ARZOBISPAL DE AREQU|PA2O2
r)eas nos sulnerge ell una clescripción histórica de la iglesia Arequi¡.rña de Quequeña Más
que comentar o hacer un resunren del artículo, es nuastr() deseo tecot-tocer el sólido conoci-
rniento del tetrta ¡ror parte ,Je su autor. La ex¡rosición que abarca rnás de dos siglos de histo-
ria tie la inslitr-rción, corrstitr-tye un interesate y ameno relalo
E¡rfoca crl paso cle dicha iglesia por la historia Arequipeña, sus párrocos sobre
y to-
do nos proporciona una amplia y pormenorizada descripción de sus riquezas ilrteriores
y e*teriorns; entre ellas destaca el Altar Mayor, las tallas del Jesús Nazareno y también
otras imágenes venerables. Muestra la mixtr¡ra en el trabajo de la madera tallada el
y
clásico y reconocido sillar areqtripeñpladenrás hace hincapié en las modernas repara-
ciottes y agregados, en especial, después del terremoto de 1868
Cabe un reconocimiento al autor de dicho artículo por la capacidad de síntesis
en pocas
denrostracla. Muclras veces quisiéramos ¡roder escril¡ir la historia de una iglesia
páginas preser-rtárrdola desde sus orígenes llasta la actualidad, lo cual se nos pt'esenla
un reto a afrontar ¡lor parte de las nuevas generaciones
clifícil. lrabajos así representatr
que empiezan a asomarse en los trajines de la investigación histórica.
F-l artículo sobre "cacicazgo y poder en el Valle de Moqr-regua siglos XVII
y XVlll",
nos perntite conocer los apoltes de la irrvesiigadora Teresa Cailedo en materia de caci-
cazgo (institución ,lifícil de erliender por su ambivaler-rcia registrada a lo largo de su de-
senvolr,rimiento), y sus cliferentes facetas en el contexto colonial.
La autora expone "... esie trabajo pretende demostrar la evolución secltlar que el
pocler inclígena experinrentó a lo largo del período colonial" (p 18) Y es
justamenle
ello lo que h'ansnlite su trabajo: explicar cónlo el Caciqr.re lucl'ra ¡lor no perder su poder,
afirnrá¡close cada vez más en é1, perrnitiendo así: "... la pervivencia vital de esta unidad
social" (p. 18). El papel clel Cacique es analizado ¡ror la autora. desde str condición de
puente entre dos socieciacles desconocid¿rs'
Eri sr.¡ ítem sobre el caciqire conto causa de transctlltttrización nos describe lo arriba
'l
168 N'ieva Sínle sis. I!ro 3 945
mencionado, así como la implantación de sus leges y o¡denanzas.
En el desarrolto o evolución del Cacicazgo, se observa su asimilación por parte del
sistema colonial, y la desconfianza que existía de este último hacia la figura del cacique.
El hecho señalado por la autora de que los caciques tuüeron funciones recaudadoras
significó para ellos mismos un arma de doble filo, pues, por una parte, si recogían lo
que mandaba el gobierno se producía un enfrentamiento constante con las comunida-
des; por el conhario, se generaba el enfrentamiento con las atrtoridades, dándose dis-
tintos liügios por la reducción de irnpuestos y tributos.
l-a autora remarca esta doble posición ejercida por los caciques. Luego expone soble
las alternaü'¡as planteadas para el Cacicazgo: el Alcalde de Nah¡ales, el cual vendría a
cumplir similares actiüdades que las del cacique. Er este punto la autora percibe claramente
eljuego colonial de poner en el cargo a otra persona (que no tenga necesariamente rasgos
de nobleza) para que sea un "servidor fieI", el cual podría ser remoüdo del cargo.
Pero también este juego (aunque Maquiavélico) serviría para medir el grado de
oposición. iPor qué?. El Alcalde de Naturales,como en la mayoría de los c¿sos
(algunos de estos cargos fueron cubiertos por los mismos caciques para no perder su
poder), provenían de la masa tributaria. Era un indio que tenía conocinriento acerca de
su situación; por ello sólo tenía dos posibilidades: o se inclinaba a las autoridades o a
sus congéneres (como lo explica vagamente para el caso de Moquegrra). No era políti-
co, ni priülegiado, como el Cacique que velaba por no perder sus propiedades ni a sus
hibutarios. "... Los alcaldes de naturales fueron los primeros en tornar una iniciativa de
repulsa contra el abuso de poder ejercido por las autoridades coloniales" (p.24).
Hnalmente, explicará el enfrentamiento de los alcaldes de naturales y comunida-
des conha el teniente (otra figura que aparece directamente en Moquegua como parte
de la invesügación), que llega a aglutinar el poder anterior ejercido por el cacique y el
alcalde de Naturales.
Dentro del juego colonial, se presenta el ejercicio de quitar el poder y represenla-
tiüdad a la masa indígena. Si bien es cierto que algunos caciques no lo perdieron, los
Alcaldes de Naturales hataron de subsanar esto. Luego la figura del Teniente logró
sentar esos anfigtros propósitos en favor de la Colonia.
Oho de lo3 arfculos que constituyen la reüsta es "l-os fuchivos Religiosos en
América Latina", del Presidente de la Comisión de fuchivos del Perú arrte la O.E.A., Dr.
César Gutiérrez. Muñor,. El tíhrlo del artículo es sumamente interesante pero al revisar
sr"rs páginas no trallalnos información - salvo unas líneas - sobre el tema respecüvo, a
pesar de estar fechado en Setiembre de 1992, año de mucha difusión para los temas
de España, América y sus lnstihrciones. Por ello nos permitimos agregar que el autor
está en deuda con la comunidad archivísüca y público interesado en el tema, pues no
ponemos en duda su amplio conocimiento sobre el tema que quiso abordar.
Párrafo aparte merece el babajo de harscripción efectuado por la Directora del fuchivo
Azobispal de Uma, la Dra. L¡ura Gufiénez A'rbulú, tittrlado "L-c Diezmos del Obispado de
fueqr-ripa, a principios del siglo XVI|'. El documer.rto presentado por la Dra. Guüér¡ez es de
surna importancia, como ella misma lo acredita : "... expone la c¡ntidad y el vabr de cada
una de las especias que han recibido enhe loe años 1623-1626 los miernbros más represen-
tativos de la iglesia fuequipeña", asícomo tarnbién de las parüdas existentes y sobre toclo del
comercio de aqueüos años en ese circuito econónrico.