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Lección 1 para células de multiplicación

IAFCJ; 2da Iglesia de Culiacán


Tema: “Sirviendo como Jesús”

DESARROLLA UNA MENTALIDAD DE SERVICIO


Por Eleuterio Uribe Villegas
OBJETIVO
A través de este estudio nos proponemos motivar al alumno a desarrollar una
mentalidad de servicio que lo capacite para realizar una vida de siervo de Dios
como el de Cristo.
TEXTO BASE:
Yo, el Hijo del hombre, soy así. No vine a este mundo para que me
sirvan, sino para servir a los demás. Vine para liberar a la gente que es
esclava del pecado, y para lograrlo pagaré con mi vida" (Mateo 20:28; BLS)

INTRODUCCION
El servicio fue para Jesús un asunto de primerísima importancia. Fue la pasión de
su vida,la esencia de su ministerio terrenal. Él mismo definió su vida, ministerio y
misión en términos de servicio: “… No vine a este mundo para que me sirvan,
sino para servir a los demás…” (Mateo 20:28; BLS). Por desarrollar, precisamente,
una vida de servicio, la vida de Jesús fue claramente de extraordinaria bendición
para los demás. Sanó enfermos, levantó paralíticos, cambió la tristeza en gozo,
ministró perdón de pecados, resucitó muertos y devolvió la alegría a los que
estaban en luto.
¿Pero qué hizo posible que Jesús como hombre desarrollara con tanta fuerza,
pasión y eficacia una vida de servicio así? Pablo dice en Filipenses 2:8, que Cristo
dirigió su vida y misión con una actitud de humildad. El término “humildad”, en
griego tapeinós, es un vocablo que alude a la clase de mentalidad que produce
una actitud, vida y misión en completa sujeción a Dios para servir al prójimo.
Así, pues, en Cristo vemos que para desarrollar una vida de servicio se necesita
primero tener una mente de siervo. Esta fue la clase de mentalidad que llevó a
Jesús al servicio extraordinario que implicó incluso la cruz, y es la que tenemos
que adquirir nosotros también. Pero ¿cómo desarrollar esta clase de mentalidad
que nos lleve al servicio?
I. Mentaliza el servicio como la más alta meta de tu vida
Los más grandes personajes de la Biblia conceptualizaron el servicio como la más
alta meta de sus vidas. Como aquello que les daba verdadero sentido y
significado a sus vidas y ministerios. Mirábamos que Jesús mismo lo hizo así, y eso
lo llevó a ofrendar su vida hasta la muerte, y muerte de cruz por servir. Pero, para
lograr esta mentalidad se necesita lo siguiente:
A. Renuncia a tus metas personales como las más importantes. El
apóstol Pablo es un personaje, que de manera extraordinaria, consideró el
servicio a Dios y al prójimo como la más grande meta de su vida. Desde su
conversión fue impactado tremendamente por Jesús, que decidió morir a
sus metas y proyectos personales para que Cristo viviera en él, y de esta
manera vivir totalmente para los proyectos de Dios. Esta mentalidad de
servicio como la de Jesús la definió en su vida de la siguiente manera: “En
realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy
yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias
a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para
salvarme” (Ga. 2:20. BLS). Cuando Cristo vive en ti, Cristo te lleva a una
vida servicio total. Fue esto lo que llevó a Pablo a una esfera de servicio
extraordinario predicando la palabra de Dios por todo el mundo conocido de
aquel entonces. Se convirtió en un poderoso misionero fundador de más de
treintena de poderosas iglesias, recorriendo por doquier el mundo de aquel
entonces. No rehuyó esfuerzos, desvelos, sacrificios, peligros de muerte,
golpes, heridas y rechazos, con tal de acabar su carrera y servicio a Dios
con gozo, cumpliendo el encargo misionero y apostólico que Cristo le dio.
Su servicio trajo fruto, levantó una gran cosecha de almas por doquier.
Indudablemente su mente estaba inundada de la idea y la meta del servicio
que lo llevó hasta ofrendar su vida muriendo decapitado en Roma por causa
del Evangelio.
B. El reto para nosotros hoy. Con justa razón y con toda la autoridad moral
fundamentada en su vida de servicio, en Filipenses 2:5-11, Pablo mismo nos
invita a que tengamos la misma mentalidad y práctica de servicio que tuvo
Jesús. Una mentalidad que nos lleve a ofrendar y consagrar nuestra vida a
Dios con el objetivo indeclinable de ganar almas. De restaurar al ser
humano caído, herido y golpeado por el pecado, a la reconciliación con Dios
y al disfrute de la vida eterna en Cristo. Este es el más grande servicio que
podemos brindar a nuestro prójimo. Una mentalidad de siervo, que nos
brinde la capacidad de renunciar a nuestras metas personales, y hacer
nuestras las metas de Dios de alcanzar a los perdidos, aunque eso nos lleve
al sacrificio de nuestras vidas.

