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TEORIAS DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN. SEGUNDA EDICIÓN.

FRANK WEBSTER.

INTRODUCCIÓN

Me parece que la mayoría de las personas se preguntan a sí mismas una y


otra vez, ¿Qué tipo de sociedad es en la que vivimos? ¿Cómo podemos hacer
conciencia de lo que esta pasando con nuestro mundo? y ¿A dónde nos esta
llevando todo esto? Esto es una tarea intimidante y frecuentemente
desconcertante ya que implica tratar de identificar los principales contornos de
circunstancias extraordinariamente complejas y variables. Sin embargo otros,
polémica encontrada se refugian en la consoladora (y perezosa) creencia de que
solamente observamos lo que escogemos. Afortunadamente, la mayoría de las
personas se quedan con tratar de entender lo que está pasando en el mundo, e
investigando términos como: capitalismo, industrialismo, totalitarismo, y
democracia liberal. La mayoría de nosotros habrá escuchado este tipo de
palabras, las habremos pronunciado al tratar de explicar sucesos y confusiones de
importantes acontecimientos históricos, o incluso por las tendencias generales de
los cambios políticos, sociales y económicos.

Hemos discutido con otros todas las probabilidades sobre la adecuación de


estas marcas o etiquetas cuando se aplican a circunstancias particulares. Incluso
solo hemos debatido lo que los términos pueden significar. Por ejemplo, aunque se
pude estar de acuerdo que Rusia ha dejado de buena forma el comunismo, habrá
menos acuerdo de que la transición puede ser descrita acertadamente como el
cambio de una sociedad totalmente capitalista. Existe una necesidad constante de
calificar la tecnología generalizante: desde este punto pre-industrial, democracias
emergentes, capitalismo avanzado, populismo autoritario.

Y aun a pesar de estas necesarias modificaciones, algunos de nosotros nos


rehusaremos a estos conceptos o a usar otros como esos, la obvia razón es que
grande, ordinario y sujeto a reformas y malentendidos, a pesar de todo, allí están
estos conceptos y otros como ellos nos proporcionan un medio para identificar y
empezar a entender elementos importantes del mundo en el cual vivimos y del
cual hemos emergido. Parece inocultable que obligados a hacer conciencia de la
mayoría de los aspectos consecuentes de las diferentes sociedades y
circunstancias, nos dirigimos hacia la adopción de grandes conceptos.
El punto de partida para este libro es el surgimiento de una aparente nueva
forma de concebir sociedades contemporáneas. Expertos han comenzado cada
vez mas a hablar de “información” como una característica distintiva del mundo
moderno. Se nos ha dicho que estamos entrando en una era de información, que
un nuevo “modo de información” domina, que lo nuestro es ahora una “e-
sociedad”, que debemos alcanzar términos como una “economía ligera” conducida
por la información. Que tenemos que entrar a una economía de “información
global”. Muchos expertos han ido mas lejos al identificar como “sociedades de
información” a los Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Alemania y otras
naciones con un estilo de vida similar. Diplomáticos, líderes empresariales y
políticos han tomado la idea de “sociedades de información” muy a pecho, con la
Unión Europea exhortando la rápida adaptación a una “sociedad de información
global”, de ese modo, siguiendo el ejemplo de Japón que adoptó el concepto de
“SI” al principio de los 70¨s (Duff, 2000).

Solo el hacer conciencia de esto ha sido una fuente de controversia. Para


algunos esto constituye el comienzo de una sociedad verdaderamente
profesionalizada y al cuidado de los necesitados, mientras que para otros
representa el aseguramiento del control sobre la ciudadanía; para algunos esto
anuncia la aparición de un público altamente educado el cual tiene rápido acceso
al conocimiento, mientras que para otros significa un torrente de trivialidades,
sensacionalismo e ilusoria propaganda. Para los políticos se trata de una novela
de economía en la cual el empresario de amplio conocimiento tiene la ventaja;
entre las referencias culturalmente más que sensitivas se encuentre el
“ciberespacio” una realidad “virtual” no existente que da la bienvenida a lo
imaginativo e inventivo.

En medio de esta opinión dirigente lo que está latente es que ellos son de la
oposición, todos los expertos reconocen que hay algo especial en la “información”.
En una extensa literatura concerniente a la era de información, existe un pequeño
acuerdo entre su mayor característica mas que –mínimamente- “información” ha
logrado una referencia especial en el mundo contemporáneo. La escritura
difundible puede ser propiamente polémica y marcada por aseveraciones y
conclusiones radicalmente diferentes, pero tratándose de saliente y especial
“información” no existe desavenencia.

