Como hemos visto hasta ahora el prejuicio de gnero hacia los hombres viene siendo algo
sumamente encubierto bajo lo normal pudindose observar generalmente en la mayora
de pases cuando la figura de la mujer se usa como reclamo y la del varn como el abusador, y no solo la sociedad respalda esto, tambin las leyes con los agravios econmicos implicados exclusivamente para el varn sin existir alguna institucin que defienda los intereses de ese grupo poblacional que si bien no es comparable con el nmero de mujeres vctimas de violencia de gnero, existen y deben ser protegidos sin producir ningn efecto discriminatorio ya que no debemos olvidar que los hombres a pesar de ser tachados como el sexo fuerte tambin sufren esta desigualdad