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Theodor W. Adorno INTRODUCCION SOCIOLOGIA Clase 1 23 de abril, 1968? Sefioras y sefiores: Tal vez sea disculpable que me alegre de que hayan venido tantas personas a este curso introductorio. Mentiria si quisiera engafiarlos o engafiarme al respecto. Les agradezco también la confianza que con su presencia me manifiestan, sobre todo en vista de ciertas voces que se han alzado puiblicamente,? y que seguramente no han pasado inadvertidas ni para ustedes ni para mi. Por otro lado, sin embargo, me siento obligado, justa- mente en vista de... [grito: ;Mds fuerte!] No funcionan bien los altavoces? Por otro lado, precisamente en vista de su asistencia tan numerosa, me siento obligado a decir algunas palabras acerca de las perspectivas de la carrera de sociologia. Con ocasion de las Jornadas de Sociologia* se ha advertido varias veces que la Sociedad Alemana de Sociologia‘ realmente ha quedado en deuda con ustedes, en cuanto a ofrecer informa- cién fehaciente al respecto. Con todo, debo decir que justamente mi colega Kluth,® de Hamburgo, presidente de la Comisién de Asuntos Universitarios, ha hecho en este sentido los mayores esfuerzos. Pero creo que debo presentarles al menos algo del material que poseemos en Francfort, aun cuando sea insuficien- te, simplemente para que ustedes, en la medida en que sean realmente principiantes, puedan decidir con libertad si desean llevar adelante la carrera de sociologia, y sobre todo, si desean elegir esta disciplina como carrera principal. Y aqui debo ser claro: las perspectivas profesionales para los sociélogos son malas.® Seria una mentira verdaderamente sin igual pasar por alto este hecho de un modo optimista, Las perspectivas no han mejorado, tal como se podia esperar, sino que han empeorado, 11 por un lado porque la cantidad de egresados ha aumentado de modo lento pero constante; pero, por otro lado, también porque ha disminuido la capacidad de absorcién de egresados de socio- logia, en el marco del proceso econémico conocido por todos,7 Debe decirse aqui también algo que antes yo mismo no tenia tan presente, y que he aprendido s6lo desde que me ocupo mas de cerca de estas cuestiones: que incluso en los Estados Unidos, que es, por asi decir, el parafso de la sociologia, donde la socialogia goza de una igualdad de tratamiento total dentro de la res publica de las ciencias, no puede decirse en absoluto que un egresado de sociologia pueda encontrar un puesto de trabajo en cualquier lado y sin esfuerzo. Por lo tanto, un desarrollo en Alemania en el sentido de los Estados Unidos, tal como yo lo habia previsto en estas cuestiones hace diez afos, no cambiaria nada esencial. La cantidad de estudiantes que siguen sociologia como carrera principal ha crecido desde 1955° de un modo indescriptible. Les menciono solamente algunos datos: en 1955 eran 30, en 1959, 163, en 1962, 331, en 1963, 383, y ahora son 626. Tendria queser verdaderamente alguien muy encerradoen mi especialidad (y trato de no serlo) si en estas condiciones simplemente les dijera: |Marayilloso, estudien sociologia! Si se compara ademas la idea que tienen los estudiantes, sus deseos profesionales, con las profesiones que luego de hecho ejercen, el resultado es todavia peor. Se da, por ejemplo, el caso (y esto es muy interesante) de que solamente un 4% de los estudiantes deseaban continuar su actividad en una universi- dad, mientras que de hecho el 28% de los egresados volvieron a ser incorporados ala universidad. En otras palabras: la univer- sidad, que forma los sociélogos, es al mismo tiempo su consumi- dor principal, su principal cliente. Esta es una relacién que he caracterizado, haciendo un uso algo libre de la teorfa psicoanalitica, como incestuosa. [Risas] ¥ creo que esto no es precisamente lo mds deseable. Por otro lado, solo un 4% de los estudiantes (les he dado tnicamente algunas cifras porque no quisiera detenerme en estas cuestionesdemasiadotiempo)desean como ocupacién las investigaciones de mercado y de opinisn; sin embargo, el 16% trabajan en este campo. En cambio, relativamen- temuchos, el 17%, desean ejercer en el ambito de la prensa, radio, televisién, pero sélo el 5% de los egresados han encontrado alli 12 un puesto de trabajo. En la sociologia de la industria y de la produccion alcanzan los aspirantes el 3%, y los que nore de hecho, el 4%, es decir, una relacién algo mas favorable. No quisiera incomodarlos mas con estos datos, pero ustedes yen, en todo caso, cual es la situacion. El senor Von Friedeburg? tiene la hipotesis muy convincente de que el rol de la sociologia hoy en dia es esencial en un estudio de formacion general; sin embargo, aparecen contradicciones evidentes entre las ne- cosidades y los deseos de formacién, por un lado, y las posibili- dades decolocacién profesional, por otro. Existe en general entre estas cuestiones una cierta tension, y seria, por ejemplo, una problematica que no consideraria indigna de una sociologia critica, investigar cual es la causa de que, en Ja sociedad en general, normalmente las ocupaciones que a uno le deparan poco placer, en las cuales se esconde algo asi como un sacrificio ala sociedad, que van contra la naturaleza de uno, que uno en realidad no quisiera, que en general (y aqui no me refiero obyiamente al trabajo manual, sino a las llamadas profesiones intelectuales) uno rechazaria, en suma, esas cosas que uno hace contra sus deseos, estan, en general, socialmente mejor recono- eidas que aquellas en las que uno sigue lo que en épocas mas humanas ha sido llamado “la condicién del ser hamano”.!? Algo de esto puede aplicarse al caso al que me estaba refiriendo. Con ello se modifica seguramente también un poco el concepte de necesidad de formaciénenla sociologia [Creo quesiuno investiga el asunto de forma realmente precisa, resulta que se trata de algo muy diferente del concepto de formacién tradicional: se trata dela necesidad de orientarse en general, de comprender qué es lo que Mantiene unida a esta sociedad tan peculiar, a pesar de su peculiaridad; de comprender Ja ley que domina anénimamente sobre nosotros. Esta necesidad es lo que esta detras, Recurriendo al concepto de alienacién, del que se habla tanto -y sobre el cual yo mismo he decretado una suerte de prohibicién, porque creo que traslada a un plano espiritual, es decir, al sentimiento de extrafia- miento y aislamiento, algo que de hecho tiene su fundamento en telaciones materiales, pero si ustedes me permiten, como excep- On, utilizaré el término alienacién-, entonces yo diria que la Sociologia desempefia tn poco el papel de un médium espiritual, Porel cual seespera superar una alienacién. Ahorabien,estaesuna 13 _ cuestion muy dificil. En la medida en que uno persigue realmen- te este fin, ocurre que, inversamente, uno se aleja de las metas profesionales practicas, de las exigencias profesionales de la sociedad, Es extraordinariamente dificil conjugar una visién, sociolégica realmente profunda, en un sentido fuerte, con las exigencias profesionales, tal como les son impuestas a las personas hoy en dia. Y, precisamente, una de las dificultades de la sociologia -y aqui entro ya en el problema del que deseo ocuparme en la clase de hoy— es unificar estas aspiraciones tan diversas: por un lado, la aspiracién de realizar lo que Marx en un sentido muy irénico ha Namado trabajo socialmente util y, por otro, justamente aquella orientacién espiritual. Entre estas dos cosas practicamente no puede encontrarse un denominador comin. Antes —todavia lo recuerdo~— especialmente los estu- diantes mas serios y despiertos sufrian mucho ante esta situa- cion, Hoy en dia lo que se da es probablemente que el sector mas avanzado de los estudiantes, muchos de los cuales sospecho que se encuentran enesta sala, han tomadoconcienciade este hecho -es decir, del hecho de que cuanto mejor se comprende la sociedad, mas dificil resulta ser til para esa sociedad—. Ahora bien, esta contradiccién de que cuanto mejor comprendo una sociedad, peor me puedo insertar en ella, si se me permite expresarme de modo un tanto burdo, no puede ser cargada simplemente a cuenta del que conoce, a cuenta del sujeto, sino que este caracter imposible y contradictorio que esta unido al estudio de la sociologia, tiene que ver también profundamente con el objeto del conocimiento, con el conocimiento socioldgico, 0 permitaseme decir mejor, con el conocimiento social. Por ello, no pueden echarnos en cara que no somos capaces dereunir esos aspectos en un denominador comin. Ustedes deben contar entonces desde el comienzo con esta falta de homogeneidad propia de la sociologia sobre la que quisiera‘a continuacién decir algo mas. Deben intentar conscientemente (pero no con una conciencia confusa que no sabe diferenciar lo que esta de un lado y lo que esta del otro) adquirir las habilidades y conocimientos de la sociologia que requerirdn para poder mantenerse y, simultaneamente, encontrar a través del estudio de la sociolo- gia la perspectiva por la cual probablemente la mayoria de ustedes se decidieron a iniciar esta carrera. 14 Yo sé que entre las objeciones que muchos de ustedes F ;ngo al menos que muchos de ustedes partici! iparon en ello) ear eado contra la Sociedad Alemana de Sociologia, por be destinos ya no tengo ninguna responsabilidad’ [aplau- Guy 0® “taba que la Sociedad Alemana de Sociologia no les daba 808) ee comp una guia o plan de estudios razonable, Permitan- Be aimente decir, sin pretender disimular lasnegligencias en las que puedan haberse incurrido al respecto, que, hasta cierto punto -y no digo esto, sabe Dios, pretendiendo defender asa sociedad cientifiea—, la responsabilidad recae sobre la discipli- na misma, En el sentido de que no puede prometerse ni ‘esperarse en 1a sociologia una continuidad, tal como es posible, digamos, en la medicina o en las ciencias naturales o, hasta cierto punto, incluso en la jurispruden i ; Por lotanto, si ustedes esperan de mis clases que yoles diga como deben planear su carrera de sociologia, debo decir que me siento un poco superado. En esta universidad hemos tenido el cuidado de garantizar que los estudiantes puedan enterarse, 0 al menos oir sobre todos los temas a los que se refieren los exdmenes de sociologia. Pero no existe una suerte de camino privilegiado en la sociologia, por el que ustedes puedan enterar- se, primero, cudl es el objeto de la sociclogia, luego, cudles son Sus Campos principales, luego, cudl es su método. Al menos mi posicién al respecto, que no puedo ni quiero ocultar, es que de ese ‘modo noes posible practicar la sociologia. Ciertamente, creo que es bueno, si uno quiere estudiar sociologia, escuchar primero ¢lases teéricas introductorias, y simultaneamente algunas cla- Ses tedricas mds especificas sobre técnicas de investigacién €mpirica, o sobre algun campo especial de su interés. Pero creo Que la manera en que uno ingresa en esta estructura algo difusa que ¢s la sociologia, debe buscarla uno mismo. Les pido discul- Pas, Si en este momento debo decirles que, en mi opinion, si uno toma muy en serio la idea de la libertad, y esto en el Ambito aeadémico significa libertad académica, libertad en el estudio 2 SUPongo que ustedes toman esta idea de libertad tan en serio _®mo yo-, entonces esto se refiere, hasta cierto punto, a la Conformacién de la carrera de estudios por parte de los estudian- _Smusmos, Creo que si se creara en esta disciplina un plan de estudios preciso, y se obligara a los estudiantes a seguirlo, > 1b seguramente esto facilitaria ciertas cosas, pondria a aquellos que estan interesados bdsicamente en recibirse (a quienes no desestimo por ello en absoluto) en situacién de aleanzar esta meta con mayor seguridad que la que probablemente existe ‘bajo las actuales condiciones; pero, por otro lado, instalarfa un ca- racter escolar y normado en esta disciplina que, por ser nueva, todavia posee una relativa libertad, un cardcter que creo queiria exactamente en contra de lo que ustedes esperan recibir de ella. Es realmente una contradiccién notable, una contradie- cién que (a pesar de ser evidente y de que no se necesita ser ningtn genio para descubrirla) no se ha reflejado en absoluto, hasta donde he visto, en la discusion sobre la reforma universi- taria, e] hecho de que en los esfuerzos por realizar la reforma universitaria juegan dos ideas, dirfa, opuestas de modo contra- dictorio, Por un lado, la idea de uniformizar la universidad, es decir, una escolarizacién de la universidad, que, con el fin de una formaci6n y preparacién profesional, se libera de rodeos, faux frais, y de todo lo que es posible aliviar bajo el principio del menor esfuerzo, es decir, una formacién racionalizada en el sentido de la racionalidad técnica; y, por otro lado, el reclamo de una reforma universitaria que deje de lado los andadores y permita el predominio del pensamiento libre e independiente. Tal como he formulado esta cuestién, probablemente no es dificil darse cuenta de cual es la opcién correcta, y no es ningtin misterio que para mi el segundo camino me parece mas impor- tante. Sin embargo, creo que, para alguien mentalmente auté- nomo, mas digno que resignarse es tener claro que, en esta oposicién de pretensiones tan dificiles de conjugar, también se revela aquella autonom{a de la que hablé al comienzo. Por lo tanto, dejando de lado una introduccién a la sociologia, por ejemplo en clases teéricas introductorias, y, por otro lado, en campos muy especializados en los que se presuponen ya todas las habilidades y destrezas, no puedo darles directivas para organizar sus estudios de sociologia, por la sencilla razén de que creo que, siesta carrera ha de satisfacer la funcién de formacion que aparentemente le ha sido confiada, entonces debe pertene- cer a ella también la autonomia del individuo que se est formando, el cual, al igual que la famosa mula de Goethe “busca su camino en la niebla”,!* 16 neste tipo de disciplinas (esto vale, dicho sea de paso, tambien para la filosoffa, que me niego a diferenciar estricta- mente de la sociologia) no ocurre que el cam ino hacia la comprension, tal como, por ejemplo, en las matematicas (seguin hemos aprendido en la escuela), vaya progresando a través de agos completamente transparentes, es decir, pasos que resul- tan evidentes para cualquiera, pasos que van de lo mas simple hacia lo mas complejo, o como quiera que sea en este tipo de materias. Hace afios, escribi un articulo en Disk us sobre el estudio de la filosofia,* del cual pensaria que, mutatis mutan- dis, vale también para la sociologia. Sabe Dios que no opino esto frivolamente, o como un estimulo para ponerse a estudiar como Joco de un modo amateur, sino que expreso simplemente una experiencia, segiin la cual el estudio académico se diferencia expresamente de la escuela, justamente en que no todo se completa paso por paso, sin lagunas, sino con ciertos saltos; de pronto, a uno, como se suele decir, se le prende una luz, y siuno trabaja suficiente tiempo en estas cuestiones (y aun cuando eventualmente al comienzo encuentre dificultades de compren- sién), simplemente con el tiempo de dedicacién a esta materia y, sobre todo, a través de la reflexién de esta materia, sucede algo asicomoun salto cualitativo, por el cual seiluminan ciertas c0sas que antes no eran para nada tan evidentes. Permitanme tal vez recordarles la pequefia obra “Lagunas” de Mtnima Moralic,'4 en la cual, hace mas de veinte afios, y mucho antes de tener presentes estos denominados “problemas pedagégi- cos”, intenté caracterizar esta situacién. Y creoque harian bien, 8ijustamente en esta dimensidn que he intentado caracterizar- les, se movieran desde el comienzo en su estudio de la sociologia on una ciérta liberalidad o paciencia. Creo que, justamente, Si no insisten a cada paso inmediatamente en ver si han compren- dido o no, sino que a veces saltan la cuestién, creo que eso sera Positive para todos, y no un impedimento. Esto no significa, naturalmente, que deban ser acriticos, que deban someterse a las verba magistri, aun cuando éstas no tengan para ustedes minguna evidencia. Quiere decir solamente que no deben de @ntemano proceder segin un modelo (y no me averguenzo de pena esta palabra) positivista cartesiano, del cual, justa- enel sentido de la teoria a la que me gustaria introducir- 7 los, es muy dudoso que se pueda decir que posee una validez absoluta, tal como se ha pretendido alguna vez. Esto es lo que queria decirles en primer lugar sobre estas cuestiones. La tarea de una Introduccién a la Sociologia (esto muchos de ustedes probablemente ya lo habran extrapolado de lo que les he dicho en estos minutos) se enfrenta a dificultades muy especiales, justamente porque la sociologia no se caracteriza como lo que se llama en matemAticas una multiplicidad defini- da," y porque, ademas, carece de ese tipo de continuidad que es propia en general del estudio de ciencias que, segiin la expre- sién de Scheler,!® transmiten el “saber dominante”. Esto tiene, para aquellos de ustedes que se entregan a esta carrera con cierta ingenuidad, cuya existencia yodebo fingir enestas clases introductorias, seguramente algo de paraddjico. Para los que estamos mas curtidos, esto es menos paradd6jico, una vez que uno se ha conveneido de que la sociedad en que vivimos (y, _finalmente, la sociedad es, salvo que uno le niegue como hacen algunos sociélogos, el objeto primario de la sociologia) es esen- cial y constitutivamente contradictoria; si aceptamos este he- cho, entonces no resulta tan terriblemente sorprendente que la ciencia que se ocupa de la sociedad y de fenémenos sociales, ode hechos sociales, “faits sociaux”,!’ no posea tal continuidad. Si uno fuera muy malintencionado, podria incluso llegar a la idea de que ya en la exigencia cientificista de un continuo sin rupturas en el conocimiento sociolégico, tal como se encuentra detras del gran sistema de Talcott Parsons, se esconde algo asi como una tendencia armonizadora.!* Uno diria quela ausencia de ruptura en la forma de exponer y en la sistematizacién de los fenémenos sociales contiene (de modo inconsciente, natural- mente, aqui esta actuando el espiritu objetivo) la tendencia a declarar como no existentes las contradicciones constitutivas de la sociedad. Me gustaria decir inmediatamente, para entrar ya en las ideas que deseo desarrollar en primer término, que seria aconsejable que consiguieran el tomo Digresiones soctoldgicas (me refiero a los que sean realmente principiantes), especial- mente los dos primeros capitulos, en los cuales estas cosas no sdélo estén desarrolladas teéricaménte, sino que estan docu- 18 con un material histérico dogmatico bastante rico, 1 9 suponge que ustedes, 0 muchos de ustedes, han venido expectativa de que, en primer lugar, se defina el campo idio de la sociologia, luego se realice una clasificacién de s especificos y, por ultimo, se expliquen sus métodos. era en absoluto poner en tela de juicio que tal procedi- o sea posible ¢ incluso pedagégicamente fructifero, Sin no me puedo decidir a proceder de ese modo, a pesar tengo claro que, de este modo, les exijo més de lo que _ muchos de ustedes esperan de un curso introductorio; y de que también tengo claro que, al decidirme en contra procedimiento, yase ven involucradas ciertas posicio- éricas que recién les podré desarrollar realmente en el ode estas clases. Sin embargo, no quisiera ponerjustamen- , lo divergente, lo extrafio para muchos de ustedes, de un tan dogmatico, sino que quisiera daruna fundamentacion qué no puedo proceder tal como les he mencionado, y tal reclamaria el asi llamado sentido comin, sobre el cual la sncia cientifica debe ciertamente elevarse, pero al cual no o (tal como se puede aprender de Hegel*°) se lo debe jar. Quisiera entences, en primer lugar, si no introdu- en la sociologia y en la problematica sociolégica, al menos ;una idea preliminar, mostrandoles por qué no creo que eda en la sociologia proceder en este orden: definicién del le estudio, clasificacién del campo de estudio y doctrina eomenzar, se puede mencionar algo muy sencillo (algo odos ustedes podran captar sin que sea necesario referirse ndtica de los antagonismos sociales): que la sociolo- tal como existe actualmente, es un conglomerado de iplinas en principio desconectadas entre sf y que han surgi- ido independiente. ¥ creo que mucho de lo que parece uta irreconciliable entre escuelas sociolégicas proviene lugar (a pesar de que tenge claro que algo profundo se en esta disputa) sencillamente de que la sociologia ha ido bajo un techo cosas que en principio no tienen nada que ire si. La sociologia ha surgido originalmente de la fi- y el hombre que ha introducido el nombre “sociologia” ‘Mapa de la ciencia, Auguste Comte, llamo a su primera 19 gran obra Cours de philosophie positive, es decir “Curso de filosofia positiva”.