En la dimensión que corresponde al pasado, la fiesta debe estar en
pie, con contertulios tan disímiles como Hatuey, Caonabo, Lemba, Tupac Amarú, Toussaint, Dessalines, Bolívar, San Martín, Núñez de Cáceres, Juárez, Hostos, Luperón, Martí, Betances, el Che Guevara, celebrando la decisión que conformará un nuevo bloque que represente a América Latina y el Caribe, para sustituir a la Organización de Estados Americanos sin los Estados Unidos de América y Canadá. En la dimensión del presente hay también fiesta, que celebra el error de visión de las plumas de los acólitos de Norteamérica, pagadas o no, expresada en burlones pronósticos que hacían aparecer como ridículas pretensiones chavistas las intenciones de unidad americana sin los colosos del norte. Esta es una fiesta numerosa y amorfa que alegra no solo a América y que celebran las naciones y etnias que han simpatizado con el estandarte de unidad americana. Dentro de uno a tres años, la decisión de ayer podría dar inicio a un nuevo bloque de poder emergente, que permitiría a las naciones al sur del Río Bravo y de la Florida, al menos obtener mejores tratos en el mercado internacional para su mano de obra, sus materias primas, sus productos terminados y sus servicios. Sin embargo, todo está demasiado crudo todavía, pues permanece una inmensidad de preguntas por responder, estatutos por constituir, entidades por organizar, instituciones por definir y desarrollar, acuerdos por escribir, discutir y refrendar. El presidente mexicano Felipe Calderón anunció hace apenas tres días en Playa del Carmen, Quintana Roo, México, que se había decidido "constituir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños como espacio regional propio que una a todos los Estados," para asumir el “patrimonio” del Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC).” Ha sido un inesperado triunfo del panamericanismo al estilo de Bolívar y Martí, quienes promovieron la unidad como necesidad histórica, como Bolívar lo muestra en: “convidar a los Estados Unidos para aparentar desprendimiento y animar a los convidados: después que estemos reunidos será la fiesta de los Lapitas y ahí entrará el león a comerse a los convivios,” pues era convicción de éste que “los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad.” El camino que queda por recorrer se me hace enorme. Abrigo, sin embargo la esperanza de que se transite antes de que concluya mi vida, pues parece éste ser momento propicio para lograr lazos de unión permanente que se han enunciado con el reconocimiento y respeto de las diferencias, y con un aparentemente claro concepto de unión política al final.” Coexisten en Latinoamérica y en el Caribe lenguas, culturas, historias, etnias, luchas y heroismos de gran diversidad que aunque son riquezas también son semillas de discordia. Entretanto damos la bienvenida a la Unión de Estados Sudamericanos y del Caribe. Marcos R. Taveras es Consultor Empresarial marataveras@hotmail.es