a la
altura de los hombros.
Columa vertebral
Siempre en la misma posición -con una pierna a cada lado de
la receptora-, aplique el shiatzu en toda la extensión de la colum-
na, desde la base del cuello hasta el cóccix. Haga que su carga
de peso descanse en sus propias pantorrillas y no en el cuerpo
de la receptora. Presione con los brazos extendidos trasmitiendo
el peso de su torso por medio de los pulgares.
Comience en la base del cuello, exactamente por debajo de
la apófisis vertebral que más sobresale -la más grande que us-
ted palpe a la altura del hombro.
Espalda
Arrodíllese a la derecha de la receptora. Coloque la mano
izquierda en la parte superior de la columna con los dedos
hacia la cabeza y la palma bien extendida sobre la colum-
na. Coloque la mano derecha sobre la izquierda, formando
ángulo recto, y con los dedos hacia el hombro izquierdo.
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1. Apóyese en las palmas, haciendo que la carga de su peso recaiga sobre ellas. Presione mode-
radamente (7 kilogramos). Cuente hasta diez. Descanse.
2. Descienda un ancho de palma y repita la presión.
3. Continúe descendiendo y repitiendo las presiones a iguales intervalos, hasta llegar a la termina-
ción de la columna.
1. Rodee la parte superior del pie con las manos, colocando los pulgares
uno al lado del otro frente al centro de la parte carnosa del talón. Presione con
fuerza (9 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda siguiendo la línea media para llegar al centro de la parte más
angosta del pie y repita la presión. Descanse.
3. Siga descendiendo por la misma línea, hasta llegar al punto ubicado
detrás del centro de la parte musculosa antes
de llegar a los dedos. Presione con fuerza duran-
te tres segundos. Descanse.
4. Cambie ligeramente la posición de las
manos y coloque los pulgares, uno al lado del
otro, en el punto ubicado por detrás de la emi-
nencia metatarsiana. Presione con fuerza du-
rante tres segundos.
5. Vuelva al punto inicial y repita la secuen-
cia dos veces más en el pie derecho.
6. Cambie de posición y colóquese ante el pie izquierdo. Efectúe la
secuencia tres veces en este pie.
Abdomen
Haga que el sujeto se coloque boca arriba y arrodíllese a
su derecha. Los puntos del abdomen descienden verticalmen-
te a lo largo de cinco líneas que corren desde las costillas
inferiores hasta el pubis. La primera está en el centro del ab-
domen y se extiende por debajo
del esternón, pasando el ombli-
go, hasta llegar a la región
pubiana. Las otras dos líneas
paralelas descienden por el ab-
domen, a ambos lados de la lí-
nea central. Las dos restantes también descienden en línea vertical
algo más hacia afuera. Presione simultáneamente a ambos lados.
1. Coloque ambos pulgares uno al lado del otro, por debajo del ester-
nón, en el centro de la caja torácica. Presione moderadamente (7 ki-
logramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Desplácese dos dedos bajando por la línea central y repita la
presión moderada. Descanse.
65
3. Continúe descendiendo de a dos dedos por la línea central y pre-
sionando moderadamente durante tres segundos en cada punto, hasta
llegar al pubis.
4. Separe los pulgares y colóquelos debajo de las últimas costillas, a
cuatro dedos a cada lado de la línea central. Presione moderadamente
(7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
5. Continúe descendiendo por estas líneas, de a dos traveses de
dedo, presionando moderadamente en cada punto, hasta llegar a la base
del tronco.
6. Ahora lleve los pulgares hacia más afuera a unos ocho dedos a
cada lado de la línea central, comenzando por debajo del reborde costal.
Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
7. Continúe bajando por estas líneas de a dos traveses de dedo, presionando moderadamente en
cada punto, durante tres segundos, hasta llegar a la zona inguinal.
8. Coloque ambas manos con las palmas hacia abajo, sobre el abdomen de la receptora. Presio-
ne suavemente (5 kilogramos) simultáneamente con ambas manos, moviéndolas de manera tal que
todo el abdomen reciba la presión suave. Concéntrese en aquellos músculos que parezcan más
tensos y continúe hasta que se produzca cierto relajamiento.
Sienes
Vuelva a sentarse a horcajadas haciendo que el peso de su cuerpo descanse sobre sus propias
piernas. Hay dos puntos a cada lado de la cabeza. El primer par está a dos dedos hacia afuera del
ángulo externo de los ojos. El segundo, en los hundimientos de las sienes. Presione simultáneamen-
te los puntos correspondientes de ambos lados de la cabeza. Coloque los pulpejos de los dedos
medios sobre las uñas de los índices, y presione con ambos dedos.
Ojos
Los puntos de los ojos están situados alrededor del borde interno de la cuenca orbitaria. Emplee
los pulgares de cada mano para trabajar, simultáneamente, en los ojos derecho e izquierdo.
1. Coloque el pulgar en el borde interno de la parte superior de las órbitas, lo más cerca posible de
la nariz.
2. Presione suavemente (5 kilogramos) durante tres segundos.
Descanse.
3. Desplace aproximadamente un dedo los pulgares, hacia la zona
externa de la cara. Repita la presión suave en el borde interno de las
órbitas. Mantenga la presión durante tres segundos. Descanse.
4. Continúe las presiones suaves (5 kilogramos), a intervalos de
un dedo, para terminar en los puntos ubicados fuera de las órbitas.
5. Vuelva al punto inicial y repita la secuencia una vez más.
6. Empleando simultáneamente los dedos índice en los ojos de-
recho e izquierdo, comience lo más cerca posible de la nariz. Presio-
ne suavemente (5 kilogramos) y hacia abajo en el borde interno de
66
las órbitas. Mantenga la presión durantetres segundos. Descanse.
7. Despláse el ancho de un dedo, siguiendo los bordes inferiores de las cuencas orbitarias. Repita
la presión. Descanse.
8. Continúe las presiones a distancias de un dedo de ancho, para terminar en los puntos ubicados
fuera de los ángulos externos de los ojos.
9. Vuelva al punto inicial y repita una vez más la secuencia. correspondiente a los bordes inferiores.
Cuello
Arrodíllese a la derecha del torso de la receptora, lo suficientemente cerca como para alcanzar el
cuello sin estirarse. Los puntos específicos que muestra la ilustración sólo persiguen servir como
guía general. No se preocupe demasiado por alcanzar los puntos exactos. Lo que interesa es cubrir
toda la zona que muestra la figura. Emplee los dedos índice y medio, uno al lado del otro, y alterne las
manos, empleando primero la derecha y luego la izquierda.
1. Coloque los dedos índice y medio de la mano derecha uno al lado del otro, debajo de la mandí-
bula, a la derecha de la parte superior de la tráquea. Presione suavemente
(5 kilogramos) durante dos segundos, cuidando de apretar el músculo y no
la tráquea.
2. Coloque los dedos índice y medio de la mano izquierda al lado de los
de la derecha, en la línea que forman la tráquea y el músculo del cuello.
Continúe descendiendo por esta línea, hasta llegar a la clavícula, y alternan-
do siempre las manos. Presione suavemente (5 kilogramos) durante dos
segundos en cada punto.
3. Vuelva a la zona superior del cuello, acercándose ligeramente a la
parte posterior de éste y repita las presiones siguiendo los músculos princi-
pales desde la región más alta del cuello hasta la clavícula, continuando hasta tratar todo el lado
derecho del cuello.
4. Desplácese al lado izquierdo de la receptora y repita las secuencias en la región izquierda de su cuello.
1. Tome la mano derecha de la receptora con las dos suyas, y coloque sus pulga-
res uno al lado del otro en el punto ubicado en el centro de la parte más carnosa de la
mano. Presione con fuerza (9 kilogramos), durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda siguiendo la línea, hasta llegar al centro de la palma, y repita
la presión fuerte durante tres segundos. Descanse.
