Lo que por el nombre aparenta ser una cima montana apta para un nivel
avanzado de alpinismo, no es más que una colina abrupta partida por un
pequeño barranco y con una erosión edáfica bastante pronunciada en la
cara interna que atraviesa dicho barranco.
El nombre de esta colina le viene dado por la forma conica y con aspecto
del pico del ave paseriforme citada.
Este “pico” o colina se encuentra por su lado oeste unos campos con olivos
viejos de la variedad gordal y lucia, pero conserva unas manchas de
matorral mediterráneo que dada la litología del terreno los hacen muy
interesantes y con una diversidad de especies, muchas de ellas endemismos
béticos, muy elevada. Al estar estos suelos constituidos por calizas lavadas
y con un epidedón ocrito que los hace mullidos y con capacidad de
retención de agua se asientan especies mediterráneas de lo que los
botánicos conocen como serie meso mediterránea bética basofila de la
encina (Peonio coriaceae-querceto rotundifoliae S.).
Esta zona se puede considerar con seguridad uno de los puntos de mayor
diversidad del municipio de Illora, y aunque pequeña es poseedora de una
belleza salvaje, escondida al paso del publico, y con una fragosidad
ensalzada con un pequeño arroyo de aguas limpias, que incluye una bonita
cascada oculta entre la vegetación.