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Tierra Tropical (2007) 3 (1): 1-11

FIJACIÓN DE CARBONO EN UN BOSQUE SECUNDARIO DE LA


REGIÓN TROPICAL HÚMEDA DE COSTA RICA
P. Chacón, H.A. Leblanc1, R.O. Russo
Universidad EARTH
Las Mercedes de Guácimo, Limón, Costa Rica
Recibido 21 de enero 2007. Aceptado 15 de junio 2007.

RESUMEN
La conversión de pasturas abandonadas a bosques secundarios, constituye una alternativa para
incrementar la fijación de carbono, contribuyendo así a la mitigación del calentamiento global.
En la presente investigación se determinó el carbono fijado en la biomasa aérea de un bosque
secundario de 15 años, ubicado en la Región Tropical Húmeda de Costa Rica. Diez parcelas de
100 m2 fueron cosechadas separadamente según el estrato (mantillo, herbáceas, lianas,
sotobosque, latizales), para la determinación directa de su biomasa y del carbono fijado. Datos de
diámetro a la altura del pecho (DAP), altura y densidad fueron tomados en los fustales para la
determinación indirecta de su volumen y el C fijado. La biomasa aérea total fue de (99.9 ± 15.7)
Mg ha-1. Se fijaron 46.4 Mg ha-1 de C, con una tasa de fijación de 3.1 Mg ha-1 de C por año.
Palabras clave: Biomasa aérea, bosque secundario, fijación de carbono, fustales, latizales.

ABSTRACT
The conversion of abandoned pastures to secondary forests constitutes an alternative to increase
carbon fixation, therefore contributing to the mitigation of global warming. The objective of this
study was to determine the fixed carbon in the above-ground biomass of a 15 year-old secondary
forest, located in the humid tropics of Costa Rica. Ten plots of 100 m2 were harvested separately
by component (mulch, herbaceous plants, vines, understorey and saplings) for the direct
determination of its above-ground biomass and fixed carbon. Data of diameter at breast height
(DBH), height and density were taken in the plots for calculation of volume and stored carbon of
trees over 10 cm diameter. The total above-ground biomass was (99.9 ± 15.7) Mg ha-1. In the
secondary forest, 46.4 Mg ha-1 of C were fixed, with a fixation rate of 3.1 Mg ha-1 of C per year.
Key words: Aerial biomass, secondary forest, carbon sequestration, saplings, understorey.

INTRODUCCIÓN
El calentamiento global es un fenómeno que genera cada vez mayor preocupación en la
comunidad científica internacional. El dióxido de carbono (CO2), es el gas que más contribuye a
incrementar el efecto invernadero, y por ende el calentamiento global (IPCC, 1995). La
concentración de CO2 en la era preindustrial en el año 1750 era de 280 ppm; sin embargo, tal
concentración aumentó a 377.1 ppm para el año 2004 (OMM, 2006). Estimaciones del IPCC
(2001) proyectan que en el año 2100, las concentraciones de CO2 en la atmósfera serán de 540 a
970 ppm.
Cerca de la mitad de las emisiones antropogénicas de CO2 permanecen en la atmósfera, una
cuarta parte es absorbida por los océanos y bosques templados y el resto es absorbido por un
1
Contacto: Humberto Leblanc (hleblanc@earth.ac.cr)

ISSN: 1659-2751
2 Chacón et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (1): 1-11

sumidero terrestre aún desconocido (Koskela et al., 2000; IPCC, 2001). Es posible que una parte
considerable de dicho sumidero desconocido sea terrestre; posiblemente los bosques tropicales o
bosques boreales ubicados en zonas sin alteración (Koskela et al., 2000).
Los bosques secundarios corresponden al 35% del total de los bosques tropicales del mundo
(Emrich et al., 2000). Se considera que existen alrededor de 850 millones de hectáreas de
bosques secundarios en el mundo, de los cuales, 335 millones de hectáreas se ubican en América
(FAO, 2005). Los bosques secundarios de las zonas tropicales se originan en su mayoría por la
tala de bosques primarios y el abandono de pasturas (Wadsworth, 2000). En Costa Rica, más de
400 000 hectáreas de pasturas se encuentran abandonadas (Russo, 1998). Las principales razones
para el abandono de estas pasturas se deben a la baja rentabilidad de las actividades ganaderas,
pobre fertilidad de los suelos, invasión de malezas y la imposibilidad del uso de estas tierras para
otras actividades agrícolas (Russo, 1998; Leopold et al., 2001). Los bosques secundarios son
ecosistemas de rápido crecimiento, por lo que en ellos se fijan grandes cantidades de carbono (C)
en periodos de tiempo cortos (Feldpausch et al., 2004). La conversión de pasturas abandonadas a
bosques secundarios y plantaciones forestales constituye una alternativa para incrementar las
tasas de fijación de C, con el beneficio adicional de aumentar la biodiversidad local (Silver et al.,
2004).
Son pocos los estudios realizados para analizar el potencial fijador de C en la biomasa de los
bosques secundarios en Costa Rica, y aún en menor cantidad, en la Región Tropical Húmeda de
este país. La presente investigación pretende aportar más información sobre la capacidad de los
bosques secundarios para fijar C en su biomasa aérea en la Región Tropical Húmeda de Costa
Rica.

MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se realizó en la Universidad EARTH, ubicada en la Región Atlántica de Costa
Rica (10°10' N; 83°37' O). La temperatura media es de 25.1 °C, la precipitación media anual es
de 3464 mm, distribuidos a lo largo del año y la altitud del sitio es de 95 msnm (Rodríguez,
2006). De acuerdo con el sistema de clasificación de las zonas de vida de Holdridge, el bosque
en estudio se considera como bosque muy húmedo premontano transición a basal (Bolaños y
Watson, 1993). Los suelos son andisoles, de tipo aluvial, en forma de terrazas casi planas, con
buen drenaje y textura predominantemente franca (Sancho et al., 1989).
La zona del estudio tiene un área de 20 ha, las cuales fueron dedicadas al cultivo del banano
(Musa AAA subgrupo “Cavendish” “Valery”) por un periodo de aproximadamente 20 años.
Luego se establecieron pasturas que fueron pastoreadas por 10 años; para finalmente ser
abandonadas en 1991. A partir de esta fecha se inició el proceso de regeneración natural. En la
actualidad el bosque secundario en estudio cuenta con 37 especies arbóreas, pertenecientes a 32
géneros, y 21 familias. Las familias más abundantes son Fabaceae, Malvaceae y Cecropiaceae
(Russo y Leblanc, 2006).
En el área del estudio, se establecieron 10 parcelas de 100 m2, cada 50 m a lo largo de un
transecto trazado de un lado al otro del terreno. El tamaño de muestra fue determinado mediante
una curva de distribución de especies por área, donde se pudo determinar que al muestrear
1000 m2, se abarcaría un 73 % del total de las especies presentes en el bosque secundario.
La biomasa fresca (BF) fue determinada mediante el muestreo destructivo de la vegetación en
cada parcela. Los componentes de la vegetación fueron recolectados separadamente: hojarasca o
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mantillo, herbáceas (<1 m de altura), sotobosque, latizales (árboles con diámetro a la altura del
pecho (DAP) < 10 cm) y lianas. Para determinar la biomasa seca (BS) de cada componente, se
tomó una submuestra de 500 g, luego fue secada a 60 °C hasta que alcanzó un peso constante.
Las muestras secas fueron molidas y homogenizadas a un tamaño de partícula de 203 µm para la
posterior determinación del contenido de C, mediante el uso de un autoanalizador de C:N (Perkin
Elmer, Serie II, 2400). En el caso de los fustales (DAP > 10 cm), la determinación de la biomasa
fue realizada de manera indirecta. Primero, se midió el DAP y la altura total (h) para determinar
el volumen del fuste (V):
V = At * h * 0.5 (Ecuación 1)
Donde, At es el área transversal = π (DAP/2)2 = DAP2 * 0.7854. El coeficiente de forma es 0.5.
Posteriormente, para determinar el contenido de biomasa seca (BS), se obtuvieron muestras
cilíndricas de cada fustal con un barreno de Pressler, a las que se les determinó el volumen. Las
muestras fueron secadas en un horno a 60 °C, hasta que alcanzaron peso constante.
Posteriormente se calculó la biomasa seca total del árbol (BS):
BS (árbol) = V * BS (muestra) (Ecuación 2)
Para cada componente de la vegetación, se determinó el C en el componente (CC):
(CC = % C * BS) (Ecuación 3)
El análisis por separado del promedio de C acumulado en cada estrato, permitió determinar el
aporte aislado de cada uno al C total (CT) fijado en el bosque secundario:
CT = CMAN + CHER + CSOT + CLAT + CFUS (Ecuación 4)
Donde, CMAN es el C fijado en el mantillo; CHER es el C fijado en las herbáceas; CSOT es el
C fijado en el sotobosque; CLAT es el C fijado en los latizales y CFUS es el C fijado en los
fustales.
La tasa de fijación (TF) de C en la biomasa aérea del bosque secundario, se determinó dividiendo
el CT por el número de años, 15.

