INDIAS
Volumen LXIX N.º 245 enero-abril 2009 Madrid (España) ISSN: 0034-8341
GOBIERNO MINISTERIO
DE ESPAÑA DE CIENCIA
E INNOVACIÓN
POR
WALTER ACTIS
Colectivo Ioé1
4 Las estimaciones realizadas por la CELADE son valores mínimos debido a que recogen
datos sólo de algunos países de destino.
5 CELADE, 2006.
6 Conviene apuntar que el volumen de «desplazados internos» desde 1985, dentro de las
fronteras colombianas han sido 3,8 millones (González Gil, 2007: 523). Según estimaciones
del gobierno colombiano las cifras de emigrantes eran 1,7 millones en 1990, 1,9 en 1995 y 2,3
en 2000 (Khoudour-Castéras, 2007: 257).
7 Cárdenas y Mejía, 2007.
8 Guarnizo, 2008.
9 La tasa neta de migración del país pasó de –1,5 por mil en el período 1985-95 a –3,62
por mil en 1995-2000 y a –3,18 por mil en 2000-2005. Dane, 2007: 16.
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entre 1996 y 2005 el saldo neto anual medio de emigrantes fue de 174.000, en
2000 y 2001 se superaron los 280.000; aunque las salidas disminuyeron a par-
tir de 2002, pero se mantuvieron por encima de 100.000 por año. En total, a lo
largo de esta década salieron del país, y no regresaron, al menos 1,9 millones
de personas.
Las sucesivas oleadas de emigración se vieron acompañadas por una modi-
ficación de los principales destinos: si en 1970 y 1980 el 70% se dirigía a Ve-
nezuela (atraída por la demanda de mano de obra para la industria petrolera) y
algo más del 20% a Estados Unidos (en su mayor parte profesionales); en
1990 se incrementó la importancia de Estados Unidos (en torno al 33%), pero
a lo largo de esa década se impusieron restricciones de entrada a aquel país,
por lo que en 2000 aparecieron como destino países europeos como España,
Italia, Francia o el Reino Unido10. El último censo colombiano, realizado en
2005, indica que el 35,4% de los emigrantes residían en Estados Unidos, el
23,3% en España, el 18,5% en Venezuela y el 14% en otros destinos. De esta
manera, en un período de fuerte crecimiento de la emigración colombiana,
España se ha constituido en uno de sus principales focos de recepción, proba-
blemente el de mayor crecimiento durante los primeros años del siglo XXI.
Hasta los años setenta del siglo anterior la colonia colombiana en España
se mantuvo en torno al millar de personas; todavía al final de los ochenta eran
apenas unas 4.000. El incremento de población se inició en la segunda mitad
de los noventa: de cifras inferiores a 10.000 (1997) se pasó a superar los
100.000. El Censo del año 2001 contabilizó 160.000 colombianos (aunque
sólo tenían permiso de residencia 48.710); al año siguiente (ver Tabla 1) los
inmigrados sumaban 205.000 y en 2005 superaron los 280.000. A partir de en-
tonces continuó un crecimiento más moderado, hasta alcanzar los 326.000
efectivos a comienzos de 2008. Según la Encuesta Nacional de Inmigrantes,
apenas el 11% de los inmigrados llegó antes de 1997; la mayoría (67%) lo hizo
entre 1997 y 2001 y el resto (22%) a partir de 200211. Se trata, pues, de una po-
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blación que creció de forma explosiva en los años del cambio de siglo y se es-
tabilizó a partir de 2004. Entre 2001 y 2004 se constituyó en el tercer colectivo
no comunitario (tras los de Marruecos y Ecuador) y a partir de 2005 descendió
un puesto, superado también por los originarios de Rumanía.
12 De este grupo, unos 9.000 entraron en España portando dicha nacionalidad; el resto la
obtuvo a raíz de estar residiendo en este país.
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ción de 2005. En la actualidad los irregulares serían unos 26.000, lo que supo-
ne el 14% del total de empadronados.
En el comienzo de siglo el 13% de los inmigrados poseía nacionalidad es-
pañola, el 25% permiso de residencia y el 62% estaba sin papeles. En 2004 las
cifras eran, respectivamente, 7%, 48% y 47% y a comienzos de 2008 14%,
78% y 8%.
13 La región Pacífico está integrada por los departamentos de Chocó, Valle del Cauca,
Cauca y Nariño; el Eje cafetero por Caldas, Quindío y Risaralda, en la región Andina agrupa-
mos a Boyacá, Cundinamarca, Santander, Norte de Santander, Tolima y Huila; la costa Caribe
incluye Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Magdalena, La Guajira y César.
