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Número 11

Octubre - Noviembre de 1999

CONTENIDO
Editorial
Tecnología y educación

Tecnología
Luces y sombras en la televisión

Pedagogía
La comunicación escrita en la escuela

Formación docente: necesidad y perspectivas

Filosofìa
Crisis educativa y antropología filosófica PORTADA:
"Las tres edades del hombre", Anónimo
Cristiandad, héroes y santos giorgionesco (Siglo XVI).

Comentario
Frente común para el bien de la sociedad

Para leer y guardar


Kempis, un clásico de espiritualidad cristiana

Los grandes educadores en la historia


La pedagogía de San Agustín de Hipona
EDITORIAL

Tecnología y educación
DESDE HACE UN BUEN TIEMPO, uno de los temas prioritarios en la agenda de numerosas Instituciones de Educación
Superior es la oportunidad que la tecnología --sobre todo los medios informáticos-- ofrece a la educación.
Las instituciones educativas desarrollan múltiples estrategias y hacen cuantiosas inversiones para poner al
alcance de sus comunidades académicas equipos, sistemas, programas, etc., con el ánimo de ofrecer sus
servicios como una “educación de punta”.

Pero, desafortunadamente, muchas instituciones no han sabido, o no han querido, reconocer que, junto
a las valiosas oportunidades que esta época tecnológica nos ofrece, también se nos presentan serios peligros
que se deben tomar en cuenta. Muchos han caído en la trampa de endiosar la tecnología, de ponerla como
centro de todo el fenómeno educativo.

Es cierto que el crecimiento de la investigación científica y tecnológica en la última centuria resultó


espectacular. En algunas sociedades más que en otras, en algunos lugares más lentamente que en otros,
pero prácticamente todo el mundo ha sido modificado en buena medida debido a esos vertiginosos cambios.

Seguramente muchos todavía recuerdan como en la década de los 60 despegó la industria de los medios
masivos de comunicación, y alcanzó una gran influencia social, apoyada principalmente en la radio y la
televisión. Pronto esa capacidad de influencia sobre millones de personas generaría cambios en las costumbres
sociales, en la forma de hacer política, en la economía, la mercadotecnia, la información, y, por supuesto,
también en la educación.

Ahora esos cambios parecieran insignificantes, ya que estamos inmersos en una era con gran facilidad
de acceso a la información.

Vivimos una época en que la interactividad, la rapidez de cálculo y de procesamiento, la integración del
texto, imagen, sonido y animación (entre otras tantas
cosas que nos ofrecen la llamada supercarretara de la
Foto: Y. Velasco

información y la poderosa industria de las


comunicaciones) están a nuestra disposición, sin
necesidad de salir siquiera de nuestra casa.

Y sin embargo, como dice Antonio Caponnetto, en su


Pedagogía y Educación “nunca como en estos días de
liberación el hombre es más esclavo, dependiente y
subordinado de los instrumentos. Nunca como en estos
días de las comunicaciones electrónicas sin fronteras ha
estado más desarraigado y solo...” (p. 231)

Y es que el precio que la modernidad ha puesto para


su disfrute ha sido muy elevado. El hombre está a punto
de sucumbir, y muchos ya lo han hecho, ante la
técnica; el hombre se ha deshumanizado,
convirtiéndose en una pieza más, tal vez en un chip,
que puede ser fácilmente desechado.

Por supuesto que todo esto ha tenido y tiene su


impacto en la educación, de hecho, difícilmente puede
concebirse el mundo de la educación desvinculado de
las posibilidades que ofrece la tecnología. En gran
medida, parece que la “marea tecnocrática” ha
invadido la escuela. Máquinas de enseñar, sistema de
instrucción por computadora, tecnologías de
enseñanza, etcétera, son solo una muestra de esto que

Foto: Y. Velasco
afirmamos.

Ya en el año de 1973, cuando muchos no se


imaginaban lo que habría de venir o que lo veían como
producto de una mente calenturienta o fantasiosa, la
relación entre tecnología y educación era vista con cierta reserva, pero también, de alguna manera, con ojos
de esperanza: “Como la era tecnológica que vivimos, nuestro momento educativo, conlleva incontables
beneficios, pero también diversos y muy claros peligros. Algunos de ellos son el carácter alucinante y la
tendencia a la aplicación exagerada e impaciente de conceptos cuya eficacia aún no ha sido comprobada.
También existe el peligro de confundir medios con fines, especialmente cuando los medios llegan a ser tan
poderosos. Algunos, entusiasmados con la nueva tecnología, tienden a pensar que por estar usando métodos
más refinados e instrumentos más potentes, pueden, con ellos solos, resolver el problema educativo. Por
otra parte, es igualmente peligroso subestimar la fuerza de una nueva tecnología y perder la oportunidad
de usar sistemas de enseñanza que multiplican la acción educadora y aumentan su calidad”. (Docencia,
editorial, p. 1, agosto de 1973, No. 1).

Es evidente que esto tiene su actualidad. Es cierto que la tecnología no es ni buena ni mala en sí misma, lo
bueno o malo es el uso que de ella hace el hombre. Es cierto que no debemos desaprovechar las bondades
que nos ofrece, pero tampoco las debemos divinizar, como si de ellas pendiera en definitiva todo el quehacer
educativo.

Estamos convencidos que debe hacerse un esfuerzo para combinar la tecnología y la educación; pero en
donde la primera esté subordinada a la segunda, en donde la tecnología ocupe el lugar que como medio o
recurso educativo le corresponde. Debe ser una relación que sirva no sólo para mejorar el rendimiento o la
consecución de logros con un menor costo de tiempo y esfuerzo, sino una relación que aporte cambios o
mejoras valorables en términos cualitativos.

Efectivamente, los medios tecnológicos son recursos que pueden mejorar la enseñanza y facilitar el
aprendizaje. Pero son eso, recursos, de ninguna manera se puede aceptar que sean el fin de la educación, ni
siquiera que sean el único recurso del cual se puede valer el educador. Tampoco podemos aceptar que los
medios tecnológicos vengan a hacer el papel de sustitutos, pues nunca podrá cancelarse la necesidad del
docente dispuesto a transmitir no solo los conocimientos o técnicas de una disciplina específica, sino todo
un bagaje de riqueza cultural y profesional, que hace al profesionista ser más humano.

En este orden de ideas, resulta fundamental que las instituciones educativas desarrollen en sus alumnos
una capacidad de criterio que les permita discernir y valorar la información que reciben así como las ventajas
y límites que poseen los mismos medios. Recuérdese que el fin central de la educación es y seguirá siendo la
formación de la personalidad humana.

El Editor
TECNOLOGÍA

Luces y sombras
en la televisión
Centro de Estudios Humanísticos

LA TELEVISIÓN ES UN CENTRO PRINCIPAL de emisión de mensajes mediante imágenes. Su propósito es brindar “entretenimiento”,
es decir, momentos de relajación, diversión a los televidentes.

Al respecto nos dice Alfredo Sáenz en El Hombre Moderno: “El ocioso que, sentado en su sillón, cree relajarse, hace girar
el botón que hará estallar en el silencio de su interior la vehemencia sonora de la televisión, a menos que haya ido a buscar en
una sala oscura los espasmos visuales y sonoros del cine. Un prurito auditivo y óptico obsesiona, sumerge a nuestros
contemporáneos. Esto ha implicado el triunfo de las imágenes. Son el centro del hombre cuya atención tienen ellas (las
imágenes) la misión, en la publicidad, de despertar y luego dirigir. Además suplantan a la lectura, el papel que le estaba
destinado para nutrir la vida moral”.

“Pero en lugar de presentarse al pensamiento como una oportunidad de reflexión, pretenden violentarlo, imprimirse en él por
una proyección irresistible, sin dejar a ningún control racional el tiempo de levantar una barrera o para interponer siguiera un
cernidor... La proliferación de la imagen, como instrumento de información, precipita la tendencia del hombre moderno a la
pasividad. Incapaz de reflexión y de control, registra y sufre una especie de hipnotismo larvado”.

La TV sin proponérselo en un inicio, pero tal vez como un acto de remordimiento ante la frivolidad de su contenido, tiene
la vertiente de ser un complemento cultural, demandado por un sector de la audiencia que reclamaba más de la insulsa
programación. Canales culturales de la BBC, el History Chanel y el Discovery, se han abierto paso entre la vanalidad. Y de
hecho en México EduSat ha instrumentado una pedagogía en nuestro país y una divulgación de costumbres antropológicas de
nuestras etnias.

Parecería que existe una contradicción entre la cita de El Hombre Moderno y lo anterior, pero es la misma televisión que
refleja una diversidad de temas y la vida misma, cuando no la ha perfilado previamente.

También es un emisor de noticias y foro de debates. Limitado por el tiempo y por la velocidad de la proyección, editado,
matizado por las opiniones en ocasiones del conductor o el autor del guión.Enfatiza con la imagen, encuadra lo que se puede,
según su criterio, justificar el tenor de la nota, en tanto se borra hasta donde sea posible una visible emoción y se oculta del
lazo vinculante del informador y del hecho mismo, presentado a través del primero.

La televisión se ha adicionado de programas de análisis. Saltan a la palestra intereses y posturas, en tanto un moderador
trata de mantener la equidad y la inmarcesible objetividad. Para algunos conductores del canal 40, ahora de TV Azteca, los
“paristas” de la UNAM son “chicos” que deben ser liberados por las autoridades del Distrito Federal, perredistas, luego de
ocasionar severos daños en la propiedad ajena y alterar el orden, bloquear vías de comunicación, en tanto en el canal 13 de
la misma casa Azteca, Javier Alatorre advierte de los “desmanes”, de la irritación e impaciencia y complacencia de las autoridades
ante estos autores a los que sutilmente cataloga como subvertidores.

Este es un ligero ejemplo del “tratamiento” de la información que ofrece la televisión y que mientras mantenga elementos
humanos en su presentación y manejo arbitrario de la información, no dejará de inclinarse a determinadas tendencias. Será la
variedad de opciones informativas la que satisfaga mejor esa necesidad, identificándose con el acontecimiento informativo
desde una postura u otra.
Pero ciertamente, la televisión nos ofrece un caudal poderoso de
noticias y de programas de debate.

En forma paralela se han creado programas de escándalo, como


pueden ser catalogados Cristina, Sevcec, Gerardo, etc., en que se
abordan temas como el adulterio, la virginidad, y otros temas que
parecen fugarse de la patología mental, de las más aberrantes
desviaciones o de los representantes de diversas subculturas sociales,
todo ello puesto a consideración democrática de un público que se
deja arrastrar, opina, condena o aprueba con puntos de vista no
calificados.

La televisión tiene una “barra” infantil en que los dibujos animados


o series pretenden ser consejeros ante los dilemas del hogar o de la
escuela y en los que las objeciones se han hecho a la exagerada
violencia de series como Dragon Ball, Caballeros del Zodiaco, de la
animación japonesa; sin olvidar el sentido
caústico de series de la Warnes Brothers como
los Animaniacs, que satirizan lo mismo a
Beethoven que a otras formas culturales diversas.
A pesar de
Con lo anterior expuesto podría considerarse que lo más oportuno es prohibir-disminuir el uso de la
todo, televisión. Desde luego que sería muy saludable que fuera sustituida por un buen libro, pero definitivamente
prohibir la es contraproducente prohibirla. Sería absurdo, ya que es uno de los aditamentos modernos que realizan la
comunicación global actual.
TVsería
absurdo y En este medio generador se puede hacer que en una pantalla se escojan hasta 140 canales, en el caso de
tele-satelital, o de un promedio de 40 canales para sistemas privados o de cable.
contra-
producente... No es tampoco el único medio. La radio y los periódicos lo son también aunque atados a la zaga de la
televisión, como lo advierte Humberto Eco, en sus Escritos Morales. La televisión ha sido también
competidora del cine y se ha complementado con el video casero. De hecho ya no se requiere de un gran
estudio para grabar, transmitir y reproducir un video “casero”. La tecnología ha puesto este procedimiento
al alcance de la clase media.

La TV ha sido rebasada en su capacidad inmediata de retroalimentación por el Internet. La correspondencia electrónica, la


visita a portales en que se encuentra la información buscada, y no limitada a lo que puede ofrecer la televisión como medio
programado.

Enumerar lo que se ve en este sistema no es el propósito de este trabajo, sino aportar conclusiones que, como una
obligación de reflexión e intercambio de ideas, es parte de la labor universitaria
de organismos como el Centro de Humanidades y de Investigación Institucional
de la Universidad Autónoma de Guadalajara, en lo que viene a sumar una
aportación para resaltar lo mejor y disminuir lo peor de este medio inevi-
table.

El tema ha sido analizado con relevancia desde 1971 en que la UAG


realizó una mesa redonda con destacados especialistas, como el publicista
Eulalio Ferrer, los periodistas Gregorio González Cabral y Arturo Deustúa
(QEPD), y en ese mismo acontecimiento, ampliando el contenido
interdisciplinario, participaron el Lic. Antonio Leaño Álvarez del Castillo,
nuestro actual Rector, el Lic. Carlos Pérez Vizcaíno, destacado pensador
universitario (QEPD), el Lic. Raymundo Guerrero (QEPD) y el Lic.
Guillermo Hernández Ornelas, que ofrecieron a los trabajos su conocimiento
jurídico e histórico al que se agregó el de los expertos Lic. Alfonso Rivas
Salmón, en el área humanística y del profesor Alvaro Romo, que incursionó
en el tema lingüístico.
Una de las orientaciones de ese trabajo de 1971, fue el proponer una mayor integración latinoamericana. Los pensadores
convocados acertaron, ya que la evolución de los medios, sus referencias presentadas, dieron paso a esa integración al
producirse en 1991, la Reunión Cumbre de Presidentes de Iberoamérica en nuestra ciudad, y que dieron lugar a la aplicación
política de muchos de esos conceptos, comprendidos o generados por los propios gobiernos y los propios medios, al lograr la
temporal integración denominada en la televisión como la “Cadena de la Américas”.

Los especialistas señalados reunidos en esta Casa de Estudios, enfatizaron en 1971 la procedencia extranjera de los
contenidos de los programas difundidos, particularmente de los Estados Unidos e Inglaterra. Actualmente se utilizan algunos
programas procedentes de la ola de modernidad de España y de su cinematografía, que no logran alcanzar más que
excepcionalmente buenos índices de calidad con una presencia mínima.

El fenómeno en el año 2000 coloca en ocasiones a la misma programación como productos emigrantes o descendientes
extranjeros en los mismos Estados Unidos y que bajo la existencia de supercadenas televisivas rigen la creación de series.
Muchas de ellas, ya ni siquiera reflejan el puro “american way of life”, sino que lo desbordan, haciéndolo global o definitivamente
ajeno.

La consolidación de cadenas televisivas se significó en México con Televisa, que llegó a reproducir el modelo de influencia
en Centro y Sudamérica, y que mantiene un fuerte liderazgo mundial en la creación de telenovelas. Surgió la televisión oficial,
que fue exitosamente privatizada y llegó a la cadena TV Azteca, que comienza a ramificarse a Centroamérica.

