Más de una vez nos ha ocurrido que al término del día sentimos que no hemos
avanzado: teníamos varias cosas para hacer a la vez y el tiempo no nos alcanzó
para terminar ninguna o ninguna bien.
Una vez definidas, las metas, la pregunta que debemos responder tiene que ver
con: ¿cuál es el camino que tomaré para alcanzar cada meta? Esto se vincula
con el hecho de que generalmente hay un único camino para lograrlo. Si por
ejemplo mi meta consiste en obtener cierto monto de dinero-N$ 400.000.-al 31 de
diciembre de este año (para alquilar una casa de veraneo), los caminos son
múltiples:
Ser flexibles y estar con “la cabeza abierta” a la hora de plantearnos los distintos
caminos posibles es una actitud indispensable. Porque encerrarme en un único
plan para realizar una meta nos hace correr el riesgo de no alcanzar lo que por
otras vías si es factible o que lo logremos a un mayor costo.
Así como es necesario determinar qué actividades debo desarrollar para alcanzar
mis metas, es muy importante dejar claramente establecidas las
responsabilidades en la ejecución de las mismas. Cuando no han sido
claramente definidas las responsabilidades, es difícil exigir o pedir cuentas por el
trabajo mal o no realizado. (Quizás la meta no se alcance, o sí se logra pero a
costa de ser muy ineficientes en la distribución de nuestros esfuerzos). Si hubiera
optado por producir y vender tortas de cumpleaños, de no quedar claramente
establecido quién se encarga de comprar diariamente las materias primas frescas,
que puede que la meta no se logre (por que no se alcance la producción
requerida, o porque por desavenencias se disuelva la sociedad).
Por último, es importante tener presente bajo qué supuestos estoy planificando.
Aquí se trata de detectar básicamente aquellos factores que pueden perjudicar
parcialmente o poner directamente en peligro la realización de mis objetivos. Hay
que fijarse particularmente en los factores externos a nuestro radio reinfluencia,
sin embargo, sin perder de vista eventuales sucesos dentro de nuestro ámbito de
acción. Hacer un esfuerzo por escribirlos y “tenerlos en la mesa” cuando defino
objetivos y acciones me brinda elementos para tomar decisiones mas razonables,
y consecuentemente, producir metas efectivamente alcanzables.
En forma de síntesis todo este proceso se puede representar mediante el
siguiente esquema:
ACTIVIDADES
EVALUACIÓN
Pero ¡alto!, un concepto dinámico tampoco a de servir como excusa para adaptar
lo planificado a cada rato, evitando una confrontación con la realidad o la valiosa
información de un fracaso.