14 Esta selección social se confirma analizando las disponibilidades económicas para
afrontar los gastos del viaje a España. Alrededor del 80% afrontó el viaje con recursos propios
(69%) o de un familiar (11%); el 20% restante tuvo que recurrir a préstamos de terceros, en su
mayoría prestamistas ajenos al sistema bancario.
15 Guarnizo, 2008: 47.
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Según la ENI 2007 el 68% de los inmigrados desde Colombia tomó la de-
cisión de viajar a este país por la influencia de un conocido ya radicado en
España; en el 76% de los casos se trató de un familiar, lo que indica el peso de
las redes familiares transnacionales en el inicio de la cadena migratoria16. Ade-
más, el 87% tenía a quien dirigirse a su llegada a España (el 72% contaba con
algún familiar, el 28% con amigos, el 7% con conocidos y el 4% con empresa-
rios o intermediarios); sin embargo, el 13% llegó sin contactos previos. La im-
portancia de las redes migratorias de familiares directos queda reflejada en los
datos de la Tabla 3. En el momento de salir de Colombia el 12% contaba con
algún hermano viviendo en España, el 8% con la madre, el 6% con la pareja y
el 3% con algún hijo o con el padre. Las mujeres tenían más habitualmente a la
pareja en este país que los hombres, mientras que entre éstos predominaban
otros familiares, especialmente los hermanos. La transnacionalidad del núcleo
familiar influye también de manera indirecta, cuando existe algún familiar que
ha emigrado radicándose en un tercer país: el 10% tenía algún hermano emi-
grado a otro destino, el 5% a la madre y/o al padre, el 2% a algún hijo y algo
más del 1% a su pareja.
Si la presencia previa de conocidos en el país facilitó la elección de Espa-
ña como lugar de destino, la existencia de una diáspora más amplia incidió
en que algunos emigraran a otro país antes de llegar a su actual residencia17.
En este asunto hay una importante distinción en función del sexo: mientras el
92% de las mujeres emigró directamente desde Colombia a España sólo el
86% de los hombres comparte dicha experiencia. Por tanto, España se ha
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Desde sus orígenes, el flujo migratorio desde Colombia a España fue enca-
bezado por mujeres. Los registros anteriores al año 2000 no informan adecua-
damente acerca de la composición por género, pero como muestra puede valer
el stock de permisos de trabajo de 1998: por entonces las mujeres eran el 71%
del total; la mayor parte empleada en el servicio doméstico. Según la ENI
2007 entre las personas llegadas antes de 1997, y que permanecen aún en
España, el 70% eran mujeres. El gran bum migratorio del período 1997-2001
moderó el predominio femenino, que en enero de 2001 era del 60% y un año
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después del 58%. Actualmente, las mujeres representan el 56,5% del total de
personas nacidas en Colombia radicadas en España18.
En general, las comunidades y provincias con mayor número de inmigran-
tes presentan los porcentajes más bajos de feminización (tal es el caso de Ma-
drid, Cataluña, Comunidad Valenciana o Canarias, todas por debajo de la me-
dia estatal; la excepción es Andalucía donde se alcanza el 60%); en cambio, en
las de menor presencia y de asentamiento más reciente de colombianos, el gra-
do de feminización es mayor (por ejemplo, en Extremadura, Asturias y Galicia
se supera el 65%). Aunque en cada territorio operan factores específicos, los
datos sugieren la siguiente pauta general: en el primer flujo migratorio predo-
minan las mujeres; a medida que crece la inmigración se registra una tenden-
cia a la equiparación entre sexos, aunque actualmente en ninguna provincia se
registra mayoría masculina. Este «desequilibrio» tiene que ver, como veremos,
con las pautas de inserción laboral y también con diferentes estrategias matri-
moniales.
La estructura de edades muestra un perfil más joven que el del conjunto de
la población española, aunque más envejecido que la residente en Colombia.
Entre los migrantes existe un fuerte predominio de la población adulta joven:
más de la mitad (53%) tiene entre 25 y 44 años; además, los menores de 25 du-
plican (39%) el tamaño de la población de 45 o más años (17%). Este perfil
etario resulta claramente más joven que el del conjunto de la población de
España (ver Gráfico 1): en el segmento comprendido entre los 15 y los 44 años
se encuentra el 70% de los inmigrados y apenas el 45% de la población total.