3. Coloque los pulgares uno al lado del otro en la parte
carnosa ubicada en la raíz del dedo medio. Repita la presión fuerte (9 kilogra-
mos).
4. Lleve los pulgares hasta el punto ubicado en la parte carnosa detrás del
pulgar, y repita la presión fuerte.
5. Vuelva al punto inicial y repita toda la secuencia en la mano derecha.
6. Repita toda la secuencia, dos veces, en la mano izquierda.
Ejercicios finales
Haga que la receptora descanse boca arriba y estire los brazos a los lados
de la cabeza, las piernas y los dedos de los pies, mientras inhala lentamente
por la nariz. Luego haga que baje gradualmente los brazos, se relaje y exhale lentamente, producien-
do un sonido sibilante al salir el aire por entre los dientes. Este ejercicio se repetirá cinco veces.
67
CAPITULO 8
DOLORES DE CABEZA
El shiatzu producirá un alivio inmediato en casi todo tipo de dolor de cabeza. Las clases más
comunes de cefaleas -que son las producidas por fatiga, tensiones, excesos en la comida, consumo
excesivo de alcohol o falta de sueño- pueden ser tratadas con resultados positivos mediante una sola
sesión de shiatzu. Las formas más severas de este tipo de dolor, tales como hemicránea, si bien
pueden aliviarse temporalmente con un solo tratamiento de shiatzu, requieren aplicaciones constan-
tes durante varios días y aun semanas- para llegar a lograr resultados duraderos.
En los diversos tipos de cefalea, los músculos de la cabeza y de la zona superior del cuello se
ponen duros y tensos. No importa la causa desencadenante; el dolor se produce por la combinación
de la tensión muscular y la vasoconstricción sanguínea. El shiatzu, al relajar los músculos y activar la
circulación sanguínea, mediante el sistema circulatorio, llega directamente a las zonas dolorosas y
produce su alivio. Se tratan primero los puntos en la cabeza y en los hombros. Después -y dado que
para relajar los músculos resulta esencial lograr una buena circulación- se presionan las plantas de
los pies, que son los puntos más distantes del corazón. El shiatzu en las plantas de los pies mejora la
circulación en todo el cuerpo y actúa directamente en los dolores de cabeza.
Si bien el shiatzu es sumamente eficaz para aliviar el dolor, no debe olvidarse su gran valor como
preventivo de la recurrencia de ese dolor. Si sufre cefaleas a menudo, ensaye diariamente las secuen-
cias del shiatzu para este trastorno durante una semana más o menos. Tendrá menos dolores de
cabeza y, cuando los sufra, serán menos serios. Si continúa perseverando en los tratamientos, llega-
rán a desaparecer totalmente. Si no desaparecen, convendrá que consulte a un médico ya que, en tal
caso, quizá se deban a trastornos orgánicos.
Los ejercicios que siguen pueden practicarse mientras usted está sentada en una silla, en cual-
quier momento y en cualquier lugar, cuando usted comience a sentir dolores de cabeza. Toda la
secuencia sólo lleva alrededor de diez minutos. Y si no obstante continúa sintiéndose mal, insista en
las áreas en las cuales sintió mayor alivio -generalmente la base del cráneo, las sienes y los puntos
que rodean los ojos. Si siente que el dolor de cabeza se repite, complete otra vez toda la secuencia.
De ser posible, acuéstese unos minutos después de haber terminado el shiatzu. Cierre los ojos y
respire profundamente.
68
gundos. Descanse.
3. Continúe desplazándose hacia atrás en esta línea central imaginaria y avance a intervalos de
dos dedos hasta llegar al punto medio d . la parte posterior de la coronilla. Presione moderadamente
(7 kilogramos) en cada punto, durante tres segundos.
4. Vuelva a la línea de implantación del cabello y coloque el índice izquierdo a dos traveses de
dedo del centro hacia la izquierda, y el derecho a dos dedos hacia la derecha. Mantenga los dedos
medios sobre las uñas de los índices. Presione moderadamente (7 kilogramos), durante tres segun-
dos. Descanse.
5. Presione moderadamente cada dos dedos, siguiendo estas
líneas paralelas a una raya central del cabello, hasta llegar a la parte
posterior de la coronilla. Mantenga la presión durante tres segun-
dos.
6. Vuelva otra vez a la línea de implantación del cabello y coloque
las manos otros dos dedos del centro hacia la izquierda y la dere-
cha. Presione moderadamente (7 kilogramos) en los puntos a la al-
tura de la implantación del cabello. Mantenga la presión tres segun-
dos. Descanse.
7. Repita la presión moderada cada dos dedos, siguiendo líneas
paralelas a las anteriores, hasta llegar a la parte posterior de la coro-
nilla.
69
fuerza (9 kilogramos) simultáneamente en ambos puntos durante tres segundos. Repita dos veces
más.
5. Vuelva a desplazar índice y medio otros tres dedos, siguiendo el borde inferior y posterior del
cráneo. Presione con fuerza (9 kilogramos), tres veces. Mantenga la presión tres segundos cada vez.
Tobillos
Haga que su pie derecho descanse apoyado en el suelo. Inclínese ha-
cia adelante para trabajar con el tobillo. Coloque el pulgar derecho en la
parte externa del tobillo, en el hundimiento formado entre el hueso y el
tendón de Aquiles, que se prolonga hacia la parte posterior del tobillo.
Coloque el pulgar izquierdo en el punto correspondiente en la parte inter-
na del tobillo. Rodee la parte anterior de éste con los demás dedos.
70
uno al lado del otro frente a la parte carnosa del talón. Presione
con fuerza (9 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Siga la línea central hasta llegar a la parte más angosta del
pie. Presione sione con fuerza (9 kilogramos) durante tres segun-
dos Descanse
3. Siga avanzando por la línea central, hasta llegar al punto
ubicado detrás de la parte más carnosa del pie antes de llegar a
los dedos. Presione con fuerza (9 kilogramos) durante tres se-
gundos. Descanse.
4. Cambie la posición de las manos y coloque los pulgares
uno al lado del otro en el punto ubicado en la parte más alta del
arco. Presione fuerte durante tres segundos.
5. Coloque la pierna izquierda sobre la rodilla derecha. Repita la secuencia en el pie izquierdo.
Sienes
Hay dos puntos a cada lado de la cabeza. Trabaje con los puntos correspondientes, simultánea-
mente, con el dedo medio de cada mano colocado arriba de la uña del índice.
71
4. Desplácese hacia arriba dos traveses de dedo, formando un ángulo de cuarenta y cinco grados
con los respectivos puntos iniciales. Presione moderadamente (7 kilogramos). Mantenga la presión
tres segundos. Descanse.
Ojos
Los puntos que rodean los ojos son sumamente importantes para el
tratamiento de las cefaleas. La presión en ellos alivia la tensión que se
acumula en los músculos oculares. Utilice los dedos índice, medio y anular
de la mano derecha para los puntos indicados del ojo derecho, y los mis-
mos dedos de la izquierda para los del ojo izquierdo. Trabaje con ambos
ojos al mismo tiempo. Si usa lentes de contacto, sáqueselos.
Los ejercicios que siguen se describen teniendo en cuenta que la receptora está acostada. Sin
embargo, si usted estuviera aplicando el shiatzu en un lugar donde fuera difícil o imposible permane-
cer en esa posición como, por ejemplo, en una oficina, haga que ella se siente en una silla mientras
usted trabaja en los puntos descritos. La única diferencia en administrar shiatzu a alguien que no está
acostado, reside en que se tendrá que actuar con una mano por vez, utilizando la otra para sujetar el
cuerpo y poder así ejercer suficiente presión. Por ejemplo, cuando trabaje en la base del cráneo o en
la nuca, párese detrás, coloque la mano izquierda en la frente de la receptora y ejerza presión con la
mano derecha. Trabaje primero en la zona derecha y después en la izquierda. Completado el shiatzu,
haga que cierre los ojos, respire profundamente y se relaje durante el mayor tiempo posible.