*! Por otro lado, a partir de las ciencias de lag finanzas del siglo xvm, que ya habian surgido bajo el sistema, mercantilista, se comenzaron a desarrollar de a poco técnicas empiricas para el relevamiento de hechos sociales individuales, Y ocurre que estas téenicas y aquella pretension que nace de la filosofia, en realidad, nunca han estado conectadas, sino que han surgido en forma mutuamente independiente. No quisiera en estas clases recargarlos demasiado con consideraciones referidas a la historia dogmatica,* a pesar de que no es el peor camino hacia la sociologia ver como se ha legado realmente a la situacién actual. Pero creo que en un curso introductorio como éste, si es que juzgo en alguna medida adecuadamente sus necesidades, es mejor ir directamente a los problemas, que discutir de manera engorrosa de dénde provie- ne todo. En esto no debe sospecharse que desestimo la dimen- sién historica, En la medida en que sean aconsejables este tipo de consideraciones, podran ser satisfechas en el seminario para principiantes que se combina con estas clases teéricas.”* Pero, aun asi, quisiera decirles que esta falta de homogeneidad tan peculiar y algo inquietante de la sociologia, este cardcter de conglomerado de cosas en realidad diversas, ya se encuentra en ‘Comte mismo. Naturalmente no de un modo explicito; Comte era un sabio con un aire muy racionalista y de apariencia muy meticulosa, cuya necesidad era, al menos en la superficie, la de presentar todo como si fuera tan coherente como una prueba matematica. Pero en esto la sociologia no es para nada muy diferente de la filosofia: debemos comprender incluso los textos famogos como un campo de fuerzas; debemos deseubrir, por debajo de la superficie de doctrinas aparentemente coinciden- tes, las fuerzas que se enfrentan mutuamente, y que luego son reunidas en formas mas 0 menos sistematizadas o en formu- laciones definitivas. En el caso de Auguste Comte la situacion parece ser, por un lado, que posee muy claramente el ideal de conocimiento de las ciencias naturales, y que uno de sus gran- * Traduzeo literalmente el término “Dogmengeschichte”. El mismo significa (ademas de “historia de los dogmas eclesidsticos”) “historia de 18 economia politica”, pero Adorno lo utiliza en un sentido amplia, que ineluye la historia de la sociologia, de la filosofia, ete. [T.] 20 otivos es su queja de que la ciencia dela sociedad todavia see la confiabilidad absoluta, la transparencia racional y, f iodo, una fundamentacion univoca en hechos observa- . tal como se atribuye alas ciencias naturales. Comte no se re a, sin embargo, si esto no podria tener tal vez algo que cu con el objeto, por ejemplo (para adelantarles esto ya hoy ), 81 ea ciencias sociales es en general posible la prediccién, al o nos en el campo de la macrosociologia, en el mismo sentido “an que esto es posible en el campo de las ciencias naturales. Petco obyiamente razones para este cardcter de “latecomer” de la sociologia como ciencia, pero de eso al no se preocupa demasiado, suponiendo ingenuamente que, si el conocimiento avanzara suficientemente, la ciencia de la sociedad podria conformarse segin el modelo tan eminentemente exitoso de las ciencias naturales. Pero, por otro lado (ya se los adelanto), sociologia quiere decir, para él, también filosofia. Esto es una cuestién muy dificil en Comte, porque Comte era un enemigo de Ja filosofia, especialmente (y en esto era un seguidor directo de Saint-Simon, su maestro) era un enemigo acérrimo del pensa- miento especulativo, de la metafisica; y tenia la esperanza de que la sociologia ocupara el lugar que anteriormente habia tenido la especulacién metafisica. Pero de cualquier modo, Comte queria que la sociologia, por encima de las indagaciones en los diferentes sectores individuales y de los diferentes problemas practicos del conocimiento, diera algo asi como una indieacién para laconformaci6n correcta de la sociedad. Y esto, 4 partir de la situacién especifica en que él se encontraba, es decir, por un lado, la herencia de la emancipacién burguesa, de la Revolucién Francesa, Y, por otro (en esto similar a Hegel), con total conciencia de que la sociedad burguesa va adelantandose asimisma;% y este antagonismo que él percibe se ha traducido €n la dicotomia entre el principio del orden y el principio del Progreso, es decir, entre el principio de la estatica y el principio de la dinamica en la socialogia.24 Pero, sea como fuere, Comte “taba, por un lado, orientado segtin el modelo de las ciencias fee 0 tenia como ideal las ciencias naturales; pero, por Pe ae un ideal filosdfico secularizado, en cuanto tenia a ees conduecién de la sociedad a través de la sociologia, receion correcta segtin su teoria. Ustedes ven, enton- 21 ces, de qué modo el doble cardcter o doble naturaleza de |g sociologia se remonta hasta sus comienzos. Quisiera en |g — préxima clase referirme nuevamente a ello y a la funcién que tuvo originalmente la sociologia en sentido estricto. 22 Clase 2 25 de abril, 1968 efores: aran ustedes que en la ultima clase intenté mos- uy esquemdticamente que el cardcter doble de la ya se perfila alli donde el concepto de sociologia se or primera vez, es decir, en Auguste Comte. C hoy en dia se dice ptiblicamente,”* justamente ndo en cuenta las sesiones de las Jornadas de Sociologia en. hos de ustedes han estado presentes, que el congre- mas all de ciertas contradicciones de la sociologia, , porque estas contradicciones mismas, en la medi- sociologia siga siendo lo que ha sido originariamen- n eliminarse, o (como se suele decir) disolverse, sino sera posible expresar este antagonismo en los eles en los que éste se despliega. Si, en cambio, lo a de un congreso como ese, es que se expongan cificos y minucioses de determinadas areas, ereo del congreso es equivocada. Creo que la misma debe sobre la problematica esencial, y no sobre algtin letalle. Si lo que se exige de un congreso es esto ces la disputa o antagonismo, del cual realmente ‘a siendo en algun sentido decidido de antemano. trata es justamente de esto: de no decidir de disputa en una determinada direccién, sino de ejor que se pueda en sus diferentes etapas.?° Sy sefiores, creo que en esto juega también un poco observarse muy claramente en Comte mismo) el Posicion de la sociologia frente a la politica. Sé © dirijo a los supuestos o reales principiantes entre 23 ustedes) que, a menudo, cuando una persona joven comienza q estudiar sociologia, encuentra en su casa cierta resistencia, dado que, con las silabas “so” y “ci” [risas], se suele creer que 1a sociologia eo ipso debe ser algo asi como impregnarse de socia. lismo. Ahora bien, justamente cuando uno capta el concepio especifico de sociologia tal como ha surgido histéricamente y qué sentido histérico ha tenido, se puede decir, en realidad, que la verdad es exactamente locontrario, Aquelloes una distorsion totalmente ingenua de la realidad. Sin embargo, todavia puedo recordar muy bien mis tiempos de estudiante, cuando percibj, para mi gran sorpresa, que el hecho de que uno se ocupe de cuestiones sociales no lleva automadticamente a cuestiones re- lacionadas con la construccién de una sociedad mejor 0 con la sociedad correcta. Por el contrario, ya entonces me encontré con determinados sociélogos, o con determinada actitud, dirfa, irdnica, como diciendo: nosotros, los sociélogos, sabemos muy bien que todo esta (y el acento estaba puesto en el “todo”) es pura palabreria, o sea que no hay revolucién, no hay clases sociales; todo esto no son mds que invenciones de algunos con determi- nados intereses, y la sociologia consistejustamente en elevarse sobre esto con un gesto irénico. Se podria decir que hoy en dia lo que se presenta como la resistencia de la sociologia contra los supuestos dogmas del pensamiento tedrico, en realidad no es otra cosa que esa actitud irénica hacia el sistema o hacia la teoria cientifica, en la cual lo que se esconde, en realidad, es que, para un socidlogo, no existe en absoluto algo asi como la verdad, _ porque todo esta determinado por intereses sociales. Quisiera aclarar ya mismo que esta concepcién de la sociologia, que tuye su primera y, tal vez, mas radical formula- cién en Vilfredo Pareto,?’ me parece fundamentalmente falsa- En primer lugar, por la sencilla razén de que, negando el concepto de verdad (en lo cual consiste esta concepcién del caracter totalmente ideoldgico de toda conciencia referida a lo social) se hace imposible realizar la distincién entre verdadero y falso; y, ademas, porque no se puede hablar de falsa concienci@ si no existe también la posibilidad de una conciencia correcta. Espero, al menos, poder aclarar, en el curso de estas clases, pol qué esta concepcién muy difundida de la sociologia (que, de u" modo enmasecarado, todavia hoy dia es muy difundida) es d¢ 24 mentalmente falsa, a saber, porque cree poder jas posiciones y conductas de los individuos, para ralizarlas, desconociendo que existen algo asi como ales objetivas de la sociedad, que se pueden "Por Jo tanto (y a esto queria llegar), la disputa sobre el ‘en la gociologia,”® sobre la que habran oido hablar tanto s iltimos dias, esta impregnada de cuestiones extraor- mente sustantivas; y creo que slo puede comprenderse ja pasion y el énfasis que ha cobrado esta disputa, si de percibir también sus implicaciones sustantivas, ntido que les he sefialado esquematicamente antes. La tal como ha surgido histéricamente, tiene desde sus casi diria, algo de tecnocratico, algo de social engi- , es decir, algo asi como la creencia de que los expertos s, sirviéndose de determinadas técnicas metodoldgi- luciran, si se les confia directa o indirectamente el obre la sociedad, un estado equilibrado, estable, o, estadocapaz de funcionar, es decir, unestadoen el cual existentes pueden ser conservados a través de ciones y correcciones. ‘Comte es muy claro (y creo que es bueno que ustedes, ntrarse en el niicleo de la disputa en la sociologia, nen un segundo sobre estas cuestiones histéricas) que peién de la sociologia como ciencia se dirige en contra s tendencias que él, en coincidencia, por lo demas, con {en una coincidencia probablemente inconsciente), consi- como las tendencias disolventes en la sociedad.” Ya ociologia esta concebida como un tipo de instan- ional de orden superior, con la cual debe ser posible, h una conducta puramente cientifica y a través de un inado tipo de planeamiento, dirigir la sociedad teniendo Jas relaciones de fuerzas existentes, tal como se dan ad real. Eneste sentido, Comte era, a pesardesutan ‘ado Positivismo, totalmente idealista, en cuanto su cei6n historica y social eran construcciones del espiritu te, &s decir, respectivamente, del espiritu teolégico, ¥ Clentifico, desde la perspectiva de las fuerzas Teales subyacentes. Y de hecho, si ustedes se toman el mirar un pocoel Cours de philosophie positive (es una 25 lectura bastante pesada y, para ser un autor francés, no my; enriquecida por el “esprit”, pero que, si estudian sociologia a} menos alguna vez deben realizar), verdn que de los dos pringj_ pios por medio de los cuales, segiin Comte, se rige la sociedag, y que él recorta de un modo muy tajante y, si ustedes quieren, muy mecanico, a saber, el principio estatico y el dinamico, esta es, el principio del orden y el del progreso, toda la simpatia, ¢] acento realmente positivo se dirige al aspecto del orden, de la estatica. Y también verdn que el problema que él se plantea es, en realidad, cémo la dindémica puede ser controlada. Esta era, por lo demas, la diferencia decisiva con su maestro Saint- Simon, que pertenecia todavia a la burguesia en lucha, y en el cual, por lo tanto, el acento dinamico es mucho mas fuerte; aunque ya en él la motivacién tecnocratica, tal como el papel central de los expertos, no diria que se despliega, porque no lo permitia todavia el estadio de la técnica de entonces, pero si que esta motivacién ya esta delineada.*" Y se puede decir muy bien que también aqui aflora la peculiar ambigiiedad de la sociolo- gia, en tanto justamente esta motivacion (0 sea, la motivacién de pensar la sociedad esencialmente desde la técnica, y de hacer de la técnica hasta cierto punto la categoria clavede la sociedad) Ilegé a ser la raiz de la doctrina de las fuerzas de produccién en Marx, a través de lacual Marx se distancia esencialmente de la economia nacional clasica, en la cual tal doctrina de las fuerzas productivas no existe. Es algo muy Iamativo (les sefalo esto solamente para mostrarles cudn profundamente esta contra- diccién alcanza a pensadores de corrientes totalmente opues- tas) que incluso en Marx, que era extremadamente critico frente ala sociologia en general, y frente a Comte en particular, se puede encontrar esta ambivalencia, en la medida en qué compartia con Saint-Simon y, si ustedes quieren, con Comte, la ereencia en la técnica y en la primacia de la técnica. El tenia la idea bastante optimista de que el estadio de las fuerzas téenicas de produceién en cualquier circunstancia se impondria como la categoria clave de la sociedad, mientras que, por otro lado, consideraba las relaciones sociales especificas como lo social mente determinante, es decir, el ordenamiento de la propiedad segtin el acceso a los medios de produccidn. Y yo creo que no 8° es injusto con Marx si se dice que la pregunta de qué e3 lo 26 nante, si son las fuerzas téenicas de produc- ciones de produccién, no ha sido dirimida de un uivoco. Se puede, sin embargo, agregar (y con esto ustedes ya un panorama de lo que se puede como una concepcidn dialéctica dela sociedad) que, tal doctrina de la prioridad absoluta, sea de las produccién 0 de las relaciones de produccion, en 9 es posible, sino que esto se transforma segtin el e las luchas sociales. En la medida en que los intereses burguesa en ascenso consistian en liberar las fuerzas yas, reinaba un cierto equilibrio entre fuerzas produe- ciones de produccién. En este sentido, Marx estaba icado, se podria decir, en concebir a las fuerzas de produc- mmo la categoria clave. Yo diria, en cambio, que hay un enque la situacién actual difiere esencialmente de la que analizaba, a saber, que hoy en dia, a causa sencillamente eses de los que disponen del poder, y a pesar de toda ociedad industrial, las relaciones de produccién seen supremacia sobre las fuerzas técnicas.*! Ustedes | entonces que estos problemas que les he presentado itrarles por qué la sociologia no es una ciencia undni- a medicina o la jurisprudencia, no residen solamente alta de homogeneidad del tema, sino en su naturaleza es decir, en su propio caracter antagonico, Queria nnte, en primer término, Iamarles la atencién sobre concepcion de la sociologia en sentido estricto, en lo que Marx denomina economia politica, o mejor, de la economia politica”, fue, desde el comienzo, de trospectiva. Al igual que en las ciencias naturales, ‘arse, en base a ciertos elementos, lo que esta dado, tealizarse luego predicciones, sin que en esta concep- un lugar el concepto de espontaneidad y de cambio El tinico intento de introducir el momento de la idad en este tipo de sociologia, es decir, justamente el Vilfredo Pareto, es muy interesante, porque alli el ico desempevia un papel muy interesante; pero, Ha todo acaba en la conservacion de algo asi como un Social a través de la llamada “circulacién de las 27 élites”, y no, por ejemplo, en abolir la irracionalidad misma de la sociedad. Por el contrario, para Pareto, la irracionalidad de la sociedad tiene la ultima palabra, justamente porque (como les dije al comienzo), segin la concepcién paretiana de la sociologia, no puede haber algo asi como la verdad, y entonces la sociologia misma recibe aquel aspecto cadtico e irracional que ha permitido, sin demasiadas dificultades, poner la socio- logia de Pareto al servicio de Mussolini.” En la teoria de Pareto, quien, siguiendo la tradicion de su propio pais, en la cual esta concepcién ha desempefado un papel importante, retoma nue- vamente la concepcién del eardcter ciclico de los movimientos sociales (la cual puede remontarse, en ultima instancia, a Aristételes*), se muestra muy claramente lo que yo denomino el momento retrospectivo de la sociologia en sentido estricto, diria, hoy en dia predominantemente establecido. Seguin esta concepcion, lo “otro”, lo “nuevo” no puede darse, sino que la sociedad es y debe permanecer siendo naturaleza, en el sentido de la reiteracién ciega de acontecimientos naturalmente dados, tal como es la experiencia precisamente en Italia. Sin embargo, se debe tener en claro que un pueblo infinitamente licido, escépticoy sabio como éste ha debido soportar durante milenios innumerables sometimientos, sin que fuera capaz, a pesar de toda su conciencia y su fortaleza, de hacer algo contra ello, sino mas bien, on a survécu, ha sido capaz de sobrevivir. Y este caracter de la sociologfa, casi dirfa, de ciencia de la superviven- cia, ha sido propio de la sociologia desde siempre. No quisiera con esto en absoluto subestimar o ser despectivo con este pensamiento de la supervivencia, y hoy mismo tiene por cierto la sociologia algo que rescatar de esta motivacién de la super- vivencia, si es que quiere mantener sus determinaciones. Si esta motivaci6n de la supervivencia no apareciera, sisu interés no fuera el que la especie humana sobreviva a pesar de todo, entonees seria realmente un juego vacio de pensamientos; sélo que esta motivacién por la supervivencia no puede resolverse hoy en dia yaen el sentido de técnicas sociales y de formulas de expertos, tal como se hab{fa pensado entonces. Y la disputa en la sociologia contempordnea no es, como se nos imputa, entre, por un lado, modelos abstractos (esto se nos achaca a nosotros) y, por otro, el examen de problemas concretos acerca de cémo se 28 podria mejorar el mundo, sino que esta disputa consiste esen- cialmente, desde esta perspectiva, en salir de una vez del infame circulo que justamente han instalado Pareto y muchos otros sociélogos (entre otros también el gran fildsofo de la historia Vico). Por lo cual, la relacién con lo concreto es muy diferente de como se la presenta en este debate ptiblico. Me interesa decirles esto, porque me parece que la opinion publica, que no se ha tomado el trabajo de seguir atentamente las “sesiones” que han tenido lugar recientemente en Franefort, ha distorsionado totalmente la cuestién, justamente a través de esta distincién entre una sociologia filoséfica supuestamente abstracta y una sociologia supuestamente concreta y practica. Y me interesa especialmente que no se dejen engafar por esta opinién publica.’ La critica a los monopolios de la opinion publica se refiere también a la informacién ptiblica sobre la ciencia y sobre las manifestaciones de la ciencia; también estos informes, y todo lo que han podido leer al respecto, esta en general manipulado y distorsionado en un grado inimaginable. Tal vez tengamos la oportunidad... [interrupcién por aplau- sos] Tal vez tengamos la oportunidad, en el seminario de sociologia, de entrar un poco més en detalle sobre estas distorsiones. Me gustaria hacer de esto en algun momento un tema de discusion. [aplausos] Si ustedes me preguntan qué deberia ser realmente la Sociologia, les diria que debe ser un examen de la sociedad, de lo esencial de la sociedad, un examen de aquello que es, pero en un sentido tal, que ese examen sea critico, de modo que en aquello que socialmente “es el caso”, como hubiera dicho Witt- Genstein,* se advierta la carencia de aquello que pretende ser, ‘Para detectar asi las posibilidades de una transformacién dela -Constitucién global de la sociedad. Les pido, por favor, que lo que les Atabo de decir no lo escriban como una definicién de socio- logfa y se lo leven a casa. Es propio de una teoria dialéctica (y la teoria de la sociedad de la cual les estoy presentando algunos fragmentos es, justamente, dialéctica) que uno no puede, como ha dicho Hegel,* ponerla en una “sentencia”, sino que aquello ue la sociologia es en realidad, o debe ser, sdlo puede acontecer “alendo precisamente sociologia. Yo dirfa que cada pieza individual de conocimiento o critica social compensa a los 29 conceptos generales, definitorios, abareadores; y es con una cierta intencién, a partir de esta conviccién, que na les presento (eomo les he dicho antes) tal definicién. Justamente este tipo de definicién pertenece al modo de pensamiento tradicional, deter- minador, organizado rigidamente segtin el tema, de cuya critica parte la posicién que me gustaria, al menos en parte, presen- tarles. Quisiera, sin embargo, entrar un poco en la cuestién del campo de estudio de la sociologia, dado que, a fin de cuentas, ustedes tienen derecho a enterarse un poco mejor de qué se ocupa la sociologia. Esta cuestién del campo de estudio padece, en primer lugar, del problema de que el campo de estudio de la sociologia representa, como diria Hegel, una “falsa infinitud”.*? Esdetir: no existe nada bajo el sol, realmente nada, que no esté mediado por el pensamiento humano, por la inteligencia huma- nay, también, justamente, de un modosocial. Pues la inteligen- cia humana no es un don otorgado de una vez para siempre a cada ser humano, sino que en la inteligencia, enel pensamiento, se halla la historia de toda la especie, y se halla, permitaseme decir también, toda la sociedad. Creo que uno puede estar seguro de esto. Esto vale también para las ciencias naturales y para la técnica. Si me disculpan el erudo ejemplo (lo elijo solamente para ilustrarles algo que se le puede escapar facil- mente a la conciencia): probablemente ya hace tiempo se hubie- ran podido hacer descubrimientos en medicina, tales como el origen del cdncer y su posible cura, si no se hubiera destinado, por razones sociales, una porcién increible del producto social para fines armamentisticos, o para explorar estrellas vacias, con objetivos propagandisticos, [silbidos] Y esto en todo el mundo, [aplausos] Si, no sé si sus silbidos significan que suponen que el hombre debe pisar la Luna, [aplausos] 0 contra qué se dirigen. Pero a mi me parece absurdo que necesidades y problemas tan elementales, y que atanen al ser humano de modo tan directo, como la posible cura de una enfermedad supuestamente incurable, y que, en principio (tal como me he informado por diferentes especialistas en medicina), podrian ser resueltos, no lo sean por razones sociales. Ocurre algo similar, por ejemplo, con la técnica, que podria ser desarrollada no solamente en direccién a la centralizacién (esto loha probado 30 eleconomista norteamericano de origen aleman, Adolf Lowe**), cosa que, sin embargo, por razones de organizacién social, es decir, la concentracion del capital, hasta ahora no se ha podido Hlevar a cabo.* No les doy estos ejemplos para discutir ahora si estos casos especificos realmente se comportan de esta manera. En estas cuestiones se presentan inmediatamente las famosas eontroversias (las “si, pero...”), y ocurre que en el mundo no hay nada espantoso a favor de lo cual no se puedan dar los argu- mentos mas contundentes, segtin los cuales la cosa es asi y no puede ser de ninguna otra manera. Pero lo que de todos modos quisiera que comprendieran con estos burdos ejemplos es en qué medida problemas que, de un modo inmediato no tienen nada que ver con la sociedad, son mediados socialmente; y también, de qué modo la sociedad se esconde en aquello que aparentemente, segtin su contenido (justamente como la natu- raleza), no tiene nada que ver con la sociedad. De esto se pue- den extraer, segin cada una de las dos posiciones basicas que se ocupan de la comprensién cientifica de la sociedad, conse- cuencias divergentes. Por un lado, se dird que el interés de la sociologia debe.ser un interés en lo esencial, que la sociologia debe ocuparse de lo socialmente relevante, y no de cosas, digamos, indiferentes. Ahora bien, esta es una intencién que, expresada de este modo abstracto, probablemente la mayoria de los socidlogos compartiria. Pero incluso aqui se esconde una dificultad importante. En primer lugar, sencillamente, que no Se puede prever a priori qué es lo que debe considerarse re- levante como conocimiento social, y qué es lo que no es tan televante. En ciertascircunstancias, es posible que ocuparse de fenémenos llamados divergentes y opacos lleve a perspectivas Sociales extraordinariamente relevantes, justamente porque los campos de estudio y temas que no son eaptados por la red abareadora de la communis opinio, y que en eierto modo no Pertenecen al sistema de la conciencia de esta sociedad, dan las Miayores oportunidades de obtener determinadas perspectivas ue no sean inmanentes al sistema, sino que afecten al sistema desde afuera. Quisiera en este contexto mencionar la teorfa de Sigmund Freud, la cual (independientemente de cémo se juz- Sue en detalle su peso para una teoria de la sociedad) al menos Para la parte subjetiva empirica de la sociologia, es decir, para 81 la determinacién de las motivaciones de personas y grupos, ha sido enormemente fructifera. La misma no se hubiera desarro- lado tal como se desarrollé si de antemano se hubiera concen- trado en problemas “oficiales”, y ha llegado a ser lo que es, justamente, ocupdndose de los asi llamados “desperdicios del mundo aparente” (la expresion es de Freud*”). Quisiera en este mismo contexte mencionar también los trabajos de Benjamin, los cuales hoy en dia influyen de un modo extraordinario en la sociologia, especialmente en la teoria critica de la cultura. Su principio ha sido, justamente, referirse solamente a temas y fenémenos denominados apécrifos, y sus trabajos se han mos- trado tanto mas fructiferos, cuanto mas fieles a ese principio han sido. Pero quisiera agregar que en este ocuparse de lo efimero, de lo no aparente, de lo no predispuesto en el sentido de la tematica oficial, se incluye, casi diria, de un modo latente, el interés por lo esencial y la visién hacia lo esencial. Sidetras de tales trabajos, como los de Freud, no estuviera el interés por la historia de la civilizacién como una historia de la negacién y de la represién, o si detras de la concepcién de Benjamin no estuviera la teoria del “cuadro dialéctico”,4! como una aparien- cia socialmente necesaria, entonces estos fendmenos sobre los cuales estas teorias nacieron no hubieran llegado a ser nunca algo iluminador. Pero, portro lado, se modifican las ideas que, de otro modo, se introducen de una manera abstracta en la sociedad. Tal es el caso del total malentendido que surge acerea de lo que (permitaseme expresarme de este modo algo grandi- locuente) nosotros los “franefortianos” queremos, cuando se nos achaca que dejamos de lado los detalles concretos a favor de las ideas abstractas. Es exactamente lo contrario: tanto nuestra simpatia como, en cierto modo, nuestros intereses tematicos se dirigen justamente a esos momentos concretos, sélo que en un sentido totalmente diferente del de la ciencia habitual, prepa- ratoria y clasificatoria. En esta pregunta por lo esencial siempre se introduce lo practico, Por ello yo diria (y con esto deseo adelantarme un poco alas objeciones que espero de ustedes) que dentro de una teoria de la sociedad, ciertas cuestiones dirigidas hacia lo subjetivo 0, si ustedes quieren, cuestiones psicolégico-sociales, que en y por si mismas tal vez no tienen una gran dignidad frente a los 32 pow problemas estructurales de la sociedad, poseen, sin embargo, una dignidad. La razén de esto ultimo es, justamente (y aquino puedo evitar decir esto), que yo creo que, luego de Auschwitz (y Auschwitz fue prototipico de algo que se ha reiterado incesan- temente desde siempre), el interés de que esto no se repita o de que, dondey cuando ocurra, sea inmediatamente detenido, este interés, aunque se trate supuestamente de epifenémenos de la sociedad, deberia determinar los medios de conocimiento y los problemas. Recuerdo que, una vez, una tedrica social, la mujer de un filésofo muy famoso, me eché en cara un interés desproporcionado en Auschwitz y en las cuestiones relaciona- das conello. Yo diria que, si seis millones de seres humanos son asesinados por una razon demencial, aun cuando esto pueda ser un epifenémeno, un fenémeno derivado y no una clave en el sentido de una teoria de la sociedad, diria que sdlo por la dimensién del horror que esto posee, adquiere un peso y un derecho tal, que en este punto tiene razén el pragmatismo, que exige promover en primer término el conocimiento de este tipo . decosas, y darle, ademas, cierta prioridad (si me disculpan esta horrible palabra), que tiene por objetivo que tales aconteci- mientos no se produzcan nuevamente, Pero volveremos a ha- blar en la proxima clase sobre el tema de lo esencial y también sobre la critica que se le realiza, de la cual también debemos ocuparnos. 33 Clase 3 30 de abril, 1968 Sefioras y sefiores: Les habia dicho la vez pasada que para mi, y para la concepcion de la sociologia que quisiera defender, un criteria decisive para la eleccién del objeto es ocuparse de lo esencial, Pero les habia dicho también que lo esencial no puede ser idéntico a los asi llamados “grandes temas”. Estos grandes temas estén, como ocurre a menudo en el campo de la reflexién intelectual, tan cargados de las huellas digitales del pensa- miento, que es dificil tener una relacién verdaderamente pri- maria con ellos. También les dije que lo esencial puede ser comprendido (y hoy en dia casi diria que sdlo asi puede ser comprendido) a través de fenémenos que aparentemente no tienen gran significacién, pero en los cuales la esencia aparece de un modo mas completo, y no en cambio consagrandose a las cuestiones esenciales con una inmediatez que se puede equipa- rar también con una obsesién por lo importante. He hablado, ademas, contra el concepto de las prioridades; tal vez recorda- ran que he utilizado el argumento de que noes posible reconocer de antemano si un objeto es esencial o no, sino que la decisién en general reside en la realizacién, es decir, en ocuparse de tal objeto. Les he mencionado también algunos ejemplos, para que pudieran tener una idea concreta al respecto. E]| positivismo rechaza la pregunta por lo esencial, pero en un sentido totalmente distinto del que yo utilicé para relativizar, cuando indiqué que lo esencial no puede inferirse inmediate- mente de los objetos. Si me lo permiten, por un segundo (y este segundo va a ser muy largo, en realidad abarcard todo el curso) utilizaré la expresién “positivismo” con una cierta amplitud, no 34 ~ en el sentido estricto de, por ejemplo, el neopositivismo del Circulo de Viena," o en el de la filosofia analitica y la teoria de Ja ciencia que son hoy en dia tan florecientes en los Estados Unidos, sino en un sentido que va mas alld, y que yo, en incipio, caracterizaria como la posicién cientificista opuesta alo que nosotros nos proponemos aqui. En este sentido amplio, el positivismo se opondria a esta pretension de que la sociologia debe ocuparse de lo esencial, diciendo que no hay algo asi como esencia 0, como dice la famosa formulacién de Schlick, que no ay esencia sino sélo apariencia.*? Las consecuencias de esto son multiples. Por un lado, parece que uno, a través de esto, escapa de lo que ya Nietzsche habia denunciado de la metafisi- ca, a saber, lo “ultramundano”,* es decir, la busqueda de un Otro oculto detrds del mundo de las apariencias. Criticar esta actitud ha sido, a través de la historia, justamente una de las intenciones de la Ilustracién en un sentido muy general. Pero, por otro lado, reside en esta actitud un giro muy particular en la sociologia, que ya en los Estados Unidos," aunque de un modo silenciosamente apologético, me habia sido admitido por socidlogos positivistas, y que, como tal vez recordaran si han estado presentes, fue adoptado expresamente en las Jornadas por Scheuch, el socidlogo de Colonia. Seguin este giro de actitud, el trabajo de la sociologia debe regirse, en gran medida, por los métodos de investigacion, y debe trabajar sabre esos métodos de investigacién, y no debe regirse por la relevancia del objeto,“ es decir, por la relevancia de la perspectiva que se espera lograr, dado que (para formularlo de un modo totalmente real y primitivo) tal cosa no existe en absolute. Y, a partir de esto, han resultado innumerables trabajos que simplemente eligen algiin instrumento de investigacién disponible (dado que yo mismo he inventado un instrumento de investigacién que se sigue utili- zando continuamente,*’ soy como el nifio que se ha quemado y Tuego ve el fuego y llora), luego lo aplicana alguna problematica © campo tematico y, por ultimo, si resulta bien, lo afinan y lo Modifican, De esto resulta algo muy importante para la disputa Metodolégica queme gustaria poneren el centro de estas clases. Lo que resulta de esta actitud en la sociologia es ese gesto de Aplicar lo que esta ya establecido, de someterse a las tareas Puestas en cierto modo administrativamente desde arriba. 35 Pues, si no hay una decision sobre el problema de la esencig la apariencia, si el concepto de esencia mismo pertenece al campo de la mera supersticion, entonces uno puede obviamenta manejar la problematica de la sociologia arbitrariamente de acuerdo con encargos (la palabra encargo entendida aqui oa sentido estricto) que a uno le son impartidos por algin Puesty dela administracién. Y asi uno puede, por asi decirlo, ofrecer yy trabajo socialmente util. Las relaciones se haninvertido aquj de tal modo, que un socidlogo como Ralf Dahrendorf, quien, si bien no niega radicalmente una orientacién hacia las cuestiones basicas de la sociedad (él tiene una posicion intermedia), quisie. raal menos moderarlas (un poco en el sentido de Robert Merton, es decir, de una “theory of the middle range”), justamente par esto le objeta a la sociologia critica que, al referirse al todo y no tomar encargos sobre lo inmediatamente concreto, se aleja demasiado dela praxis.*° De modo quejustamente el positivismo establece esa relacién con la praxis que le es negada a la doctrina critica dela sociedad, aunque, por supuesto, el concep- to de praxis (para decirlo ya ahora anticipadamente) esta tan modificado que no dice otra cosa mas que ofrecer materiales para algiin tipo de medida dentro de los “setups” socialmente dados. Visto subjetivamente, es decir, desde el punto de vista de la actividad misma de los socidlogos, esta tendencia conduce a lo que se podria lamar “empleadizacién” de la profesién del socidlogo. Aparece asi el técnico de investigacién, el empleado de investigacion, que se dejaimponersus tareas, y que es capaz de aplicar los métodos existentes segiin las tareas que le son — asignadas, en lugar del cientifico auténomo, que busca su tema a partir de su propia experiencia, y que obviamente también desarrolla sus técnicas y métodos en estrecho contacto con el ereciente saber existente. Les pido aqui que no me malinterpreten en un aspecto. La eritica que se ha Ievado a cabo a través de los siglos al concepto de esencia, y que ha llevado a que ya no sea posible comprender el mundo como esencial, como signifieativo, en el sentido de u" plan divino que se manifiesta en el mundo, esta critica no pued® ser abandonada, sino que (creo que ya he intentado decirles esto) esta esencia no coincide con el sentido, no es una positiv: dad sui generis, sino que es mas bien el contexto de implicaclO™ 36 o de culpabilidad, en el que todo lo individual esta y en el que todo lo individual se manifiesta. Al nifiesta” expreso una exigencia que pone un limite to amateur y salvaje, o Heno de clisés. La afirma- 1 de que lo esencial debe aparecer,* tiene un para la sociologia, para sus métodos, en la n que éstos valen para el andlisis de lo esencial. Es enteinuitil y vacio hablarde “la esencia” ode “las les de la sociedad”, si estas leyes no pueden s en los fenémenos a través de su interpretacion ' esta esencia no se descubre en los fenémenos. Creo no hace de esta afirmacién de que la esencia debe ‘una maxima estricta de la autocritica, entonees si que ia tedrica corre el peligro de convertirse en una n vacia y en un clisé rigido. Lo mds peligroso que le aesta disciplina hoy en dia es que se polarice, en itido negativo de polarizar; por un lado, una pura in de hechos y, por otro, una declamacién libre sobre esenciales verdaderos 0 supuestos. Creo que conviene la critica que desde la posicién de la dialéctica se ido a la fenomenologia, a la cual me jacto de haber do en algo en Metacritica de la teorta del conocimien- mostrarles que el interés por la esencia no puede iren yer, a partir de los fenémenos, esencias, de un modo : indiscutido y mas alla de toda argumentacién. No tampoco ocultar el momento de verdad que se encuen- Ja fenomenologia. Aquel que no posea la capacidad de ver esencial surge o aparece, aquel que no sepa leer y los “faits sociaux”? como cifras de lo social, deberia, ‘oncepcion de la sociologia, sacar sus manos de esta ¢onvertirse, tal vez, en un experto social, 0 como se lamar, pero no en sociélogo. Tampoco es un socidlogo 8e contente con contemplar esas esencialidades y no & prueba, sobre todo, con las condiciones, en gran tipo histéricas, en las cuales los fenémenos han €xpresan de multiples maneras. bien, ala pregunta de qué es lo esencial, debo darle, las limitaciones que en la clase pasada le he otorgado ode esencia, alguna respuesta provisoria, aunque sea 37 para indicarles (siempre bajo la ficcion de que ninguno de ustedes esta familiarizado con la socialogia) en qué direccién se orienta una sociologia interesada en lo esencial o ciencia de la sociedad. Al respecto les diria: esenciales son las leyes objetivas del movimiento social, que deciden sobre el destino dela humanidad, que son al mismo tiempo (y esto es lo que debe cambiarse) su fatalidad, y que, por otro lado, también contienen la potencialidad de que esto cambie, que la sociedad deje de ser una sociedad coercitiva, tal como ha llegado a ser. Pero estas leyes objetivas del movimiento tienen validez sélo en tanto se expresan realmente en fendmenos sociales, y no sise agotanen una mera inferencia deductiva a partir de conceptos puros (aun cuando esas inferencias estén arraigadas profundamente en un conocimiento social). Les doy a este respecto un ejemplo; supon- gan que es una cuestién esencial determinar si en la sociedad actual existe la relacion de clases. Creo que podemos estar de acuerdo al menos en que la pregunta “,eclase, si o no?” es una pregunta decisiva para la evaluacién de la sociedad actual. Si uno piensa que el concepto de clase fue formulado por primera vez objetivamente con toda su fuerza por Marx, entonees uno deberd orientar este concepto de clase al proceso de produccién y no simplemente a la conciencia de los seres humanos indivi- duales. La conciencia de clase es algo secundario, pero es algo que no sin mas ha sido engendrado por el proceso historico; y en razon de los fenémenos que la: sociologia dominante llama fendémenos de integracion, y que no sélo porque contradicen la “santa religién” se pueden simplemente eliminar del mundo, se toma la conciencia de clase, en oposiciéna la prediccién de Marx y de la situacioén a mediados del siglo pasado, de un modo mas bien tendencial. Ahora bien, de acuerdo con una teoria que se dirige a las leyes esenciales, es decir, a las leyes del desarrollo antago6nico de la sociedad burguesa, puede decirse que éstos son meros epifenédmenos; lo decisivo sigue siendo la posicién de los individuos en el proceso de produccién, es decir, si disponen de los medios de produccidn o si estan separados de los medios de producci6n. Es indiferente si ellos se sienten como proletarios ono; esto pertenece, por asi decirlo, a la mera ideologia y no a lo socialmente esencial. Muy bien, esto es mas 0 menos lo que esta en la “Biblia”. Pero, con esto, lo que hice fue mostrarles el 38 problema que deseo destacar, no resolverlo. Si es realmente cierto que aquellos que objetivamente son definidos como pro- letarios ya no poseen esa conciencia, y que incluso rechazan. enfaticamente tal conciencia, de modo que (tendencialmente) ningtin proletario se reconoce como tal, entonces la utilizacién del concepto tradicional de clase, a pesar de su objetividad, se torna facilmente un elemento dogmatico, fetichista. Y creo que éste es el punto en que el momento empirista de la sociclogia debe hacerse valer, confrontandose simplemente un concepto como él de clase con la realidad de la conciencia individual. Seguramente no por esto se van a definir las clases a través de Ja conciencia de clase, pero si ocurre que los proletarios, que supuestamente tienen todo para ganar y nada para perder, mas que las cadenas,’* ya ni siquiera saben que son proletarios, entonces la apelacién practica a ellos adquiere también un momento ideolégico que el conocimiento sociolégico debe incluir y del que debe dar cuenta muy expresamente. Creo que muchas yeces ocurre que, en esas circunstancias, muchos socidlogos, incluso los pocos a los que les interesan las leyes esenciales y el examen de la objetividad de la sociedad, simplemente mandan al diablo el concepto objetivo de leyes esenciales y todo lo que tiene que ver con ello, y se entregan a la mera constatacién de hechos. Yo creo, sefioras y sefiores, que el que esto no ocurra es realmente un punto muy decisivo para la conducta intelectual de la sociologia. Creo que puedo mostrarles muy bien lo que quiero decir con la interaccién entre esencia y apariencia, siles hago notar que la consecuencia de todo esto no debe ser decir: “Bueno, clases ya no existen en absoluto; estoes una metafisica; en realidad, lo que hay es solamente estratificacién social, que debe ser medida de acuerdo con el estandar de vida subjetivo”. Esto violaria realmente el postulado de la sociologia de orienta- eién hacia lo esencial. En lugar de esto, se deberia intentar deducir de las leyes objetivas de la sociedad, de la legalidad ®sencial de la sociedad, algo asi como la no-existencia de la €onciencia de clase, o la desaparicin del proletariado, tal como hace yeinte afios caractericé como el acertijo “;Dénde esta el Proletariado?”, en los Minima Moralia.