ÍNDICE

EDITORIAL |2

A 150 AÑOS DE NACIMIENTO DE FREUD:

“PSICOANÁLISIS Y MARXISMO.
Un dialogo inconcluso” | 4

LOS NUEVOS CLÉRIGOS

¿Qué hay détras de la crisis
abierta en la UBA |15
Matías Maiello y Gastón Remy

EL “CASO SARA”

CUESTIONANDO
La avanzada privatista en
Psicología |28
Juan Funes

LOS MITOS DEL ABORTO |32

Sol Bajar

Libros| LUCHADORAS

||desde el||
Historias de mujeres que
hicieron historia |40
1
STAFF:
Juan Funes
Sol Bajar

MARXISMO
COLABORADORES:
Alina Ríos
Gastón Remy
Matías Maiello
Claudia Cinatti

Agradecemos la colaboración
de los docentes Hernán Scholten
y Julio Del Cueto

ARTE DE TAPA:
Hidra Vinci

INTERIOR Y COMPOSICIÓN:
Julio Rovelli

IMÁGENES: obras de
Robert Motherwell

EMAIL:secretariadegeneroy
clase@yahoo.com.ar
www.enclaveroja.org.ar |número 3|septiembre 2006
|||C U E S T I O N A N D O DESDE EL MARXISMO
 EDITORIAL
El 18 de septiembre el asesino
Miguel Etchecolatz, ex jefe de investiga-
ciones de la policía de la provincia de
Buenos Aires bajo el mando de Camps,
fue condenado a cadena perpetua por
crímenes de lesa humanidad. Aunque pa-
rezca increíble, por primera vez, luego
de 30 años, se reconoce que en Argenti-
na hubo un genocidio, es decir, un plan
sistemático del Estado, ejecutado por sus
fuerzas armadas y de seguridad, para ex-
terminar a un sector importante de la so-
ciedad, principalmente trabajadores, de-
legados y activistas, estudiantes y mili-
tantes de organizaciones populares, que,
como se ha planteado en uno de los ale-
gatos, “tuvo un objetivo muy concreto
que fue cambiar la estructura económi-
ca del país, y todas las relaciones sociales
culturales, políticas y gremiales que so-
2 bre ellas se asentaban1, y del que se han
beneficiado las principales patronales
nacionales y extranjeras.
Este fallo histórico es producto de
décadas de movilización y también de la
firmeza política de un importante sector
de organismos de derechos humanos,
nucleados en Justicia Ya –del cual forma
parte el Centro de Profesionales por los
Derechos Humanos (CEPRODH), que
impulsamos desde el PTS-, mientras que
los organismos de derechos humanos
“afines” al gobierno prefirieron retirarse
de la querella oponiéndose a la acusa-
ción por genocidio. El reconocimiento del
genocidio abre la posibilidad de juzgar a
todos los que participaron en la dictadu-
ra, sea como partícipes directos o cola-
boradores (civiles y militares).
Sin embargo, la impunidad sigue
siendo la regla en nuestro país. El 18 de
septiembre, el mismo día en que se iba
1. Alegato de Myriam Bregman, abogada
querellante y miembro del Centro de Profesionales
por los Derechos Humanos (CEPRODH). Se puede
obtener el audio completo del alegato y más
información en www.ceprodh.org.ar
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
a conocer la sentencia de Etchecolatz,
uno de los testigos clave del caso, el com-
pañero Julio López, albañil, de 77 años
ex detenido desaparecido y sobrevivien-
te de los campos de exterminio donde
actuaba Etchecolatz, desapareció sin de-
jar rastro. Cada vez es más claro que a
Julio López lo secuestraron sectores de
la bonaerense y grupos de ultraderecha
afines a los genocidas, los mismos que
amenazan a los abogados querellantes,
a ex detenidos desaparecidos, a familia-
res e incluso a los jueces y fiscales, con el
fin de amedrentar a los testigos que de-
berán declarar en los próximos juicios y
generar terror en la sociedad.
Frente a estas evidencias y a la gra-
vedad inocultable del hecho, es indig-
nante escuchar algunas voces oficialistas,
como por ejemplo Hebe de Bonafini, que
sin aportar ninguna prueba, se ha dedica-
do a difundir que López no había sido un
desaparecido y que no sólo su desapari-
ción sino incluso su declaración en el jui-
cio contra Etchecolatz, era parte de una
maniobra en contra del gobierno (sic).
La desaparición de Julio López
muestra que la capacidad operativa de la
llamada “mano de obra desocupada (de
las fuerzas represivas)” no ha sido afecta-
da. Los datos son contundentes: sólo el
5% de los represores está en proceso judi-
cial, mientras que el 95% de los que fue-
ron parte del genocidio están impunes2.
Algunos de estos criminales fue-
ron exonerados o pasados a retiro de la
policía bonaerense pero siguen libres y
mantienen estrechas relaciones con sus
compinches en actividad, responsables
en la “democracia” de casos de gatillo fá-
cil, de“desaparecidos”–como el estudian-
te Miguel Bru- de torturas en las cárceles
y de asesinatos de luchadores obreros y
populares como Kosteki, Santillán o los
muertos del 20 de Diciembre.
2. Para mayores datos ver La Verdad Obrera
nº 206,( Semanario del PTS), www.pts.org.ar
A 30 años del golpe, todavía hay
represores que siguen como si nada pa-
sara prestando“servicio”. A raíz de la des-
aparición de López, el Ministro de Segu-
ridad de la Provincia de Buenos Aires,
León Arslanian, y el gobernador Felipe
Solá reconocieron que según sus cálcu-
los serían 60 los efectivos policiales en
actividad que tuvieron que ver con cen-
tros clandestinos en la dictadura.¿Son sólo
60? ¿Cuántos hay en el ejército, la arma-
da, la gendarmería y otras fuerzas de se-
guridad nacionales o provinciales? Y esto
sin hablar de la SIDE…
La situación generada por la con-
dena de Etchecolatz y la desaparición de
López confirma, como siempre hemos
denunciado, que se mantiene la conti-
nuidad del aparato represivo del Estado,
preservado por todos los gobiernos“de-
mocráticos”, incluido el de Kirchner, que
sólo busca“limpiar” a algunos genocidas
para recuperar la legitimidad de las fuer-
zas armadas y la policía. Por eso, más allá
de su discurso“progre”, hacemos respon-
sable al Gobierno de la aparición con vida
inmediata de Julio López.
No alcanza con sacar el cuadro de
Videla de los cuarteles, cuando siguen
impunes los responsables de este geno-
cidio, no sólo los militares y policías, sino
también los empresarios y burócratas sin-
dicales, la Iglesia, los políticos del PJ y la
UCR que apoyaron el golpe como lo de-
muestran innumerables investigaciones.
LOS COLABORADORES DEL
GOLPE DE AYER, LOS
RECICLADOS DE HOY
El golpe genocida del ‘76 contó
con aliados civiles: empresarios nacio-
nales y extranjeros que fueron los prin-
cipales instigadores; los ideólogos como
Grondona; economistas, psicólogos y
médicos; sindicalistas que entregaron a
los trabajadores al ejército… todos ellos
tan responsables de torturas y desapari-
ciones como los propios ejecutores.
Tal vez Martínez de Hoz fue la cara
visible de estos sectores. Como él mismo
declaró, “…siendo presidente del Conse-
jo Empresario Argentino, en el año 1975,
fui con un grupo de empresarios a ver a
Videla y le expusimos nuestra preocupa-
ción de (...) que se debía asegurar el impe-
rio del orden por sobre todas las cosas”.
Podemos enumerar una larga lista
de“empresarios” que brindaron colabora-
ción con la dictadura; fueron resonantes
los casos de los gerentes de Ford y la des-
aparición de delegados de la fábrica de
Pacheco; los gerentes de Mercedes Benz,
que en complicidad con el sindicato, en-
tregaban obreros al ejército; Braun
Mendez, dueño de los Astilleros Astarsa;
los Blaquier del Ingenio Ledesma de Jujuy
o los Acevedo en Acindar, en cuya planta
funcionó un cuartel de la policía como
centro de detención; o la Sr. Herrera de
Noble, dueña de clarín, que quedó impu-
ne a pesar de haber sido denunciada por
la tenencia de dos hijos de desaparecidos.
Esto sólo por nombrar algunos3.Todos ellos
hoy continúan haciendo grandes nego-
cios con la política económica de Kirchner.
A propósito del conflicto en TVB, la
ex Jabón Federal, hemos visto cómo los
mismos que sirvieron a la patronal duran-
te el proceso, en “democracia” siguen
prestando servicios a la dictadura patro-
nal en las fábricas. Pizarro Posse, que hoy
es abogado de TVB, un fondo buitre que
no dudó en despedir 38 trabajadores,
durante la última dictadura fue gerente
de recursos humanos de Siderca-Cam-
pana, planta de la que desaparecieron 40
obreros. No en vano se los escuchó decir
a estos jóvenes trabajadores que ”si ellos
hubieran estado en los ‘70 hoy estarían
en la lista de desaparecidos”.
La Facultad de Psicología no está
ajena a tanta impunidad de ayer y de
3. Ver La Verdad Obrera Nº 182
hoy, porque es la misma SIDE, en la que
participó Lautaro García Batallán, ex ¿QUIÉNES HACEMOS
presidente del Centro de Estudiantes
de Psicología, perteneciente a la Franja
“CUESTIONANDO”?
Morada, y que era el apoyo en los estu-
diantes de la repudiada Sara Slapak, el
mismo que mandó la represión del 19 y
20 de diciembre de 2001, responsable
de las muertes de quienes allí se mani- QUIENES REALIZAMOS ESTA PUBLICA-
festaron, que por supuesto hoy goza de CIÓN SOMOS ESTUDIANTES Y DOCENTES DE
la más profunda impunidad. LA CARRERA DE PSICOLOGÍA DE LA UBA QUE
Y la decana Sara Slapak es quien MILITAMOS EN LA AGRUPACIÓN EN CLAVE
apoyó como candidato para rector de la ROJA Y EN EL P ARTIDO DE TRABAJADORES
UBA al propio Alterini, del cual se ha de-
mostrado su complicidad con la dictadu-
SOCIALISTAS (PTS). DEFENDEMOS LA VI -
ra, y quien se ha encargado de sacar de- GENCIA DEL MARXISMO COMO GUÍA PARA LA
claraciones de todo tipo y color contra las ORGANIZACIÓN Y ACCIÓN CONSCIENTE DE
organizaciones de izquierda de la Facul- LOS TRABAJADORES Y ESTUDIANTES QUE BUS-
tad. Incluso utilizando permanente, como CAN UN CAMBIO DE FONDO PARA ESTA SO -
mostramos en las páginas de esta revista, CIEDAD . A LA VEZ QUE PELEAMOS PORQUE
a la burocracia no docente de APUBA EL MARXISMO SE DESARROLLE COMO UN 3
como fuerza de choque contra los estu-
PENSAMIENTO VIVO, FRENTE A LA
diantes, lo que hace acordar al rol de la
CARICATURIZACIÓN STALINISTA COMO TAMBIÉN
burocracia en esos oscuros años.
Seguramente en estos momentos A LA DE AQUELLOS DENOMINADOS “AUTONO-
estará redactando una nueva carta apo- MISTAS” QUE BUSCAN DESPOJARLO DE TODO
yando la hipótesis de que López ha sufri- CONTENIDO REVOLUCIONARIO . ESTA PUBLI -
do un “shock emocional” por lo vivido, o CACIÓN INTENTA DEBATIR DESDE LA PERS -
que se fue a visitar a una tía de más de 100 PECTIVA DE CONSTRUIR UNA NUEVA SOCIEDAD
años que vive vaya uno a saber donde.
CON DISTINTAS TEMÁTICAS QUE HACEN AL
Para que todos los genocidas y sus
CAMPO DE LA SALUD , LA PSICOLOGÍA , EL
cómplices vayan presos es imprescindi-
ble desarrollar la más amplia moviliza- PSICOANÁLISIS , LAS TEMÁTICAS DE GÉNERO Y
ción y organización. Tenemos que exigir CLASE . A POSTAMOS CON ESTA REVISTA A
que se abran los archivos de la SIDE y de QUE ESTE DEBATE SE DESARROLLE Y PROFUN-
las fuerzas de seguridad, algo que el DICE Y QUE NUEVOS SECTORES DE ESTUDIANTES,
gobierno de Kirchner se viene negando DOCENTES E INTELECTUALES SE SUMEN A LA APA-
a hacer. Tenemos que luchar por el
SIONANTE TAREA DE PONER EN PIE UNA
castigo a todos los represores de ayer y
INTELECTUALIDAD MARXISTA QUE ORIENTE SUS
de hoy y por el desmantelamiento de la
SIDE y el aparato represivo del Estado. CONOCIMIENTOS AL SERVICIO DE LA LIBERACIÓN
Ahora es cuando. DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO.
¡Aparición con vida ya de
Julio Lopez!
¡Juicio y castigo a todos los
genocidas!
¡Ningún colaborador de la
dictadura en la Universidad!
|||C U E S T I O N A N D O DESDE EL MARXISMO
 A 150 años del
nacimiento de Freud:
“PSICOANÁLISIS
Y MARXISMO.
Un dialogo
inconcluso”
Juan Funes: Buenas tardes, antes
de empezar con la charla quería pre-
sentarme y presentarnos, yo soy Juan,
de la agrupación nacional En Clave
ROJA, de la Secretaría de Género y Clase
del Centro de Estudiantes de la Facultad
y quería contarles un poco quienes somos
y por qué hacemos esta charla, antes
4 de ir a la charla propiamente dicha.
Desde En Clave Roja nos proponemos
dar una pelea por defender y desarro-
llar las ideas del marxismo en la Univer-
sidad, no sólo como una herramienta
política, sino como una herramienta
teórica que permita a la clase obrera
terminar con este sistema generador
de opresión y miseria psíquica, social y
de todo tipo. Tomamos la frase de los
estudiantes franceses del ’68 “Del
cuestionamiento de la universidad de
clases, al cuestionamiento de la sociedad
de clases” y en ese sentido vemos que
desarrollar e impulsar las ideas del mar-
xismo resulta muy importante, mas aún
cuando después de dos décadas de las
políticas neoliberales, hoy en la univer-
sidad y en las aulas lo que prima es la
inexistencia de cualquier tipo de deba-
te teórico, ideológico e incluso políti-
co. Así, al marxismo se lo niega, se lo
oculta y al psicoanálisis se lo presenta
como una doctrina incuestionable de-
jando de lado cualquier posibilidad de
crítica y debate, limitándose a repro-
ducirlo como un dogma.
Desde ECR, está charla es un
puntapié inicial para esto que nos
proponemos, para lo cual, a su vez pusi-
mos al Instituto de Pensamiento Socialis-
ta Karl Marx como centro de difusión y
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
Presentamos las ponencias de los panelistas y el debate de la charla que a fines
de Junio de 2006, y ante más de cien personas (en su mayoría estudiantes y docentes
de la Facultad), llevamos adelante en el Centro Cultural de la sede Independencia.
debate de las ideas del marxismo, y los
invitamos a conocerlo.
Invitamos como panelistas a
Claudia Cinatti, Licenciada en Psicolo-
gía y miembro asesor del IPS, también a
Hernán Scholten y a Julio Del Cueto,
docentes de la facultad que tienen a su
cargo el seminario de Psicoanálisis y
Marxismo.Bueno, tras esta presentación
damos por comenzado el debate.
Hernán Scholten: En primer lugar
quería agradecer al público por asistir a
esta charla y a los organizadores por
invitarme a participar de este evento que
lleva por título “Psicoanálisis y Marxismo,
un diálogo inconcluso”.
Me interesa comenzar mi exposi-
ción señalando un primer problema que,
a mi criterio, plantea este título: este se
refiere a las condiciones de posibilidad
de ese diálogo. Desde una perspectiva
epistemológica, por decirlo de alguna
manera, uno podría tomar como punto
de partida preguntas como qué es el
psicoanálisis, qué es el marxismo, si es
posible pensar una articulación o un diá-
logo entre ellos e incluso, quizá sea esta
una pregunta un poco mas molesta o
insidiosa, ¿por qué o para quiénes sería
necesario este diálogo?
A lo largo del siglo XX, para algunos
autores este diálogo o articulación entre
psicoanálisis y marxismo fue posible y
necesario, para otros autores este diá-
logo no fue posible o fue posible sólo
en un momento de su propia trayectoria.
Para algunos adherir a uno o a otro de
estos dos términos, psicoanálisis o
marxismo, implicó no solo desechar o
dejar de lado al otro, sino que tomar
partido por uno de ellos llevó a la crítica
o al rechazo del otro.
Planteado este panorama, y ya que
el psicoanálisis está aquí involucrado, me
interesa ahora ver la posición del propio
Freud sobre este tema. Uno puede en-
contrar referencias explícitas al marxis-
mo en la obra de Freud en algunos textos
un tanto tardíos, hacia la década de 1930:
en El porvenir de una ilusión, en El males-
tar en la cultura y principalmente en las
30º y 35º conferencias de introducción
al psicoanálisis. En estas referencias al
marxismo uno puede encontrar una po-
sición bastante crítica por parte de Freud,
pero es posible diferenciar dos formas
de crítica o dos líneas de crítica hacia el
marxismo en estos textos freudianos. Una
de ellas es la crítica a Marx y la obra de
Marx –aun cuando Freud manifiesta la
escasa lectura o el poco conocimiento
que tiene sobre la obra de Marx y llega
incluso a decir que lo que conoce del
marxismo es lo que le han contado otros,
otros que a su vez también asumen la
dificultad que tienen en comprender a
Marx– en la que se esboza una crítica a la
idea del determinismo mecanicista de
Marx, a la idea de que el comportamien-
to y el psiquismo del hombre están de-
terminados por la economía. Freud no
está para nada convencido de que la eco-
nomía pueda explicarlo todo, de que pue-
da explicar el psiquismo, sino habría que
tener en cuenta otras cuestiones tanto o
más determinantes que lo económico.
Pero es una crítica bastante respetuosa
que, al menos, le otorga un lugar relevan-
te a la obra de Marx.
 La otra línea de crítica freudiana
–mucho más profunda y violenta, por
decirlo de alguna manera – es hacia el
sistema comunista soviético, sobre todo
en la 35º conferencia (En torno de una
cosmovisión) donde denuncia su carác-
ter represivo, autoritario. Llega incluso a
plantear que el sistema político de la
Unión Soviética, de Rusia, se ha conver-
tido en una Iglesia, lo compara con la
cosmovisión de una iglesia y afirma que
se ha convertido, entonces, en aquello
mismo que el propio Marx combatía.
A la hora de abordar estas críticas
freudianas es interesante tener en cuenta
que, en el territorio germano parlante,
el marxismo no era algo nuevo en la
década de 1930, que había tenido su
repercusión mucho tiempo antes. Sin
embargo, Freud nunca se vio en la ne-
cesidad de hacer referencia a Marx en
textos anteriores. De hecho, es intere-
sante contextuar esta crítica de Freud
al marxismo a partir de lo que estaba
sucediendo con el psicoanálisis en la
Unión Soviética, ya que es en esos años
que el psicoanálisis comienza a ser pro-
hibido, censurado y las filiales o asocia-
ciones psicoanalíticas que se habían
formado en la década de 1910 fueron
cerradas por Stalin, etc.
Ahora bien, me gustaría pasar aho-
ra a la Argentina, a mencionar algunos
autores locales, y no tanto del extranjero,
para ver que sucedió aquí con el psicoa-
nálisis y el marxismo, para ver si tuvo
lugar alguna vez un diálogo o no.
En este sentido, uno puede en-
contrar en los textos de psiquiatras
como Jorge Thénon o Gregorio
Bermann las primeras referencias al
psicoanálisis por parte de figuras ubicadas
en el marco de la cultura de izquierda
local. Por ejemplo, la tesis de medicina
de Jorge Thénon abordaba el tema de
las neurosis obsesivas, tomando como
fuente las categorías freudianas; ambos
autores tuvieron correspondencia con
Freud, e incluso Bermann llegó a tener
una entrevista con Freud en Viena hacia
la década de 1920. Si bien hay otros
autores que podrían mencionarse aquí,
me parecen que tanto Thénon como
Bermann son particularmente importan-
tes por su acercamiento al psicoanálisis
y a Freud –incluso se comenta que
Bermann en la década del 1920/1930 se
presentaba a sí mismo como psicoanalista.
Este panorama, este acercamiento
inicial y temprano hacia el psicoanálisis
en los círculos de izquierda en Argentina
se corta indefectiblemente hacia la dé-
cada de 1940, y esto en sintonía con la
Unión Soviética, con la condena que su-
fría el psicoanálisis por el propio Stalin
como una “ciencia burguesa” y una“doc-
trina norteamericana”. Podemos ver aquí
la repercusión, por cierto con cierto re-
traso, de esta condena en la cultura de
izquierda local, muy clara en el caso del
Partido Comunista, que tomó la forma
de un violento rechazo generalizado del
psicoanálisis. En el caso de esas dos figu-
ras que les nombraba antes, Thénon y
Bermann, no sólo implicó el abandono
del psicoanálisis sino también la formula-
ción de duras críticas contra Freud.
Y algo que viene a intentar mati-
zar esta condena en los círculos de
izquierda aquí en la Argentina, algo que
viene a proyectar un cambio en este
panorama, es un libro que se publica en
el año 1958, un libro de una figura muy
particular que era afiliado al PC y miem-
bro de la Asociación Psicoanalítica Ar-
gentina, que era José Bleger. José Bleger
publica en el año 1958, un libro que se
llama Psicoanálisis y Dialéctica Materialista.
¿Qué propone en este libro? Lo que
Bleger buscaba examinar, siendo discí-
pulo de E. Pichón Riviere, son los “es-
quemas referenciales” de Freud –esto
es las fuentes teóricas, los conceptos
teóricos que Freud utilizó, para construir
el psicoanálisis. ¿Y cuáles son esos re-
ferentes conceptuales, autores, ideas,
teorías que influyeron en Freud para
construir su teoría? Bleger ubica allí a dos
fuentes principales –la física mecanicista
y el evolucionismo –, los cuales, repito,
serían los esquemas referenciales, con-
ceptuales, teóricos que Freud utilizó para
construir el psicoanálisis.
Otra cuestión, muy diferente para
Bleger, es la práctica del psicoanálisis
ya que es allí donde Bleger ubica un
acercamiento a una dialéctica en tér-
minos marxistas. La operación que lleva
a cabo Bleger es, entonces, distinguir
entre una teoría psicoanalítica que está
contaminada de mecanicismo, de
evolucionismo, una teoría que no es
dialéctica sino dinámica y, por otro lado,
aquellos aspectos del psicoanálisis
acordes con la dialéctica materialista
que estarían presentes en la práctica
psicoanalítica –lo que este autor deno-
mina en ese texto la “dramática” y que
ejemplifica principalmente a partir de
los casos clínicos freudianos. Lo que
|||C U E S T I O N A N D O
propone Bleger, lo que habría que llevar
a cabo, es una “superación del psicoa-
nálisis”, resolver esta contradicción entre
dinámica y dramática dentro del psicoa-
nálisis mediante una operación que
tendería a desechar la teoría, básica-
mente la teoría de las pulsiones, la idea
de libido –todos estos conceptos
idealistas de Freud que no serían acordes
al materialismo y a la dialéctica de su
práctica – y, en todo caso, desarrollar lo
que él llama la dramática, los aspectos
mas concretos y dialécticos que tiene
el psicoanálisis.
Este fue un muy breve resumen
de ese libro, hay otras muchas cuestiones
que Bleger plantea en su texto, pero lo
que acabo de presentar sería una de
sus conclusiones principales, la cual está
inspirada en la “psicología concreta”
propuesta hacia 1930 por Georges
Politzer –una figura importante en esta
historia de un diálogo entre psicoanálisis
y marxismo, un intelectual franco-húnga-
ro, hoy bastante olvidado, pero una fi-
gura muy emblemática hasta la década
de 1960 dentro de la intelectualidad
de izquierda y en el campo del psicoa-
nálisis y la psicología. 5
Otra cuestión interesante respecto
de Psicoanálisis y dialéctica materialista
es que, dentro de la APA, no tuvo nin-
guna repercusión, ni siquiera salió una
reseña de este libro en la revista de la
Asociación Psicoanalítica, lo cual era
una especie de tradición de esa institu-
ción: cada vez que uno de sus miem-
bros publicaba un libro se hacía la co-
rrespondiente reseña en la Revista Ar-
gentina de Psicoanálisis. Bleger fue
una excepción, hubo un total silencio
respecto de este texto y la única reseña
del libro realizada por un psicoanalista
se publicó en otra revista. Ahora bien,
dentro del Partido Comunista Argenti-
no sucedió todo lo contrario, se generó
una polémica bastante fuerte e incluso
muchos han llegado a afirmar que por
este libro Bleger es expulsado del Parti-
do. Tuvo lugar una reunión de la Comisión
de Asuntos Culturales del PC, en la cual
tuvo una fuerte participación el grupo
de los psiquiatras comunistas (entre los
cuales estaba Thénon), y esa reunión
termina con un consejo a Bleger para
que realice una militancia mas activa
en el Partido con el fin de corregir sus
“desviaciones ideológicas”. Poco tiempo
después, como les anticipé, Bleger es
finalmente expulsado.
DESDE EL MARXISMO
 Sin embargo, Bleger nunca aban-
donó la idea de proyectar una articula-
ción entre la ideas de Freud y Marx. En
todo caso –estando aquí reunidos en la
Facultad de Psicología, carrera con la que
Bleger tuvo mucho que ver – me intere-
saba recordar su concepción del rol del
psicólogo. Y esto en tanto, si bien toma
para ello elementos del psicoanálisis,
también hay una perspectiva marxista o
cierta perspectiva marxista en esa con-
cepción del psicólogo en términos de lo
que este autor llamaba la psicohigiene.
¿En que consiste esta psicohigiene?
Hace unos días, en una reunión con los
organizadores de esta charla, recordamos
una frase que Bleger pronunció en 1965,
según la cual si la carrera de psicología se
había creado para formar psicoterapeutas
entonces esta carrera era un fracaso. Para
Bleger lo que había que formar eran
psicohigienistas, es decir profesionales
que tomen los conocimientos aportados
por el psicoanálisis pero para volcarlos no
en un consultorio privado con pacientes
particulares, sino para trabajar en grupos,
en comunidades, para resolver problemas
sociales. En este sentido, el psicólogo, y
6 esto son palabras textuales de Bleger, es
un agente de cambio social. Lo cual no
quiere decir que el psicólogo sea un revo-
lucionario, al contrario, uno puede ver que
la concepción del marxismo que maneja
Bleger es la idea de un marxismo refor-
mista –en tanto no plantea que el psicólo-
go deba tender a una transformación so-
cial revolucionaria sino más bien cambios
paulatinos, homeostáticos y a largo plazo
dentro del marco social establecido.
Estos aportes de Bleger fueron
objeto de fuertes críticas ya hacia fines
de la década de 1960, principalmente
a partir de la recepción y difusión de las
ideas de Louis Althusser y, a través de
Althusser, también de las ideas de
Lacan. También hubo otra lectura dife-
rente de la relación o el diálogo entre
psicoanálisis y marxismo en los efímeros
grupos Documento y Plataforma, que
también se plantearon explícitamente
teorizar alguna forma, por cierto
ecléctica, de marxismo y psicoanálisis
pero tuvieron sus propios problemas
internos que los llevaron a disolverse.
Durante algunos años, y particularmente
durante el corto gobierno de Perón en
la década de 1970, la polémica respecto
del marxismo y el psicoanálisis continuó
vigente aquí Argentina. En todo caso, ya
en 1975, y definitivamente en 1976 con
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
el Proceso de Reorganización Nacional,
el debate entre marxismo y psicoanálisis
fue directamente clausurado, esta po-
lémica desapareció.
En los últimos años ha habido un
intento o diversos intentos de reflotar
este problemático tema –me refiero a
autores de los cuales no conozco de-
masiado, cuyos textos casi no he leído
ya que no son de mi agrado o me resul-
tan totalmente indigestos, como Zizek,
que parecen retomar aquellos intentos
de articular el psicoanálisis y el marxis-
mo. Pero, volviendo al título de esta
charla, me parece que retomar un diá-
logo inconcluso no debe llevar a la idea
de que ese dialogo pueda tener una
conclusión o un final, e incluso antes
habría que volver a plantear sus condi-
ciones de posibilidad. En todo caso,
para retomarlo o plantear la posibilidad
de este diálogo aquí, en Argentina, creo
que sería interesante tener en cuenta
lo que, con mayor o menor originalidad
y exhaustividad, plantearon autores lo-
cales –hice referencia de Bleger pero
podrían tomar muchos otros –, tomar
como puntapié inicial para plantear hoy
la polémica una reflexión, y por qué no
una crítica, de aquello que ya fue plan-
teado hace ya casi de 50 años y hoy
parece haber sido olvidado.
Claudia Cinatti:Buenas noches,
gracias por la concurrencia, es muy
alentador ver tanta gente interesada
en un tema que hace mucho tiempo
que no se discute, por lo que hasta
último momento no sabíamos muy
bien qué repercusión podía llegar a
tener en una facultad donde, eviden-
temente, la hostilidad hacia el marxismo
ha ido in crescendo sobre todo en los
últimos años.
Partiendo un poco de lo que plan-
teo Hernán, creo que efectivamente
hay que preguntarse qué sentido tiene
este diálogo, cuáles son sus condicio-
nes de posibilidad y, sobre todo, pen-
sar las experiencias que ya se hicieron,
porque este diálogo no es una ocurrencia
reciente sino que hay un siglo práctica-
mente de discusión.
Para introducir la reflexión que voy
a desarrollar, primero quería plantear un
“estado de situación”, porque nosotros
tenemos que ser concientes que el psi-
coanálisis no es lo que era a principios
del siglo XX, en el momento en que
muchos marxistas discutieron la síntesis
o la aproximación entre psicoanálisis y
marxismo. ¿Por qué planteo esto? No
es ningún secreto. En todos los últimos
libros que vienen saliendo, artículos de
diarios y revistas, notas a propósito del
aniversario del nacimiento de Freud,
etc., se parte de que en el psicoanálisis
hay una crisis importante tanto teórica
como clínica, con un avance significativo
de otras escuelas como el cognitivismo
que acompañan la creciente
medicalización del sufrimiento psíquico.
Sin ir más lejos, en una entrevista re-
ciente a Elizabeth Roudinesco, que es
una de las historiadoras del psicoanálisis
más reconocidas de los últimos años,
ella hace referencia a esta crisis, en rea-
lidad lo viene haciendo desde hace
tiempo por ejemplo en libros como ¿Por
qué el psicoanálisis? y otros, donde tra-
ta de pensar a dónde fue a parar el ca-
rácter subversivo, cuando menos revul-
sivo que tenía el psicoanálisis en la época
de Freud, cuando escandalizó a la so-
ciedad burguesa poniendo al descu-
bierto una parte de sus hipocresías.
Bueno, si nosotros vemos la situación
actual, eso no existe más, incluso en
esa misma entrevista, Roudinesco plan-
tea que es una tarea ya casi imprescin-
dible sacar del triste estatuto de las
perversiones a la homosexualidad.
Evidentemente el psicoanálisis ha perdido
todo carácter provocador, ha venido
adaptándose crecientemente a los
prejuicios sociales. Desde el punto de
vista teórico, más allá de las diferencias
y de lo que podamos discutir alrededor
de la teoría lacaniana, prácticamente
desde Lacan no hay innovación teóri-
ca, es una disciplina que está en crisis y
creo que esta crisis se agrava por el re-
lativo aislamiento con respecto al resto
de las Ciencias Sociales, al resto de las
ciencias humanas. La psicología en ge-
neral y el psicoanálisis en particular, se
han vuelto disciplinas autorreferenciales
que caen muchas veces en un
psicologismo un poco vulgar, que in-
tenta explicar con sus conceptos fenó-
menos de otra naturaleza. Por esto no
tiene nada que ver el diálogo que hoy
podemos plantear entre el psicoanálisis
y marxismo, con el que intentaron los
marxistas sobre todo en las décadas de
1920 y de 1930.
El sentido que hoy tiene este diá-
logo es realizar una tarea crítica sobre
los fundamentos, ver lo que está pa-
sando, para rescatar algo de ese espíritu
de denuncia que tenía el psicoanálisis
y ver si puede constituir un aporte, al
menos en alguna esfera, tanto para
comprender las razones de como para
aliviar el malestar y el sufrimiento psí-
quico. Dicho esto que es más o menos
mi visión actual de cuál es el estado del
psicoanálisis hoy, quería tomar como
punto de partida casi obligado, los dos
términos de la relación: la propuesta es
entonces primero ver qué piensa Freud
de Marx y también ver qué pensaron
los marxistas de Freud y evaluar si es
posible avanzar o cuanto menos, dejar
planteados algunos puntos del debate.
En cuanto a la visión que tenía
Freud del marxismo, la referencia obli-
gada, como bien planteó anteriormente
Hernán, es la conferencia Nº 35 de las
Nuevas Conferencias de Introducción
al Psicoanálisis de 1932-33, titulada En
torno a una cosmovisión. Quiero señalar
desde el comienzo, que los marxistas,
-voy a hablar más bien desde el marxismo
y no desde el psicoanálisis-, los marxis-
tas cargamos con el karma de ser sec-
tarios, de despreciar el psicoanálisis, de
ser deterministas, de no darle peso a los
fenómenos subjetivos, etc., etc., que
en parte tiene que ver con el gran
desencuentro, no sólo entre el psicoa-
nálisis y el estalinismo, sino también
entre el marxismo y el estalinismo. Como
existe esa pesada herencia, tenemos
que insistir permanentemente en dife-
renciar claramente lo que es marxismo
y lo que es estalinismo. En ese texto de
Freud hay una gran confusión; si uste-
des tienen tiempo de leer cómo los
marxistas estudiaban a Freud, van a ver
el contraste que hay. Freud por ejemplo,
es contemporáneo a grandes aconte-
cimientos históricos, las Guerras Mun-
diales que lo han marcado desde el
punto de vista de su producción teóri-
ca, pero también acontecimientos
como la Revolución Rusa, como el as-
censo de Stalin, y es muy llamativo que
un intelectual de la talla de Freud ten-
ga una visión tan pobre de lo que era el
marxismo, que es lo que expresa en
esa conferencia. No sé si recuerdan el
texto, voy a hacer un recordatorio muy
sintético.
Freud parte de la definición de
“cosmovisión”, correctamente plantea
que es un término casi exclusivo de la
ciencia alemana. Una ”cosmovisión“ sería
algo así como una hipótesis con pre-
tensión de universalidad, una hipótesis
abarcativa que pretendería subsumir
fenómenos de distinta naturaleza. En-
tonces, sería un sistema cerrado que
trataría de explicar todo en sus propios
términos. Freud supone que eso es el
marxismo. Efectivamente es una buena
descripción del determinismo estalinista
pero no del marxismo.
Definiendo cuáles serían estas
“cosmovisiones”que atacarían a la ciencia
y al propio psicoanálisis, empieza con
la religión, después considera que el
arte y la filosofía no son grandes com-
petidores, pero repentinamente, luego
de la religión, pasa a considerar como
enemigos peligrosos al anarquismo polí-
tico como correlato del nihilismo inte-
lectual, y al marxismo al que ve como
amenazante. La de Freud es una visión
bastante rudimentaria de lo que podría
ser, a trazo grueso, una versión estali-
nista del marxismo. Luego de esta “crí-
tica”, da su propia visión, por ejemplo la
división de clase de las sociedades, los
procesos históricos. Freud honestamente
parte de su ignorancia con respecto de
la teoría marxista pero plantea que, en su
imaginario, las clases sociales y la eco-
nomía no están en la base de los con-
flictos sociales, sino más bien que él
adhiere a una visión de que en los orí-
genes estuvieron las pequeñas diferen-
cias de etnias y de linaje que, según
factores psicológicos y materiales, (con
“psicológicos” se refiere a la predisposi-
ción constitutiva a la agresión y a la cohe-
sión que logran determinados pueblos, y
con factores materiales a los medios que
permiten ir a la guerra, como las armas),
algunos triunfan y otros no. Los que triun-
fan son amos y los que no son esclavos, y
eso haría al proceso histórico, cuanto
menos en sus orígenes.
Después Freud hace una dura
crítica, como planteó Hernán, a lo que
llama el “bolchevismo” como la forma
adquirida por el marxismo en el poder.
Tenemos que tener en cuenta que este
|||C U E S T I O N A N D O
es un texto de los ’30 y a esa altura,
estaba claro que el bolchevismo ya había
sido derrotado, que no existía más el
bolchevismo en la Unión Soviética, que
había habido una contrarrevolución di-
rigida por Stalin y que llevó a la com-
pleta burocratización de la URSS. Sin
embargo, Freud se empeña en llamarlo
“comunismo” o ”bolchevismo”, mos-
trando que es parte de esta confusión
generalizada, y en parte también, ig-
norando el desgarramiento enorme
que había sufrido el movimiento mar-
xista en la Unión Soviética, ya que para
esta altura había campos de concentra-
ción, se había derrotado a la Oposición y
enviado al exilio a los dirigentes de la
7
revolución de octubre como Trotsky, a lo
que le seguiría los juicios de Moscú, etc.
Bueno hasta acá hemos repasado
la referencia más explícita de Freud al
marxismo. Ahora quisiera contrastarlo
con la visión que tenían los marxistas de
la teoría freudiana no sólo en la década
de 1930, contemporáneo a este texto
de Freud, sino también anteriormente.
Quería aclarar que vamos a referir-
nos a los marxistas que en algún momento
se refirieron al psicoanálisis pero en su
dimensión teórica, como explicación de
los fenómenos psíquicos, no como clíni-
ca, un poco quizás a la inversa de lo que
plantea Bleger, en general consideraban
a la clínica psicoanalítica como un tera-
péutica más. Podríamos decir más en
general que un Estado socialista no ten-
dría por qué pronunciarse a favor de un
tipo de clínica en particular.
Lo que interesaba particular-
mente a los marxistas era el carácter
científico de la teoría psicoanalítica.
Porque el hallazgo de Freud respecto
del inconciente y de la sexualidad in-
fantil había tenido un impacto similar
a las teorías científicas de Darwin o de
Einstein, que abrían un campo a la in-
vestigación científica y a las posibili-
dades de conocer más concretamente
DESDE EL MARXISMO
 la condición humana, por eso lo inte-
resante era sobre todo el aspecto teó-
rico y no tanto la clínica, que era una
forma de terapia que podía ser alter-
nativa a otras formas.
Como un elemento más que
muestra el poco rigor que tienen la
mayoría de los psicoanalistas que hoy
repiten la falacia de que el marxismo
es determinista, economicista y que no
se interesa o que incluso anula la sub-
jetividad, no sólo en los primeros años
posteriores a la revolución rusa, el psi-
coanálisis tiene un importante desarrollo
en la Unión Soviética como sostén del
Estado, -a pesar por ejemplo de haber
sufrido la guerra civil y situaciones de
hambruna- sino que también dirigentes
que tenían responsabilidades históricas
muy serias, como por ejemplo León
Trotsky, que a comienzos de los años
’20 dirigía el Ejército Rojo que había
combatido en la guerra civil en defensa
del joven estado obrero soviético, de-
dicaron una parte importante de su re-
flexión, y de su tiempo, a pensar o eva-
luar el valor científico del psicoanálisis,
como se ve por ejemplo en la carta que
8 Trotsky le dirige al profesor Iván Pavlov
aconsejándole incorporar la teoría
psicoanalítica a su teoría de los reflejos
condicionados y otros escritos sobre el
tema publicados en el libro Literatura y
Revolución. Justamente porque Trotsky
veía que el psicoanálisis, y más bien, los
fundamentos que daba Freud de su teo-
ría, no eran incompatibles con el método
materialista del marxismo. Con la teoría
freudiana, por primera vez la psicología
superaba la antítesis clásica entre cuerpo
y mente (o alma), que había condenado
a las psicologías previas ya sea a la espe-
culación metafísica o al reduccionismo
mecanicista. Este es el aspecto que
Trotsky consideraba científico y mate-
rialista del psicoanálisis y de la teoría de
Freud, más allá que creía que tanto Freud
como los psicoanalistas en general ten-
dían permanentemente al idealismo.
El interés de Trotsky por el psicoa-
nálisis comienza muy temprano, alre-
dedor de 1908 en su exilio en Viena,
donde conoce tanto la teoría freudiana
como la de Adler.
Posteriormente en la década de
1930 –contemporáneo a este texto de
Freud al que estamos haciendo refe-
rencia- Trotsky escribe en sus notas
sobre filosofía y evolución algunas de
sus reflexiones más notables sobre el
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
psicoanálisis y más en general sobre la
relación entre la naturaleza, la conciencia
y lo inconciente; la materialidad de los
fenómenos mentales y la relativa auto-
nomía con respecto a la biología y la
fisiología del cerebro. En estos escritos,
mejor dicho apuntes, que se conocie-
ron casi 50 años después, vuelve a res-
catar este aspecto teórico, no clínico,
que permite una comprensión mejor de
la dialéctica subjetiva –dice él– porque
parte de la autonomía de los fenómenos
mentales con respecto a los mecanis-
mos fisiológicos, en contraste con el
determinismo materialista vulgar. Creo
que esta idea que deja planteada es muy
interesante, y hoy mantiene toda su vi-
gencia (cuando está totalmente rota
toda relación entre sujeto y objeto, es-
tructura y sujeto, y hay todo tipo de teo-
rías que unilateralizan la relación y ter-
minan negando el conjunto). Es un apor-
te muy valioso, que nos puede permitir
pensar, desde el marxismo, cómo pode-
mos apropiarnos de ese conocimiento.
Siendo concientes que, más allá de que
una persona pueda superar un trauma y
sentirse aliviado, de conjunto se ha de-
mostrado que ese impulso liberador que
al menos inicialmente tenía el psicoanáli-
sis, pierde su sentido en una sociedad ba-
sada en la propiedad privada y en la explo-
tación del trabajo.
Por eso creo que el psicoanálisis
no puede ser sustituto del marxismo,
no puede haber una comprensión de lo
social, como decía Freud en esa famosa
conferencia, a partir de “dos ciencias”: la