I. Mentaliza el servicio como el más excelente estilo de vida que


puedes vivir
El servicio es un estilo de vida, el más excelente que podamos vivir. Es el que
deja la mayor de las satisfacciones. Te hace sentir bien contigo mismo y con Dios.
Es cierto que se presentan en él, a veces o frecuentemente, difíciles experiencias
de ingratitud, de rechazo y de indiferencia. Pero también se cosechan grandes
bendiciones, que sin duda sobrepasan con mucho cualquier aspecto negativo que
se pudiera padecer por servir. Las razones son las siguientes:
A. Porque es el estilo de vida más redituable. Servir es una inversión que
trae paz y gozo interior a nuestras vidas, porque fuimos diseñados por Dios
para el servicio. Aún más, fuimos redimidos también para el servicio.
Nuestra vida no va a experimentar satisfacción si no la invertimos en el
servicio a Dios y al prójimo. Vivir de otra manera sería defraudar a Dios, a
nosotros mismos y al prójimo. Es por eso que Dios nos ha colocado en
lugares donde existen inmensas oportunidades de servir: Nos colocó en una
familia, una iglesia, en un barrio y una ciudad que tiene diversas
necesidades. Así, nuestros hijos necesitan de nuestro sacrificio, servicio y
apoyo para vivir una vida mejor. La iglesia necesita de nuestros ministerios,
trabajo y recursos económicos para seguir adelante en su funcionamiento y
misión. El barrio, la ciudad, el país donde vivimos necesitan de nuestro
servicio sacrificado y decidido de predicar el Evangelio a fin de que
conozcan a Jesucristo y lo reciban como el Dios verdadero, el redentor de
sus vidas. Pero al final del día, o de nuestra vida qué hermosa satisfacción,
resultados, y bendición para nuestra vida y los que nos rodean, haber
servido.
B. Es el estilo de vida que produce un crecimiento excelente. Servir es
un medio que Dios nos ha dado para que nuestro carácter, capacidades y
dones crezcan y se multipliquen. Así, por ejemplo, la capacidad de perdonar
que se vio en Jesucristo colgado en la cruz del calvario, es fruto de un
carácter refinado en el fuego y la pasión de servir a los demás. De alguien
dispuesto a dar su vida en rescate por muchos. Su disposición a servir lo
lleva a sacrificar, depurar y perfeccionar todo en su vida por lograr el
objetivo de servicio a los demás. De esta manera, sus potencialidades y
carácter como ser humano se desarrollaron y crecieron al máximo de su
estatura, de tal forma que su vida fue grande bendición para la salvación de
la humanidad entera. Y su muerte fue como la del grano de trigo que cae a
tierra y muere, pero renace para dar una gran cosecha de almas, que hasta
el día de hoy se sigue dando en todo el mundo.
III. Mentaliza el servicio como el camino a la verdadera grandeza.
A. No caigas en la trampa de la ambición egoísta. Hay caminos que
parecen derechos, pero su fin es camino de muerte, dice la Escritura en el
libro de los proverbios. Una mentalidad diferente a la mentalidad de servicio
produce que la persona asuma un estilo de vida ambicioso y egoísta que
busca sólo el provecho y beneficio personal. Al final del día te encontrarás
sólo, recibiendo el reproche y el desprecio de los demás, defraudados por ti.
Mejor escoge el camino del servicio a Dios y al prójimo. Este camino llevó a
Jesús y a Pablo, por mencionar algunos personajes bíblicos, a la verdadera
grandeza. A la bendición de Dios. A una gran cosecha de almas redimidas
para vida eterna.
B. El que quiera ser el más grande debe ser el servidor de los demás.
La humildad, que es la virtud que produce una mentalidad de servicio, como
sucedió en Pablo y en Jesús, es necesaria buscarla como a oro, porque ella
es la herramienta para una vida de servicio, y por ende el camino a una
verdadera grandeza. Nunca olvides esto, guárdalo en tu mente y en tu
corazón. Será bendición a tu vida, a tu proyecto de familia, a tu célula. Al
final del día verás grande recompensa. Porque “…porque cualquiera que
se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”
(Mt.18:14). Y también “Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los
humildes.” (1P.5:5).
CONCLUSION
La gran cosecha de almas que buscamos como iglesia a través de las células
necesita de un liderazgo con mentalidad de servicio. Que vea el servicio a Dios
y al prójimo como la más alta meta y prioridad de su vida. Como la inversión
más redituable que pueda hacer en su vida. La inversión que deja las más
grandes ganancias y bendiciones para él, su familia, la iglesia, su prójimo y a
todos los que rodean. Dios necesita un liderazgo en esta iglesia que vea el
servicio como el verdadero camino a la genuina grandeza: la grandeza y
exaltación que viene de Dios. ¿Podrás servir de esta manera hoy?

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