1. Coloque ambos pulgares, uno al lado del otro, en el centro de la línea de implantación del
cabello. Presione moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Desplace los pulgares dos traveses de dedo hacia la parte posterior de la coronilla, siguiendo la
72
línea que divide el cabello en el , centro. Presione moderadamente (7 ki-
logramos) durante tres segundos. Descanse.
3. Continúe desplazándose hacia la coronilla de a dos dedos de dis-
tancia. Presione moderadamente durante
tres segundos en cada punto.
4. Vuelva a colocar las manos en la lí-
nea de implantación del cabello. Coloque el
pulgar derecho dos dedos a la derecha del
punto inicial y el pulgar izquierdo a la misma
distancia hacia la izquierda. Presione mo-
deradamente (7 kilogramos) en estos pun-
tos durante tres segundos. Descanse.
5. Desplácese dos dedos en línea recta
hacia la parte posterior de la coronilla. Pre-
sione moderadamente. Mantenga la presión
tres segundos. Descanse.
6. Continúe presionando moderadamente cada dos dedos hasta lle-
gar a la parte posterior de la coronilla.
7. Vuelva a la línea de implantación del cabello y desplace los pul-
gares otros dos dedos hacia las zonas laterales de la cabeza. Presione
moderadamente (7 kilogramos) cada dos dedos hasta volver a llegar a
la parte posterior de la coronilla. Mantenga la presión tres segundos en
cada punto.
1. Coloque el- pulgar derecho en el hundimiento ubicado ligeramente por debajo del occipital en el
centro de la nuca. Coloque el pulgar izquierdo sobre la uña del derecho.Presione con fuerza (9 kilo-
73
gramos). Mantenga la presión durante tres segundos. Descanse.
2. Repita la presión dos veces más. Manténgala. durante tres segun-
dos cada vez.
3. Separe las manos y coloque el pulgar izquierdo tres dedos más
afuera hacia la izquierda, en el borde inferior del cráneo. Desplace el
pulgar derecho tres dedos hacia la derecha. Pre-
sione con fuerza (9 kilogramos) con los dos pul-
gares. Mantenga la presión tres segundos. Des-
canse.
4. Repita la presión dos veces más. Mantén-
gala tres segundos cada vez.
5. Desplace los pulgares otros tres dedos
hacia afuera, siguiendo el borde inferior del crá-
neo. Presione con fuerza (9 kilogramos)
durantetres segundos. Descanse.
6. Repita la presión dos veces más.
Nuca
Siempre en la misma posición, a horcajadas, coloque el pulgar iz-
quierdo en la parte superior del músculo principal que se extiende des-
de la nuca hacia ahajo. Coloque el dedo pulgar en la parte superior del
músculo derecho. Los pulgares deberán quedar en los puntos donde
se insertan los músculos de la nuca.
3. Continúe descendiendo y presionando con fuerza (9 kilogramos) cada dos dedos. Los puntos
finules están en la inserción del músculo a la altura de la nuca.
Tobillos
Cambie de posición para trabajar con los tobillos. Arrodíllese al lado
de la rodilla derecha de la receptora de modo tal de quedar mirando
hacia el tobillo. Coloque el pulgar izquierdo en la parte externa del
talón bien arriba, en el hundimiento entre el hueso de éste y el tendón
de Aquiles. Coloque el pulgar derecho en el punto correspondiente del
otro lado. Rodee el frente del tobillo con los demás dedos.
1. Rodee con las manos la parte superior del pie, colocando los pulgares
uno al lado del otro frente al centro de la parte carnosa del talón. Presione con
fuerza (9 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda por la línea hasta el centro del pie. Presione con fuerza (9
kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
3. Continúe descendiendo por la línea hasta llegar al
punto ubicado en la parte central y posterior de la zona
carnosa del pie, antes de llegar a los dedos. Presione con fuerza durante tres
segundos. Descanse.
4. Cambie las manos y coloque ambos pulgares uno al lado del otro en el
punto ubicado en la parte posterior alta del arco. Presione con fuerza durante
tres segundos.
5. Colóquese a la izquierda del pie de ese lado de la receptora y repita la
secuencia.
Cuando termine con la planta del pie izquierdo haga que se dé vuelta y se
ponga boca arriba. En esta posición usted le practicará los ejercicios shiatzu
finales para el dolor de cabeza.
Cuello
Arrodíllese a la derecha del torso, de modo tal de llegar con
comodidad al cuello sin estirar los brazos. Si bien la ilustración
muestra puntos específicos, basta con que los emplee como
guía general. Lo que interesa es trabajar bien toda la zona del
cuello, comenzando debajo de la mandíbula hasta llegar a la
clavícula. Utilice los dedos índice y medio de ambas manos,
alternando la derecha y la izquierda.
1 Coloque los dedos índice y medio de la mano derecha debajo de la mandíbula, al lado de la
parte superior de la tráquea. Presione suavemente (5 kilogramos) en el punto superior de la porción
lateral de la tráquea y el músculo. Tenga cuidado de no presionar directamente a ésta sino el múscu-
lo. Mantenga la presión dos segundos. Descanse.
2. Coloque los dedos índice y medio de la mano izquierda ligera-
mente por debajo del punto que acaba de presionar con la derecha.
Repita la presión suave.
3. Continúe descendiendo a lo largo de la tráquea y alternando las
manos para presionar suavemente, hasta llegar a la clavícula.
4. Vuelva a llevar las manos a la parte superior del cuello, debajo de
la mandíbula. Repita las presiones, alternando las manos y siguiendo
una línea descendente hasta la clavícula.
5. Continúe presionando suavemente (5 kilogramos) a partir de la par-
te superior del cuello hasta su base, hasta completar el lado derecho.
6. Trasládese al costado izquierdo de la receptora y repita las se-
cuencias en ese lado del cuello.
75
Sienes
Vuelva a su posición por ante la cabeza. Hay dos puntos a cada lado de ésta. Emplee los dedos
índice y medio de cada mano, para trabajar con ambos lados simultáneamen-
te.
1. Presione moderadamente (7 kilogramos) en las depresiones de la sien.
Trabaje tres segundos. Descanse.
2. Repita la presión moderada. Manténgala tres segundos. Descanse.
3. Lleve los dedos hasta la línea de implantación del cabello hacia el mús-
culo que se mueve cuando usted aprieta con fuerza los díentes. Presione
moderadamente (7 kilogramos) durante tres segundos. Descanse.
4. Repita la presión moderada. Man. téngala durante tres segundos.
Ojos
Los puntos que rodean los ojos están en los bordes internos de las órbitas. Emplee los dedos
índices de cada mano para trabajar simultáneamente con ambos ojos.
1. Coloque los índices en la cuenca de las órbitas superiores, lo más
cerca posible de la nariz.
2. Presione suavemente (5 kilogramos) directamente tres segundos
en el borde interno de las cuencas orbitarias. Descanse.
3. Desplace los índices un dedo hacia afue-
ra, manteniéndolos siempre en el borde interno
de las cuencas de las órbitas. Repita la presión
suave durante tres segundos. Descanse.
4. Continúe las presiones a distancias de un
dedo, siguiendo los huesos de la órbita, hasta
completar los puntos que rodean la parte supe-
rior de los ojos.
5. Si fuera necesario, cambie de posición para poder alcanzar los pun-
tos ubicados en las cuencas orbitarias inferiores. Arrodíllese cerca de la
cintura de la receptora.
6. Presione suavemente (5 kilogramos) directamente sobre el borde interno del hueso contiguo a
la nariz. Mantenga la presión tres segundos. Descanse.
7. Haga avanzar sus índices presionando a un dedo de distancia. Emplee presión suave durante
tres segundos. Descanse.