Brasil, por su parte, acrecentó su cadena Globo, pero actualmente cada país tiene su propia productora, con diversos
alcances de propagación y de producción.

En México las corporaciones Televisa y TV Azteca no son precisamente diseñadoras de la vida nacional, pero su
influencia es mayor incluso en el campo político de forma directa. En su parte social han creado eventos solidarios como el
llamado “Teletón” y gestionando lo que se denomina televisión social. Es innegable que ambas han fomentado junto a su
programación mayoritaria, ligera, valores cívicos y han contribuido al desarrollo del país, sin olvidar su impacto en la relación
publicitaria y comercial.

En 1971 apenas se conceptualizaban ideas como la “opinión pública” en nuestro foro. En el año 2000 las televisoras
mexicanas parten de este concepto para muchas de sus acciones. El segmento de la existencia de comunidades indígenas en
México, fue abordado en ese Encuentro de Integración y Comunicación Colectiva de 1971, desde la perspectiva propia y de
la comunidad latinoamericana.

Se propuso acercarlas a los valores de conciencia nacional, darles asistencia, información jurídica, adentrarlos en los
sistemas de salud y educación, respetar su identidad y acercarlos a la sociedad mexicana que nuestros ilustres participantes
delinearon, en el caso de Raymundo Guerrero, hasta con pasión.

Esa anticipación de vincular medios contra la marginación resultó finalmente recomendada y por fortuna aplicada en
forma variable, más bien intermitente. Pero era más trascendente y positiva que dogmatizarlos con doctrinas obsoletas
marxistas y utilizarlos como peones de la conquista del poder por el subversivo Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) que ha librado su guerra...no de integración indigenista, sino de toma del poder precisamente en forma de guerra
electrónica y de papel.

La nueva tendencia es que un medio como es


la televisión tenga una marcada influencia en las
contiendas electorales. Todos los candidatos han
acudido a la difusión televisiva, incluso de
comparsas de programas humorísticos. Su
imagen, repetición y profusión de textos es pri-
mordial en la pantalla chica, adicionada a la radio
y la prensa.

Los debates, los discursos televisados son


impactos visuales que pretenden lograr el favor
de la opinión pública. Los procesos políticos son
editados, modificados al vídeo, incluso
telenovelados.

Hay que redundar en que el lente presenta una


imagen, pero no todo un contexto de la misma.
La imagen no da una aplicación real y profunda de
un hecho. Un manifestante siendo golpeado puede
dar lugar a que se interprete más como víctima de
una injusticia que como merecedor de esa medida
punitiva, que puede tener su generación en causas
graves de violencia, daños a terceros y a la
sociedad. La competencia entre los medios, más
su libertad de expresión, es una de las mejores
fórmulas para lograr coberturas de mayor calidad
y veracidad.

Como una nota marginal, Eco nos advierte que los periódicos han caído
en la cauda de la televisión y han imitado su estilo breve de informar. Han suprimido
mayor cantidad de información y documentación que pueden hacer la diferencia en un
proceso de información completa. Hoy los periódicos son “diseñados” a usanza de la televisión, jugando con ello tal vez su
propia trascendencia al buscar agenciarse “lectores fáciles”.

La aldea global de McLuhan es un hecho. Las catástrofes en Venezuela o el genocidio en otro punto del globo son
solamente “informaciones” que en ocasiones impactan... pero que parecen ocurrir en Marte. Ha sido tanta la saturación
informativa que se ha fomentado el cinismo.

Esto es, la televisión incrementó su poder y al mismo tiempo su debilidad.

En tres generaciones han cambiado los hábitos de vida y el conocimiento. Por ejemplo, la transmisión de eventos religiosos
del Papa Juan Pablo II, nos lleva a su imagen, pero no a interiorizarnos en la complejidad del significado de los ritos. En
ocasiones parece condenarse a la imagen del Papa aclamado por muchedumbres, más que su contenido espiritual, sus
mensajes, sus símbolos y contenidos.

Paradógicamente vivimos una era de gran ignorancia fundamental de la fe católica.

La Iglesia reaccionó primero con Le Observatore Romano, siguió con Radio Vaticano y ahora en Estados Unidos tiene su
Canal Mundial Religioso, pero su programación abusa de la presentación de sacerdotes o religiosas que en ocasiones parecen
contagiarse del estrellato que da la televisión. Asombrosamente muchas de las misas que transmiten... aplican las formas
litúrgicas de antes del Concilio Vaticano II, en latín, comunión de rodilla, etc.

El gran problema para la difusión religiosa está en que su programación no llega a crear series visualmente atractivas,
dinámicas y argumentales.

De no ser por el esfuerzo de Sir Lew Grade, y del director italiano Franco Zefirelli, no tendríamos la mejor representación
y extraordinaria realización de la vida de Jesús. Robert Powell se ha convertido en un “ícono”. Pero no fue el Vaticano el
que dio vida a esa cinta o miniserie, sino laicos inmersos en el asunto.

Eulalio Ferrer, al fin publicista, no dejó de condensar la contribución en nuestra vida moderna de la influencia comercial
de la publicidad y está dentro de la televisión. La creación de nuevos modos de consumo, de nutrición, de higiene, de bienestar
doméstico, transporte, así como la interminable oferta de nuevas tecnologías para lo mismo, han creado el deseo de objetos
de lujo, de más cosas innecesarias. Ahora, la publicidad no se ha limitado a ofrecer una marca y pronunciar sus ventajas, sino
que ha recurrido a la cita subliminal, a la asociación éxito, poder y sexo.

Los patrocinadores deben establecer un concepto publicitario con ética. Actualmente se abusa de la imagen del obispo que
vuela por tal línea aérea, por el cura del coche de lujo, o el que prefiere cierta agua embotellada. Se han creado estereotipos.
Parece que ser del clero es parámetro de un “bon
vivant”. Y, pese a la importancia que está dándose en el
aspecto de la comunicación, a este aspecto se le ha
soslayado por parte de la jerarquía eclesiástica.

La publicidad así como la forma de vida de las se-


ries de televisión hacen propuestas de consumo que
alimentarían perfectamente la tesis de la lucha de clases,
ya caduca. Lo mismo en una cabaña que en la sierra, se
hace la recepción de una rubia que baja de un súper-
auto y anuncia un brazalete de diamantes, que anuncios
de caridad para los niños de la calle. Es extrema la
incongruencia de los mensajes. Las regulaciones sobre
bebidas alcohólicas y sobre tabaco en la publicidad, no
limitaron la extravagancia publicitaria.

¿Qué hacer frente a esto? Aceptar o rechazar la


oferta. Y a la vez ha surgido una preocupación reciente
en la publi-televisión: No porque un producto se anuncie
en televisión se garantiza el éxito.

El desarrollo económico del país, que ha pasado por


momentos distintos, ha continuado a pesar de los reveses. Existen mejores condiciones de vida y más bienestar e incluso
derroche aún en las clases económicamente consideradas débiles. Cuestión de cultura, o de emoción, pero en ello la televisión
ha sido una máquina. Nuestra sociedad y su medio electrónico optó por el automóvil, como factor de bienestar, lo hizo de
primera necesidad, de ostentación, y la sociedad se adaptó a ello. Sus ventajas y desventajas son...otra historia. Pero los
costos económicos, ecológicos y psicológicos en una gran urbe son innegables; con el auto de manera más acelerada llegaron
millones de aparatos a las casas. Hay un promedio alto de aparatos por vivienda y esto se corroborará con los resultados del
censo próximo.

La tele refleja la vida social, pero también es en ella en que se incuba la forma de vida.

Hablar de este medio lleva inevitablemente a dos variables imprescindibles que son parte del cine, hasta de los juegos de
vídeo: sexo y violencia.

En ese rubro las propuestas y destape parecen no tener fin. En algunos casos, el ingrediente moda, que ahora tiene espacio
en la pantalla, adopta nuevos atrevimientos. Inclinan más la balanza las iniciativas, actrices y actores que en sus presentaciones
ofertan más desnudo. De hecho el problema es que el desnudo ya no parece ser suficiente.

El abordar temas como el homosexualismo, lesbianismo, y darles hasta a esas parejas una condición de similitud a una
familia, ya dejaron de ser sorpresa. Las escenas “explícitas” de amor se aproximan más cada día a la pornografía.

En nombre del arte, de la intención fílmica, de reforzar tal o cual personaje, esto ha generado un proceso de imitación, una
conducta nueva. La sociedad retroalimenta el mensaje y lo envía corregido y aumentado, luego el medio parece quedarse atrás
y tiene que dar otro paso más “adelante” lo que debe significar de mayor degradación o ya no divierte.

Surge entonces una sociedad enferma, con crueldades contra menores, mujeres, con desviaciones de sexualidad, con
crímenes de menores, que antes parecerían delirios de los “anormales” de la industria del cine o de la televisión.

Las medidas anticonceptivas, las relaciones extra y pre-matrimoniales, el uso del preservativo y de medidas anticonceptivas,
de las cuales solamente queda por aprobar la muerte del feto-vivo, son la vida común de la pantalla o de nuestra sociedad.

Partamos de una sociedad contaminada. Pero intentemos que esa sociedad que consume degradación sexual pueda librarse
de esa enajenación. Hay que dar mensajes en sentido contrario y que en el ámbito de la libertad liberal que vivimos, salven
algunos de los dolorosos errores que estas desviaciones suelen acarrear.
La televisión ha llegado a colocar en otro nicho al deporte como forma “sana” de entretenimiento. Lo mismo difunde
prácticas extremas que parecen intentos de suicidio, que sesiones de todas clases y de todas partes del mundo en que existan
formas de competencia.

Es verdad que para millones de mexicanos (de italianos, argentinos, ingleses, brasileños, etc.), un domingo sin futbol es
ingrato y aburrido y que la pantalla chica hace a los héroes. Importa más esa ventana que la taquilla; hace héroes que terminan
en los comerciales, y finalmente domina el horizonte, pone los horarios, regula la competencia, todo para que los protagonistas
deportivos sirvan.

La televisión ha contribuido a crear la muerte del deporte en cuanto a honor, en satisfacción lúdica. Ganar lo es todo, en
lugar de deportivismo, se ha llegado a la competitividad como finalidad. Todo orientado a factores económicos.

El deporte se ha visto también invadido de conductas anti-deportivas, héroes que insultan a la multitud, o que ofenden al
rival. El morbo es el incentivo. Nuevamente surge la necesidad de volver a tener una nueva visión del deporte y no lo que ha
digerido la máquina electrónica.

Claro que señalamos al principio que efectivamente la televisión tiene entre otros aportes la educación. Los participantes de
aquella mesa redonda ya enfatizaban en sus intervenciones, que el bombardeo de imágenes absorbían la atención de los
escolares y universitarios, que frente a las aburridas horas de aula, estaba la imagen esperando. La imagen gana frente a la
escuela que ahora usa hasta el video en un esfuerzo de capturar la atención escolar aun en escuelas básicas apartadas. Al
parecer no se pudo con el enemigo y se optó mejor tratar de canalizarlo positivamente.

Por ello en las recomendaciones de la mesa redonda multicitada se indicó que era necesario mantener la investigación
interdisciplinaria del fenómeno. De ese tiempo a la fecha, la Universidad Autónoma de Guadalajara, ha invitado a destacados
conductores, periodistas televisivos y hasta humoristas para dar sus puntos de vista y mantener frescas las referencias en la
evolución del problema. No existe sin embargo un monitoreo extensivo y cualitativo de los efectos del medio electrónico.

Los esfuerzos propios y naturales de los estudiosos de las ciencias de la comunicación deben tener mayor repercusión.

No se trata de hacer una censura, sino determinar causa-efecto de lo transmitido por los canales. Los mismos medios no
son muy proclives a la auto-crítica.

El control es competencia de la Secretaría de Gobernación, de su Dirección correspon-diente y de las Leyes y Reglamentos


respectivos.

Debemos exigir a la autoridad que se haga valer el criterio de valores morales oficialmente reconocidas como buenos, para
preservar a la misma sociedad.

Cada televisora sabe su cuento. Pero el saber cómo no implica que sepan qué es lo mejor para los demás. La crítica y la
exigencia de responsabilidad a los medios es deber de cada ciudadano, de cada maestro, de cada Universidad, de cada padre-
madre de familia, porque afecta sus vidas, sus tradiciones, su identidad.

No se puede vender, como un Fausto moderno, el alma social al Diablo, que seguramente a nadie se le ocurre representarlo
como un aparato de televisión. El mensaje etéreo, omnipresente en el globo ha sido disolutivo del ambiente familiar. Las
historias edificantes, de tipo “inspiracional” o de biografías de personalidades, han salido perdiendo frente a la basura. Lo que
antes era restringido a adultos “de amplio criterio” hoy está al alcance de la programación vespertina y todo se limita a poner
una letra de clasificación de contenido.

Ahora estamos viendo el asesinato de la moral y nadie grita. Bueno, los que intentan protestar lo hacen con el enfoque de
que es mala, vulgar, y nada más.

La Tele ha cambiado el contexto familiar. Es nana de los niños; actualmente se considera que quien tiene el control del
aparato a distancia, es el que controla la familia. El aparato ha dividido a los sujetos de la familia que no se comunican entre
ellos, ya que se aislan en su selección adictiva. Si de algo puede hablarse, es del evento que interese a varios de los miembros,
es una segmentación celular que necesariamente tiene efectos en la vida.
Es una dispersión. Es un nuevo culto a una
Foto: Y. Velasco

nueva imagen cambiante, que todo lo concentra,


que llega a tomar la conciencia.

Alfredo Sáenz, nos ofrece algunas citas en


“El Hombre Moderno” que son procedentes y
aterradoras:

“La tesis de fondo es que el vídeo está


produciendo una transformación merced a la cual
el Homo Sapiens producto de la cultura oral y
escrita, se va convirtiendo en Homo Videns”.

“En adelante pareciera que la vida encuentra


su centro en la pantalla y ello en detrimento de la
palabra. El número de los que leen está
decayendo sensiblemente en aras de la pantalla
televisiva”.

“En Estados Unidos, en 1954, se veían tres horas de televisión al día y en 1994, más de siete horas diarias”.

No requieren más comentarios. Agrega el autor argentino:

“La imagen no contribuye a explicar la realidad de las cosas, ya que el acto de ver está atrofiando la capacidad de entender.

“Muchas palabras, especialmente las que representan conceptos e ideas, no tienen correlación alguna con cosas visibles; si
el contenido resulta intraducible en imágenes. Es cierto que en algún modo puedan ser presentadas, como el concepto libertad,
con la imagen de un preso que abandona una cárcel”.

“Cuando la televisión suple a la lectura, produce imágenes y anula los conceptos, de ese modo atrofia la capacidad de
abstracción y con ella la capacidad de entender”.

