Prodavinci
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La virtualidad del libro permite tambin que el escritor publique en tiempo real, a
medida que los eslabones de su obra sean finalizados. La existencia de obras literarias
en proceso potencia la intervencin del lector (si es que esa intervencin pblica
forma parte de la intencin artstica del autor).
5. Ocupar el espacio pblico con la literatura envolvente. Para lograr una
literatura envolvente, la segunda clave (adems de superar la nocin del texto como
mediador nico) es que la interaccin no sea solo voluntaria. Que no sea el lector el
que decida si influye o no. Que sea el autor, robot o no, el que paute las condiciones
para que la injerencia del lector afecte la obra. Incluso a pesar del lector. Incluso a
pesar del no-lector, del transente desprevenido cuando la obra se instala en el
espacio pblico plazas, calles, garajes, hall de instituciones-, de quien pasaba por
ah. Esto implica que quien vive de espaldas a la literatura, aunque no lo quiera, se
relaciona con la obra. Debe aprender a convivir con la literatura que existe en el
espacio pblico, as como los ciudadanos de cualquier ciudad lo hacen con los coches.
La literatura instalada envuelve a la persona, la atrae, instiga, seduce. Y la incluye en
la obra.
La ocupacin del espacio pblico con obras literarias hipermedia reabre la era de la
lectura colectiva, aunque esta vez, silenciosa.
Prodavinci
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