8. Continúe presionando con espacios de un dedo, hasta completar los pun-
tos que rodean los ojos en sus bordes inferiores.
Ejercicios finales
Haga que la receptora acostada en el piso extien-
da sus brazos a ambos lados de la cabeza. Tómela
de las manos y tire suavemente, estirándole los brazos. Al mismo tiempo, ella
deberá inhalar por la nariz, llenando bien los pulmones de aire mientras estira
las piernas y los dedos de los pies. Sosténgala un momento y luego afloje la
tensión en sus manos, mientras ella exhala lentamente por la boca y relaja todo
el cuerpo. Repita este ejercicio seis veces.
76
CAPITULO 9
TORTICOLIS Y HOMBROS DOLORIDOS
El shiatzu le permitirá librarse fácilmente de la tortícolis y del dolor en los hombros, causados por
fatiga, tensión nerviosa y esfuerzo físico excesivo.
Son muchas las personas tensas o con una gran excitación nerviosa que han llegado a mí con
una fuerte tortícolis o dolor en los hombros. Este dolor es a menudo la resultante de la acumulación
de tensiones durante meses y aun años. Pero, sin excepción, toda esta gente ha experimentado
alivio y una sensación de relajamiento, después de la primera terapia con shiatzu.
Los ejercicios que administro específicamente para la tortícolis y el dolor en los hombros, causa-
dos por tensiones, son igualmente eficaces para quienes han forzado los músculos en un ejercicio
físico excesivo. Es evidente que cuando usted -o la otra persona- sufren tortícolis o dolor en los
hombros, el shiatzu ha de aplicarse lo más pronto posible. Si las molestias volvieran a aparecer, se
repetirán las secuencias. Aun cuando al día siguiente no se note ningún endurecimiento, será conve-
niente repetir una vez más los ejercicios.
Las primeras presiones se aplicarán en la cabeza y en el cuello. Estas presiones facilitan la circu-
lación sanguínea entre la cabeza y el corazón. La parte superior de los hombros, la espalda y los
omóplatos se trabajarán a continuación. Estas áreas -si bien al principio resultan dolorosas cuando
se las comprime- deben recibir presiones constantes y fuertes. La acción activante del shiatzu alivia
las tensiones y hace que la sangre circule mejor en las zonas afectadas. Luego se ejercerá presión
suave en las sienes y en la parte anterior del cuello y, finalmente, presiones fuertes en las axilas,
parte superior de los brazos, y anterior e inferior de los hombros.
Este shiatzu tendrá que aplicárselo mientras usted está sentada en una silla con respaldo recto.
Nuca
Coloque los dedos índice y medio de cada mano en la inserción de
los músculos grandes que descienden por la nuca hasta el hombro.
Coloque los dedos de la mano izquierda en la parte superior del músculo
77
de ese lado y los de la derecha en el punto correspondiente al lado
derecho.
Hombros
Busque el punto ubicado en la región superior del hombro derecho, utilizando para ello los dedos
índice y medio de la mano izquierda. El punto se encuentra a
mitad de camino entre la base del cuello y el borde del hombro.
Palpe ligeramente hacia la parte posterior del músculo del hom-
bro. Cuando palpe el luga más sensible habrá llegado al punto
que busca.
78
Región anterior y laterales del cuello
Emplee los dedos índice y medio de ambas manos, para aplicar el shiatzu
en los puntos del cuello. Utilice la mano izquierda para ese lado del cuello,
y la mano derecha para la zona derecha. Si bien la ilustración muestra los
puntos específicos, ellos se ofrecen solamente como guía general. Se tra-
bajará con toda la superficie del cuello aplicándole presión suave. Presio-
ne simultáneamente los puntos correspondientes a ambos lados.
Brazos y hombros
El primer punto de esta última secuoncía está ubicado en la zona profunda de
la axila. Hay, además, tres puntos en la parte externa del brazo comenzando
arriba, muy cerca del hombro y, finalmente, otros tres que descienden
diagonalmente desde la clavícula hacia la axila,
Ejercicios finales
Descanse un momento una vez finalizado el shiatzu autoaplicado. Siéntese en su silla e inhale por
la nariz, llenando los pulmones de aire. Mantenga el aire durante tres segundos y luego exhale lenta-
mente por la boca. Repita este ejercicio por lo menos seis veces.
79
SHIATZU APLICADO A OTRO PARA LA TORTICOLIS Y LOS HOMBROS DOLORIDOS
Nuca
Separe las manos y coloque los pulgares en la parte superior de los músculos principales que
descienden por la nuca. Coloque el pulgar izquierdo en la parte superior del músculo izquierdo, deba-
jo del occipital, y el pulgar derecho en el punto correspondiente a este lado.
80
1. Presione con fuerza (9 kilogramos) simultáneamente, en ambos pun-
tos, durante tres segundos. Descanse.
2 Descienda dos dedos, siguiendo el trayecto del músculo. Repita la
presión fuerte. Descanse.
3 Continúe descendiendo en la misma línea, presionando fuerte (9 ki-
logramos) a distancia de dos dedos, para terminar en la inserción de los
músculos, a la altura de los hombros.
Omóplatos y articulaciones
El punto de los omóplatos está inmediatamente por debajo
del reborde que se extiende por la parte superior de los omópla-
tos, en el ángulo más cercano a la columna vertebral. El punto
de las articulaciones se encuentra en el ángulo que forma el
hombro con el húmero. Presione primero los puntos del lado
derecho y después los del izquierdo.
Nuca
Esta secuencia, y todas las que siguen, cubren las zonas del cuello y de los hombros. Compléte-
las primero en el lado derecho, y después colóquese a la izquierda de la receptora y repítalas en el
izquierdo.
Haga que se dé vuelta y quede boca arriba. Arrodíllese a la derecha de su torso. Debe poder
alcanzar el cuello de la receptora con comodidad, sin necesidad de estirar los brazos. Si bien en la
81
ilustración se muestran los puntos específicos, basta con que los
tenga como guía general. Lo que interesa es cubrir toda la zona
del cuello. Preocúpese por trabajar en toda esta región, comen-
zando por debajo de la mandíbula y descendiendo hasta la claví-
cula. Utilice los dedos índice y medio de ambas manos, alternando
la derecha con la izquierda.
Axila y hombro
El primer punto de esta secuencia está en la parte más profunda de la
axila. Hay, además, tres puntos que forman una línea diagonal en la parte
anterior del hombro. Y, finalmente, otros tres que corren de arriba hacia abajo
a partir del extremo superior del hombro.
82
7. Desplace los pulgares otros dos traveses de dedo hacia abajo y repita la presión. Descanse.
Repita la presión.
Cambie de posición arrodillándose a la izquierda del torso de la receptora. Repita la secuencia del
cuello y de la axila y hombro, en los puntos correspondientes a este lado.
Ejercicios finales
Haga que, acostada en el suelo, extienda los brazos a los lados de la cabeza. Tómela de las
manos con fuerza y traccione suavemente, estirándole los brazos. Indíquele que, simultáneamente,
inhale por la nariz y llene bien los pulmones de aire, mientras estira las piernas y los dedos de los
pies. Sosténgala un momento y luego afloje la tensión de sus manos, mientras ella exhala lentamen-
te por la boca y relaja todo el cuerpo. Repita el ejercicio seis veces.
83
CAPITULO 10
LUMBAGO
El shiatzu puede proporcionarle un alivio rápido y eficaz en los dolores lumbares, provocados por
tensiones y esfuerzos musculares. Si bien como profesional he tratado lumbalgias causadas por
diversos tipos de problemas de la columna vertebral, quiero subrayar que los estados graves o cróni-
cos, tales como hernias de discos o degeneración orgánica deben ser tratados sólo por profesionales
que trabajan en estrecho contacto con médicos.
Los problemas de cintura que usted o sus amigas puedan sufrir serán, más probablemente, resul-
tantes del esfuerzo muscular o el stress emocional. Las secuencias shiatzu especiales que he prepa-
rado con este fin, las liberarán de los desórdenes serios, siempre que las aplique lo más pronto
posible después de aparecer el dolor.
A lo largo de los años tuve ocasión de trabajar muy cerca de bailarinas y atletas. Para muchos de
ellos los problemas lumbares constituyen un riesgo profesional tan frecuente como ingrato. El shiatzu
ha conseguido una y otra vez que pudieran reanudar sus actividades, desempeñándose con el máxi-
mo de su capacidad.
Siempre aconsejo que esta secuencia shiatzu se repita por lo menos dos veces, a ratos, diaria-
mente. Claro está que, además, el tratamiento se repetirá de inmediato si el dolor reaparece. Pero
aun cuando no exista contractura o dolor después del primer shiatzu, repita toda la secuencia una vez
más dentro de las veinticuatro horas.
En lo que respecta a la lumbalgia, me concentro en la columna y en las zonas adyacentes, y luego
en el abdomen. La presión combinada en estas áreas sirve para relajar el grupo muscular de la parte
inferior del cuerpo. Si el dolor es agudo, repita toda la secuencia y aplique también el shiatzu a la
parte superior de la espalda y a los hombros. (Véanse capítulo 5, págs. 58 a 60 para los ejercicios de
shiatzu autoaplicado y capítulo 6, págs. 81 a 85, para los de shiatzu aplicado a otra persona).
Estos ejercicios los practicará mientras usted está sentada en una silla.
Cintura
Siéntese en la parte anterior de la silla, de modo tal que le sea posible
llegar a las zonas laterales de la columna vertebral. Los puntos de la cintura
ascienden desde la zona musculosa de los glúteos, en el medio de las nalgas,
hasta la parte más alta a los costados de la columna que pueda alcanzar con
las manos. La secuencia termina con un par de puntos por encima de la cintu-
ra. Presione simultáneamente los puntos correspondientes de cada lado.
1. Coloque los dedos índice, medio y anular de ambas manos en las nal-
gas, al terminar la columna, con el anular de cada mano un dedo a cada lado
de aquélla. Presione con fuerza (9 kilogramos) durante tres segundos. Des-
canse.
2. Desplace las manos dos traveses de dedo más arriba, siguiendo la
misma línea y repita la presión y fuerte. Descanse.
3. Continúe desplazándose a lo largo de la columna a distancia de dos
dedos. Presione con fuerza en cada punto durante tres segundos. Mantenga
el anular de cada mano a un dedo de la columna vertebral.
84
4. Repita esta secuencia (pasos 1 a 3) dos veces más.
5. Descanse los dedos en la parte superior y posterior de los coxales,
y extienda los pulgares hacia la columna, a la altura de la cintura. Colo-
que cada pulgar a tres dedos del centro de la columna, a la altura de la
cintura.
6. Presione con fuerza (9 kilogramos), con ambos pulgares, simul-
táneamente, durante tres segundos. Descanse.
7. Repita esta presión por lo menos dos veces más. Por lo general
éste es el punto más tenso; presione, pues, aquí, hasta que sienta su
relajación.
Abdomen
Si ello es factible, ahora puede acostarse. El relajamiento es mayor
así y puede presionar con más fuerza. Si no le es posible acostarse,
quédese sentada, pero apóyese en el respaldo de la silla.
Los puntos del abdomen corren verticalmente en tres líneas. La primera
desciende por el centro de aquél; las otras dos (un par) corren paralelas a
ella, a cada lado del tronco.
1. Coloque los dedos índice, medio y anular de ambas manos, uno al lado
del otro, inmediatamente por debajo del centro de la caja torácica. Presione
moderadamente (7 kilogramos), durante tres segundos. Descanse.
2. Desplácese dos traveses de dedo, siguiendo hacia abajo la línea cen-
tral y repita la presión moderada. Descanse.
3. Continúe descendiendo de a dos dedos, presionando moderadamen-
te durante tres segundos en cada punto, hasta llegar a la parte superior del
pubis.
4. Coloque las manos por debajo del rebor-
de costal, en línea recta hacia los pezones. Presione moderadamente (7
kilogramos) con ambas manos, durante tres segundos. Descanse.
5. Desplace las manos en línea recta hacía abajo hasta llegar a mitad
de camino entre el punto anterior y la cintura. Repita la presión moderada.
Descanse.
6. Continúe descendiendo hasta llegar a la cin-
tura. Repita la presión moderada. Descanse.
7. Baje hasta el punto ubicado a mitad de ca-
mino entre la cintura y el pubis. Presione
moderadamente (7 kilogramos) dos veces más
durante tres segundos cada vez.
8. Lleve las manos al punto correspondiente a
la región Izquierda del abdomen y repita la secuen-
cia (pasos 4 a 7) en los puntos del lado izquierdo.
9. Coloque las palmas de las manos en el abdomen. Presione con suavidad
(5 kilogramos), simultáneamente, con ambas palmas. Muévalas de modo de
cubrir todo el abdomen con presiones leves. Concéntrese en aquellas zonas en
las cuales los músculos parezcan más tensos y continúe hasta relajarlos.
Ejercicios finales
Al terminar este shiatzu autoaplicado descanse unos minutos.
Siéntese en su silla e inhale por la nariz, llenando los pulmones de aire. Mantenga el aire durante
unos segundos y luego exhale lentamente por la boca. Repita este ejercicio por lo menos seis veces.
85
SHIATZU PARA EL LUMBAGO APLICADO A OTRA PERSONA
86
Abdomen
Haga que su compañera se dé vuelta y quede boca arriba. Arrodíllese al lado de su cadera izquier-
da, de manera tal de alcanzar su abdomen desde el reborde costal hasta la parte superior de las
piernas. Los puntos del abdomen se extienden a lo largo de tres líneas
verticales desde el reborde costal hasta donde comienzan las piernas.
1. Coloque ambos pulgares, uno al lado del otro, inmediatamente por
debajo del centro de la caja torácica. Presione moderadamente (7 kilogra-
mos) durante tres segundos. Descanse.
2. Descienda dos traveses de dedo por la línea central y repita la pre-
sión moderada. Descanse.
3. Continúe descendiendo por la línea, a dis-
tancia de dos dedos, aplicando presión modera-
da durante tres segundos en cada punto, hasta
llegar a la parte superior del pubis.
4. Separe los pulgares y coloque uno a la altu-
ra de cada pezón, por debajo del reborde costal.
Presione moderadamente (7 kilogramos), de manera simultánea en ambos
lados, durante tres segundos. Descanse.
5. Desplace ambos pulgares en línea recta hacia abajo, hasta llegar a
mitad de camino de la cintura. Repita la presión moderada. Descanse.
6. Continúe descendiendo con los pulgares por las líneas que conducen
a la cintura. Repita la presión moderada. Descanse.
7. Desplácese hacia los puntos ubicados a mitad de camino entre la cin-
tura y el pubis. Presione moderadamente durante tres segundos.
Arrodíllese al lado de la receptora. Coloque ambas manos en su abdomen. Presione con suavidad
(5 kilogramos), simultáneamente con ambas palmas, moviendo las manos para presionar ligeramen-
te en todo el abdomen. Concéntrese en las áreas donde los músculos parezcan más tensos y conti-
núe hasta que haya cierto relajamiento.
Ejercicios finales
Haga que la receptora extienda las manos en el piso, a los lados de su
cabeza. Sosténgala firmemente por las manos y traccione suavemente, esti-
rando sus brazos. Al mismo tiempo, haga que inhale por la nariz, llenando
bien los pulmones, y que estire las piernas y los dedos de los pies. Sostén-
gala un momento y luego afloje la tensión de sus manos, mientras ella
exhala lentamente por la boca, relajando todo el cuerpo. Repita este ejer-
cicio seis veces.