Y una más: “El imperialismo de la imagen va demoliendo el reino de la palabra y la inteligencia, con el consiguiente
acrecentamiento de la estupidez y la necedad”. El capítulo “La adicción televisiva” es elocuente en esta obra.

Surge la ironía de si habrá quién lea todo esto, porque de no estar en video, se corre el riesgo de ser intrascendente.

Arturo Deustúa decía en esa mesa redonda lo mismo:

“Educar utilizando los medios de comunicación


colectiva no quiere decir que se presenten por televisión
dos o tres programas de contenido cultural, sean un
documental sobre África o un concierto sinfónico. ¿De
qué sirve si en otro canal se presenta simultáneamente
uno pornográfico que tiene un “rating” del 90% del
teleauditorio?”

Deustúa señalaba sobre el cine-video: “Aborda cada


vez temas más inconsecuentes y complicados. Por
resaltar las cualidades de un actor se presentan temas
extremos, ya de un retraso mental que comete crímenes
increíbles o el de un degenerado que satisface ocultas
represiones y despierta instintos vulgares”.

La caricatura y la comedia no han escapado a esa ola


gigante. Los Simpson darían lugar a profundos estudios
por la diversidad de sus parodias de creencias e instituciones fundamentales; incluso contra la misma televisión. Entendamos
que los videos musicales han ampliado el sensacionalismo erótico bajo el pretexto romántico. El problema se dirige a las nuevas
generaciones, ya que de alguna manera, cierta cultura y cierta lectura han preservado a muchos sujetos de las anteriores.

Se tiene que luchar para que las nuevas generaciones lean, tengan cultura y valores, con y contra la tele.

El medio ha evolucionado creando canales que buscan satisfacer esa exigencia mayor de cultura: La Literatura es el
sustento de muchas series, películas. La misma ciencia ficción empieza en la Literatura y no perdamos la esperanza.

Arturo Destúa, citando a Paul Lazarfeld indica que las personas cultas son las que más acuden a los medios de difusión,
seleccionando las opiniones con las cuales están de acuerdo, como una reafirmación de su personalidad.

Existe pues la posibilidad de que se logre darle utilidad a los diversos materiales difundidos por la televisión. Incluso la carga
exagerada y repetitiva de sexo-violencia no garantizan el éxito de un programa y existe un control electrónico que hace las
veces de guardián para restringir ciertos canales o materiales no aptos. Lo que hace ese dispositivo no es sino el reflejo de la
tutoría de orientación, información y realidad para reaplicar las necedades o falsedades que proponga la pantalla.

Los encuentros, páneles y mesas redondas suelen resultar pompas que nadie escucha y que nada
aplican. Es curioso ver que otra de las propuestas que esa afortunada mesa redonda de Comunicación e
Integración sugirió por don Eulalio Ferrer, una Exposición Latinoamericana de Artesanías, que fundó
posteriormente el Rector Luis Garibay en El Refugio de Tlaquepaque y luego en Expo. “El Homo
Sapiens,
Desde las recomendaciones surgidas entonces en esa mesa redonda se impulsa la investigación
interdisciplinaria de los medios por distintos organismos; se recomendó coadyuvar con el público para
producto de
desarrollar un espíritu crítico de la comunicación colectiva y en el año 2000 se sigue haciendo... y nuestra la cultura
Institución lo aplicó en medios escritos. oral y
Pero falta otra víctima importante de la televisión, uno de los grandes errores y recomendaciones no
escrita, se
escuchadas por los medios electrónicos: la deformación extranjerizante de nuestro idioma, su pésimo uso, va
al punto que se tiene que exigir a las autoridades un mayor control. Nuestro léxico real, modismos y convirtiendo
vulgarismos, no deben ser fomentados por comedias, cintas ligeras, programas noticiosos y hasta en el
léxico de las telenovelas para dar una sensación de “realismo” de mal gusto.
en Homo
Videns”.
Pero otros puntos reclaman la atención. En su intervención en la mesa redonda el Licenciado Raymundo Alfredo Sáenz
Guerrero indicó que el medio debe ser portador de un sentido nacionalista, integrador, evitando los
sectarismos. Proponer ideas que maduren sociológicamente a nuestro pueblo, que lo hagan tener conciencia
nacional, que lo ubiquen en el mestizaje, en su raíz católica y su fraternidad hispanoamericana.

Ya se indicó que entre las recomendaciones se insistió en estudiar políticas de integración y los núcleos indígenas para un
mejor uso de la comunicación colectiva. Es la mejor forma de romper el aislamiento. ¿Tal vez por ello los “zapatistas”
marxistas se oponen a la infraestructura carretera en Chiapas? Se propuso romper los modelos de cacicazgo y formas de
marginación a la mujer y con una demagógica redención de todos los que quieren convertir, a los indígenas, en peones del
proyecto reaccionario de hacer regresar la historia a la forma tiránica socialista.

Nuestros medios, y particularmente la televisión, creen cumplir con la transmisión de eventos cívicos que se reducen a
discursos alusivos. La necesidad es divulgar la historia, divulgar los valores nacionales, lo que se ha logrado hasta en intermitentes
producciones de telenovelas: “El Vuelo del Águila”, que ofreció otra imagen de Porfirio Díaz, o “La Antorcha Encendida”, de
la lucha insurgente.

Existe el riesgo de la monotomía y el enfoque oficialista o tendencioso de este tipo de material, pero en todo el mundo la
historia propia sigue alimentando argumentos importantes. Es un campo por el que se tiene que seguir.

El Lic. Raymundo Guerrero y el propio actual Rector, Antonio Leaño, dan en sus escritos y discursos importantes señales
del camino de la afirmación de la mexicanidad. Esta sigue viva en cada uno de nuestros siglos y buscando conformarse,
pero falta investirla y alentarla en lo que la media electrónica requiere. Pasar el texto del orador, del historiador a la dinámica
de la imagen.
Para mejorar la televisión hay que ser parte de la misma y trabajar
con ella. La televisión universitaria en el caso de nuestra comunidad
y ello incluye a la UAG, se ha limitado a programas de tipo panel o de
notas de vida universitaria. No hay orientación ni con muchos, ni
pocos recursos a crear programas de entretenimiento cultural, o de
difusión científica.

El Politécnico Nacional invierte recuros importantes en su canal


Once, en que ha pasado de la crítica intelectual a realizar series bien
logradas y programas de entretenimiento cultural, o de la difusión
científica.

El Canal Once ha pasado por etapas casi de extinción. Pero los


alumnos de Ciencias de la Comunicación tienen el deber de echar a
andar sus proyectos con muchos o pocos recursos. El tema de la
revolución de mayo del 68 de “La imaginación al poder”, debe ser
inspirador. Actualmente en comunicación escrita todas las instituciones
realizan grandes aportes. Revistas especializadas, folletos, memorias,
conferen-cias... y muchos de sus propios eventos no son destacados
por carecer de una adecuada presentación para la televisión.

La UAM (Metropolitana) propuso en 1999 una revisión de lo que


conceptúa como costumbre de la difusión universitaria. Hay casos
exitosos como la permanencia desde el punto de vista de diversidad
de contenido de experiencias radiofónicas que en Jalisco representa la U. de G. con frescura y anarquía. La referencia de hacer
cosas como el Discovery redunda en el profesionalismo de la presentación, y dentro de ese concepto cabe el del financiamiento,
pero ese profesionalismo debe hacerse sentir desde ahora en los medios y hacer audaz a la televisión universitaria.

Finalmente, nos pronunciamos y actuaremos con responsabilidad en la búsqueda de mejores contenidos para la televisión,
en todos los órdenes, respetando su razón de existir y su base comercial. Reiteramos que los sectores sociales deben alentar la
inversión creativa para lograr ese desarrollo y alcanzar mayor independencia con respecto a la producción extranjera.

Reconocemos que tanto Televisa como Azteca son empresas ejemplares y exitosas, invitándolas como ya lo ha hecho el
presidente Ernesto Zedillo a seguir trabajando sin olvidarse de sustentar una ética que aporte a los mexicanos mensajes de
superación, integración, nacionalismo y cultura para que el número de horas - tele, sean incubadoras de mejores ciudadanos.

No condenamos a la televisión, sino a la degradación que como vía fácil se emplea para aumentar el interés con base en el
escándalo.

Consideramos que como casa de estudios estamos dispuestos al intercambio plural de conceptos y que nuestra crítica sea
propositiva.

Así lo hemos hecho desde 1971 y esperamos seguirlo haciendo.

Por cierto, ¡que el último en salir... apague la tele!


PEDAGOGÍA

La comunicación escrita
en la escuela
Por: Herminia Ruvalcaba Flores y Esther Ma. Fors Cruz

A TRAVÉS DE LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN formal, la enseñanza de la lengua escrita ha sido tema


prioritario, sobre todo, en los primeros años de la enseñanza primaria. En papiro, pergamino, y por
último, en papel, los signos escritos debían siempre quedar plasmados como una reproducción del
lenguaje oral. Sin embargo, es conveniente recordar que el lenguaje escrito se desarrolló primero y
solo, posteriormente, entró a formar parte de los conocimientos escolares. Su primera función fue la
comunicación. Por eso es importante que busquemos el origen del conocimiento del lenguaje escrito
en el entorno social en general, y no en el ámbito escolar, pues el niño, mucho antes de asistir a la
escuela, ha tenido múltiples contactos con textos escritos y se ha preguntado sobre ellos. Aprender a producir textos
escritos debe verse por la escuela en toda su magnitud y utilidad y no considerarse como mera asignatura académica.

La historia de la escritura la han visto algunos investigadores, relacionada con los grabados de animales realizados en
épocas prehistóricas, o con trazos que aparecen en objetos encontrados en las excavaciones y que parecen la identificación
del que los elaboró. Plantean que los dibujos representativos pudieron evolucionar a pictogramas, ideogramas y finalmente
a silabarios. Pero no todos están de acuerdo con esta teoría y nos dicen que la verdadera escritura es diferente de la
pintura, porque usa un reducido número de signos convencionales y los relaciona con las formas lingüísticas, no con las
ideas, por eso una misma representación mental no se reproduce igual en las diferentes lenguas. Algunos psicólogos que
sostienen la teoría de que la escritura y los dibujos provienen de los garabatos, ven entre estos y el dibujo una relación
directa, pero a la escritura como derivación particular, relacionada con la actividad de los adultos. Sin embargo, parece
haber concenso en que desde que el niño ve a su alrededor símbolos escritos, en un medio culturizado, comienza a
encontrarles significado y hace inferencias que comienzan a acercarlo al
código alfabético.

Las consideraciones metodológicas sobre el tema se han centrado,


durante mucho tiempo, en la adquisición de las letras y de los sonidos, en
la decodificación del texto y en las convenciones gráficas. Una vez que
los niños podían escribir los signos, la copia y el dictado fueron, durante
años, los métodos más utilizados para la fijación de la escritura. Estos
procedimientos, si bien son útiles y beneficiosos eran empleados
excesivamente por algunos maestros, los que convertían las clases de
lengua materna en el tedio de los estudiantes; que aborrecían pasar todo
el tiempo en clases solamente copiando y escribiendo al dictado sin poder
encontrar sentido a tanta fatiga.

Los estudios realizados demuestran que las habilidades que desarrollan


estos métodos son de bajo nivel y se relacionan con el conocimiento de la
Foto: Y. Velasco

estructura superficial de la lengua. Además, obedecen a la versión


restringida de que leer y escribir equivalen a la decodificación de un texto
escrito y a la codificación de otro. Las tareas de nivel inferior son
relevantes para el acceso a la lengua escrita en la etapa inicial de decodificación, de traducción de los signos impresos a
sus equivalentes sonoros, e incluso pueden plantear dificultades a los lectores discapacitados o disléxicos, los que tienen
dificultades para alcanzar tareas de orden superior, pero la aspiración de la escuela es que los estudiantes puedan alcanzar
altos niveles de comprensión lectora y puedan expresarse por escrito con coherencia y lógica, de forma que lo escrito
posea alguna idea con sentido y les permita desarrollar su creatividad al elaborar textos propios.

Lo referido al resto de las habilidades de comunicación no recibía mayor tratamiento y no se tenía conciencia de que las
habilidades lingüísticas contribuyen decisivamente al desarrollo de la percepción, la creatividad y el razonamiento lógico.
La visión del aprendizaje de la lengua escrita que lo reduce a sus aspectos mecánicos ignora un hecho básico e importante:
este aprendizaje no se produce con el sujeto aislado, se da interactuando con otros, lo que implica aprender a participar en
aquellas actividades o eventos donde la escritura se utiliza. Aprendemos las costumbres lingüísticas y recursos comunicativos
de las personas que nos rodean, lo cual da lugar a cambios en nuestras formas de comunicación, es un proceso hacia la
persona, interno y también hacia el mundo, externo. A través de la experiencia nos vamos dando cuenta de lo que significa
la escritura y lo que podemos lograr con ella; aprendemos a producir e interpretar la escritura que se encuentra en nuestro
entorno y aportamos, a la vez, nuestros conocimientos a nuestras producciones e interpretaciones de los textos. Recordemos
que la diferencia fundamental que existe entre la forma oral y la escrita del lenguaje, tiene que ver con que el habla es una
condición natural del ser humano, para la que estamos biológicamente capacitados y los diferentes sistemas de escritura
son sistemas de representación.

El resultado de las investigaciones en los últimos


veinte años relacionadas con el aprendizaje de los
estudiantes, ha permitido reconceptualizar el proceso
de adquisición de la lengua escrita y la importancia
de ésta para el desarrollo de la actividad cognoscitiva
de los estudiantes. Aprender a leer y escribir implica,
además de la apropiación del sistema de escritura, el
aprender a participar en eventos que regulan su
IM
empleo en situaciones concretas. No se emplea el SI.
Ma
ste
rC
mismo lenguaje para reclamar un servicio que para lip

desarrollar un ensayo o una tesis académica.

En la actividad de expresarse por escrito se


relacionan estrechamente el pensamiento y el lenguaje y hay autores que se refieren a que quien escribe mal, también en
su pensamiento es turbio y vacilante. Al escribir se puede pensar y revisar, precisar los conceptos, organizar las ideas y
desarrollar ideas nuevas, así como encontrar nuevos significados en los textos; esto contribuye al desarrollo del pensamiento
y a estimular la acti-vidad cognoscitiva. Puesto que en la comunicación escrita intervienen tanto elementos cognoscitivos
como lingüísticos, los maestros deben tomarlos en cuenta en el proceso educativo. No se puede organizar la docencia ni las
estrategias de enseñanza aprendizaje de la lengua escrita, si se desconoce el proceso de la actividad cognoscitiva de los
alumnos según sus edades y el contexto socio cultural en el que se han desarrollado; tampoco pueden desconocerse, para
una buena enseñanza, las características de la lengua que se enseña. Son importantes, además, los conocimientos lingüísticos
generales que permiten al maestro tener una cultura general de las lenguas y su funcionamiento.

