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EL PROTAGONISMO DEL PODER JUDICIAL EN EL MARCO DEL DERECHO PROCESAL A TRAVES DE LAS MEDIDAS CAUTELARES: EL DEBATE ENTRE EL EFICIENTISMO Y GARANTISMO PROCESAL (LA EXPERIENCIA DEL CASO LUCHETTI) Ratil Canelo Rabanal Como reflexién inicial debemos decir que el “Poder Judicial no es un poder distinto. Tiene que funcionar en piiblico con transparencia y soportando las eréticas. La transparencia aseguraré a la poblacién que las jueces que entienden en una causa tienen como ‘inica influencia la ley. La justicia no es patrimonio exclusiva de los hombres de derecho, y sélo un poder judicial transparente que aplique la ley e informe de sus actos contribuye a hacer una sociedad mds justa. En los estados democraticos la caracteristica debe ser la transparencia de los actos de gobierno. Los regimenes dictatoriales o tirdnicos tienen como caracteristica la opacidad de los actos de gobierno. Por eso cualquier intento de opacar esa trans barencia puede ser tomada como una maniobra para ocultar sus actos y evitar asi el control” *, 1. Antecedentes: el caso Luchetti Un grave mal que nos ha afectado desde la co- lonia, y que se convierte en un acentuado fendmeno de nivel regional en esta parte del mundo, €s la co rrupcién generalizada de Funcionarios, politicos, magis- trados y autoridades en general. El fendmeno es bas- ante complejo, ya José Carlos Maristegui sefialaba 2 ésca como resultado de la herencia colonial. Pasa de lo personal a estructuras politicas, administrativas y co. merciales, pero tienen un elemento comiin que es la “Juez ba de tener sal de conciencia y sal de justicia, porque sin ciencia seria insipido y sin conciencia diabélico”. (Castillo de Bobadilla) pérdida de valores como la justicia. El Perti no es ajeno esta realidad, y es en estos tilrimos afios que dicho mal se extendié a todo el sistema politico y adminis trativo de nuestro pais y que pese a ser denunciado en su oportunidad y ante diversos foros, munca fue revisa- do, necesitandose para ello la humillance prueba plas mada en documentos irrefutables que se difundieron piibficamente, y los cuales hicieron caer todo un régi- men de gobierno ante la extensa evidencia, EI presente articulo ademés de ser parte de un anilisisrespecto de la utilizacién de mecanismos pro- cesales, como las medidas cautelares, en beneficio de intereses oscuros, produciendo su abuso y desborde, asi como la presencia perturbadora de elementos ex. trafios al 6rgano jurisdiccional cuya influencia negativa lo convierten en un posible instrumenco del poder po- litico, y éste a su vez en inserumento de interests priva- dos, es en realidad una introduccidn al debate entze el ‘garantismo” y “eficientismo” procesal, como formas de afrontar a las situaciones y hechos juridicos que se presentan en el desarrollo de un proceso Asi frente al atropello que significé la construc cién de la planta industrial de la Empresa Luchetti Peni S.A. (en adelante Luchetti), en el distrito de Chorrilos, Lima, en el drea de los “Pancanos de Villa”, los cuales se enconteaban protegidos por la Convencién RAMSAR’, la Municipalidad de Lima Metropolitana (en adelante la Municipalidad de Lima) al decectar Citado por VASQUEZ SOTELO, Jost Luis en Sitemas juidiuy frmacidn de nee y bygadss, PPU, Barcelona, 1995, p. 34 FRASCAROLI, Maria Susana. Crimen, castigo ytliuin, Bn XI Becueneeo de derecho proces, Buenos Aires, p. 443, © Bl Rent ha incorporado a Locernacional Es sche Ia Conservaci6n de las Especies Mi su legislacidn las normas incernacionales contenidas en la Convencia Rel almente como Habitat de Aves Acuiticas,celebrado en Ramsar el 2 de febrero de 1971, y el Con aciva a los Humnedales de In ias de Animales Slvestes,celebtado en