Existía curiosidad acerca de la actualidad de la “información” que iluminó la


idea para la primera edición de este libro, el cual escribí a los principios de los
noventas. Parecía que en muchas partes, las personas consiguieron otro
grandioso término para identificar las características relativas de nuestro tiempo.
Pero simultáneamente los pensadores fueron remarcadamente en sus
interpretaciones de la forma que tomó esta información, por que era importante
para nuestros sistemas actuales y como estaba afectando las relaciones sociales,
económicas y políticas.

Esta curiosidad permanecía en mí, no menos aun por el interés de


información persiste y todo aquello fortalecido así como la variabilidad entre
analistas acerca de lo que todo significo o equivale. En 1991 la discusión apareció
estimulada principalmente por los cambios tecnológicos. La “Revolución
Microelectrónica” anunciada entre los ochentas, había lanzado una flota de
opiniones acerca de lo que la tecnología de la información estaba determinada a
hacerlos: el fin de trabajo, la llegada de una sociedad de ocio, fábricas totalmente
automatizadas. El entusiasmo por los cambios tecnológicamentes conocidos aun
permanecen. La agenda de hoy abarca el Internet, la información súper rápida y
una sociedad cibernética llegará al día de hoy por medio de tecnologías de
información y comunicación y temas candentes son las democracias electrónicas y
comunidades en línea.

Al mismo tiempo, sin embargo, en algunos sectores ha habido un interruptor


intrigante de tectología a o que uno puede considerar las partes más livianas de
información entre políticos e intelectuales existe un interés incrementado por “labor
informacional”, por los “analistas simbólicos”, quienes son los mejores equipados
para guiar a donde la adaptabilidad y readaptación continua son las normas. Hay
personas que son la clave en la sociedad de información, de esta manera han sido
bendecidos con una educación de primer nivel el cual les dona las habilidades
informacionales para sobrevivir en una nueva y globalizada economía. Ahora los
contratistas, gerentes, ingenieros creadores de medios de comunicación y todos
ellos envueltos en las industrias creativas son vistos como claves para la sociedad
de información. Esta variación en análisis de la tecnología para la gente junto con
la persistencia del asunto general para la información, me han guiado ha producir
esta segunda edición de: Teorías de la Sociedad de Información.

En esta nueva edición presto atención a diferentes interpretaciones desde


que nos permitiera observar cuidadosamente un área de interés común, incluso,
como veremos, las interpretaciones del papel e importancia de la información
divergen ampliamente, e incluso lo más cerca que llegamos a examinar sus
términos de referencia, el menor acuerdo incluso del asunto común
aparentemente sujeto –información- que aparecen.

Tratando de examinar varias imágenes de la sociedad de información, este


libro esta organizado de tal forma para observar cuidadosamente mayores
contribuciones para nuestro entendimiento del mundo moderno.

Por esta razón siguiendo un análisis de cuestiones definicionales en el


capitulo 2 (consecuencias que resuenan a lo largo del libro”, cada capitulo
después de mirar una teoría particular y sus defensores más prominentes e
intentan juzgar sus fuerzas y debilidades considerando análisis teóricos
alternativos y evidencias empíricas conforme a ellos se avanza en el libro, los
lectores encontrarán la concepción de la sociedad post-industrial , de Daniel Bell la
cual coloca en especial énfasis sobre información capítulo 3.

El punto de vista que estamos viviendo a través de la transición de sociedad


fordista a la sociedad forfordista que genera y cuenta con información llevada
hacia al éxito (capítulo 4), importantes opiniones de Manuel Castells sobre
“capitalismo informacional” el cual opera en la “sociedad en red” (capítulo 5), las
opiniones de Herbert Schiller sobre la necesidad del capitalismo avanzado y la
manipulación de la información (capítulo 6), el argumento de Jurgen Habermas de
que la “esfera pública”, esta en descenso y con ella la integridad de la información
(capítulo 7), las opiniones de Anthony Giddens sobre la modernización reflexiva
que resalta la parte jugada por la información recolectada para propósitos de
control y supervisión (capítulo 8), y Jean Baudrillard y Zygmunt Bauman sobre el
post-modernismo y la post-modernidad, ambos de los cuales prestan particular
atención a la eclosión de símbolos en la era moderna (capítulo 9).