RESULTADOS
Producción de biomasa aérea
Se determinó que la biomasa seca total del bosque secundario en estudio era de (99.9 ±
15.7) Mg ha-1. Esta biomasa se distribuyó en cada estrato de la vegetación de la siguiente
manera: (0.1 ± 0.02) Mg ha-1 en el mantillo, (1.5 ± 0.3) Mg ha-1 en las herbáceas, (2.9 ±
0.5) Mg ha-1 en las lianas, (5.6 ± 1.0) Mg ha-1 en el sotobosque, (5.8 ± 1.5) Mg ha-1 en los
latizales y (84.0 ± 15.8) Mg ha-1 en los fustales (Figura 1). Los latizales presentaron una tasa de
crecimiento en biomasa de 0.4 Mg ha-1 por año, y los fustales de 5.6 Mg ha-1 por año.
Los fustales aportaron el mayor porcentaje a la biomasa total del bosque, representando el
84.1 %. Los latizales representaron un 5.8 % y el sotobosque un 5.6 % de la biomasa total. El
resto de los estratos (mantillo, herbáceas y lianas) representaron juntos un 4.5 % de la biomasa
total.
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120

100

Biomasa seca (Mg ha -1)


80

60

40

20

0
mantillo herbáceas lianas sotobosque latizales fustales
Componente
Figura 1. Biomasa aérea seca en los diferentes estratos de un bosque secundario en la Región
Tropical Húmeda de Costa Rica.
Al separar los latizales y los fustales en sus diferentes componentes, ambos siguieron la misma
tendencia en cuanto al aporte de cada componente a la biomasa. En el caso de los latizales los
fustes representaron un 90.2 % (5.2 Mg ha-1) del total de su biomasa, seguido de las ramas con
6.4 % (0.4 Mg ha-1) y finalmente las hojas con 3.4 % (0.2 Mg ha-1). A su vez en los fustales, los
fustes representaron 90.2 % (75.8 Mg ha-1) del total de su biomasa, seguido de las ramas con
6.4 % (5.4 Mg ha-1) y finalmente las hojas con 3.4 % (2.9 Mg ha-1).
Fijación de carbono en biomasa aérea
El C total fijado en el bosque secundario fue de (46.4 ± 7.1) Mg ha-1, con una tasa de fijación de
3.1 Mg ha-1 de C por año. Al separar los diferentes estratos del bosque secundario, se determinó
que el C fijado en el mantillo fue de (0.04 ± 0.01) Mg ha-1, en las herbáceas (0.6 ± 0.1) Mg ha-1,
en las lianas (1.2 ± 0.2) Mg ha-1, en el sotobosque (2.5 ± 0.4) Mg ha-1, en los latizales (2.6 ±
0.8) Mg ha-1 y en los fustales (39.4 ± 7.1) Mg ha-1. Los fustales aportaron la mayor fijación de C
en el bosque secundario, representando un 84.9 % del total del C fijado. Los latizales, por su
parte, representaron el 5.7 % del total de C fijado (Figura 2).
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50

40

Carbono fijado (Mg ha-1)


30

20

10

0
mantillo herbáceas lianas sotobosque latizales fustales

Componente
Figura 2. Carbono fijado por la biomasa aérea en los diferentes componentes de un bosque
secundario en la Región Tropical Húmeda de Costa Rica.
Al separar los latizales y los fustales en sus diferentes componentes, ambos siguieron una
tendencia similar en cuanto a la fijación de C. En los latizales, los fustes representaron un 90.4 %
(2.4 Mg ha-1 de C) del total del C fijado, seguido de las ramas con 6.2 % (0.2 Mg ha-1) y
finalmente las hojas con 3.4 % (0.1 Mg ha-1). En el caso de los fustales, los fustes representaron
90.6 % (35.7 Mg ha-1) del total del C fijado, seguido de las ramas con 6.1 % (2.4 Mg ha-1) y
finalmente las hojas con 3.3 % (1.3 Mg ha-1) (Figura 3).
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4
(a)

Carbono (Mg ha-1)


2

0
50

(b)
40
Carbono (Mg ha-1)

30

20

10

0
Hojas Ramas Fustes Total

Componentes del árbol

Figura 3. Carbono fijado en (a) hojas, ramas y fustes en latizales y (b) fustales de un bosque
secundario en la Región Tropical Húmeda de Costa Rica.
Los contenidos de C en la biomasa variaron en los diferentes estratos. Tanto el sotobosque como
los latizales y fustales mostraron un contenido de C muy similar (44.7 %, 45.8 % y 46.9 %,
respectivamente). Las lianas, las herbáceas y el mantillo por su parte, contenían 41.7 %, 40.5 % y
42.0 % de C en su biomasa. Se determinó un promedio de 46.5 % de C fijado en la biomasa seca
en todos los estratos y componentes muestreados.