87
CAPITULO 11
ESTREÑIMIENTO Y DIARREA
El shiatzu puede proporcionar alivio en las molestias provocadas por el estreñimiento y la diarrea,
debidos a la tensión nerviosa y emocional. Este método contribuirá a relajar los tubos digestivo e
intestinal y a devolver a su organismo el equilibrio que asegura el buen funcionamiento de los intes-
tinos.
Los ejercicios shiatzu son iguales para la diarrea que para el estreñimiento. Ello se debe a que los
problemas, opuestos en realidad, indican un desarreglo del mismo sistema.
Si bien los dos problemas reaccionan igual con el mismo tratamiento, sus síntomas son comple-
tamente diferentes. El estreñimiento, por lo general, se va desarrollando gradualmente y llega a
hacerse crónico en las personas muy tensas. En quienes sufren de este trastorno, por lo común, se
aprecia un bulto duro a la izquierda del ombligo. Se trata de una retención de materia fecal que se ha
pegado a la pared intestinal. La tensión nerviosa ha retrasado la contracción y dilatación regulares del
colon - su peristaltismo- y ello ha inmovilizado la materia fecal. El shiatzu devuelve la regularidad a los
movimientos musculares del colon y permite la eliminación normal.
Para lograrlo será necesario cumplir un tratamiento shiatzu diario. El tiempo necesario para corre-
gir la irregularidad, dependerá totalmente de la persona y de la antigüedad del problema, pero en
ocho o diez días ya se notarán los resultados.
La aparición de la diarrea es más rápida, y sus recurrencias más intermitentes en aquellas perso-
nas que sufren de ansiedad. Ella se produce cuando el movimiento muscular del colon deja de ser
regular y constante, y se trasforma en espasmódico. Las presiones shiatzu, que devuelven su funcio-
namiento normal a los sistemas muscular y circulatorio, son un remedio eficaz para este trastorno.
Posiblemente serán necesarias -para lograrlo- dos o tres aplicaciones de shiatzu, a razón de una por
día. Si el problema vuelve a presentarse después de unos días, repita los ejercicios. Pronto notará
que las recurrencias son cada vez menos frecuentes.
Una advertencia: jamás aplique shiatzu abdominal a quien sufra de úlceras o cualquier otra afec-
ción o trastorno abdominal. No administre este procedimiento a nadie que tenga dolor o puntos
sensibles en cualquier región del abdomen, o fiebre, por baja que ésta sea. Por otra parte, el shiatzu
carecerá de eficacia - aunque no causará dañosi se lo aplica a quienes sufren diarrea ocasionada por
agentes externos, tales como alimentos en mal estado o virosis.
En los ejercicios shiatzu que siguen para el estreñimiento y la diarrea, la presión se ejerce, prime-
ro, en los puntos más importantes de la cabeza y del cuello. Esto disminuye la tensión nerviosa y
relaja el cerebro. Luego se procede a aplicar shiatzu en el abdomen, que es la zona más importante
para estos estados. Se practicarán las presiones en toda el área abdominal hasta que los músculos
endurecidos se relajen completamente.
Cabeza
Toda esta secuencia de ejercicios shiatzu puede llevarse a cabo senta-
da en una silla.
Coloque los dedos índice y medio de ambas manos, en la parte superior
de la coronilla.
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2. Repita la presión fuerte. Descanse.
3. Vuelva a repetir la presión fuerte. Descanse.
4. Descienda hasta el hueco formado por debajo del occipital,
y presione con fuerza (9 kilogramos) con los dedos índice y medio
de ambas manos. Mantenga la presión durante tres segundos.
Descanse.
5. Repita la presión dos veces más.
Cintura
Siéntese en el borde de la silla de modo de poder alcanzar la parte inferior
de la columna vertebral. Los puntos de la zona inferior de la espalda se extien-
den desde la región glútea hasta ambos lados de la columna, en línea ascen-
dente, tan alto como usted pueda alcanzar. Presione simultáneamente en los
puntos de las dos porciones laterales de la columna.
Caderas
Siéntese en el borde de la silla. Haga que sus dedos descansen en la
parte superior de los coxales y extienda los pulgares hacia la columna, a
la altura de la cintura.
89
tráquea. Haga lo mismo del lado izquierdo con la mano izquierda. Pre-
sione suavemente (5 kilogramos), durante dos segundos. Presione el
músculo y no la tráquea. Descanse.
2. Descienda ligeramente y repita la presión. Descanse.
3. Continúe descendiendo por la misma línea hasta llegar a la claví-
cula, siempre presionando en cada punto, durante dos segundos.
4. Vuelva a llevar las manos a la parte superior de la línea de la mandí-
bula, corriéndose un poco más hacia los laterales. Repita las presiones
siones en ambos lados del cuello, siguiendo una línea descendente has-
ta la clavícula.
5. Continúe las presiones desde la parte superior del cuello hasta su
base, comenzando cada vez un poco más hacia los costados, hasta cu-
brir la parte anterior y laterales del cuello.
Abdomen
Apóyese en el respaldo de su silla. Los puntos de esta área descienden
verticalmente siguiendo cinco líneas que van desde la parte inferior de la
caja torácica hasta el centro del abdomen. Un par de líneas desciende a
ambos lados de ésta central y, finalmente, otro par corre, también a cada
lado de estas últimas. Después de completar la línea central, trabaje los
puntos del lado derecho, antes de pasar a los del izquierdo.
90
9. Continúe descendiendo por la línea, a espacios de dos dedos, presionando moderadamente
durante tres segundos en cada punto, hasta llegar a la región inguinal.
10. Ahora desplácese cuatro dedos más hacia la izquierda y repita la misma serie de presiones,
cada dos dedos, hasta llegar a la región inguinal.
11. Finalmente, coloque las palmas de ambas manos sobre el abdomen. Presione suavemente (5
kilogramos) con ambas, simultáneamente. Muévalas, de modo de cubrir todo el abdomen con pre-
siones suaves. Concéntrese en aquellas áreas que note tensas, y continúe hasta que se relajen.
Ejercicios finales
Una vez terminado este shiatzu autoaplicado, descanse unos minutos. Siéntese apoyada en el
respaldo de su silla e inhale por la nariz, llenando los pulmones de aire. Mantenga el aire durante tres
segundos y luego exhale lentamente por la boca. Repita este ejercicio por lo menos seis veces.
La receptora se acostará boca abajo en el suelo, sobre una frazada doblada, con los brazos a los
costados del cuerpo y la frente descansando sobre una almohada dura o una toalla doblada.
Cabeza y cuello
Comience esta secuencia arrodillándose por ante la ca-
beza de la receptora, lo suficientemente cerca como para
poder alcanzar con comodidad la parte superior de ésta.
1. Coloque el pulgar derecho en el espacio ubicado cuatro o cinco dedos por arriba de la cintura.
91
Presione moderadamente (7 kilogramos), gramos), durante tres segun-
dos. Descanse.
2. Coloque el pulgar izquierdo en el espacio intervertebral siguiente,
descendiendo. Presione moderadamente durante tres segundos. Des-
canse.
3. Continúe a lo largo de la columna hasta llegar al cóccix, siempre
alternando los pulgares y presionando do moderadamente (7 kilogramos)
en los espacios intervertebrales.
4. Repita la secuencia que antecede (pasos 1 a 3) dos veces más.
Caderas
Dos son los puntos de las caderas a los cuales ha de aplicarse el shiatzu. El primero está en la
cintura, a mitad de camino entre la columna vertebral y la curva de la
cintura. El segundo está ubicado en la región glútea. Trabaje primero con
el lado derecho.
92
mente por arriba de la zona más carnosa de los glúteos en un punto que parta, en línea recta, del
omóplato. Presione moderadamente (7 kilogramos), durante tres segundos. Descanse.