* A esto pertenece (s6lo Para mencionarles un elemento) la tendencia a la integracién 39 de la sociedad, tal como fue diagnosticada por primera vez por Spencer:** el hecho de que la red de socializacién sea cada vez ms estrecha, y de que, con ello, incluso los sectores que habian. estado fuera de la sociedad burguesa, 0 medio afuera, como el proletariado industrial durante las décadas de 1820 y 1830, sean incorporados de manera creciente. Debe considerarse, ademas, que simplemente la cantidad de bienes que se produ- cen por el avance tecnolégico es tan extraordinaria, que bene- ficia incluso a aquellos que supuestamente no tienen nada que perder, pero que, con este crecimiento de la cantidad de bienes, ahora si tienen algo que perder. Otro elemento a considerar, si tenemos en cuenta un problema bien especifico (y con esto se puede observar cudn interconectada con la llamada “sociologia especial” puede estar una perspectiva esencial), es el hecho de que, dentro de la clase trabajadora, el porcentaje de aquellos que en términos marxistas tradicionales realizan un trabajo material o productiyo (es decir, aquellos que actiian directa- mente en la esfera productiva) ha disminuido extraordina- riamente, en especial frente a aquellos que dan servicios, por ejemplo, en el sector de las reparaciones. Les he presentado estos aspectos de un modo algo asistematico; en realidad, en este caso, integracién es el concepto general, y los otros momen- tos que les he mencionado son momentos parciales que se incluyen en él. Por ello, no deben ver estos momentos como factores que actian paralelamente en un mismo nivel. No quisiera, por Dios, transmitirles algo erréneo al respecto, y presentarles tesis sociolégicas individuales que, de esta forma, no son defendibles. Lo tinico que quiero decirles es que una tarea de la sociologia es aferrarse a ciertas determinaciones esenciales, como la de clase, que subsisten en un sentido decisivo, es decir, en el sentido de la dependencia de la mayoria de los seres humanos de procesos econémicos anénimos y ‘opacos; pero, simultdaneamente, que también es una tarea de la sociologia inferir, o al menos comprender, a partir de las tendencias mismas del desarrollo, las modificaciones que lle- van a que la situacién original, como la de clase, no aparezca mas hoy en dia.en_un.sentido. tradicional. Creo que, con este pequefio modelo de la dialéctica entre esencia y apariencia, les he dado una idea de lo que entendemos aqu{ por la relacién con 40 Jo empirico: justamente no lo que nuestros adversarios positivistas nos achacan, a saber, que lo consideramos como no. existente, en favor de lo tedrico. Por el contrario, espero poder mostrarles que, en un cierto sentido, la concepcién que les estoy presentando tiene mucho mas que ver con lo empirico, que toma. Joempirico muchomas enserio que la sociologia generalizadora; pero ya volveremos a esto. Tal vez, ya habran notado que no se ¢rata de una “facon de parler”, cuando decimos que no nos jnteresa una teorizacién desenfrenada, sino justamente una interaccién que, tal como les he mostrado, constituye realmente el concepto de la dialéctica. Entonces, retengan por favor lo siguiente: que, por un lado, Jo esencial es el interés por las leyes del movimiento de la sociedad, especialmente por las leyes que expresan por qué se ha legado a una determinada situacidn y hacia d6nde va; pero, por otro lado, que estas leyes se modifican y que sdlo valen en tanto también aparecen realmente; y, en tercer lugar, que la tarea de la sociologia es, o bien comprender a partir de la esencia, es decir, te6ricamente, las divergencias entre la esen- cia y la apariencia, o bien tener realmente el coraje de revelar los conceptos esenciales o leyes generales que decididamente son incompatibles con los fenémenos, que no pueden ser ni siquiera mediados dialécticamente. También hay que tener este coraje. Y creo que noes lo mds despreciable entre lo que hoy en dia se exige como coraje civico. Sélo depende de que uno, en ese sacrificio de categorfas tradicionales, al mismo tiempo les sea fiel, en ugar de creer que hay que destruirlas, tirando por Jabordael lastre de conceptos engorrosos y dificiles de verificar. 3 Quisiera pedirles ahora mismo que conceptos como el de esencia” o el de “concepto” sean comprendidos con cierta liberalidad. Estas clases no son el lugar apropiado para entrar €n esos conceptos, segin toda su problematica filosdfiea. He arribadointencionalmente al concepto de esencia, refiriéndome alinterés de la sociologfa por cuestiones eseneiales, es decir, por euestiones que son de esencial importancia, en tiltima instan- “a, para la supervivencia y la libertad de la especie humana. 8 pido que no comprendan el concepto de esencia como se lo “omprende en un sentido estricto dentro de la teoria del cono- “imiento, es decir, como un ser-en-si, algo puramente concep- 41 tual, que en cierto sentido es previo a la facticidad, y que puede conocerse en su pureza, La mayer parte de lo que he caracteri- zado hoy como esencial (aquellos que hayan escuchado con atencion ya lo habran notado) no seria, légicamente hablando, una esencia en el sentido de un concepto individual, sino, mas bien, una esencia en el sentido de legalidades individuales que se hacen valer y que son relevantes para la totalidad de la sociedad y para el destino de los individuos en ella. Cuando utilizo conceptos como, por ejemplo, “capitalismo”, o “clase”, no deben entenderse definiciones conceptuales, a través de las cuales se dice: clase es esto y aquello, capitalismo se define (tal como ocurre en Weber®®) como esto o aquello. Sino que aludocon estos términos ya de antemano a un contexto de oraciones 0 juicios, en el fondo, a un contexto tedrico abarcador, del que no se pueden extraer aisladamente conceptos individu’ ales 0 esen- cias individuales. Les digo esto solamente porque también una de las objeciones contra la teorfa que yo defiendo es que opera con el concepto de esencia, en oposicién al concepto de oracién, de juicio, de ley; mientras que evidentemente el concepto de esencia sélo expresa el énfasis en tales contextos abarcadores, que sélo pueden ser formulados en juicios, es decir, que son esenciales, sin que en un sentido estrictamente ldgico puedan ser captados como meros conceptos. Sobre la cuestién del campo de estudio de la sociologia, sobre la cual deberemos hablar mas extensamente en estas clases, quisiera decirles solamente algo sobre lo que ya he llamado la atencién: la particular dificultad que reside en el problema del pragmatismo. Una de las distorsiones mas pecu- liares consiste en que la posicién contraria a la mia, aparente- mente, es mucho m4s practica, porque, justamente, al negar el interés por lo esencial, puede concentrarse despreocupada- mente en cualquier tarea que le sea adjudieada, de modo que siente que hace algo practico; mientras que a un tipo de co- nocimiento que no se lanza sin mas a tal praxis inmanente al sistema, sino que se interesa realmente por las leyes esenciales, se le imputa incluso quietismo 0 algo parecido, En realidad, lo que ocurre es que el tipo de practica que realiza el positivismo es, necesariamente, esencialmente, una practica que apunta a que el sistema social existente sea mantenido en su existencia. 42, Esta praxis debe comprenderse como una praxis del mejora- miento dentro del sistema social existente, una praxis que, justamente porque desconfia de conceptos como el de sistema social, de totalidad, de leyes esenciales, le niega el pasaporte o, mejor, la visa, a todas aquellas reflexiones que se refieren a estos conceptos, arrojandolas al famoso infierno de la metafisi- ca, Les digo esto solamente para mostrarles un problema del cual se ha ecupado intensamente en los ultimos afios Haber- mas,®’ a saber, la dialéctica extraordinariamente complicada que existe en el campo dela sociologia en relacién con la cuestién de la praxis: si de la sociologia y del conocimiento de las ciencias sociales se sigue una praxis, 0 si ese conocimiento es simple- mente aplicable a determinadas formas de praxis ya dadas. Esto representa una diferencia extraordinariamente profunda y radical, sobre la cual quisiera que ustedes reflexionen. Senoras y sefiores: el concepto central de la sociclogia, ese concepto que muchos socidlogos hay en dia quieren simplemen- te echar por la borda, es el concepto de sociedad, pues sociologia (la palabra es un compuesto horrible) significa tanto como el logos de la sacietas, es decir, el conocimiento o la ciencia de la sociedad. Y nuestra préxima tarea serdé ocuparnos mas deteni- damente deeste concepto, Quisiera informarles, aaquellos alos que Jes interese, que existe una publicacién mia acerca del concepto de sociedad, tal como yo lo entiendo: el articulo *“Sociedad”* en el Léxico de ciencias politicas. En lo que les expondré acerca del concepto de sociedad y su discusién con la Posicion positivista, haré referenciaa ese articulo. Intentaré, de cualquier modo, no citarme, sino ir un poco mas alla en algunos Puntos esenciales. Gracias. 43 Clase 4 2 de mayo, 1968. Sefioras y sefiores: Quiero pedirles que cierren la puerta, si no perdemos mucho tiempo. En primer lugar, quisiera responder una pre- gunta que ha surgido, tal vez, de un malentendido, o como consecuencia del apuro de las tiltimas formulaciones de la clase pasada. Un estudiante, a quien leagradezeo que me haya traido su inquietud, parece haber entendido que yo, a través de la vineulacion de la sociologia positivista con una esfera pragmé- tica, pretenderia separar la concepcidn dialéctica de la sociolo- gia de la praxis. Obviamente, esto no es asf. Por el contrario, yo diria que una praxis enfiatica, una praxis que se refiere a la estructura total de la sociedad y no a manifestaciones sociales individuales, requiere una teoria de la sociedad como un todo. Ydirfa también que una praxis concentradaen la sociedad como un todo, es decir una praxis referida a la estructura, solamente puede tener sentido si analiza las relaciones estructurales, las tendencias, las relaciones de poder dentro de la sociedad exis- tente, y no permanece en el marco de cuestiones meramente particulares. Me interesa aclarar este punto, para que no tengan la impresién de que el tipo de doctrina social que les presento, y de la cual sdlo puedo darles algunos fragmentos, es quietista. Esta apariencia de quietismo surge facilmente por- que las dificultades que resultan de la estructura de la sociedad para lograr una transformacién se perfilan, desde ya, mucho mas claramente que dentro de determinadas constelaciones individuales (y esto es nuevamente casi pragmatico), en las cuales las relaciones estructurales aparecen mucho mas mesuradas, mucho menos tajantes. Y quisiera al respecto 44 agregar algo que quizas es importante: no erean que yo, por haber presentado aqui una alternativa, desprecio cualquier mejora propuesta por la sociologia positivista orientada prag- maticamente. Seria una abstraccién mala e idealista quitarle importancia o incluso (tal como ha habido casos) acentuar negativamente la posibilidad de mejoras en el marco de las relaciones sociales existentes, Se estaria utilizando un concepto de totalidad que ignora por completo los intereses de los seres humanos vivientes aqui y ahora, lo eual implica un tipo de confianza abstracta en el rumbo de la historia universal, que yo, al menos en esta forma, decididamente no puedo aceptar. Yo diria que la estructura social actual tiene (por razones que no. podemos analizar ahora) el eardcter de algo mal construido, de una “segunda naturaleza” increiblemente compacta, y justa- mente por ello, en determinadas circunstancias, el mas modes- to ataque a la realidad existente tiene una significacién, casi dirja, simbélica, mucho mas grande de lo que en si mismo. implica. Pienso entonces que se deberia ser mucho mas cuida- doso con el reproche de reformismo, en la realidad social actual, de lo que se ha sido en el siglo pasado y comienzos de este siglo. De qué modo uno apoya reformas es, hasta cierto punto, una funcién de la evaluacién de las relaciones estructurales dentro del todo. Y dado que esta transformacién del todo, hoy en dia, no aparece como algo inmediatamente posible, tal como a mediados del siglo pasado, estas cuestiones se plantean enton- es desde una perspectiva totalmente diferente. Esto es lo que queria decir sobre este punto. Oreo, sin embargo, que no se deberfa hacer ¢] reproche de quietismo o resignacién, tan sélo porque uno defina sin prejuicios la rigidez y las desproporciones de las relaciones de poder. Pues aquellos que, sélo en aras de un thema probandum o de un fina aleanzar, se resisten al anélisis de las estructuras dadas, traicionan con ello la verdad y la teoria; y seguramente nunca ha sido esto lo que se quiso decir on la unidad de la teorfa y la praxis. Quisiera ahora entrar en el concepto central de la sociolo- Bia, es decir, en el concepto de sociedad, el cual muchos sociélo- 808 creen que ya no debe utilizarse.®® En primer lugar, debo decir que si ustedes esperan demi una definicién del concepto de sociedad, segun el modelo de algunas otras ciencias, se veran 45 fuertemente decepcionados, y no porque no me atreva a dar tal definicién. Creo que, a través de mis consideraciones sobre el concepto de sociedad, les ofreceré suficientes elementos como para que ustedes puedan obtener una idea bastante clara del concepto. Pero un concepto como éste no puede ser establecido juridicamente, definitoriamente, sino que contiene una riqueza histérica infinita. Quisiera aqui mencionar una frase de Nietzsche, que he citado en mis Digresiones: “Todos los concep- tos en los que se resume semiéticamente todo un proceso” —es decir, para los que no saben griego, aquellos en que un signo o una abreviatura representa procesos enteros— “escapan a la definicién; definibles son sélo aquellos que no tienen histo- ria”." Mas adelante me ocuparé de mostrarles cudl es la importancia central de la historia para la sociologia, por qué no puede ser considerada meramente un trasfondo, sino que es constitutiva de todo conocimiento social, incluso para su con- cepto central, el concepto de sociedad. En el tiltimo seminario para principiantes*! me han sefia- lado con razén que la critica que, por ejemplo, hace Schelsky al eoncepto de sociedad, no dice que se pueda trabajar totalmen- te sin este conceptotedrico. Lo que dice es que existen diferentes tipos de sociedad, que existen paralelamente, y que no pueden reunirse bajo un solo concepto, que no pueden ser sintetizados. Ciertamente, existe una diferencia entre la sociedad de los paises capitalistas, la sociedad de los paises bajo el dominio soviético, aquéllas bajo el dominio de China, y aquéllas del Tercer Mundo. ¥ obviamente estoy lejos de querer desatender estas diferencias, que en parte son muy profundas, y remplazarlas por una suerte de “salsa de hotel”, que se puede servir sobre cualquier carne [risas]. Espero que ustedes no hayan entendido algo asi. Pero quisiera recordarles aqui lo que en las dos clases pasadas he caracterizado como el interés dela sociologia por las cuestiones sociales esenciales. Y, en este sentido, diria que, cuando en determinada sociologia tipificadora se habla de diferentes tipos de sociedad, y aparecen expresiones como sociedad de némadas, o sociedad de recolectores, 0 socie- dad de cazadores, lo que se quiere decir es algo completamente diferente de cuando hablamos de sociedad en el sentido enfatico que ha adquirido desde el siglo xm. En el primer caso, se trata 46 de conceptos de sociedad en parte cercanos a la etnologia y la antropologia, que se refieren, en realidad, a diferentes tipos de eonvivencia y de produccién y reproduccién de la vida de los seres humanos, es decir, a tipos basicos, a través de los cuales Jos seres humanos se ganan la vida, y que determinan la forma de su existencia conjunta. En cambio, cuando hablamos de sociedad en un sentido enfatico (y utilizo aqui intencionalmente una expresién de la llamada sociologia burguesa, es decir, de la sociologia de Max Weber, que, segiin sus intenciones, puede ser considerada dentro de las sociologias positivistas), nos referi- mos esencialmente al momento de la “socializacién™® que, por supuesto, no sé da del mismo modo en los tipos de sociedad que he mencionado antes. Este momento alude al hecho de la existencia entre los seres humanos de un contexto de funciones (que, por supuesto, varia notablemente segtin las diferentes etapas histéricas) que no omite a nadie, en el cual todos los miembros de la sociedad estan entrelazados y que mantiene frente a ellos una cierta autonomfa. En cambio, los tipos de sociedad que les habia enumerado anteriormente se sitian en un momento mucho mas suelto, un momento en el que tal contexto de funciones, es decir, tal interaccién entre los indivi- duos y el todo, no se produce. En ellas (y esto es lo esencial) los diferentes grupos sociales coexisten paralelamente, sin que tenga lugar entre ellos una relacién lo bastante esencial como para que, a través de esa relacién, los grupos mismos se determinen y se conformen esencialmente. Si ustedes se repre- sentan, por ejemplo, una sociedad de recolectores bien primiti- va, es decir, anterior a la organizacion de la caza, observaran (debido a una cierta uniformidad del desarrollo historico en los diferentes paises del mundo que curiosamente se constata continuamente) que todos los indiyiduos, en mayor 0 menor medida, pertenecen al rango de recolectores, pero que los diferentes grupos-de recolectores 0, si ustedes quieren, las diferentes sociedades de recolectores son relativamente inde- Pendientes entre si, casi se desconocen mutuamente. Esto fiene, entre otras, la consecuencia (muy relevante desde el Punto de vista de la sociologia) de que estas sociedades de Yecolectores, estas formas arcaicas de sociedad, justamente Porque existen de modo mutuamente independiente y sus 47 intereses casi no se superponen, poseen un cierto cardctey pacifico, de modo que no se atacan unas a otras, tal como. suele ocurrir en las sociedades desarrolladas. Aqui tiene su lugar lo que Thorstein Veblen llamé “peaceable savages”. En cambio, lo que lamamos sociedad en un sentido preciso implica unl cierto tipo de entrelazamiento que, en cierto sentido, lo incl uye todo, y al cual también pertenece esencialmente (aun cuando de un modo modificado, incluso cuando luego es nuevamente negado) el hecho de que los elementos individuales de tal sociedad son concebidos como relativamente iguales, como poseedores de la misma razén, como dtomos, sin cualificacién alguna, definidos sélo a través de su razén individualmente autoconservada, y de ninguna manera estructurados en un sentido corporativo 0 espontaneo. Por esto, el socidlogo suizo Bluntschli, ya en el siglo pasado (Helge Pross se encuentra investigando esto®), caracteriz6 el concepto de sociedad como un coneepto esencialmente burgués o, también, como un “con- eepto del tercer estadio”.“ En las formas de capitalismo de Estado y socialistas que se han desarrollado posteriormente, este momento del contexto de funciones del todo y también de Ja virtual igualdad de sus miembros se ha mantenido, al menos teéricamente, a pesar de toda la inflexibilidad de las formas de poder y a pesar de todos los rasgos dictatoriales. Entonces, este contexto de funciones seria en primer término la sociedad, y asi la he determinado anteriormente de diversos modos, Ahora bien, el sefior Albert, quien ha mantenido en los ultimos afios de un modo muy enérgico la discusién contra la teoria dialéctica de la sociedad, desde la posicién positivista, aunque defiende en gran medida el punto de vista de Popper (entre las posiciones de Popper y Albert, al menos segtn la inteneién de Albert, reina un acuerdo considerable), me ha objetado en su polémico artfeulo contra Habermas que el con- cepto de sociedad que yo defiendo, en realidad conduce a la trivialidad, que “todo esta conectado con todo”, que se trata de un concepto abstracto, en el mal sentido.