En la realización de trabajos escritos están implícitos procesos cognitivos complejos, que permiten trasladar los
pensamientos e ideas al texto escrito.

Se necesita pensar sobre un tema y buscar en la memoria lo que sabemos.

Para esta actividad el alumno tiene que tener en cuenta, además de los referentes de conocimiento generales que posee
en su memoria, los referidos a aspectos lingüísticos: ortográficos, semánticos, morfológicos y de organización de los
diferentes tipos de texto. Todo ello deberá usarlo de forma reflexiva, razonada y creativa, para poder producir un texto
original y personal.
Foto: Y. Velasco
La mayoría de los autores coincide en la idea de que para producir
un texto es esencial tener un propósito determinado, y sobre este
tomar las decisiones convenientes. El problema no es sencillo, porque
hay que considerar no solo el tópico sobre el que se tratará, sino
también los lectores a quienes se dirige el texto, así como el tipo de
texto que se seleccionará. Se trata del qué, cómo, para quién, para
qué y por qué del texto que se escribe.
Se recomienda también tener en cuenta en la composición de
textos lo que muchos consideran como aspectos estructurales y que
tienen que ver con la planificación del escrito, la realización del mismo
y su revisión. Estos tres procesos no se dan atomizados, pues se
pueden dar para partes del texto, simultáneamente a la textualización,
o de forma cíclica.
En el proceso de planificación, el escritor genera ideas y organiza
su plan de escritura, además, selecciona la estructura a utilizar de
acuerdo con sus propósitos y posibles lectores. Durante la
textualización se hace uso de los recursos lingüísticos para que las
ideas puedan desarrollarse de manera comprensible. La revisión
incluye la lectura del texto, y las correcciones que permitan la claridad
y mejor comprensión del escrito.
Es recomendable que durante el proceso de redacción se tengan
en cuenta los aspectos referidos al dominio del contenido, el vocabulario del texto, la situación retórica, la ortografía,
la sintaxis y la morfología, así como la coherencia y cohesión. Para esto se requiere, en ocasiones, la consulta de
diccionarios, de textos informativos, el apoyo de especialistas en el tema o la elaboración de mapas conceptuales.

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Las autoras pertenecen al Departamento de Diseño Curricular de la DAPA.


PEDAGOGÍA

Formación docente:
necesidad y perspectivas

Por: Yéssica M. Velasco Villanueva

EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA - APRENDIZAJE, intervienen dos personajes: el maestro o docente y el alumno o discente,
ambos sujetos de aprendizaje.

Tradicionalmente los educadores y autoridades académicas se han preocupado, en mayor medida, en desarrollar
investigaciones y establecer programas eficaces para la formación de discentes y han llegado a desarrollar importantes
teorías tendientes a mejorar y hacer más efectivo y real su aprendizaje.

Sin embargo, como se señaló anteriormente, el profesor también es sujeto de aprendizaje y la inquietud por su formación
debiera ser mayor, puesto que son ellos los que representan modelos de aprendizaje para sus alumnos.

La formación de profesores en los últimos años ha sido tema ya de preocupación, sobre todo a niveles superiores, en
donde los maes-tros no fueron preparados, en su
Foto: Y. Velasco

mayoría, para tener labor frente a un grupo, sino para


dominar una disciplina o una profesión. Es entonces
que surgen desde el interior de las Instituciones
educativas, o bien desde las esferas de gobierno en
materia educativa, proyectos de capacitación que
cubren ese “hueco” en la preparación de los actuales
docentes.

Dichos programas, en su mayoría, se especializan


en mejorar el desempeño de los profesores mediante
la transmisión y práctica de estrategias, métodos y
técnicas que, efectivamente, auxilian en mucho la tarea
del profesor, es decir se les habilita en el conocimiento
y destreza de actividades didácticas; sin embargo se
quedan truncos en el aspecto de la Formación que
pretenden alcanzar en los docentes, puesto que les
hacen falta las bases, los cimientos que soporten esas
técnicas, a saber, una filosofía, un elemento que guíe
su aplicación.

Últimamente se habla de capacitación,


actualización y otros términos que más delante se
verán, como sinónimos de formación, siendo que
existen diferencias o mejor dicho, límites en los demás
términos, lo que no en el de formación.
¿Qué es formar?

La Educación por sí misma, tiene como finalidad


la formación del individuo, es decir perfeccionar sus
capacidades intelectuales, espirituales y físicas para
que, moviendo su voluntad hacia la Verdad, el Bien y
la Belleza, logre alcanzar el fin último para lo que fue
creado.

Formar es “la actividad eficiente que permite al


aprendiz descubrir, conformar y desarrollar sus apti-
tudes y su personalidad, que impide el divorcio entre
los componentes intelectuales, físicos, estéticos, mo-
rales y sociales de la persona” (GARIBAY
GUTIÉRREZ, Luis. 1976).

Para entender lo que abarca el proceso de


formación del individuo es conveniente remitirnos al significado de cultura.

1. La formación de un hombre se entiende como su perfección y mejoramiento; el producto de esa formación es el


conjunto de los modos de vivir y de pensar.

2. Para los griegos era la búsqueda y la realización que el hombre hace de sí, es decir de su verdadera naturaleza
humana (ser constituido de cuerpo y alma racional). Dicho concepto abarca dos características:

- La estrecha relación con la filosofía.

- La estrecha relación con la vida asociada.

Se explica lo anterior de la siguiente manera: El hombre no puede realizarse como tal sino a través del conocimiento de
sí mismo y de su mundo (lo que proporciona la filosofía) y por lo tanto, mediante la búsqueda de la verdad en todos los
dominios que le interesan. En segundo lugar, el hombre no puede realizarse sino en la vida en comunidad (enlace que existía
para los griegos entre la formación de los individuos y la vida de la comunidad).

3. En el Medioevo la formación del ser humano se contemplaba como el proceso de preparación del hombre para sus
deberes religiosos y para la vida ultramundana.

4. En la época del Renacimiento la formación era un proceso que permitía al hombre vivir del modo más perfecto en el
mundo. La religión la veían como elemento integrante de la Cultura porque enseña a vivir bien en esta vida.

De estos conceptos señalados, podemos concluir que la formación de un individuo es un proceso que lleva al hombre a
lograr la realización de sí mismo como persona humana, como ser social, como profesionista. Para ello requiere primeramente
conocerse a sí mismo, contemplarse, responder a preguntas como ¿cuál es mi misión?, ¿a quien estoy sirviendo? ¿cómo
debo trabajar para lograr esa misión y servir a quien me debo?

Si aplicamos estas reflexiones al campo de la formación de docentes, se puede decir que el proceso formativo busca
hacer que el profesor se ubique primeramente en su labor, comprenda cuál es su misión como maestro, cuál es su naturaleza

Formar es "la actividad eficiente que permite al aprendiz descubrir, conformar y


desarrollar sus aptitudes y su personalidad"
Lo esencial en la educación
es buscar perfeccionar
las potencias o capacidades
del alumno, su superación.

Foto: Y. Velasco

y la naturaleza esencial de quienes él enseña, cuál es su función dentro de la institución en que labora y finalmente cuáles
son las mejores estrategias para lograr cumplir su función y su misión de acuerdo con la naturaleza humana.

Refiriéndose a las tendencias actuales en la formación del profesorado, Ana Rodríguez M. dice que estas no pueden
contemplarse aisladamente, es decir, que no hay manera de entenderlas sin que analicemos las bases que las conforman,
y es así que señala que "son el resultado o el fruto de al menos partir de una concepción del modelo de profesor; del
proceso enseñanza - aprendizaje, del concepto mismo de Educación y de una concepción del hombre” (1995:17). Esta
aclaración nos propone partir de una idea de Educación, de su finalidad, para de ahí estructurar, levantar el resto de
cualquier programa de formación.

Los programas de Formación Docente deberán abarcar entonces no únicamente los aspectos de manejo de estrategias
y desarrollo de habilidades específicas para mejorar el desempeño directo en el aula, porque ello sólo conforma una parte
de la formación del docente, sino también elementos que sirvan de directriz para la aplicación de dichas estrategias.

Cabe señalar aquí que, reconociendo el valor que tiene el preparar a los maestros de manera integral y concibiendo al
docente como el que sabe que tiene la misión histórica de transmitir valores culturales a las jóvenes generaciones y, más
aún reconociendo la responsabilidad que tienen de acrecentar el acervo que se va a transmitir, la Universidad Autónoma de
Guadalajara, por medio de la División de Apoyo para la Enseñanza y el Aprendizaje (DAPA) estableció un programa para
formar docentes buscando sí mejorar su desempeño directo en el aula de clase, pero también atendiendo su formación
como individuos.

Se dice que la Educación es consustancial al hombre en todas las etapas de la vida, y el maestro por lo tanto es sujeto
permanente de educación. No por tener conocimiento pleno de su materia y ser hábil en el uso de ciertas técnicas o
métodos de enseñanza se puede decir que es un buen maestro. Es necesaria su formación permanente como individuo
puesto que es él quien, con su forma de vida, con su ejemplo dará una enseñanza más profunda y duradera en el ser de sus
estudiantes.

En la nueva pedagogía que ha invadido los sistemas educativos, el pragmatismo ilimitado y la fiebre por los resultados
tangibles, como lo señala Antonio Caponnetto, dan primacía a la preparación del docente en la acción, en el dominio de
procedimientos (CAPONNETTO, Antonio.1999:76). Lamentablemente se olvida señalar a los profesores que lo esencial
en la educación es buscar perfeccionar las potencias o capacidades de sus alumnos, su superación; se hace a un lado
enseñarles que “todo proceso educativo en el cual ellos trabajan, debe llevar al hombre a una maduración cualitativa, a un
desarrollo perfectivo”(BASAVE FERNÁN-DEZ DEL VALLE, Agustín.1983:58). Más que nada se “forma” al docente
(en algunos programas actuales) haciéndole hincapié advertida o inadvertidamente, que no es la verdad sino la utilidad el
objetivo primordial de la enseñanza.
Se ha querido en este artículo esbozar el significado de formación
docente y diferenciarlo de otros términos que con mucha frecuencia se
confunden con él.

Si los programas tienen como finalidad “desarrollar principalmente las


habilidades necesarias para desempeñar eficientemente la docencia dentro
de un sistema o modelo educativo concreto”(MOTA ENCISO,
Flavio.1999:3) entonces no se habla propiamente de formación, sino de
capacitación docente.

Si se trata de poner al día a los docentes con conocimientos útiles para


mejorar su labor, entonces nos referimos a la actualización docente. Y si
Foto: Y. Velasco

de convertir al profesor en un profesional de la docencia se trata, entonces


hablamos de profesionalización docente.

Los programas antes mencionados, de capacitación, actualización o


profesionalización son muy importantes y necesarios para mejorar el desempeño de los docentes, pero no podemos descuidar
la formación, en el sentido estricto de la palabra, de nuestros profesores.

Con base en las anteriores consideraciones, se puede concluir que un programa de Formación docente debe ser
abordado en las siguientes perspectivas:

1. Perspectiva directiva o rectora. Basada en una Filosofía Educativa congruente a la naturaleza humana.

2. Perspectiva teórica. Basada en el conocimiento general de la Teoría Pedagógica

3. Perspectiva práctica. Representada por la preparación del docente en los métodos y técnicas didácticas adecuadas,
incluyendo en este punto la preparación específica en la enseñanza de determinada disciplina.

Y por último como complemento de actualización, una perspectiva importante hoy en día:

4. Perspectiva tecnológica. O preparación en el uso de nuevas tecnologías aplicables a la educación para facilitar la
enseñanza de los contenidos de las materias.

Tomando en cuenta estas cuatro perspectivas, se pretende contribuir a que el profesor se convierta en “sabio de la
Educación”, haciendo alusión a las palabras de Aristóteles:

“Quien conoce el arte se considera más sabio del que solamente la experiencia y esto porque el primero conoce las
causas y el segundo no las conoce... por esta razón el que conoce el arte, debe ser considerado más sabio que el empírico,
el que cultiva las ciencias teóricas es más sabio que el que cultiva las creencias prácticas” (CAPONNETTO, Antonio.
1999: 78).

___________
BIBLIOGRAFÍA:

BASAVE FERNÁNDEZ DEL VALLE, Agustín. (1983). Ser y quehacer de la Universidad: estructura y misión de la Universidad Vocacional.
México: PROMESA.
CAPONNETTO, Antonio. (1999). Pedagogía y Educación. México: Folia Universitaria.
GARIBAY GUTIÉRREZ, Luis (1976). De la capacidad para aprender. México: Universidad Autónoma de Guadalajara.
RODRÍGUEZ Marcos, Ana; Irene Gutiérrez Ruiz y Antonio Medina Rivilla (1995). Un enfoque interdiciplinar en la formación de maestros.
México: Narcea.
MOTA ENCISO, Flavio. (1999). Mitos y realidades de la capacitación docente, en ACADEMIA número 5. México. Folia Universitaria.
MOTA ENCISO, Flavio. (1999). El maestro y la calidad educativa, en ACADEMIA número 7. México. Folia Universitaria.

La autora es licenciada en comunicación y estudiante de la maestría en educación por la UAG. Actualmente labora en el Departamento de
Tecnología Instruccional de la DAPA.
FILOSOFÍA

Crisis educativa
y antropología filosófica
(Primera de dos partes)

Por: Fernando Sánchez Cu

TODO ESTUDIO SISTEMÁTICO, para ser efectivo y


objetivo, requiere claridad y precisión en la medida
que sea posible. Ahora bien, la precisión se logra
mediante la determinación del significado de los
términos básicos, la corrección y la claridad de
formular las preguntas guías, la univocidad de los
términos usados y la sencillez y naturalidad de las
formulaciones en todo el discurso, la cual no ha de
pretender exceder los límites auto-impuestos.

Así pues, lo primero ha de ser la definición de los


términos básicos de nuestro estudio, el planteamiento
de las preguntas con corrección y determinar los
alcances de nuestro estudio.

1.- Definiciones Básicas: ¿Qué es una crisis? Este


término ha sido usado por varias ciencias (política,
economía, medicina, psicología, etc.) con un
IMSI. Master Clip. significado análogo, pero no idéntico. Así, por ejemplo,
cuando un médico dice que una enfermedad ha hecho
crisis, significa una situación repentina y aguda de la enfermedad de la cual se espera un desenlace fatal; este sentido dramático
lo conserva al hablarse de crisis económica y política. Pero ¿qué queremos significar cuando decimos que la educación está en
crisis?

Empecemos por considerar el significado etimológico del término crisis y después trataremos de clarificar el significado de
“crisis educativa”. Etimológicamente tiene su origen en el término “krisis” cuyo significado es el de decisión, juicio,
discernimiento, en cuanto se ejecutan dichos actos, esto es, significa el acto de juzgar, discernir, separar, decidir.
En este sentido la crisis supone un momento de reflexión para juzgar, un momento decisivo del cual obtendremos los
elementos para distinguir, para emitir un juicio. Por ello se dice que crisis es una situación difícil y tensa de la vida de una
persona, empresa o colectividad, de cuyo fin depende el retorno a la normalidad.