Bonn el 23 de junio de 1979, ratifcados mediante Ia Resolucién Legislativa N® 25353 y el Decteeo Supremo N° 002.97-RE 34 dicha construccién ireegular,expidi6 una resolucién por la que st exigié a Luchetti la paralizacidn de las obras. Frente a ello Luchert inicié una Accién de Am- paro, con la consiguiente medida cautelar, ante el Juez de Derecho Pablo, para que le permitan coneinuae la obra en Chorillos,sustentindola en las siguientes pretensiones: = Derecho a la propiedad. = Derecho ala igualdad ance la ley. = Derecho alla libertad de empresa y ala libre comperencia. = Derecho af debido proceso. La indignacién ciudadana se refleié en el pedido de la ciudadana Rossina Prieto Llanos, quien al amparo del Cédigo del Medio Ambiente, que permite a cual- quier ciudadano proteger el patrimonio ecolégico de la Nacién, solicité una Medida Cautelar de No Innovar Fuera de Proceso en la via civil, por la cual se exigid que el Juez Civil ordene a Lucherti el cese de la cons- truceidn y a lt Municipalidad de Lima que no otorgue Ja licencia. El pedido de esta ciudadana fue admitido por el Juez del 3. Juzgado Civit de Lima, quien expi- did una Resslucién declarando fundado el pedido cau- telar. Dicha medida fue apelada por Luchetti y confor- ime al eramite establecido se elevo a la Corte Superior. La Sala Civil confirmé la Resolucién del Juez En este estado, se habian dictado dos me- didas cautelares, una a favor de Luchetti expedida por el Juzgado de Derecho Pablico y confirmads por la Sala de Derecho Pablico, y otra a favor de Ja ciudadana Prieto contra Luchetti expedida por el Juez Civil y confirmada por la Sala Civil. Habiendo dos resoluciones contradictorias, en principio tuvo primacia la expedida por el Juez Civil en tanco ésta se ejecuté primero. Esta soluciéa la ororga expresamente el Cédigo Procesal Civil en su articulo 639 que establece el principio de prioridad en el tiempo en caso de concurrencia de Medidas Caucelares*, Asi- mismo, la medida caucelat civil es ejecutada y luego recién el afectado se puede apersonar para interponer apelacién, la misma que es sin efecto suspensivo’, a © EPC. Asticulo 639. Concu a Rail Canela Rabanal diferencia de la solicieud de suspension del acto viola torio contenida en al articulo 31 de la Ley 23506 que dispone la apelacién en doble efecto*. Ante tal problema de concurrencia de medidas cautelares, en forma extrafia, Luchecti solicieé ante la Corte Suprema de la Repablica, Sala Constitucional y Social, para que el Juzgado Civil se inhiba del cono- cimiento del proceso de “cese de abuso de derecho", & favor del Juzgado de Derecho Piblico. Ei Juez Civil no acepté la inkibicién porque no procedia dado que yase habja ejecutado la medida cautelar. Los abogados de Luchetti apelaron de dicha denegatoria de inhibito- ria, pero fue confirmada por la Sala Civil. Ante ello, los abogados de Luchetti, presentaron recurso de Casa- ign, el que fue denegado. Excrafiamente, los representantes de Luchetti interpusieron queja por denegatoria de recurso de Ca- sacién, ante la Corte Suprema, la que ILEGALMENTE y de modo improcedente fue declarada FUNDADA, pese a que dicho recurso de casacién era evideatemente IMPROCEDENTE dado que se trataba de una resolu- cid que resolvia un incidente, vontraviniendo abierta- mente lo dispuesto en el articulo 385 del Codigo Proce- sal Civil ’ ya que no se encontraba dentro de algunas de las situaciones tratadas en el mencionado articulo. Asimismo, en la resolucién de queja, se DECLARO NULO todo 10 actuado incluyendo lo tramitado ante el Juer Gui, ordené que se wuelva a eramitar el incidente de inhibitoria, indicando que de haber apelacién lo RE- SOLVERIA la SALA DE DERECHO PUBLICC. En tales ciscunstancias, el Juez Civil nuevamen- te resolvié la inhibitoria a su favor y apelada por los demandadlos ante al SALA DE DERECHO PUBLICO, ésta finalmente resolv la competencia a favor del Juez de Derecho Pablico La Corte Suprema y el Juzgado de Derecho Pa- blico, contra Ia naturaleza del proceso, acumulé una Accién de Conocimiento en la via civil, promovida por persona distata a una Accin de Amparo. Se trataban de Acciones que por su naturaleza no son acumulables. cia de medidas cautelares.