Como era de esperar, los autóctonos se concentran más en las edades elevadas,
especialmente a partir de los 55 años; pero el segmento infanto-juvenil tiene
dimensiones similares en ambos grupos. Esto último pone de manifiesto, por
un lado, la presencia de una cohorte de hijos de migrantes colombianos y, por
otra, que el peso de esta «segunda generación» es aún limitado, aunque tiende
a incrementarse19. Según el padrón, a comienzos de 2008 había unos 35.000
menores de 15 años nacidos en Colombia. Además, el registro de partos indica
que en la última década (1998-2007) nacieron en España otros 35.000 hijos de
madre colombiana (la mayor parte desde 2002, a razón de unos 5.000 por
18 Según la ENI 2007 de los inmigrados que tienen 16 años o más, el 60% de los llegados
en el período 1997-2001 fueron mujeres, en cambio, entre 2002-2006 el porcentaje descendió
al 53%.
19 El alumnado de nacionalidad colombiana en el sistema escolar no universitario sumaba
4.649 en el curso 1999-2000 y creció exponencialmente hasta 35.679 en el 2002-2003; a partir
de entonces ha experimentado incrementos más moderados, hasta sumar 45.927 en el curso
2005-2006.
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año). Esta última información nos pone sobre la pista de la existencia de pare-
jas jóvenes cuyas estrategias reproductivas se realizan en la emigración.
35
30
25
20
15
10
0
0-14 15-24 25-34 35-44 45-54 55 y +
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HOGARES Y VIVIENDAS
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Núcleo y otros
parientes
32%
23
La probabilidad de migraciones interiores aumenta con el tiempo de residencia en Espa-
ña (por eso los colombianos se ven superados por inmigrados de Francia, Alemania, Reino
Unido o Portugal) y con la inserción laboral en trabajos temporeros (por eso los superan los lle-
gados del África subsahariana).
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Hombres Mujeres
Actividad Colombia España Colombia España
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las mujeres) y un incremento de los empleos de «cuello azul» (66% a 84% los
hombres, 58% a 82% las mujeres)25. Los procesos de movilidad ocupacional
más llamativos son los siguientes:
Hombres:
— el 27% de los que eran asalariados del sector público colombianos son
actualmente autónomos, frente a apenas el 2% de los que trabajaban en el sec-
tor privado.
— sólo el 10% de los que eran autónomos en Colombia continúan en dicho
estatus; el resto trabaja como asalariado
— el 13% de los antiguos empleadores continúa siéndolo en España (re-
producción del estatus empresarial), el 17% es autónomo y el 68% asalariado.
Mujeres:
— el 11% de las que trabajaban por cuenta ajena en el sector público co-
lombiano continúan haciéndolo en el español; otro 20% se ha hecho autónoma
y el 60% es asalariada del sector privado.
— el 33% de las antiguas trabajadoras autónomas conserva dicho estatus y
un 4% se ha hecho empleadora; en cambio, el 53% trabaja por cuenta ajena.
— ninguna de las empleadoras en Colombia ha logrado reproducir dicha
inserción: el 25% trabaja por cuenta propia pero sin asalariados y el resto lo
hace por cuenta ajena.
Por último, podemos considerar las trayectorias ocupacionales a través de
las distintas ramas de actividad. En este caso, además de la situación actual y
la del momento de partida conocemos el primer empleo obtenido en España
(ver Tabla 5). Aquí resulta imprescindible la distinción en función del sexo de
los trabajadores, debido a que existen pautas de inserción laboral específicas.
Entre las mujeres la emigración a España supuso un primer empleo en el
servicio doméstico, que casi no se realizaba en Colombia (6%), para casi la
mitad (48%), cifra que actualmente incluye a un cuarto de las trabajadoras
(27%). El segundo gran nicho de empleo es la hostelería, que se mantiene en
niveles similares (21%) entre el primer empleo y el actual en España y para el
que existía algo más de experiencia en el país de origen (11%). Otras activida-
des, en cambio, perdieron importancia al emigrar, aunque la recuperaron en
parte una vez instaladas en España (es el caso de la industria o los servicios a
25
Las cifras correspondientes a la población autóctona (para mandos, administrativos y
trabajadores manuales) son las siguientes: hombres: 47%, 12% y 43%; mujeres: 48%, 39% y
13%. La simple comparación muestra una clara sobrepresencia de los inmigrantes en el seg-
mento de trabajadores manuales.
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26Los trabajadores autóctonos están mucho más presentes en los servicios de mayor cali-
dad, como las administraciones públicas, la enseñanza, la sanidad, la intermediación financiera
e inmobiliaria o los transportes y la industria, mientras los colombianos destacan en «otros ser-
vicios», que incluyen empleos de peor calidad (servicio doméstico, personales, de protección,
etcétera), en comercio y hostelería y en construcción.
27 Un análisis de regresión muestra que, a igualdad de otras condiciones sociales y perso-
nales, los hombres ganan un 39% más que las mujeres; además tienen ventaja quienes tenían
una inserción laboral elevada en Colombia (+37%) —lo que implica una reproducción transna-
cional de las desigualdades— pero también quienes han experimentado una movilidad laboral
ascendente en España (+10%) —lo que tiende a disminuir dicha desigualdad—. Perciben in-
gresos inferiores los indocumentados, los autoempleados (lo que muestra lo precario del em-
pleo por cuenta propia existente), los que llevan menos tiempo en España y los oriundos de Va-
lle del Cauca.
28 El 40% de las empleadas domésticas afirma que su contrato es indefinido; sin embargo,
la ley —y la práctica habitual— permite el despido casi sin restricciones, lo que convierte este
vínculo laboral en una potestad discrecional de los empleadores. Si consideramos temporales a
todos los empleos de servicio doméstico la tasa de temporalidad femenina prácticamente iguala
a la masculina (56%).
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Hombre Mujer
Familiar
Colombia Otro país Colombia Otro país
29 El 36% de los adultos no ha regresado nunca al país de origen; el 32% ha viajado una
vez, el 14% lo ha hecho en dos ocasiones y el 18% tres o más veces.
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dos, y el coste económico del traslado que se hace menos accesible para los
trabajadores más precarios.
Los proyectos de futuro de los migrantes indican posibles tendencias de los
vínculos trasnacionales entre distintos países. Preguntados sobre sus planes
para los próximos cinco años, el 84% afirma que permanecerá en España,
mientras que el 7% planea retornar a Colombia, el 1% marchar a otro país y el
resto (8%) no tiene una opinión formada. Aunque se sabe que los proyectos de
retorno de los migrantes suelen sufrir postergaciones continuas, de cumplirse
estas previsiones el stock de población de origen colombiano disminuiría entre
el 8% y el 16% (dependiendo de que se marcharan o no los indecisos). Por otra
parte, el 44% de los adultos manifiesta su intención de traer a España al menos
a un familiar que actualmente reside en Colombia, y otro 2% mantiene dudas
al respecto. Por tanto, según estas previsiones, el contingente total se incre-
mentaría, compensando con creces las disminuciones derivadas de eventuales
procesos de retorno. En definitiva, una vez establecido el campo migratorio
Colombia-España es previsible que se mantengan flujos en ambas direcciones,
aunque a corto plazo es previsible una continuidad del saldo emigratorio neto
desde Colombia, salvo que la evolución de la crisis mundial genere dinámicas
inéditas.
Los envíos de dinero de los emigrantes hacia Colombia son un indicador
destacado de la existencia de fuertes vínculos transfronterizos. Según los datos
del Banco de España30 el grueso de las remesas desde este país se dirige hacia
países de América Latina (el 71,7% del total en 2004, el 74,4% en 2007). El
volumen de envíos a Colombia fue de 942 millones de euro en 2004, 968 mi-
llones en 2005, 1.429 en 2006 y 1.431 en 2007. Comparando esos montos con
la población de inmigrantes en cada año puede deducirse que cada inmigrante
colombiano envió una media de 3.372 euros en 2004, 4.473 en 2005, 4.980 en
2006 y 4.906 en 2007. Estas cifras son de las más elevadas entre los colectivos
para los que se dispone de datos; sólo los emigrantes bolivianos la superan.
Por tanto, los colombianos envían dinero a su país de origen en proporción
mayor que otros grupos, tanto los que se han establecido antes o después en
España.
El 63% de los adultos envía dinero: el 43% lo hace mensualmente o con
frecuencia mayor, el 8% trimestralmente y el resto de forma más esporádica
(3%) u ocasional (10%). Por tanto, en torno al 50% de los adultos —unas
30 A partir de 2004 el Banco de España publica cifras de remesas enviadas desde España
distinguiendo los países de destino, éstas incorporan las transacciones controladas oficialmente
(a través de bancos, oficinas de correo, agencias remesadotes, etc.) pero no incluyen vías no
oficiales (envíos personales); por tanto, deben ser consideradas como valores mínimos.