4. Repita la presión dos veces más.
5. Colóquese a la izquierda y repita la secuencia que antecede (pasos 1 a 4) en los puntos
correspondientes al lado izquierdo.
Cuello
Haga que la receptora se dé vuelta para quedar boca
arriba. Arrodíllese a la derecha de su torso, lo suficiente-
mente cerca como para alcanzar con comodidad el cuello,
sin estirar los brazos. Los puntos específicos que se mues-
tran en la ilustración sólo se proponen servir de guía gene-
ral. Lo que interesa es cubrir toda la zona del cuello. Procu-
re trabajar en toda esa área, comenzando por debajo de la
mandíbula y descendiendo hasta la clavícula. Utilice los
dedos índice y medio de ambas manos, alternándolas.
1. Coloque los dedos índice y medio de la mano derecha debajo de la mandíbula, al lado de la
parte superior de la tráquea. Presione suavemente (5 kilogramos), en la parte más alta de la línea
formada por la tráquea y el músculo del cuello. Tenga cuidado de no presionar directamente sobre la
tráquea haciéndolo, en cambio, en el músculo. Mantenga la presión dos segundos. Descanse.
2. Coloque los dedos índice y medio de la mano izquierda ligeramente por debajo del punto que
acaba de presionar con la derecha. Repita la presión suave.
3. Continúe descendiendo en línea recta a lo largo de la tráquea,
siempre alternando las manos para presionar suavemente, hasta lle-
gara la clavícula.
4. Lleve las manos otra vez hasta la parte superior del cuello deba-
jo de la mandíbula. Repita las presiones suaves (5 kilogramos), alter-
nando las manos y siguiendo una línea descendente hasta la claví-
cula.
5. Continúe las presiones suaves (5 kilogramos), desde la parte
superior del cuello hasta su base, hasta cubrir todo el lado derecho de
aquél.
6. Colóquese ahora a la izquierda y repita la secuencia (pasos 1 a
5) en el lado izquierdo del cuello.
Abdomen
Arrodíllese al lado de la cadera derecha, de manera tal de alcanzar fácilmente su abdomen, desde
el reborde costal hasta la articulación de la pierna. Los puntos del abdomen
se extienden en cinco líneas que comienzan por debajo del reborde costal y
terminan en la base del tronco. Presione simultáneamente en los puntos
correspondientes de ambos lados.
1. Coloque ambos pulgares, uno al lado del otro, ligeramente por debajo
del esternón. Presione moderadamente (7 kilogramos), durante tres segun-
dos. Descanse.
2. Descienda hasta llegar a mitad de camino entre ese punto y el om-
bligo. Repita la presión moderada. Descanse.
3. Continúe descendiendo por la línea central hasta el pubis, presio-
nando moderadamente durante tres segundos en puntos ubicados a dis-
tancias constantes.
93
4. Separe los pulgares y colóquelos en la cintura,
a cuatro dedos a cada lado de la línea central. Pre-
sione moderadamente (7 kilogramos), simultánea-
mente a ambos lados, durante tres segundos. Des-
canse.
5. Continúe descendiendo de a dos traveses de
dedo. Presione moderadamente durante tres segun-
dos en cada par de puntos; descanse y luego siga
hasta terminar en el pubis.
6. Vuelva a colocar los pulgares en la cintura a
cuatro dedos hacia los costados. Presione
moderadamente (7 kilogramos) durante tres segun-
dos. Descanse.
7. Continúe descendiendo cada dos dedos, para terminar en la zona
inguinal. Presione moderadamente en todos los puntos.
Arrodíllese al lado del abdomen de la receptora, y coloque sobre él las palmas hacia abajo. Pre-
sione suave y uniformemente (5 kilogramos) con ambas manos, simultáneamente, hasta ir compri-
miendo todo el abdomen. Preste particular atención a la parte inferior de éste.
Ejercicios finales
Haga que la receptora, acostada en el suelo extienda los brazos a
ambos lados de la cabeza. Tómela firmemente de las dos manos y
traccione con suavidad, estirándole los brazos. Al mismo tiempo, haga
que inhale por la nariz y llene bien los pulmones mientras estira las pier-
nas y los dedos de los pies. Sosténgala un momento y luego afloje la
tensión de las manos, mientras ella exhala el aire lentamente por la boca
y relaja todo el cuerpo. Repita este ejercicio seis veces.
94
CAPITULO 12
CODO DE TENIS
El shiatzu puede apresurar el restablecimiento de quienes sufren incapacidad y dolor, debido al
llamado «codo de tenis». El codo de tenis o epicondilitis humeral externa es una dolencia que aqueja
a aquellas personas afectadas de endurecimiento de los músculos, producido, por lo general, por un
esfuerzo reiterado.
Este estado de endurecimiento, el movimiento poco natural o menos flexible del codo, hace que
los tendones que comunican a los músculos del brazo con aquél, traten de compensar la pérdida de
elasticidad muscular estirándose. Ello produce una inflamación del tendón en la articulación. El dolor
es el resultado de la presión que ejerce el tendón sobre el nervio cubital, ubicado en la parte posterior
interna del codo. El shiatzu puede aliviar el problema inmediato de la inflamación del tendón.
Cuando trato a alguien que sufre codo de tenis, aplico presiones fuertes en los hombros y, luego,
en todo el brazo afectado. Al principio, la práctica del shiatzu en la articulación o cerca de ella resulta
dolorosa, pero ese dolor disminuye bastante rápidamente. En lo que a mí respecta, recomiendo que
el shiatzu se aplique por lo menos dos veces por día: por la mañana y por la noche, antes de acostar-
se. Si dispone del tiempo suficiente es aconsejable, sin embargo, que se lo aplique cada tres o cuatro
horas. Ello acelerará su recuperación. Una vez completada toda la secuencia de ejercicios, siempre
vuelvo a los puntos sensibles del codo y administro algunas presiones más. También recomiendo
que el sujeto se abstenga de jugar durante varios días, hasta que hayan pasado todas las molestias.
Es posible disminuir el riesgo de las recidivas o de sufrir por primera vez codo de tenis, practican-
do el shiatzu antes y después de entrar en la cancha. Lleva sólo unos minutos, y logra que los
músculos de hombros y brazos se mantengan relajados y elásticos.
He comprobado, asimismo, que el shiatzu para el codo de tenis resulta particularmente eficaz si
se empapa la zona afectada antes y después del tratamiento. Esto se puede hacer colocando el codo
debajo de una canilla y dejando correr el agua por él -agua tibia, no caliente- con presión fuerte,
durante dos o tres minutos.
Los ejercicios shiatzu para el codo de tenis que se detallan a continuación se describen referidos
a una inflamación en el codo derecho. Si el problema aparece en el brazo izquierdo, siga las mismas
instrucciones cambiando de manos, es decir, la derecha en el brazo izquierdo.
Si bien las figuras correspondientes a esta sección presuponen que usted está cumpliendo las
secuencias en la intimidad de su casa, es posible practicarlas en cualquier parte, aun mientras espe-
ra su turno en la cancha. Conviene aplicarlas estando sentada en una silla o en un banco.
Hombros
Busque el punto ubicado en la parte superior del hombro derecho,
empleando para ello los dedos índice y medio de la mano izquierda.
Está a mitad de camino entre la base de la nuca y el borde del hombro.
Palpe ligeramente detrás del músculo del hombro. Cuando llege al lu-
gar más sensible lo habrá encontrado.
95
Parte superior de la columna y omóplatos
Para alcanzar estos puntos, será necesario que se estire. Pasando la mano
izquierda por encima del hombro derecho, descienda todo lo que pueda hacia
la columna vertebral. Su dedo índice deberá quedar ligeramente a la derecha
de la columna.
Axila
Levante el brazo derecho y coloque el pulgar izquierdo en la
parte profunda de la axila.