- Cuando dos o més mevldas afectan un bien, tas sseguran ls pretensién por la que han sido concedidas, atendiendo a la prelaisn surgida de a fecha de su elecuci6n, Sino se pudiera probar fehsciertemence Ja prelacin, se atenderd a la esablecida por los derechos que sustentan la pretension + CPC. Aniculo 637, Tramite dela Medida cautela al cérmino de la ejecucin 0 acto inmediatamente posterior, se notificars al afeccado, quien recién poded apetsonatse al proceso € interponer apelaién, que sera concedida sin efecto suspensivo” superior. 1. Las sentencias expedidas en revision por las Cortes Superiore; Ley 23506, articulo 3: “La resolucién que dicta of Juez, © en su caso, la Corte seré recueible en doble efecto ante Is instancia CPE. Aniculo 385.- Resoluciones conte las que pracede el recurto- Slo procede el recur de casscise conte: 2. Los aucus expedidos por las Cortes Superiores que, en revsin ponen fin al proceso; 3. Las eesoluciones que la ley sefale is seo Rabanal Rail. y que por otro lado al ser demandantes distincos cam- poco se podia acumular y, lo que es peor ¢ ilegal, se dio Ja acumulacién de un proceso de conocimienco en un proceso de carécter sumarisimo como es ¢l amparo. Asi este proceso se ha convertido en un caso emblemético, en el que la incerferencia de otros érganos politicos en el Poder Judicial han propiciado estrategias puramente formalistas, mal utilizadas por los opera- dores del derecho y que convierten en ineficaz el dere- cho a la turela jurisdiccional efectiva, que en el caso de la medida cautelar supone eviear un dafio de contenido irrepasable, antes de que se obtenga la decision de mé- rito sobre la base del derecho que se ha violencado. 2, El debate entre el eficientismo y garan- tismo procesal Enel eramite de este proceso encontramos vari siewaciones su generis encse lo sustancial y lo formal, aparte de lo legal y lo extra legal, que pasan en diferen- res grados de lo anecdético a lo inmoral ¢ ilicto, A raiz del caso en cuestién, Luchetti solicits informes legales a algunos conocidos juristas*. Enere ellos destaca el presentado por el doctor Jorge Peyrano ‘que sustentaba como puntos fundamentales: 4) La aplicacién del principio de prevencién; b) La improcedencia de tramitar y obsener una medida cautelar de no innovar fuera de proceso; ©) Lalegitimidad para obrar que goza una persona natural para solicitar la cutela del medio ambiente, y; 4) La doctrina de los propios actos. En cuanto al primer punto mencionado, debe decirse que la legislacin procesal civil en el Pera esta- blece las reglas para fos casos de prevencién, en sus articulos 29 y siguientes. Asi el Cédigo Procesal Civil sefala que “Articulo 31.~ Prevenciém dela competen- cia funcional.- En primera inseancia la prevencién s6l0 ¢s procedente por razén de territorio”, lnego es inad- isible pensar que en primera instancia pueda haber tuna sicuacién de prevencién de la competencia funcio- nal. Seguidamente, para los casos de prevenciéa se debe tratar de los mismos procesos, es decir, que cumplan con la eriple idenridad que permicitia su acumulacion, En el presente caso se rrata de dos procesos que corres- ponden a pretensiones distintas, y en los cuales las parces procesales son diferentes De otro lado, tal como indica Peyrano, la apli- cacién del principio