®” Quisiera referirme entonces a esta objecién; se trata realmente de una objecion seria. La respuesta que tengo para dar es que la sociedad, la sociedad “socializada”, justamente no es sdlo un contexto de 48 ’ ciones entre individuos socializados, sino que esta determi- da esencialmente por el intercambio, lo cual es una yndicién de la sociedad. Lo que hace que una sociedad sea .ente algo socializado, a través de lo cual se constituye ‘tanto conceptual como realmente, es larelacion de intercambio, ue incluye a todos los seres humanos que comparten elconcep- to de sociedad. Esta relacién constituye, incluso (si se me permite expresarme cuidadosamente), un presupuesto, de las sociedades posindustriales, en las cuales no se puede decir que no existe el intereambio. En lo se refiere a la objecion de abstraccién, me parece que se da aqui la tipica confusion entre, porun lado, el sujeto del conocimiento, el que conoce, o la tearia, y, por otro, la forma a la que la teoria se refiere. Lo que aqui es abstracto no es el pensamiento que se contenta con decir que todo esta conectadocon todo. La abstraccién de que aquise trata ___(yesto creo que es un punto central de la teoria de la sociedad engeneral, de modo que les pido que lotomen muy en serio y que loretengan) no es una abstraccion que surgié en la cabeza de los tedricos de la sociologia, sino que esta abstraccién es una forma especifica del acto de intereambio mismo, es decir, del hecho social fundamental a través del cual se produce la socializacién. Supongamos que ustedes desean intercambiar un objeto por otroy, ademas (y esto pertenece al concepto mismo de intercam- bio), lo quieren hacer por algo equivalente, de modo que uno no reciba por ese intercambio mas que el otro (dejo de lado la Cuestién de si en el intercambio mismo no se esconde una transgresién de esta equivalencia; se trata en este momento solamente de la construccién de este concepto constitutive de sociedad). Silas dos partes quieren intercambiar bienes equiva- lentes, entonces deben descartar algo de esos bienes. Este titercambio se lleva a cabo en general, como ustedes saben, en las sociedades desarrolladas, segin la forma de equivalencia dinero, Y ya la economia nacional clasica, y posteriormente han probado que la verdadera unidad que esta detras de laforma de equivalencia del dinero es el tiempo de trabajo social _ Promedio empleado, que, desde ya, se modifica segun las rela- rones sociales especificas en las cuales se realiza el intercam- bie. En este intercambio segtin el tiempo de trabajo, segun el “mpo de trabajo social empleado, se deja de lado necesaria- 49 mente la forma especifica de los objetos intereambiados; éstos son reducidos, en cambio, a una unidad general. La abstraccién no reside aqui en el pensamiento abstrayente del sociélogo, sino en la sociedad misma. Si me permiten recurrir a esta palabra, dirfa que ya en la sociedad podemos encontrar como una objetividad algo como un “concepto”. Y creo que la diferencia decisiva entre la doctrina de la sociedad positivista y la dialéc- tica es que una doctrina dialéctica recurre a esta objetividad del conceptoque reside en la cosa misma, mientras que la sociologia positivista niega este hecho o al menos lo relega a segundo plano, desplazando la conformacién de conceptos al sujeto que observa, ordena y extrae sus conclusiones. Les pido que no me entiendan mal, enel sentido de que este proceso de abstraccion se produciria dentro de cada sujeto individual que intercambia. Justamente, formas tales como la del dinero, que con una conciencia ingenua se acepta como la forma evidente de equiva- lencia, es decir, como el medio de intercambio evidente, eximen a los individuos justamente de esta reflexion. Y la pregunta de hasta qué punto esta reflexién se ha evade a cabo consciente- mente, o hasta qué punto este proceso de abstraccion, simple- mente por la necesidad de intercambiar igual por igual, se ha impuesto objetivamente por encima de la cabeza de los seres humanos, puede quedar por el momento abierta (aunque yo tiendo a creer lo segundo). Ahora bien, en el momento en que se concibe como la esencia de la socializacién este contexto de funciones a través del intercambio, el concepto de sociedad deja de ser aquella abstraccién vacfa dela conexidn de todo con todo, dela que me acusa Albert. Tal concepto de sociedad se transfor- maria eo ipso en un concepto critico, en la medida en que mostrara (y esta era justamente la intencién de Bl Capital de Marx) que el despliegue de este concepto de intercambio, dado en la sociedad de un modo objetivo, lleva en su consecuencia a Ja destruccién de la sociedad, y que la sociedad, si es que ha de continuar reproduciendo la vida de sus miembros (asi habria que formularlo al menos hoy en dia), deberd también superar este concepto de intereambio. El paso a la critica reside, enton- ces, justamente en este examen de la determinacién 0, si ustedes quieren, del caracter conceptual de la estructura obje- tiva misma. En cambio, si este examen no fuera algo en si 50 determinado, sino una mera acumulacién de hechos ordenadas, el concepte de critica de la sociedad no tendria ningiin sentido, ya de antemano. Se podria decir que esto es la bisagra que eonecta la concepcidn de una teoria critica de la sociedad con la eonstruccién del concepto de sociedad como una totalidad. Sime permiten, me gustaria resumir brevemente lo que he dicho hasta ahora, citando el articulo sobre el concepto de sociedad del Léxico politico evangélico,® que tal vez, para muchos de uste- des, no es conocido. Tal concepto de sociedad “supera la trivia- lidad de que todo esta conectado con todo. La mala abstraccién de esa frase no es tanto un producto débil del pensamiento, como un elemento constitutive malo de la sociedad en si: el del intercambio en la sociedad moderna. La abstraccidn objetivase produce primariamente, no en la reflexién cientifica, sino en su realizacién universal. Se ignora la naturaleza eualitativa del que produce y del que consume, del modo de produceién, incluso de las necesidades que el mecanismo social, como efecto secun- dario, satisface”. Y se pasa por alto también, agregaria aqui para completar, la formaconcreta del objeto deintercambio. “Lo principal es la ganancia. Incluso la humanidad, catalogada °* como la clientela, el sujeto de las necesidades, se encuentra, mas alla de cualquier idea ingenua, preformada socialmente, y no s6lo por el estado técnico de las fuerzas productivas, sino también por las relaciones econémicas, por més dificil que sea controlar esto empiricamente. La abstrac- cidn del valor de cambio se conecta, previamente a cualquier estratifieacion social determinada, con el dominio de lo general sobre lo particular, de la sociedad sobre sus miembros. Billa no €8 neutral, tal como engafia la logicidad del procedimiento de reduccién a unidades, como la de tiempo de trabajo social promedio. En la reduccién de los seres humanos agentes y portadores del intercambio de bienes se esconde el dominio del hombre sobre el hombre. Esto sigue siendo cierto, @ pesar de todas las dificultades, que entretanto se le han Presentado a algunas categorias de critica de la econo- Mia politica. El contexto global tiene una forma, segun la cual os deben someterse a la ley de intercambio, si no quieren Perecer, independientemente de si estén por un “asi llamado> ‘afan delucro’ ”!° Se puede extraer de esto 51 en qué sentido enfatico debe comprenderse la sociedadcomoun conceptofuncional. Seguin lo que les acabo de decir, no se puede concebir la sociedad, tal como lo haria el sentido comun, como la suma de todos los seres humanos que viven en un cierto periodo o época. Un concepto de este tipo, meramente cuantita- tivo, no corresponderia a la sociedad como tal. No seria real- mente otra cosa que un concepto descriptivo, sinose determina lo que Marx denomins “el vinculo interno””! en el contexto social. Pero se trata, ademas, de un concepto funcional,” en el sentido de que, al estar los seres humanos alli para otros, y al estar determinados esencialmente por el trabajo, dejan de ser solamente algo en si, una existencia, un mero hecho, y pasan a estar determinados por lo que hacen y por la relacién que rige entre ellos, es decir, justamente, por la relacién de intereambio, Los positivistas argumentan en contra de nosotros que nuestro concepto central, el concepto de sociedad, no es algo dado, que el concepto de sociedad no se puede palpar, que uno no puede decir: vean, aqui esta la sociedad, aqui se la puedo mostrar, del mismo modo como un médico que ha tenido la suerte de descubrir el agente de una enfermedad lo puede mostrar en su tubo de ensayo. A esto debemos decir que, justamente, en razon de aquella determinacién seguin la cual el concepto de sociedad es un concepto de relacién universalmente extendido, es decir, un concepto de relacién entre elementos, que son, en definitiva, los seres humanos individuales que trabajan, y no una mera aglomeracién de esos seres humanos, el recurso a los elementos individuales no es suficiente. Con otras palabras: el criteria de sentido positivista de lo dado, el criterio segiin el cual se debe poder mostrar algo sensible, en ultima instancia, para decir que el sustrato buscado existe, no es aplicable al concepto de sociedad. Brecht ha dicho, con el don de la sencillez que lo caracterizaba en sus mejores momentos, que lo socialmente esencial esta “desplazado hacia lo funcional”, de modo que, si uno quiere, por ejemplo, saber algo sobre el consorcio Krupp y entonces va y observa cada una de las fabricas de ese consorcio, no podra saber nada sobre la esencia de lo funcional, es decir, sobre el proceso de produccién, sobre el proceso de explotacion. y sobre las consecuencias que esto tiene para los seres huma- nos.73 Brecht, debido a su amistad con Karl Korsch,” tenia una 52 cierta inelinacién hacia el positivismo. Creo que él (y con esto no hago, por Dios, ningin reproche a este poeta) no reflexioné totalmente sobre las consecuencias de la alternativa que aqui adopta, pues si no, deberia haber comprendido que en este concepto funcional de sociedad formulado por é] mismo se nie- ga de raiz el criterio de lo dado de los positivistas. A través de esto que dice Brecht, casi dirfa que se expresa en una formula concisa y contundente la diferencia respecto del positivismo. Lo que les he dicho implica algo mas. El hecho de que el concepto de sociedad deba ser considerado como un coneepto funcional, como algo que no esta dado a la sensacién, que no puede ser percibido como un mero hecho, no significa que no pueda ser determinado por el conocimiento, que sea algo irra- cional. Esto es posible, en la medida en que uno muestre a qué complicaciones y a qué contradicciones lleva necesariamente el despliegue de este principio de socializacion. Pero el hecho de que este despliegue, por otro lado, no pueda llevarse mas alla de Jos hechos sociales, sino solo en la interaccién con lo que es de un modo determinado, creo que les habra quedado claro luego de estas cuatro primeras clases. Gracias. [aplausos] 53 Clase 5 7 de mayo, 1968 Sefioras y sefiores: Quisiera, en primer lugar, decirles que hoy ala noche, alas 20.15, en el Instituto de Investigaciones Sociales tendra lugar una conferencia del famoso psicoanalista Wyatt,’® que se ocupa de las causas psicolégico-sociales... [silbidos] {Esto es por la conferencia sobre psicologia social? 3O por los parlantes? Creo que con los silbidos tal vez seria bueno que se diferenciara, de modo que el docente sepa de qué se trata: si lo que tiene que hacer es hablar mas fuerte, por ejemplo, entonces, silbidos; en cambio si se esté en contra de lo que esta diciendo, entonces, segun la vieja tradician, jgolpear el piso! [risas] Yo aconsejaria la reintroduccién de esta costumbre, con el fin de un mejor entendimiento. Bueno, como sea, el profesor Wyatt hablara hoy ala noche sobre “Las causas psicolégico-sociales de la agitacion estudiantil en los Estados Unidos”, y pienso que muchos de ustedes estaran interesados, por lo cual les solicito que asistan. Debo pedir disculpas porque el ultimo jueves, cuando esta conferencia ya estaba planeada, me olvide de anunciarla en clase, por lo cual se enteran recién hoy, un poco tarde, Pero seria realmente algo penoso para mf que fuera poca gente a esta conferencia. Si asiste mucha mucha gente, nos trasladariamos al auditorio V. Sefioras y sefiores, en la ultima clase... [si/bidas) Si, no sé si este maldito aparato [risas] otra vez no funciona bien. {Asi esta mejor? La clase pasada nos dedicamos a la problematica del concepto de sociedad e intenté mostrarles que, a pesar de que no se trata de algo dado sino, si se quiere, de una categoria 54 yelacional, y a pesar de que no hay datos sensibles que uno pudiera sefialar y decir: “Voila, aqui tienen la sociedad”, sin ‘embargo no es posible prescindir de este concepto. Ahora bien, cuando digo que uno no puede sefialar datos individuales y ejemplificar diciendo: “esto es lasociedad’”, quisiera inmediata- mente corregirme un poco. Tal vez sea cierto que exista algo asi como manifestaciones del “alma del pueblo”: cuando antes, por ejemplo, una adolescente esperaba un hijo sin estar easada, se presentaban ante ella una cantidad de costumbres populares de protesta; 0 incluso hoy en dia, cuando la gente se retine para manifestar su indignacidn sobre algo que es incompatible con el sentido de la comunidad; es decir, alli donde se muestra lo que hace mds 0 menos setenta afios en una famosa obra de la sociologia norteamericana se caracteri2é como “folkways”7? (es decir, “los modos del pueblo”), puede encontrarse de un modo inmediato lo que quiere decir “sociedad”, es decir, conductas que no tienen causas racionales, ni tampoco se pueden inferir dela psicologia individual de los involucrados, sino que son algo as{ como ritos arraigados; por ejemplo, cosas como ¢l famoso “Haberfeldtreiben” de la Alta Baviera [risas]* pertenecen al mismo contexto. Se trata de fendmenos que sehalan lo que Durkheim caracterizé, al referirse justamente a la esencia de lo social, como un determinado momento de“impenetrabilidad”.” Esto significa que uno comienza a percibir (casi diria, a palpar) ala sociedad, cuando se encuentra con determinadas conductas colectivas que poseen el rasgo de la tabuizacién y que, sobre todo, son mucho mas fuertes que los individuos por separado gue llevan a cabo esas conductas, de modo que se podria decir, con una leve exageracién, que, en el sentido de Durkheim, la Sociedad se puede sentir de modo inmediato alli donde duele. Por ejemplo, cuando uno esta en una situacién determinada, ¢omo la de quien debe busear un trabajo y “se da contra la Pared”, y tiene la sensacién de que todas las puertas se le Cierran automaticamente, o la de quien debe dinero y no puede dar ninguna garantia de que lo va a poder devolver a tiempo, y * Setrata de un antiguo rito de autojusticia, que se ejercia para reprimir astos que caian fuera de la competenciajuridica, por ejemplo, violaciones a las Cestumbres oa la moral, Consistia en meter al culpable en una piel de cabra Vilevarlo de un lado a otro. [T.] 55 se encuentra diez, veinte veces, de una cierta manera automa- tizada, con un “no”, y de quien se dice: si, él es sélo un ejemplar de una regularidad ampliamente generalizada, etc.: estos son todos indicios del fenémeno de la sociedad. Quisiera alentarlos también a que miraran alguna vez el libro Folkways de Sumner, en el que se retine mucho material de este tipo. Tal vez haya sido un error de mi parte, al referirme a toda esta discusion sobre el concepto de sociedad que hoy desempeiia un papel tan central en la disputa del positivismo, no haber Namado suficientemente la atencién sobre este nivel, en el cual uno puede experimentar en carne propia lo que es la sociedad. Sobre esto, puede verse también el trabajo sobre “Conflictos sociales de hoy”,”® que publicamos conjuntamente la sefiorita Jaerisch y yo (el cual existe hasta ahora sdlo como una separata, dado que el tomo de homenaje a Abendroth, donde va a aparecer, hasta donde sé, todayia no ha aparecido). Este trabajo se refiere, justamente, a aquellas situaciones sociales en las que se puede observar de un modo inmediato qué es la sociedad; y considero que es una tarea nada despreciable de la carrera de sociologfa capacitarlos en su experiencia vital inmediata para percibir lo que, en este sentido, llamamos sociedad. Por otro lado, seria errado, por supuesto, tal como hace Justamente Durkheim (y creo que es relevante para la diferen- ciacion del concepto de sociedad decir algo al respecto), hipos- tasear a la sociedad como un tipo de “dato de segundo grado” o de un grado superior, es decir, convertirla en algo espiritual, por el hecho de que no es algo dado sensorialmente o aprehensible de un modo inmediato.” Esto ultimo, en la medida en que la sociedad es una categoria mediadora y conceptual, tiene hasta cierto punto algo de verdad, pero no por ello debe hacerse de la sociedad un “dato de segundo grado”, un date al que, a pesar de no ser sensorial, se le atribuyan todas las propiedades que el positivismo tradicional (0 incluso el actual, por ejemplo, en la version de Rudolf Carnap™) les atribuye a los datos sensibles. Esta es la peculiaridad de toda la sociologia durkheimiana: ella sabe que los verdaderos hechos sociales no son equivalentes a realidades sensoriales individuales pero, por otro lado, les otorga un fuerte cardcter de realidad. De este modo, lo social se 56 transforma milagrosamente en una “realidad de segundo gra- do”, lo cual implica una cierta tendencia a reiterar a través de Ja sociologia el proceso de cosificacién y de autonomizacién a los quela sociedad esta sometida por leyes inmanentes, en lugar de reflejarlos y disolyerlos criticamente, asi como a tomar como un absoluto esta cosificacién, en la cual se esconde algo de aparien- cia social. Y en esto reside también la tentacién y la tendencia (de la cual Emile Durkheim no ha estado libre en absoluto) de tomar esta cualidad cosificada de la sociedad como algo tambien positivo, y de sometersea ella, Con estose oculta(y creo que esto es realmente importante para la determinacién del concepto de sociedad) que, como les he intentado sefialar la clase pasada, el concepto de sociedad es un concepto que denota una relacién. entre seres humanos. Considerando esta relacién como una ‘sealidad de segundo grado”, se pasa por alto que la sociedad se compone siempre de individuos, y que su concepto, sin los individuos de los que se compone y entre los cuales rige esa relacién, resulta tan sin sentido y absurdo como cuando, desde el otro lado, se considera que la sociedad sélo es algo reducible a individuos aislados, y que fuera de los individuos nada tiene significacion. Ustedes pueden comprender claramente 1a importancia de la dialéctica. Pues seguramente muchos de ustedes deben haber ofdo que lo que la llamada Escuela de Francfort ensena es un examen dialéctico de la sociedad; y aquellos que no han visto nada de filosofia, siguiendo una tendencia intelectual muy extendida y lanzada con mucha estrategia, tenderan a decir: “lo que los franefortianos llaman sociologia no es més que una filosofia extraviada que aqui nos quieren hacer pasar por Sociologia” [aplausos y risas]. Por ello, aprovecho la oportuni- dad para mostrarles, por medio del modelo relativamente simple que les he presentado, en qué sentido el concepto de Sociedad en si mismo debe ser un concepto dialéctico, y es un eoncepto dialéctico. En la tiltima clase les he mostrado detalladamente que este concepto, come relacion mediada y mediadora entre indivi- duos Separados, no puede ser pensado como una mera aglome- Tacién de individuos. Hoy les he mostrado, a través de las bservaciones algo raépidas que he hecho sobre el concepto de 57 sociedad en Durkheim, que, por otro lado, sociedad tampoco es un concepto absoluto, mas alld de los individuos, Es decir que no es la mera suma o aglomeracién (o como lo quieran llamar) de individuos, ni es algo absolutamente auténomo situado por sobre los individuos, sino que posee en sf simulta4neamente ambos momentos, Se realiza sdlo a través de los individuos pero, en tanto relacién, no puede reducirse a ellos; y, por otro lado, tampoco puede ser concebido como un concepto superior puro existente en si. El hecho de que este concepto no pueda ser reducido a una determinacién concluyente: o bien suma de individuos, o bien algo existente en si (a la manera del organi- cismo), sino que posea una cierta interaccién entre los indivi- duos y una objetividad enfrentada a ellos deun modo auténomo, este hecho, digo, es lo que podemos llamar un modelo-macro- césmico (0, como se suele decir ahora, macrosociolégico) dé una concepcion dialéctica de la sociedad en sentido estricto. Digo“en sentido estricto”, porque (y aqui pueden comprender claramen- te por qué la sociologia debe ser pensada dialécticamente) el concepto de mediacién entre las dos categorias opuestas, los individuos por un lado, y la sociedad por otro, se eseonde en ambas. Tiene muy poco sentido hablar, en sentido social, de individuos, es decir, de seres humanos que puedan existir o existan como personas con derechos propios y, ante todo, como realizadores de trabajo, salvo en relacién con la sociedad en la que viven y que los conforma hasta en lo mds intimo. Del mismo modo, tampoco existe la sociedad sin que su propio concepto esté mediado por los indiyiduos; pues el proceso por el cual ella se mantiene es, en ultima instancia, el proceso de la vida, el proceso del trabajo, el proceso de produceion y reproduccién, que se mantiene en marcha a través de los individuos