Con los Dragones ha sucedido igual que con los Elementales. Luego de
ser habituales acompaantes del gnero humano, se convirtieron en
personajes de cuentos y leyendas que, poco a poco, bajaron su estatus
a los relatos infantiles; no por ser malignos, o fantasiosos, aunque s
fantsticos, o porque la comprensin infantil fuese menos; al contrario,
a pesar de las luchas por hacerlo ver as, los nios nunca dejaron de
verlos y de creer en ellos. Mas dada la visin estrecha del humano,
resultaba ms fcil ataer sus historias a la imaginacin de los nios
junto a las hadas, gnomos, troles, etc.
Los Dragones han sido seres tenidos en la ms alta estima desde los
arcaicos tiempos del gran continente Atlante, y, dada su fuerza y
tamao, catalogados bajo el ms supersticioso temor. Los Instructores
de las emergentes razas de la Humanidad se llamaron a s mismos
Dragones, adoptaron al Dragn occidental como emblema de su
soberana sobre los elementos de la naturaleza y de su sujecin al culto
solar. Los que seguan el camino lunar adoptaron a la serpiente como su
smbolo. Mientras, Oriente manejaba a sus dragones con mucho ms
respeto, a pesar de ser ms antiguos. En realidad, la serpiente y el
dragn siempre han sido uno, ya que ella termina adquiriendo alas al
sublimarse, y entonces se convierte en el dragn alado, y ste devendr
en el Ouroboros, el dragn que muerde su propia cola, smbolo del
Infinito.
Nadie puede, a estas alturas, negar que la vida se origin en el agua.
Nadie puede negar la importancia de las Divinidades que emergieron del
mar, como Oannes, del cual se habla como hombre pez, o serpiente
marina, ratificando el origen comn entre serpiente y dragn.