Con esta primera determinación se puede observar con claridad el doble componente de toda crisis: por un lado se trata de
una situación difícil y tensa, de un problema; pero por otro lado es, también, una situación en la cual se puede retornar a la
normalidad, se trata de una oportunidad. Profundicemos un poco.

El problema es la presencia vital de un ser humano ante un obstáculo a vencer, se trata de un camino o vía bloqueados y sin
posibilidad de rodear el “muro” frente al cual nos encontramos, por lo tanto, es un reto; es necesario atravesar dicho obstáculo
para poder seguir adelante o simplemente retroceder. Esto significa que un problema posee ciertas características propias; ser
un obstáculo para alguien, no existen los problemas en el aire; a ese alguien se le debe presentar como un “muro”, que está
obligado a atravesar, no existen problemas si el sujeto no está obligado a enfrentarlo; ese enfrentamiento exige que el problema
sea solucionable, mas no que ya esté solucionado. Por lo tanto, podemos establecer una serie de posibilidades de lo que no es
un problema.

* Si un problema no se presenta como vital, esto es, si el problema no afecta personalmente a alguien, entonces no es un
problema.

* Si el problema no se nos presenta como solucionable, entonces o el problema está mal planteado o nuestra actitud es
deprimente.

* Si un problema no es solucionable, no es un problema, pues ante la imposibilidad no queda sino conformarse.

* Por último, si el problema está ya solucionado, entonces se trata de un pseudo problema o de un simple ejercicio escolar,
pero ningún caso se trata de un verdadero problema.

Pues bien, una crisis es un verdadero problema, esto es, se trata de un obstáculo exigiendo su solución a algún hombre, esa
solución, a su vez, se presenta como una posibilidad de avance. Y aquí aparece el aspecto positivo de toda crisis: es una
posibilidad de progreso. Aquí vale la pena hacer notar un caso de especial interés: los japoneses utilizan un mismo término para
referirse tanto a la crisis como a las oportunidades.

Con esta explicación hemos llegado al centro de la cuestión: cuando hablamos de crisis en el campo educativo, no estamos
esperando un desenlace fatal, muy por el contrario, se trata de una situación difícil de la cual esperamos salir fortalecidos. Al
menos así parecen entenderlo todos los estudiosos de la crisis educativa actual, pues de una u otra manera tratan de dar una
solución cuyo fin es mejorar en esta delicada materia; en resumidas cuentas, los estudiosos de la crisis educativa actual buscan
soluciones, mejoras(1).

2.- Crisis y Diagnóstico: Ahora bien, el hecho de proponer una respuesta no implica necesariamente su verdad o validez,
sino que todo ello dependerá de los fundamentos y procedimientos llevados a cabo para establecerla; además, una solución
puede ser útil para alguien y sin embargo no ser aplicable a otro caso distinto. Esto último puede deberse al cambio de
situaciones o a la condición de una determinada cultura y sociedad. Aclaremos con una breve analogía.

Así como un médico determina la enfermedad que aqueja a su paciente (diagnóstico) a partir de un interrogatorio, una
auscultación y una serie de estudios; así también una crisis debe diagnósticarse mediante síntomas y estudios. Y así como un
médico fallando en el diagnóstico por mala interpretación de los síntomas, o por una deficiente auscultación, o por estudios
mal indicados o mal interpretados, tiene por resultado una ineficacia en el tratamiento; así también, una crisis mal diagnosticada
trae como consecuencia un fallo en el tratamiento o ineficacia en su solución.

Por ello podemos afirmar que lo peor que puede pasar con un problema es no atinar en su planteamiento. Por el contrario,
y como se demuestra en la investigación científica, un problema bien planteado es la mitad de la solución.

Por lo tanto, hemos de preocuparnos por lograr el mejor planteamiento del problema de la crisis educativa actual. Pero el
diagnóstico no podrá venir sino después de una revisión lo más completa posible de los síntomas, de los estudios realizados y,
al final, de una sistematización capaz de ofrecernos la(s) causa(s) de la crisis.

En resumidas cuentas, hemos de proceder ordenada y sistemáticamente iniciando con lo más evidente y proceder lentamente
y con cuidado, por vía inductiva, a encontrar el núcleo real del problema. Es este núcleo quien nos dará el diagnóstico y las
pautas de solución. Si no procediéramos de esta manera, correríamos el riesgo de fallar en la solución complicando el problema
en vez de solucionarlo.

Mas esta exigencia de orden y sistematización no debe tomarse como una limitante o una complicación innecesaria o
engorrosa, pues es el común denominador de toda ciencia e investigación científica, y la Pedagogía es una ciencia. Por lo
tanto, ha de proceder ordenada y sistemáticamente.
3.- Problemática y limitaciones: Tal como sucede en todo lo referente al estudio humano, el problema actual de la
educación es sumamente complejo y difícil en su tratamiento. Pero esto sólo significa su exigencia de sistematización y orden
en el estudio, obvio es que requerirá meditación, atención firme y trabajo arduo, así como la precaución para no caer en falsas
soluciones, facilonas y simplifacadoras, que no se apegan a la realidad.

Es más importante considerar la realidad de nuestra situación: El problema de la educación es nuestro. Esto significa que
somos nosotros los del problema, y cuando digo “nosotros” me refiero a los educadores e investigadores de todo el mundo,
pues el problema de la educación no es local o continental, sino mundial. También deseo significar la ausencia de soluciones
completas y absolutas, pues si esto fuera así, no estaríamos hablando de una crisis educativa actual.

ALGUNAS PRECISIONES

1.- La crisis es real: Ciertamente damos por sentado el hecho de la existencia de una crisis en la educación; tanto por la
evidencia directa de su existencia, como por las múltiples voces de alarma que la ponen de manifiesto tanto en México como
en el extranjero y, lo evidente no necesita demostración.

2.- Hechos, datos y supuestos en ciencias: En este punto cabe hacer la distinción muy importante entre hecho, dato y
supuesto. Un hecho, es algo que existe o existió sin tomar en consideración si nos hemos enterado o no; un dato es un hecho
del cual tenemos, por lo menos, noticia los seres humanos; y un supuesto es una condición necesaria para iniciar una
investigación. Así, por ejemplo, podemos suoponer la existencia de un hecho y proceder a buscar los datos, a partir de las
cuales podamos constatar la existencia o realidad de un hecho; o podemos partir del dato para encontrar el origen o explicación
cabal de un hecho.

En función del procedimiento que sigamos tendremos un método deductivo o inductivo, pero en ambos casos necesitamos
del análisis y de la síntesis. Si no poseemos ni un supuesto, entonces la mente se paraliza y no puede avanzar al conocimiento.
Por lo cual decimos que es inevitable tener alguno de estos tres elementos para poder proceder en la investigación de cualquier
cosa.

3.- Verdad y demostración: Mas, en concordancia con el proceder científico, cuando algo no es evidente nos quedamos
con lo demostrado y consideramos lo demás como simples hipótesis o conjeturas más o menos aceptables. Dicho con otros
términos, tomamos la verdad cualquiera que esta sea y sin importar quien la anuncia.

4.- Lo común y lo normal: Cuando decimos que la crisis supone la posibilidad de un retorno a la normalidad, suponemos
la existencia de una norma objetiva, según la cual se logra superar el estado de crisis. Pretender negar esta norma objetiva es
negar toda posibilidad y todo criterio de solución, pues si no existe un estado normal entonces no existe un estado de crisis.

Entendámonos bien. Normal indica lo conforme a la norma y no a lo común, pues es posible la presencia común de un
hecho contrario a la norma. De hecho, este parece ser el estado crítico de la educación, pues se habla de un estado crítico en
todos los aspectos educativos. Pongamos un ejemplo que haga evidente lo afirmado: en una asociación delictiva lo más común
es violentar las normas del buen vivir, sin embargo no podemos decir que la vida delictiva sea la norma de vida.

Por otra parte, si no existe una norma objetiva ante la cual podamos comparar los distintos estados de un cuerpo social o
individual, es imposible determinar su salud o enfermedad. Por analogía: si un médico no tuviera noción clara de la salud, por
ese mismo hecho no podría encontrar o diagnosticar ninguna enfermedad, tampoco podría ayudar al paciente a recobrar un
estado inexistente. En el mismo sentido, no es posible hablar de crisis educativa si antes no se tiene una noción clara de lo
que es educación y cuáles son los resultados adecuados de esa educación.

Esto no impide ni niega el hecho de por sí evidente de que un estado crítico pueda ayudar a determinar la norma objetiva.
Pero no es el hecho anormal quien determina la norma pues ¿cómo sabríamos que estamos en un estado anormal? Por ello
hemos dicho que es necesario tener una noción y no un concepto preciso de lo que es normal en educación. Mas esto no
significa negar la necesidad de precisión de dicha norma educativa, más bien decimos que un educador responsable debe, ante
todo, tener esa claridad y precisión como condición.

También es necesario tener en claro que el estado normal no es un detenimiento o retroceso, pues la norma no puede ser
otra cosa que una naturaleza exigiendo su pleno desarrollo. Con un ejemplo podemos penetrar en esta noción importantísima:
lo normal en una higuera es crecer, florecer, dar higos y nuevas
higueras; si la higuera no crece o no florece o no da higos, o no
da nuevas higueras, decimos que algo está mal en la higuera, que
no es normal. Pues bien, lo mismo sucede con la salud humana y
la educación: solamente sabiendo cuáles deben ser sus frutos
podemos saber si está normal o está en crisis.

Ahora bien, en el caso de la educación debemos tener presente


algunas características de este hecho:

a) La educación es cultura, en el sentido de que debe ser


realizada por alguien y no surge espontáneamente como la hierba.

b) La educación la hace el hombre, puesto que los animales


no tienen propiamente algún acto calificable como eductivo, aún
cuando dirigen y cuidan de sus crías.

c) La educación la hacen los hombre para provecho de los


IMSI. Master Clip.
mismos hombres. Esto es, el destinatario de la educación es el
mismo hombre, lo cual implica una noción de hombre en cada
educador.

d) La educación sucede en el hombre. Esto es, la educación no es un agregado externo al hombre como puede ser una
camisa u otra cosa similar, sino que sucede y transforma al hombre desde su interior.

5.- Elementos de Análisis: De lo anterior se siguen algunas consecuencias inevitables para una cabal comprensión de la
crisis educativa, consecuencias que hemos de tener presentes al momento de valorar las propuestas educativas que presentan
alguna solución al problema que nos ocupa. Las consecuencias son las siguientes:

a) La educación es una obra humana que afecta al mismo hombre en su totalidad.

b) La educación escolar es necesariamente sistemática e intencional.

c) La educación busca mejorar al hombre.

Por lo tanto, supone necesariamente:

* Una concepción de lo que es el hombre.

* Una concepción de lo que es el hombre educado o perfecto.

* El hombre educado es la meta y el fin de toda educación.

Estos elementos, que son los más importantes e inevitables, son los que hemos de buscar al momento de enfrentar una
propuesta educativa. Y hemos de declarar que nunca están ausentes, aunque a veces estén implícitos.
_________________
NOTAS:

1) Aunque ciertamente las desviaciones metafísicas provocan la multiplicación de los problemas como es el caso del llamado “Pensamiento crítico”
en multitud de autores, o el caso de la “metacognición”, por mencionar tan sólo dos pseudosoluciones.

El autor es licenciado en psicología y postulante a la Maestría en Filosofía por la UAG. Actualmente es docente del Departamento de Filosofía y
Ciencia.
CONDENADOS AL OLVIDO

Cristiandad, héroes y santos


Por: Arturo Ortega Ponce

EL CATOLICISMO TIENE UNA COSMOVISIÓN completa propia, es decir, una forma de ver y entender al mundo y a la vida.

Trasciende la realidad y ofrece eternidad.

Explica el origen de la vida y del universo y establece, mediante Jesucristo, un vínculo de remisión de los pecados y una
promesa redentora.

Esto sacudió al mundo antiguo: era la religión más completa, ofrecía formas de culto inocuas, sin sacrificios humanos,
era alentadora de una nueva justicia, generando el principio de igualdad entre los hombres, eliminando la esclavitud.

También abrió el contacto con Dios, que había sido privilegio del pueblo judío de la Biblia, convirtiendo a todos los
gentiles en objeto de la Gracia.

Rompió los moldes al respetar las formas sociales y jurídicas de la época.

Asaltó frontalmente los cultos antiguos, principalmente al Olimpo grecolatino. Los dioses con defectos humanos fueron
sustituidos por un Dios que entregó a su Hijo para ser hombre real
entre nosotros.

Jesucristo se encontró encarnando la mejor y más sublime historia


de todos los tiempos. Con firmeza, con claridad, con pruebas rotun-
das, abrió el cumplimiento de los Libros que lo profetizaron. Sin
contradicciones perfeccionó un culto, una liturgia.

Sumó lo nuevo y lo antiguo. Sus pasmosos milagros y su pasión y


muerte saldaron la cuenta de los sacrificios. La paz del Buen Pastor
trajo también profundos cambios en todos los órdenes. El nuevo culto,
la Buena Nueva, se extendió entre numerosos judíos y entre abundantes
gentiles.

La persecución que generó la Pasión no se detuvo. No hubo temor


a derramar, por los judíos del Sanedrín, de la Sinagoga, la sangre del
Hijo de Dios. Los Apóstoles, incluyendo Pablo de Tarso, nos recuerdan
el odio persecutor a la Verdad Revelada, que luego vino a mostrarse
al grandioso Apóstol, para ser Apóstol de los Gentiles.

La Cruz, signo de muerte infame, fue signo de victoria sobre la


muerte, sobre el paganismo. Los primeros mártires, víctimas de la
ceguera del pueblo antes elegido y del imperio romano, comenzaron a "El caballero, la muerte y el diablo". Grabado en cobre de
A. Durero. (1513).
darle un sello de epopeya a la instauración de la nueva religión, que por
fin es aceptada por el emperador Constantino, para ser la nueva religión
oficial.

La Iglesia se fortalecía, pero como signo de la lucha eterna del Bien y


del mal, que concluirá con el fin de los tiempos, crecía en medio de
turbulencias, herejías, intentos de paralizarla, dividirla, o de hacerla -desde
adentro- víctima del error. Simón el Mago, los monofisitas, los maniqueos,
fueron enfrentándose a la sabiduría de los grandes teólogos y romanos
pontífices. Como ejemplo, San Atanasio, San Agustín. Muchos obispos
heróicos sufrieron de persecuciones en la hora temprana de la Iglesia.

La Iglesia cuya inmensa historia no podemos abarcar, consolidó una


nueva forma de vivir. Rescató la filosofía helénico-latina y fundó en su
devoción mariana, y en su labor sacramental, un incentivo poderoso que
cambió las formas políticas, sociales, económicas y éticas. En resumen,
el catolicismo pone un sello propio en la cultura y civilización y que desde
1492, hace cinco siglos se la debemos a España.