psicología –pura y aplicada- y la ciencia
natural, sino que efectivamente hay una
necesidad de comprensión de los fe-
nómenos sociales, porque es en ese
marco donde se individualizan los sujetos
que presentan un determinado sufri-
miento psíquico.
Yo quería terminar con una última
referencia sobre Bleger. Bleger es uno
de los marxistas que le critica la episte-
mología a Freud, justamente esta visión
ahistórica y semi antropológica que tiene
de los individuos, porque el sujeto, el
paciente que uno tiene adelante es un
individuo concreto, producto de deter-
minadas situaciones históricas concretas,
al igual que sus síntomas y su sufrimiento.
Ese vicio –digamos – de generalización
a una naturaleza humana abstracta de
determinados rasgos de época, habían
llevado a una concepción falsa de
transformar en teoría determinados
prejuicios. Creo que es una reflexión
interesante, y después, si hay una se-
gunda ronda me quería referir a lo que
fue la experiencia del freudomarxismo.
Julio del Cueto: Quería agrade-
cerles a los organizadores la invitación.
Más allá de poder estar presente y po-
der hablar en persona sobre este tema,
lo que quería agradecer, y me parece
llamativo y elogiable, es una idea que
está implícita en la invitación a dos per-
sonas que nos dedicamos a la historia
de la psicología: el hecho que se con-
voque a gente que se dedica a la historia
para reflexionar sobre un tema del
presente. Me interesaba resaltar eso,
porque existe una idea de que el pasado
es una cosa muerta, simple erudición
de la que se ocupa la gente que tiene
ganas de aburrirse y que quiere des-
preocuparse del presente. Todo lo con-
trario; es fundamental, es necesario, es
algo primordial para poder pensar el
presente, recurrir al pasado.
En ese sentido, para poder pensar
este tema que convoca hoy a la mesa,
el diálogo inconcluso entre psicoanálisis
y marxismo, yo quisiera comenzar pre-
guntando si realmente hay un diálogo.
Si más bien, más que una historia de un
diálogo que no se terminó, no es esta
una historia de desencuentros, o – in-
cluso – de malos entendidos mutuos,
de parte del psicoanálisis y de parte del
marxismo, como los expositores ante-
riores han mostrado.
Me parece que nunca llegó a
constituirse en diálogo verdaderamente.
De hecho, aquellos pocos autores, al-
gunos provenientes del psicoanálisis y
de filiación marxista, otros provenien-
tes de la filosofía, con ideas de renovar
a la filosofía marxista, los pocos autores
que se han ocupado de alguna posible
articulación, de alguna posible relación
entre psicoanálisis y marxismo, o aún,
de alguna posibilidad de utilizar las he-
rramientas teóricas de estos dos campos
para pensar la realidad en la cual vivían,
han sido autores que en general fueron
marginados, expulsados, denigrados. Es
más, a casi todos estos autores uno los
podría unificar bajo el rótulo del
“freudomarxismo”. Casi todos los deno-
minan así, aún quienes hablan a favor de
ellos, como autores “freudomarxistas”,
cuando en realidad esta etiqueta ha
sido puesto por aquellos que han que-
rido denigrarlos, y ha sido utilizada
despectivamente. Yo prefiero, más que
hablar de freudomarxistas, hablar, para
el caso aquellos psicoanalistas que te-
nían una filiación marxista y que pensa-
ron, en alguna medida, buscar alguna
forma de compatibilización entre mar-
xismo y psicoanálisis, hablar de“izquierda
freudiana”, que es como ellos mismos
se autodenominaban.
La Izquierda freudiana fue un grupo
de psicoanalistas que entre el año 1924/6
hasta 1933 más o menos, mantuvo una
especie de oposición subterránea dentro
de la Asociación Psicoanalítica a través
de una serie de memorandos periódicos
donde se discutían y se difundían los
problemas propios de la Asociación
Psicoanalítica, así como también los
problemas de la sociedad, los que estaba
atravesando Europa, los problemas que
los psicoanalistas estaban comenzando
a tener en una Europa progresivamente
tomada por el ascenso del fascismo. Este
tipo de autores se han llamado a sí mis-
mos izquierda freudiana, y me parece
que un primer paso es rescatar la deno-
minación que ellos mismos han dado a
sus intentos, y no seguir categorizándolos
con el nombre que les han dado aquellos
que han querido desprestigiarlos
Estos autores son en gran medi-
da conocidos. Quizás no es tan conoci-
do que ellos participaran de esa izquier-
da freudiana. El más conocido es sin
duda Wilhem Reich, pero también psi-
coanalistas como Bernfeld, como Otto
Fenichel, como Edith Jacobsohn, o
como Annie Reich, formaron parte de
esta izquierda freudiana, con mayor o
menor compromiso con respecto al
marxismo, y con mayor o menor com-
promiso con la actividad política en
cada uno de los casos.
El otro grupo, además de la iz-
quierda freudiana, que se ocupó de esta
convergencia entre psicoanálisis y mar-
xismo, es un grupo de filósofos que ha
conformado una escuela que se conoce
como Escuela de Frankfurt. Compuesta
por figuras de la talla de Theodor Adorno,
Max Horkheimer, Leo Löwenthal, Erich
Fromm y Herbert Marcuse, entre otros.
Autores que han sido muy criticados
desde el marxismo. Básicamente lo que
intentaron es llevar adelante una refor-
ma del marxismo, al que ellos enten-
dían como cosificado, como demasiado
centrado en los factores económicos,
como excesivamente determinista. Y
para llevar adelante esa reforma, algunas
de las cosas que se plantearon hacer fue
incorporar algunos de los conceptos to-
mados del psicoanálisis.
Por una cuestión de tiempo y po-
sibilidades de transmitir algo acá de las
cuestiones que me interesan, voy a
focalizarme en dos de las figuras más
conocidas, que son W. Reich y H.
Marcuse. No voy a poder profundizar
mucho, pero básicamente lo que me
interesa recortar de estos autores, lo que
me interesa resaltar, es de qué manera
se acercaron a los conceptos del marxis-
mo; y para qué. Porque justamente este
“para qué“, los problemas que tenían en
mente y que determinan la forma en
que se acercan, es lo que nos va a ayu-
dar a pensar algunos de los problemas
que se nos presentan hoy, e intentar al-
guna respuesta acerca de si ante esos
problemas actuales todavía sigue sien-
do válido, o no, un acercamiento de ese
tipo al psicoanálisis y al marxismo. Sobre
esto no voy a dar una respuesta, porque
no la tengo, pero por lo menos voy a
dejar planteada la pregunta.
En primer lugar, hay una serie de
factores de tipo social que se dan en la
Europa en que viven los protagonistas o
los miembros de estos dos grupos. Al-
gunos han sido nombrados, fundamen-
talmente uno de ellos es la Revolución
Rusa, que se produce en 1917 y tiene
un impacto enorme. Pero esta revolu-
ción introduce un problema fundamen-
tal dentro del marxismo que es cómo
pensar, o cómo poder explicar que la
primera revolución socialista se da en
un país que estaba económicamente
atrasado, en un país no industrializado,
en un país en el cual las condiciones so-
ciales y, las condiciones objetivas para la
revolución, todavía no estarían dadas.
En segundo lugar, cómo explicar
el fracaso de la revolución en Alemania.
Alemania tenía hasta ese momento el
movimiento obrero más grande y más
organizado de Europa, y sin embargo la
|||C U E S T I O N A N D O
revolución que se produce después de
la primera guerra mundial fracasa.
Entonces, ¿por qué en un país donde
las condiciones objetivas, sociales,
económicas estaban dadas, por qué
fracasa ahí la revolución?
Y, finalmente, cómo explicar que
progresivamente las masas obreras,
proletarias, que tenían en principio una
filiación bastante cercana a las ideas del
marxismo (no sólo las clases proletarias
sino también las clases medias, pero lo
que les importa es por qué es el proleta-
riado el que lo hace), comienzan a abrazar
el nazismo, y no el marxismo. En qué
medida puede uno entonces seguir
planteando que las condiciones sociales,
las condiciones económicas, el lugar que
un individuo ocupa en las relaciones de
producción de una sociedad, determi-
nan su ideología y su posición política.
Estas son algunas cuestiones muy fuertes
que plantean, en principio, la necesidad
de repensar el marxismo.
A mi me parece que todos estos
autores tenían estos problemas presen-
tes. Reich tiene un libro maravilloso,
que se llama Psicología de las masas del
Fascismo, donde justamente intenta dar 9
una respuesta a esta pregunta de por
qué en Alemania las masas adhieren al
fascismo y no a la revolución socialista,
cuál es el mensaje que dan los miembros
del partido comunista hacia las masas, y
cuáles las del partido nacionalsocialista
que permiten o que llevan a que las
masas se sientan más identificadas con
el nacionalsocialismo que con el socia-
lismo, que es justamente aquello que
va en función de sus propios intereses.
En definitiva, por qué las masas van en
contra de sus propios intereses. En ese
libro, una cuestión fundamental que
plantea Reich, es que el fascismo no
puede explicarse exclusivamente por
factores económicos – no los desdeña,
pero dice no pueden explicarse sólo por
ellos –, y desde ya no puede explicarse
DESDE EL MARXISMO
 por una cuestión individual como ser el
carisma de una persona, en este caso
de Hitler. En todo caso, aquello que
permite explicar el ascenso del nazis-
mo, la adhesión de las masas al nazis-
mo, es la estructura del carácter de las
masas alemanas, la cual -sostiene- es
una estructura autoritaria.
Los dos núcleos fundamentales
que va a resaltar Reich, para poder pensar
esta cuestión es, por un lado, esta es-
tructura del carácter, que se forma y se
asienta a partir de la represión de la
sexualidad, esa energía de la sexualidad
reprimida, de la sexualidad que no tiene
salida, conforma y solidifica y da fuerza
a esa estructura de carácter autoritaria.
Y a su vez, esa estructura de carácter
autoritaria es fundamentalmente intro-
ducida, interiorizada por el individuo en
su infancia, en la relación con sus padres.
Es decir, la familia constituye – dice
Reich – la fábrica de toda ideología au-
toritaria. Esta es una primera cuestión.
Para poder pensar, entonces, un
problema de la sociedad de su tiempo
Reich cree necesario encontrar algo que
supone falta en el marxismo, que es la
10 posibilidad de explicar ese factor subjeti-
vo. El factor subjetivo que lleva a los
individuos a elegir algo que va en con-
tra de sus propios intereses. Y ese fac-
tor subjetivo, esa mediación posible
entre la estructura social y la formación
de la estructura del carácter individual,
está dada por la familia. La familia -para
Reich- es autoritaria en las sociedades
occidentales, en consecuencia, si pa-
rece necesario realizar una revolución
socialista no será suficiente con trans-
formar las relaciones de producción,
sino que también es necesario cambiar
a la familia para transformar las estruc-
turas de carácter. No es posible realizar
una revolución socialista con aquellos
hombres que no han modificado su
estructura de carácter, y que, por lo tanto,
siguen siendo autoritarios. Esto con
respecto a Reich, que, valga una acla-
ración: a este autor se lo desprestigia
mucho a partir de sus últimas teóricas
sobre el Orgón y demás. Teorías que
Reich desarrolla ya cuando está en
EEUU, desprestigiado por los comunistas
que lo expulsan del partido, rechazado
por los psicoanalistas que lo expulsan
también de la Asociación Psicoanalítica,
y perseguido por la justicia, termina sus
días en la cárcel. Es en los últimos mo-
mentos de su vida que se dedica a esta
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
famosa teoría del Orgón y todas las críti-
cas hacia él siempre recaen sobre este
momento, y no sobre todos sus estu-
dios sobre la estructura del carácter que,
uno puede estar de acuerdo o no en
términos psicoanalíticos, pero merecen
la pena ser estudiadas, pensadas y criti-
cadas– si es preciso.
El segundo autor que me interesa-
ba introducir también, es Marcuse.
Marcuse, como les decía, forma parte de
esta Escuela de Frankfurt, que es un institu-
to de investigación social – se llama así,
Instituto de Investigación Social de Frankfurt
– que está pensado para trabajar sobre una
reformulación social del Marxismo.
La mayor parte de los miembros
de esta escuela, a mediados de los años
treinta se ven obligados a exiliarse por
el ascenso del nazismo. El exilio los lleva
a gran parte de ellos a EEUU; y, en par-
te, los libros que escribe Marcuse to-
man como objeto de análisis a la socie-
dad norteamericana. Él hace un análisis
y una crítica de la sociedad norteame-
ricana en la cual estaba viviendo. En
1953 escribe uno de los libros más im-
portantes, que es Eros y Civilización, que
es un libro muy peculiar. No me he
puesto a fijar página por página, pero
creo que en ningún lugar aparece cita-
do Marx, pero sin embargo cualquiera
que lo lee encuentra que hay ahí dan-
do vuelta nociones marxistas todo el tiem-
po. Ese libro está centrado fundamen-
talmente en Freud, en tomar concep-
tos de Freud para pensar la sociedad
norteamericana, como les decía. La so-
ciedad que llama el capitalismo avan-
zado, o la sociedad posindustrial. En
este libro, lo que plantea inicialmente
Marcuse, es que uno no puede poner-
se a pensar si Freud era o no revolucio-
nario, o cuál era la posición política de
Freud, que esto no conduce a nada. Si
bien Freud podía expresar un punto de
vista burgués o reaccionario en algunas
de sus observaciones y comentarios
políticos sobre la sociedad en la que
vivía, esto no quiere decir que la teoría
que el produjo fuera necesariamente re-
accionaria y conservadora. Y en este sen-
tido hay – dice Marcuse – una teoría pro-
fundamente subversiva, independiente-
mente de la posición política de Freud.
Marcuse va a tomar dos con-
ceptos fundamentales de Freud, y les
va a introducir una lectura que tien-
de a historizar esos conceptos. Uno
de estos conceptos es el de represión,
y el otro es el de principio de realidad.
Marcuse no está en contra de la idea
que plantea Freud de que la represión es
necesaria para la constitución de la civili-
zación, lo único que señala es que la re-
presión necesaria para sostener la civiliza-
ción es una represión mínima. Por el con-
trario, en las sociedades posindustriales,
asistimos a un plus de represión, una re-
presión excedente, una represión que está
al servicio de la dominación. En este senti-
do, el principio de realidad que Freud plan-
tea, esta limitación del principio de placer
que Freud plantea, no es discutible. Lo
que es discutible es la forma que ese
principio de realidad ha tomado en las
sociedades contemporáneas. Y eso es a
lo que Marcuse llama principio de actua-
ción o de ejecución. Dice que en las so-
ciedades contemporáneas, esta repre-
sión excedente y este principio de ac-
tuación, se han dirigido centralmente a
la represión de las pulsiones parciales
con el fin de desexualizar al cuerpo del
individuo y convertirlo en una máquina
productiva. Es decir, el individuo está obli-
gado a trabajar horas y horas en algo,
que no le produce placer, que no lo con-
sidera una necesidad ni algo con lo cual
pueda sentirse identificado ni sentirse
bien, porque las sociedades
posindustriales hacen de ese individuo
una máquina de trabajo continua.
En este sentido, el camino o la
salida posible que visualiza Marcuse en
este momento, en 1953, a ese capitalis-
mo avanzado, no pasa tanto por una re-
volución al estilo de una revolución so-
cial que transforme la posesión de los
medios de producción, sino una revolu-
ción que priorice la resexualización del
cuerpo. Es decir, lo importante es que el
cuerpo deje de ser una máquina de tra-
bajo, que el cuerpo vuelva a ser un ele-
mento para producir placer. En este sen-
tido, lo que se impone como desafío para
Marcuse en 1953, es una lucha entre
Eros y Tanathos. Dice, Eros sólo puede
ganar en la medida en que no le de
lugar a tanathos, y la forma en que no le
va dar lugar al crecimiento de Tanathos
es por el camino de la liberación de la
sexualidad. En la medida en que siga-
mos reprimiendo la sexualidad y convir-
tiendo al individuo en una máquina de
trabajo, es Tanathos quien gana. Y si
Tanathos gana, el peligro no es simple-
mente la dominación sino la destrucción
de la humanidad. Ubiquémonos: 1953,
dos guerras mundiales, el estallido de
dos bombas atómicas, genocidios, cam-
pos de concentración y de exterminio,
etc. Un autor que leí hace poco, no re-
cuerdo quién, hacía un análisis muy in-
teresante y decía, a partir de lo que pro-
pone Marcuse, que llama la atención que
la primera forma de la globalización apa-
rece a través de la destrucción.
Lo que Marcuse visualiza ahí como
peligro fundamental no es sólo la domi-
nación que se desarrolla en las socieda-
des posindustriales, en las cuales la
sexualidad de los individuos aparece
reprimida a favor de la producción, sino
que, si esto continua así, a lo que se llega
es a la destrucción de la humanidad.
Esta idea de Marcuse, de una trans-
formación a través de la resexualización
del cuerpo, finalmente va a cambiar ha-
cia mediados de los años 60s; Marcuse
visualiza otras posibilidades de liberación
que ya –supone– no pueden provenir de
las sociedades avanzadas. El primer mun-
do no tiene ya salvación desde adentro.
La clase obrera, el proletariado, está ab-
solutamente incorporado al capitalismo,
a estas sociedades capitalistas, ha perdi-
do su fuerza revolucionaria, por lo tanto
cualquier liberación posible sólo puede
provenir de los márgenes, y los márge-
nes, para Marcuse, son fundamentalmen-
te los países del tercer mundo. Hoy ha-
bría que pensar en qué lugar ha quedado
esa posibilidad de pensar la liberación de
esta manera.
Finalmente, y para ir cerrando,
quería volver sobre un autor que me
parece fundamental para el desarrollo
del psicoanálisis y la psicología en Ar-
gentina, me refiero a José Bleger, para
hacer un breve comentario, más allá de
lo que ya han dicho acá mis compañe-
ros, sobre una precisión que hace Bleger
en un articulo llamado “Psicoanálisis y
marxismo” cuando se pregunta acerca
de la posibilidad de llevar adelante una
articulación o plantear cualquier tipo de
relación entre psicoanálisis y marxismo.
En este sentido retomo esto que yo pre-
guntaba al comienzo, de si en realidad
se trata de un diálogo inconcluso o se
trata de malos entendidos. En este pun-
to Bleger diría, creo yo, que “se trata de
malos entendidos”. Lo que Bleger sos-
tiene ahí es que para poder plantear una
articulación o una relación entre dos
cosas tienen que haber un nivel en co-
mún en el cual esas dos cosas se to-
quen, se superpongan, se relacionen.
Tienen que estar esas dos cosas en un
mismo nivel.
El psicoanálisis, dice Bleger, es una
ciencia; el marxismo, es una cosmovisión
del mundo y de la sociedad. Por lo tanto
no tienen el mismo nivel. Tratar de arti-
cular marxismo y psicoanálisis es, ó re-
ducir el marxismo a una ciencia, ó
sobrevaluar al psicoanálisis al carácter de
una cosmovisión. Una cosa es decir que
se puede plantear una discusión entre
la ideología en la cual se sostiene el psi-
coanálisis, y la ideología en la cual se
sostiene el marxismo, y otra muy distinta
es de hablar de una articulación entre
psicoanálisis y marxismo.
Ahora, volviendo a retomar la pre-
gunta para pensarlo hacia el presente. ¿Se
trata de un diálogo inconcluso?; ¿Nunca
hubo diálogo?; si se trata de un diálogo
inconcluso ¿se puede retomar y comple-
tar?; si nunca hubo diálogo ¿se puede co-
menzar? ¿Es necesario?¿No lo es?
Esto es una posición muy perso-
nal y absolutamente discutible, y que
puede durar en mí una hora más si al-
guien propone algo que me convenza.
Uno de los riesgos en que han caído tan-
to los marxistas como los psicoanalistas
es el riesgo del dogmatismo. El riesgo
del dogmatismo implica pensar que las
teorías son cerradas, que no cambian, y
que toda la realidad debe ajustarse a esas
teorías. A mi lo que me interesa de es-
tos autores más allá de las respuestas
que han dado (que hoy pueden ser dis-
cutibles), es la valentía de tomar estas
teorías como herramientas, como he-
rramientas teóricas, que sirven para pen-
sar la sociedad, para pensar un momen-
to determinado; esas herramientas teó-
ricas son históricas, y por lo tanto cam-
bian, se modifican, se transforman.
La pregunta que habría que ha-
cernos hoy es si estas herramientas, tal
como están dadas en el presente, nos
sirven para pensar nuestra realidad. Si
nos sirven, bien, bárbaro, veamos cómo
|||C U E S T I O N A N D O
podemos usarlas. Si no nos sirven, tal
como están, esto no implica necesaria-
mente que haya que desecharlas, sino
que –en todo caso– lo que se impone
es repensar, reformular y reconstruir tanto
al psicoanálisis como al marxismo.
[Aplausos].
Juan F.:Bueno, lo que habíamos
pensado es hacer una ronda de pregun-
tas, así que el micrófono está abierto.
[2º Ronda las preguntas, y el co-
mienzo de la ronda son inaudibles]
Claudia Cinatti: …las definiciones
centrales en la sociedad en la que vivimos
y las condiciones que establece Marx, 11
con lo cual no creo que haya que
reformular las dos teorías. Hay una teoría
–el marxismo- que mantiene su vali-
dez y su actualidad en la medida en
que existan las relaciones sociales de
producción capitalistas y por lo tanto la
perspectiva de una transformación ra-
dical por medio de una revolución so-
cial, y hay otra teoría –de menor jerar-
quía de generalización- que intenta
explicar determinados elementos,
como hipótesis de constitución subje-
tivas de estos individuos, socializados
históricamente en esta sociedad capi-
talista. Entonces hay una diferencia de
jerarquías que quería destacar, por eso
pienso que no puede haber una síntesis,
en el sentido de que una síntesis ustedes
saben que lleva a algo nuevo, superior
a los dos antecedentes. Yo no creo que
haya una síntesis entre marxismo y
psicoanálisis y que de ahí salga algo su-
perior, en el sentido de las posibilida-
des de emancipación de la condición
elemental de opresión, que es la ex-
plotación en el trabajo. Yo creo que
puede haber, desde el punto de vista
del marxismo, una tarea crítica de apro-
piación de determinados elementos
de la teoría psicoanalítica, como también
de otras disciplinas, porque el marxismo
DESDE EL MARXISMO
 no es una ciencia que se proponga
explicar todo, no tiene por qué susti-
tuir a una psicología o a una terapéuti-
ca clínica, en el sentido de una
“cosmovisión“ como planteaba Freud.
Efectivamente el marxismo no es una
cosmovisión, es una ciencia del socia-
lismo, que fundamenta la posibilidad
de que exista un cambio en última ins-
tancia civilizatorio, y que exista una so-
ciedad sin explotación de clases. Eso es
el marxismo. Como persiste y se ha
agudizado la explotación de clase y los
explotados resisten a esa explotación
de ahí su vigencia y de ahí que mas allá
de que no vivamos en el siglo XIX, cuan-
do fue formulada originalmente la teo-
ría por Marx, sus postulados son aún más
verdaderos en el siglo XXI. En este senti-
do sería interesante pensar también (en
esto simplemente voy a dejar planteada
una posición, porque es un debate muy
interesante y hay que hacerlo seria-
mente) por qué fracasó el intento de
Marcuse y de Reich de explicar fenó-
menos políticos e históricos a partir de
supuestos subjetivos. Entiendo que
eran tiempos oscuros de guerra, ascen-
12
so de regímenes totalitarios como el
de Hitler, donde no se encontraba una
explicación política a estos fenómenos
aberrantes y por eso se buscaron los
mecanismos psíquicos que fundamen-
taran esos procesos, como por ejem-
plo un autoritarismo constitutivo, a pen-
sar que actúa una suerte de fatalidad,
rasgos culturales, etc. Por eso Reich
escribió varias veces su prologo a Psi-
cología de Masas del Fascismo hasta lle-
gar a esta concepción casi constitucio-
nal del autoritarismo que expresa el
pesimismo resultado de una derrota
histórica. Las épocas de reacción políti-
ca también son épocas de reacción ideo-
lógica, y eso es una ley histórica. En-
tonces, lo que no se puede evitar con
la acción política por las derrotas sufri-
das, se lo vive como una fatalidad re-
sultando en una situación paradójica en
la que sino no tendríamos ninguna sali-
da, no tendría sentido ni marxismo ni
psicoanálisis. Si así fuera, si en nuestra
constitución psíquica está inscripto este
dualismo pulsional y esta tendencia a
la muerte, a la destrucción, y en última
instancia al autoritarismo y al fascismo,
entonces, no tendríamos escapatoria.
Es un poco la paradoja en la que termi-
na el psicoanálisis -es interesante la
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
discusión y da para reflexionarlo mucho
más-, pero habría que pensar por qué
fracasa también esta tendencia del mar-
xismo de la Escuela de Frankfurt. Por
qué se equivoca tanto Marcuse, al pun-
to de que cuando tenía esta tesis de
que la clase obrera se había “aburgue-
sado” en los países centrales vuelve el
ascenso obrero con el mayo francés o
el otoño caliente italiano. Lo que esta-
ba planteado era derrotar al estalinis-
mo que efectivamente había impuesto
esta visión determinista, economicista
del marxismo que criticaba Marcuse.
Esta impotencia llevó a que en países como
Francia, el marxismo capitulara ante otros
proyectos, como el estructuralismo en el
caso de Althusser. Pero esta es otra discu-
sión que acá no podemos desarrollar.
Con respecto a la otra parte de la
pregunta, la visión de Trotsky con res-
pecto a la autonomía de los fenómenos
mentales es una concepción
antirreduccionista, no es lo mismo ma-
terialismo que biologicismo, son dos
cosas totalmente distintas, por eso en
sus escritos deja de hablar de Pavlov,
nunca más se refiere a él pero sigue
hablando de Freud porque él opina
Freud tiene una concepción materialista
de la relación entre la vida psíquica y el
proceso fisiológico, similar a la que tiene
Marx cuando define la estructura social
como las relaciones sociales de produc-
ción sobre la que se erige una superes-
tructura jurídico, política e ideológica, que
mantienen una relación no mecánica.
Donde de ninguna manera el lugar que
ocupa un individuo en la sociedad deter-
mina directamente su ideología o sus ad-
hesiones políticas, aunque lo que en últi-
ma instancia determina a la política son
los intereses de clase, por eso no es ca-
sualidad que ningún burgués o la bur-
guesía de conjunto no sea comunista.
Trotsky considera a Freud materia-
lista, no en los textos especulativos como
“Mas allá del principio de placer”, sino en
los textos de 1914, en la pulsión como
un concepto límite entre lo somático y
lo psíquico y esta relación no
determinista entre lo somático y lo psí-
quico le da una base materialista en su
concepción, es decir, no biologicista a
diferencia del reduccionismo de Pavlov,
donde ustedes saben, la teoría del re-
flejo condicionado termina siendo to-
talmente reaccionaria, es una negación
no sólo del inconciente, sino también,
de la conciencia y la acción subjetiva,
reduciendo los procesos sociales y de
la conciencia a mecanismos de la fi-
siología neurológica. Para que quede
claro, no es que Trotsky opina que los
fenómenos mentales sean autónomos
con respecto a las condiciones sociales
de la época, sino con respecto a su base
fisiológica, si no sería necesaria la con-
ciencia, si fueran un epifenómeno del
funcionamiento neurobiológico del
cerebro y de los nervios.
Pregunta:Con respecto a Pavlov
como modelo de psicología y su pro-
blema con el estalinismo Pavlov era fi-
siólogo, no tenía un proyecto de psico-
logía, no sería un determinismo
biologicista porque se dedicaba a otra
cosa. ¿Por qué sí es necesario desde el
marxismo tener una psicología acerca
de la población, acerca del obrero, por
qué el psicoanálisis? Y quería saber si
tienen datos de otras doctrinas del mar-
xismo y de otras psicologías ya sea el
caso de Vigotsky u otros.
Hernán Scholten: Durante mu-
cho tiempo la reflexología fue la doctrina
psicológica oficial del estado soviético,
propugnada por el estalinismo. De he-
cho, cuando en el marco del Partido Co-
munista Argentino se discutió el libro de
Bleger sobre psicoanálisis y materialismo
dialéctico, uno de los argumentos utili-
zados en su contra era que la psicología
realmente materialista y dialéctica era la
psicología que propusieron Pavlov y sus
discípulos –si bien es cierto que el propio
Pavlov no se consideraba psicólogo sino
fisiólogo – cuya importancia Bleger
relativizaba en ese escrito.
Respecto de Vigotsky, si bien no
conozco esta historia en todo sus deta-
lles, son conocidos los muchos y graves
problemas que tuvo en el ámbito de la
Unión Soviética y que han sido un factor
importante en relación con la tardía di-
fusión de su obra en Occidente.
Julio del Cueto: Vos preguntabas
¿Por qué el psicoanálisis? Esto que es
una pregunta al estilo de ¿por que el
psicoanálisis en la Argentina? De la
multiplicidad de factores que se podría
invocar para comenzar una respuesta,
uno que se me ocurre, muy brevemente,
es que está claro y es indiscutible que
los dos grandes movimientos intelec-
tuales del siglo XX han sido el psicoa-
nálisis y el marxismo. En este sentido el
psicoanálisis constituye una referencia
obligada en todo lo que compete al
psiquismo del hombre. Por otro lado,
el psicoanálisis no ha dejado de propo-
nerse a sí mismo, y a sido recibido y
aceptado en gran medida, como una
de las disciplinas que más ha reflexio-
nado sobre el hombre, por lo menos
en lo que corresponde a su psiquismo.
Esta es una posibilidad, no sé si agota la
respuesta.
Claudia Cinatti:Con respecto a
la referencia que hacías a Pavlov, efec-
tivamente era un fisiólogo, pero luego
de la prohibición expresa del psicoaná-
lisis en la Unión Soviética, su teoría se
reconoce como una psicología mate-
rialista aunque no explicaba nada de la
constitución subjetiva.
Pregunta [inaudible]
Claudia Cinatti:La consecuencia
del determinismo estalinista de tratar de
trasformar los procesos subjetivos en
algo externo, observable, mensurable,
etc., termina legitimando a la teoría de
Pavlov como psicología oficial en des-
medro de todo lo que sea introspectivo,
o mecanismos psíquicos que no son di-
rectamente observables, sino a los que
se accede a través de la interpretación
como herramienta del psicoanálisis.
¿Por qué el marxismo durante tan-
to tiempo trató desde distintos ángulos
establecer una relación con el psicoaná-
lisis? En primer lugar, porque la
postulación del inconciente y la sexuali-
dad infantil, ha implicado una revolución
científica, ha permitido avanzar sobre
un terreno oscuro, tratando de sacarlo del
ámbito del esoterismo y el oscurantismo
y de darle una explicación, ese es su inte-
rés científico. Pero no es la única teoría
que explica la constitución psíquica, y por
lo tanto no puede haber un
“reduccionismo psicoanalítico”, por
ejemplo, no explica el nacimiento de la
inteligencia como lo explica Piaget, ex-
plica un aspecto que tiene que ver con
una determinada conflictividad psíquica.
Pero no da cuenta del conjunto de la cons-
titución subjetiva por eso el psicoanálisis
tiene que aceptar las explicaciones de
otras teorías, que es lo que hasta ahora
no acepta, como por ejemplo explicar la
formación de las estructuras lógicas que
nos explica Piaget.
En el caso de Rusia, tanto Vigotsky
como Luria que eran dos psicólogos
bastante conocidos, ellos no adherían
al psicoanálisis y desde otra visión opi-
naron sobre el desarrollo del psicoaná-
lisis en la Unión Soviética en sus comien-
zos, pero no eran psicoanalistas. Des-
pués hay otros críticos del psicoanálisis
en la Unión Soviética. Yo hablé nada
más de los que tratan de rescatar algo
del psicoanálisis. Pero hay otra vertiente
que es tanto crítica de Pavlov como del
psicoanálisis, ligada al Círculo de M.
Bajtín. Uno de los discípulos de Bajtín
que se llama Voloshinov, escribió un li-
bro en los años ’20 que recién hace
unos pocos años que se tradujo, titula-
do Freudismo, un bosquejo crítico don-
de empieza analizando lo que llama el
“tema ideológico” del freudismo. Lo liga
al escepticismo, lo liga a la decadencia
burguesa, a la filosofía nihilista de
Nieztsche y considera que hay que su-
perarlo completamente, que no con-
tiene ni un gramo de verdad, como tam-
poco lo contiene la teoría de Pavlov.
En esta charla me referí solamente
a los marxistas y dirigentes
bolcheviques, como Trotsky, Radek,
Bujarin o Ioffe, que tuvieron un interés
científico y/o clínico en la teoría
psicoanalítica, lo que luego les valió la
acusación de “agentes de las ciencias
burguesas”. Pero hubo otro sector que
directamente consideraba que no ha-
bía posibilidad de diálogo y que el psi-
coanálisis era una pseudo teoría com-
pletamente reaccionaria, que reflejaba
la decadencia de la sociedad burguesa
de su cultura ,de su proyecto. Es bas-
tante interesante, porque por ejemplo
Voloshinov considera que la teoría de
Freud es un biologicismo loco que se
basa en las cosas inevitables como la
diferencia sexual para no admitir la cri-
sis de la sociedad burguesa, por qué
ocurrió la primera guerra mundial, etc.
Pregunta: Con respecto a la pre-
gunta que hacía el compañero sobre el
tema de la sexualidad, del aborto, la li-
beración sexual, W. Reich ahí explica
|||C U E S T I O N A N D O
cómo era en la Unión Soviética. Con
respecto a lo que planteaba el tercer
panelista [Julio del Cueto], vos plantea-
bas que para establecer un diálogo en-
tre psicoanálisis y M. tiene que haber
un puente o tiene que haber una ana-
logía categórica y decías que el psi-
coanálisis era una ciencia y que el mar-
xismo era una cosmovisión. ¿Qué le
faltaría al marxismo para que fuera cien-
cia y qué le faltaría al psicoanálisis para
que fuera una cosmovisión?
Julio del Cueto:En principio
hago una aclaración, eso no lo decía
yo sino que era lo que decía Bleger. Lo
traje en referencia a una producción
que hace Bleger cuando, ya expulsado
del partido comunista, hace una retros-
pectiva histórica de las formas en que
se ha intentado la articulación entre psi-
coanálisis y marxismo. Entonces él ahí
señala que hay un malentendido fun-
damental en pensar que se puede arti-
cular algo que tiene dos niveles abso-
lutamente diferentes como es el psi-
coanálisis y el marxismo. Desde el pun-
to de vista de Bleger no correspondería
tratar de hacer del psicoanálisis una 13
ciencia, ni del marxismo algo que no
sea una cosmovisión. No es esto una
falta en el psicoanálisis y en el marxismo.
Corresponde a dos hechos diferentes,
en la medida que cada uno tiene una
especificidad y esa especificidad debe
ser respetada. En todo caso dice Bleger
se puede criticar desde el marxismo qué
usos ideológicos se han hecho del PSA
o construcciones teóricas basadas en
ideologías determinadas, pero no, criti-
car específicamente el PSA. Esta discu-
sión Bleger la está manteniendo con el
comunismo argentino. Voy a retomar un
ejemplo muy claro que da Bleger. Si
mañana los físicos llegan a sostener que
las guerras entre los pueblos se dan por-
que los cambios en la ionización de la
atmósfera producen un cambio en el
cerebro de los individuos que aumenta
DESDE EL MARXISMO
 su agresividad, etc. (o alguna otra pava-
da de este estilo) a ningún marxista se le
ocurriría rechazar la física como un
todo. En todo caso se podría señalar el
uso ideológico que se esta haciendo de
determinados conceptos de la Física
para explicar conflictos sociales. Sin
embargo, cuando se plantea esta relación
con el PSA se rechaza al PSA como un
todo, en vez de cuestionar el uso ideo-
lógico que se hace de él para pensar los
conflictos sociales o para evitar pensar
los conflictos sociales. Esto es lo que yo
traía a colación de lo que señalaba
Bleger, pero desde mi punto de vista,
yo no diría que el marxismo es solamen-
te una cosmovisión, mientras que sí sos-
tengo que PSA se ha convertido en una
cosmovisión. Aunque a Freud le pese
se ha transformado en eso, además de
una ciencia.
Pregunta: Me da la sensación de
que estamos frente a dos campos de
conocimiento. Quizás, conocimiento
implica también transformación de lo
que se conoce, en el punto de retomar
como materialidad a ciertos aspectos
14 psicológicos freudianos, para este co-
nocimiento y la transformación a partir
del conocimiento: ¿hay que pasar por la
apropiación total del fenómeno? En el
sentido que vos decías, por ejemplo, de
la cuestión de la subjetividad, en el cual
para mí un discurso que dice algo con
respecto a la constitución subjetiva. Pero
no abarca la totalidad de lo que respec-
ta a la constitución subjetiva, desde el
lado del marxismo ¿pasaría lo mismo?
Y, ¿hay punto de conexión en pasar del
modo de conocer y apropiarme de todo
el fenómeno que se quiere conocer?
Julio del Cueto: Muy breve por-
que en el lugar en donde soy un profa-
no absoluto es en el tema del marxis-
mo, justamente mi interés por estos
temas han comenzado por la vía del
psicoanálisis, pero bueno no viene al caso.
Creo que una cuestión fundamental,
que hay que ver en detalle y en todo
caso cuestionar, es que es la concep-
ción total del fenómeno. Me parece que
desde el marxismo mismo uno no po-
dría plantear una concepción total del
fenómeno, porque, sería pensar que ese
fenómeno esta dado como algo cerrado,
ignorando de esta manera su carácter
cambiante, conflictivo, contradictorio.
Por lo tanto, no sé si es posible pensar
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
una apropiación total del fenómeno, en formas institucionalizadas que cada uno
todo caso, la compañera aquí creo que de ellos puede haber adquirido. Diría que
tiene más conocimiento sobre marxis- algo que aún hoy sigue presente y sigue
mo que yo, podrá pensar algo más des- siendo válido, es la capacidad que tienen
de su punto vista. estos dos grandes sistemas de pensa-
miento de constituirse en una forma de
Claudia Cinatti:Esta es una dis- negación de lo dado. Partir de que lo dado
cusión que abre otras que tiene que ver no es algo eterno, no es algo natural, sino
con el carácter científico del marxismo que puede negarse, puede cambiarse,
y de las otras disciplinas que estamos puede transformarse independiente-
discutiendo. La verdad científica del mar- mente de cómo uno piense y de qué
xismo es una verdad concreta. Es una proyecto uno tenga hacia el futuro, de
verdad determinada, histórica, que re- cómo debe ser lo dado.
sulta de múltiples determinaciones. La
perdurabilidad de esta verdad depende Juan F.: Bueno, nosotros espe-
ramos que esta charla sea el puntapié
también del grado de abstracción de la
teoría. Hay cosas que se han demostra- inicial para hacer muchas mas activi-
dades – ahí hicimos pasar una hoja para
do falsas y otras que no. Por ejemplo,
que el capitalismo se basa en la explota- los que quieran participar del taller de
elementos básicos del marxismo que
ción del trabajo es absolutamente ver-
dadero. Ahora que la revolución iba co- vamos a hacer –, para abrir nuevas dis-
cusiones. Esperamos que esta charla
menzar por los países desarrollados era
verdadero hasta el siglo XIX después del sirva para esto… si sirve, ¡fue un éxito!
Así que sólo me queda agradecerles.
siglo XX se demostró que no. Como de-
cía uno de los panelistas, empezó por
Rusia y no por Inglaterra o Francia, por-
que habían cambiado radicalmente las
condiciones de la época del siglo XIX
con respecto al siglo XX. Esto en cuanto
a marxismo como método de compren-
sión dialéctica de los fenómenos, pri-
mero parte de que la realidad es mucho
más rica que la teoría, dice Marx que la
teoría o la representación intelectual, es
una segunda naturaleza, un intento de
dar cuenta de una realidad contradicto-
ria y dinámica, en ese sentido, no creo
que la dialéctica materialista sea un
determinismo que pueda explicarlo
todo, porque parte de que la realidad es
movimiento, contradicción y cambio.
Julio del Cueto:Una última cosa,
quería rescatar dos palabras simplemen-
te con respecto a lo que comentaba la
compañera en oposición a lo yo había
sostenido. Muy brevemente, si yo tengo
que rescatar algo fundamental, tanto del
PSA como del marxismo, más allá de las
 LOS NUEVOS
CLÉRIGOS
¿Qué hay
detrás de la ||| MATÍAS MAIELLO y GASTÓN REMY