de prevencién, citando a Jorge * Aquilio “Luego y por todo lo expuesto, sélo cabe concluir, que por el camino de la prohibicién de innovar no se puede impedir que prosiga el juicio promovido por ante otro jue2” y citando jurispru- dencia argentina sefala: “No es admisible que un juez, mediante una medida de no innovar, se atri- buya jurisdiccién para impedis el cumplimiento de una sentencia de desalojo dictada por otro juez enejercicio de su competencia”, luego mas adelante agrega “la jurisprudencia ha sostenido que la me- dida cautelar resulta inadmisible cuando tiende a suspender el tramite de otro proceso”. El principio ces que la prevencién tiende a evitar sentencias contra- dictorias en un mismo proceso y que no se impida la continuacién de un proceso, Pero, vemos que justamen- cees mediante la incorrecca intespretacién de la preven- cign que la acci6n de amparo presentada por Luchetsi impidi6 el eramite de una demanda ordinaria respecto del cese de abuso de derecho y dafio ecoldgico. Asi el “escindalo juridico”, a que s¢ refiere el autor sélo es nototiamente entendible ahora con el conocimiento de las oscuras maniobras de Luchetti para la obtencién de sus fines y que buscé un sustento doctrinal errado y conrtatio a derecho, utilizando el bien ganado prestigio de algunos académicos quienes fueron sorprendidos, Hegando incluso a acacar el prestigio de los cotegas que patrocinaban a su oponente, bajo un velo de dis- torsionado e hipécrita academicismo, De otro lado, dentro de los fundamentos esgti- midos por la empresa Luchetti, se defendié la posicién de la imposibilidad legal de una probibicién de no innovar fuera de proceso en el Cédigo Procesal Civil. Sustentaban su opinién ea una comparacién literal de los articulos 682 y 687 del Cédigo Process Civil, i del cexto del articulo 682, se indica que ‘Ante la inminencia deun perjuicio irreparable, puede el juez dictar medidas destinadas a reponer un estado de hecho o de derecho cuya alteracion vaya a ser 0 es el sustento de la demanda, Esta medida es excepcional por lo que silo x concederé cuando no resulte aplicable ‘tra prevista en la ley”. Por otro lado el articulo 687 del Cédigo Procesal establece la “prohibiciOn de no inniovar” como medida caucelar de cardcter excepcional, que en su cexto indica “que ante la inminencia de un perjuicio irreparable, puede el Juez dictar medidas destinadas a conservar la situaciin de hecho 0 de derecho pre- sentada al momento de la admisién de la demanda, en relacién a personas y bienes comprendidos en el proceso. Esta medida es excepcional por lo que se concederd silo cuando no resulte de aplicacién otra prevista en la ley.” © PEYRANO, Jorge. Informe presentada en el proceso seguid por Rossina Prieto con Lucheti-Pen S.A, y otros sobre cese de abuso dle derecho y ott0e, Cuaderno Cautelar, Exp. 3947-98, “También se iene el informe presentado por Domingo Gar Jozgado Civil de Lima. a Belainde, publicado Iuego en la revista Dialog cot la jrspradeaca, a0 IN, N’ 09, 1998. “El eazo Luchetti, propiedad y paraernalia en un proceso constitucional 36 Pucs bien comparando el cexto del articulo 682 reference a la medida cautelar innovativa, se indica aque ésra se refierea situaciones que “aya a sero es el sustento de la demand”, sin embargo en la formula del articulo 687 reference a la prohibicién de no innovar se indica que las situaciones se presentan al momento de la “admisiin de la demanda”. Esta redaccién hace presuponer que en un caso, la medida innovativa, se puede realizar en forma ancicipada, pero que en la me- dida de no innovar slo procede una vez admitida la demanda. Tal distincién, ademas de resulear exagera- damente formalista, nos parece que no responde al espiritu del Cédigo Procesal Civil. Asi