poblar la tierra y para s relacionarnos con los dems como quiera que
sean. Sino ms bien, para poner los caballos delante de la carreta, es
decir, darle a cada cosa y persona su lugar, su espacio y su tiempo.
Bienaventurados los pobres de espritu porque de ellos es el Reino
de los cielos, reza el evangelio. Quines son los pobres de espritu?
Seguramente que para los soberbios, los pobres de espritu son gente
mediocre y sin aspiraciones en la vida. No discutimos con este tipo de
personas. Para nosotros los que estamos conscientes de nuestra
necesidad espiritual, pobre de espritu es, quien necesita cada da
menos y menos de las personas y de las cosas para ser feliz,
personalmente no he encontrado una manera ms eficaz de tener paz
que esta.
Que si la gente habla mal de m, que si mi hermano es presumido,
que si la comunidad no valora mi esfuerzo y entrega a los ms pobres,
que si mi amigo divulgo algn secreto que le confes, que el otro dijo,
que este dice; los que le damos importancia a lo que digan los dems,
somos seres encadenados a la infelicidad, porque la pobreza de espritu
no necesita de los halagos, reconocimientos y aplausos de los hombres;
slo los hartos de orgullo necesitan de estas cosas vanas para sentirse a
gusto. A quin se sirve, a Dios a m ego?
Acaso
no es cierto que todo programa espiritual insiste en
disminuir la soberbia y acrecentar la humildad, a grado tal que, nada sea
ms gozoso que saber y sentir que Dios est ah.
Los que tenemos algn cargo de importancia dentro de alguna
confraternidad espiritual tenemos que tener cuidado especial en la
condicin de nuestro espritu, ya que la vanidad suele infiltrarse
sutilmente en quienes dedican su vida a su prjimo; sin darnos cuenta
vamos necesitando ms de la aprobacin de los dems que de nuestra
conciencia, cada vez intentamos quedar bien con los dems que con
nuestras convicciones.
As es que el desarrollo espiritual es de ms a menos; necesitemos
menos de los buenos comentarios de nuestros compaeros para
sentirnos en paz espiritualmente; necesitemos menos de la aprobacin
de los dems, y continuemos con la misin que Dios nos ha
encomendado; necesitemos menos del dinero para sentirnos seguros y
confimonos a Dios como lo hacen la aves del cielo y las flores del
campo.