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31Los datos procedentes del Banco de España y los de la ENI no siempre coinciden, y a
veces discrepan abiertamente. Aunque ninguna de las fuentes está libre de errores, cabe consi-
derar que las cifras de remesas del Banco de España se ajustan más a la realidad (pues cubren
todas las transacciones declaradas), aunque no la reflejan completamente (pues no incluyen las
transferencias hechas por canales informales). En cambio, la ENI es una encuesta basada en las
declaraciones de individuos, entre las que pesan la falta de respuesta (porcentaje que «no con-
testa»), los olvidos y la ocultación por parte de los informantes. Su utilidad se dirige, pues, no
tanto a identificar los volúmenes absolutos de remesas como las variaciones porcentuales y las
tendencias en curso.
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LA MIGRACIÓN COLOMBIANA EN ESPAÑA: ¿SALVADOS O ENTRAMPADOS? 167
sas, 2) del resto, lo hacen quienes están más asentados (proyecto de quedarse,
ingresos elevados) pero aún no suficientemente (solteros, con poco tiempo en
España).
A MODO DE CONCLUSIONES
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168 WALTER ACTIS
gunos han estimado en torno al 30% de los ocupados), las importantes cifras
de desempleo estructural (20% en épocas de crisis, 10% en momentos de bo-
nanza) o la significativa polarización de los salarios.
La dimensión de género introduce especificidades importantes. El tránsito
migratorio significó un mayor aumento de la tasa de ocupación y disminución
del desempleo para las mujeres, acompañada de una fuerte reducción de la de-
dicación exclusiva a las labores domésticas. A cambio, su inserción laboral se
caracteriza por salarios inferiores. Por el contrario, la mayor caída de personas
dedicadas a los estudios se produjo entre los hombres.
El tipo de inserción en España no impide el desarrollo de contactos fre-
cuentes con el país de origen, especialmente a través del teléfono, internet y el
envío de remesas, mucho menos frecuentes son los viajes (la media no llega a
dos visitas a Colombia). Los envíos de dinero colocan a Colombia como el
principal país receptor desde España, superando a otros que cuentan con po-
blaciones migrantes más numerosas; envían más quienes tienen familiares en
Colombia, en especial las mujeres y las personas de origen humilde que han
logrado cierta estabilidad laboral en España.
El futuro de este segmento de población es una incógnita. Por un lado, por-
que su proceso de inserción no tiene aún suficiente recorrido; por otro, porque
la crisis internacional del capitalismo financiero se está manifestando con un
incremento del desempleo que puede afectar de forma principal a los trabaja-
dores de origen inmigrante. Pero esta dinámica trasciende al colectivo y se ins-
cribe en un contexto más amplio, que apunta a un deterioro social del que no
podemos prever sus dimensiones32. No obstante, es probable que en el futuro
podamos referirnos a la situación aquí descrita como una «época dorada» para
los inmigrados, sometidos ya a fuertes incrementos del desempleo, dificulta-
des para abonar los gastos de vivienda y a un clima de sospecha y rechazo ins-
tigado por algunas medidas de política migratoria.
32
En dicho marco, los colombianos (en tanto latinoamericanos) podrían encontrar mejor
acogida en España que otros migrantes; sin embargo, aunque su imagen entre la población au-
tóctona está por delante de la de rumanos y marroquíes queda por detrás de argentinos, chinos,
ecuatoguineanos, búlgaros, ecuatorianos, polacos o senegaleses. En otros términos, resulta el
grupo latinoamericano peor valorado, lo que presenta una desventaja comparativa a tener en
cuenta. Los datos, no publicados, proceden de una encuesta realizada en la ciudad de Madrid.
Colectivo IOÉ, 2006.
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BIBLIOGRAFÍA
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170 WALTER ACTIS
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This paper shows the evolution and current characteristics of Colombian emigration
based in Spain, using information from official sources, namely an exploitation —with unpub-
lished data— of the National Survey of Immigrants of 2007. It analyses, among other things,
the importance of transnational links at the beginning of the migratory movement and the cur-
rent situation. It also reviews the labour integration in both the origin and destination coun-
tries, by studying the processes of occupational mobility.
KEY WORDS: Colombian immigration, diaspora, occupational mobility, transnational net-
works.
Revista de Indias, 2009, vol. LXIX, n.º 245, 145-170, ISSN: 0034-8341
doi:10.3989/revindias.2009.006