crisis abierta “Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero

en la UBA?
que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere
seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección”
“Manifiesto Liminar”1

A 30 años del golpe del ‘76, con
miles que se movilizaron en las calles
el pasado 24 de marzo, la candidatura a
rector de la UBA del funcionario y juez
de la dictadura Atilio Aterini fue una
verdadera acción a contramano, digna
de un régimen universitario“descolgado”,
producto de su propio carácter reaccio-
nario y antidemocrático. Con esta can-
didatura, desde las alturas de la Acade-
mia se pretendió rendir un doble tribu-
to reaccionario a la historia nacional. A
los 30.000 desaparecidos eligiendo a
un procesista como rector; y a las jor-
nadas del 19 y 20 de diciembre de 2001,
trayendo de vuelta el helicóptero de
De la Rúa, pero esta vez cargado de
funcionarios shuberoffistas. Frente a
esto, no faltaron los pronunciamientos
públicos de grandes popes de la Uni-
versidad. La torre de marfil se transfor-
mó de pronto en una verdadera torre
de Babel. “Lamentable y desagradable”
dijo el galardonado Gregorio Klimovsky,
“bochornoso” dijo Jaim Etcheverry, “una
situación casi grotesca” agregó Ricardo
Forster. Sin embargo, no se referían ni
a la candidatura de un ex funcionario
de la dictadura ni mucho menos al ate-
rrizaje del shuberoffismo, sino a la su-
cesivas suspensiones de la “Asamblea”
producto de las tomas del Colegio Na-
cional de Buenos Aires por parte de la
FUBA, Centros de Estudiantes y agru-
paciones estudiantiles. Del otro lado,
los promotores de la candidatura de
1. “La juventud Argentina de Córdoba a los
hombres libres de Sudamérica”, en Kohan, Néstor,
Deodoro Roca, el hereje, Bs. As., Biblos, 1999.
Alberto Kornblihtt, con el decano Trin-
chero defendiendo el “espíritu de la
asamblea”, intentaron presentarse como
ala “progresiva” dentro de esta disputa
con ribetes bíblicos.“En el principio hubo
un debate” dirían los nostálgicos, donde
cada candidato intentó justificar sus pre-
rrogativas electorales esbozando posi-
ciones sobre los tantos temas ríspidos
de la Universidad actual. Sin ir más lejos,
el mismísimo Alterini se dignó a escribir
un libro como parte de su campaña elec-
toral intitulado La Universidad Pública en
un Proyecto de Nación. Sin embargo, con
el transcurrir de las asambleas pospues-
tas, el “debate” fue concretizándose has-
ta centrarse en la conveniencia o no de
la intervención policial.
Como en todo buen debate, se lo-
gró una fructífera síntesis: que el 4º in-
tento de Asamblea sea“protegido” por la
burocracia sindical no-docente. El gobier-
no de Kirchner, dividido en torno a la es-
trategia a seguir en el conflicto producto
de su debilidad al interior de la UBA, se
definió, en los hechos, por una táctica de
desgaste del bloque alterinista para ne-
gociar en los mejores términos posibles.
Así fue que dio luz verde a uno de sus
colaboradores en la “refundación del PJ”
junto con Barrionuevo, Moyano, y cía., el
“benemérito” secretario general de
APUBA, Jorge Anró, para sacarle el bozal
a sus “muchachos” a cambio del control
de la obra social DOSUBA. El carácter de-
cidido de la acción de esta burocracia a la
hora de golpear estudiantes contrastó con
la pasividad e incompetencia a la hora de
defender las condiciones laborales de
los trabajadores no-docentes. Como
no podía ser de otra forma, la Franja Mo-
rada comandada por Emiliano Jacobitti,
que supo hacer de la “extensión univer-
sitaria” y el negocio editorial un nicho
de grandes ganancias, también fue de
la partida. El nuevo Consejo Superior2 ,
controlado por los alterinistas, intentó
retomar el debate. La decisión de nom-
brar un vicerrector del credo dominan- 15
te e iniciar la transición hacia una nueva
Asamblea Universitaria tropezó ante la
exigencia de separación de las patotas
de APUBA formulada por dos represen-
tantes estudiantiles. La persistente exi-
gencia de los estudiantes, docentes y
no docentes enfrentó una rotunda ne-
gativa, que con dientes apretados de-
fendieron los alterinistas y bajo un silen-
cio profundo avalaron los decanos pro-
gresistas, cuestión que finalmente deri-
vó en la suspensión de la cesión. Des-
pués el ministro Filmus le tendió una
mano a los alterinistas llamando a “un
acuerdo entre las partes”.
Finalmente, Alterini tuvo que re-
tirar su candidatura. Pero el “bloque
alterinista“ no se resignó. En una escan-
dalosa sesión del Consejo Superior
impuso “de facto” como vicerrector a
Aníbal Franco, un alterinista que además
es hombre del PJ3.
Sin embargo, si hay algo que las
camarillas no han logrado, es esconder
la crisis en la que se encuentra inmersa
la UBA, que salió a la luz a partir de las
2. Este Consejo Superior asumió el lunes 15 de
mayo y 20 de sus 28 miembros apoyaban a Alterini.
3. Estos son los últimos acontecimientos
registrados al cierre de este artículo (04/06/06).