el articulo 618 del Cédigo Procesal Civil, el ‘cual se encuentra en el Titulo IV: Proceso Cautelar, Capitulo f: Medidas Cautelares, Subcapitulo 1: Dis- posiciones Generales, sefiala que “ademas de las me- didas cautelares reguladas, el Juez puede adoptar me- didas anticipadas destinadas.a evitar el perjuicia irre parable o asegurar provisionalmente la ejeeuciin de Ta sentencia definitiva”. Pues bien, esta norma es la que contiene el po- der cautelar general, que es el medio que permite la dacién de las medidas cautelares atipicas, y que se cons- ticuye en una norma de remisién que otorga al juez la posibilidad de crear una siuacién juridica basada tnica- mente en su libertad interpretativa puesta al servicio de la resoluci6n del proceso, sin que ello origine arbitea- riedad. La aceptacién del poder cautelar genérico en los distintos sistemas procesales ha constituido, sin lugar a dudas, un paso adelante en la hucha por la ineficacia del proceso. Es una muestra de que ialibertad de interpretacién del Juez no se restringe al plano narmativo, sino que el peso de su funcién debe ubicarse en la solucién del problema concret. Esta disposicién consagea la potestad jurisdic- cional de ordenar las medidas que se juzguen adecuadas para evitar los eventuales perjuicios. Estamos en pre- sencia de una norma casi en blanco, para que sea llena- da porel magistrado. Este amplio poder tiene naturaleza discrecional, del mismo modo que en el Derecho de Fa- rilia se acribuye al juez la decision sobre la tenencia de los hijos, oen el Derecho Penal la graduacién de la pena que se aplicara al delincuente. Pero discrecionalidad no cs arbitrariedad, Es solamente libertad de eleccién 0 de determinacién dentro de los limites de la ley. Se corres- ponde esta facultad con la inevitable existencia de lagu- nas dentro del orden juridico, originadas por la Ley, por su necesaria abstraccién y generalidad que se ve a * RENGEL ROMERO, Aristides, “Medias cautelares innominadas Janeiro, mayo de 1997 a Rail Caney Rabamal menudo imposibiliada de determinar las reglas de con- cducta para peculiaridades infinitas de los casos coneretos. Aqui el Juez debe ser verdaderamente Juez, y la mecodo- Jogia a emplear no puede reducirse al viejo silogiseno. Por el concratio, cratari de hacer posible la adapracién del derecho al problema concreto. Debe valorarse inde- pendientemente, por lo que el legislador se ha confesado impotente para prever todas las facetas de la realidad. El poder caurelar general resulea ser entonces una facultad circunstancialmente arribuida a los jueces para decidir sobre los hechos de la causa 0 apreciar los elementos que obran en la misma, sin estar sujeto a la previa determinacién legal, con arreglo a su leal saber yentender. No ¢s por tanto, una discrecionalidad arbi- «raria sino una discrecionalidad técnica. Mey una cono- ida maxima recogida en algunas legislaciones proce- sales, que sefiala: Cuando la ley dice “el juez puede o podra” se entiende que lo autoriza para obrar segiin su prudente arbierio, consultando lo mas equitativo 0 racional, en obsequio de la justicia y la imparcialidad. En esencia, se trata pues de una facultad que hace honor ala parte mas noble de la persona del Juez: su razén y su conciencia, al servicio de la Justicia sa posibilidad ha de reservarse exclusivamence a las situaciones en las cuales la naturaleza de la relacién ssustancial y os pormenores sometidos a su juzgamienco asilo imponen, sobre la base ~como lo quiere Morello" de una urgencia impostergable, en cuyas circunstancias cel Juez cendra esencialmence en mira, que este tipo de medida tiende a anticipar en el tiempo los efectos de la sentencia de mérito, Aparece asf configurado un ejer- cicio de la funcién jurisdiccional