No se dejará notar que estos pensadores y las teorías con las cuales se
asocian, alineando disciplinas como la Sociología, Filosofía, Economía y
Geografía, se encuentran en el centro de los debates contemporáneos en la
ciencia social. Esto no es, estamos de acuerdo, especialmente sorprendente
dado que los pensadores sociales están comprometidos en tratar de entender y
explicar el mundo en el cual vivimos y que en un importante aspecto de esto es el
cambio en el campo de informacional. Es inconcebible que nadie intentara
explicar el estado del mundo sin poner la debida atención a esa enorme área
que cubre los cambios en los medio de comunicación, la expansión de
tecnologías en comunicación e información, nuevas formas de trabajo e incluso las
variaciones en los sistemas de educación sin embargo, parcialmente porque este
libro comienza en la ciencia social contemporánea, es valioso advertir que algunos
lectores pueden encontrar al menos partes de ellas ligeramente difíciles de seguir.
Incluso para aquellos versados en filosofía Jurgen Habermas es exigente, Daniel
Bell –difusión externa de su trabajo- es un sociólogo, complejo y sofisticado que
requiere un buen trato de esfuerzos para apreciar y pensadores post modernos
son famosamente confusos así que aquellos que estén confundidos no estarán
solos en lo que a esto se refiere.

Puede ser desconcertante para aquellos interesados en la de información


al encontrar lo que a ellos pueden aparecer teóricos sociales ligeramente
extraños y misteriosos. Ellos saben que a habido un radical e incluso
revolucionario progreso en el campo tecnológico y ellos quieren
consecuentemente una explicación simple de las consecuencias sociales y
económicas de este desarrollo. Existen libros de bolsillos en abundancia para
satisfacer esta necesidad “teoría”, especialmente la cual tiene aspiraciones de
identificar los aspectos más sobresalientes de la vida contemporánea y la cual
recurre frecuentemente a la historia y un conjunto de otros “teóricos”, muchos de
ellos ya muertos, no deberían participar en este asunto ya que todo lo que hacen
es confundir y juzgar.

Intencionalmente de abordo un raciocinio a través de la información que


experimenta con los principales teóricos sociales a modo de replica ingeniosa para
una oleada de declaraciones sobre la era de información. Demasiado de esto ha
surgido del hombre práctico (y algunas mujeres) quienes, impresionados por la
“Revolución Tecnológica de la Información”, o entusiasmada por el internet, o
incapaz de imaginar la vida sin buzón electrónico, o cautivados por la “realidad
virtual”, experiencia que superen lo mundano sean sentidos capaces de decir de
golpe las consecuencias sociales y económicas que son realistas, incluso
inevitablemente de seguir. En estos marcos el trabajo será transformado, la
educación mejorada, las estructuras empresariales revitalizadas, la democracia
misma reconsiderada todo a causa de la Revolución de Información.

Tales propuestas han infectado –y continúan infectando- una extensa línea


de opiniones sobre la sociedad de información: en libros de bolsillos con títulos
como el poderoso micro, la sociedad protegida, ser digital y lo que será, en cursos
universitarios designados para considerar los efectos sociales de la Revolución
computalizada, en incontables discursos políticos y de negocios, en una cantidad
apenas calculable de periodismo que alerta a la audiencia a prepararse para el
actualismo en todos los aspectos de su vida, como resultado de la venidera era de
la información.

Un objetivo de encarar la información desde un punto iniciativo, que de una


teoría social contemporánea (al menos aquella que se combina con la evidencia
empírica) es demostrar que el impacto social se aproxima hacia la información,
son inútilmente simplista y positivamente erróneas para aquellos que quieren
entender lo que ocurren y lo que es más probablemente que ocurra en el futuro.
Otro objetivo es mostrar que la teoría social, combinada con la evidencia empírica
es una desmesuradamente más abundante, y por lo tanto básicamente más
práctica y útil forma de entender y explicar las recientes tendencias en el área de
información.

A diferencia de la mayoría de la mayoría de los pensadores en este libro yo


examino directamente las tendencias informacionales de dirección, no todos ellos
lo hacen así. Por eso Daniel Bell y Herbert Schiller, en sus muy diferentes formas y
con presencia loable, han estado insistiendo por casi una generación que los
asuntos de comunicación e información se encuentra en el corazón de los
cambios de la postguerra, hay otros pensadores a los que considero como Jurgen
Habermas y Anthony Giddens, quienes prestan menos atención directa hacia el
área informacional. Me apresuro a decir que ninguna de los dos están en lo cierto,
ya que ellos no tienen par a contribuir a nuestro entendimiento de información ni
porque ello no lo consideran importante, por el contrario esto es porque sus
términos de debate son diferentes de mi punto central sobre el sujeto de
información. Por esta razón me he sentido libre de comentar una discusión. La
idea de Habermas sobre la esfera pública o de la consideración de argumentos
circundando una supuesta variación del fordismo al forfordismo, más directamente
hacia mi interés en cuestiones informacionales puesto que no estoy tratando de
proveer una exposición total de las teorías sociales particulares sino te estoy
tratando de entender el significado del área de información con las mejores
herramientas disponibles, por lo que esto no parece ilícito.