|||C U E S T I O N A N D O DESDE EL MARXISMO

 acciones estudiantiles y que comenzó a
mostrar su extensión nacional con el re-
clamo de democratización de los estu-
diantes de la Universidad del Comahue.
Esta profunda crisis amerita la pre-
gunta a la que intentaremos responder
a lo largo de este artículo: ¿qué hay detrás
de esta crisis que se abrió en la UBA?
I. DE LA OSTIA A
LOS BILLETES
Al proponernos esbozar las carac-
terísticas del actual régimen universita-
rio nos resuenan los ecos de aquellos es-
tudiantes cordobeses que en 1918 se al-
zaron contra el régimen clerical y
oscurantista que en aquel entonces go-
bernaba las universidades. Muchas cosas
han cambiado en la Argentina y en el
mundo desde entonces. A pesar de esto,
las múltiples analogías que surgen de la
comparación de ambos regímenes nos
sugieren un ciclo recorrido en estos 88
años donde la Universidad experimentó
un paulatino retorno a nuevas formas de
16 clericalismo y oscurantismo. Si antes la
Universidad clerical estaba consagrada a
Nuestro Señor Jesucristo, la actual Uni-
versidad laica se encuentra consagrada
al Mercado; si antes el oscurantismo del
régimen estaba basado en la autoridad
de la sotana, ahora surge de la arbitrarie-
dad de viejos “concursos” que las camari-
llas profesorales pretenden utilizar para
el dominio venal de una Universidad que
se proclama a sí misma pública y gratuita.
LOS VITALICIOS
El movimiento que da lugar a la
reforma de 1918 comienza en los últi-
mos meses de 1917, paralelamente a la
gran Revolución Rusa, cuando los estu-
diantes cordobeses comenzaron a cues-
tionar la legitimidad del rector y los de-
canos. A principios del ‘18 se organiza el
Comité Pro-Reforma. En aquel enton-
ces se estaba cuestionando nada más ni
nada menos que a una camarilla clerical
que gobernaba en forma vitalicia la Uni-
versidad en honor al estatuto sancionado
en 1893 y reformado parcialmente en
1903. Frente a estos cuestionamientos y
ante la solicitud del Comité Pro-Refor-
ma, el entonces presidente Yrigoyen de-
creta la intervención de la Universidad
de Córdoba de la mano de Nicolás
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
Matienzo, quien reforma el estatuto ins-
tituyendo como gobierno una asamblea
universitaria sin representación estudiantil
pero de la que ahora pasaban a formar
parte el conjunto de los profesores. El mo-
vimiento había depositado sus expecta-
tivas en que esta asamblea elegiría como
rector a Enrique María Paz, el candidato
“progre” diríamos hoy. Sin embargo la
asamblea terminó coronando al candida-
to de la asociación clerical ”Corda Frates”,
Antonio Nores. Frente a esto los estudian-
tes irrumpieron en la asamblea echando
“violentamente” a sus integrantes, a al-
gunos por la puerta y a otros por la venta-
na, y en la misma sala redactaron el lla-
mado a la huelga estudiantil por tiempo
indefinido. Nuestra intención al traer a
consideración estos hechos es formular
una primera pregunta para establecer
una analogía con el régimen imperante
en la Universidad actual: ¿las característi-
cas del gobierno actual de la UBA se co-
rresponden mejor con las del régimen
de los clérigos vitalicios o con las de aque-
lla asamblea de profesores impuesta por
Yrigoyen? Veamos.
En los organismos de gobierno
de la UBA, al igual que los del resto de
las universidades nacionales, la mayo-
ría de los cargos están monopolizados
por una minoría de profesores que son
los que integran el“claustro” de profeso-
res propiamente dicho. La represen-
tación de este sector varía entre el
50% en los concejos directivos de cada
facultad, y la mayoría absoluta (52%)
en la Asamblea Universitaria4. La con-
dición de cualquier docente para formar
parte de este selecto grupo es prime-
ro ser titular o adjunto, luego haber
tenido el “privilegio” de concursar su car-
go5, y por último que éste haya sido
“legalmente” reconocido (sobre esto
último volveremos más adelante).
Esto les da el status de Profesores
Regulares con el derecho exclusivo
–en el caso de la Asamblea Universitaria–
a votar en el “claustro” de profesores. El
resto de los docentes serían simple-
4. En cada facultad, el gobierno lo ejerce
un Consejo Directivo formado por representantes
de los profesores concursados (8), graduados (4)
y estudiantes (4), más el decano. La suma de
todos los consejeros directivos de la UBA, más los
decanos, son la Asamblea Universitaria.
5. En algunos casos el criterio es aún más
restrictivo exigiéndose además del “concurso”, la
titularidad de alguna cátedra.
mente “graduados”, aunque comparten
otras características, como estar al frente
de los cursos o tener salarios por debajo
de la línea de pobreza, en el caso de
los que tienen salario. Esta conforma-
ción del “claustro” de profesores, lejos
de ser nueva, viene desde la reforma
de los estatutos de 1958.
A su vez, con los regímenes dicta-
toriales se inició una profunda purga que
“dejó, a finales de la última dictadura, una
herencia de debilitamiento profundo en
lo académico y científico, dejando fuera
de la Universidad a las personas con pen-
samiento independiente y crítico”6. El
sector de profesores“electo” por la dicta-
dura“organizó las cosas para realizar con-
cursos en 1980. Los concursos se hicie-
ron con los filtros consiguientes, la opi-
nión de los servicios de inteligencia era
un fenomenal elemento de eliminación
de postulantes […] Con esos concursos
quedaron legitimados y atornillados los
profesores que venían de aquella Univer-
sidad mediocre y fascistoide”7. Si por un
lado, bajo el gobierno de Alfonsín mu-
chos docentes volvieron a la Universidad
luego de ser expulsados de una u otra
forma durante la dictadura, por otro lado,
con su“normalización democrática”, éste
se encargó de avalar los concursos de
1980 reajustando los tornillos de aquella
vieja casta profesoral.
En las últimas décadas el sector
de“profesores regulares”(“viejos”y“nue-
vos”) ha radicalizado los métodos de
elitización del ”claustro” de profesores
para poder mantener sus privilegios, eli-
minando casi por completo los concur-
sos. Para lograr esto, ahora sin la SIDE, se
valieron discrecionalmente del atribu-
to, propio de una casta, de ser ellos mis-
mos los responsables de concursar nue-
vos docentes. Producto de esto, en los
últimos años, la cantidad de profesores
concursados no sólo no ha crecido, sino
que comparando el censo del 2000 con
el del 2005, han pasado de 4.313 a
3.152, es decir, ha disminuido casi un
25%. Para los que aún tengan dudas so-
bre si emparentar a los actuales profe-
sores regulares con los clérigos vitalicios
del Consejo Superior previo a la reforma
de Irigoyen o a los profesores de la Asam-
blea Universitaria del ‘18, cabe agregar
una última cuestión. Como si fuera poco
6. Entrevista al investigador Enrique Oteiza,
Página/12, 14/05/06.
7. Ídem.
excluir a todos los docentes llamados
“auxiliares” del “claustro” de profesores,
hace años se viene difundiendo el me-
canismo de los “concursos interinos”, es
decir que actualmente gran parte de los
concursados, al no ser abalados “legal-
mente”, no tienen el derecho de acce-
der al “claustro” de profesores.
Por último, ante la escasez de con-
cursos, alguien se podría preguntar cómo
es que se concursan los 3.152 que efec-
tivamente forman parte del “claustro” de
profesores. Pues no se concursan: la ma-
yoría de los concursos (alrededor de
2.000) se encuentran vencidos y han
sido autoprorrogados por sus mismos
beneficiarios.
LO NUEVO Y LO VIEJO DEL
“GOBIERNO TRIPARTITO”
La Universidad de principios de si-
glo, como buena Universidad clerical, es-
taba invadida por el oscurantismo de la
teología. Un Dios ante el cual debía pos-
trarse cualquier atisbo científico que hi-
ciese alguna referencia a la realidad de
este mundo. Esto, que el movimiento
reformista cuestionaba como
“dogmatismo”, hizo que muchos inte-
lectuales de aquella época fueran ex-
pulsados del “paraíso” universitario por
ateísmo, semi-ateísmo, o directamente
por no lucir sotana. Dos de los casos más
resonantes de aquella época fueron los
de Enrico Ferri y Alfredo Palacios, vincu-
lados al marxismo de la Segunda Inter-
nacional. Si esta organización ya había
demostrado por aquel entonces su vo-
cación imperialista y anti-obrera votan-
do los créditos de guerra para la primera
guerra mundial, esto no era suficiente
para los curas mediterráneos que no
podían digerir su ateísmo. Así fue que
uno de los reclamos del movimiento era
la instauración de cátedras paralelas.
A su vez, dentro del movimiento
cumplían roles protagónicos graduados
como Deodoro Roca, que tuvo a cargo
la redacción del ”Manifiesto Liminar”. Así
fue que el movimiento reformista cla-
mó porque los graduados, que en mu-
chos casos tenían el acceso prohibido a
las Universidades, tuvieran representa-
ción en tanto tales en un gobierno uni-
versitario tripartito para fortalecer el polo
“subversivo” contra la Universidad cleri-
cal. Esta es sintéticamente la historia del
“claustro de graduados” cuya existencia
residual pervive hasta nuestros tiempos.
Como decíamos anteriormente, en la ac-
tualidad este ”claustro” se ha transfor-
mado en el indigno destino de la mayo-
ría de los docentes que están al frente
de los cursos, pero que no cuentan con
el “honor” de haber tenido un concurso,
o si lo han tenido éste no ha sido abala-
do “legalmente”. Ahora bien, ¿qué que-
da en el “claustro” de graduados por fue-
ra de estos docentes que tendrían que
votar como tales si los clérigos vitalicios
no lo impidiesen? ¿Quedan por fuera los
Deodoro Roca, los profesores proscriptos
por ateísmo? Definitivamente no.
Los que quedan por fuera son toda
una serie de“profesionales liberales”vin-
culados a instituciones como los colegios
profesionales, o los“think tank”de la bur-
guesía, o a las multinacionales en el caso
de las“ciencias duras”, y como excepción
los científicos y profesionales ligados al
CONICET, la CNEA, etc. Estos últimos, a
pesar del actual rol cuestionable de estas
instituciones, sobre el que volveremos
luego, perfectamente podrían ser consi-
derados como parte del“claustro”docen-
te, además en gran parte de los casos
efectivamente lo son. Sin embargo, en el
resto de los casos citados son gente sin
ningún interés en la existencia de la Uni-
versidad pública y menos en que ésta
sirva a los intereses del pueblo trabaja-
dor, que dicho sea de paso es el que la
sostiene. Así es que su función se limita
a la de “padrón” clientelar de ”profesio-
nales liberales” cuya relación con la Uni-
versidad es tomarse un taxi el día de la
votación para avalar a alguna “camarilla
amiga” y entre comicio y comicio com-
petir contra la Universidad a ver quién
brinda mejores “servicios”. Como plan-
tea el responsable de la Dirección de
Convenios y Transferencias de la UBA:
“Los colegios profesionales en su mo-
mento han hecho algún cuestionamiento
por los servicios que presta la Universi-
dad. Se consideraba que se competía con
|||C U E S T I O N A N D O
los graduados que la misma Universidad
había formado”8.
Si este “claustro” representa en la
actualidad “lo viejo” del “gobierno
tripartito” que se proclamaba en la Re-
forma Universitaria, en tanto residuo de
aquel proceso, “lo nuevo” es que con el
advenimiento de la Universidad de
masas se ha vuelto indispensable para
el funcionamiento de la institución la
labor de miles de trabajadores para sos-
tener esta estructura. En el caso de la
UBA ésta cuenta con más de 10.000
trabajadores no-docentes que no tie-
nen ninguna influencia en el gobierno
de una Universidad cuyo funciona-
miento garantizan, además de tener
“copado” su sindicato, APUBA, por la 17
patota de la burocracia de Anró que
responde directamente a la camarilla
dominante de los clérigos vitalicios y
que supo mantener a estos trabajado-
res dentro de los peores pagos de la ad-
ministración pública. Los trabajadores
no-docentes, son para estas camarillas
verdaderos esclavos de la Universidad.
EL “DEMOS” UNIVERSITARIO
Retomando el conflicto de 1918,
vemos que luego de aquella Asamblea
Universitaria y de haber arrojado profe-
sores por las aberturas del recinto, un
sector de los estudiantes comenzó a
sacar conclusiones. El movimiento es-
tudiantil tuvo una primera gran división
alrededor de dos organizaciones: el Co-
mité Pro-defensa encabezado por Car-
los Artaza Rodríguez, que defendía al
régimen clerical, y la Federación Univer-
sitaria presidida por Enrique Barros que
lo combatía. El programa de estos últi-
mos quedó plasmado en el “Manifiesto
a los Hombres Libres de Sud América”,
8. Naidorf, Judith, “La privatización del
conocimiento público en Universidades públicas”, en
Espacio público y privatización del conocimiento,
Bs. As., CLACSO, octubre 2005, p. 139.
DESDE EL MARXISMO
 más conocido como “Manifiesto Limi-
nar” que redactara Deodoro Roca en ju-
nio del ‘18. En él se decía, entre otras
cosas: “Nuestro régimen universitario –
aún el más reciente – es anacrónico. Está
fundado sobre una especie de derecho
divino: el derecho divino del profesora-
do universitario. Se crea a sí mismo. En
él nace y en él muere. Mantiene un ale-
jamiento olímpico. La Federación Uni-
versitaria de Córdoba, se alza para lu-
char contra este régimen y entiende que
en ello se le va la vida. Reclama un go-
bierno estrictamente democrático y sos-
tiene que el demos universitario, la so-
beranía, el derecho a darse el propio go-
bierno radica principalmente en los es-
tudiantes“9. Con estas palabras, se enun-
ciaban dos cuestiones relacionadas que
conservan indudable actualidad para
quienes nos proponemos subvertir el ré-
gimen universitario actual. La primera
es que “la soberanía” corresponde a la
mayoría, el “demos”, que en el caso de la
Universidad está representada por los
estudiantes; y la segunda, que no hay
ningún ”derecho divino” por el cual los
profesores tengan que tener mayoría
18
en el gobierno de las Universidades.
LA SOBERANIA
Sobre el derecho de los estudian-
tes “a darse su propio gobierno”, quere-
mos citar al fallido representante de la
“Corda Frates” del siglo XXI. Nos referi-
mos al “benemérito” Alterini, que en su
libro sobre la Universidad nos expresa
su posición sobre el asunto con una pe-
dagogía que no tuvo al momento de uti-
lizar a la burocracia de APUBA como fuer-
za de choque contra los estudiantes.
Como parte de una verdadera arenga
contra los estudiantes que caratula como
“neo-reformistas” en referencia al ‘18,
Alterini se espanta de que se exija “que
se incorpore al gobierno a los no docen-
tes; reclamando el claustro único docen-
te […] requiriendo que los estudiantes
tengan incidencia decisiva en aquel go-
bierno”. Nos aclara: “desde 1918 ha pa-
sado también mucho tiempo y ha habi-
do muchísimos cambios en la sociedad
y en sus requerimientos, por lo cual las
pretensiones neo-reformistas no pue-
den ser desechadas dogmáticamente
[aunque sí con la patota de APUBA, N.
9. “La juventud Argentina de Córdoba a los
hombres libres de Sudamérica”, op. cit, p.77.
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
de R.] y deben ser puestas a debate [sic],
aunque algunas parezcan a contraco-
rriente del sistema representativo pro-
pio de la forma democrática argentina;
resulten asignando plena equiparación
en los derechos políticos de los docen-
tes que son profesores regulares y de
los docentes que no lo son; o pudieran
caotizar el proyecto universitario al so-
meter a su gobierno al permanente es-
tado de asamblea”10.
Como quien hace 88 años era rec-
tor en Córdoba, el Dr. Atilio “Antonio
Nores” Alterini, aunque sin llegar a serlo,
encara la defensa a ultranza de ”los vita-
licios” profesores regulares y arremete
contra que “los estudiantes tengan inci-
dencia decisiva” en el gobierno univer-
sitario. Frente a este tipo de reacciona-
rios confesos, como vimos, los estudian-
tes cordobeses respondían que el ”de-
mos” estaba en los estudiantes, que eran
la mayoría. Si en aquel momento que
los estudiantes cordobeses se contaban
por cientos, la mayoría estudiantil era
un reclamo justo, hoy en día cuando en
la UBA la matrícula es de nada más ni
nada menos que 320.000 estudiantes –
más población que la de varias provin-
cias de nuestro país – lo es aún más.
Sin embargo, según el Dr. Alterini,
que los cientos de miles de estudiantes
tengan mayoría en el gobierno de la Uni-
versidad va “a contracorriente de la for-
ma democrática argentina“. Si la ”forma
democrática argentina”, una democra-
cia para ricos que dio entregadores
como Menem, De la Rúa, Duhalde, etc.
(y con cuyos intendentes y gobernado-
res, en la actualidad Kirchner organizó
el “operativo clamor” del 25 de mayo)
no es santo de nuestra devoción ni mu-
cho menos, la “tiranía” universitaria que
propone Alterini se nos asemeja más a
una forma de añoranza del pasado dic-
tatorial, que como señalamos en el apar-
tado anterior es patrimonio común de
gran parte de las camarillas que concen-
tran el gobierno en la Universidad.
Por último, en evidente referen-
cia al proceso de la elección directa en
la carrera de Sociología11, Alterini nos
dice:“Algunos sectores estudiantiles […]
10. Alterini, Atilio A., La Universidad
Pública en un proyecto de Nación, Bs. As., Ed.
La Ley, 2006, pp. 149 y ss, destacado nuestro.
11. Para un análisis más pormenorizado
de este proceso ver “Encrucijadas de la Universidad
actual” en el Nº 2/3 de esta revista.
proclaman un neo-reformismo, que
asientan sobre una horizontalización del
gobierno universitario mediante una
gestión asamblearia que reemplazaría
el mecanismo de representación de los
claustros; afirmando la máxima ‘un
hombre, un voto’ ”12.
Este conflicto que nos trae a cuen-
to Alterini es interesante no sólo por ser
el antecedente inmediato de la crisis que
actualmente se está dando en la UBA13,
sino porque echa luz sobre las posicio-
nes de aquellas camarillas que hoy di-
cen impulsar alguna “democratización”
del régimen. En el año 2002, en Socio-
logía se impuso la realización de una
elección directa sin ponderación por
“claustros” donde votaron más de 1.200
estudiantes y profesores, saliendo elec-
to Christian Castillo como director su-
bordinado a la Asamblea Interclaustros.
Sin embargo, este proceso fue interrum-
pido por la intervención de la carrera
decretada por Jaim Etcheverry. La ges-
tión del decano Federico Schuster acep-
tó esta intervención bajo el argumento
de que Castillo no podía ser director de
la carrera porque era docente “auxiliar”
(a pesar de tener 12 años de antigüedad
y ser profesor regular en la UNLP). Co-
herente con esto, el mismo decano for-
ma parte en la actualidad del bloque su-
puestamente ”progresista”que apoya la
candidatura a rector de Kornblihtt, quien
afirma sin sonrojarse: “No estoy de acuer-
do con el claustro único“14. “Auxiliares” y
estudiantes estarían condenados por los
clérigos a la ciudadanía de segunda, y
más si tienen la osadía de unirse. Así fue
que Schuster expresó su temor frente al
cuestionamiento del “derecho natural”
según el cual el voto de un profesor vale
igual que el de decenas de estudiantes
juntos. Por ello este profesor, luego de
aceptar la intervención, promovió el voto
ponderado de los directores de carrera
que mantuvo que un voto estudiantil
12. Alterini, Atilio A., La Universidad Pública
en un proyecto de Nación, op. cit., pp. 149 y ss.
13. Esta opinión la comparte el profesor De
Ípola, quien ante la pregunta sobre si la crisis actual
de la UBA “¿es parte del mismo proceso que comenzó
con la toma del rectorado y los problemas de
Sociología en 2002?“, respondió: “Existe, por cierto,
un crescendo entre los dos momentos”. Reportaje
en Revista Debate, abril 2006.
14. Citado de: “UBA, las claves para entender
qué pasa”, en Semanario Nuestra Propuesta, disponible
en: http://www.nuestrapropuesta.org.ar/, 09/05/06.
valga un treintavo de un voto de Profe-
sor Titular o Adjunto, y donde la mayoría
de los docentes continúa votando como
“graduados”. No es casual que hoy el go-
bierno y sectores centroizquierdistas
planteen la elección directa del rector
con voto ponderado como forma de
negar la mayoría estudiantil.
De esta forma vemos cómo tanto
los vitalicios confesos como los
culposos se unen a la hora de repudiar
la soberanía estudiantil.
EL “DERECHO DIVINO”
Como planteábamos antes, además
de la postulación democrática de que la
soberanía debe estar en manos de los es-
tudiantes en tanto “demos”, en el ‘18 los
estudiantes ponían en cuestión lo que lla-
maban“el derecho divino del profesorado
universitario”. Este“derecho divino”que era
defendido por los clérigos vitalicios de
aquel entonces, llamativamente fue
retomado en la actualidad por las camari-
llas profesorales cada vez que se sintieron
cuestionadas en su derecho a gobernar la
Universidad. En el proceso de la elección
directa en sociología de la UBA en 2002, y
ahora frente al cuestionamiento que su-
fren en la UBA y en el Comahue.
En aquel entonces el apologista del
“derecho divino“ de turno era Emilio De
Ípola con el que polemizamos en un nú-
mero anterior de esta revista15. Hoy, un
funcionario del actual rector “de facto“
de la Universidad de Comahue, Vladimiro
Cares, se encarga de retomar estas ban-
deras y nos dice: “el esquema de partici-
pación por claustros ponderados deviene
de la consideración del papel diferencia-
do que uno u otro sector tiene en el pro-
ceso de enseñanza/ aprendizaje y en el
de generación y transmisión de conoci-
mientos. En tal sentido, el “claustro” do-
cente, al ser el actor de mayor responsa-
bilidad y experiencia en la enseñanza, la
investigación, la extensión y la transfe-
rencia, ha mantenido hasta la fecha una
mayoría relativa respecto de los otros”.
La característica común de este
tipo de argumentos es que no da res-
puesta al problema que plantea. Es decir,
si admitimos que existe efectivamente
esa “responsabilidad y experiencia“ de la
cual nos habla el Ingeniero Cares en el
conjunto de los docentes en general, lo
primero que tendría que explicarnos es
15. Ver: “Encrucijadas de la Universidad
actual”, op. cit.
por qué ésta se concentra en el sector de
profesores regulares que accede al“claus-
tro de profesores” que además, como vi-
mos antes, dejan mucho que desear tan-
to desde el punto de vista de su legitimi-
dad como de su trayectoria.
Una segunda pregunta
incontestada es ¿por qué esta“responsa-
bilidad y experiencia” en el terreno de “la
enseñanza, la investigación, la extensión
y la transferencia” justifica el monopolio
de los organismos de gobierno por parte
del “claustro de profesores”? O en otras
palabras ¿cuál es la relación entre lo políti-
co y lo pedagógico que dice que“natural-
mente” el gobierno debe estar en sus ma-
nos? Llegado este punto el Dr. Emilio De
Ípola, nos hablaba de la existencia de una
subordinación ideológica, que él llamaba
“pedagógica” del estudiante al profesor.
En sus palabras: “El contrato pedagógico
que otorga sentido a la Universidad como
institución pública se basa […] en el su-
puesto básico de que los profesores tie-
nen algo que transmitir a los alumnos”16.
En aquel entonces le contestábamos re-
cordándole una antigua polémica que
había entablado con Althusser donde de-
cía:“La teoría althusseriana de la ideología
[…] cuestiona el saber establecido, de-
nunciándolo como Ideología, en nombre
del ideal del verdadero saber […] Pero
falto de interrogarse sobre las condicio-
nes materiales y sociales de existencia y
reproducción de ese saber, termina como
metafísica, por restaurarlo y justificarlo bajo
su forma tradicional. Así, la aparente rei-
vindicación del marxismo [o de cualquier
teoría en estas condiciones, agregaríamos,
N. de R.], promovido al rango de ciencia,
disimula la reivindicación objetiva de la or-
ganización y el funcionamiento del siste-
ma burgués, la justificación de sus apara-
tos (en primer lugar la Universidad), de sus
jerarquías y de sus objetivos, y oculta al
mismo tiempo la lucha de clases”17.
16. Ibídem., p. 58.
17. Ídem.
|||C U E S T I O N A N D O
Luego de esta cita nos vemos ten-
tados a dejar de lado el“derecho divino”y
su “verdadero saber” para recorrer el ca-
mino que nos propone Emilio De Ípola –
que dicho sea de paso no se privó de
iluminarnos con su reflexión conservado-
ra alrededor del actual conflicto en las pá-
ginas de la revista Debate – y preguntar-
nos por“las condiciones materiales y socia-
les” y los “objetivos” de este régimen uni-
versitario al que la“Corda Frates” de Anto-
nio Nores nada tendría que envidiarle.
II. DE LA LEY
AVELLANEDA A LA LEY DE
EDUCACIÓN SUPERIOR
La Universidad a la que tuvo que
enfrentarse el movimiento de la Refor-
ma Universitaria fue moldeada por la Ley
Avellaneda promulgada en 1885. Hasta
aquel momento la Universidad se había
dedicado casi exclusivamente a formar
a individuos capaces de dirigir la socie-
dad según la ideología de la clase domi-
nante, es decir, según los dictados del 19
capitalismo de las metrópolis capitalis-
tas encarnado en nuestro país por la oli-
garquía terrateniente. Sin embargo, la
creciente penetración del capital extran-
jero, a través del financiamiento de la
importación de bienes industriales de
alto valor agregado provenientes de las
metrópolis –principalmente de Inglate-
rra– fue complejizando la estructura so-
cial del capitalismo semicolonial argen-
tino. Estos cambios hicieron disfuncional
la Universidad orientada exclusivamen-
te a la instrucción de la clase dominan-
te, poniendo a la orden del día la necesi-
dad de avanzar en la acumulación de
conocimientos precisos, cuestión que
hasta ese entonces estaba relegada.
La Ley Avellaneda fue una res-
puesta a esta contradicción, digna de
una clase reaccionaria como la oligarquía
DESDE EL MARXISMO
 terrateniente local. Formalmente, fo-
mentó una estructura orientada a la acu-
mulación de conocimientos a través de
la división de las Universidades, tarea que
había comenzado incipientemente en
1879 con la creación de las facultades
de Filosofía y Humanidades, de Dere-
cho y Ciencias Sociales, de Ciencias
Médicas y de Ciencias Físicas y Matemá-
ticas. Sin embargo, en lo esencial garan-
tizó la continuidad de la orientación
teológica de la institución permitiendo
a los clérigos perpetuarse en el gobier-
no mediante la reelección indefinida de
las autoridades. Así fue que condenó a
la Universidad al oscurantismo medie-
val por 40 años más para evitar cualquier
cuestionamiento al parasitario régimen
nacional y a su ideología oficial.
La Ley de Educación Superior vino
a responder de forma igualmente reac-
cionaria a un conjunto de problemas to-
talmente diferentes. En la pos-segunda
guerra mundial, se registró un fenóme-
no generalizado donde las Universidades
multiplicaron exponencialmente sus ma-
trículas principalmente por la necesidad
de mano de obra calificada a raíz del
20 “boom” que tuvo lugar luego del genoci-
dio de la guerra y su consecuente des-
trucción a gran escala de fuerzas produc-
tivas. La Universidad argentina fue parte
de este fenómeno de “masificación” con
estudiantes principalmente provenientes
de las clases medias pasando de 51.447
estudiantes en el ‘47 a más de 225 mil en
el‘66, hasta llegar en nuestros días a alre-
dedor de 1.300.000 estudiantes (75% en
instituciones públicas y 25% en privadas).
Una vez finalizado el “boom” de
posguerra, la incapacidad de desarrollar las
fuerzas productivas del capitalismo en
general y del semicolonial argentino en
particular, hicieron de la Universidad de
masas una institución estructural y econó-
micamente disfuncional a los intereses de
la burguesía. En nuestro país el saqueo im-
perialista de las últimas décadas hizo más
aguda esta contradicción, más allá de la
actual demagogia gubernamental sobre
“la necesidad de más ingenieros” que no
se corresponden con la realidad del capi-
talismo sojero-petrolero argentino.
Sin embargo, la Universidad de
masas conserva hasta nuestros días una
importante funcionalidad política respec-
to a la estabilidad del régimen de domi-
nio burgués, tanto en lo que respecta a la
cooptación de la elite de la
intelectualidad,como de amplios sectores
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
de las clases medias a los que les permi-
te una inserción privilegiada en el mer-
cado laboral a través de la obtención del
título universitario.
LA POSTRACIÓN ACTUAL DE
LA UNIVERSIDAD
Inscripta en la tradición reaccio-
naria de la Ley Avellaneda, pero tam-
bién en la ley 13.031 de 1947, o la de
Onganía del 1967, entre otras, la LES18
fue el más reciente ataque en regla a la
Universidad. Sancionada en 1995 al ca-
lor del Consenso de Washington, esta
norma reconfiguró en forma reacciona-
ria la ecuación que mencionábamos an-
tes entre “disfuncionalidad económico-
estructural”y “funcionalidad política” de
la Universidad pública y gratuita.
Mientras que mensualmente en
EE.UU. se invierte a razón de 1.700 dóla-
res por estudiante y en Brasil 1.000, en
Argentina la inversión actual del gobier-
no de Kirchner por estudiante es de 83
dólares, monto que ni siquiera alcanza
para pagar la totalidad de los salarios
docentes. Este ahogo presupuestario
fue la base para la implementación de la
LES, ya que se dejó a la Universidad a
merced de los recursos privados otor-
gados por los organismos creados por el
Banco Mundial, como el Fondo de Me-
joramiento de la Calidad Universitaria
(FOMEC), o el Programa de Incentivos a
los Docentes Investigadores (PIDI). Para
obtenerlos, la Universidad se somete a
la evaluación de la Comisión Nacional
para la Evaluación y la Acreditación Uni-
versitaria (CONEAU), cuyo criterio
evaluador estuvo y está principalmente
dirigido a medir los avances de la “ges-
tión administrativa y académica”, es de-
cir, los avances privatistas y la adapta-
ción de las carreras y sus contenidos a
los intereses de las grandes empresas.
A su vez, durante estos 11 años
los posgrados aumentaron un 140%,
triplicándose en las Universidades pú-
blicas y duplicándose en las privadas. Esta
tendencia continúa en la actualidad,
siendo la mayoría arancelados. Esto per-
mitió la dualización de la educación su-
perior. Por un lado, en los cursos de
posgrado a los que accede un sector
18. Para una crítica más pormenorizada a esta
ley ver: Manifiesto contra la Ley de Educación Superior,
disponible en: http://www.enclaveroja.org.ar.
minoritario se forman los cuadros técni-
cos, profesionales e ideólogos que la bur-
guesía necesita para el mercado. Por otro
lado, los cursos de grado han sido degra-
dados en su calidad y contenido transfor-
mándose en verdaderos “enseñaderos”
destinados a la contención social de sec-
tores amplios de las clases medias.
Otro aspecto es el desarrollo de
una serie de mecanismos de restricción
del ingreso y la permanencia en la Uni-
versidad, como los cupos para las cursa-
das mediante“puntajes”, arancelamiento
de trámites,“contribuciones voluntarias”,
“políticas de ingreso”, etc., como meca-
nismo para contener la matrícula y au-
mentar la deserción.
Volviendo a la Ley Avellaneda, en
1918, tras 40 años de oscurantismo me-
dieval la Universidad estaba sumida en
el más profundo ostracismo. Para rever-
tir esta situación el movimiento de la
Reforma Universitaria se planteó
refundar la Universidad. Su primer acto
de trascendencia histórica fue despla-
zar violentamente a quienes eran los ga-
rantes de esta situación: nos referimos a
los clérigos vitalicios de aquel entonces.
En los párrafos anteriores intenta-
mos demostrar que la LES ha hecho otro
tanto con la Universidad actual. Ante esto
nos preguntamos: ¿cumplen los nuevos
clérigos que se disputan el poder en la
UBA un rol análogo a sus antecesores? Si
lo hacen, ¿en qué medida?; y por últi-
mo, ¿hay algún sector de estos que re-
presente una alternativa a la Universi-
dad moldeada por la LES?
LOS GARANTES DE LA
POSTRACIÓN
Frente a las preguntas formuladas,
nunca faltan quienes argumentan que
la UBA, a diferencia de la mayoría de las
Universidades nacionales presentó en su
momento un recurso de amparo para
no quedar subordinada a la LES. Sin em-
bargo, si uno transita los pasillos y las
aulas de la UBA ve efectivamente que
todos los elementos que acabamos de
señalar son parte cotidiana del paisaje.
Quien quiera entender la realidad de
esta honorable casa de estudios puede
tener la legítima tentación de concurrir
a la biblioteca de la Facultad de Psicolo-
gía para buscar un libro de Bleuler o de
algún otro psiquiatra clásico que le ayu-
de a entender la esquizofrenia. Nosotros,
sin embargo, nos contentamos con una
explicación jurídica que nos decía que la
costumbre puede ser tomada como fuen-
te del derecho siempre y cuando se pue-
dan constatar actos repetidos de manera
constante y uniforme que la ratifiquen y
una convicción de que es una práctica obli-
gatoria: todos requisitos que constatamos
se cumplían en la UBA en relación a los
dictámenes de la LES. Luego de este
preámbulo, volvemos a nuestra pregunta
en nuevos términos ¿hay hoy algún sector
de los“vitalicios”que se disputan el poder
en la UBA que cuestione la vigencia de
esta verdadera“costumbre”de la LES? Vea-
mos. Monseñor Alterini tiene la gentileza
de presentar francamente sus ambicio-
nes privatistas. Primero propone cam-
bios “profundos” en la CONEAU (tan
profundos que lo más relevante de los
mismos es el cambio de la última pa-
labra de su nombre de Comisión Na-
cional de Evaluación y Acreditación
Universitaria a Comisión Nacional de
Evaluación y Acreditación de la Educa-
ción Superior), para luego dar rienda
suelta a su afán acreditacionista. Lue-
go nos dice, como parte de sus “pro-
puestas de acción”, que su intención
es “proveer una oferta de posgrado
atenta a los acelerados cambios socio–
económicos– culturales”. A renglón
seguido nos aclara los costos que ten-
drán para la cartera de la dama y el
bolsillo del caballero: “Ha de quedar
claro que la onerosidad de los
posgrados no tiene el estigma de la
privatización de la enseñanza [¡sin
duda que no! N. de R.] en la medida
en que no sea fuente de lucro, por lo
cual los aranceles deben guardar ra-
zonable relación con los costos” 19.
¡Todo un vendedor!
Por su parte, una de las admira-
doras de Alterini, la Decana Slapak de
Psicología, nos informa orgullosa que
en su facultad gracias a “Una mayor pla-
nificación, la ampliación de los meca-
nismos de difusión y la implementación
de sistemas de autoevaluación han re-
dundado en un crecimiento sostenido
del posgrado en la Facultad de Psicolo-
gía”20. Y lo que es más importante, que
la recaudación de la Secretaría de
Posgrado alcanzó un incremento del
19. Alterini, Atilio A., La Universidad Pública
en un proyecto de Nación, op. cit., p.199.
20. Memorias Secretaría de Posgrado,
disponible en: http://www.psi.uba.ar/, 2005.
41% en 2005 en relación a 2004. ¡Esto
sí que es gerenciamiento! Otro de los
papables, el decano de Agronomía Fer-
nando Vilella, que se ubicó equidistan-
te entre el bando de derecha y el “pro-
gresista”, se jacta de que bajo su ges-
tión la Facultad que dirige “Tuvo trans-
formaciones académicas importantes.
Como triplicar la cantidad de alumnos
de posgrados”21. Sin embargo, para los
que no tenían esperanzas en los “vitali-
cios” de la UBA se alza la voz “progre-
sista” del bloque Kornblihtt que nos dice
que hay que “Promover la derogación
de la Ley de Educación Superior”22. La-
mentablemente, luego de encontrar
esta promisoria afirmación, de puro des-
confiados nos preguntamos a qué se
refieren, y en las facultades que diri-
gen los operadores políticos de este
bloque como Filosofía y Letras y Cien-
cias Sociales nos encontramos con sen-
dos posgrados arancelados, a saber: en
la primera, la carrera de especialización
en Procesos de Escritura y Lectura, y la
de especialización en Didáctica, las
maestrías en Literatura Española y
Americana y en Análisis del Discurso.
En la segunda, el doctorado en Cien-
cias Sociales, las maestrías en Políticas
Públicas, en Comunicación y Cultura, y
en Investigación. En esta facultad, en
el caso de las maestrías se consiguió
que sean gratuitas, pero se restringe su
acceso mediante cupos donde se prioriza
a aquellos que pagan por venir de otras
facultades. De más está decir que todos
estos cursos de posgrado se encuentran
acreditados por la CONEAU.
Como vemos, al igual que sus an-
tecesores respecto a la Ley Avellaneda,
los nuevos clérigos son, en sus diferen-
tes variantes y más allá de los discursos,
los garantes de la postración de la Uni-
versidad actual a través de la aplicación
de los postulados de la LES.
21. Clarín 12/02/06.
22. Programa Kornblihtt, 2006.
|||C U E S T I O N A N D O
III. EL MERCADO COMO
NUEVO DIOS SECULAR
A principios del siglo XIX, la Ley
Avellaneda servía de marco a los clérigos
vitalicios que defendían el fundamento
teológico de los diferentes saberes im-
pulsados por su devoción a Nuestro Se-
ñor Jesucristo. A casi un siglo de distan-
cia cabría preguntarse a qué tipo de cre-
do sirve de marco la Ley de Educación
Superior, cuál es la fe que impulsa a los
clérigos de hoy. Según ellos, hay dos reli-
giones entre las que se encuentran divi-
didos. El Dr. Pedro Krotsch, integrante de
