SEGUNDA INSTANCIA.
inters pblico existente en la informacin sobre el estado de salud del doctor Ricardo
Balbn en su ltima enfermedad no exiga ni justificaba una invasin a su ms sagrada
esfera de privacidad, como ocurri al publicarse revelaciones "tan ntimas y tan
inexcusables en vista a la posicin de la vctima como para ultrajar las nociones de
decencia de la comunidad".
En efecto, la innoble brutalidad de la fotografa origen de este pleito conspira contra la
responsabilidad, la correccin, el decoro, y otras estimables posibilidades de la labor
informativa, y la libertad que se ha tomado la demandada para publicarla ha excedido la
que defiende, que no es la que la Constitucin protege y la que los jueces estamos
obligados a hacer respetar.
Cabe concluir que el lugar eminente que sin duda tiene en el rgimen republicano la
libertad de expresin comprensiva de la informacin obliga a particular cautela en
cuanto se trate de deducir responsabilidades por su ejercicio. Empero, ello no autoriza al
desconocimiento del derecho de privacidad integrante tambin del esquema de la
ordenada libertad prometida por la Constitucin mediante acciones que invadan el reducto
individual, mxime cuando ello ocurre de manera incompatible con elementales
sentimientos de decencia y decoro.
Slo queda por declarar que no existe bice constitucional, sustentable en el art. 32 de la
Constitucin Nacional, a que la legislacin comn dictada por el Congreso en virtud de las
atribuciones conferidas por el art. 67, inc. 11 de aqulla, sea penal o, como en la especie:
civil, alcance a hechos ilcitos realizados por medio de la prensa, siempre que se respete
la reserva a favor de las jurisdicciones locales formulada en el mencionado art. 67, inc. 11
y en el 100 de la Carta Magna.
Por ello, y de acuerdo con lo dictaminado en sentido concordante por el Procurador
General, corresponde confirmar la sentencia apelada en cuanto ha sido materia de
recurso. Con costas.
Nombre y nmero de quienes las emiten.
(3) Jos S. Caballero; Augusto C. Belluscio; Enrique S. Petracchi.
Breves conclusiones personales sobre el fallo.
En el presente caso, la fotografa tomada no entra en el marco amparado por la ley que
protege el derecho a la libertad de prensa; ni si quiera siendo Ricardo Balbn un personaje
pblico y de inters general, justifica la intromisin del fotgrafo en su vida privada y con
ms precisin en la vspera de su muerte.