socializa- dos. Esto es, en un sentido muy simple y, si ustedes quieren, elemental, un ejemplo de lo que puede caracterizarse como la necesidad de una consideracion dialéctica de la sociedad. Naturalmente, se podria decir que tal concepto requiere, para una justificacion desde el punto de vista de la teoria del conocimiento, algo mas que lo que les he dicho dentro del campo de lo constituido, es decir, dentro del campo de la experiencia social. Pero quisiera en este punto, como excepcion, respetar la division del trabajo, y suponer que una'explicacion del concepto 58 de dialéctica, que yo aqui no les he deducido, sino, mas bien, mostrado, puede ser Ilevada a cabo de un modo suficiente sélo dentro de la filosofia. Es decir que la justificacion de una concepeién que no considera ni a los individuos 0 momentos jndividuales, ni su concepto, como lo que es de un modo verda- dero, sino que ve a ambos polos como mutuamente mediados, una concepcién, por lo tanto, que se aparta de la légiea ingenua habitual, pero que a la vez es decisiva dentro de la disciplina cientifica misma, puede ser llevada a cabo solo por medio de una reflexion filos6fica, que, si la abordara en estas clases, nos ocuparia el-resto del semestre. Y en este caso, ustedes se quejarian justificadamente (o al menos algunos de ustedes) diciendo que se les habia prometido una introduccién a la sociologia y, en realidad, se les da una introduccién a la légica; y yo no quisiera esto, {Bien! Ha quedado claro en el modelo que les he presentado al comienzo de la clase de hoy que el concepto de sociedad puede, de algiin modo, aunque sea indirecto, percibirse o experimen- tarse. Por supuesto (y ahora me dirijo entre ustedes especial- mente a quienes sean cientificistas), tal experiencia es falible, puede basarse en el error, o incluso en meros prejuicios. Las interpretaciones de fendmenos inmediatos de la sociedad (en la medida en quese deshacen de los controles mediadores) tienden acaer muy facilmente en clisés, en aseveraciones estereotipa- das; pero, por otro lado, este concepto de sociedad, tal como les he mostrado en la clase pasada respecto del concepto de inter- cambio, no es indeterminado, sino que puede, si ustedes quie- ren, deducirse a partir de su concepto, en su propia dindmica. La clase pasada les he mostrado también que la sociedad es esencialmente (y especialmente hoy en dia) un concepto dina- mico,y les he sefalado la funcionalidad de la sociedad, es decir, elhecho de que la sociedad es una relacién entre seres humanos ¥ no algo fuera o sobre los seres humanos, ni tampoco algo interno al ser humano, puesto dentro de 61. Ademas de esta determinacién de la dinamica, debe mencionarse otra que yace nel capitalismo, y que el positivismo no toma en cuenta. Esta determinacién no parte, en principio, de la legalidad dinamica, Sino de hechos individuales y, por lo tanto, hasta cierto punto, €staticos, que el positivismo solo posteriormente pone en rela- 59 cién. Este tipo de dinamica a la que deseo referirme no es tomada en cuenta generalmente por la sociologia, la cual contiene, digamos, un capitulo “Dinamica” o “Dindmica social”, del mismo modo que contiene uno llamado “Conflicto social”, o “Control social”, pero no ve que en la naturaleza especifica de la sociedad en la que vivimos (y que, ya sea como estadio o como forma de dominacién, es prototipica de la sociedad en toda la tierra) rige un principio dindmico que consiste, simplemente, en que la sociedad capitalista s6lo puede mantenerse expan- diéndose. Ustedes habran observado (y esto aleanza hasta los epifendmenos de la coyuntura) que la medida parajuzgar el real o supuesto despegue econémico actual es que la economia po- sea ono una tendencia a la expansion, si se expande o no. Y en general puede decirse (esto solamente lo presento aqui; su prueba puede encontrarse en “Economia politica’!) que la economia capitalista, y con ello la sociedad capitalista, en el momento en que se estanca, en el momento en que no se expande, corre el riesgo inmediato de una crisis y, con ello, de su decadencia. En el capitalismo (esta es la ley esencial) lo que es sélo puede mantenerse si se expande y se extiende. De este modo, pueden ver hasta qué punto el concepto de sociedad, si no se parte de un concepto abstracto, sino de lo que ella signifiea en nuestro tiempo, es dindmico. Esto ha sido observado también por la sociologia no orientada hacia la economfa politica, es decir, por la sociologia que pertenece mas bien a la tradicién de Auguste Comte, la cual, como se habra. constatado, se encuentra en total oposicidn al tipo de pensa- miento que pretendo presentarles en estasclases. Ciertamente, esto ha sido observado por Herbert Spencer, cuyo Sistema de Sociologia es una obra trabajosa pero que, a diferencia de la de Comte, contiene un rico material de exdmenes sociales indivi- duales y de conocimiento social (por lo eual, si tienen tiempo para esta trabajosa lectura, se la recomiendo). Yo diria que muchos de los grandes sistemas sociolégicos posteriores (como el de Durkheim mismo, por ejemplo) no pueden ser comprendi- dos sin conocer la obra de Spencer, Spencer define la dinamica de Ja sociedad en un sentido que quiza pueda caracterizarse como un crecimiento de la integracion.®? Y esta tesis de la reciente integracién fue tomada por Durkheim casi textual- 60 mente.** Lo que se quiere decir con esta tesis es solamente que sectores cada vez mas grandes de la sociedad entran en una ¢onexién por la cual resultan mutuamente dependientes, Al hablar la vez pasada de la diferencia entre la sociedad en el sentido de las sociedades de némadas o de recolectores, y “la sociedad” en el sentido moderno, estaba pensando justamente en esto, en que la socializacién, es decir, la red de relaciones entre los seres humanos es cada vez mas apretada. Para decirlo muy claramente: hasta hace unos cincuenta aiios (y elijo a proposite un periodo relativamente breve), si uno iba al campo, en Alemania, la diferencia entre la ciudad y el campo (entre las formas de vida y las formas de sustento de vida) era tan grande, que uno tenia la sensacion de que apenas existia alguna conexién entre ambos. Habfa muchisimos campesinos en el campo y en la provincia que nunca habian estado en una ciudad _ yque miraban a las grandes ciudades, o incluso a las ciudades medianas que habia en su distrito, con un cierto respeto. Conozco la historia de un hombre que se crié en un pueblo cerca de Aschaffenburg, sin haber ido nunca a esta ciudad, y cuyo padre decia: “|Aschaffenburg! {Tengan respeto!” Esto era hace mas de ochenta afios, pero digo: algo asi serfa hoy en dia impensable, porque la red entre laciudad y el eampose hahecho muchisimo mas densa, y no solo por los medios de comunicacién olas modas o cosas de ese tipo, sino simplemente por el proceso €condmico, por ejemplo, por el hecho de que muchas industrias Se desplazaron al campo. Este concepto de integracién, que es extraordinariamente amplio, tiene ademas otras connotaciones muy distintas, de las tuales me gustaria mencionar una, dado que seguramente @parece muy a menudo en muchas discusiones en las que ustedes intervienen. Me refiero al hecho de que, en la primera Bead del siglo pasado (o mas exactamente, el segundo cuarto a peel) existia todavia una clase que, por un lado, efectuaba as ‘abajo social, pero, por otro lado, estaba parcialmente inida de 1a sociedad, no estaba en absolute integrada, y que, i ee estaba totalmente atrapada por la ideologia dominan- if - fecin, por loque se llama industria cultural. Al considerar ‘*Neepto de integracion, entendido como el “hacerse abarca- > ¥ la conformacién racional de unidades cada vez mas 61 grandes, se observa en el concepto de integracién desde un comienzo la tendencia aadaptara los seres humanos al sistema de un modo total y completo, enla medida en que son integrados al mismo, y a conformarlos de acuerdo con la légica de la adaptacion, transformandolosencopias microcésmicas del todo. Esto tampoco ha sido siempre asi. Les habia sefialado anterigrmente que el _concepto de sociedad es di sentido estricto,.de modo tal queno puede ser oni alo individuos ni ala sociedad como un todo. Esto se encuentra muy claramente expresado en la sociologia de Spencer, él cual (y en esto hay algo de cierto en la época en que él escribia, hacia mediados del siglo xx) erefa que al concepto de integracién progresiva le corresponde simultdaneamente, por obra de la division del trabajo, una diferenciacién de la sociedad segin funciones diversas, e incluso, sise me permite, una diferencia- cién de los individuos en si mismos.*4 Quisiera, ya que me estoy refiriendo a estas dos categorias de integracién y diferencia- cién, llamarles la atencién sobre algo que no esta tratado explicitamente en las Digresiones,®*° que probablemente mu- chos de ustedes estén leyendo o hayan leido: la relacién entre integracién y diferenciacién esta sometida a una dindmica. { Bsto quiere decir que una progresiva integracién a través de | una progresiva dominacién racional del proceso del trabajo no | necesariamente lleva a una progresiva diferenciacién, sino que la sociedad (y esto ereo que es un punto de inflexién muy importante frente a la sociedad en nuestros dias) parece, a partir de un cierto punto, desarrollar una tendenciaacontinuar la integracién hasta el extremo, pero, simultaneamente, a ~detener la diferenciacién. La raz6n de esto reside, probable- mente, en ultima instancia, en el proceso del trabajo, es decir, en el hecho de que, debido a una division del trabajo cada vez mayor, los procesos de trabajo resultan tan parecidos entre si, que la supuesta diferenciacién cualitativa producida por la division del trabajo se anula a través desu propia consecuencia (nuevamente un motivo dialéctico). El resultado final es que cualquiera puede hacer cualquier trabajo. En esto se halla un momento infinitamente fructifero, a través del cual la sociedad ensefia su conformacién actual basada en la divisién del traba- jo. En las condiciones actuales se halla a la vez también una 62 desdiferenciacion de la sociedad que posee consecuencias ex- traordinariamente problemdticas para la conciencia de los seres humanos. Con esto les quiero sefialar solamente de qué modo el concepte de sociedad, en sus dos conceptos subordina- dos esenciales, tanto desde el punto de vista sociolégico como econémico, es decir, en los conceptos deintegracion y diferencia- cidn, posee una dialéctica histérica. Quisiera agregar algo, que quiza no sea necesario, pero creo que si lo es, para evitar algunos malentendidos. El énfasis con el cual utilizo el concepto de sociedad puede ser facilmente malentendido en un sentido organicista 0, como se dice en la reaccion cultural alemana, en un sentido totalizador, como silo que yo estuviera diciendo fuera que la sociedad es una suma de elementos, o una aglomeracién de elementos, que es mas que sus elementos. Desde el punto de vista formal, en ladetermina- cidn de la sociedad como una categoria relacional, se halla una cierta analogia que exige, de acuerdo con el método preferido o, mas bien, con el artilugio preferido en la critica a la teoria dialéctica de la sociedad, denunciar a este tipo de sociologia critica, no ya como algo utopista 0 vanguardista (esto ya no ocurre hoy en dia, uno ya estdé muy curtido para eso), sino, por el contrario, como una metafisica superada, ala que cualquier persona progresista y esclarecida deberia renunciar. Me intere- sa que ustedes aprendan a comprender lo que hay detras de este topos, de este artilugio, que uno puede encontrar muy facilmen- tecomo posicién, o al menos que aprendan a verlo oa desconfiar de él, de modo de formarse un juicio auténomo sobre esta cuestién, it La vez pasada intenté mostrarles que el concepto de Sociedad tiene su base objetiva en laesencia conceptual, oen la telacién de abstraccidn dela objetividad social, lacualestadada Straves del intercambio. Con otras palabras: la totalidad en la que Vivimos, y que podemos sentir en cada uno de nuestros soe y de nuestras acciones sociales, no estA determinada por Un vincule mutuo inmediate y abarcador, sino que esta deter- eee por el hecho de que, como ocurre justamente en la 10n abstracta de intercambio, estamos esencialmente se- Parados unos de otros. Se trata de una unidad no sélo de lo *eparado, sino de una unidad que se produce y se constituye, 63 ~~ justamente, a través del mecanismo de separacién y abstrac- ‘cién, Por lo tanto, se trata exactamente de lo opuesto dela idea organicista y totalizadora, tal como tal vez podria aplicarse en una proyeceién retrospectiva a Jos sectores aprarios (en donde, en realidad, esta idea tampoco es aplicable), pero con seguridad no.a los paises altamente industrializados. Para caracterizar el concepto de sociedad, el concepto de sistema 0 de orden hasta cierto punto impuesto abstractamente es mucho mas adecuado que el concepto de totalidad o e] de organismo, sdlo con la yestriecién de que, si hablamos de sistema de la sociedad, nose trata de la sistematizacién de lo observado, sino que este caracter de sistema se halla en la cosa misma. La palabra “alienacion”, utilizada hoy en diaad nauseam, y de la que yo intento desligarme tanto como pueda, interviene, de cualquier modo, en esta cuestion, por lo eual puede ser util mencionarla al menos para mostrar brevemente lo que opino al respecto. Vivimos, efectivamente, en una totalidad que une a los seres huma: ntre si sdlo mediante su alienaci6n. Y al decirles que | ciedad actual esta mediada solamente a través de la individuacién, esto posee también un sentido critico, que no he subrayado suficientemente: justamente a causa del principtum. individuationis 0, con otras palabras, a causa de que en las formas dominantes de la sociedad cada individue busea su ventaja, su beneficio, aferrandose al principio de individuacién, el todo s6lo puede mantenerse vivo yreproducir- ge con un sacrificio indescriptible, Quisiera agregar incluso que \ justamente el hecho de que la totalidad de la sociedad no se mantenga viva solidariamente, como un sujeto social tinico, sino a través de intereses antagénicos de los seres humanos, Ileva a que en esta sociedad racional de intereambio, desde su raiz, constitutivamente, aparezea un aspecto de irracionalidad que en todo momento amenaza con hacerla explotar. Muchas gracias. 64 Clase 6 9 de mayo, 1968 La vez pasada habia sefialado que la sociedad, al mante- | a, no como una totalidad solidaria o un sujeto social | 0, sino a través de los intereses antagénicos de los seres °8 desarrolla en su progresiva racionalizacion tam- rasgos de progresiva irracionalidad. Si quieren ver expre- ' lo en una férmula lo que, desde el punto de vista social, se ende por “dialéctica de la Tustracién”, precisamente éste 3 el momento. Pero quisiera ir un paso mas alld, para abrir el zonte de Ja problematica, y preguntarme si con esta cre- nite integracidn de la sociedad, como fendmeno visible, no se ducen simultaneamente tendencias a la desintegracién en rtos estratos profundos. Me refiero a una desintegracion en entido de que diferentes procesos sociales, ‘se encuen- | fusionados entre sf, pero que, en gran met es divergentes 0 contrapuestos, cada vez ejercen una ‘oposicién, en lugar de mantener aquel momento de ralidad, de relativa indiferencia mutua que habian tenido fases anteriores del desarrollo social. Creo que en situacio- extremas de la sociedad burguesa tardfa, como el fascismo, aparece de un modo muy claro. El fallecido Franz Neu- a en su obra Behemoth ,*7 que considero la descripcién fh Yeconémica mas acertada del fascismo que existe hasta 'a, ha mostrado que en el fascismo esta integracién es algo cial, y que bajo la delgada envoltura del Estado total, se una lucha casi arcaica y andrquica entre los diferentes Sociales. Si esto puede aplicarse también a las socie- ® burguesas tardfas pacificas, si, por ejemplo, en lo que se 65 caracteriza como pluralismo, se esboza algo parecido, si no se esconden también alli tales tendencias a la desintegracion, es una pregunta que no me atrevo a decidir; sélo me interesa llamar la atencién sobre el problema, Yo, personalmente, no me inclinarfa sin mds a hablar aqui de esas tendencias, porque crea que este pluralismo, del cual tanto se habla, en gran medida es ideolégico; es decir, porque creo que la coexistencia de las fuerzas en la realidad esta atrapada y determinada esencialmente por él sistema social dominador en el cual yivimos. En contra del concepto de sociedad se objeta hoy en dia que se trata de un concepto metafisico. Es muy interesante (y llamo la atencién sobre esto, que considero parte importante de la teoria de la ideologia moderna) que a las ideas criticas hoy en dia yanoselasataca,comoantes, diciendo queson disgregadoras oagresivas, 0 algo parecido, sino que se intenta descalificarlas, diciendo que se han quedado atras en el desarrollo, y que todo lo que no es aceptado por la situacién existente es algun tipo de vuelta a la metafisica, doctrina de las esencias, o (como me ha objetado Scheuch) teologia disfrazada."* Sefioras y senores: el hecho de que predomine hoy en dia este tipo de apologética indica eual es la situacién social global en que vivimos. Justa- mente, él potencial de esclarecimiento y de madurez, la posibi- lidad de ser consciente de los acontecimientos sociales, en lugar de aceptarlos de un modo irreflexivo, ha crecido de un modo tal, que ya no es posible convencer con argumentos estancados en el pasado o, de algun modo, restaurativos, y que lo retrasado puede justificarse a si mismo solamente presentandose como lo progresista. Y esto sucede de modo tal, que las corrientes positivistas en sentido amplio, que se aferran alo que esta dado, pueden presentarse como las mas progresistas, justamente porque la posibilidad de trascender lo dado, en vista del poder avasallante de las circunstancias sobre los seres humanos, tiene realmente algo de quimérico. Esto es, por asi decir, la motivacién, el trozo de realidad en que puede apoyarse este esquema de argumentacién. Pero si obseryan de qué modo este tipo de argumentacién se ha endurecido, considerando ahora como pasado de moda, o retrasado, o incluso supersticioso, lo que antes era caracterizado s6lo como ut6pico, 0 como extrema- 66 damente opuesto a la realidad existente, entonces quizas obser- yen esta estrategia con cierta desconfianza. Por lo demas, es interesante destacar (sise me permite una acotacién al margen) que este tipo de pensamiento, tal como aparece hoy en dia en el ambito de la reflexién y la teoria social, ha aparecido anteriormente en el ambito de la estética. Esto se ha producido en aquellas corrientes de, aproximadamente, la década de 1920," que han echado manoa formas ya largamente superadas, preburguesas, pero que, al mismo tiempo, sin nin- guna reflexién objetaban el concepto de progreso como no moderno, operando con conceptos como el de “fin de la moder- nidad”. Y el fascismo mismo tenia también algo de este matiz ideolégico de ser no modernos o antimodernos, y sostener que _ esto es precisamente lo moderno. Esto se ha trasladado a la argumentacidén contra la teoria critica de la sociedad, y su esquema es muy simple; el pensamiento metafisico, precritico ha operado de un modo central con el concepto de esencia, y con la oposicion entre esencia y apariencia; esto ha sido superado porla Iustracién;|a teoria critica opera también con el concepto de esencia (Marx lo ha tomado explicitamente de Hegel), por lo tanto, el pensamiento critico vuelve al estado anterior a la Tlustracién. Espero haberles mostrado en las primeras clases lo que yo entiendo por esencia, y que no se trata de ningtin modo de una idea descabellada, sino de una categoria de mediacién, sin la eual los asi llamados hechos no serian en absoluto lo que son. Y reo que es central que comprendan esta argumentaci6n, para ‘Poder entender la intencién de lo que les estoy exponiendo. Pero, luego de insistir tanto en el problema de la mediacién entre hecho y concepto, entre “fait social” y sociedad, quisiera Senalar que, aun cuando uno parta de la facticidad (cosa que la Mvestigacién empirica hace y debe hacer), en algtin momento _ Who se ve llevado a determinaciones como las que les he Intentado mostrar. Piensen, por ejemplo, en los acontecimien- F tos que han ocurrido en Berlin, luego de que los estudiantes Aicieron Ja demostracién por el atentado a Dutschke, aconteci- Mentos que sélo podemos calificar como un Progrom.