La Cultura Occidental es resultado de la infusión por la Iglesia de los


nuevos estados, nacidos de las ruinas del imperio romano. No se trata de
una simple doctrina, sino de una forma de vida.
"La Virgen y el Niño con Santa Ana". L. Da Vinci. (H.
1506-10).
Ésta conquista a los conquistadores romanos, crea la forma de vida
familiar, profesional y política gobernada por el pensamiento católico, teocéntrico, y es en el siglo XIII cuando se logra un
equilibrio social y político admirable. Era un mundo en que la usura, el materialismo, la corrupción, las herejías, tenían que
disputar en el campo de las ideas y en ocasiones con la espada, su pretensión. Santo Tomás de aquino, ese fraile genial,
sintetiza a Platón y Aristóteles, la cumbre del pensamiento filosófico; surgen catedrales de estilo románico, surge el estilo
bizantino, surge el eterno arte gótico. Surge el orden, regula el sendero, gobierna la aristocracia, surgen castillos, progresos
y concilios dogmáticos que marcaron para siempre el rumbo como en Trento y en Letrán. La Iglesia hacía que el mundo se
plegara a los designios divinos y la vida fiera consecuente con ese ideal. Aparece también la fulgurante figura del cabal-
lero cristiano, mitad monje y mitad soldado, que hizo suya la consigna de San Bernardo: "A Dios rogando y con el mazo
dando".

Por todo ello, el rencor jacobino de la Revolución Francesa de 1789, lograda por el Gran Oriente Masónico de Francia,
hija de Rosseau y de los ideólogos de La Marsellesa, con rencor infinito comenzaron a vituperar la era más brillante de la
humanidad, para catalogarla como la era oscura.

Ya Pío X advertía al mundo católico de los estragos del liberalismo iluminista, en relación al movimiento demócrata
cristiano socialista denominado le sillon ("la democracia es una religión más universal que la Iglesia..."); como resultado
del gran movimiento de apostasía (adoración de falsos dioses e ídolos) organizado en todos los países para el establecimiento
de una Iglesia Universal que no tendría dogmas, ni jerarquías, ni regla para el espíritu, ni freno para las pasiones, fue la
Revolución Francesa el punto de partida para que los intelectuales propusieran uno de los ideales de sociedad que volvían
la espalda y perseguían al catolicismo.

La Iglesia católica empujó una creación cultural sin precedente

Hoy alabamos los tesoros culturales de Egipto, su arqueología, su escultura, su ideología, sus aspectos éticos, sus libros
sagrados, su mitología.

Pues bien, la Iglesia Católica Universal aportó más, y lo sigue haciendo: arte y cultura a lo largo de los imperios y
estados que se han conformado. Las obras de arte con el tema religioso o cristocéntrico, domina las ecuelas y temáticas
artísticas más descollantes, y como prueba de ello las obras más renombradas son estampas religiosas.

En todas las artes se destaca la inspiración religiosa. Del canto gregoriano a la poesía más sublime.

¿Quién no ha sentido elevar su espíritu al escuchar una página de canto gregoriano, en su elemento natural: un claustro
románico?, la música de J. S. Bach, nos ha transportado a las celestes esferas divinas. ¿Quién no ha vibrado escuchando
el Mesías de Haendel, o el Réquiem de Mozart? Vivaldi, Beethoven, Schubert, Strauss, Liszt, hasta llegar al culmen de la
música cristiana con el Persifal, de Wagner.

En la litreratura, sin citar directamente al Magisterio de la Iglesia, se


han producido grandes talentos literarios distinguidos por el premio Nobel:
Henry Sienkiewicz, Henry Bergson, o escritores como Milos Czeslaw o
Alexander Solzhenitsin, Carrell, etcétera, que son una prueba de que el
pensamiento universal de la Iglesia no produjo el atraso o el bloqueo en la
creatividad del arte y de la ciencia, salvo aislados espisodios en que se ha
tratado de presentar a la Iglesia como propiciadora de una censura, o de
una intolerancia, pero que en realidad nunca lo impidió. Ahí están Lope,
Calderón, Tirso de Molina, Ruíz de Alarcón y los místicos Fray Luis de
León, Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de Granada... ¿qué mayor belleza
se puede oír que los sublimes versos de San Juan de la Cruz?

No me mueve, mi Dios para quererte


el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porqué te quiera, Frescos exteriores de la Iglesia del Monasterio de
pues aunque lo que espero no esperara, Moldovisa, pintados hacia 1537 (Frag.)
lo mismo que te quiero te quisiera (1).

La riqueza espiritual de la Iglesia se llevó a efecto en una fase más importante: la aplicación del concepto de la caridad,
la promoción de la justicia real sin demagogias. Esa caridad cuyo máximo reciente exponente fue la Madre Teresa de
Calcuta, sin olvidar legiones de santos que se entregaron a este ejercicio de dar lo mejor a sus congéneres. Desde San
Francisco de Asís, Martín de Porres o San Javier, a intelectos como San Ambrosio; cardenales como Borromeo, Roberto
Belarmino, que han destacado por su brillo, su capacidad científica o por regirse conforme a una ética ejemplar.

Desde que San Benito hizo factible con su regla la vida monástica, regulando acciones, meditación, piedad, todo produjo
un inmenso campo de Iglesias y monasterios que desde la Edad Media iniciaron e hicieron posible los viajes, las rutas y en
su caso la hospitalidad, comenzando con las insitituciones de asistencia y de salud denominadas hospitales. Cuando no
existían sistemas de salud y atención de los enfermos fue la Iglesia o muchos santos los que con su patrimonio o pidiendo
ayuda edificaron estas instituciones.

La arquitectura y el arte religioso se virtió sobre todas las especialidades humanas. En nuestro caso de Hispanoamérica,
los indígenas aprendieron todos los oficios o perfeccionaron otros con su destreza.

Es por el catolicismo que se realizaron las Cruzadas, los desubrimientos, las hazañas de conquista. "¡Dios lo quiere!",
fue el grito que resonó frente al Islam, y fortaleció en su momento a las nuevas nacionalidades.
La práctica devocional distinguó el catolicismo en cada país con un patrono o una advocación a la Virgen.

En síntesis, la historia del cristianismo es una historia triunfalista, un canto de victoria en que se acentó una civilización.
La misma impartición de la justicia, el derecho romano, el fuero juzgo, las compilaciones de Alfonso X y la misma Inquisición,
procedieron en España y Nueva España con equidad, con celo de justicia, con temor al error jurídico, y hasta con piedad
buscando la retractación del acusado. Los procesos están bien documentados.

Como Iglesia no tenemos de qué avergonzarnos. La Inquisición no era un tribunal de horror y tortura y de destrucción
como lo fue la llamada Revolución Francesa, con su terror y su guillotina, o la sanguinaria revolución marxista leninista de
los judíos bolcheviques cuya experiencia costó a la humanidad ¡100 millones de víctimas inocentes en menos de un siglo!

Pocos episodios, en dos mil años de una institución fundada por Jesucristo y conducida por humanos, son imputables a
fuertes cargos. El caso Galileo es una confusa confrontación de egocentrismos, más que una negación de verdades
astronómicas. En tanto que la intolerancia luterana -concretamente suizos calvinistas- sí sacrificó la vida del católico
Miguel Servet, descubridor de la circulación de la sangre.

Ni la corrupción, la infiltración o la pérdida de la fe de algunos jerarcas católicos, pueden sosalayar que el pensamiento
y los mejores valores fueron una aportacióin de la Iglesia.

México vive como otros pueblos marianos destacados, como Polonia, España, Portugal, Francia, un modelo de vida
regido por su fe guadalupana que ha obrado milagros y conversiones milagrosas, aunque ahora se empeñen en negarla.

Culturalmente, con nuestra Sor Juana, nuestros valores parecen ser del Siglo de Oro español; nuestra arquitectura y
pintura, nuestro barroco, nuestro plateresco, nuestra epopeya cristera, son un reflejo de la militancia católica de un Quijote
o un Cid Campeador. Somos producto de una civilización occiental católica que ha sido insuperable, teniendo a Cristo como
el eje y el héroe de la historia.

Nuestra institución, la UAG, no es confesional, pero sí producto de


pensadores católicos. Es una institución que se identifica con la libertad y
conforma en su aportación cultural una continuidad de esa civilización.
Observen estimados lectores cómo manejamos estos ideales y cómo los
manejan otras instituciones, aún confesionales. La diferencia está en la
coherencia entre lo que dicen y hacen; nosotros no pretendemos apartarnos
de la verdad, no pretendemos influir en el ámbito de las relaciones
interfamiliares, no proponemos terapias psicológicas que cambien la
personalidad de nuestros jóvenes. Deseamos solamente -como lo decía
Luis Garibay Gutiérrez- que nuestros alumnos y sus seres cercanos
vuelvan a pensar, y que en base a los hechos juzguen quiénes guardan
de manera más fiel esta herencia cultural.

Actualmente vivimos en el umbral de la Cuarta Revolución Mundial,


el New Age, Movimiento de Acuario o Humanismo Cósmico.

Luego de los fracasos antopocéntricos de la Revolución Francesa y el


comunismo, se pretende un Siglo XXI de confusión, esa confusión que
aprovecha los vacíos culturales, de formación religiosa y de valores
patrióticos. A cambio nos ofrece religión sin dogmas, sin pecado, sin cielo,
sin infierno; nos ofrece promiscuidad y sincretismo con el error, nos lleva
a la promoción de cultos orientales desde el modernizado budismo, hasta
versiones de cultos hindúes, con profetas como Krishna o el gurú Sai
Baba; nos ofrece el yoga sex como terapia, nos brinda la ciencia psiológica
para elevar el fraude científico del freudismo, a una terapia de vida sin
"Sor Juana". culpas. La New Age nos lleva a Carl Rogers y su psicoterapia humanista,
Miguel Cabrera. (1695-1768).
con sus formas aberrantes de educación, en materia de droga y de sexo. La nueva religión de Acuario nos oferta la
eutanasia y el suicidio, ofrece protección a los peores actos criminales sin considerar más que el derecho humano del
asesino y no de la víctima.

En "El fin de los tiempos y seis autores modernos", el P. Alfredo Sáenz, nos ofrece una visión clave de este paso de
tiempo a otra era. Los sistemas de gobierno se toman de bloques globales regidos por la ONU, o por entes financieros y de
comunicaciones mundiales que hacen más posible que nunca la creación de la barbarie (2).

En el S. XXI es más valido que nunca escoger entre la Civilización o la barbarie. La mejor manera de resitir es
informarnos, atenernos a la enseñanza divina que está en la Iglesia Católica, de fomentar una cultura que nos haga, por
medio de la inteligencia y de la Gracia, capaces de romper con los sofismas y trampas del New Age que acechan con el
esoterismo y culminan en la reina de las manifestaciones demoniacas, el culto satánico, ya hoy tan de moda.

La fuerza espiritual va acompañada de una gran fuerza moral, la verdad, y la conciencia de una identidad hispanoamericana
nos da raíces para resitir, los valores de siempre esperan de nuevo que nuestros defensores de la civilización acudan a su
resguardo y difusión.

__________________

NOTAS:

1) "Soneto", S. Juan de la Cruz.


2) Ediciones Asociación Pro Cultura Occidental, Guadalajara, 1997.

BIBLIOGRAFÍA:

* Amado Fernández, Antonio, "La educación cristiana".


* Boixadós, Alberto, "Crónica de una revolución anunciada".
* Pérez Vizcaíno, Carlos, "Encrucijada de la civilización".
* Lémann, Agustín y Joeph, "La asamblea que condenó a Cristo".
* Messori, Vittorio, "Leyendas negras de la Iglesia".
* Sáenz, Alfredo, S. J., "El hombre moderno".
* Sagrada Biblia (católica) ed. B.A.C.
* Solzhenitsin, Alexander, "Archipiélago Gulag" / "El colpaso de Rusia".
* Soloviev, Vladimir. "Los tres diálogos y el relato del Anticristo".

El autor es licenciado en Derecho y postulante de la maestría en filosofía por la UAG. Actualmente es Jefe de Investigación Institucional de la
misma Institución.
COMENTARIO

Frente común para


el bien de la sociedad
Por: J. Refugio Durán Muñoz

EL DESEO DE PAZ Y ORDEN SOCIAL es generalizado. Todos aspiramos a vivir tranquilos, con la seguridad de que nuestros
bienes y derechos serán respetados y de que hay una autoridad que vigila que esto sea así o, en su defecto, para castigar
a aquellos que contravienen el orden.

Pero, desafortunadamente es frecuente el lamento, por las circunstancias que se viven, en lo relacionado con la
delincuencia y no deja de sorprender cómo el índice de participación infantil en este aspecto aumenta.

La moral y la ética regulan la conducta privada del hombre; el Derecho, por su parte, la social.

Desgraciadamente lo moral y lo ético son valores cuyo prestigio se encuentra en franco deterioro. Se enseñan y se
promueven poco en la educación formal. Desde la secundaria hasta la carrera profesional, las currícula de las instituciones,
públicas o privadas, se encuentran casi ayunas de estas reflexiones. El maestro no insiste lo suficiente en la trascendencia
de sujetar nuestra conducta a estos valores; el disimulo y hasta, en algunos casos, la mofa, por parte de los estudiantes,
suelen acompañar las sugerencias y exhortaciones del profesor que se atreve a poner de relieve la necesidad de adoptar
la moral y la ética como reguladoras de nuestros actos.

La escuela es una de las principales transmisoras de la herencia cultural de nuestros antepasados, pero no la única.
Hay otra institución que tiene también un papel muy relevante para la implantación y difusión de los valores éticos y
morales: la Iglesia. Pero esta tampoco ha tenido mucho éxito (por los efectos, por los resultados, es fácil deducir que la
influencia de esta entidad sobre la sociedad hoy no ha calado lo hondo que en otros tiempos lo hizo), pese a no renunciar
a ello.

El Derecho, que se ejerce a través de las instituciones públicas, y que tiene su expresión y realidad máxima en el
Estado, tampoco ha logrado impedir o suprimir las lacras de la conducta delictiva. El Estado, por medio del Derecho,
ordena la vida social, la sana convivencia y la armonía entre los ciudadanos. Sus leyes y principios no tendrían ningún
sentido, si no tuvieran como fin el bien común y la impartición de la justicia. Por estas leyes y principios es que la vida social
se modela, y se puede vivir civilizadamente. Según sean estos, así será la sociedad que de ellos se deriven, en fin, el tipo
de sociedad que se tenga, será un producto directo de la Ley, y el Estado su protector, su guardián.

La situación de la sociedad actual de nuestra Patria, si bien, por un lado tiene muchos aspectos loables, por otro, hay
que reconocerlo, cuenta con algunos aspectos deplorables de los que la delincuencia infantil, la corrupción de menores, los
suicidios cometidos por infantes o adolescentes, son solo los efectos, reflejo inequívoco de que existen aspectos por
corregir en nuestro sistema jurídico.