en grado excepcional, porque el magistrado esté llamado a emicie un pronun- ciamiento de resonancias idénticas o similares al que advendria nacuralmente en la etapa conclusiva, Estas caracteristcas determinan sustancialmen- te diferencias con la actividad cautelar normal, pues en el nuevo terreno no puede regir ya un critesio amplio de admisién, antes bien, el ororgamiento ha de ser testtictivo. La apreciacién de la verosimilitud de dere- cho y del peligro en la demora habs de tornarse estric- ta. La contracautela sera complementada en forma cfectiva y rigurosa. ¥; fandamencalmente, el eje estar dado por un convencimiento firme en lo que se atafte ala iereparabilidad det perjuicio que habria de asegu- rarse en caso de no adoptarse la medida" El tercer punto esgrimido por Peyrano a favor de Luchetei fue la legitimidad para obrar que goza En XI Jornadas Iheroamericanas de Direto Procesual, Rio de ™ MORELLO, Agusto, La centle material. J.A., Suplemenco N° 5802 del 11/51/92, p. 19. NESTOR DE LAZARRI, Eduardo. “La cautela material’ ticia mas efectiva", Santiago de Ester, 1993, En XVII Congreso Nacional de Derecho Procesal Civil “Hci una jus- a Rasil Cano Rabanal una persona natural para solicitar la cutela del medio ambiente, concluye el autor ‘As, las cosas, comprueho que a todas luces, el articulo 82 del CPP no otorga tal aptitud para postular a las personas naturales. Por lo que ninguno de los procedimientos instrumen- tados por el CPC podria ser hecho valer por una per- sona natural que procure la defensa del medio am- biente. En vez el articulo 26 de la Ley 23506 de Ha- beas Corpus y Amparo le otorga ast la susodicha apti- tud a cualquier persona, siempre y cuando, claro est dicha actividad postulatoria no venga a conculcar el principio de prevencién y sus corolarias”. Para responder a tal afirmacién, en principio debemos remitirnos a lo afirmado por Fernando de Trazegnies, citado por Natale Amprimo™, “La accién brivada puede suscitarse ya sea para bacer que el Estado cumpla con sus funciones propias y con la mi- sidn de velar por el medio ambiente que el otro orden Juridica le ba encomendado, ya sea para movilizar directamente al Poder judicial a fin de bacer lo que el Estado no hace. Por consigniente estamos a ante un derecho individual dela més alta jerarquia, ya que tiene una base constitucional. A su vex el Cadigo del Medio Ambiente y los Recursos Naturales precisa en su titulo Preliminar que toda persona tiene el derecho irrenunciable a gozar de un ambiente salu- dable equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida. El Cédigo Civil contiene también disposiciones que permiten complementar la bateria de principios juridicos que pueden ser utilizadas como armas pri- vadas en esta lucha por el ambiente. Lego citando a Morales Godo, afiade, “Tratdndose de intereses indivi- duales 0 colectivos no existe mayor problema respeito de la legitimacion; sin embargo, tratandose de los intereses difusos existen dos posibilidades para el orde- namiento juridico: 0 se crean organismos especiales para la defensa de lo mismos, 0 se adaptan a los meca- nismos existentes. A nivel de la legislacién comparada se ba ensanchado “la franja del remedia procesal”, reconaciendo el derecho a litigar a: a) cualquiera de los individuos afectados, b) al Estado, a través del Ministerio Puiblico o de alguna Procuraduria,¢) as0- ciaciones 0 instituciones sin fines de lucro”. Luego, conforme se aprecia, la legitimacién para obrar en las acciones del medio ambiente no se restringen a las estipuladas en el arefculo 82 del Cédigo Procesal Civil, sino que una opcién legislativa para ampliar la titu- laridad ademas de los afectados, al propio Estado a través del Ministerio Pablico, y las asociaciones