También es necesario decir que, durante todo este libro hay una opinión
exceptiva e interrogativa del concepto de sociedad de información en sí –uno o
dos expertos se quejaron de que la primera edición de teoría de la sociedad de
información fue tan crítico sobre la idea de una sociedad de información que
parece no va a ver razón de escribir un libro acerca de esto. Yo regreso a ese
punto al capítulo 10 pero el permanecer aquí parece apropiado prestar cerrada la
atención a un término el cual ejerce tal influencia sobre una opinión actual, incluso
si uno encuentra que esto tiene serias imperfecciones. Al mismo tiempo un
problema mayor es que el concepto de sociedad de información trae un conjunto
de suposiciones acerca de lo que tiene y esta cambiando y de suposiciones
acerca de lo que tiene y esta cambiando y como el cambio esta siendo efectuado,
aún así es usado sin problemas por una amplia sección de opinión.

La aceptación de esto me alienta en mi opinión de nombrar desde que esto


significó al menos lo que la gente vería instantáneamente, al menos en términos
muy amplios de lo que se trata. No obstante, déjenme enfatizar que realmente
espero sacudir al menos algo de la confianza de aquellos que están de acuerdo
con la idea de la llegada de una novedosa sociedad de información en la que
continuamos.

En mi segundo capítulo someto el concepto “sociedad de información” a


cierta examinación y allí los lectores se encontrarán con problemas definicionales
mayores de acuerdo al término, pero al principio alucire la atención de un hecho
de mayor importancia que divide muchos de los pensadores a quienes considero
a este libro. Por un lado están los suscritores de la idea de una sociedad de
información; mientras que por el otro lado están aquellos que existen que
solamente hemos tenido la informatización de relaciones establecidas.

Esto aclarará que esto no es una decisión meramente académica ya que la


diferente terminología muestra como uno es mejor para entender lo que esta
pasando en el campo informacional.

Es importante destacar la división de opinión en cuanto a las diferentes


interpretaciones que encontraremos en lo siguiente.

Por una parte están aquellas que concuerdan con la idea de que en
tiempos recientes hemos visto emerger una sociedad de información que esta
marcada por sus diferencias desde sociedades anteriormente existentes. No todos
están completamente felices con el término “sociedad de información”, pero en
cuanto a aquellos afirmen que la era presente es especial y diferente, marcando
un punto decisivo en el desarrollo social, entonces creo que pueden ser descritos
como sus aprobadores.

Por otra parte, hay expertos con que aunque felices de conceder esa
información han desarrollado un significado especial en la era moderna insisten
que la característica central del presente es su conexión con el pasado.

La diferencia entre los teóricos de la sociedad de información de aquellos


que examinan la informatización como una característica secundaria de los
sistemas sociales establecidos pueden ser de un grado, compensadores
abarcando diferentes puntos a lo largo de una solución de continuidad, pero ha
indiscutiblemente un polo en el cual el énfasis esta sobre el cambio y el otro
donde el estrés se encuentra en la persistencia.

En este libro estaré considerando diversas perspectivas sobre “información”


en el mundo contemporáneo, pensadores y teorías tales como: post-industrialismo
de Daniel Bell, post-modernismo de Jean-Francois Lyotard y esfera “pública” de
Jürgen Habermas´s. haciéndolo así veremos que cada uno tiene una contribución
diferente por hacer dirigir hacia nuestro entendimiento de desarrollos
informacionales, si esto es, en cuanto al papel de los empleados de cuello blanco,
el socavamiento del pensamiento intelectual establecido, la ampliación de
observación continúa, el incremento en l a irregularización de la vida diaria o el
debilita miento de la sociedad civil. Es mí mayor crítica y propósito considerar
estas diferencias de interpretación.

Sin embargo, fuera de y entre estas diferencias es una línea que no debería
ser ignorada, la separación entre estos quienes apoyan la idea de una sociedad
de información y de aquellos que consideran la informatización como la
prolongación de relaciones preestablecidas. Para un sector podemos situar
aquellos que proclaman un nuevo tipo de sociedad que ha emergido de la antigua,
unida a este lado están teoristas del:

• Post-industrialismo (Daniel Bell y una legión de seguidores).

• Post-modernismo (ejemplo Jean Bandrillard y Mark Posteer).

• Especialización flexible (es Michael Piote y Charles Sabel, Larry Hitschhorn)

• El modo informacional del desarrollo (Manuel Castells)

Por el otro lado hay escritores que ponen en énfasis en la continuidad. Yo


incluiría aquí teoristas del:

• Neo-Marxismo (ejemplo Herbert Schiller).

• Teoría de regulación (ejemplo Michael Aglietta, Alain Lipietz)

• Acumulación flexible (David Harvey)

• La esfera pública (Jürgen Habermas´s, Nicholas Gomham)

• Modernización reflexiva (Anthony Giddens)

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