la CONEAU, define este “cisma” como “la 21
disputa ciencia versus profesionalismo
que fecundó los mejores debates sobre
nuestra Universidad”23.
EL “DOGMATISMO”
PROFESIONAL
Para presentar el debate podemos
citar a uno de los abanderados de la“Uni-
versidad profesionalista”. Nos referimos al
filósofo de la cachiporra Atilio Alterini, que
nos plantea que“no es válido el repudio a
todo lo que requiere el mercado, porque
de ese modo se confina a las Universida-
des a la única función de centros de ense-
ñanza y de investigación, pasando por alto
el rol de formación profesional”24. Es útil
detenerse en esta frase, ya que resume
todo un pensamiento sobre Universidad
digno de quien dirige a los sectores más
entusiastas en la aplicación de la LES.
Comencemos por el principio:“No
es válido el repudio a todo lo que requie-
re el mercado”. La “verdad” contenida en
esta afirmación apologética deriva de
adoptar el punto de vista del capital, en
cuya racionalidad, como decía el viejo
23. Clarín 12/04/06.
24. Alterini, Atilio A., La Universidad
Pública en un proyecto de Nación, op. cit., p. 39.
DESDE EL MARXISMO
 Marx, el único objetivo de la producción
social es la producción de plusvalía (tra-
bajo no-pago del trabajador) y su apro-
piación por parte del capitalista. Desde
este punto de vista, si la Universidad no
contribuye a este objetivo pierde su ra-
zón de ser, es “no-válida”.
Para que este objetivo de la pro-
ducción social se cumpla, la burguesía
necesita mantener una dominación es-
table sobre los trabajadores y el pueblo
valiéndose para esto del aparato del Es-
tado y otra serie de instituciones. Por
esto es que Alterini tiene razón cuando
relativiza su afirmación de la“no-validez”
de la Universidad si ésta no contribuye
al mercado como éste espera (enten-
demos hace referencia tanto a “servi-
cios” ideológicos como materiales), se-
ñalando que, sin embargo, cumpliría una
función residual o estaría confinada a:
“la única función de centros de ense-
ñanza y de investigación”. ¿En qué con-
siste esta “función” en boca del líder de
los aplicadores de la LES? A saber: cursos
de grado totalmente devaluados (en
beneficio de los posgrados pagos), e “in-
centivos a la investigación”25 acaparados
22 por la elite profesoral. Esto no es otra
cosa que la “funcionalidad política“ de la
Universidad actual a la que hacíamos re-
ferencia en un apartado anterior, consis-
tente en la cooptación: por un lado, de
sectores de la intelectualidad mediante
“incentivos” que permiten aumentar
sustancialmente los ingresos de una eli-
te cuyo salario llega casi a decuplicar el
salario promedio de un docente; y por
otro lado, de un amplio sector de las cla-
ses medias que mantiene su aspiración
a un título que, aunque devaluado, per-
mite un acceso privilegiado al mercado
laboral para aquellos que lo obtienen26.
Por último, el llamado de atención
que nos hace Alterini sobre “pasar por
alto la formación profesional” es sólo una
frase hueca teniendo en cuenta la re-
ducida cantidad de profesionales “que
25. La grilla de evaluación elaborada por el
CIN es tan burocrática, que por ejemplo, un rector
por el sólo hecho de serlo aventajaría en la calificación
al mismísimo Einstein, que se según este esquema
se encontraría relegado a una tercera categoría.
26. Fue en el peor momento de la crisis
(2001) donde esta Universidad cumplió su rol más
pérfido. Según los datos del Indec un trabajador con
estudios universitarios completos tenía un ingreso
promedio que superaba en 7,4 veces al de alguien
que no había podido estudiar.
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
requiere el mercado” agroexportador ar-
gentino. Como buenos defensores de los
intereses de la burguesía, Alterini y su
camarilla saben que si en los ‘90 no se
pudo resolver esta contradicción de un
plumazo a favor del mercado privatizan-
do totalmente la Universidad, menos con
la relación de fuerzas actual (pos-jorna-
das del 19 y 20 de 2001). Frente a esto se
encargan de avanzar con este objetivo,
en forma sigilosa, un poco cada día.
Mientras tanto, intentan mitigar la
“disfuncionalidad” de “mantener” a 1,3
millones de estudiantes y necesitar sólo
a unos miles, esencialmente de dos ma-
neras. La primera, fomentando la deser-
ción; si tomamos períodos de 4 años el
porcentaje de egresados sobre
ingresantes ronda un magro 20%27. La
segunda, multiplicando las formas de
trabajo precario con las llamadas
“pasantías”. La Facultad de Cs. Económi-
cas es un buen ejemplo de esto firman-
do convenios de pasantías con multina-
cionales como Techint, Unilever, etc.
Como si esto fuera poco, los “pasantes”
deben dejar el 14% de su sueldo.
Orgulloso de esto el ex decano
Degrossi nos dice que el área de
pasantías de esta facultad “obtiene su-
perávit, lo cual es una muestra de efi-
ciencia en la gestión”28. Al mismo tiem-
po tiene en consideración “las ventajas
para las empresas, [que] entre otras, son
los ahorros en búsqueda y selección y la
reducción de costos laborales”29.
LA PLEGARIA CIENTIFICISTA
Frente a los que buscan profesio-
nales dóciles ante los mandamientos del
Mercado están aquellos nostálgicos de
una Universidad“comprometida”central-
mente con la investigación. Aquí nos
encontramos con el bloque de los cléri-
gos “progresistas” quienes consideran
que “si bien es necesario enseñar lo que
está en los libros, restringirse a eso es re-
nunciar al carácter esencial de la Univer-
sidad… la esencia de la Universidad es
que genere conocimientos nuevos, que
se pueda investigar tanto en las ciencias
27. Por ejemplo, entre el ‘95-‘99
egresaron el 18,2% de los ingresantes; si
tomamos el período ‘98-‘02 la tasa de egreso es
del 22,7% (Fuente: www.me.gov.ar/spu).
28 .Memorias 2004 de Carlos Aníbal Degrossi,
ex decano de Cs. Económicas, en www.econ.uba.ar.
29. Disponible en econ.uba.ar.
duras como en las ciencias sociales y las
humanidades”30, como plantea el biólo-
go y docente de Exactas A. Kornblihtt
(candidato a rector de la UBA).
Sencillamente podríamos empa-
rentar esta afirmación con la ampliación
del esquema investigación-incentivos-
cooptación que señalábamos antes, más
teniendo en cuenta que todos los inte-
grantes de este “bloque” pertenecen a
la elite profesoral y que como vimos,
donde sus integrantes gobiernan facul-
tades, se encargan de ponerlas a tono
con la LES. Pero supongamos por un
momento que es verdad la afirmación
que hacen en su plataforma sobre “des-
terrar los focos prebendarios y de nego-
cios privados existentes”31 y hagamos de
cuenta que la “gran empresa“ llamada
“laboratorio de idiomas” que mantiene
uno de sus integrantes, el decano Trin-
chero en la Facultad de Filosofía y Le-
tras, no factura abultadas sumas mes a
mes. Perdonemos transitoriamente a es-
tos pecadores y escuchemos su plegaria.
Dentro de sus propuestas nos
plantean: “Estimular la transferencia tec-
nológica y la prestación de servicios al
sector productivo y al conjunto de la so-
ciedad en condiciones que protejan la
propiedad intelectual, el patrimonio y el
capital humano de la Universidad”. Po-
dríamos tomar como réplica a esta pro-
puesta la afirmación de uno de los di-
rectivos del CONICET que nos dice: “la
vinculación de los centros de excelen-
cia y de los investigadores con las em-
presas constituyen un factor clave en la
transferencia de conocimientos y la va-
lorización de la investigación pública,
promovieron la modalidad de Investiga-
dores en Empresas”32. Mientras tanto, un
alto funcionario de la agencia nacional
de Promoción Científica y Tecnológica
va más allá y nos dice que“hoy los inves-
tigadores son dueños de empresas y tie-
nen una actividad dual y muchas de las
investigaciones más importantes desde
el punto de vista básico, se están ha-
ciendo hoy en día en interacción con la
empresa o directamente en empresas.
De alguna manera, esto tiene que pre-
valecer en la cultura académica, para
cambiar estos modelos y destruir este
30.Entrevista a Alberto Kornblihtt,
disponible en http://www.argenpress.info, 2006.
31. http://www.forodeexactas.com.ar/
rectoruba2006.
32. Ver sitio Web del CONICET.
mito de que la interacción con el em-
presario era algo pecaminoso, que el in-
vestigador se tiene que mantener puro
y casto y no ser perturbado por ningún
tipo de influencia”33.
Llegado a este punto constatamos
que en los términos generales en los que
lo plantean los clérigos “progresistas“ ya
están implementadas “la transferencia
tecnológica y la prestación de servicios al
sector productivo”. Sin embargo, también
mencionan la transferencia de tecnolo-
gía y prestación de servicios “al conjunto
de la sociedad”. Ante un término tan
amplio cabe preguntarse ¿a través de
quién y cómo hacer esta transferencia
de recursos ”al conjunto de la sociedad”?
Tenemos tres posibles respuestas: 1) tal
vez hacen referencia, como plantean en
su plataforma, a: ”vincular la producción
académica de excelencia – investigación
y posgrado – con los principales temas
de la agenda pública”, es decir, a la cons-
trucción de un “capitalismo en serio” de
la devaluación salarial y la exportación
primaria de soja y petróleo; 2) o tal vez se
refieren a los “Servicios tecnológicos de
alto nivel” implementados por los direc-
tivos del CONICET con los que se ofrecen
“actividades científicas tecnológicas ta-
les como ensayos, análisis, asistencia téc-
nica y capacitación, que utilizando el
equipamiento, la infraestructura y los re-
cursos humanos especializados de los
Centros, Institutos y Laboratorios depen-
dientes del CONICET o relacionados con
él, se brinden a otros grupos de investi-
gación, a las empresas y a la comunidad
en general y por los cuales se percibe un
arancel”34; 3) o puede ser que se refieran
a una combinación de ambas. En todas
estas interpretaciones las propuestas de
los clérigos “progresistas”, son “válidas”
desde el punto de vista del mercado y la
ganancia capitalista según el esquema de
Alterini que analizábamos antes. Esto no
es casual ya que el“bloque Kornblihtt”no
se luce por la novedad de sus ideas, que
dejan entrever constantemente la nos-
talgia por la ”Universidad dorada” (‘55-‘66)
que supo ganarse el mote de
“cientificista“. En aquel entonces tuvo
como marco el auge del desarrollismo35.
33. Naidorf, Judith, “La privatización del
conocimiento público en Universidades públicas”,
op. cit., p. 145.
34. Ver sitio Web del CONICET.
35. Idea de un desarrollo industrial “nacional”,
aunque fuertemente ligado a la inversión extranjera.
La Universidad se proponía ser un “mo-
tor central” del avance científico técni-
co como parte de una supuesta “mo-
dernización” económica impulsada por
el imperialismo norteamericano junto
con el capital local como subsidiario. Los
resultados de este proyecto ya los cono-
cemos: los beneficiarios plenos de la pro-
ducción científica fueron el gran capital
extranjero y local que embolsaron enor-
mes ganancias sin que esto redunde en
ninguna “modernización” del aparato
productivo local ni en superar la depen-
dencia tecnológica respecto del capital
extranjero. Como conclusión podríamos
decir que, siendo sostenedores del nue-
vo culto secular al Mercado, ni
“profesionalistas” ni “cientificistas” cues-
tionan el monoteísmo reinante. Sin em-
bargo, el aire redentor de la plegaria a
veces es más útil que el dogmatismo,
por eso el Mercado contempla con una
sonrisa cómplice el cisma de sus fieles.
EL BOTIN DE LA LIMOSNA
Llegado a este punto hemos visto
que el cisma de las camarillas no lo pro-
duce ni la disyuntiva ante la aplicación de
la LES ni la redención de la Universidad
ante las ganancias capitalistas. Por esto
cabe preguntarnos ¿cuál es el trasfondo
de la actual disputa? La Universidad pú-
blica ha sido atravesada por un ahogo pre-
supuestario sistemáticamente aplicado
por los distintos gobiernos de turno. Los
anuncios36 del gobierno de Kirchner no
han revertido esta situación. Este man-
tiene un presupuesto universitario ac-
tual de 3.318 millones de pesos que fren-
te a una inflación acumulada desde 2001
36. La Ley de Financiamiento Educativo que
propone un aumento del presupuesto educativo del
6% del PBI para el año… 2010 ha sido “mensaje
oficial” para ocultar la persistencia del ahogo
presupuestario. Esta ley además avala la “inversión
mixta”, es decir, que la educación pública se financie
con fondos privados en todos los niveles educativos.
|||C U E S T I O N A N D O
de 0.78% apenas supera en un 3% al
crítico presupuesto de $1.800 millones
de aquel año. Mientras tanto, comulgan-
do ante su santidad el FMI, le entregó
U$S 9.810 millones, o sea, casi 9 presu-
puestos educativos actuales. A pesar de
este ahogo, como dice el ex vicerrector
Dujovne, “la UBA sigue funcionando”.
¿Pero quiénes son los que hacen que la
UBA “siga funcionando”? Resulta que
además de estos 3.152 docentes hay
otros 26.000 aproximadamente que es-
tán al frente de los cursos todos los días,
de los cuales más del 30% son lo que en
latín se dice “ad-honorem” y en castella-
no “sin salario”, donde el otro 70% “goza”
de un salario promedio que no los llega
23
a situar ni siquiera por encima de la línea
de pobreza y que hoy el gobierno de
Kirchner se empecina en dejar en esta
situación mediante un miserable au-
mento del 19%. Resulta también que
hay algo más de 10.000 trabajadores no-
docentes que mantienen funcionando
la Universidad y que son de los peores
pagos de toda la administración pública.
Sin embargo, frente a esta situa-
ción donde el presupuesto universitario
se destina casi en su totalidad al pago de
salarios y “otros gastos” (estos represen-
taron el 99% del presupuesto en el 2005),
las camarillas han desarrollado su espíritu
de supervivencia y se han adaptado a los
“tiempos de crisis”. Para ello han abierto
todo tipo de servicios y negociados con
los cuales se han hecho de más de 180
millones de pesos en el 2005. A estos
“recursos propios” se le suman los “siste-
mas de incentivos“, cuestión que fue pro-
movida por la Secretaría de Políticas Uni-
versitarias (SPU) mediante programas
como el PIDI que al mes de marzo lleva
ejecutados más de $1.9 millones. Estos
mecanismos contribuyeron a consolidar
la estratificación entre los docentes. Lue-
go de este descenso del mundo celestial
encontramos que el cisma de las camari-
llas tiene una explicación terrenal.
DESDE EL MARXISMO
 IV. A CADA REGIMEN LO
QUE SE MERECE
Al principio del artículo mencio-
namos cómo Yrigoyen intervino la Uni-
versidad de Córdoba de la mano de
Matienzo realizando una reforma par-
cial en la que el movimiento que se
empezaba a gestar depositó expectati-
vas, que vio traicionadas al asumir Nores
como rector. Como respuesta a este
hecho comenzó el movimiento de la Re-
forma Universitaria propiamente dicho,
llamado a extenderse por todo el país y
Latinoamérica37.
EL MOVIMIENTO DE LA
REFORMA UNIVERSITARIA
Con la asunción de Antonio Nores
la lucha que se desató fue tal que un
mes después el régimen optó por ce-
rrar la Universidad. Por aquellos días se
realizaba el primer Congreso Nacional
de Estudiantes convocado por la recien-
24 temente formada Federación Universi-
taria Argentina. En este congreso se co-
mienzan a delinear las diferentes ten-
dencias. Una, encabezada por la direc-
ción de la FUA que proclamaba la nece-
sidad de limitar el movimiento al ámbi-
to universitario; y otra que ligaba la re-
forma universitaria a la reforma social,
atenta al desarrollo de un movimiento
obrero que daba sus primeros pasos fir-
mes en la lucha y la organización. Cabe
señalar, que no existió en Argentina un
ala claramente revolucionaria como la
dirigida por Julio Antonio Mella en Cuba,
que posteriormente fundará el Partido
Comunista en ese país, directamente
influenciado por la Revolución Rusa. Lo
más cercano a esto fue el sector
referenciado en Deodoro Roca. Sin em-
bargo, fue el ala derecha la que se im-
puso desde un principio, con un progra-
ma limitado de gobierno tripartito
paritario, autonomía universitaria, asis-
tencia libre, régimen de concursos, pe-
riodicidad de la cátedra. Mientras tanto
se multiplicaban las acciones en el mar-
co de la huelga universitaria. Producto
de la lucha, Nores se ve obligado a re-
nunciar y junto con él, gran parte de su
37 .Más precisamente a Perú, Chile, Cuba,
Colombia, Guatemala, Uruguay, Brasil,
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
camarilla. En ese entonces el gobierno
de Yrigoyen, luego de su primera inter-
vención fracasada y para mantener la
amplia popularidad de la que era acree-
dor producto de ser el primer presiden-
te electo con el voto de gran parte de la
población (principalmente por los secto-
res medios, ya que la clase obrera en su
mayoría no tenía ciudadanía argentina y
a su vez sólo los hombres estaban habili-
tados para votar), ensaya una segunda in-
tervención de la Universidad de Córdo-
ba, esta vez de la mano de José Salinas.
Éste reforma los estatutos inclu-
yendo algunas de las demandas del
movimiento. La lucha se extiende
nacionalmente a la UBA, La Plata, la
recientemente fundada Universidad
del Litoral, Tucumán, en muchos casos
con acciones violentas de parte de los
estudiantes. En varias Universidades
asumen como autoridades profesores
emparentados con el movimiento, se
reforman los estatutos aumentando la
participación estudiantil en los órga-
nos de gobierno, comienzan a entrar
a las Universidades como docentes
referentes del movimiento como
Arturo Capdevilla, Deodoro Roca,
Arturo y Raúl Orgaz, entre otros. El go-
bierno mientras tanto “deja correr”, for-
taleciendo las tendencias conciliadoras
de la presidencia de la FUA, dirigida
por Osvaldo Loudet, apoyadas en secto-
res “reformistas” del régimen universi-
tario y el yrigoyenismo, frente a los sec-
tores más radicalizados, nucleados prin-
cipalmente en torno a la Federación
Universitaria de Córdoba y la de Santa
Fe, que lucharon por trascender las pa-
redes de la Universidad uniéndose a la
clase obrera que enfrentaba al gobier-
no. A pesar de que la Universidad cleri-
cal ya había sufrido un golpe de muerte,
gran parte de los éxitos obtenidos fue-
ron arrebatados al movimiento en 1923
con la llegada al gobierno de Alvear, que
interviene con la ayuda del ejército la
Universidad del Litoral, y luego las de
Córdoba y Buenos Aires. Así termina lo
que algunos llaman la primera etapa de
la Reforma Universitaria.
“LUCHA DE GENERACIONES”
VS. LUCHA DE CLASES
En los 5 años que van desde la
primera intervención de Yrigoyen a la
asunción de Alvear el movimiento de
la Reforma Universitaria mostró su carác-
ter progresivo al enfrentar el dominio de
la Iglesia en las Universidades, así como
también al dar lugar a uno de los prime-
ros movimientos nacionalistas y
“americanistas” de Latinoamérica surgi-
dos en la etapa imperialista. Sin embargo,
hubo un hito que marcó a fuego los lími-
tes del movimiento de la reforma. Nos
referimos al posicionamiento reacciona-
rio que tuvo la mayoría del movimiento
estudiantil frente a la brutal represión por
parte del gobierno de Yrigoyen de las dos
luchas obreras más importantes de esa eta-
pa: las huelgas de los peones rurales del
sur y el levantamiento obrero de 1919,
más conocido como la“Semana Trágica”.
Esta ubicación fue subproducto de
la confusa ideología que profesaba el
movimiento, que concebía su lucha en
términos de generaciones, exaltando el
carácter revolucionario de la juventud en
sí misma por sobre la lucha de clases irre-
conciliable que atravesaba la sociedad. El
mismo “Manifiesto Liminar“ adolecía de
esta ideología:“La juventud vive siempre
en trance de heroísmo. Es desinteresada,
es pura. No ha tenido tiempo aún de con-
taminarse”38. Esta ideología fue el funda-
mento de la actitud reaccionaria del mo-
vimiento en el‘19, ya que supo cristalizar
los elementos de “interés común” de los
estudiantes, producto de compartir mu-
chas actividades durante los años de es-
tudio y similares expectativas de ascenso
social. Con razón el dirigente del mo-
vimiento universitario cubano, Julio
Antonio Mella, desdeñaba: “los gritos
sobre el papel de la juventud en abs-
tracto, como si la lucha social fuese
fundamentalmente una cuestión de
glándulas, canas y arrugas, y no de im-
perativos económicos y de fuerza de
las clases totalmente consideradas“39.
Es que, en aquel momento, y en la Uni-
versidad de masas actual aún más, la
heterogeneidad del movimiento estu-
diantil y la transitoriedad impuesta por
su corta estadía en la Universidad ha-
cen que estos intereses particulares
sean también transitorios y se manten-
gan dentro de los límites de los inte-
reses particulares de cada clase o sec-
tor de clase que lo integra.
38. “La juventud Argentina de Córdoba a
los hombres libres de Sudamérica”, op. cit.
39. Mella, Julio Antonio, Ensayos
Revolucionarios, Cuba, Ed. Popular de Cuba y el
Caribe, 1960, p.26.
 Esto hace que el estudiantado en
su conjunto no sea ni reaccionario ni revo-
lucionario –anticapitalista– en sí mismo, y
que en defensa de sus intereses pueda
actuar de manera progresiva enfrentando
a la burguesía y su Estado (como en el
Cordobazo), o de manera reaccionaria,
enfrentando al proletariado y el movimien-
to de masas (como durante los primeros
gobiernos peronistas donde el movimien-
to era la avanzada del gorilismo
antiobrero). Por eso ante hechos como los
del‘19 el movimiento estudiantil tiende a
dividirse. Así fue que durante la “semana
trágica” contrariamente a la mayoría del
movimiento estudiantil, las Federaciones
Universitarias de Córdoba y Santa Fe se
unieron con la clase obrera en lucha para
enfrentar la represión del gobierno decre-
tando la huelga general universitaria. Este
sector, al avanzar en ligarse a la lucha de la
clase trabajadora, empezó a definirse ideo-
lógicamente, desplazando el “problema
de glándulas” por la lucha de clases para la
orientación del movimiento. Como plan-
teaba Mariátegui:“Únicamente a través de
la colaboración cada día más estrecha con
los sindicatos obreros, de la experiencia
del combate contra las fuerzas conserva-
doras y de la crítica concreta de los intere-
ses y principios en que se apoya el orden
establecido podían alcanzar las vanguar-
dias universitarias una definida orientación
ideológica”40. Por esto es que este sector
representa el legado más trascendente que
nos deja la Reforma Universitaria, aquel
que fue retomado por los estudiantes que
protagonizaron el Cordobazo, los
Rosariazos, etc., y que conserva gran ac-
tualidad desde el punto de vista de las ta-
reas planteadas.
LA UNICA ALTERNATIVA AL
OSCURANTISMO
Durante sus 11 años de vigencia la
Ley de Educación Superior no llegó a cum-
plir su “objetivo de máxima”: liquidar la
Universidad pública, mediante la
privatización y el arancelamiento total. Sin
embargo, logró una serie de conquistas
reaccionarias que cambiaron la fisonomía
de la Universidad introduciendo como
nunca antes la lógica de la ganancia capi-
talista en las funciones y los fines de la
misma. Ahogo presupuestario, carreras
40. Portantiero, J.C., Estudiantes y
política en América Latina, México, Siglo XXI
Editores, 1978, p. 377.
moldeadas por las grandes empresas a
cambio de financiamiento privado,
posgrados pagos, generación de “recur-
sos propios”, pasantías con impuesto al
salario, científicos-empresarios, profesio-
nales-tecnócratas, restricciones al ingre-
so, incentivos-prebendas, y varios etc.Todo
esto pone en cuestión, además de la du-
dosa gratuidad, el fundamento mismo de
una Universidad que se reivindica a sí mis-
ma como pública. Frente a esto la discu-
sión de las camarillas vitalicias, expresada
como debate “profesionalismo vs.
cientificismo” se reduce a las alternativas
de dominación total e inmediata de los
intereses capitalistas sobre la Universidad,
o“independencia relativa”para poder ser-
vir mejor a los mismos intereses de la gran-
des empresas, nacionales y multinaciona-
les, como Monsanto, Techint, Roche, Bagó,
Unilever, Telefónica, y otra vez varios etc..
En este marco, el significado del adjetivo
de“pública”atribuido a la Universidad ac-
tual se limita a explicitar la continuidad del
ingreso masivo a cursos de grado
devaluados, cuya finalidad parece redu-
cirse cada vez más a sostener expectati-
vas de acceso privilegiado al mercado la-
boral, especialmente entre las clases me-
dias (cabe aclararque nos referimos ex-
clusivamente al ingreso, ya que el egreso
aunque posible, se hizo cada vez menos
probable). Es decir, ni desde el punto de
vista de esta función, ni de los fines antes
señalados, la Universidad actual aporta a
las necesidades de las grandes mayorías.
Sin embargo, esta es la forma en que la
Universidad actual contribuye, en palabras
de Kornblihtt,“al conjunto de la sociedad”.
No podía ser de otra forma, ya que esta
sociedad no es más que la sociedad capi-
talista en la cual la satisfacción de las nece-
sidades de las mayorías están subordina-
das a la obtención de ganancias. No hay
salida a la encrucijada de la Universidad
actual desde este punto de vista. Por eso,
como decía Mella:“Luchamos por una Uni-
versidad más vinculada con las necesi-
dades de los oprimidos, por una Universi-
|||C U E S T I O N A N D O
dad más útil a la ciencia y no a las castas
plutocráticas, por una Universidad donde
la moral y el carácter del estudiante no se
moldee ni en el viejo principio del
‘magister dixit’, ni en el individualista de
las Universidades republicanas de la Amé-
rica Latina o EE.UU.: Queremos una Uni-
versidad nueva que haga en el campo de
la cultura lo que en el de la producción
harán las fábricas del mañana sin accionis-
tas parásitos ni capitalistas explotadores“41.
Pasos inmediatos de esa “Universidad
nueva“ serían, por ejemplo: que los inge-
nieros agrónomos planteen opciones para
terminar con el monocultivo sojero que
agota la fertilidad de los campos, o que
desarrollen modificaciones genéticas en
la soja que permitan que la mejora en el
rendimiento de la semilla no vaya en de-
trimento de la salud de aquellos que la
consumen como sucede hoy; o ingenie-
ros forestales que planifiquen una explo-
tación verdaderamente sustentable de los
bosques evitando catástrofes como la de
Tartagal; o ingenieros químicos que desa-
rrollen tecnologías que terminen con la
contaminación de las papeleras o las cien-
tos de industrias que envenenan los ríos
como por ejemplo la cuenca Matanza-Ria- 25
chuelo. Si sucediese esto comenzaría a
aumentar realmente la demanda de in-
genieros de la que le gusta hablar al minis-
tro Filmus. En el caso de los médicos estos
podrían desarrollar una política de salud
verdaderamente preventiva42, que parta
de eliminar enfermedades que ya tienen
cura y que estánfuertemente ligadas a la
pobreza como el raquitismo, la desnutri-
41. Mella, J. A., “El concepto socialista de
la reforma universitaria”, en Tren Blindado, México
DF, 1928, disponible en: http://www.rebelion.org.
42. Esta política comprende la pelea por
conquistar el presupuesto de salud correspondiente y
debe ser acompañada de medidas elementales para
terminar con la desocupación y la pobreza generando
puestos de trabajo genuino, a través del reparto de las
horas de trabajo y la implementación de un plan de
obras públicas bajo control de los trabajadores y usuarios.
DESDE EL MARXISMO
 ción, la parasitosis, o el cólera, e incluso
llegar hasta la elaboración de nuevas dro-
gas que den respuestas de fondo al flage-
lo del SIDA. En la ausencia de estas políti-
cas se esconde el secreto de la supuesta
sobre abundancia de médicos que se uti-
liza como argumento para restringir el in-
greso a las facultades de medicina. Tam-
bién arquitectos que puedan construir vi-
viendas, escuelas y hospitales de alta cali-
dad y confort para que los 2.6 millones de
hogares43 (26% del total de hogares) que
durante 2004, aun experimentando un
crecimiento económico por encima del
8%, tienen problemas de vivienda pue-
dan acceder a una vivienda digna.
En el campo de las ciencias sociales
y humanidades bien le vendría a los traba-
jadores y el pueblo la generación de co-
nocimiento crítico que combata la avalan-
cha de ideología dominante que explota
en los medios de comunicación, en vez
de llamarse al silencio o pelear por deste-
rrar de las cátedras conceptos como “lu-
cha de clases” o directamente“clase obre-
ra” como intentaron hacer hasta hace muy
poco. Cuánto necesitan los trabajadores
en la actualidad de abogados que com-
26 plementen las luchas por defender a los
nuevos activistas y luchadores obreros, con
herramientas legales para enfrentar las
“Leyes Banelco” frente a los ataques de
las patronales y la justicia. De ser así, cuán-
tos fallos inéditos como ha sido el “Caso
Balaguer”44 podrían conseguirse.
Todas las tareas que acabamos de
enunciar, superfluas desde el punto de
vista del capital, ¡qué necesarias son des-
de el punto de vista de las necesidades
del pueblo trabajador y sus luchas! Sólo
las 5 ó 6 enumeradas justificarían de por
sí la Universidad masiva que el capital
desprecia. Sin embargo, hay muchas más.
Una“universidad nueva”como la que nos
nombraba Mella verdaderamente intere-
sada en las necesidades de los trabajado-
res y el pueblo tendría que comenzar por
discutir ampliamente la refundación de
43. Datos de la Subsecretaria de Desarrollo
Urbano y Vivienda.
44. Nos referimos a la importante pelea por la
reincorporación de Catalina Balaguer, quien fue
injustamente despedida al reclamar por las condiciones
de trabajo de sus compañeras. El apoyo y asesoramiento
de los abogados del Centro de Profesionales y Derechos
Humanos (Ce.Pro.DH) fue decisivo, logrando un fallo
sin precedente de la justicia, ratificado por la Corte
Suprema, por el cual la patronal de Pepsico Snacks
S.A. tuvo que reincorporar a esta trabajadora.
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
la Universidad en base a estas tareas en
un Congreso Constituyente Universitario,
con mayoría estudiantil, claustro único
docente, y voz y voto para los no-docen-
tes, donde tengan amplia participación
las organizaciones obreras que son las
que mejor pueden definir cúales son las
necesidades a las que una Universidad
verdaderamentepública tendría que dar
respuesta. ¡Y cuántas más tareas, hoy“in-
necesarias” desde la lógica de la ganan-
cia, surgirían para la Universidad de ex-
propiar a los parásitos capitalistas, locales
e imperialistas, y poner el aparato pro-
ductivo al servicio de las necesidades de
los trabajadores y el pueblo! Por esto es
necesaria una fracción del movimiento
estudiantil que se proponga retomar
aquellas banderas de la Federación de
Córdoba y de Santa Fe, las del Cordobazo,
que se una a la lucha de la clase obrera,
contra los patrones, el gobierno y el im-
perialismo por una sociedad sin explota-
dos ni explotadores; y que en este cami-
no forje un verdadero Pacto Obrero–Uni-
versitario con las organizaciones
combativas y democráticas de los traba-
jadores para poner todos los recursos cien-
tíficos, intelectuales y materiales al servi-
cio de desarrollar la lucha independiente
y revolucionaria de la clase obrera. Por-
que como decía Julio Mella “la emanci-
pación definitiva de la cultura y de sus
instituciones no podrá hacerse sino con-
juntamente con la emancipación de los
esclavos de la producción moderna”45.
V. ANEXO: EL MOVIMIENTO
ESTUDIANTIL HOY
Como pudimos comprobar a lo lar-
go de este artículo, el régimen actual de
la UBA conserva más de una similitud con
aquel que tuvo que enfrentar el movi-
miento del‘18. A su vez, esta característi-
ca la comparte con la totalidad de los re-
gímenes de las universidades naciona-
les, como lo demuestra el conflicto des-
atado en la Universidad del Comahue.
Frente a esta situación ya se em-
piezan a esbozar diferentes salidas que
combinan reformas “posibles” e imposi-
ción de autoridades “de facto”. Esta me-
todología se impuso primero en el
Comahue donde Boccanera se
autoproclamó rector para luego mostrar-
se dispuesto a “negociar” con los estu-
45. Mella, J. A., “El concepto socialista de
la reforma universitaria”, op. cit.
diantes. Siguiendo este camino, en la
UBA, luego del primertriunfo del movi-
miento con la caída de Alterini, el régi-
men impuso también“de facto” a Franco
como vice–rector y junto con esto llamó
a conformar una“comisión transitoria de
estudio para la revisión del estatuto” don-
de casualmente los vitalicios mantendrían
su mayoría absoluta. Este tipo de “comi-
siones” tal vez podrían permitir alguna
reforma cosmética de los estatutos, sin
embargo, como intentamos demostrar a
lo largo de este artículo, la crisis actual de
la Universidad no es una cuestión de ma-
quillaje. Frente a esto, desde el movi-
miento estudiantil sería necesaria una
respuesta contundente que frente a las
«comisiones» plantee claramente la ne-
cesidad de una instancia verdaderamen-
te democrática de discusión como un
Congreso Constituyente Universitario El
apoyo y asesoramiento de los abogados
del Centro de Profesionales y Derechos
Humanos (Ce.Pro.DH) fue decisivo, lo-
grando un fallo sin precedente de la jus-
ticia, ratificado por la Corte Suprema, por
el cual la patronal de Pepsico Snacks S.A.
tuvo que reincorporar a esta
trabajadora.como el que señalábamos
antes. Sin embargo, al interior del movi-
miento estudiantil, tanto en la UBA como
en el Comahue, se viene desarrollando
una discusión previa a la cual nos quere-
mos referir. Este debate se da en torno a la
composición de los órganos de gobierno.
Tanto la conducción de la FUBA (PO, MST,
PCR) como la de la FUC (FER, indepen-
dientes) plantean que el objetivo es “au-
mentar la representación estudiantil”,
mientras desde En Clave Roja, en base a
los fundamentos que desarrollamos en
este artículo, planteamos claramente la ne-
cesidad de“mayoría estudiantil”.
A primera vista el debate puede
ser interpretado en términos cuantitati-
vos. O sea, de cómo el movimiento estu-
diantil puede ganar representación fren-
te a las camarillas profesorales. Si así fue-
ra, sólo sería necesario obtener una “re-
forma” de las instituciones ya estableci-
das, y para lograrlo sólo haría falta un
movimiento “de presión” y un sector de
las camarillas profesorales que esté dis-
puesto a otorgar esa concesión. Contra-
riamente a esto, el planteo de mayoría
estudiantil, si bien parte de reivindicar la
mayoría en el gobierno en tanto“demos”
universitario, está orientando a subvertir
las instituciones de la Universidad cues-
tionando el “derecho divino” esgrimido
por las camarillas profesorales reacciona-
rias a gobernar la Universidad en base a la
posesión de un “verdadero” saber cuyo
correlato real es una Universidad moldea-
da por la LES, los convenios y pasantías
que entregan la Universidad a las multi-
nacionales, lossalarios de pobreza y el tra-
bajo gratis, los posgrados pagos y el
enseñadero del grado. Para lograr este
objetivo es insuficiente un movimiento
“de presión”, ya que sólo podría lograrse
sobre las ruinas del régimen universitario
actual y sus clérigos vitalicios. Esto nos
lleva a una consideración adicional sobre
la composición de los órganos de gobier-
no. Como planteaba Portantiero antes de
convertirse en funcionario del Banco
Mundial:“La contradicción de fondo ope-
rante en la Universidad latinoamericana,
que contribuye a modificar la figura so-
cial del estudiante y su comportamiento
político potencia al menos en los países
de mayor desarrollo relativo del continen-
te es la que se deriva de los desajustes
entre la creciente masificación de la en-
señanza superior (un fenómeno que co-
existe con el genocidio cultural que se
practica en la escuela primaria) y las difi-
cultades que enfrenta el sistema para dar
a los estudiantes una vez egresados, una
vía de ascenso social“46. Esto hace del
movimiento estudiantil –teniendo en
cuenta la dinámica de polarización que
tiende a tomar y que señalábamos du-
rante el artículo – un factor no sólo más
revulsivo a la hora de cuestionar el carác-
ter de la Universidad actual, sino también,
capaz de destacar sectores que se unan a
la lucha de la clase obrera en el
cuestionamiento de la sociedad misma.
Un ejemplo de cómo opera esta
contradicción que Portantiero señalaba
para Latinoamérica lo vimos a principios
de este año en la gran lucha que prota-
gonizaron los estudiantes franceses con-
tra el“contrato de primer empleo” y la ley
llamada“de igualdad de oportunidades”
con la que el gobierno de De Villepin in-
tentó imponer la flexibilización laboral de
los jóvenes y a través de ella del conjunto
de los trabajadores. La respuesta del mo-
vimiento estudiantil fue contundente: de-
cenas de Universidades y cientos de li-
ceos tomados por más de un mes, com-
binadas con constantes movilizaciones
de cientos de miles en todo el país. A su
vez, sectores importantes de estudian-
46. Portantiero, J.C., Estudiantes y política
en América Latina, México, op. cit., p. 14.
tes vieron la necesidad deunir su lucha
con los trabajadores como única forma
de derrotar la ofensiva del gobierno.
Así fue que plantearon la exigen-
cia de la Huelga General frente a la ne-
gativa de la burocracia de las federacio-
nes sindicales (CGT, CFDT y FO), que