que sin fines de luero que ageupen intereses comunes en tal sentido, resultando en consecuencia erréneo el argumento indicado por J. Peyrano, en el informe presentado para tal efecto. © AMPRIMO, Natale, 9h 6. p.134 $y Finalmente, en dicho informe se anota que la conducta contradictoria de la Municipalidad de Lima Metropolitan afecta la "Teoria de los propios actos", por la cual la conducta de las partes debe ser coherente en todoel proceso. Sin embargo, también se debe ano- tar que no existe norma que obligue a una persona a allanasse ante la contundencia de un argumento, por cuanto, en caso contrario, no tend sentido la existen cia de dicha forma alternativa de resolucién de conflic- tos. Asimismo, debe de tomarse en cuenta que la Municipalidad de Lima, al ser un ente de derecho publi co su actividad se encuentra reglada, es decir, que no produce actos sino es de acuerdo a su reglamento, en este caso del Poder Judicial, y por tanto sélo el Poder Judicial puede ordenar el cese de los actos para la ‘obrencién de algiin tipo de licencia ya que de “mutuo propio” o ante la solicitud de un terceso estaria imposi- bilicado, resultando, en este caso, el Poder Judicial co- 10 instrumento eficaz pat el control social y el cum- plimiento de los procedimientos administrativos por sus autoridades: Es en este punto que advertimos el debate entre el denominado “eficientismo procesal” y el “garantis- mo”. Desde nuestra petspectiva, el referido informe contradice las ideas emblematicas respecto ® las me- didas cautelares innovativas y a sus propuestas y estt- dios del proceso urgente o medidas autosatisfactivas, al atacar el fundamento de éstas: el rol del Juer y sus facultades discrecionales. En efecto, en un exceso de formalismo que no suscribirian quienes se oponen al tema de las medidas innovativas, y quienes defienden i gacantismo procesal, sefialaba en su informe, que en definitiva: es improcedente tramitar y obtener en el marco de Ia legislacién peruana una prohi- bicién de innovar “preventiva” o “fuera de pro- ceso”. Cuando en realidad, por lo menos la aplicacién ¢ interpretacién en el Peri de! Cédigo Procesal Civil, sipermite el uso de estas medidas fuera de proceso, ‘0 debemos olvidar que el proceso tiene como funcin hacer realidad una eutela juridiea efectiva y que la medida cautelar tiene como fin el garantizar di- cho ejercicio de la tutela efectiva y no caes en el laberin: to dela exagerada formalidad y la incerpretaciéa liceral de las normas, sino de una ineerpretaciGn inteligence y armonizada de las mismas. Manifestaba Alvarado Velloso', con relacién a la definicién del objeto del proceso, “gue la serie de actos reciéy descriptos —afirmacién, negacién, confir- ‘macién y alegaciin~ constituye el proceso, entendido como medio de debate. Toda la serie procesal ~pro- cesamiento~ tiende a obtener (utilizé la palabra © ALVARADO VELLOSO, Adolfo, Inraduccién af etadio de dorcln praca. Primera parte, Rubinzal Culzont, Santa Fe, 1997, p. 28. 38 objeto en su tercera acepeién castellana: término 0 (fin de los actos) una decaracién del juez ante quien se presenta al litigio, Tal declaracion se efectiia en la sentencia, que viene a constituirse asi en el objeto del proceso (es decir, el punto hacia el cual tiende 0 su objetivo final)”. Pero, se debe recordar que el proceso no tiene un fin en si mismo", y que tampoco es pura forma, ya que cuando hablamos del caricter instrumencal del proceso, lo hacemos en un sentido muy distinto al de la doctrina tradicional. Esta cuando lo considera un ins- trumenco para la realizacién det derecho objetivo del Estado, o para la cutela de los derechos subjetivos de Jas partes, en realidad, esté haciendo referencia al fin ‘que con él se precende obtener, s decir