96
2. Repita la presión dos veces más.
Dorso de la muñeca
Hay tres puntos que forman como un brazalete en la parte dorsal de
la muñeca, en la concavidad situada por debajo del hueso. Presione
con el pulgar.
Dorso de la mano
Separe los dedos de la mano derecha. Los puntos están ubicados en
los espacios intertendinosos que se extienden desde la muñeca hasta la
primera articulación de cada dedo.
97
Dedos
El pulgar y todos los demás dedos deben recibir presiones en la parte anterior, inferior y en las
laterales de los distintos huesos -a mitad de camino entre las articulaciones.
98
4. Repita la presión dos veces más.
5. Estire el brazo. Busque el punto en la línea del codo,
descendiendo un dedo desde el punto que acaba de pre-
sionar. Presione con, fuerza - (9 kilogramos) con el pulgar
durante dos segundos. Descanse.
6. Repita la presión dos veces más.
7. Desplace el pulgar un dedo, descendiendo hacia la
muñeca. Presione ne con fuerza (9 kilogramos) durante
dos segundos. Descanse.
8. Repita la presión dos veces más.
Palma de la mano
Los puntos de la palma de la mano son cuatro. Los primeros tres es-
tán en una línea que se extiende verticalmente desde la parte anterior de
la muñeca hasta la base del dedo medio. El cuarto punto está en el centro
de la base del pulgar.
99
3. Desplácese con el pulgar hasta la zona carnosa ubicada a la altura de la base del dedo medio
y repita la presión. Descanse.
4. Lleve su pulgar al punto ubicado en la base del pulgar y repita la presión.
Las instrucciones siguientes se dan suponiendo que los ejercicios se practican en la casa de la
interesada, hallándose ésta acostada en el suelo sobre una frazada. Es posible, sin embargo, cumplir
la secuencia en otra parte, sin el menor inconveniente. Los primeros tres ejercicios -para los hom-
bros, la parte superior de la columna y los omóplatos- pueden efectuarse estando apoyado en una
pared. Los demás ejercicios pueden adaptarse a una persona sentada en una silla.
Hombros
Haga que la receptora se acueste boca abajo. Arrodíllese ante su cabeza, lo suficientemente
cerca como para alcanzar la parte superior de sus hombros sin estirarse. El punto de los hombros
está tres o cuatro dedos hacia la parte externa de la base del cuello, al lado de la eminencia ósea
ubicada en la región superior del hombro y algo hacia atrás.
Omóplatos
Coloque ambos pulgares, uno al lado del otro, en el centro del omóplato derecho, en la parte
interna del borde del hueso.
100
2. Repita la presión dos veces más.
3. Desplace ambos pulgares hasta un punto situado en la par-
te posterior e inferior del hombro, a unos tres dedos por arriba de
la axila. Presione moderadamente (7 kilogramos), con ambos
pulgares, durante tres segundos. Ejerza la presión hacia arriba,
cerca del borde del hombro, contra la pared ósea de la articula-
ción de éste. Descanse.
4. Repita la presión dos veces más.
5. Repita la secuencia (pasos 1 a 4) en los puntos correspon-
dientes del omóplato izquierdo.
Las secuencias que siguen dan por sentado que el sujeto es diestro. Si
se trata de un jugador zurdo, los ejercicios se aplicarán, como es natural, al
brazo izquierdo.
Axila
Haga que la receptora se dé vuelta, de manera de quedar boca arriba.
Arrodíllese a su derecha. Pídale que extienda el brazo alejándolo del cuer-
po. Coloque el pulgar derecho en la parte más profunda de su axila.
1. Coloque los pulgares, uno al lado del otro, en el hueco ubicado en la parte externa del codo.
101
Rodee el brazo con los demás dedos.
2. Presione con fuerza (9 kilogramos), con ambos
pulgares, durante tres segundos. Descanse.
3. Descienda dos dedos siguiendo la parte externa
del músculo largo que, en línea descendente, corre por
el antebrazo. Presione con fuerza durante tres segun-
dos. Descanse.
4. Continúe descendiendo de a dos dedos, hasta lle-
gar a la muñeca. El último punto está ubicado en el cen-
tro del dorso de la muñeca.
Dorso de la muñeca
Los puntos del dorso de la muñeca son tres. El primero está en el
extremo derecho de ella. El segundo está ubicado en el centro. El
tercero, en el extremo izquierdo del dorso, por debajo de la raíz del
pulgar. Sostenga la muñeca de la receptora con una mano y presione
con el pulgar de la otra.
Dorso de la mano
Los puntos del dorso de la mano están ubicados en los espacios intertendinosos que se extienden
entre la muñeca y las primeras articulaciones de los dedos. Haga que la receptora separe los dedos.
Dedos
Presione el pulgar y cada uno de los demás dedos en la parte anterior, posterior y lateral de todos
los huesos, a mitad de camino entre las articulaciones.
1. Tome con firmeza el pulgar, de modo tal que su propio pulgar e índice abarquen la parte anterior
y posterior de dicho pulgar. Presione moderadamente (7 kilogramos), con ambos dedos, durante dos
102
segundos. Descanse.
2. Ascienda hasta la raíz de la uña del
pulgar y repita la presión. Descanse.
3. Descienda y tome los laterales del pul-
gar entre sus dedos. Repita la presión. Des-
canse.
4. Desplácese hacia los laterales de la uña
del pulgar y repita la presión. Descanse.
5. Presione de la misma manera todos los demás dedos. Comience
ejerciendo presión en la primera y segunda articulación de cada dedo; primero en la parte anterior,
después en la posterior y finalmente en los laterales. Pase luego al dedo siguiente.
103
Parte interna del antebrazo
Los puntos del antebrazo se extienden siguiendo una línea recta
que va desde los pliegues del codo hasta el centro de la muñeca.
1. Coloque los pulgares uno al lado del otro en los pliegues del codo.
Rodee la articulación con los demás dedos, sin apretar. Presione con
fuerza (9 kilogramos), durante dos segundos. Descanse.
2. Descienda dos dedos por la línea que divide el antebrazo en dos
partes iguales. Presione con fuerza durante dos segundos.
3. Continúe descendiendo por esta línea de a dos dedos, hasta lle-
gar a la muñeca. Los pliegues del codo señalan el último punto.
4. Repita la secuencia dos veces más.
Palma de la mano
Cuatro son los puntos de la palma de la mano. Los primeros tres se extienden en una línea que va
desde la base de la muñeca hasta la del dedo medio. El cuarto punto está en el centro de la base del
pulgar.
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INDICE
PAG.
PRIMERA PARTE:
SHIATZU COMO MEDIO PARA MANTENER LA SALUD Y LA VITALIDAD
CAPITULO 1
SHIATZU: QUE ES Y POR QUE ES EFICAZ .............................................................................. 5
CAPITULO 2
LA PALPACION ............................................................................................................................ 9
CAPITULO 3
EL SHIATZU PARA OBTENER UN CUTIS FRESCO ................................................................ 12
CAPITULO 4
SHIATZU: QUE ES Y POR QUE ES EFICAZ ............................................................................ 23
CAPITULO 5
COMO ADQUIRIR USTED MISMA UNA EXPERIENCIA SHIATZU COMPLETA ...................... 29
SEGUNDA PARTE:
SHIATZU COMO REMEDIO PARA DETERMINADOS TRASTORNOS
CAPITULO 7
INSOMNIO ................................................................................................................................. 57
CAPITULO 8
DOLORES DE CABEZA ............................................................................................................ 68
CAPITULO 9
TORTICOLIS Y HOMBROS DOLORIDOS ................................................................................ 77
CAPITULO 10
LUMBAGO ................................................................................................................................. 85
CAPITULO 11
ESTREÑIMIENTO Y DIARREA .................................................................................................. 88
CAPITULO 12
CODO DE TENIS ....................................................................................................................... 95
107
108