ante la presión de las bases tuvo que
llamar en dos oportunidades a“jornadas
de lucha y huelga interprofesional”, que
sin ser una huelga general, miles de tra-
bajadores aprovecharon para parar y
movilizarse junto con los estudiantes
dando lugar a dos jornadas históricas con
más de 3 millones de personas movili-
zadas a lo largo de Francia. Producto de
estas movilizaciones el movimiento obli-
gó al gobierno a retroceder, sumiendo
al régimen de la V República en una cri-
sis de magnitudes históricas. Para soste-
ner esta lucha por casi dos meses los
estudiantes pusieron en pie organismos
de autoorganización como las asambleas
por Universidades y la Coordinación Na-
cional de Estudiantes donde confluían
delegados de todo el país para definir
los pasos a seguir del movimiento.
Otro ejemplo en este sentido es
la actual lucha que están llevando ade-
lante desde hace más de un mes los
estudiantes chilenos, protagonizando el
pasado 30 de mayo la movilización más
grande de los últimos 30 años con más
de 600.000 estudiantes movilizados, en
el marco de un paro activo nacional de
los secundarios y la toma de más de 250
colegios. Este movimiento que comen-
zó reclamando la gratuidad del transpor-
te escolar y del examen de ingreso a la
Universidad avanzó en un
cuestionamiento profundo de un siste-
ma educativo “para ricos” con estudian-
tes ”de primera” y estudiantes“de segun-
da” impuesto bajo el pinochetismo me-
diante la Ley Orgánica Constitucional de
Enseñanza (LOCE) –el equivalente
andino de la Ley Federal de Educación –
y sostenido por los sucesivos gobiernos
|||C U E S T I O N A N D O
de la Concertación. No casualmente este
gran movimiento, al igual que el francés,
se sostiene en base a organismos con
métodos de autoorganización cercanos
a la democracia directa. El organismo en
este caso es la Asamblea de Estudiantes
Secundarios, de la cual participan 90 cen-
tros de estudiantes con 4 delegados re-
vocables cada uno que llevan el manda-
to de sus asambleas47.
Ambos movimientos, el francés y
el chileno, que superaron en diferentes
niveles los marcos corporativos, actuali-
zan las consideraciones sobre el rol polí-
tico de sectores importantes del movi-
miento estudiantil48 y también, en refe-
rencia aldebate que mencionábamos
antes, actualizan la significación de la 27
demanda de mayoría estudiantil en los
organismos de gobierno. Sin embargo,
encierran un significado más profundo
aún. Si los estudiantescordobeses del‘18
marcaron un camino que luego se
retomaría – y en algunos casos se pro-
fundizaría – tanto en Perú, como en
Chile, Cuba, Colombia, Guatemala, Uru-
guay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador,
Venezuela, y México; en la actualidad,
los ejemplos de lucha y organización de
los estudiantes franceses y chilenos, al
tiempo que son un punto de apoyo para
futuras luchas, vuelven a señalar un ca-
mino para el movimiento estudiantil
actual a nivel internacional.
47. El límite que tienen es que sus resoluciones
no son obligatorias para las diferentes presidencias
de centro, a diferencia de Francia donde las
resoluciones eran vinculantes para todos los liceos.
48. Decimos “sectores importantes” ya
que en ambos casos estos movimientos debieron
enfrentar, tanto la oposición de sectores
estudiantiles de derecha que defendían el status
quo como de bandas directamente fascistas
organizadas para atacar a los estudiantes en lucha.
DESDE EL MARXISMO
 “EL CASO
SARA”
La avanzada
privatista en
Psicología
La Universidad de Buenos Aires,
en donde muchos de nuestros lectores
desarrollan sus tareas de estudio y/o
enseñanza, atraviesa una de las mayo-
res crisis de su historia. Las camarillas
de profesores y funcionarios de la UCR,
el PJ y los devenidos kirchneristas lue-
go de la caída del procesista Alterini no
28 han encontrando un candidato de con-
senso hasta el momento. La crisis de la
UBA y también de la Universidad del
Comahue en Neuquén (tampoco está
resuelto quién va a ser el rector) sin ser
la excepción, reflejan la profunda de-
bilidad de las camarillas de la vieja po-
lítica para llevar adelante, aun
mínimamente, la reforma en frío que
Kirchner aplica en algunas instituciones.
El actual régimen universitario domina-
do por los personeros de esta vieja polí-
tica se encuentra a trasmano del “senti-
do común” de rechazo al PJ, la UCR, y los
funcionarios de la dictadura. Es esta si-
tuación la que expone al gobierno uni-
versitario a recurrentes “cortocircuitos”.
Por su parte, esta crisis ha puesto de re-
lieve el carácter antidemocrático de or-
ganismos como el Consejo Superior o
el Consejo Directivo por medio de los
cuales un puñado de docentes concur-
sados viene imponiendo los planes
privatizadores de la educación superior.
En nuestra Facultad durante el
cuatrimestre pasado dimos cuenta de esta
situación poniendo manos a la obra y ana-
lizando “El Caso Sara”(ver afiche en la
contratapa)
En efecto, ilustramos allí, dando
cuenta de la “constitución yoica” de la
decana, cómo el plan de adecuación
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
de la Facultad de psicología a las
necesidades del Mercado que vie-
ne llevando adelante constituyen
un plan plenamente conciente. Tal
es así que luego de dedicar sus ocho
primeros años de “gestión” (’86-’94) a
“instalar un proyecto de innovación
curricular en la agenda de debate de
esa unidad académica“1, Slapak se pre-
paró para convertirse en la aplicadora
de la Ley de Educación Superior. A me-
diados de los años noventa, buscó las
mejores “Tecnologías de gestión para la
innovación curricular“2. Ese es el título
de su “investigación científica” de en-
tonces, en la que planteaba como eje
la necesidad de una reforma para su-
bordinar la formación a los “requeri-
mientos del mercado de trabajo” y
ligarla a las necesidades del “sistema
productivo” (léase grandes capitalistas),
postulando la necesidad de desarrollar
los posgrados arancelados; a la vez que
planteaba como los grandes “obstácu-
los” para este plan los conceptos de…
“libertad de cátedra” y “autonomía uni-
versitaria”. Que el plan conciente de
Slapak es el de hacer de Psicología un
bastión de un pensamiento único anti
1. Sara Slapak, Elena Zubieta, María
Guillermina D’onofrio. “Innovación curricular en el
ámbito Universitario: Dimensiones problemáticas
y gestión de conflictos”, en Revista del Instituto
de Investigaciones de la Facultad de Psicología/
UBA. Año 4, Nº 1 - 1998.
2. Sara Slapak. “Tecnologías de gestión
para la innovación curricular”. Revista del Instituto
de Investigaciones de la Facultad de Psicología/
UBA. Año 1, Nº 1 - 1996
||| JUAN FUNES
obrero al servicio del Mercado queda
más claro aún cuando en otras “investi-
gaciones” de su grupo pone a la facultad
de Cs. Económicas de la UBA como el
modelo a seguir para la ansiada “vincu-
lación con el sector productivo”3. Los
modelos a seguir en esta laboriosa y
“orientación yoica” dan cuenta de su
“Ideal del Yo” radical, con la estatua de
De La Rua a la cabeza. Slapak y su cama-
rilla representan las tendencias más re-
accionarias de la realidad política nacio-
nal, aplicando la mano dura para llevar
adelante abiertamente los planes
privatistas que el gobierno aplica de igual
manera pero con un discurso “progre“.
“Habemus Sara“ gritaron a coro
nuevamente este año las camarillas de
psicología, para reelegir otra vez a la
decana, y ante la necesidad de aplicar la
mano dura en la Universidad se alinea-
ron detrás de la candidatura del ex fun-
cionario de la dictadura Atilio Alterini la
totalidad del claustro de profesores:
3. “Políticas universitarias de vinculación
con el sector productivo en Argentina en los años
noventa: un estudio de casos”. Trabajo elaborado
para su presentación en la Sesión POL55 “Higher
Education Policy” de LASA98 Social Justice: Past
Experiences and Future Prospects, Latin American
Studies Association XXI International Congress, The
Palmer House Hilton Hotel, Chicago, Illinois, 24-26
de Septiembre de 1998. Basado en “Las
vinculaciones entre el mundo universitario y el mundo
de la producción en los años noventa. Estudio
comparado de las articulaciones entre universidad y
sociedad en el campo de las ciencias sociales en
cuatro universidades”, a cargo de María Guillermina
D´Onofrio y dirigida por Sara Slapak.
Fillippi, Sarmiento, Benbenaste, Neri,
Diamant, Rabinovich, Schejtman y Laznik.
Esta minoría de docentes concursados que
gobierna la Facultad se apoya en primer
lugar en el antidemocrático Concejo Di-
rectivo donde la mayoría de la comunidad
universitaria, los estudiantes, se encuen-
tran en minoría frente a los docentes. Pá-
rrafo aparte merecen los no docentes quie-
nes no cuentan con representación algu-
na en los órganos de co-gobierno. En se-
gundo lugar, dado que sólo acceden al
Claustro de Docentes aquellos concursa-
dos, la llave y fuente de los privilegios de
estas camarillas es el atributo, propio de
una casta, de ser ellos mismos los respon-
sables de concursar nuevos docentes.
Como ejemplo de este régimen pudimos
ver la escandalosa destitución de Ana
Fernández4; o el reciclaje descarado de
privatistas como David Laznik quien,
como denunciamos en su momento en
la revista Psicología y Marxismo5, ha sido
4. “El 19 de diciembre el Consejo Directivo
de la Facultad de Psicología, en su última reunión
del año, decidió por 9 votos contra 2, retirar la
designación de Prof. Titular Plenaria a la Prof. Ana
María Fernández. La votación nominal indica que los
Profesores Filippi, Lombardi, Schejtman, Sarmiento
Cayssials y Carriolo, los graduados Micheli, Aksman
y Muñoz votaron por no tomar en cuenta las
recomendaciones del jurado de mantener el cargo
plenario de dicha profesora, mientras que los votos
estudiantiles de Lenta y Lorenzetti se pronunciaron
por su continuidad en dicho cargo.
La situación que ha “resuelto” el Consejo Directivo
tiene larga data y constituye una muestra más del
hostigamiento a los docentes que no están incluidos
en el paraguas clientelar de Sara Slapak. No es un
dato menor que la Prof. Ana M. Fernández haya sido
candidata a Decana en las elecciones del 2003 y
encabezara la, por entonces, lista de minoría de
profesores.” Extracto de la AGD – Psicología.
Disponible en www.tribunadocente.com.ar
5. “El Consejo Asesor de la relación
Universidad-Empresa y otras ‘malas hierbas’. (o
cómo servir mejor desde la Universidad a las
empresas)”, por Luciana Altomano. Revista
Psicología y Marxismo, segundo cuatrimestre de
2000. Publicación de En Clave ROJA Psicología. Ya
entonces decíamos que: “La intención entonces es
servir tan bien al sector de empresarios parasitarios
del trabajo de la clase obrera, que es por ello que en
el contenido de las materias ponen el peso en la
salida de psicólogos de empresa. Y con estos
convenios se permite la mayor injerencia de las
empresas en la Universidad […]. Este es solamente
uno de los aspectos que nos demuestra el carácter
al que apuestan en nuestra formación: no como
otrora impulsor del “Consejo Asesor de
Universidad y Empresa”, introductor del
régimen de pasantías ofreciendo estu-
diantes como mano de obra barata a
empresas para “generar recursos pro-
pios”, y ex secretario de posgrado de la
Facultad. Actualmente es titular del
Consejo Directivo, y fue recientemen-
te “premiado” por su destacada trayec-
toria con la titularidad de la cátedra de
Psicoanálisis Freud.6
LA “SANTA ALIANZA”
CAMARILLAS-BUROCRACIA:
MANO DURA Y APLICACIÓN DE
LA L.E.S. EN PSICOLOGÍA
Por otra parte, encontramos que
las tendencias más arcaicas e
indomeñables del “ello“ en el caso Sara
quedan ilustradas en la foto de Sergio
Cabral, delegado de la burocracia no do-
cente de APUBA de Psicología, golpean-
do brutalmente a un estudiante de eco-
nómicas para garantizar la elección de
Alterini. Cualquiera puede ver hoy a es-
tos muchachos con sus handies “velan-
do por la seguridad de todos” en cada
profesionales de la salud sino como profesionales
en evitar la salud para mejorar la productividad en el
trabajo. Por ejemplo, qué mejor acaso, para un banco
que un neurótico obsesivo para el puesto de cajero,
al que no se le escape ni un centavo. Ese perfil será
el que deberá buscar el psicólogo mediante los tests,
las entrevistas, etc. Demás está decir que a costa
de tener un buen cajero que cuida sus ganancias,
no importará que esta actividad exacerbe la patología
del trabajador. Mientras puedan lo utilizarán, luego
será descartado.”
6. “Evaluaciones psicotécnicas masivas,
detecciones de problemas de stress y predicción de
conductas delictivas entre empleados: la Facultad
de Psicología (UBA) quiere dejar de concentrarse
en los consultorios clínicos y establecer un nuevo
vínculo con el sector productivo”, así comienza la
nota de Página 12 del 2 de Febrero de 2000. Como
vemos, una orientación al servicio de la patronal.
“Por todo eso, acaba de crear un consejo asesor de
la relación Universidad-Empresa, que buscará
identificar áreas de investigación para ofrecerles a
terceros, capacitar estudiantes y graduados y
contactar entidades para facilitar la transferencia
tecnológica. […] ‘Por la escasez presupuestaria,
generar recursos propios se hace cada vez más
importante’, admitió Laznik”. Cómo si esto fuera
poco, Laznik es también titular del curso de posgrado
“Del Padre al Goce Femenino”, que se puede cursar
por módicos $180 más $12 de inscripción.
esquina de la Facultad. Para defender
los intereses de los capitalistas en la Uni-
versidad esta camarilla no duda en acu-
dir a métodos clásicos del proceso,
violando los más elementales derechos
democráticos, estableciendo un verda-
dero estado de sitio en la Facultad: con
cámaras que vigilan las entradas; con los
matones de APUBA dirigidos por el mis-
mo Cabral (quien sigue impunemente
en su cargo); apoyándose en el “dere-
cho divino” del antidemocrático Consejo
Directivo para prohibir que las agrupa-
ciones nos expresemos con carteles y
afiches. Llegando incluso a dejar hospitali-
zada a una compañera (en el escrutinio
de las elecciones de concejo en el 2005).
Con “El Caso Sara” expresamos la
realidad en que estos verdaderos garan-
tes de la postración de la Universidad
actual tienen sumida la facultad al día
de hoy, habiendo avanzado en la aplica-
ción de los principales lineamientos de
la LES. Lo que en Psicología implica:
dualización de la carrera entre los
posgrados arancelados, a los que ac-
cede una minoría, y un ciclo de grado
degradado, verdadero ‘enseñadero’
destinado a la contención social; meca- 29
nismos de restricción del ingreso y
permanencia (corralitos, aranceles, etc.
algunos “disfrazados”, como la imposi-
ción de matemáticas obligatoria en el
CBC); el gerenciamiento de “recur-
sos propios”, fundamentalmente con
los posgrados, cuya recaudación creció
un 41% entre 2004 y 20057; todo coro-
nado por el plan maestro de subordinar
la carrera de grado misma a la acredita-
ción de la CONEAU8. Para esto desde
el cargo de Presidenta de la AUAPSI
(Asociación de Unidades Académi-
cas de Psicología), junto con la
AUAPRI (Asociación de Unidades
7. En el informe de gestión de año 2005 se
señala que el posgrado creció 41% en cantidad de
inscriptos, lo que se suma al crecimiento de otro
41% entre 2003 y 2004 (!). Todos datos disponibles
en el sitio web de la Facultad. www.psi.uba.ar.
8. En otra nota de esta revista señalamos:
“Comisión Nacional de Evaluación y
Acreditación Universitaria, cuyo criterio
evaluador estuvo y está principalmente dirigido
a medir los avances de la ‘gestión administrativa
y académica’, es decir, los avances privatistas
y la adaptación de las carreras y sus contenidos
a los intereses de las grandes empresas.” Matías
Maiello y Gastón Remy, “Los nuevos clérigos, ¿Qué
hay detrás de la crisis abierta en la UBA?”.
|||C U E S T I O N A N D O DESDE EL MARXISMO
 Académicas de Psicología de Gestión Pri-
vada), Slapak viene solicitando la subor-
dinación de las carreras de psicología al
artículo 43 de la LES.9 A la par, Sara se
guarda al silencio frente al creciente aho-
go presupuestario que el gobierno disi-
mula con tibios aumentos, y que hoy nue-
vamente la mayoría de los docentes que
reciben salarios de pobreza y los miles
que trabajan gratis ponen en
cuestionamiento a través de una nueva
jornada de paros.
En definitiva, más allá de que, como
vimos, “El Caso Sara” tiene características
paroxísticas, también notamos que con
cada nueva aparición el “cuadro”anti-obre-
ro se hace más agudo. ¿Queda alguna
duda de quiénes son los destinatarios
de los servicios que presta esta Facultad
de “El Caso Sara”?
UN SALTO EN LA
AVANZADA ANTI OBRERA
En este segundo período Slapak ha
dado un salto en su plan de subordina-
ción de Psicología al Mercado, y para ello
basta ver que la recientemente creada
30
segunda cátedra de Psicología del Traba-
jo ha sido puesta en manos de un asesor
de la gran burguesía argentina (IDEA) y
experimentado capacitador en el mane-
jo de los“Recursos Humanos” de compa-
ñías como Citibank, Telefónica, Acindar
9.Ver declaración conjunta en
www.auapsi.com.ar. Esta medida, impulsada
también por los representantes de las asociaciones
psicoanalíticas en el gobierno de la facultad,
muestra su cinismo e impostura: mientras
públicamente dicen luchar contra el “orden
normalizador” de los criterios del Mercado, en los
hechos negocian lo contrario, sometiéndolo al
interés burgués del Estado, y su - como señala
Elizabet Roudinesco - “pálido poder del peritaje y
la evaluación”. El paciente, el terapeuta y el Estado,
Siglo XXI, 2005. Buenos Aires. P. 110. En este
libro, Roudinesco muestra las consecuencias de
subordinación de la enseñanza universitaria en
Francia a una institución como la ANAES (Agencia
Nacional de Acreditación y Evaluación en Salud),
similar en sus criterios neoliberales a la CONEAU
criolla. El mismo J.A. Miller, dirigente de la Asociación
Mundial del Psicoanálisis cuya sección argentina
(la más numerosa además) es la Escuela de
Orientación Lacaniana centra su crítica hacia las
Terapias Cognitivo Comportamentales en la acción
de la ANAES, mientras sus “compañeros” de la
EOL (como el profesor Schejtman) impulsan en
nuestro país las acreditaciones de la CONEAU.
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
o Anderson Consulting10. Los estudiantes
que trabajen en forma precarizada, o sean
explotados por patronales como Telefóni-
ca sabrán de qué hablamos. O, si algún
estudiante afortunado contara con 320 pe-
sos y quisiera hacer un curso de posgrado
con el profesor González, titular de Psico-
logía General, se encontraría con los si-
guientes objetivos: “Presentar los enfo-
ques más relevantes y actualizados sobre
marketing estratégico de los canales de
distribución. Capacitar en las herramien-
tas conceptuales y prácticas para la com-
prensión de la conducta del consumidor
en los puntos de venta, específicamente
sus móviles, frenos, actitudes y reaccio-
nes en los grandes centros comerciales.
Introducir al diseño, implementación y
evaluación de los programas de medición
de ‘satisfacción del cliente’.”11
10. Psicólogo al servicio de la patronal:
“expuso sobre ‘Motivación en el Trabajo. Cómo
gerenciar colaboraciones eficaces’ el Licenciado en
Psicología, con especialidad Laboral, Claudio Alonzo,
quien es profesor de la Cátedra de Psicología del
Trabajo y del Curso Superior en Dirección Estratégica
de Recursos Humanos de la Universidad de Buenos
Aires. Profesor de la Cátedra de recursos
Humanos de la Universidad de Belgrano.
Diseñador Educativo e Instructor de IDEA [Instituto
para el Desarrollo Empresarial en Argentina]. Se ha
desempeñado también como capacitador en
organismos públicos y privados, tales como el
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Banco
de la Nación Argentina, Citibank, Acindar,
Anderson Consulting y Telefónica de argentina,
entre otros.”, así se lo presentaba en el Foro
permanente de Directores de Personal, organizado
desde la Jefatura de Gabinete de Alberto Fernandez.
Los que puedan pagar los $480 pueden hacer el
curso de posgrado que también tiene a cargo el
Lic. Lozano. Información disponible en
www.psi.uba.ar y en www.sgp.gov.ar/contenidos/
onep/informes_estadisticas/docs/fororrhh.pdf .
Para redondear este sobresaliente currículum
podemos agregar que el Lic. Alonzo es egresado de la
ADCA (Asociación para el Desarrollo y la Capacitación
de la Argentina), institución especializada en la
formación de especialistas en “recursos humanos”,
auspiciada las patronales de Repsol YPF, Arcor, Unilever,
Johnson & Johnson, Siemens, Pan American Energy,
etc. Información disponible en http://www.adca.org.ar
11. El Dr. Gustavo Eduardo Gonzalez es
Secretario de Posgrado de la gestión Slapak, dirigió
hasta hace poco la carrera de psicología en la
Universidad Interamericana (UAI, privada), y tiene a
su cargo actualmente, además de Psicología General
I, los cursos de posgrado: “Psicología y Marketing:
Conducta del Consumidor” ($720 o cuatro cuotas
Está claro que quieren formar psi-
cólogos funcionales a los negocios capi-
talistas, lo que se traduce en ocultación
de las grandes problemáticas sociales que
genera este sistema, y la persecución a
toda aquella ideología que cuestione sus
bases, principalmente al marxismo.
“EL EPA, UN CASO…” DE CÓMO
LA CARAVANA DE APUNTES Y
MEDIALUNAS TERMINÓ EN LA
ADAPTACIÓN A SARA Y CÍA.
Sara y Cía. lograron engrosar sus
fuerzas de choque alistando a los “estu-
diantes“ de EDEA. Ante la avanzada
privatizadora de la derecha la conduc-
ción del Centro de Estudiantes de Psico-
logía, el EPA (PO,ambos MST’s y El Bro-
te), han pasado de una voz de denuncia,
cuando no, al silencio. A la vez, que de-
mostraron gran empeño por desarrollar
un sistema de gestión de apuntes y ser-
vicios de bares, donde decenas de mili-
tantes rentados sin sorteo público algu-
no, ganan la envidia de la Franja Morada.
En sus orígenes el EPA “algo
aprendió” de su convivencia durante
más de 2 años con los kirchneristas de
Venceremos. Así pasaron de enfrentar
los planes de la gestión organizando
mesas redondas con los mismos repre-
sentantes de la gestión al más recóndi-
to inmovilismo. Mientras tanto los
posgrados pagos, los cupos impuestos
con la inscripción electrónica y el
corralito de las 4 materias, la obligato-
riedad de matemática en el CBC, entre
otras medidas privatizadoras pasaban…
la venta de apuntes y las medialunas y
el recuento de votos una vez al año…
hacían digerir este trago amargo a los
numerosos “administradores” del CEP.
Durante la pelea por la democra-
tización en el pasado cuatrimestre el EPA
dio un salto en su leit motiv de sólo “ha-
cer lo posible… mientras los números
de la fotocopiadora cierren”. En lo que
podríamos denominar un “cuadro”
ezquizoide, mientras el EPA planteaba
de $195); “Estudio del Consumidor:
Técnicas Multivariadas e Investigación
Psicográfica”,($280); “El Comportamiento del
Consumidor en el Punto de Venta: Estrategias de
Merchandising y Modelos para el Gerenciamiento
de Clientes” ($320). Todos los datos disponibles
en www.psi.uba.ar
su programa para la democratización en
sus volantes e intervenciones orales, lue-
go en las asambleas se oponían a nuestro
planteo elemental de votar un programa
que partiera por imponer Asambleas Uni-
versitarias Constituyentes con mayoría
estudiantil. Esto bajo el argumento pro-
pio del posmodernismo de que eso se-
ría “bajar línea… llevar una salida prefi-
gurada“. Luego nos planteaban una op-
ción“horizontalista“ y nos decían que de-
bíamos debatir las diferentes posturas en
comisiones por fuera de la asamblea. De
esta manera dejaban a los estudiantes sin
saber exactamente por qué se iban a or-
ganizar y por qué iban pelear, desvirtuan-
do la fuerza de la asamblea en cuanto
organismo soberano para la lucha. Así, el
escepticismo junto a la práctica burocrá-
tica del EPA (donde, volvemos a insistir,
su tradición no se reconoce en organizar
un centro lleno de participación estudian-
til, con sorteo público de todos los cargos
rentados, sino por el servicio de múlti-
ples bares y oferta de apuntes) terminó
desgastando a los estudiantes que se
acercaban para debatir y organizarse per-
diendo una oportunidad para que surjan
nuevos sectores estudiantiles a la lucha
contra el régimen.
Ahora bien, este “espíritu de lo
posible” que se desentiende de la histo-
ria pasada, de las experiencias acumula-
das y nos plantea que comencemos de
nuevo cada vez, sería propio de agrupa-
ciones “independientes” como El Brote
y por qué no, del MST-Alternativa, en su
giro cada vez más derechista. Lo lamen-
table es que agrupaciones partidarias de
la izquierda socialista como el PO se
adapten a este “espíritu de época”, re-
chacen su propio programa y la asam-
blea como órgano soberano para termi-
nar acordando un programa de reformas
parciales como es el aumento de la re-
presentación estudiantil tal como acor-
daron en la FUBA con la reformista CEPA-
PCR (“La Corriente” en Psico). Este pro-
grama limitado, como pudimos consta-
tar en la reciente lucha en la Universi-
dad del Comahue en Neuquén12 busca
evitar todo cuestionamiento de fondo.
Por otro lado, como vimos en la UBA,
detrás de este programa la CEPA-PCR y
el MST-Alternativa se predisponían a vo-
tar al ex alterinista Buzzi como rector;
12. Para mayor información ver La Verdad
Obrera (semanario del PTS), números 193, 194,
195 y 199.
cuestión que impedimos por la pelea
dada desde En Clave ROJA junto a PO y
otras fuerzas.
Si hay un aspecto en el que se
expresa esta adaptación a la “miseria
de lo posible” en el EPA es en el plano
ideológico. El caso más lamentable es
el del Partido Obrero, que lejos de lo
que se podría esperar de una corriente
que se reivindica marxista y revolucio-
naria, parece haber sufrido un “olvido”
del marxismo, de la necesidad de dar
batalla a aquellas ideologías contrarias
a los intereses de los trabajadores, jus-
tamente, en el ámbito en que se pro-
ducen y reproducen por excelencia. A
tal punto han dejado de lado la pelea
desde una posición de clase en sus
planteos políticos, que al plantear la
lucha por “cátedras paralelas” sin cues-
tionar el contenido de clase de la mis-
mas, han dado lugar a que la misma
gestión abra la cátedra paralela en Psi-
cología del Trabajo bajo la dirección,
como mostramos más arriba, de un ase-
sor de la gran burguesía argentina.
Lamentablemente, con todos los
recursos del CEP a su disposición, el
Partido Obrero no ha atinado ni siquie-
ra a difundir las ideas del marxismo,
negándose a la tarea mínima y elemen-
tal de impulsar publicaciones, activida-
des de discusión y debate ideológico.
Los compañeros de “El Brote”, a su
vez, si bien han mostrado algún interes
en las actividades ideológicas, lo hacen
subordinados a autores y docentes que
ponen el acento en la ”microfísica” de los
pequeños problemas cotidianos, rindien-
do así tributo al espíritu posmoderno de
hacer “lo posible” dentro de los marcos
del Capitalismo.
Luego de 5 años de EPA como
conducción del CEP podemos afirmar
que demostró su impotencia para po-
ner en pie un nuevo movimiento estu-
diantil que, en unidad con los trabaja-
dores, enfrente y derrote los ataques
privatizadores de Slapak y sus secuaces.
A su vez, las prácticas de manejo buro-
crático, que señalamos arriba, no han
hecho más que dar argumentos a las
críticas de los sectores más reacciona-
rios, como EdeA.
Los “independientes” de El Brote
no han hecho más que “perder” su “in-
dependencia” siguiendo a PO y MST-
Alternativa en su adaptación a la ges-
tión tras el afán por incorporar decenas
de militantes rentados al mando de la
caravana de apuntes y medialunas. El
PO si bien respondió correctamente a
los intentos de claudicación de los que
proponían votar a Buzzi aún mantiene
su alianza con MST-Alternativa en el EPA.
Desde En Clave ROJA, como par-
te de la Secretaría de Género y Clase del 31
CEP que hemos puesto en pie con las
compañeras de Pan y Rosas, creemos
que está planteado terminar con este
CEP shopping y vacío de participación.
Debemos pelear por un centro que fun-
cione en base a asambleas y delegados
por cursos, que sortee públicamente los
puestos en bares y apuntes, que cola-
bore con al menos el 20% del exceden-
te con los Fondos de Huelga de los tra-
bajadores combativos (muy por detrás
de los escasos fondos que hoy aporta el
EPA a estas luchas) y que impulse la lu-
cha independiente de los estudiantes
contra las camarillas. Un centro de estu-
diantes que impulse los debates de
ideas, generando los ámbitos desde los
cuales dar batalla a las ideologías reac-
cionarias que quiere imponer las cama-
rillas académicas, retomando y difun-
diendo las ideas del marxismo como
herramienta teórica de la clase obrera.
Sólo así podemos desarrollar un gran
movimiento universitario que en unidad
con los trabajadores derrote los planes
privatizadores de las Slapak´s y los Cabral
y conquiste una universidad al servicio
de los trabajadores y el pueblo.
|||C U E S T I O N A N D O DESDE EL MARXISMO
 LOS
MITOS
DEL
ABORTO
INTRODUCCIÓN
Las mujeres han sido históricamen-
te objeto de violentación y sometimien-
to por parte de una ideología patriarcal
cuyas raíces, aun hoy, se hacen sentir en
los cuerpos y las vidas de millones en
todo el mundo. Incluso en materia de
32
reproducción, donde las decisiones son
de mayor importancia para las mujeres
que para los varones, esta dominación ha
impedido que podamos ejercer plena-
mente el derecho a controlar nuestros
ciclos de fertilidad y a vivir nuestra sexua-
lidad como más nos plazca.
Los terribles casos de las dos jó-
venes discapacitadas violadas que re-
cientemente sacudieron a la opinión
pública, han puesto nuevamente en
evidencia que el derecho de las muje-
res a decidir sobre su cuerpo es, aún
hoy, objeto de interposición de la Justi-
cia, el Estado, el gobierno, la Iglesia Ca-
tólica y ciertas ONG´s fuertemente liga-
das a esta institución reaccionaria1. Sin
*Docente de la Cátedra de Introducción a
los Estudios de Género- Integrante de la Agrupación
Pan y Rosas.
1. A partir de la década del ‘70 -cuando el
crecimiento de la población, dada la escasez del
alimento, representaba un problema-, pero también
en los ‘80 –crisis económica y desempleo de por
medio- muchas regiones comienzan a implementar
políticas de control de la natalidad y algunos países
“desarrollados” sancionan medidas que despenalizan
o legalizan el aborto. En este contexto las ONG´s
del tipo “Pro-vida” adquieren mayor relevancia
religiosa, siendo un elemento fundamental para su
desarrollo el creciente financiamiento recibido de
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
embargo, es un hecho que las mujeres
abortan y que los motivos por los que
deciden hacerlo no necesariamente han
de hallarse en una predisposición adqui-
rida a lo largo de la historia individual y/
o familiar. Las causas son diversas y con-
cretas: las mujeres abortan, por ejem-
plo, porque los métodos anticonceptivos
fallaron; porque han sido violadas; por-
que no pueden alimentar a otro hijo;
porque no tienen trabajo; porque traba-
jan en condiciones precarias y un em-
barazo significa para ellas quedarse sin
empleo; porque son parte del 30 % de
las mujeres que en Argentina no tienen
cobertura por maternidad; porque es-
tán solas y no tienen con quien compar-
tir las tareas de crianza; porque son muy
jóvenes; porque son mayores; porque
han decidido dedicarse a su carrera o a
su trabajo; porque ya tienen los hijos que
quieren y no desean uno más; porque
no lo desean en ese momento; porque
no desean tener hijos.
De los 200 millones de embara-
zos que tienen lugar anualmente en el
mundo, 76 millones son no deseados.
Unas 20 millones de mujeres en el mun-
do -40 mujeres cada cinco minutos-, que
no tienen acceso al aborto legal, se ven
obligadas a realizarlos en condiciones
de riesgo, lo que provoca la muerte de
casi 70.000 mujeres al año en todo el
mundo, una de las principales causas de
muerte por gestación, así como de
sectores reaccionarios, como el que desde su
asunción en 2001 ha dado G. W. Bush (acaso el
mayor antiabortista de la historia), y otras
organizaciones, como el Opus Dei. (Checa: 2006)
||| Sol Bajar *
innumerables lesiones y disfunciones, ta-
les como infecciones pélvicas, hemorra-
gias, laceraciones cervicales, perforacio-
nes uterinas, daños a la vejiga e intesti-
nos (provocados por abortos realizados
por terceros/as en condiciones asépticas,
o bien por autoinducción a través de sus-
tancias u objetos que provocan la hemo-
rragia), que en promedio implican entre
6 y 14 días de internación, el 50% de las
camas ginecológicas de los hospitales
públicos de nuestro país.
Aunque diversos organismos inter-
nacionales han reconocido al aborto
como un problema mundial de salud
pública, los enunciados significan poco y
nada para la tercera parte de la población
mundial, que vive en países donde el
acceso al aborto aséptico es sumamente
limitado2. Y si en los llamados países de-
sarrollados -donde el aborto es una de las
2. Según un documento del Center for
Reproductive Rights (2005) en 54 países del mundo,
el aborto está permitido sin ningún tipo de restricción
y es totalmente ilegal en 38 países. En el resto, es
parcialmente legal, siendo permitido para salvar la
vida de la mujer (en 104 países), para preservar su
salud física (además de la vida de la mujer, en 35
países), para preservar su salud mental (en otros 20
países, que contemplan también los dos casos
anteriores) y por razones socioeconómicas (incluyendo
los tres casos anteriores, en 15 países más). En 13
países del mundo, se exige la autorización del esposo
para la interrupción del embarazo y en otros 25, la
autorización paterna. Las regiones que más han
avanzado en legislar a favor de la interrupción del
embarazo no deseado, son Europa y África, mientras
que América Latina es la región donde el aborto más
se ha restringido en los últimos tiempos.
intervenciones quirúrgicas más frecuen-
tes, sencillas y discretas y los servicios de
salud son seguros-, la probabilidad de
muerte como consecuencia de un abor-
to séptico es de un caso por cada cien
mil, en la provincia de Mendoza, por citar
un ejemplo, el riesgo relativo de muerte
por aborto es 107 veces más alto3.
En nuestro país, dada la ilegalidad
del aborto, no contamos con cifras pre-
cisas. Sin embargo, se registran por año
700.000 nacidos vivos y se estima que,
en el mismo período, entre 500.000 y
700.000 mujeres se realizan abortos en
condiciones de clandestinidad. En los
hospitales públicos se internan unas
55.000 mujeres por año y casi 500 mu-
jeres, un tercio de las cuales son adoles-
centes, mueren anualmente a conse-
cuencia de los abortos consumados en
pésimas condiciones.
En este contexto no sólo es
esperable que tengan lugar graves secue-
las físicas, sino también importantes con-
secuencias psíquicas cuyo origen debe
buscarse, no en el aborto en sí mismo,
sino en su penalización y clandestinización,
que obliga a las mujeres a emprender una
silenciosa ruta crítica minada de oscuros
circuitos clandestinos4
A lo largo de este artículo pre-
tendemos aportar algunos elementos
para mostrar de qué manera se da en
nuestro país la particular connivencia
entre la Iglesia y el Estado que, destina-
da a sostener los intereses capitalistas,
mantiene y profundiza la histórica opre-
sión sobre las mujeres5. Un sistema que
en nombre de la salud pública y de la
salud mental sigue definiendo concep-
tos, prácticas y objetivos estratégicos
destinados a la regulación de la sexua-
lidad y del género y a la vigilancia de
las fronteras de clase.
3. Diario Los Andes, Mendoza 18/06/06.
“Hay un aborto por cada cinco nacimientos en los
hospitales de Mendoza”.
4. Fernández, A.M. y Tájer, D.: “Los Abortos
y sus significaciones imaginarias : dispositivos
políticos sobre los cuerpos de las mujeres“. En
Entre el Derecho y la Necesidad: Realidades y
Conyunturas del Aborto, Susana Checa (comp.)
Edit Paidos. Buenos Aires. Argentina. 2006.
Paidós.
5. Se entiende por opresión a la relación
de sometimiento de un grupo sobre otro por razones
culturales, raciales o sexuales; vale decir, al ejercicio
de las desigualdades en función de poner en
desventaja a un determinado grupo social.
EN NOMBRE DE DIOS
Ciertos sectores de la Iglesia se
manifiestan a favor de penalizar la inte-
rrupción de los embarazos –o extender
la penalización, equiparando aborto a
homicidio-, deslizando de la aptitud bio-
lógica de las mujeres una imposición
necesaria: la maternidad como destino y
condición del «ser mujer». Bajo este mo-
delo se hace figurar a quienes deciden
interrumpir su embarazo, como asesinas
endemoniadas que ponen en peligro los
mandatos de la maternidad obligatoria.
Incluso recientemente, a raíz de
los dos abortos practicados a dos jóve-
nes discapacitadas violadas6, la Confe-
rencia Episcopal Argentina hizo públi-
co un documento que, encabezado
por la firma del cardenal Bergoglio y
bajo el título “Cuestión de vida o muerte”7,
reafirma su oposición al aborto. Me-
diante una convocatoria “a los que no
creen” y a los cristianos -que pareciera
ignorar que incluso hasta el 55% de