DISCUSIÓN
Producción de biomasa aérea
La cantidad total de biomasa aérea en el bosque secundario del estudio (99.9 Mg ha-1) es similar
a la reportada por Ortiz y Kanninen (2000), quienes registraron 96 Mg ha-1 para bosques
secundarios menores de 20 años en la misma Región. En bosques secundarios de 12 a 14 años
originados de pasturas en la Amazonia Central de Brasil, Feldpausch et al. (2004) estimaron la
biomasa de los árboles en 120.9 Mg ha-1. En dicho estudio se tomó en cuenta únicamente la
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biomasa encontrada en los fustes, los cuales presentaban un DAP entre 1 cm y 30 cm. En el
bosque secundario en nuestro estudio, la biomasa de los fustes fue de 86.8 Mg ha-1.
El bosque secundario de nuestro estudio, tiene una taza de incremento de biomasa de 6.6 Mg ha-1
por año. En investigaciones realizadas por Silver et al. (2000) para el Trópico Húmedo, se
muestra que la biomasa aérea en bosques secundarios incrementa a una tasa de 6.2 Mg ha-1 por
año, durante los primeros 20 años de sucesión y a una tasa de 2.9 Mg ha-1 por año en una
segunda etapa que puede llegar hasta los 80 años, datos que son congruentes con los encontrados
en el presente estudio.
Fijación de carbono en biomasa aérea
El C almacenado en este bosque secundario es menor al reportado por Segura et al. (2000) en los
bosques naturales de esta región. Dichos autores utilizaron ecuaciones alométricas para la
determinación de la biomasa (122 Mg ha-1) y el C almacenado (55 Mg ha-1 de C) en bosques
naturales. A pesar de tener una mayor biomasa y C almacenado, la tasa de fijación obtenida
(0.9 Mg ha-1 de C por año) fue mucho menor a la de nuestro estudio, por tratarse de bosques
maduros. Lo anterior confirma que los bosques naturales o maduros son buenos depósitos de C;
sin embargo, el bosque secundario en estudio resultó tener un mayor potencial como fijador
de C.
Es importante resaltar que en un estudio realizado simultáneamente en las mismas parcelas de
nuestro bosque secundario, Daqui (2006) indica que en el suelo se almacenan 96.98 Mg ha-1 de C
hasta los 30 cm de profundidad. Por consiguiente, se calcula un total de 143.38 Mg ha-1 de C
almacenados en el sistema del bosque secundario.
La tasa de fijación de C (3.1 Mg ha-1 de C por año) encontrada en el bosque secundario de
nuestro estudio, es ligeramente mayor a la reportada por Ortiz y Kanninen (2000), quienes
mencionan una tasa de fijación promedio de 2.5 Mg ha-1 de C por año. Sin embargo, la tasa
determinada por el presente estudio se encuentra dentro del rango para los bosques secundarios
de 0 a 20 años en el Trópico Húmedo (2 Mg ha-1 a 3.5 Mg ha-1 de C por año) (Silver et al.,
2000). Debido a que 1.0 Mg de C equivale a 3.67 Mg de CO2, se estarían removiendo
11.4 Mg ha-1 de CO2 por año de la atmósfera con el C fijado por el bosque secundario de nuestro
estudio.
Los fustes aportaron la mayoría del C fijado en el bosque secundario muestreado; de los
39.4 Mg ha-1 de C fijados en la biomasa total de los fustales, 35.7 Mg ha-1 (2.4 Mg ha-1 de C por
año) fueron almacenados en los troncos. De igual manera, de los 2.6 Mg ha-1 de C fijados en la
biomasa total de los latizales, 2.4 Mg ha-1 (0.16 Mg ha-1 de C por año) fueron almacenados en los
troncos. Se considera el fuste de los árboles como el sumidero de C con mayor permanencia; por
esta razón, en la actualidad los proyectos de fijación de C únicamente remuneran el C fijado por
los fustes. El monto promedio establecido en el mercado internacional de venta de certificados
de C para el año 2000 fue de US$10.0 Mg-1 de C (Ortiz y Kanninen, 2000). Así mismo, para el
06 de noviembre de 2006, la cotización por Mg de C fijado, era de € 10.38 (equivalentes a
$ 13.3 Mg-1) (Point Carbon, 2006). Consecuentemente, en el bosque secundario en nuestro
estudio, con una tasa de fijación en fustes de 2.5 Mg ha-1 de C por año, el C fijado estaría
valorado en $ 33.3 Mg ha-1 por año; lo que equivaldría a $ 666 por año en las 20 ha de bosque
secundario (según los valores de Point Carbon para el 06 de noviembre de 2006).
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El valor del uso del bosque secundario en Costa Rica se estima en US$ 41.8 ha-1 por año; de los
cuales US$ 29.3 ha-1 por año (70.1 %) corresponden al valor por fijación de C, US$ 2.5 ha-1 por
año (6.0 %) por protección de aguas, US$ 7.5 ha-1 por año (17.9 %) por protección de la
diversidad y fuente de investigación y US$ 2.5 ha-1 por año (6.0 %) por protección de
ecosistemas y belleza escénica (Sancho Villalobos y Pratt, 1999). Dichos autores estiman una
productividad de 2.8 Mg ha-1 de C por año en los bosques secundarios tropicales, valor
concordante con la tasa de fijación de C obtenida en nuestro estudio (3.1 Mg ha-1 de C por año).
De acuerdo con el valor por fijación de C propuesto por Sancho Villalobos y Pratt (1999), para
proyectos dentro del régimen de pago por servicios ambientales, se estimó un valor de
US$ 9.4 Mg-1 de C para el bosque secundario del presente estudio y de US$ 10.4 Mg-1 de C para
la tasa de fijación que se menciona en el estudio de dichos autores. Como se puede apreciar, al
haber un precio fijo por el servicio de fijación de C por hectárea (US$ 29.3 ha-1 por año), los
bosques secundarios con una mayor tasa de fijación tendrían un valor por Mg de C menor que
aquellos bosques secundarios con una menor tasa de fijación. Por otro lado, el valor asignado
comprende la tasa de fijación total sin discriminación de los componentes, ya que se valoriza el
servicio ambiental que brinda el bosque secundario en su totalidad.
La determinación de C fijado total, así como las tasas de fijación, varían en otros estudios
consultados, principalmente debido a la utilización de diferentes factores para la estimación de C
en la biomasa seca. Mientras que algunos estudios utilizan el factor por defecto establecido por el
IPCC de 0.50 (Silver et al., 2004), otros utilizan un factor de 0.45 (Ortiz y Kanninen, 2000),
recomendado por Brown et al., (1989). En este estudio, la determinación del factor se realizó de
manera experimental (0.465) y se asemeja a los obtenidos por Johnson et al. (2001), quienes
utilizaron una metodología de muestreo similar a la de esta investigación (muestreo directo).
Dichos autores analizaron un bosque secundario originado de tierras dedicadas a la tumba y
quema en la Amazonía Oriental de Brasil, donde reportaron contenidos de C en la biomasa de
46.6 % en el follaje y 47.3 % en la madera de árboles con DAP > 5 cm a los 10 años posteriores
al inicio de la sucesión.

CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos en este estudio indican que el bosque secundario contiene una biomasa
aérea total de (99.9 ± 15.7) Mg ha-1, de las cuales, la mayor cantidad proviene de los fustales
debido a su componente leñoso. Dichos valores son similares a los encontrados por otros autores
bajo condiciones y edades semejantes. Además, en el bosque se fijaron (46.4 ± 7.1) Mg ha-1 de
C, con una tasa de fijación de 3.1 Mg ha-1 de C por año. Dicha tasa fue similar a las encontradas
por otros estudios, y es mayor que la tasa determinada para bosques naturales maduros en la
misma Región. La mayor cantidad de C en el bosque secundario es fijada por los fustales,
representando el 84.9 % del total del C fijado en el bosque secundario.
El C fijado como porcentaje de la biomasa seca fue muy variable según el estrato; sin embargo,
en promedio, la biomasa seca del bosque secundario en estudio contiene un 46.5 % de C. Los
porcentajes de C en la biomasa del sotobosque, los latizales y los fustales varía de 44.7 % a
46.9 %.
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RECONOCIMIENTOS
Esta investigación contó con el apoyo financiero de la Unidad de Investigación de la Universidad
EARTH, a través del convenio con la Universidad del Estado de Ohio (Ohio State University,
OSU) y el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE).

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