®” Si uno _ Feduce estos acontecimientos a la escala local, a la situacién “specifica de Berlin, uno podria, tal vez (repito: tal vez), explicar 67 por qué se han producidojustamente en Berlin de esa forma tan. extrema y no en otro lado. Pero ocurre que, desde el punto de vista de la teoria del conocimiento y de la ciencia, es un problema abismal el de explicar por qué algo no se produce en. tal lugar, sino en otro. Dar pruebas de magnitudes negativas en. ciencias sociales, es decir de la no ocurrencia de fenémenos que deberian ocurrir,es enormemente forzado; y es, por asi decir, una espina clavada de todo pensamiento teérico en ciencias sociales (una espina que no quisiera esconder porque realmente nos suele deseoncertar un poco en nuestra creencia de poder explicarlo todo) el hechode que, post festum, uno puede explicar todo lo imaginable de un modo mas o menos plausible, pero cuando se trata de predecir si un hecho social (aun del tipo mas simple) va a ocurrir primero aqui o en otro lado, normalmente se fracasa [rises]. Uno se podria haber imaginado, a priori, que estos graves disturbios 0 estos acontecimientos tipo Progrom se podrian producir mas bien en otra ciudad, por ejemplo, en alguna ciudad con una atmésfera reaccionaria, y no en Berlin, con su fuerte poblacién obrera y con su fama de ser una ciudad esclarecida, sobria y progresista [risas]. Ustedes ven entonces que después de los hechos es muy facil explicar por qué esto ocurriéjustamente en Berlin, pero de antemanono hubiera sido para nada tan sencillo. Les sefialo esto porque quiero mostrar- les que un concepto que desempefia un papel central en la eoncepcién positivista de la sociologia, a saber, el concepto de prediccion (es decir, que el conocimiento sociolégico debe ser eapaz de predecir algo correctamente) de ningtin modo carece de toda justifieacién. Quisiera, en la medida de lo posible, mostrarles y rescatar también los momentos de verdad en la concepcién opuesta a la que les estoy presentando. No quiero decir con esto en absoluto que la meta de la sociologia consiste en hacer predicciones, porque justamente estas prediccione® son siempre puramente inmanentes al sistema, y ademas, et un plano mds profundo, porque poseen algo de “practicismo”, Y quieren ver a la sociologia comprometida a asumir las tareas que se le encomiendan en cada momento. Pero realmente, s! una teoria no.es capaz también (repito: también) de predeci” algo, entonces esto constituye de hecho una objecién importante contra esa teor{a. Con otras palabras, creo que entre las tareas 68 _ de una teoria critica de la sociedad bien desarrollada deberia estar la aceptacién de elementos predictivos, sélo que purific dos de un practicismo limitado. , Quisiera volver ahora a nuestro ejemplo. Pero antes per- mitaseme intercalar lo siguiente. Puede ser que algun dialéctico estricto entre ustedes me pueda reprochar correctamente el uso de esta categoria del ejemplo. Pero yono puedo aqui presuponer un punto devista dialéctico, y creo que en uncursointroductorio debe estar permitido que uno, en ocasiones, ilustre las abstrac- ciones con ejemplos, de modo que todos puedan entender qué es Jo que esta detras de ellas. De cualquier modo, intento corregir esta falencia de los ejemplos, en la medida de lo posible, utilizando ejemplos que no son irrelevantes, es decir, ejemplos en los que nose pretende demostrar determinados hechos desde el punto de vista légico-cientifico, sino que busco ejemplos que se encuentren en una relacion significativa con la verdadera temAtica, es decir, con la teorfa de la sociedad y el concepto de sociedad. Bueno, esto con respecto al principio de eleccidn de los ejemplos que ya les he presentado y que, todavia en mayor medida, les seguiré presentando. Se pueden dar todas las razenes locales y especificas Posibles de por qué se ha Ilegado a este verdadero Progrom justamente en Berlin, aun cuando, como he dicho, la posibilidad _ de un argumento o fundamentacion opuesia puede ser igual- mente plausible y convincente. Pero pensemos en lo mas convin- cente, es decir, en las proyocaciones que la Prensa Springer durante un largo periodo realizé contra los estudiantes; sin embargo, esta provocacién no habria sido eficaz sino se hubiera “orrespondido con un determinado potencial de los destinata- Mios de esa provocacién. Pues es propio de la sociedad actual (y &sto vale justamente para la asi llamada prensa amarilla) que informaciones se convierten en bienes de consumo, es decir, que in aciones mismas producen, en aquellos a los que “Satisfacci 2 gidas, cierto placer, o mejor, placer sustitutivo, cierta isfaccién sustitutiva. Sin este potencial dé antiintelectua- m0, y sobre todo, de odio contra aquellos que no estan to- mente atrapados por la heteronomia del proceso del trabajo, sel caso de los estudiantes, probablemente esta provoca- m{ue, por lo demas, no puede separarse de motivos comercia- 69 les, no hubiera sido posible en la forma en que se ha dado, Ahora bien, uno se mueve aqui realmente en un plano teérico especu- lativo, y seria importante realizar una investigacién empirica sobre estos importantes problemas. Creo que para entender realmente este fenémeno de la provocacién de la prensa, se deberia llegar aun fenémenoo sindrome que va mucho mas alla, a saber, la problematica del antiintelectualismo. Esta proble- mitiea, a su vez, se-vincula, en ultima instancia, con la separa- cién del trabajo fisico e intelectual, y con el odio de aquellos a los queno les es permitido el trabajo intelectual y-el ocio; odio que, debido alos mecanismos de ocultamiento de la sociedad, no se dirige a las verdaderas causas, sino a aquellos que, real o aparentemente, se benefician de la situacién. Aunque no puedo dejar de sefialar que la idea dominante en grandes sectores de Ja poblacién acerca de la supuesta situacién material privilegia- da de los estudiantes es, en gran medida, un mito [aplausos], Creo también que no seria nada malo que se refutara muy enérgicamente, por medio de pruebas evidentes y seguramente muy faciles de procurar, el argumento una y otra vez repetido de que los estudiantes estan descontentos porque les va demasiado bien. Creo que este clisé, como el clisé de los estudiantes muy bien alimentados, que corren a toda velocidad en sus lujosos autos [risas], no ha contribuido en poco a este odio. No quisiera, por supuesto, subestimar en absoluto las causas espectficas de los acontecimientos de Berlin. No quisiera justifiear nila politica policiaca de las autoridades dela ciudad, ni a la prensa, que ha incitado a todo esto. Lo que quiero destacar es solamente que en este acontecimiento, asi como en muchos otros acontecimientos sociales que pueden ser observa- dos concretamente, sélo en apariencia son concretos. Segura- mente habré muchos entre ustedes que sucumben un poco ante el encanto que posee la palabra “concreto”. Una vez mecontaron. la triste historia de que los nazis, cuando detenian a alguien bajo sospecha de actividad politica y querian saber eudl era SU conviccién, consideraban un indicio de conviccién comunista si lapersona utilizaba demasiado a menudo la palabra “con ereto”. Si piensan, por otro lado, en la importancia que el concepto de lo conereto posee para la sociologia positivista, podran hacers¢ una idea de las peculiares connotaciones afectivas que ha 70 i experimentado este concepto. Probablemente (en esto quisiera ser absolutamente claro), esto ha ocurrido porque nuestro mundo esta tan dominado por regularidades abstractas, y porque las relaciones entre las personas mismas se han vuelto tan abstractas, que lo concreto se ha transformado en una suerte de utop{a (a la cual efectivamente representa), y creemos que, si uno es totalmente conereto, es decir, si nos referimos al hic et nunc, entonces ya la tenemos en el bolsillo, independien- temente de que lo supuestamente concreto, es decir, los hechos, sea en gran medida una expresién de aquel orden abstracto de Telaciones, tal como he intentado demostrarles a través del concepto de sociedad, Esto quiere decir que en la investigacian empirica uno continuamente se ve llevado, en la progresiva reflexi6n, a aque! concepto de contexto social que no solamente esta prohibido por las reglas de juego del empirismo cientificis- | ta, sino que, ademas, contradice aquella representacién I libidinosa de la conerecién, del concepto de lo concreto. Algo muy parecido ocurre, por ejemplo, con las investigaciones | acerca del clima de trabajo (una tarea sin duda legitima dentro | de las metas del trabajo industrial), tal como se realizan | actualmente. Con relativa rapidez resulta evidente que el intento de reducir este clima de trabajo a las circunstancias de Ja fabrica en cuestion tiene siempre algo de insuficiente. Natu- talmente, existen matices y diferencias entre fabrica y fibrica, Dero los presupuestos decisivos se remontan a los acuerdos de paritarias; los acuerdos de paritarias presuponen, asu vez, una Sitnacion de compromiso entre los gremios empresarios y obre- 708, en ultima instancia, presuponen relaciones de poder y, con ello, los problemas estructurales de la sociedad misma, Lo que tntento decir con esto es que no quisiera que, luego de haberles t Tecaleado con cierto énfasis el concepto de sociedad por sobre los hechos, supusieran que existe una ruptura radical entre estas los entidades. Quisiera, en cambio, que tuvieran claro no sla _ Gue es posible, tal como lo diseutimos la vez pasada, percibir los E menos individuales de la sociedad de un modo, en cierto entido, fisonémico, sino ademas, que todas las explicacionesde menos individuales llevan, mucho mas répidamente de lo _ Uno supone, a considerar cosas como la estructura social. “Uisiera lamarles la atencién de un modo drstico sobre algo 71 que quiz pueda quedarles claro: cuando se ejerce una critica dentro de un sistema social existente y, sobre la base de esa critica, se realizan propuestas de mejoramiento de tipo particu- lar, estas propuestas de mejoramiento inevitablemente se to- pan muy pronto con un limite. Ese limite, sise parte puramente de los momentos individuales de la critica, no resulta compren- sible; sélo puede ser comprendido a través del preordenamiento de la sociedad, que es muy sensible a cualquier tipo de cambio, aun a los cambios particulares a través de los cuales se la cuestione, aun en lo mas minimo, Les doy un ejemplo de esto extraido de un campo hoy en dia muy discutido y que creo que es realmente muy importante, a saber, la formacién politica. Cuando se reprocha ala formacién politica su falta de eficacia (sobre esto se han ocupado muy detalladamente los estudios realizados bajo la direccién de Teschner*!), uno s¢ encuentra a menudo con que cuestiones tales como las relaciones politicas, la Ley Fundamental, los partidos politicos, el pluralismo, el papel de las empresas y sindicatos, aparecen tratadas de un modo muy formal, y que el trasfondo de todo esto, es decir, las cuestiones del poder, de la posesién de los medios de produccién y de la riqueza social, no se toman en cuenta en absoluto. Al observar este fenémeno mas detenidamente, uno se encuentra con que en nuestra democra- cia, definida formalmente, se exige que se eduque para esta democracia, pero, simultdaneamente, también que no se toque ningtin tema que pueda introducir el punto de vista particular de algun partido politico. Este tipo de limitacién impide de antemano que puedan tratarse las cuestiones estructurales que deberia tocar una formacién politica. Es decir, el maestro que, por una vez, en lugar de hablarles a los nifios sobre interlocutores sociales, les cuente algo relativo a las contradic- ciones que se encuentran detras, deberd contar inmediatamen- te con una cantidad de padres indignados que enviaran cartas a las autoridades de la escuela donde se dird que el maestro ha hecho propaganda politiea, ha abusado de la ensefianza de la politica para perseguir fines politicos, y cosas parecidas. Como consecuencia de esto, nose atreverd a hacer algo asi nuevamen- te, y se instrumentaran todas las instancias posibles para que no pueda hacerlo. 72 Creo que estos fenémenos en los que los limites inmanen- ' tes al sistema aparecen tan rapidamente, incluso frente a ' modestas mejoras, les muestran muy claramente que, si bien el _ concepto de sociedad no es un hecho, es, sin embargo, algo muy yeal. Me parece que es muy importante esta paradoja, segtin la cual justamente lo no factico, lo que no puede transformarse en percepcién sensible, no posea una realidad menor, sino, por el contrario, una realidad mayor, determinando la vida de los seres humanos mucho mas que los elementos concretos con que nos encontramos de un modo inmediato. Uno llega a conocer esto (y quisiera aqui volver a referirme a la frase de Durkheim que ya les he mencionado varias veces") en el momento de la _ resistencia, en el cual no se puede avanzar mds, cuando, o bien "uno pone la mano en una masa pegajosa o, lo que es mas | probable, se da la cabeza contra la pared. En realidad, este es el modo en que, desde abajo, ascendiendo desde la asi llamada conerecién, uno puede captar aquello que se nos reprocha muy ivianamente como un mero concepto metafisieo. Los fenéme- nos que les he mencionado y muchos otros de la misma categoria _ pueden caracterizarse como fenémenos de la experiencia. Seria como decir: {por qué uno se tiene que dar continuamente contra Japared, cuando intenta practicar la formacién politica de modo tal que el concepto de democracia sea realmente sustancial? ‘Estas constituyen progresivamente experiencias. Y lo mismo ‘Ocurre con los otros ejemplos que les he dado. A mi me parece ue el argumento realmente mas fuerte contra la visién ositivista de la sociedad es que ella, que tanto resalta en su “hombre “empirismo”, “empirismo légico”, el concepto de expe- iencia, sin embargo encadena a la experiencia. Diria que no es ‘fasual que Hegel haya denominado a su primera gran obra lencia de la experiencia de la concieneia”, de la cual, como es Indeido, s6lo desarrolléla primera parte, Ca rerce ae taaes del ‘esptritu, y luego reestructur6 la obra.* Este tipo de experiencia que me estoy refiriendo es, dirfa, canalizada, manejada por Positivismo, pero a través de este manejo se impide que _#Parezca la experiencia. Probablemente, con el concepto de €xpetiencia mismo, que esté muy vinculado con lo concreto a me he referido antes, se da que posee hoy en dia una iportancia normativa tan enorme, porque, por un lado, en el 73 mundo en que vivimos casi no es posible una experiencia genuina, es decir, una experiencia de algo nuevo, de algo no dado previamente, y, por otro lado, porque la ciencia, a través de su reglamentacién, del sistema de reglas que el conocimiento le impone, en el fondo no permite que una experiencia de este tipo se produzca. No dudaria en definir la idea de una doctrina dialéctiea de la sociedad como la reconstitucidn 0, para ser més modesto, el esfuerzo por reconstituir la experiencia que nos es denegada tanto por el sistema social mismo como por las reglas de la ciencia. Llevando las cosas un poco al extremo, se podria decir que lo que intento presentarles aqui es algo asi como log principios de una rebelién dela experiencia contra el empirismo. Debo agregar, sin embargo, una vez mas, que este tipo de experiencia que he intentado ilustrar con mis ejemplos no es una pura elucubracién, sino que esta guiada por problemas, como por ejemplo, el problema de la imposibilidad de una formacién politica realmente accesible. Esta experiencia se nos. impone de modo tal que, si no se la prohibe por completo, no podemos escapar de ella. Por lo tanto, sociedad es experiencia: esto seria, luego de lo que les he dicho, lo que uno encuentra de inmediato y, al mismo. tiempo, lo que une reconoce como la condicién de los aspectos que pueden ser criticados, de los aspectos insuficientes, aun en un sentido llano e inmanente. Pero esto es, entences, lo que impide que esos aspectos sean transformados de un modo real y eficaz. Y, justamente, el peligro del ideal oficial de ciencia es escamotear esta experiencia. Schelsky, en su polémica contra mi, que era claramente una polémica positivista (a pesar de su concepto de una “doctrina trascendental de la sociedad”), se escandalizaba por el concepto de “experiencia no reglamenta- da”, y veia en él, diria que correctamente, el punto clave que s¢ opone al positivismo.™4 Sin embargo, todo depende (y esto es de nuevo una mediacién, no con el empirismo, pero si con los métodos empiricos) de que esta experiencia permanezca en un contacto estrecho con los hechos y no vaya mas alla de un modo arbitrario y superficial. Por lo demas, quisiera senalarles que ocurre algo muy similar en algunas escuelas totalmente dif rentes, como por ejemplo, la escuela fenomenologica del socié- logo estadounidense Schiitz,®® quien se encuentra muy cercan® 74 en sus posiciones teéricas a mi colega de Franefort, Luck- P mann.” Aunque desde un punto de vista totalmente diferente, a saber, desde el punto de vista de Ia lamada experiencia fenomenolégica, también ellos han destacado expresamente esta idea de que la experiencia viva debe prevalecer sobre la experiencia cosificada y endurecida. Como ven, la eritica que les he desarrollado aqui no es un privilegio de Francfort ma que las mismas cuestiones pueden encontrarse en Ponicioned total- mente distintas dentro del pensami iologi ce pi ento sociolégico. Muchas 75 Clase 7 14 de mayo, 1968 Sefioras y sefores: Dado que es sélo una ficcién que ustedes sean principian- tes en la sociologia, quisiera decirles... {silbidos) (Asi Se oye mejor? {Ahora esta mejor? Si, no sé, tal vez alguien pouria. . : Seftor Kulenkampff,” serfa tan amable de ocuparse de esta maquina... Muchas gracias. ,Ahora esta mejor? Bueno, sefor Kulenkampff, podria informar entonces a los técnicos; mien- tras tanto voy a comenzar, aunque sea a los gritos. [risas] Queria decirles algo acerea del problema de la divisién de la sociologia. Aquellos de ustedes que se estan preparando ya para el examen del Diploma o que tengan yaen vista algo por al estilo, habran lefdo que se distingue entre “Sociologia gene- ral” y “Sociologia especial”, Antes de entrar en este problema desde el punto de vista cientifico y de la teoria de la ciencia, quisiera decirles algo precientifico: esta division tiene, en pr ’ cipio, un sentido practico. Este sentido practico es euengur, por un lado, las cuestiones teéricas, fundamentales de la socio- logia, y por otro, los aspectos particulares que, en parte, se relacionan con las téenicas y habilidades que ustedes deben adquirir en las clases de sociologia, en el sentido de la aplicabilidad practica. En esta distincién, naturalmente Had cuestionable, se expresa, hasta cierto punto, el cardcter doble de la sociologia, sobre el cual he llamado ya la atencién: por un lado, la sociologia dirigida a satisfacer los requerimientos practicos, en el sentido de un trabajo socialmente util, y, oe otro, la sociologia que se ocupa realmente de aquello que Be funcionar todo el mecanismo. Deben tener presente (y creo qu 76 es bueno que sepan esto ya desde el comienzo de su carrera de sociologia) que la sociologia no es (tal como, segun la idea tradicional, ocurre con la Jurisprudencia o la medicina) un. euerpo doctrinario cerrado, sino un conglomerado de discipli- nas muy diversas entre si, que fueron creciendo de a poco conjuntamente, luego de tener origenes histéricos totalmente distintos. Todo el campo de lo que hoy se denomina investiga- cion social empirica (del cual hay un buen resumen en el articulo que ha preparado el Instituto de Investigaciones Socia- _ les en su conjunto para el Diccionario de ciencias politicas) se ; desarrollado a partir de lasciencias de las finanzas, especial- _ mente del mercantilismo del siglo xvi, cuando, por primera _ yez, surgié algo asi como la perspectiva de una economia y una a administracién planificadas, la cual requeria I6gicamente una dn general de todas las necesidades, deseos y relaciones " estructurales, dentro de la Poblacion. Por otro lado, lo que hoy “se denomina sociologia tedrica surgié de la filosofia, y el nom- “sociologia”, que, como les dije, no tiene mucho mas de cien ios de antigiiedad y fue creado por Comte,” tiene un cierto isg0 de arbitrariedad. Casi se podria decir que no ha existido ina gran filosofia que no haya tratado, de algun modo, estiones sociales. Y la historia de la filosofia ha sido tan ) Sversa que, por ejemplo, las disciplinas légicas y la teoria del conocimiento han sido consideradas como instrumentos para sarrollar la ética y, con ello, también la teoria dela sociedad, agregar que laética siempre haestado unida acuestiones ales, dado que la étiea, como doctrina acerca de la conducta ta, siempre ha incluido también la conducta social, la lucta de seres humanos unos con otros; aunque es cierto que ardiamente se descubrio que la llamada moral privada, es att, las conductasy normas de conducta de seres individuales Seres individuales, contribuye relativamente poco a las nes decisivas de la ética, por ejemplo, la cuestién de la ‘ia; la cuestién de la justicia de la estructura global no es por la ética privada. Por lo tanto, la sociologia es una bien antigua, y lo nuevo, que se ha producido desde ‘imon y Comte, es, en realidad, sélo un proceso de elpacién, Este proceso