Señores
Reserva Activa de la Fuerza Pública
E. S M.
Soy Sargento Mayor ® del Ejército Nacional y como todos los oficiales y
suboficiales no pretendo beneficios especiales, solo el cumplimiento de la
Ley, y que se me pague los dineros a que tengo derecho según lo ordena la
Ley 4 de 1992.
En todo lo anterior somos iguales, pero tal vez por haber escogido la
sagrada Infantería como mi arma, es muy probable que yo haya tenido
que desempeñarme en más misiones de orden público que la mayoría de
ustedes, pero al igual, mi familia tuvo que pasar muchas festividades y
aniversarios sin mi presencia.
No es justo que los que tienen más jerarquía y sirvieron al igual que yo a
Colombia ganen esos salarios tan descomunales, pero por su entrega yo
los llamo justos, y yo como Sargento Mayor solo $ 1 334 000.oo, cuando
serví igual que ellos, que cumplieron como yo, un arduo trabajo al
servicio de la Patria, paga muy similar al salario que hoy devenga un
joven Teniente que solo ha estado en la institución escasos cinco o seis
años, y que por su corta edad no tiene las responsabilidades familiares de
los que tenemos hijos universitarios.
La desproporción amigos es injusta y por eso les pido que esta carta
abierta llegue a todos los rincones del País y ojalá hasta al Señor
Presidente de la República y a los candidatos presidenciales y el gobierno
que llegue entienda que nuestra abnegada profesión nos obligó a estar
disponibles por muchísimos años, 24 horas al día, debiendo vivir miles de
privaciones y la gran mayoría del tiempo alejados de la familia.
Hoy desde el retiro, cuando nadie nos ofrece un trabajo digno porque
nuestra profesión no es afín con la vida productiva del país y las secuelas
de la profesión militar muchas veces nos muestra casi como inservibles,
no tenemos dinero para vivir dignamente y debemos usar el minúsculo
sueldo que devengamos para darle estudio a nuestros hijos, pero con un
sacrificio tal, que lo poco que podemos reservar solo alcanza para
alimentarnos y para pagar los servicios públicos.