los creyentes están a favor, total o par-
cialmente, de esta práctica8, señala que
“toda la tradición judeocristiana basa-
da en los mandamientos de la Ley de
Dios por miles de años consideró al
aborto como un crimen” y, agrega que
“...en otros tiempos hubo abortos, pero
siempre se consideró que era un mal a
desterrar. Las culturas cambian pero los
fundamentos esenciales de las personas
permanecen”[destacado nuestro].
Claro que esta reaccionaria institu-
ción no se opone solamente a la inte-
rrupción de los embarazos no deseados:
hace años que la vemos resistirse a la
anticoncepción, a la educación sexual, al
uso de preservativos, a las campañas de
prevención del HIV-SIDA, a la homose-
xualidad, al lesbianismo, al divorcio, al
ejercicio de la sexualidad sin fines
procreativos, al aborto y a toda conquista
de derechos por parte de las mujeres.
Las falsas argumentaciones con
que arremete la Iglesia ocultan, entre
otras cosas, lo novedoso que es en su
dogma el concepto de vida desde la con-
cepción, que toma materialidad recién
bien entrado el siglo XVIII, cuando la inte-
rrupción de los embarazos adquiere el
6. Ver nota Nº 19
7. Publicado en Clarín y otros medios el
domingo 27/08/06.
8. Clarín 31-09-06
|||C U E S T I O N A N D O
carácter de cuestión de Estado y pasa a
ser condenada legalmente9
La revolución industrial y la nece-
sidad de fuerza de trabajo, así como las
guerras y epidemias que éstas genera-
ban, llevaron a los Estados a pensar los
problemas demográficos en términos
de “protección de la vida”10 y, para ello,
debieron contar con la inapreciable con-
tribución de la Iglesia Católica que re-
probó por primera vez, recién en 1869,
la interrupción del embarazo desde el
momento mismo de la concepción,
consagrando al mismo tiempo –claro-
el criterio de “infalibilidad papal”, por el
cual se establece la superioridad divina
e incuestionable certeza de todos los
dichos de un papa11.
Mas recientemente, la doctrina de
la Iglesia declara que el embrión es per-
sona desde el momento de la concep-
ción, completando así los elementos ne-
cesarios para avanzar sobre las vidas de
las mujeres con una falsa ecuación que
podría expresarse en los siguientes tér-
minos: aborto = homicidio = delito. Es
decir, para la Iglesia, por hálito divino, el
óvulo fecundado adquiere existencia y
derechos por sobre el cuerpo mismo de 33
la mujer, como si se tratara de un frag-
mento de su cuerpo con derechos anta-
gónicos a los suyos propios, expropiados
y reducidos al “interés” por una autono-
mía que comienza y termina en la tarea
de ser una mera incubadora destinada al
cuidado de esa única parte de su cuerpo.
Falacia que bajo esta fundamentación, y
no precisamente por cuestiones de fe,
9. Para ampliar, puede consultarse el
artículo de Andrea D´Atri “Iglesia, Estado y Aborto
y en el medio las mujeres...” publicado en La
Verdad Obrera N º 202, www.pts.org.ar.
10. Femeninas, M.L.: “Hacerse cargo“.
Exposición realizada en el Seminario Internacional
“Aborto, Derechos, Subjetividad y Poder”. Campaña
Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y
Gratuito. Cámara de Diputados de la Nación. Buenos
Aires. Agosto. 2006. Para ver cuál fue el desarrollo
de estas políticas en nuestro país, se recomienda el
artículo de Andrea D´Atri “Sexo, mentiras y ...
silencio. Derecho al aborto, derechos sexuales y
reproductivos en Argentina“. Revista Lucha de
Clases. Nº 5. Julio 2005.
11. A partir de 1930, cuando el nazismo
comenzaba su auge en Europa central, la Iglesia
censura el aborto incluso cuando peligra la vida de
las mujeres, optando en ciertos casos por la vida
del feto en detrimento de la vida de la “madre”
(Femeninas: 2006)
DESDE EL MARXISMO
 muchos gobiernos han sostenido, y sos-
tienen, por ejemplo mediante la
promulgación de leyes o decretos que
“protegen” los llamados “derechos del
niño por nacer“.12
Pero, ¿cómo se explica que no se
conozca todavía un sólo caso donde la
Iglesia haya promovido la inscripción en
el registro civil de la supuesta “persona”
por nacer, los bautismos a los vientres de
las mujeres embarazadas, o la cristiana
sepultura a los embriones de abortos,
sean éstos espontáneos o no? La doctri-
na religiosa devela a todas luces ser una
particular forma de control de las vidas
de las mujeres, cristianas y no cristianas, y
estar dispuesta a cualquier cosa a cambio
de perpetuar ese dominio.
Sin embargo, no sólo de mentiras
se nutre la historia de esta rancia institu-
ción: su pasado está tallado con muer-
tes y crímenes perpetrados en compli-
cidad con los sectores más reacciona-
rios de la sociedad. Tal como señalába-
mos en un comunicado reciente de la
agrupación Pan y Rosas13, lo que tam-
bién callan los señores de sotana es que
en nombre de la evangelización, la Igle-
34 sia Católica Apostólica Romana fue un
actor fundamental para la conquista de
América, que incluyó la masacre de los
pueblos originarios y la reducción de la
población a menos de la décima parte,
así como la imposición a la fuerza del
bautismo, en la sedienta búsqueda de
siervos que realizaran trabajos forzosos
para el Rey de España. Y todo esto, en
nombre de Dios.
La Iglesia, ha sido históricamente
uno de los pilares fundamentales del
Estado medieval, pero también del ac-
tual Estado burgués: en la jerarquía ecle-
siástica éste ha encontrado siempre alia-
dos inestimables. Sin irnos tan lejos, basta
recordar su complicidad con el terroris-
mo de Estado en Argentina, con sacer-
dotes bendiciendo las armas de la últi-
12. En el caso de nuestro país, e incluso
por fuera del mandato de laicidad del Estado, el
menemismo estableció una particular forma de
intervención gubernamental -sostenida actualmente
por el gobierno de Kirchner -, que ha consistido en
la promulgación de los derechos del “niño por
nacer” o “niño no nacido”, conmemorados cada
25 de marzo por ser el día de celebración del
anuncio a la virgen María de la gestación, en su
vientre -sin mediación de relación sexual o
inseminación artificial alguna-, del hijo de Dios.
13. La Verdad Obrera. 28/08/06
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
ma dictadura militar, presenciando se-
siones de tortura, confesando a verdu-
gos y asesinos, encubriendo estos crí-
menes y negándose a dar información a
organismos nacionales e internaciona-
les de derechos humanos. Y todo esto,
nuevamente, en nombre de Dios.
Mientras tanto, el caso Grassi
muestra de qué manera esta institución
pretende enterrar los juicios contra los
más de 800 obispos y sacerdotes que,
sólo en Argentina, están acusados de
abusos sexuales, sin mencionar las de-
nuncias penales que involucran de ma-
nera directa a numerosos religiosos en
Santiago del Estero –entre ellos, uno de
los mayores opositores al derecho al
aborto, Monseñor Basseotto14- en el in-
calculable negociado de tráfico de ni-
ños, y esto, por supuesto, con el silen-
cio cómplice del gobierno de Kirchner.
Son todos ellos los responsables
de las muertes de mujeres por abortos
clandestinos! El derecho a interrumpir
un embarazo no deseado, en condicio-
nes de salubridad, realizado gratuita-
mente y por profesionales en hospita-
les públicos, que no obligaría a ninguna
mujer a practicárselo contra su volun-
tad, evitaría las terribles consecuencias
del aborto clandestino. Encubrir que lo
que está en juego es el derecho a la vida,
fundamentalmente, de las mujeres obre-
ras y pobres -que son las que mayores
riesgos corren-, es el verdadero crimen
que, como otros tantos, la iglesia pre-
tende solapar... siempre, claro, en
nombre de Dios.
MUCHO RUIDO Y
POCAS NUECES
La mutua colaboración entre la
Iglesia y el Estado continúa expresán-
dose bajo el gobierno de Kirchner en
“el culto católico, apostólico romano“
14. Baseotto, ex obispo de la localidad
santiagueña de Añatuya, perdió su cargo de vicario
castrense después del “incidente” con el ministro de
Salud, Ginés González García, al señalar que éste
merecía ser tirado al mar, en clara alusión a los vuelos
de la muerte perpetrados por la dictadura militar, por
su postura a favor de despenalizar el aborto. Sin
embargo, nada ha hecho K ni el mediático ministro
frente a las denuncias realizadas en 2002, que han
aportado numerosas pruebas de las presiones
ejercidas por este siniestro personaje que aun cuenta,
todos los meses, con los más de $ 5.000 que le
aporta el Estado por sus servicios religiosos!
que establece la Constitución Nacional y
que significa el financiamiento económi-
co de esta institución. Por si faltaran mues-
tras, el Ministerio de Relaciones Exterio-
res de la Nación destinó en el 2005 la no
desdeñable suma de $ 15.600.000 úni-
camente al financiamiento del culto ca-
tólico15. Pero no sólo eso! Mientras la edu-
cación pública se deteriora día a día, el
gobierno sigue sosteniendo el subsidio a
los colegios religiosos. ¡Ni qué decir de
las pomposas propiedades, casonas de
retiro espiritual y valiosos terrenos, por
los que la Iglesia paga menos impuestos
que cualquier otro ciudadano, sin men-
cionar los que fueron cedidos gratuita-
mente por el Estado!
Mediante su doble discurso, des-
de su asunción, el gobierno K no hace
más que sostener esta alianza16. Se apo-
ya para ello, por un lado, en su mediático
y “progre” Ministro de Salud, Ginés
González García -al que a veces se su-
man, como ocurrió recientemente, otros
ministros- y, por otro, en un silencio en-
carnado en su propia persona o, a veces,
en las palabras de su fiel amigo Aníbal
Fernández, quien últimamente se ha ocu-
pado de aclarar que“...el gobierno nunca
presentará un proyecto destinado a
despenalizar el aborto”, ya que para
Kirchner es un tema que “no admite dis-
cusión y está terminado”.
Es que los casos de las dos jóvenes
discapacitadas violadas que finalmente
interrumpieron sus embarazos –a pesar
de la Justicia y las acciones de las fuerzas
de choque de la Iglesia-, han llevado a
que se multiplicaran las personas, creyen-
15. Nicolás Kwiatkowski: Una historia de
conflictos con el estado. Le Monde Diplomatique.
Junio 2005 y www.mecon.gov.ar. Citado por ATEM
“El derecho al aborto: una lucha feminista por la
igualdad”. Marzo 2006.
16. Hay que señalar que este doble discurso
no es nuevo, sino que se repite en diversos planos: el
presidente K, por ejemplo, dice estar a favor de los
derechos humanos, pero es el gobierno que más
presos políticos tiene desde la vuelta de la democracia,
a lo que se sumaahora la desaparición de Lopez; dice
defender la educación pública, pero impulsa una ley al
servicio de los empresarios y establece como principal
actor a la Iglesia Católica; dice promover los derechos
de los de los trabajadores, pero sigue ensanchando
los bolsillos de los capitalistas, al tiempo en que apaña
la dictadura en las fábricas y mantiene en negro a
cientos de trabajadores/as estatales.. sin mencionar
el tope del 19% impuesto con el acuerdo de la
burocracia sindical.
tes y no creyentes, que están a favor de la
despenalización17 Por este motivo, y no
por otro, en medio de la campaña electo-
ral que ya han lanzado, los Ministros de
Salud salieron hace algunas semanas a pro-
nunciarse, no sin recaudos, sobre el tema;
incluso el ministro de salud bonaerense,
Claudio Mate, que no dudó en sugerir a
las mujeres que“vayan por izquierda, por-
que las van a traicionar las instituciones
públicas”18, se comprometió a reglamen-
tar la atención en hospitales públicos de
los abortos no punibles... aunque, claro,
esto no significa para ninguno de los fun-
cionarios garantizar, como señaló el Minis-
tro GGG, ni siquiera que “la normativa al-
cance a todos los casos de violación”!
Como quedó demostrado a raíz de
los mencionados casos, en Argentina,
donde el Código Penal establece que el
aborto no es un“delito contra la vida” sólo
en dos casos -para“evitar un peligro para
la vida o salud de la madre” o cuando se
tratare de la “violación o atentado al pu-
dor cometido sobre una mujer idiota o
demente”-, la criminalización del aborto
recae de todos modos sobre cualquier
interrupción que se realice19.
17. Clarín. 31/08/06
18. Página 12. 16/08/06
19. Tal como sucedió en los casos de las dos
jóvenes discapacitadas violadas –en Guernica y en
Mendoza-, las contradicciones legislativas y
jurisprudenciales, junto con la intervención de los
gobiernos provinciales, el doble discurso del gobierno
nacional, el aval de los sectores reaccionarios de la
Iglesia Católica, sus fuerzas de choque y sus
profesionales a sueldo, así como la burocrática Justicia
de los ricos, llevan al trágico resultado que, en los
hechos, prácticamente no tenga lugar, en condiciones
óptimas, ni siquiera los abortos que se consideran no
punibles. A esto hay que sumar que, generalmente,
los profesionales de la salud –ya sea porque dicen
temer procesamientos en su contra, realizar mala
praxis o porque interponen “objeción de conciencia”-
se niegan a realizar, incluso, los abortos no punibles
estipulados en el Código Penal y, pese a que ninguna
norma lo exige, solicitan autorización a la justicia para
que ésta se pronuncie. Esto sin contar que, en ninguno
de los dos casos, los abortos fueron garantizados por
el Estado, debiendo practicarse el de la joven de
Guernica en un consultorio privado y, el otro, aunque
en un hospital público, a través de un mega operativo
que incluyó el encubrimiento del nombre de los
médicos y la institución para “evitar el enfrentamiento”
con los sectores reaccionarios de la Iglesia –a los
que nadie denunció por las amenazas y aprietes a los
médicos-, demostrando en los hechos, que tanto el
gobierno K como el del radical kirchnerista Cobos, no
YO ABORTO, TU ABORTAS...
Y K DECIDE?
En la Argentina de Kirchner, don-
de el aborto sigue siendo una práctica
en la que incurren miles de mujeres,
esté o no prohibido por la ley, las conse-
cuencias de su criminalización se expre-
san en otros planos. Para las trabajado-
ras desocupadas, por ejemplo, significa
la posibilidad de perder los subsidios es-
tatales, que exigen la ausencia de cau-
sas penales para recibir la miserable
suma de $150. Además, también por
temor a la condena, muchas mujeres
dudan en acudir a un hospital cuando
tienen complicaciones por haberse so-
metido a un aborto inseguro. La eleva-
da incidencia de complicaciones post-
abortivas20 y la alta taza de mortalidad
de mujeres gestantes es, finalmente, un
escalofriante indicador de las conse-
cuencias de la penalización del aborto,
así como del verdadero contenido de
las políticas gubernamentales destina-
das a “prevenir” la concurrencia de las
miles de muertes, casi todas evitables21.
están dispuestos a garantizar las óptimas condiciones
necesarias para la interrupción de un embarazo.
20. Luego del escándalo Kirchner –Ginés-
Baseotto, el Ministerio de Salud publicó una guía para
mejorar la “atención post-aborto” de los profesionales
de la salud. Sin embargo, tal como ha señalado Human
Rigths Watch “la guía no tiene fuerza de ley o de
resolución ministerial y por lo tanto no necesariamente
supera la ambigüedad de las disposiciones del Código
Penal”... una muestra más, por si faltaba, del doble
discurso del gobierno...
21. Mientras en los medios se hablaba de
los casos de las jóvenes discapacitadas víctimas
de embarazos forzosos, y el Ministro de Salud de la
Nación expresaba su satisfacción con los resultados
alcanzados, una mujer de 35 años, madre de 5
hijos, en la localidad de Quilmes, perdía la vida a
causa de las hemorragias provocadas por un aborto
casero... de eso, claro, nada se escuchó decir al
“progre” Ginés González García.
|||C U E S T I O N A N D O
Pese a esto, aún hoy hay quienes
consideran que, en lugar de legalizar y
despenalizar el aborto, habría que ofre-
cer educación sexual para que las mu-
jeres puedan tener relaciones cuidadas
y prevenir los embarazos. Pero lo cier-
to es que en nuestro país fue sancionado
hace ya 4 años, durante el gobierno de
Duhalde, el Programa de Salud Sexual y
Procreación Responsable22, dependien-
te del Ministerio de Salud de la Nación y
de escasa aplicación desde entonces. In-
cluso luego del “incidente“ entre Ginés
González García y el mediático Monse-
ñor Baseotto23, el Ministerio de Salud lan-
zó en 2005 -3 años después de su san-
ción-, una breve y controvertida campa-
ña que, limitada a algunos spots publici- 35
tarios, tenía el objetivo de “evitar emba-
razos no deseados” y reducir la cantidad
de abortos clandestinos.
Sin embargo, como quedó de-
mostrado, la ley que obliga al Estado a
dar información, orientación y entrega
universal y gratuita de métodos
anticonceptivos, responsabilizándolo
del monitoreo de su aplicación y capaci-
tación de los agentes de salud, así como
el deber de éstos de informar sobre la
anticoncepción de emergencia “en ca-
sos excepcionales” -violación, relaciones
sexuales sin protección, etc-, en los he-
chos no abarcó -como señalara dicho
Ministerio24- más que a un millón y me-
dio de habitantes en todo el país, es de-
cir, el 2.7% de la población!
A esto hay que agregar, todavía, la
enorme contradicción existente entre el
mencionado programa y la penalización
del aborto, ya que si el primero –que es
ley- establece la garantía del principio de
22. Ley Nacional Nº 25.673, sancionada
en octubre de 2002 y promulgada en noviembre
del mismo año.
23. Sobre este tema puede consultarse el
artículo de Andrea D´Atri: “Sexo, mentiras y
...silencio”. Op. Cit.
24. Id. Ibíd.
DESDE EL MARXISMO
 autonomía de varones y mujeres a la hora
de elegir los métodos de anticoncepción
y regular su fertilidad25, ¿cómo explicar
que esta facultad quede luego reducida
sólo a algunos pocos aspectos vincula-
dos a este derecho democrático y funda-
mental? Contradicciones de este tipo ter-
minan, en los hechos, impidiendo hasta
el mínimo “asesoramiento preventivo“ o
“asistencia efectiva” que el gobierno dice
sembrar y defender.
La hipocresía del gobierno K llega
hasta tal punto que, incluso cuando dice
promover la salud sexual y la procreación
responsable, olvida mencionar que des-
de su asunción, han muerto ya más de
1.200 mujeres en Argentina a conse-
cuencia de la clandestinidad del aborto
que, por otra parte, ni el progresista Mi-
nistro de Salud -aquel que algunas/os se-
ñalan como aliado por haberse pronun-
ciado en contra de su penalización-, se
ha molestado –ni siquiera!- en
despenalizar, profundizando así el
disciplinamiento y control de la vida y los
cuerpos de las mujeres.
Sin embargo, la sola
despenalización del aborto es insuficien-
36 te para garantizar que las mujeres pue-
dan acceder a este derecho libre y gra-
tuitamente, en hospitales públicos y pre-
servando su salud psicofísica. Para garan-
tizar los plenos derechos sexuales y
reproductivos, es necesario legalizar y
despenalizar el aborto en todos los casos
y con el consentimiento, claro, de la mu-
jer. Asimismo, el derecho a la interrup-
ción del embrazo debe acompañarse de
una real y efectiva aplicación de una ley
de salud sexual y reproductiva que ga-
rantice información, educación sexual y
acceso gratuito a los distintos métodos
anticonceptivos a todas las mujeres sin
distinciones, preservando su intimidad y
sin necesidad de que un tercero tenga
que involucrarse en esta decisión. Ésta, y
no otra, debería ser la lógica consecuen-
cia para garantizar los plenos derechos
sexuales y reproductivos.
IGUALES... PERO NO TANTO
Con el advenimiento de la mo-
dernidad, revolución industrial de por
medio, muchas cosas cambiaron para
varones y mujeres a lo largo y ancho del
planeta. Sin detenernos a desarrollar los
25. Chiarotti, S.: “En realidades y Coyunturas
del aborto”. Susana Checa (compiladora).Op. Cit
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
importantes procesos que se dieron
desde su surgimiento a esta parte, hay
que señalar que el nuevo modo de pro-
ducción que instala el capitalismo signi-
ficó para gran parte de las mujeres su
entrada al mundo del trabajo, en las
aglutinadas fábricas y talleres que mu-
chas veces las traían del campo a la ciu-
dad; los mitos que las condenaban a ser,
exclusivamente, amas de casa sumisas,
comienzan entonces a ser superados.
En esta novedosa participación de
la mujer en la producción social, y ya no
sólo en la reproducción, la burguesía en-
contró – al igual que en los niños y niñas-
una buena forma de incrementar sus ga-
nancias, pagándoles por el mismo traba-
jo salarios inferiores a los de sus pares
varones, reduciendo así –también- el sa-
lario de la clase obrera en su conjunto.
Por otra parte, el pasaje del campo
a la ciudad significó además el traslado
de pequeños núcleos familiares, rom-
piendo con la llamada“familia extensa” y
dando lugar, por un lado, a la idea de
mayor individuación del varón y la mujer
adultos en la familia y, por otro, a la nece-
sidad de la crianza y educación de los
niños/as, responsabilidades éstas que,
bajo el predominio de la antigua división
sexual del trabajo -ahora más
individualizada aún-, siguieron recayen-
do enteramente en la figura de la madre.
Los avances científicos harán
también sus aportes, permitiendo pro-
gresar a los Estados modernos en el
control de la natalidad bajo la idea, pri-
mero, de “menos hijos” y “más sanos” y,
más tarde, con la medicalización del
parto, que por primera vez permite re-
ducir la alta taza de mortalidad mater-
na. Casi al mismo tiempo comienzan a
implementarse prácticas de control de
la natalidad, previas incluso a los bue-
nos métodos anticonceptivos.
Los distintos cambios que introdu-
ce el capitalismo en la vida de varones y
mujeres significarán, también, la produc-
ción de subjetividades coherentes con
las nuevas necesidades sociales. Bajo la
falsa ecuación de Mujer = Madre, la divi-
sión sexual del trabajo encontrará nue-
vas formas de legitimación y la antigua
dependencia económica directa de la
mujer será mediatizada por un supuesto
acto voluntario, una elección individual,
que toda mujer realizaría “por amor”.
Es cierto que desde entonces a
esta parte muchas cosas han cambiado;
sin embargo, la gran mayoría de las
mujeres sigue siendo presa de dobles
cadenas que la atan por su pertenencia
de género y por su pertenencia de cla-
se. En este sentido, cuando señalamos
que la opresión de las mujeres se inscri-
be en la historia de la lucha de clases, es
porque el patriarcado, aquella histórica
modalidad de sometimiento e
inferiorización de las mujeres, anterior
incluso al surgimiento del capitalismo,
ha significado en general, la exclusión
de la mujer de las instancias de decisión
y, en particular, de las instancias de deci-
sión sobre su propio cuerpos.
Que el patriarcado, bajo el modo
de producción capitalista, se ha conver-
tido en un socio fundamental para la
explotación del hombre por el hombre
y el mantenimiento del status quo26 lo
comprueba también la creciente
feminización de la fuerza de trabajo que,
junto con el mantenimiento de las con-
diciones de inequidad entre varones y
mujeres, ha tenido lugar en las últimas
décadas. En nuestro país, cuando un tal
Kirchner gobierna para los grandes capi-
talistas y empresarios, que día a día ven
incrementarse sus ganancias, la
flexibilización y precarización laboral son
cada vez mayores para la clase obrera
en su conjunto, pero particularmente,
para las mujeres obreras, cuya salud se
ve cada vez más deteriorada por las pé-
simas condiciones de trabajo.
En pleno siglo XXI, para millones
de mujeres en el mundo, la materni-
dad no siempre elegida –cuando no
producto de la violencia o el abuso- es
un condicionante difícil de ocultar. Con-
centradas generalmente en ocupacio-
nes de menor calificación y remunera-
ción, aún hoy las mujeres perciben por
el mismo trabajo entre el 60% y el 70%
menos que sus pares varones. Además,
a diferencia de los varones, que sólo
necesitan demostrar capacitación y ex-
periencia –que, sin embargo, no es
poco-, las mujeres se ven obligadas
también a mostrar su cuerpo y garanti-
zar a patrones, consultoras y gabinetes
psicológicos, que no desean tener hi-
jos, o bien, que no los tienen –ocultan-
do su existencia- y siendo incluso no
pocas veces sometidas a tests de em-
barazos como parte de los planes del
proceso de “selección”.
26. D´Atri, A.: Pan y Rosas. Pertenencia
de género y antagonismo de clases... Op. Cit.
 Por otra parte, siendo el 56% entre
los trabajadores precarizados -en negro,
contratadas/os, pasantes, etc- las muje-
res carecen de obra social, guarderías
para sus hijos en los lugares de trabajo,
derechos jubilatorios y cobertura por
maternidad, debiendo elegir cuando lo
desean entre conservar su puesto laboral
o interrumpir un embarazo; además de
ser las que más expuestas se encuentran
al acoso y abuso sexual en sus lugares de
trabajo y, en consecuencia, a embarazos
no deseados y abortos inseguros.
Sin embargo, mientras los/as hi-
jos/as de las trabajadoras constituyen
un verdadero estorbo para los/as patro-
nes/as, cuya clase ha barrido con impor-
tantes conquistas obreras -como lo fue,
por ejemplo, la obligatoriedad de
guarderías en las fábricas-, la Iglesia y el
Estado de los ricos nos condenan y acu-
san de no ser verdaderas mujeres si no
optamos por la maternidad. Mandato que
oculta, precisamente, que sobre gran
parte de ellas pesa, además, una doble o
triple jornada laboral, ya que día a día son
las mujeres quienes cargan con las tareas
domésticas cuya producción, sin ser re-
munerada, representa hasta un 60% del
consumo privado. Planificación y control
de las tareas del hogar, cuidado y aten-
ción de los hijos y su aseo si son peque-
ños, administración de los bienes de con-
sumo, limpieza, alimentación, vestimen-
ta, etc, constituyen tareas que no por ha-
ber sido naturalizadas e invisibilizadas son
inexistentes. Sin embargo, ninguna de
estas tareas, que despliegan casi exclusi-
vamente las mujeres, es contabilizada en
los presupuestos nacionales, entrando
más bien en la categoría de tareas que se
realizan por propia “naturaleza” o ”por
amor”, pero jamás en la de ”trabajo”, como
si las mismas no constituyeran un ele-
mento fundamental para el sistema ca-
pitalista que gratuitamente garantiza, así,
su continuidad.
ABORTO Y SALUD PÚBLICA.
Pero mientras las mujeres carga-
mos con la mayoría de las responsabili-
dades de la reproducción biológica y de
la fuerza de trabajo, seguimos siendo
vigiladas y castigadas cuando queremos
decidir libremente sobre ella, lo que
demuestra claramente que la división
sexual del trabajo “...determinada por el
desarrollo socio-histórico (...) conlleva en
sí la constitución de subjetividades
genéricas, y no hay nada de las dife-
rencias sexuales anatómicas que expli-
que y justifique la diferenciación
jerarquizada de estas tareas”.27
En el campo de la salud pública esto
encuentra su expresión sin mayores alte-
raciones. En principio, hay que señalar
que el aborto es entendido generalmen-
te desde un modelo de atención fuerte-
mente atravesado por una concepción
naturalista, individualista y ahistórica cu-
yas raíces deben buscarse en el modo de
producción capitalista, basado en la ex-
plotación y opresión de millones de suje-
tos en el mundo. Esto porque la burgue-
sía requirió, en determinado momento,
también, del desarrollo de la “salud pú-
blica” como recurso para garantizar su
producción y ganancias. Incluso ciertos
conceptos básicos de prevención han
sido necesarios para profundizar la ex-
plotación del proletariado28, dada la con-
tradicción -inherente a este sistema- en-
tre desarrollo de fuerzas productivas –
incluidos los cuerpos de los y las trabaja-
doras- y la destrucción de las mismas29.
El del aborto es, en este sentido,
un caso paradigmático: Además de con-
vertirse en un negocio sumamente pro-
vechoso para un sector de profesiona-
les, laboratorios, mafias policiales, etc.,
“...la posibilidad de separar el placer de
la reproducción conlleva una libertad que
27. D´Atri, A:“ Oprimidas y Explotadas.
Las mujeres de la clase obrera”. Lucha de Clases
Nº1,Otoño / Invierno de 1997.
28. Entendemos aquí por explotación a la
relación que tiene lugar entre las clases y que
hace referencia a la apropiación del producto del
trabajo excedente de clase trabajadora por parte
de la clase poseedora de los medios de producción;
tratándose, pues, de una categoría que hunde sus
raíces en los aspectos estructurales económicos.
Para ampliar, puede consultarse el libro
recientemente editado por el Instituto de
Pensamiento Socialista Karl Marx Para entender
la Explotación Capitalista.
29. Id. Ibid.
|||C U E S T I O N A N D O
es peligrosa para los intereses de las cla-
ses dominantes. Cuestionar la materni-
dad como único y privilegiado camino
para la autorrealización de las mujeres,
cuestionar que la sexualidad tenga como
único fin la reproducción y cuestionar, asi-
mismo, que la sexualidad sea entendida
sólo como coito heterosexual pone en
riesgo las normas con las que el sistema
regula nuestros cuerpos. Los cuerpos que
el sistema de explotación sólo concibe
como fuerza de trabajo, como cuerpos
sometidos a los estereotipos de belleza,
como cuerpos escindidos y alienados
transformados en una mercancía más en
el mundo de las mercancías”.30
Si las mujeres aun no podemos de-
cidir sobre nuestro cuerpo es porque el
Estado capitalista, junto a la inestimable
colaboración de la Iglesia Católica, conti-
núan imponiéndose sobre nuestras vidas.
Esto explica por ejemplo que, pese al de-
sarrollo actual del capitalismo, que ha
permitido que en el mundo como en
nuestro país sobren los recursos -como
los bienes, los servicios, las posibilidades
de socializar las tareas domésticas, de
acceder a las técnicas anticonceptivas o
de disponer sobre el propio cuerpo para 37
decidir no tener hijos o cuándo y cuántos
tener-, las mujeres sigamos siendo so-
metidas, en los hechos, a la tutela de quie-
nes se consideran capaces de decidir, in-
cluso, por y sobre nuestras propias vidas.
ABORTO Y SALUD MENTAL
Incluso en el campo de la salud
mental hay quienes, abstraídos de las
determinaciones sociales, económicas
y políticas concretas, consideran al
aborto como una experiencia de ca-
rácter necesariamente traumático y
doloroso, absolutizando y naturalizan-
do los sentimientos de culpa que pu-
diera conllevar la práctica del aborto
en situación de clandestinidad.
30. D´Atri, A.: Pan y Rosas... Op. Cit.
DESDE EL MARXISMO
 El resultado más directo de estas
construcciones es la psicologización de
las problemáticas de género y de clase,
que excluyen muchas veces toda refe-
rencia a las condiciones políticas, econó-
micas y sociohistóricas que entran en jue-
go a la hora de pensar al aborto como un
problema de salud pública, invisibilizando
que la criminalización de la interrupción
de un embarazo no deseado, cuando la
mujer lo solicita por decisión propia, con-
lleva también efectos traumáticos que
son superiores, incluso, a la práctica mis-
ma31. Ocultar esta realidad, a pesar de la
magnitud y crudeza que hasta los datos
aportan, no es más que un encubrimien-
to ideológico que puede operar como
ninguna otra “desmentida”.32
La jerarquización de la pregnancia
del falo como ordenador de las diferen-
cias entre lo propiamente masculino y
femenino, es decir, como significante
universal desde donde las mujeres son
entendidas como algo en menos, como
una falta, ha llevado a muchas teorías a
convertirse en un mecanismo más de
reproducción de las normativizaciones
sexuales, que ignora o parece ignorar –
38 más allá de las intenciones de sus acto-
res- las marcas de la sociedad capitalista
y patriarcal incluso al interior mismo de la
propia teoría psicoanalítica.33
Al decir de Tájer y Fernández, es-
tas concepciones suelen ser parte mu-
chas veces, “...de dispositivos
culpabilizadores, cuando dan por senta-
do que todo embarazo es deseo incons-
ciente de hijo, cuando consideran que
toda interrupción de embarazo debe te-
ner importantes efectos traumáticos y
ser generadora de culpa, o cuando pre-
suponen que la ausencia de estos com-
ponentes indica que la joven atraviesa
el problema poniendo en juego impor-
tantes defensas de negación maníaca”.34
31. Pensemos, por ejemplo, en las
consecuencias psíquicas, y no sólo físicas, de la
culpabilización de la mujer que decide abortar.
32. La Verleugnung o desmentida, es el
concepto con el cual, en psicoanálisis, se designa
un modo particular de defensa que consiste en
negar o rehusar el reconocimiento de la realidad de
una percepción traumatizante, especialmente en
el sentido de la castración.
33. Fernández, A.M.: “La Diferencia en
Psicoanálisis: ¿Teoría o Ilusión?” En Las mujeres en
la imaginación colectiva. Ed. Paidos, Bs.As., 1992
34.Fernández, A. M. y Tájer, D.: En realidades y
Coyunturas del aborto. Susana Checa (comp.).Op. Cit
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
Por ello, consideramos que es in- meras del Hospital Francés, que luchan
correcto sostener que la construcción de contra el vaciamiento de esta institución;
subjetividades genéricas dependa exclu- las trabajadoras que enfrentan las terri-
sivamente de la estructuración –abstrac- bles condiciones de trabajo y
ta- del psiquismo. La del aborto es una extenuantes jornadas de
problemática que lo expresa de manera superexplotación, como Estela Macaroff
clara: si bien es cierto que su ilegalidad -que enfrenta a la multinacional Pepsico-
tiene consecuencias sobre la subjetivi- , Giorgina Lo Giudici, del call center APEX
dad de todas las mujeres, las significacio- de Rosario, las trabajadoras telefónicas
nes sociales, así como las elecciones y de ATENTO, las/os docentes, estudian-
estrategias posibles frente a un aborto tes y no docentes que recientemente
clandestino, no serán las mismas para to- salieron a las calles para defender la edu-
das ellas; un claro ejemplo de esto es que cación pública y gratuita y expresar su
el riesgo de vida y de graves consecuen- rechazo a la nueva Ley de Educacion
cias sobre la salud azotan con la crueldad Nacional que impulsa el gobierno de
de los números, fundamentalmente, a las Kirchner, los/as obreros de Zanón y, en
mujeres trabajadoras y pobres. el corazón de La Matanza, las compañeras
de la Comisión de Mujeres de TVB – Ex
LOS DERECHOS NO SE Jabón Federal que junto a sus compa-
MENDIGAN... SE CONQUISTAN! ñeros pelean por la reincorporación de
los 38 jóvenes despedidos por luchar
contra la dictadura en las fábricas.
Quienes no tenemos expectati-
vas en que sean los reaccionarios sec- Los días 14, 15 y 16 de Octubre, en
Jujuy, cuando se realice el XXI Encuentro
tores de la Iglesia y el gobierno los que
den respuesta a nuestras problemáti- Nacional de Mujeres, tendremos una gran
oportunidad para golpear como un solo
cas más sentidas, entendemos que para
evitar los embarazos no deseados, no puño y hacer oír nuestra voz:
sólo es necesario contar con informa-
ción y acceso a la anticoncepción: tam- NI UNA MUERTA MAS POR
ABORTOS CLANDESTINOS!
bién necesitamos contar con educa-
ción, salud, trabajo... y derecho al abor-
to legal, seguro y gratuito. EDUCACIÓN SEXUAL, PARA
DECIDIR.
Somos conscientes que nuestros
derechos nunca fueron un regalo de
los gobiernos de turno, han sido con- ANTICONCEPTIVOS PARA NO
ABORTAR.
quistados mediante la lucha y la movili-
zación. Por eso, para lograr el Derecho
al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito te- DERECHO AL ABORTO LEGAL,
SEGURO Y GRATUITO PARA NO
nemos que desarrollar un gran movi-
miento de lucha independiente de la MORIR!
Iglesia, el Estado y los partidos patrona-
les, que despliegue toda su energía B A S TA DE D I C TA D U R A
CLERICAL!
combativa y “no deposite confianza en
sectores del gobierno, la justicia o el
parlamento, sino que confíe sólo en sus SEPARACIÓN DE LA IGLESIA DEL
ESTADO.
propias fuerzas para arrancarle a este
régimen el derecho democrático ele-
mental que nos corresponde”35.
Un gran movimiento de lucha
encabezado por las mujeres trabajadoras
y de los sectores populares! Nuestros/as
mejores aliados/as en esta pelea son
quienes hoy están saliendo a luchar en
defensa de sus salarios y de sus condi-
ciones de trabajo, como los y las enfer-
35. Declaración de Pan y Rosas ante el
XXI Encuentro Nacional de Mujeres de Jujuy.
Septiembre de 2006
 BIBLIOGRAFÍA
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de los Trabajadores de la Salud Mental
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____ “Oprimidas y Explotadas. Las
mujeres de la clase obrera”. Lucha de Cla-
ses Nº1 – Otoño / Invierno de 1997.
- Declaración de la Agrupación
Pan y Rosas ante el XXI Encuentro Na-
cional de Mujeres de Jujuy. Septiem-
bre de 2006. Puede solicitarse a
panyrosasparatodas@yahoo.com.ar
Disponible también en www.pts.org.ar
- Diario Los Andes, Mendoza 18/06/
06. “Hay un aborto por cada cinco naci-
mientos en los hospitales de Mendoza”.
- Dío Bleichmar,E.: ”Del sexo al gé-
nero”. Revista Asociación Argentina de Psi-
coterapia para Graduados. Vol.18, 1992
- Fernández, A.M.: La Mujer de la
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____ Las Mujeres en la Imaginación
Colectiva, Paidós, Bs. As., 1992.
- Femeninas, M.L.: “Hacerse car-
go”. Exposición realizada en el Semina-
rio Internacional “Aborto, Derechos,