Se ha señalado en diferentes medios de comunicación, entre otras causas de este mal social, el hecho de que muchos
de estos menores que participan de ilícitos proceden de familias disfuncionales (padres separados, mujeres abandonadas
o esposos divorciados). En la mayoría de los casos también se encuentra como factor común, como base del problema, la
educación deficiente, mala o inexistente de los pequeños infractores.

Tales hechos deben ser motivo para una reflexión a fondo, para hacer las enmiendas o adiciones a las leyes, de tal
manera que se puedan reducir los factores que influyen en la conducta delictiva. Pero también una reflexión sobre la
grande responsabilidad de la familia y la escuela en la prevención de este tipo de conductas.

Es evidente que hay escasez de valores y también hay falta de capacidad de quienes tienen la responsabilidad de
inculcar esos valores.

La Iglesia, el Estado, la Universidad, y cada uno de nosotros en la parte que nos toca, debemos unificar esfuerzos en
aras del bien común, la paz y el orden, haciendo cada entidad lo que les corresponda para elevar la calidad moral de la
sociedad y, con ello, procurar su regeneración, hasta donde sea humanamente posible.

* El autor es licenciado en ciencias de la comunicación y postulante de la Maestría en Filosofía por la UAG. Actualmente labora en el
Departamento de Orientación de la Facultad de Derecho y Trabajo Social.
PARA LEER Y GUARDAR

Kempis, un clásico
de espiritualidad cristiana
Selección y notas de: José Chávez Chávez

CUANDO POR ESTAS PÁGINAS HAN PASADO Aristóteles, Confucio, Séneca y Cicerón,
regalándonos en hermosos textos, su profunda sabiduría y su agudo conocimiento del
alma humana, no podía faltar aquí uno de los máximos exponentes de la Espiritualidad
en la Edad Media, del cual sus obras conservan asombrosa vigencia y lozanía, que hace
que los editores las sigan publicando.

Nos referimos a Tomás de Kempis(1) y su "Imitación de Cristo", obra de la cual


hoy ofrecemos algunos fragmentos enlazados con la idea central de las solemnes palabras
que pronuncia el sacerdote cuando impone la ceniza el miércoles que marca el inicio de El Greco. La Magdalena penitente
la Cuaresma: "Polvo eres y en polvo te convertirás.." con el crucifijo (frag.)

Como actualmente se ha puesto de moda una abundante literatura con pretensiones seudo místicas, que busca orientar
al hombre moderno para que se "realice" (sic), "viva en armonía con el Universo", "sea positivo", etcétera; literatura que en
apariencia no tiene ninguna objeción pero que sistemáticamente huye de la principal, y única efectiva, motivación de una
verdadera vida interior trascendente: Dios , Creador y Redentor. Una especie de moral naturalista y agnóstica que sólo
pretende enseñar a vivir con tranquilidad y tener éxito en la vida.

Es por esto que importa releer (o conocer) a aquellos autores que ofrecen una efectiva guía de conducta del hombre
moderno para llevarlo al triunfo verdadero y a su realización trascendente.

Y uno de estos autores es Tomás de Kempis. Creemos que su lectura y meditación interesará a los lectores.

SOY POLVO Y CENIZA


Por: Tomás de Kempis(2)

1. Hablar‚ yo a mi Señor, como soy, polvo y ceniza? (Gén.,XVIII,27).

Si más de esto me reputare. Tú estás contra mí, y mis maldades dan de esto verdadero testimonio, y no puedo
contradecirlo.

Mas si me envileciere, y me devolviere nada, y dejare toda propia estimación, y me tornare polvo, como lo soy me ser
tu gracia favorable, y tu luz se acercar a mi corazón, y toda mi estimación se hundirá en el valle de mi poquedad.

Allí me mostrarás qué soy, qué fui y de dónde vine, por qué soy nada y no lo conocí (Psalmus LXXII, 2).

Abandonado a mis fuerzas, todo soy nada y todo flaqueza; más si de repente Tú me miras, luego seré fortificado y
estaré lleno de nuevo gozo.
(3)
MISERABLE SERÁS DONDE QUIERA QUE FUERES

1. Miserable serás dondequiera que fueres y a cualquier parte que te volvieres, si no te conviertes a Dios.

¿Por qué‚ te turbas si no te suceden las cosas según quieres y deseas? ¿Quién es el que lo tiene todo a medida de su
voluntad? Ni yo, ni tú, ni hombre alguno sobre la tierra.

No hay nadie en el mundo sin tribulación o angustia, aunque sea rey o Papa.

¿Pues quién es el que está mejor? Ciertamente aquél que puede padecer algo por Dios.

2. Dicen muchos imbéciles y flacos: ¡Mirad cuán dichosa vida tiene aquel hombre ! ¡Cuán rico es, cuán grande, cuán
piadoso y excelso!

Mas tu atiende a los bienes del cielo, y verás que todos los bienes temporales nada son; antes al contrario son muy
inciertos y molestos, porque nunca se gozan sin cuidado ni temor.

No consiste la felicidad del hombre en poseer bienes temporales en abundancia: bástale la medianía.

En realidad, miseria es vivir sobre la tierra.

Cuanto más espiritual quiere ser el hombre, tanto más amarga se le hace la vida presente, porque conoce mejor y ve
más claramente los defectos de la corrupción humana.

Puesto que el comer, el beber, el velar, el dormir, el descansar y el estar sujeto a las demás necesidades naturales, es en
verdad grande miseria y aflicción para el hombre devoto, que quisiera estar desatado del cuerpo y libre de todo pecado.

3. Porque el hombre interior está muy oprimido en este mundo con necesidades corporales. Por esto el profeta ruega
devotamente que se libre de ellas, diciendo: Sácame Señor de mis angustias ( Psalmus XXIV, 17 ).

¡Mas ay de aquéllos que no conocen su miseria! y con mayor razón, ay de aquellos que aman esta vida miserable y
corruptible !

Por que hay algunos tan apegados a ella, que aún cuando apenas puedan alcanzar lo necesario trabajando o mendigando
ni siquiera se acordarían del reino de Dios, si pudiesen vivir siempre aquí abajo.

4. ¡Oh locos e infieles de corazón, tan profundamente encenagados en lo terreno, que solo gustan de las cosas carnales
!

Mas al fin conocerán por su desgracia cuán despreciable, vil y vano fue lo que amaron.

Si no te haces violencia, no vencerás al vicio.

Mientras permanecemos en este frágil cuerpo no podemos estar eternamente libres de pecado, ni vivir sin tedio y dolor.

Grato nos sería descansar de toda miseria; mas como con el pecado perdimos la inocencia, perdimos también la
verdadera felicidad.

(4)
MUY PRONTO VENDRÁ PARA TI LA MUERTE

1. Muy pronto vendrá para ti la muerte; mira, pues, cómo te hallas. Hoy existe el hombre y mañana desaparece.

Y en quitándolo de los ojos, presto se borra también de la memoria.


¡Oh estupidez y dureza del corazón humano, que sólo atiende a lo presente sin cuidar de lo venidero!

De tal modo debieras conducirte en todos los pensamientos y acciones cual si hoy debiese morir.

Si tuviese buena conciencia, no temerías mucho a la muerte.

Más valiera evitar los pecados que huir de la muerte.

Si hoy no estás preparado, ¿cómo lo estarás mañana?

El día de mañana es incierto, y ¿sabes tú si lo amanecerás otro día?

2. ¿De qué aprovecha vivir largo tiempo, si tampoco nos enmendamos?

Ah larga vida no siempre corrige; antes a menudo aumenta nuestras culpas.

¡Ojalá que hubiésemos vivido bien un sólo día en este mundo!

Si es terrible morir, acaso es más peligroso el vivir por más tiempo.

Dichoso el que tiene siempre presente la hora de la muerte y se prepara cada día para morir.

Si alguna vez viste morir a un hombre, piensa que tu también pasarás por el mismo camino.

3. Por la mañana piensa que no llegarás a la noche; y por la noche no te prometas llegar a la siguiente mañana.

Vive, pues, siempre preparado, y vive de modo que la muerte nunca te halle desprevenido.

VANIDAD DE VANIDADES (5)

3. ¿De qué te aprovechas disputar sutilmente acerca de la Trinidad, si falto de humildad le desagradas?

Ciertamente los conceptos sublimes no hacen al hombre santo y justo; mas la vida virtuosa le hace agradable a Dios.

Más quiero sentir la compunción que saber definirla.

Aun cuando supieras literalmente toda la Biblia y las sentencias de todos los filósofos, ¿de qué te aprovecharía todo sin
caridad y gracia de Dios?

La suprema sabiduría consiste en aspirar al reino de los cielos por medio del desprecio del mundo.

____________
NOTAS:

(1) Tomásde Kempis nació en Alemania hacia 1380 y murió en Afnetenberg en 1471. Ingresó muy jóven al convento de Windesheim, donde fue
luego ordenado sacerdote y despues elevado al cargo de maestro de novicios y prior. No fue propiamente un teólogo. en sus enseñanzas pretende
introducir en sus alumnos no tanto razonamientos teológicos como normas de formación interior cristiana. Presenta como virtudes necesarias
para la salvación del hombre, la humildad, la obediencia, la pureza, la paciencia, el domínio de sí mismo y el amor a la soledad
.(2) Del capítulo VII de la Imitación de Cristo, Ediciones Paulinas.
(3) Del capítulo XXII
(4) Del capítulo XXIII
(5) Del capítulo I
LOS GRANDES EDUCADORES EN LA HISTORIA

La pedagogía de San Agustín


de Hipona
Por: Mario Castañeda Rojas

FUE SAN AGUSTÍN (354-430) uno de los más grandes


padres de la Iglesia y uno de los más eminentes
doctores de la Iglesia occidental.

Nació el 13 de noviembre del año 354 en Tagaste,


Numidia (hoy Souk-Ahras, Argelia). Su padre,
Patricio (fallecido hacia el año 371), era un pagano
(más tarde convertido al cristianismo), y su madre,
Mónica, era una devota cristiana que dedicó toda su
vida a la conversión de sus hijo, siendo canonizada
por la Iglesia Católica.

Agustín se educó como retórico en las ciudades


norteafricanas de Tagaste, Madaura y Cartago. En-
tre los 15 y los 30 años vivió con una mujer cartaginesa
cuyo nombre se desconoce, con la que tuvo un hijo,
en el año 372, al que llamaron Adeodatus, que en latín
significa regalo de Dios.

Inspirado por el tratado filosófico Hortensius, del


orador y estadista romano Cicerón, Agustín se
convirtió en un ardiente buscador de la verdad,
estudiando varias corrientes filosóficas antes de
ingresar en el seno de la Iglesia.

Durante nueve años, del año 373 al 382, se adhirió


al maniqueísmo, filosofía dualista de Persia muy
extendida en aquella época por todo el Imperio
Romano de Occidente. Con su principio fundamental
de conflicto entre el bien y el mal, el maniqueísmo le
pareció a Agustín una doctrina que podía corresponder
a la experiencia y proporcionar las hipótesis más
adecuadas sobre las que construir un sistema filosófico
y ético. Además, su código moral no era muy estricto.
Desilusionado por la imposibilidad de reconciliar
ciertos principios maniqueístas contradictorios, Agustín abandonó esta
doctrina y dirigió su atención hacia el escepticismo.

Hacia el año 383 se trasladó de Cartago a Roma, pero un año


más tarde fue enviado a Milán como catedrático de retórica. Aquí se
movió bajo la órbita del neoplatonismo y conoció también al obispo
de la ciudad, San Ambrosio, el eclesiástico más distinguido de Italia
en aquel momento. Es entonces cuando Agustín se sintió atraído de
nuevo por el cristianismo. Un día por fin, según su propio relato,
creyó escuchar una voz, como la de un niño, que repetía: “Toma y
lee”.

Interpretó esto como una exhortación divina a leer las Sagradas


Escrituras y leyó el primer pasaje que apareció al azar: “... Nada de
comilonas y borracheras, nada de lujurias y desenfrenos, nada de
rivalidades y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo, y no
os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias” (Rom.
13, 13-14). En ese momento decidió abrazar el cristianismo. Fue
bautizado junto con su hijo natural, por San Ambrosio la víspera de
Pascua del año 387. Su madre, que se había reunido con él en Italia,
se alegró de esta respuesta a sus oraciones y esperanzas. Santa
Mónica moriría poco después en Ostia.

Agustín regresó al norte de Africa y fue ordenado sacerdote el


año 391, y consagrado obispo de Hipona (ahora Annaba, Argelia) en
el 395, cargo que ocuparía hasta sus muerte. La primera parte del
siglo V fue un período de gran agitación política y teológica, ya que mientras los bárbaros amenazaban el imperio llegando
a saquear Roma en el 410, el cisma y la herejía amenazaban también la unidad de la Iglesia. Agustín emprendió con
entusiasmo la batalla teológica.

Además de combatir la herejía maniqueísta, participó en dos grandes conflictos religiosos: uno de ellos fue con los
donatistas, secta que mantenía la invalidez de los sacramentos si no eran administrados por eclesiásticos sin pecado. El
otro lo mantuvo con los pelagianos, seguidores de un monje contemporáneo británico que negaba la doctrina del pecado
original. Durante este conflicto, que fue largo y enconado, Agustín desarrolló sus doctrinas de pecado original y gracia
divina, soberanía divina y predestinación.

La Iglesia Católica, Apostólica y Romana ha encontrado especial satisfacción en los aspectos institucionales o eclesiásticos
de las doctrinas de San Agustín; la Teología Católica está basada, en su mayor parte, en las teorías agustinianas. También
Juan Calvino y Martín Lutero, líderes de la reforma protestante, fueron estudiosos del pensamiento de San Agustín y lo
interpretaron conforme a su pensamiento y para su causa destructora y cismática.

La doctrina agustiniana se sitúa contra la doctrina de Pelagio que mantenía la desobediencia espiritual del hombre, que
se había producido en un estado de pecado que la naturaleza humana era incapaz de cambiar. En su teología, los hombres
y las mujeres son salvados por el don de la gracia divina; contra el maniqueísmo defendió con energía el papel del libre
albedrío en unión con la gracia.

Agustín murió en Hipona el 28 de agosto del año 430. Su fiesta se celebra el 28 de agosto.

OBRAS

La importancia de San Agustín entre los padres y doctores de la Iglesia es comparable a la de san Pablo entre los
apóstoles. Como escritor fue prolífico, convincente y un brillante estilista.
Su obra más conocida es su autobiografía “Confesiones” (400?), donde narra sus
primeros años y su conversión.

Las “Confesiones” son la fuente indispen-sable para conocer a San Agustín, es un


libro maravilloso y divino, por que no encubre lo humano, antes bien lo describe como una
penetración y acierto que pocos genios han conseguido. La Humanidad halla en él uno de
sus mejores retratos, su mismo palacio de cristal, anchuroso y hospitalario, donde todas las
almas pueden conocerse y sobre todo hallar el camino de la propia redención.

