Ahora bien me agradaba la nia y trat de prestarle atencin, pero ella hizo otra
observacin insultante acerca de mis ojos saltones. Ustedes comprendern que empec
a sentirme enojado. La nia tena bonita apariencia pero empezaba a serme antiptica.
Sin embargo pens que deba poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban
para verla mejor. Pero su siguiente insulto s me encolerizo. Siempre he tenido
problemas con mis grandes y feos dientes y esa nia hizo un comentario realmente
grosero.
Se que deb haberme controlado pero salt de la cama y le gru, ensendole toda mi
dentadura y dicindole que eran as de grande para comerla mejor. Ahora, piensen Uds.:
ningn lobo puede comerse a una nia. Todo el mundo lo sabe. Pero esa nia empez a
correr por toda la habitacin gritando y yo corra atrs de ella tratando de calmarla.
Como tena puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr, me la quit pero
fue mucho peor. La nia grit aun ms. De repente la puerta se abri y apareci un
leador con un hacha enorme y afilada. Yo lo mire y comprend que corra peligro as
que salt por la ventana y escap.
Me gustara decirles que este es el final del cuento, pero desgraciadamente no es as. La
abuelita jams cont mi parte de la historia y no pas mucho tiempo sin que se corriera
la voz que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenz a evitarme.
No se que le pasara a esa nia antiptica y vestida en forma tan rara, pero si les puedo
decir que yo nunca pude contar mi versin. Ahora Ustedes ya lo saben.
Annimo