|||C U E S T I O N A N D O DESDE EL MARXISMO

 LUCHADORAS
Historias de
mujeres que
hicieron
historia Presentamos la intervención de Andrea D’Atri en la presentación del libro,
la misma se realizó en el salón principal del Instituto del Pensamiento Socialista
“Karl Marx”, ante una masiva concurrencia a principios de Junio de este año. La
editora de esta publicación es, Licenciada en Psicología (UBA), especialista en
Estudios de la Mujer, docente y comunicadora. Militante del PTS (Partido de los
Trabajadores Socialistas) y una de las fundadoras de la agrupación Pan y Rosas.

Nos ha pasado algo extraño con
el libro Luchadoras. Periodistas de to-
dos los medios, reciben la gacetilla y
nos escriben interesados en que les
enviemos un ejemplar. Nunca nos ha-
bía pasado algo así. Pero lo que mere-
ce un análisis es que, después de mos-
trar tanto interés, son pocos y pocas las
40 que nos propusieron hacer una nota.
Intentamos buscar una explica-
ción a esto y creo que es porque el títu-
lo, es muy atractivo, muy marketinero,
pero no sé si alcanza a expresar el ver-
dadero contenido del libro. Se deben
llevar una sorpresa cuando lo abren…
¿Quién no manifestaría su solida-
ridad y su admiración por una luchado-
ra? ¿quién podría dejar de conmoverse
ante una luchadora?
El problema está en que cuando
uno pasa de la tapa, advierte que no se
trata simplemente de luchadoras. Sino
de algo más que eso.
La mayoría de estas mujeres in-
tentaron trascender la protesta inme-
diata, el reclamo por lo posible. Lucha-
ron, cada una de distinto modo y bajo
circunstancias diferentes, por lo que
para los demás era imposible o ridícu-
lo, utópico o innecesario.
Quizás esto sea algo molesto en
estos tiempos.
A Genora Jonson Dollinger, una
socialista norteamericana de la década
del 30, le dijeron que no había que en-
frentarse a las directivas del sindicato
en la huelga contra la General Motors.
¿Y qué era lo que decía el sindi-
cato? El sindicato decía que había que
tener paciencia y no tomar la fábrica.
Pero Genora venció, porque lo-
gró reunir a más de 1000 mujeres, es-
posas de los obreros automotrices, dis-
trayendo la acción policial que venía a
reprimir a los trabajadores.
Venció la advertencia del buró-
crata sindical que le había dicho: “Si esto
falla, la responsabilidad caerá sobre su
cabeza”.
A Mika Etchebehere, más de una
vez le habrán dicho que para qué pe-
lear en España por una revolución que
no era la suya.
Llegada desde una patagonia re-
mota, Mika vio caer a su marido bajo las
balas fascistas y se hizo cargo del pelo-
tón del Partido Obrero de Unificación
Marxista.
No era su patria, no eran sus com-
pañeros, no era ni siquiera una aventu-
ra compartida con su esposo ¿Por qué
luchar, entonces?
Pero Mika Etchebehere no se pre-
guntaba para qué tanto sacrificio... se
preguntaba “¿Soy yo verdaderamente
de mis ideas?”Y cada día trató de ser un
poco más fiel a sus ideas, aunque fuera
a riesgo de derramar su sangre.
Louise Michel luchó por la edu-
cación laica, luchó por la separación de
la Iglesia del Estado.
Pero, en 1871, cuando el ejérci-
to prusiano rodeó París, una ciudad
abandonada por el gobierno en manos
del pueblo que decidió resistir, Louise
Michel trascendió a la historia como una
de las más heroicas combatientes de
las barricadas.
No era sólo una maestra de París.
“Pertenezco enteramente a la revolu-
ción social”, le dijo a los vencedores que
la juzgaban.
“Si todo corazón que late por la
libertad merece unos balazos, por par-
te de ustedes, entonces reclamo mi
parte, lo que me corresponde”.
¿Y Nadezhda Joffe? Vivió casi
treinta años en campos de deportados
de la antigua Unión Soviética. Estuvo
en cárceles, fue torturada, asistió al fu-
silamiento de amigas y compañeras,
perdió el contacto con su esposo para
siempre, del que sólo décadas más tar-
de se enteró que había sido fusilado
por el régimen stalinista.
¿Luchar? Nadezhda tuvo que lu-
char cada día de su vida por sobrevivir,
por comer algo caliente, por no morir
de frío en los inviernos de Siberia de
cuarenta grados bajo cero.
¿Y saben qué fue lo primero que
hizo cuando la liberaron treinta años
después? Pidió que el Partido Comu-
nista le re-concediera el carnet de afi-
liación de su esposo fallecido.
Les dijo a los burócratas stalinistas:
”ya sé que no a él no le sirve para nada,
a esta altura... pero quiero que mis hi-
jas sepan que su padre vivió como co-
munista y murió como comunista”.
Una de las que puede sonar más
conocida es Rosa Luxemburgo. Mujer,
judía, polaca y renga por los efectos
de la poliomielitis infantil… una mu-
jer que tuvo que luchar contra todos
los prejuicios que fomenta esta sociedad
de opresión.
Pero Rosa no sólo se sobrepuso a
ello, recibiéndose en la universidad de
Zurich con una tesis sobre Economía,

CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||

incorporándose a las filas del Partido
Socialdemócrata Alemán, sino que ade-
más fue una de las más acérrimas ene-
migas de los dirigentes de ese partido
cuando sus diputados aprobaron los cré-
ditos de guerra que llevaron a la ma-
sacre de millones de obreros en la Pri-
mera gran contienda mundial.
¿Y saben qué decían de Rosa los
dirigentes socialistas? “Es una perra ra-
biosa”. Tanto odio contra esta pequeña
mujer –pequeña porque era muy baji-
ta y se subía a las sillas para insultar a
estos traidores a la cara- tanto odio sólo
se puede explicar porque, mientras
ellos decían que el capitalismo se po-
día reformar, que los trabajadores po-
dían conseguir mejoras, que para eso
había que tener más diputados en el
parlamento… Rosa les decía “Socialis-
mo o Barbarie”… no hay salida en el
capitalismo con algunas reformas…
Por eso, cuando la metieron pre-
sa, los trabajadores alemanes se movi-
lizaron para liberarla. Pero estos traido-
res del que había sido su propio parti-
do, la secuestraron, la fusilaron y tiraron
su cuerpo al río…
Justo la noche antes, Rosa había
escrito un artículo muy bello en el que
se burlaba del “orden” que los social-
demócratas le querían imponer al pro-
letariado alemán que había desatado
una revolución.
Rosa les decía, justo esa noche
antes de ser asesinada: “Estúpidos…
¿ustedes creen que el orden reina en
Berlín? Yo me río de ese orden… por
encima de ese orden la revolución se-
guirá diciendo FUI SOY Y SERÉ”.
Así podríamos contar innumera-
bles anécdotas, pero vamos a dejar que
las lean en el libro...
Lo que quería remarcar es que es-
tas mujeres de las que habla LUCHADO-
RAS, tenían la convicción de que la clase
trabajadora no era sólo sujeto de lucha.
Para ellas la clase obrera no era
sólo capaz de luchar por salario, por
mejores condiciones de vida, por tra-
bajo, por tirar abajo gobiernos
despóticos... estaban convencidas de
que la clase obrera era algo más…
era la única clase capaz de socavar
los cimientos de la sociedad capita-
lista, por el lugar central que ocupa
en la producción.
Y también, creían que era capaz
de convertirse en sujeto político, en
sujeto revolucionario, en clase
conciente de su destino y su tarea histó-
rica de arrancarse las cadenas y liberar a
la humanidad explotada y oprimida.
Y eso las hizo fuertes, pioneras,
internacionalistas, combativas, rebel-
des, rojas, indómitas...
Millones de mujeres han lucha-
do por aumento de salario, contra la
desocupación, por mejores condicio-
nes de trabajo, por jornadas laborales
más acotadas... sin embargo, éstas y
otras como éstas –con su convicción y
su confianza en la clase trabajadora-
pasaron a la historia y sus nombres re-
suenan hasta nuestros días, porque de-
safiaron el orden de lo posible.
Algunas personas que leyeron el
libro nos dijeron que les parecía muy
bueno recuperar estas historias para
que las conozcan las nuevas genera-
ciones de trabajadoras, de estudiantes,
de jóvenes activistas y luchadoras…
Para nosotras, es importante
también que sus historias se conoz-
can, pero no sólo por ejercer la me-
moria, sino por las lecciones que en-
cierran para el presente.
En la década pasada, la clase tra-
bajadora había desaparecido del hori-
zonte. Los intelectuales decían que ya
no existían obreros, que las
computadoras, internet y todas las nue-
vas tecnologías habían borrado a los tra-
bajadores de la faz de la tierra.
Claro, los trabajadores, mientras
tanto estaban casi sepultados bajo el
altísimo índice de desocupación, las
enormes traiciones de la burocracia sin-
dical que vendió hasta a la abuela y los
gobiernos neoliberales entregados de
pies y manos al imperialismo.
Pero ahora, eso cambió. Asisti-
mos a un proceso extendido de recom-
posición de la clase trabajadora que se
expresa en luchas y organización.
Peleas por el salario, nuevas di-
recciones sindicales, recuperación de
las comisiones internas…
Y junto con eso, una extendida
politización que recorre no sólo la Ar-
gentina, sino también todo el continen-
te, de la mano de gobiernos que inten-
tan capitalizar este nuevo sentimiento
antineoliberal que expresan las masas.
Miles de trabajadoras y trabajado-
res, luchadoras de hoy salen a pelear
pero tienen muchas ilusiones en que,
desde arriba, se pueden solucionar sus
problemas.
Si ayer el dogma era que la clase
obrera estaba muerta… cuando el
muerto se puso de pie, el dogma se
cambió por otro que dice que ya no
hay perspectivas para la revolución so-
cial, que hay que aceptar lo que se pue-
de conseguir, pequeñas reformas… ¡El
mismo dogma que hace más de un si-
glo enfrentaba Rosa Luxemburgo!
En vez de socialismo, nos dicen
que tenemos que construir un capita-
lismo serio; en vez de recuperar nues-
tros recursos naturales de manos de las
sanguinarias empresas transnacionales
nos dicen que tenemos que pedirles
que no nos roben tanto.
En vez de una educación libre y
gratuita, las chicas y los chicos chilenos
tienen que soportar los palos y los ga-
ses de los carabineros de la «sensible»
señora Bachelet. ¡Y nos decían que era
un gran triunfo del feminismo que
Bachelet fuera presidenta!
En Francia, después de las impre-
sionantes movilizaciones estudiantiles
contra la flexibilización laboral, los so-
cial-liberales –como los que tuvo que
enfrentar Rosa Luxemburgo- están
candidateando a una mujer, para capi- 41
talizar el descontento con el gobierno.
Porque las mujeres siempre dan
la impresión de ser más honestas, más
buenas, menos corruptas, queda bien…
Y nos quieren hacer creer que
sólo con que haya más mujeres en los
gobiernos, en los parlamentos, en el
Banco Mundial y los organismos inter-
nacionales ya es bastante. ¿Para qué
luchar por la emancipación de las mu-
jeres si ya estamos consiguiendo al-
gunos cambios?
Podríamos preguntarle a las mu-
jeres y las niñas iraquíes en qué les fa-
voreció el gran logro de que una mujer
¡y negra!, como Condoleeza Rice, ocu-
pe el cargo de secretaria de estado…
En Argentina, nosotras estamos
siendo atacadas porque después de
participar durante un año de una cam-
paña unitaria por el derecho al aborto,
les dijimos al resto de las organizacio-
nes que había que enfrentar las decla-
raciones del gobierno –que ahora es
amigo de la Iglesia, de nuevo- y que no
podíamos pasar, de luchar por el dere-
cho al aborto, a reclamar que se cum-
pla con la legislación existente…
¡Con esa legislación existente to-
davía siguen muriendo más de 400
mujeres por año en la Argentina por las
|||C U E S T I O N A N D O DESDE EL MARXISMO
 consecuencias de los abortos clan-
destinos!
Pero no nos pasó sólo a nosotras.
Uds ya sabrán cómo terminó el acto del
24 de marzo, cuando el gobierno quiso
impedir que se denunciara que es el
responsable de tener militarizado al
pueblo de Las Heras, con trabajadores
presos por luchar.
Y, lamentablemente, también
sabrán que después de luchar durante
25 años contra la impunidad, algunos
organismos de DDHH emblemáticos,
han decidido hacerle el “aguante” al
presidente, resignando su compromiso
social a cambio de algunas pocas cosas
posibles…
LUCHADORAS tiene sentido, en-
tonces, sólo si se lo considera desde
este punto de vista.
Porque no somos historiadoras
profesionales ni eximias escritoras. Las
autoras somos militantes de izquierda,
que ambicionamos algo más que lo
posible y queremos decirles a nuestras
lectoras y lectores que no somos “chi-
cas raras“ que pedimos “cosas raras”.
Que hubo en la historia, cientos
42 de mujeres y varones que saltaron las
vallas de lo posible, lo moderado, las
CUESTIONANDO DESDE EL M A R X I S M O |||
reformas y molestaron a los gobiernos,
a los partidos patronales, a los traidores
de la clase obrera, a los burócratas sin-
dicales acomodados en sus sillones…
Queremos recrear la idea de que
es necesario construir una organización
que refleje la voluntad colectiva de
millones de explotadas y explotados,
oprimidas y oprimidos de cambiar esta
sociedad radicalmente.
No para obtener algunas mejo-
ras… sino para terminar de una vez y
para siempre con la explotación capita-
lista y todo tipo de opresión.
La revolución socialista no es con-
dición suficiente para acabar con la
opresión milenaria de las mujeres. Pero
si el capitalismo genera 1300 millones
de pobres, de los cuales el 70% son
mujeres y niñas, la revolución socialis-
ta es condición necesaria.
Así se vista de neoliberal o de re-
formista, el capitalismo es un sistema
que siempre –ineludiblemente- se
basa en la explotación de una clase de
millones de seres humanos por otra
minoritaria clase de parásitos.
Por eso LUCHADORAS, HISTO-
RIAS DE MUJERES QUE HICIERON HIS-
TORIA, no tiene las pretensiones de una
obra literaria o académica… estaría
cumplido nuestro anhelo si se lo consi-
dera un libro militante, para contarle a
la amiga, a la compañera de la fábrica y
la oficina, a la joven que se sienta en el
banco de al lado, en la universidad y la
escuela.
Aspiramos a que estas historias
lleguen a las mujeres que hoy luchan
por sus demandas, por mejorar las con-
diciones de su existencia, por aumento
de salario, contra los despidos, por la
educación gratuita, contra la
flexibilización…
Para invitar a que estas LUCHA-
DORAS de hoy, trasciendan el hori-
zonte que nos quieren imponer de lo
posible y se atrevan a escribir las pá-
ginas de la historia futura.
Gracias.
Andrea D’Atri
 43

|||C U E S T I O N A N D O DESDE EL MARXISMO

 Impreso en octubre de 2006 en
Chilavert Artes Gráficas
Taller recuperado y gestionado por sus
trabajadores
Chilavert1136, Buenos Aires, Argentina