En su gran apología cristiana “La ciudad de Dios” (413-426), Agustín formuló una
filosofía teológica de la historia. De los veintidós libros de esta obra diez están dedicados
a polemizar sobre el panteísmo. Los doce libros restantes se ocupan del origen, destino y
progreso de la Iglesia, a la que considera como oportuna sucesora del paganismo.

En el año 428, escribió las “Retractaciones”, donde expuso su veredicto final sobre
sus primeros libros, corrigiendo todo lo que su juicio más maduro consideró engañoso o
equivocado.

Sus otros escritos incluyen las Epístolas, de las que 270 se encuentran en la edición
benedictina, fechadas entre el año 386 y el 429.

Sus tratados: De libero arbitrio (389-395), De doctrina Cristiana (397-428), De


Baptismo, Contra Donatistas (400-401), De Trinitate (400-416), De natura et gratia
(415) y homilías sobre diversos libros de la Biblia. De Pulchro et apto en (380), De Beata
vita, De ordine y lectura de los salmos en (386), Enarrationes in Psalmos y Epístolas a
los Gálatas y a los Romanos en el (393), Contra Maniqueos en (398), De Unitate
Eclesiae en (405), De Gratia et libero arbitrio en (425), y De predestinatione Sanctorum en (429).

SUS IDEAS EDUCATIVAS

Entre los ideales educativos que San Agustín nos presenta en sus obras que más se acercan a lo educativo como son
“Las confesiones”, “De Magistro”, aparte de la “Antología Pedagógica” que de él hace Tirado Benedi D. y que también
hace Agustín Martínez, en el Ideario de San Agustín, encontramos que sus fines educativos tienen un contenido netamente
religioso, buscar el reino de los cielos por la humildad, por la conciencia respetando la ley de Dios, por medio de la fe y la
piedad, así como llegar al reposo de Dios y permanecer cerca de Él en plenitud.

“Esto es lo mismo que sé, que me va mal sin ti, no solo fuera de mí, sino también en mí mismo y que para mí toda
abundancia que no sea en Dios es indigencia”, diría el santo doctor.

Además, se debe adquirir la caridad, los bienes espirituales, los dones del Espíritu Santo, las obras de misericordia: “Ha
sido derramada tu caridad en nuestros corazones, por el Espíritu Santo que se nos ha dado...”

En fin, su ideal educativo es formar al hombre nuevo y espiritual, a que llegue ser miembro del reino de Dios, actualizar
lo divino en la contemplación de lo eterno, la meditación de las cosas divinas unificando lo espiritual y lo carnal, poniendo a
Dios como fundamento de todas las cosas.

CONCEPTO DE HOMBRE

Su concepción de hombre es el de un ser creado a imagen y semejanza de Dios, con la capacidad de amar la eternidad,
que tiene una voluntad, un libre albedrío, una inteligencia. Una voluntad que quiere, que será capaz de la bondad o de la
maldad. Un libre albedrío que sea soporte de todo el orden moral, el principio esencial de un mundo superior en valores y
un gran bien.
Una inteligencia que lo lleva a conocer la verdad y la felicidad y que la
encontrará en Dios.

“Si fuéramos animales -dice San Agustín- podríamos amar solo lo que no
tiene movimiento, pero somos hombres creados a imagen y semejanza de
Dios, por lo tanto podemos amar la verdadera eternidad y el verdadero amor,
es decir, el hombre de manera natural está ligado a Dios” (Las Confesiones).
De aquí que todos los bienes, valores y principios estén dirigidos a Dios, al
descubrimiento de la verdad y la misma paz interior, en la que podemos agregar
la intuición de los actos de la propia conciencia que llevan al hombre a la
solución del origen del mal moral.

Esta idea del hombre que nos lleva a la :

FORMACIÓN DEL ALUMNO

San Agustín comprendió la importancia de la disciplina y la obediencia a


los superiores que lo estaban educando. Entre muchos consejos, San Agustín
indicaba que el alumno debe comprender la interioridad de la verdad de la
lección, no negar la utilidad de los signos verbales, debe entregarse con
entusiasmo a los estudios, reflexionar y habituar su espíritu a concentrarse en
sí mismo, a entender que es un pecado el no sentir amor por los estudios, el aprendizaje del alumno debe ir encaminado al
bien y al descubrimiento de la verdad, ya que en este tipo de pedagogía se debe de lograr el acercamiento a Dios y a la
misma salvación eterna.

A través de su propio esfuerzo, el alumno debe actualizar sus potencias, imitar al maes-tro con el cual se debe identificar
en el proceso de la formación de su personalidad. También debe de convertirse, amar al prójimo, no hablar mal del prójimo,
evitar el pecado no abusando de la indulgencia de Dios, absteniéndose de la dureza, de la soberbia, de la indolente
voluptuosidad, de la lujuria y del engaño, sobre todo en lo científico.

El alumno debe evitar la vanidad, alejar las cosas mundanas, buscando y consagrándose completamente a Dios, siguiendo
su voluntad y cumpliendo con su ley, tener como guía sólo a Dios, buscar la pureza del alma, practicar la continencia, evitar
la concupiscencia, practicar la caridad dando nuestro pan al hambriento, vistiendo al desnudo, dando casa al que carece de
techo, practicar la humildad y la firmeza en los propósitos, practicar la buena voluntad.

Debe cultivar el sano raciocinio, la reflexión, reflexionar en el ser, el conocer y el querer, ya que la acción está sometida
al espíritu razonable para concebir de él una ágil disposición a bien obrar, soportar el sufrimiento, la tolerancia, practicar la
confesión y darle reconocimiento al maestro.

Del maestro (aunque muchos lo han considerado y aún lo consideran como un ser odioso, no sólo porque obligaba y en
la actualidad obliga a hacer la tarea del aprendizaje aún utilizando el medio adecuado como corrección en la educación del
alumno) San Agustín indica que debe buscar la manera en que sus discípulos aprendan y estén deseosos de asistir a la
escuela por curiosidad y no por obligación, inculcar el hambre del saber, debe tener un espíritu encendido por la llama de
Dios para que estimule la verdad que tiene el discípulo, proveer las condiciones para que el discípulo actualice sus
potencialidades siendo un intermediario que ayude al alumno a recordar los conocimientos como lo decía Platón, debe de
resolver sus dudas, iluminar su fe haciendo hablar al maestro interior del discípulo.

El maestro debe siempre decir la verdad, exhortar al alumno a seguir a Dios, a que guarde los mandamientos, a que no
mate, a que no cometa adulterio, a que no robe, a que no diga falso testimonio, que se aparte de la malicia y la iniquidad, que
no juzgue hacia subjetivismos, a que germine el respeto al padre y a la madre y el amor al prójimo. Todo esto anterior se
debe de dar apoyándose en la Iglesia Católica como institución principal en la formación del hombre, en las Sagradas
Escrituras, en la Ley de Dios.
CONCEPTO DE EDUCACIÓN

Teniendo bien clara la misión del maestro, del alumno y de la institución se tiene que remarcar que para San Agustín la
misión de la Educación debe basarse en la supresión del juicio personal y la subordinación de las ideas particulares a la
organización y educación eclesiástica. La educación cristiana por excelencia debe incluir conocimientos de literatura
retórica, lógica, aritmética, filosofía, etc.

El proceso educativo en tiempos de San Agustín comprendía tres grados: el primer proceso de la escuela y la formación
elemental en el que los niños aprendían a leer, a escribir y a contar; el segundo proceso educativo comprendía el estudio de
la lengua latina, con un maestro de gramática que los hacía leer y analizar sobre todo a los poetas y los historiadores en una
edad de 12 a 16 años; el tercer nivel abarcaba la retórica y la filosofía en una edad de los 16 a los 20 años.

PROCESOS, MEDIOS Y MÉTODOS

Entre los procesos, medios y métodos para lograr lo que San Agustín nos da a conocer en su propuesta educativa se
pueden mencionar los siguientes:

* El ejemplo y la plegaria, hasta suscitarse en el alumno el germen de Cristo, despertarse del materialismo abriéndose
un mundo nuevo y maravilloso de una extensión y profundidad hasta lograr la unión con Dios, subiendo de lo inferior a lo
superior. La plegaria es la forma constante del pensamiento. Toda plegaria va vinculada a la fe en un mundo superior de
donde nos puede venir la luz, la fuerza y el consuelo.

* La conversión como un regalo y gracia, ya que todo organismo humano en su complejo intelectivo, volitivo y ejecutivo
recibe una fuerza nueva y a las influencias externas como la de su madre Santa Mónica y San Ambrosio, aunque agradece,
en sus Confesiones, a la labor de estos dos santos y nos explica como nos debemos dejar guiar por el camino correcto para
acercarnos a Dios más rápido de lo pensamos, ya que Dios siempre esta cerca de nosotros.

* La alegría y no el tedio son medios para que la enseñanza sea eficaz usando palabras sencillas y llanas, las imágenes
para descender hasta lo inculto y después el ascenso para tener una enseñanza viva y fecunda.

* El conocimiento que se trasmite por la palabra que operan como signos estimulantes en la conciencia, pero por la
iluminación.

* La conversión espiritual ya que la considera la verdadera formación del alumno porque el alma se identifica con el
Espíritu Divino que reside en lo más íntimo.

* El contenido curricular debe ser cuidadosamente escogido en el que se ha de exponer al alumno el producto más
refinado sublime y trascendental de la cultura.

* La verdad como camino a la felicidad porque quien goza con la verdad goza con la felicidad libre de todo impedimento.

* La palabra de Dios por las predicaciones y de las Sagradas Escrituras.

* La oración “Muchas cosas nos concedes cuando oramos”.

*El ejemplo y la corrección de lo malísimo, de las adulaciones, de las malas amistades, de la malsana salud.

* La continencia en el amor a las cosas más que a Dios mismo, recogiéndonos y reduciéndonos a la unidad con Dios.

* La penitencia acordándonos de Dios en todo instante porque el reino de los cielos nos espera.
LOS FUNDAMENTOS Y JUSTIFICACIONES
DE LA EDUCACIÓN

Los fundamentos y justificaciones de la educación de


San Agustín están en lo teológico, filosófico,
epistemológico y fáctico.

Teológicamente la educación se basa en la excelsitud


de Dios sobre todas las cosas, como principio y fin, alfa y
omega del hombre, con todas sus manifestaciones,
atributos y perfecciones, Dios excelso, Dios inmenso, Dios
absoluto, Dios incorrupto, Dios infinitamente bueno, etc.

Filosóficamente, aunque parte de Platón, San Agustín


descubre las verdades eternas, las normas axiológicas
de lo verdadero, lo bello y lo santo, la incorporeidad del
espíritu humano en que reside como asiento inmediato
de la verdad ontológica, absoluta y de nuestros
conocimientos del juicio de valor.

Asimismo contempla tres cosas en el orden de la


naturaleza, una serie de causas concatenadas entre sí, la
obra y el reflejo de la razón y el reino de los fines,
convencido de que nada se realiza sin causa, sin orden y
sin fin, porque todo lo somete la Divina Providencia y a
un orden necesario que Dios ha dado.

Epistemológicamente nos muestra todo un tratado


científico en sus obras, con su teoría de la iluminación, su
método de introspección en el alma y la razón como
instrumento más adecuado para la consecución del fin
del ser humano, para llegar a la verdad no sólo de las cosas inteligibles, sino a la iluminación dada por Dios con sus nociones
de aprendizaje de las nociones intelectuales, sistemáticas y coherentes.

Fácticamente, como hombre sujeto de miseria, se reconoce finito ante el infinito, de acuerdo a lo que nos dice en las
Confesiones, donde nos narra su vida, desde un punto psicológico, en donde emprende su vida a la búsqueda de Dios, en
donde muestra lo que es el hombre, las influencias, los caminos para volver a Dios, los vanos aprendizajes, etc.

CONCLUSIÓN

San Agustín es un ejemplo de que siempre hay forma de acercarnos a Dios y que nunca es tarde para hacerlo. Después
de tantas desilusiones que él sufrió y tantas veces que anduvo por el camino equivocado, pudo encontrar la luz de Dios en
su vida, con ella se sintió tranquilo y satisfecho. Sus acciones nos permiten aprender de los errores que él cometió y nos
indica la vía de reivindicarnos con Dios y con nosotros mismos.

Leer las obras de San Agustín lo sensibiliza a uno. Se pueden leer sus obras literarias y aprender muchas cosas que nos
dignifiquen y nos lleven a la unión con Dios, pues pone el corazón en sus escritos y esto hace que nos lleguen sus mensajes.

La pedagogía de San Agustín, como Padre de la Iglesia, no puede apartarse de la religión. Por tanto, es en su mayor
parte, una exhortación a la vida ordenada, religiosa, piadosa, a la práctica de la caridad y a la continencia. El más alto ideal
que él persigue, y que nosotros debemos de perseguir, es la salvación del hombre por una vida recta que cumpla la ley de
Dios, en su amor y el amor al prójimo. Es una pedagogía Cristocéntrica, pues reconoce un solo maestro, que es el Hijo de
Dios, el mismo Dios hecho hombre.
Para San Agustín, no hay otros caminos, ni hay otros medios. Y el maestro es único, por lo tanto, los profesores
terrenales, deberán imitarle, y hacerse imitar por los alumnos. El profesor en la tierra, no es quien enseña, sólo guía y hace
que los alumnos den a luz a ese maestro interior. Enseña la verdad inmutable que se encuentra en lo más profundo de cada
espíritu. Aprender es “descubrir” esa verdad grabada por Dios en cada alumno. El maestro no debe entorpecer ese
descubrimiento, por lo que no debe llenar con cosas vanas la instrucción del educando.

BIBLIOGRAFÍA

* Agustín San. “La ciudad de Dios”. Porrúa, México, 1983.

* Agustín San. “Las confesiones”. Espasa Calpe, Madrid, 1973.

* "Obras de San Agustín". Tomo I, en edición bilingüe publicadas bajo la dirección de García, Felipe R.P. Editorial Católica, Madrid, 1946.

* Tirado Benedi D. "Antología Pedagógica de San Agustín". Fernández Editores, México, 1966.

* Martínez Agustín. “Ideario de San Agustín”. Espasa Calpe, Madrid, 1957.

* Derisi O.N. "Actualidad del Pensamiento de San Agustín". Edit. Guadalupe, Buenos Aires, 1965.

* Giovanni Papini. “San Agustín”. Latinoamericana, México, 1967.

* Saint Augustine. “Great books of the western world", Tomo 18, Editor in Chief Maynard Hutchins, Robert.

* Enciclopedia Britannica. U.S.A. 1977.

* Diccionario de las Ciencias de la Educación. Editorial Santillana. España, 1995.

La sección "Los grandes educadores en la historia" está a cargo del Círculo de Investigadores de la DAPA.

El autor es licenciado en pedagogía y postulante de la Maestría en Filosofía por la UAG. Actualmente es profesor del Departamento de Aprendizaje
de la DAPA.

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