su funci6n. En la perspectiva det Derecho Jurisdiccional la funcidn debe referitse al Poder Judicial, alos zganos jurisdiccionales, ‘en consecuencia, “el proceso no tiene funcisin”. Asi, el proceso es artificial y creacién eécnica de la ley, regu lados de muy distintas maneras, pero sin llevar estas consideraciones hasta las diltimas consecuencias, ya queha de conllevar una serie de principios y condiciones, aque han ido formandose alo largo de los siglos. ‘Manifestaba Couture” que la doctrina procesal se movia entre tres rendencias: una filosofica, dirigida entender el valor justicia; otra técnica, pretendiendo estudiar las normas juridicas en sus menores detalles al servicio de la solucién del caso concreto, y otra politica, que aspiraba a comprender lo que el Poder Judicial significa en el marco de los poderes del Estado. En las dos primeras es preciso insistit, pero es en la tendencia politica donde esta el futuro del derecho hasta ahora denominado procesal, y lo esta porque s6to ie Rail Canelo Rabanal desde el reconocimiento de que esta rama de la ciencia juridica ha de converrirse en e! derecho del Poder Ju- dicial se vislumbra verdadero progreso. Consecuencia de ello es que resulta necesacio replantear un derecho procesal mas itil y efectivo a las necesidades del justiciable y de frente a los reclamos de la toda la sociedad que pide un sistema judicial is justo, las que con otras instituciones en su conjunto “deruelvan la confianza y la fe de la viudadania en el Poder Judicial, tanto en sus componentes ¢ inte- grantes como uno de los soportes bésicos dentro del Juego demucrético” Estos conceptos se traducen por un lado en un, marco constitucional sobre el cual se desarrolle el proceso y en el cual se revalore el concepto de persona humana y sujeto de derecho como el més importance beneficiatio de la aplicacién de la justicia revescido de gacantias y principios™, en donde el derecho de accién como derecho ceconocido en la Constitucién apunte de manera directa al derecha fundamental de la per- sona, ¥ en consecuencia al concepto mismo de persona Dectro lado, en un dinico érgano encargado de aplicar justicia, es decir, encargedo de realizar la actividad jurisdiccional rovalmence independiente y auténo:o'*; y por diltimo un conjunto de formas establecidas y res- petadas como soporte de desarrollo del proceso, siendo este tltimo la forma como se desarrolla la actividad jurisdiccional. Sin embargo, el apego del juce ala leera de la norma ha sido siempre implacable pero, “el pro- eso no debe ser conducido en términos estrictamente formales, ya que esta verdad una actuacion mecinica de los principios jurédicos que conduzcan a la frus- tracién ritual de la aplicacién del derecho”. ™ MONTERO AROCA, Juan, Der jrisiscimel, como J, BOSCH, Barcelona, 1991, p. 441. “Sin embargo, cuando como aosottos estamos haciendo, convertimos # la jurisdicciGn en el concepco fundamencal, los problemas sobre el proceso se simplifcan, por ‘cuanto éste es simplemente el istrumento con el que los érganos juisdicionales cumplen su func © COUTURE, Eduardo, Fidaments de diree pravsa "© VASALLO CHIRINOS, Leonidas apertura del af judicial de 1984. ‘Memoria de presidente de la corte suprema de ustcia", 1984. Discurso leido con acasin de la © CONSTITUCION POLITICA DEL PERU 1995. Arsculo 15 "La defeasa dela persona hums y el respeto a ss dighidad son el fin supremo de la sociedad y el Eseado! Ibid. Arcculo 139, © NESTOR DE LAZARRI, Eduardo, “Recurribilidad de ls medidas caucelares en el amparo. Concesién de la apelaci6n en el s6loefee- todevolucivo", En XVII Congreso Nacional de Derecho Peocesal Civil "lacie una justicia més efecciva", Saneiago del Estero, 1993.

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