ha levado a que la sociologia, aun S partes tedricas (como pueden observar claramente en 77 Comte), se ejerza como una ciencia particular entre otras ciencias particulares. Si esto es una suerte o una desgracia, 0 ambas cosas, es una cuestién que preferiria no tratar ahora. Por lo demas, la cuestién de hasta qué punto la sociologia terica es filosofia ha sido conflictiva desde un comienzo; pues yalos primeros pensadores modernos dela sociedad que pueden caracterizarse como socidlogos, es decir, Saint-Simon y Comte, han efectuado graves objeciones en contra de la filosofia, que estos autores llaman metafisica, todaviaenel sentido dela vieja tradicién del siglo xvi. La actitud de estos pensadores fue, desde un comienzo, antifilosdfica. Y esta actitud tiene una causa social, que es muy curiosa: estos pensadores, que esen- cialmente han sido propagadores o apologistas de la sociedad burguesa, aplicaron a cualquier tipo de actividad intelectual el criterio de la utilidad social 0, como se denomin6 mas tarde, del trabajo preductivo. Y, como criticos de la ideologia, desprecia- ban a todo aque! que hiciera algo imutil. Su caballito de batalla preferido eran los abogados, a los que denunciaban constante- mente como parasitos, y, luego de ellos, los otros chivas expia- torios eran los filésofos, que lo wmico que producian eran burbujas de aire de las cuales la humanidad no obtenia nada en absoluto. Todo el nuevo positivismo tiene su origen en una cierta actitud hacia lo practico, en este rechazo a losocialmente inuitil, a todo lo que no se acredita de un modo inmediato en el proceso de subsistencia de la sociedad. Valdria realmente la pena investigar los origenes sociales especificos del positivismo, es decir, este desprecio por el trabajo inttil en el sentido de una sociedad de intercambio consecuente. Hoy en dia no se dicen estas cosas de un modo tan abierto como en Ja época inocente de sus “padres fundadores”, pero yo tengo la sospecha de que, e0 el fondo, el positivismo no ha cambiado demasiado respecto de esta motivacién. Les decia antes que, en principio, es bueno que tengan en cuenta esta divisién, dentro de su carrera de sociologia; espe cialmente porque quisiera desaconsejarles que, justamente & causa de este practicismo, desprecien las disciplinas particula- res de la sociologia y se concentren exclusivamente en las cuestiones teéricas. Un concepto de teorfa que conciba la teorfa como algo abstracto frente a los aspectos particulares de !a 78 sociedad es, en si mismo, problematico. Pero, por otro lado, y también para justificar mi propio plan para estas clases asi cas, ciertas experiencias que he tenido en los ultimos dias con algunos aspirantes al Diploma me obligan a advertirles que, aun cuando el nucleo de sus intereses sea alguna de las llama. das sociologias particulares, es decir, alguna “sociologia de tal ocual cosa”, su formacién cientifica se verd dafiada si no estan. atentos a los grandes problemas, tal como quizd les habra quedado claro de lo que he discutido en las tiltimas clases acerca de la mediacién universal de todo lo social a través de la sociedad. Dias pasados he examinado a una joven que se habia ocupado muy intensamente del problema de los “grupos peque- fios”. 00 -Va habia trabajado este tema en un puesto docente que tenia en algo asi como una clase practica, y sabia realmente mucho sobre esto. Entonces fui un poco mas alla y le pregunté _ sobre la importancia de los “grupos pequefios” en la sociologia de la industria, en la cual (como tal vez algunos de ustedes ben) este problema ha Ilegado a ser agudo, en conexién con la discusién sobre el taylorismo, es decir, a través del estudio de Mayo.'°! El resultado de este estudio revelé que la productivi- dad del trabajo crecia por medio de la coherencia de pequenos pos “informales”, es decir, no organizados. Delo cual resulté een la organizaci6n social racional se incorporaron, por 1¢s racionales, sectores irracionales, es decir, estas relacio- entre los | grupos. Y también resulté que lasociedad, aparen- ente racional, pero en su conjunto no tan racional, necesita ara su subsistencia sectores irracionales. Para la sociologia a, esto es un hecho extraordinariamente relevante e resante. Luego de que la joven me expuso de un modo muy ito sus conocimientos sobre la sociologia de los “grupos juefios”, le pregunté si en sociologia habia alguna otra cosa mas de Ja sociologia de los “grupos pequefios” [risas]. A lo ime dijo, textualmente: “Si, también hay enfoques acerca de ose pueden conformar mas adecuadamente las relaciones , por ejemplo, la historia dogmatica” [risas]. Laingenui- e esta formulacién es extraordinariamente reveladora, La M quiso obviamente transferir todas las problematicas l6gicas que van mas alla de la aplicacién préetica, al ero de la historia, es decir, a la historia dogmatica. Delo 72 que ella dijo no se podria extraer con toda claridad su intencién, pero lo que estaba detras era algo asi como lo siguiente: “Bueno, ademas hay por alli algunos dinosaurios[risas] que aparecen en Ja historia de la sociologia, y que se han ocupado de lo que se entiende como ‘la organizacién adecuada de la sociedad’ ”, entendiendo esto ultimo en un sentido propio de una institucién paternalista y benevolente, sin tener la menor idea de que la sociologia pudiera tener que ver de un modo esencial con las luchas sociales. Durante el examen intenté con algun esfuerzo llevar la conversacidn hacia la problematica que les he senala- do, es decir, ala funcién de los “grupos pequenos” como comple- mento o contrapunto irracional del mundo del trabajo raciona- lizado} pero evidentemente no pude lograr que ella pudiera ver la eonexién que los Hlamados problemas particulares poseen entre si, Les aclaro, para su tranquilidad, que la joven, de cualquier modo, aprobé el examen [risas], pero creo que ustedes podrdn comprender claramente en este fenémeno que ocuparse de los problemas de la sociologia considerados socialmente titiles sin estar abiertos al horizonte teorico lleva a un estrecha- miento tal, que realmente la funcién que debe cumplir la sociologia hoy en dia, que yo he earacterizado como la funcién formativa de la sociologia, no puede ser satisfecha, Al decirles esto de este modo tan general, les podra parecer algo obvio. Pero si tomo en cuenta la experiencia de los exdmenes, justamente, los de los tiltimos dias, resulta que lo que aparentemente es obvio, en la realidad no es tan obvio. En este amor irreflexivo hacia este tipo de disciplinas particulares, como la sociologia de los grupos pequefios, que, por lo demas, aparece también en conexién con la asistencia social y disciplinas parecidas, se puede reconocer una cierta tendencia (la cual nuevamente se relaciona con determinadas transformaciones sociales y antropolégicas) que no solamente ha sido advertida por los “francfortianos”. También ha sido sefialada, por ejemplo, por Helmut Schelsky y consiste en la tendencia hacia el concre- tismo,!"? es decir, la tendencia hacia una cierta atrofia de la capacidad de elevarse sobre si mismo, de ir conceptualmente mas alla de lo inmediatamente dado. Los seres humanos estan en gran medida fijados a situaciones dadas, en aras de su supervivencia. Esto es aquello que el psicoanalista Nunberg 80 muy bien llam6 la “debilidad del yo”,!°? es decir, que los seres humai en su exeeso de celo por lograr la adaptacién y la reaccién inmediata a situaciones puntuales, no pueden llevar a eabo la conformacién de un yo fijo, que no cambie de situacién en situacién. Por lo demas, esta “debilidad del yo” es un hecho que esta relacionado con problemas de identificacion en la _ infancia, es decir, que tiene una raiz psicolégica profunda. Con _ todo, no entraremos aqui en esta cuestién. De cualquier modo, se puede decir que, en la sociedad actual, para muchos seres _ humanos el yo se ha transformado en una carga tan grande, es decir, pensarde un modo consistente y consecuente provoca una ‘incomodidad tal, que se opta simplemente, como se suele decir, _por “no pensar tonterias”, por considerar que es, en cierto modo, més realista no educar demasiado el yo, segun el viejo refran _ berlinés: “tienes suerte - eres un tonto” [risas], Algo de E a Mamarles la atencién sobre ello. _ Dicho sea de paso (y creo que tal vez no sea inoportuno hacer una referencia al respecto), las cuestiones de la reforma cidlogos), llamé la atencién sobre algo que, segtin me dijeron , constituye un punto de vista novedoso, por lo cual me staria exponerlo en esta clase. En toda esta reforma univer- idas, especialmente en la conciencia de muchos estudiantes, jue en realidad se contradicen; y estos dos puntos de vista se ponden de modo bastante exacto con la dicotom{a de la les he hablado. Por un lado, se trata de un movimiento mente emancipador, que aspira a que el pensamiento no a encadenado, a que la conformacién de una capacidad au- a de juicio se oponga a la eoereién dirigida a lograr la aptacion, tal como la sociedad la ejerce y como la industria de cultura la administra. Estas reflexiones van mds all4 de lo leramente institucional de la universidad, y se transforman en ‘a critica a una sociedad que, al integrar de un modo creciente los individuos, al mismo tiempo les quita sus posibilidades. Lo 81 que para un hombre ya mayor como yo resulta reconfortante en el movimiento estudiantil es comprobar que la suposicién (tal como puede hallarse, por ejemplo, en las utopias negativas de Huxley! o de Orwell'°®) de que esta integracién se producetan facilmente, haciendo que uno viva en un infierno creyendo que es el cielo, no es cierta. En esto se halla algo increfblemente esperanzador, Me permito decirles que esta idea de que una integracidén que sélo perpetue las contradicciones es una apa- riencia que no se puede mantener, que debe explotar, la he analizado detalladamente hace veinte afios en un trabajo sobre Brave New World,\°° que ahora se puede leer en el libro Prismas. Tal vez pueden mirarlo en algin momento. Junto con estas tendencias emancipadoras de la reforma universitaria, emancipadoras no s6lo dentro del ambito cientifico, se puede observar una segunda tendencia que en absoluto se encuentra bien diferenciada de la primera. Dado que se trata de defender larazon y edificar instituciones racionales, esta tendencia pone en el centro de su demanda lo que Horkheimer ha denominado “razon instrumental”,!°7 lo cual lleva, en realidad, a escolarizar Ja universidad, a transformarla en una fabrica de individuos que produzea la mereanceia “fuerza de trabajo” del modo mas racional posible, y que los capacite para vender bien esa mer- eancia. Esta tendencia opera necesariamente a costa de aquel movimiento hacia la autonomia que parece estar detras de tal reforma. Y si me permiten, sin intentar entrometerme en su derecho a la libertad y a tomar decisiones por si mismos, les aconsejaria que reflexionen sobre este caracter doble de esta critica a la universidad y de la reforma universitaria. Incluso diria que las famosas propuestas del Consejo Cientifico!™, por mas que estén motivadas por cuestiones prdcticas como la desproporcién entre las posibilidades personales que ofrece la universidad y la cantidad de estudiantes, en el fondo, se encuen- tra a favor de la nivelacién completa de la universidad a través de la produccién de trabajo util. Estas propuestas pertenecen, por lo tanto, a la tendencia que promueve el mecanismo de adaptacién que justamente se pretende, por otro lado, abolir. Y esta es exactamente la misma dualidad que les he mencionado antes en relacién con el problema de la contradiccion o diver- gencia entre el interés sociolégico de tipo teérico y el interés eP. 82 las disciplinas particulares concretas. Les aconsejo, entonces, si no se enojan conmigo, que reflexionen nuevamente acerca de esta,-casi diria, antinomia del movimiento estudiantil. Pues ocurre, como tantas veces en este tipo de movimientos de protesta, que, por un lado, uno esté insatisfecho de que la universidad no esté suficientemente “streamlined”, es decir, de que como fabrica no funcione bien, y, por otro lado, uno serebela en contra de que funcione como una fabrica, Creo que, en lo que uno tenga para contribuir a la critica a la universidad, deberia diferenciar estos dos aspectos, eintentar determinarlarelacion entre ambos. A favor de cual de ellos yo me inclino, no necesito 5 decirselos. Bueno, ahora quisiera tocar los verdaderos problemas ; relacionados con la division entre “sociologia te6riea” y “socia- _ logia especial”. Visto de este mado, el famoso (ficticio) hamo _ _sociologicus que viene a la universidad seguramente se imagi- nara que, por un lado, esta el conjunto total de la ciencia sociolégica y de las disciplinas sociolégicas que uno debe estu- diar. Luego se subordinarfan (si bien no en un sentido légico) los diferentes campos particulares. De este modo, la “sociologia general”, tal como lo indica su nombre, seria una instancia abstracta superior, algo general que se podria extraer de todas las disciplinas socioldgicas particulares, y que seria como el resultado ultimo que quedaria luego del estudio de esas disci- _ Plinas particulares. Ahora bien, esta idea sugerida por las divisiones dentro de la sociologia es, si se reflexiona seriamen- te, extraordinariamente problematica. Y creo que no ecometo Beer a indistracisn siles digo que yomismo he opuesto mucha Tesistencia contra esta organizacién de la sociologia, °° pero por Tazones practicas, puramente practicas, no he tenido éxito, y, Por otro lado, como suele ocurrir con estos conflictos de intere- Ses, me he sometido también a los fines practicos a los que me he enfrentado, sin que por ello mi posicién al respecto se haya ‘Modificado en lo mas minimo. Creo que les habra resultado claro por qué es problematica esta concepcidn acerca de la | ‘élacién entre “sociologia tedrica” y “especial” o “sociologia | &eneral” y “especial”, a partir de lo que he intentado mostrarles especto de la determinacién del concepto de sociedad, el cual no ‘®©8 un concepto superior abstracto que abarca todo lo que es 83 individualmente algo social, sino que sociedad es (segtin la denominacion de Hegel, que Marx luego adopta) un concepto general concreto;!° es decir, un concepto del cual todo lo individual depende, pero que no ha sido abstraido a partir de lo individual, sino que contiene en’si mismo, como condicién de su propia posibilidad, todos los momentos individuales, tal como son tratados por las diferentes “sociologias especiales”, segdnla division habitual de esta ciencia. Del mismo modo (si ustedes tienen presente que el método sociologico y la sociologia como ciencia no se deben regir por el punto de vista metodologico, sino por su tema, es decir, la sociedad), la “sociologia tedrica” no es algo general abstracto frente a las disciplinas particulares que abarca, sino que se refiere a las legalidades concretas a las cuales la sociedad esta sometida. No quisiera, con todo, quitarles todo valor a determinadas perspectivas particulares comparativas, es decir, abstracciones comparativas. Sélo quiero sostener que este procedimiento comparativo de abstraccién no funciona, si es excluyente. La razon es, simplemente, que las leyes del movimiento del mundo capitalista, que constituyen, en tiltima instancia, el destino, o no-destino, del cual debemos ocuparnos, no son algo general frente a todas las sociedades particulares que estan sometidas aellas, sino que ellas son las legalidades queimperan como algo en si mismo unico, pero al mismo tiempo determinante de todo lo individual. Acerca del problema de la abstraccién compara- tiva, y de lo que puede ofrecer, quisiera mostrarles lo que puede extraerse de este enfoque. Hace algun tiempo, un norteameri- cano senalé en una investigacion,'!! que en muchisimos paises ocurre una cierta divergencia entre el Norte y el Sur, del siguiente tipo: el Norte esta dominado por una moral del trabajo burguesa, es industrializado, normalmente mas rico, mas puri- tano; mientras que en el Sur nadie se queda sin aire trabajando, se vive mds apaciblemente, pero, por otro lado, la situacién es en muchos aspectos mas retrasada y el nivel de vida en general mas bajo. Bien, al ofr esto, ustedes pensardn, dado que segura- mente habran oido algo de la sociologfa de la religién de Max Weber,!” en la distincién entre el medio protestante y ¢l catdlico, tal como se da en gran medida en Alemania. Pero Te curioso es que, aun dentro de paises en los que esta distincio” 84 entre protestantismo y eatolicismo no se produce en absoluto, como Italia, gobierna exactamente la misma diferencia social entre Norte y Sur. En Italia, por ejemplo, hay un Norte alta- mente industrializado, y luego el Mezzogiorno, que, como es sabido, constituye una fuente constante de intranquilidad para Ja repiblica burguesa italiana, porque, justamente, no se ha Jogrado la integracién del Sur, es decir, practicamente de todo Jo que esta al Sur de Roma, especialmente Sicilia. En los Estados Unidos, la relaci6n entre los Estados del Norte y los del Sur es muy similar, aun cuando los Estados del Sur estan determinados, desde el punto de vista de la sociologia de la religién, por sectas protestantes muy rigurosas, por fundamentalistas, es decir, por aquellos que ponen un énfasis extremo en las categorias basicas del protestantismo, como metodistas y bautistas. Sin embargo, alli también se produce la “misma diferencia. Se podria pensar también, por supuesto, en i clima, a muchos se les habra ocurrido, pero dado que, por un ado, el Norte de Italia, la Italia altamente industrializada, esta mucho mas al Sur y posee un clima mucho mas meridional que el Sur de Alemania y Austria, y, al mismo tiempo, muestra los Yasgos propios del Norte, parece que esto no concuerda. Creo ‘que no se ha encontrado todavia una explicacidn satisfactoria _ de este fenémeno, aunque pensaria que este tipo de cosas i ‘pueden explicarse. Quise presentarles este ejemplo, por un __ lado, como unacuriosidad, pero también para mostrarles de qué todo puede aprovecharse muchisimo de la comparacion entre _ diferentes sociedades, tal como la leva a cabo hoy en dia : "especialmente Ja llamada antropologia cultural, la cual compa- Ta civilizaciones llamadas superiores con ciertas costumbres ¥ thitos de pueblos més o menos subdesarrollados, encontrando logias muy llamativas. Del mismo modo, la sociologia no Puede desprenderse totalmente de su relacién con la etnologia Ja antropologia, sélo que no debe considerarse esta relacion omo una clave de estas disciplinas. Ciertamente, no es posible erir de este tipo de coincidencias entre, digamos, determina- rituales propios de civilizaciones tardias y rituales de blos salvajes, una estructura esencial de la sociedad. Por el itrario, poseemos medios cientfficos que nos permiten com- mder estas coincidencias como fenémenos de regresién, es 85 decir, involuciones de las llamadas civilizaciones superiores hacia estadios tempranos. Por otro lado, no es posible concebir la sociedad actual (dado que ella no puede ser ya explicada como una generalidad abstracta) como un conglomerado de todas las sociologias parciales o a partir de ciertas unidades sociales parciales. Muchos de ustedes habran oido alguna vez algo dela institucion del Atlas Social.!™ Existe un atlas social de Hessen, en el cual se muestra con ilustraciones muy bonitas que en tal regién predomina la eria de porcinos, y en tal otra mas bien el cultivo de patatas, y estd también una ciudad como Francfort, que antiguamente ha sido una ciudad comercial, pero que hoy posee un fuerte sector industrial, etc., etc. Representarse so- ciolégicamente el Estado de Hessen, 0 toda Alemania, segiin el modelo de un atlas social de este tipo seria tal vez, en cierto sentido, muy util, Se podria obtener una idea clara, porejemplo, de la distribucién del sector industrial y el sector agrario, locual constituye una perspectiva social que no se debe despreciar en absoluto. Pero creo que no necesito decirles que una adicién de sectores particulares 0 de regiones geograficas y sus estructu- ras sociales no dice nada sociolégicamente esencial, porque, en realidad, existe una conexién funcional entre todo esto, porque la sociedad misma no es un mero agregado de momentos coneretos que se van sumando, sino que la sociedad, como una “totalidad concreta”,!!* es decir, como concepto concreto o gene- ralidad concreta, se documenta en las relaciones de dependen- cia mutua de estas partes particulares, y (algo que me parece todavia mas esencial) porque dentro de los tipos predominantes de socializacién, es decir, dentro de los hechos realmente deter- minantes de la sociedad actual, estos sectores presentados de un modo tan pacifico uno al lado del otro poseen un peso muy diferente, de modo que no se pueden equiparar en cuanto a su relevancia para la sociedad. Muchas gracias. 86

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