2 y de repente, vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual
llen toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentaron sobre cada
uno de ellos.
4 Y todos fueron llenos del Espritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas,
segn el Espritu les daba que hablasen.
5 Moraban entonces en Jerusaln judos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el
cielo.
6 Y hecho este estruendo, se junt la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los
oa hablar en su propia lengua.
7 Y estaban atnitos y maravillados, diciendo: He
14 Entonces Pedro, ponindose de pie con los once, alz la voz y les habl, diciendo: