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Niño Becerra: la única solución es el

empobrecimiento

El catedrático Santiago Niño Becerra ha vuelto a salir a la palestra, hablando


de la financiación de los ayuntamientos y el estado de sus cuentas. La
solución que da es clara, aunque dura: la única salida es el
empobrecimiento.

En dos artículos en lacartadelabolsa.com (I yII), explica que los


ayuntamientos, después del franquismo, vivieron enormes carencias y se
lanzaron a cubrirlas como vía para mantenerse en sus puestos.

Pero para ello necesitaban fondos, lo que en pleno proceso de


descentralización les hizo mirar hacia el Estado y las autonomías para
buscar dinero "hasta que llegó el boom del ladrillo", señala Becerra.

La opción de la construcción

"Los dineros de la construcción se convirtieron en la solución a un


sin número de temas: permitieron atender los gastos que era complicado
atender, asumir competencias que eran responsabilidad de los Gobiernos
regionales (lo que hicieron en parte porque si no la desatención continuaría,
en parte para obtener y/o mantener votos), y crear nuevos gastos en
parte para dar servicios de los que los municipios carecían, en parte,
como en el caso anterior, para obtener y/o mantener votos", explica.

Niño Becerra destaca que "los ayuntamientos conceptualizaron


ingresos que eran extraordinarios como si fuesen ordinarios, y,
además, dieron por supuesto que esos nuevos ingresos iban a continuar
produciéndose, y a un ritmo creciente, indefinidamente".

En su línea, el catedrático asegura que el estado actual de los


ayuntamientos como consecuencia de estas actividades y del pichazo de la
burbuja inmobiliara es "preocupante en prácticamente todos los casos y
dantesco en muchos, siendo ese estado absolutamente independiente del
color político del partido".
Ante esta situación, sólo hay una salida: el empobrecimiento,
sentencia Niño Becerra. Los ayuntamientos tendrán que reducir sus
gastos porque además, explica, se ha producido otro fenómeno: "el
aumento descomunal e incontrolado de la población inmigrante en muchos
municipios".

Resume la situación de una manera sencilla, "más gastos, aún con


reducciones, y menos ingresos, es decir, carencias y menos pasta para
atender a más".

Aumento de los impuestos

Par atajar la situación Niño Becerra especula con que las entidades locales
tendrán que aumentar los impuestos, "con los que pueden contar, con los
ciertos". Y ahí apunta directamente al IBI, para más adelante preguntarse si
la ciudadanía podrá soportar el incremento y si los políticos tendrán que
llegar a un pacto para incrementarlos.

Además, tomando como ejemplo Cataluña y los recortes que se han


planteado a nivel autonómico, concluye con una previsión más sombría: "La
tendencia del déficit va a ser superior, que los recortes van a ser
mucho mayores, que se van a congelar inversiones ya
comprometidas, que el copago de servicios públicos está a la vuelta
de la esquina, que faltan semanas para que se ponga en marcha
el tramo autonómico del IVA, que el IBI va a aumentar y alguien
acabará diciendo que no: que los impuestos directos no se tocan".

Termina añadiendo que, si esto pasa en Cataluña "que siempre se pone


como referencia económica en España... ¿en qué lugar se halla
realmente la economía española?".

Pobreza relativa – 1
Santiago Niño Becerra - Jueves, 27 de Mayo
Uds. ya han leído aquí que el problema de las regiones españolas es de pobreza
relativa. Por conveniencias políticas se llevó a cabo una descentralización
funcional del Estado entre las distintas regiones del reino sin analizar a fondo la
conveniencia económica de tal proceder ni las posibilidades de supervivencia
financiera del mismo. Los Gobiernos regionales miraron a su alrededor y vieron
carencias a mansalva y la LOFCA se encargó de limar la desviación estándar de
las rentas medias regionales, pero la conveniencia económica continúa por
estudiar y la supervivencia ha pasado, en numerosos casos, a estar vinculada al
endeudamiento y a la dependencia.
Aunque con los ayuntamientos la dinámica ha sido distinta el final es semejante:
angustiosa falta de fondos para cubrir unos gastos ahora inasumibles. (El País del
21 de Marzo publicó un trabajo muy bueno al respecto en sus Págs. 28 y sgtes.).
¿Por qué se ha llegado a esta situación de posible suspensión de pagos
encubierta de numerosos municipios?. La razón, como en el caso de las regiones,
es de pobreza relativa.
Al igual que en su día sucedió con los entres regionales, las autoridades
municipales, tras el fin del Franquismo, independientemente de su color político,
miraron a su alrededor y vieron un montón de carencias históricas, algunas de
libro, y el hambre se unió con las ganas de comer: dar cumplimiento a esas
carencias equivalía a asegurar los puestos políticos, máxime a un nivel concreto
como es un ayuntamiento, y mucho más si ese ayuntamiento es de reducidas
dimensiones y baja población.
Pero para cumplimentar esas carencias se precisaban fondos, y los ingresos
municipales propios eran muy limitados, luego la recepción de fondos externos
desde las regiones a las que esos ayuntamientos pertenecían y desde el Estado
se convirtió en la fuente principal de recursos … hasta que llegó el boom del
ladrillo.
Los dineros de la construcción se convirtieron en LA solución a un sin número de
temas: permitieron atender los gastos que era complicado atender, asumir
competencias que eran responsabilidad de los Gobiernos regionales (lo que
hicieron en parte porque si no la desatención continuaría, en parte para obtener y/o
mantener votos), y crear nuevos gastos en parte para dar servicios de los que los
municipios carecían, en parte, como en el caso anterior, para obtener y/o mantener
votos.
Es decir, cierto es que los ayuntamientos conceptualizaron ingresos que eran
extraordinarios como si fuesen ordinarios, y, además, dieron por supuesto que
esos nuevos ingresos iban a continuar produciéndose, y a un ritmo creciente,
indefinidamente. También es cierto que hubieron voces de aviso: el artículo de El
País hace referencia a un análisis elaborado en el 2007 por en Servicio de
Estudios del BBVA -un organismo nada sospechoso de ser un agente
revolucionario- en el que advertía del tsunami que se estaba formando en las
finanzas municipales, pero nada se hizo porque era mejor no hacer nada ya que
‘España iba bien y más que bien’, y no fuese que la cosas se torciese.
¿Cuál es el estado de la cuestión de las finanzas municipales?, preocupante en
prácticamente todos los casos y dantesco en muchos, siendo ese estado
absolutamente independiente del color político del partido o de los partidos que
gobiernan en los consistorios, es decir, todos los partidos obraron de la misma
manera: estirando mucho más el brazo que la manga y creyendo que iban a poder
continuar haciéndolo indefinidamente. (Evidentemente, a esta ecuación habría que
añadir, para agravarla, las situaciones ‘irregulares’ que en algunos ayuntamientos
se han producido).
¿La salida a este estado de cosas?, simple: el empobrecimiento. Empecemos por
el final, que en innumerables ocasiones, es el sitio bueno para empezar. En
general los ayuntamientos van a tener que reducir o eliminar sus gastos: los
nuevos que comprometieron a la luz del ladrillo, pero también los que eran
responsabilidad de las regiones y que ellos absorbieron, incluso algunos de los
que ya prestaban antes del boom de la construcción, porque además del proceder
descrito, se ha producido otro fenómeno: el aumento descomunal e incontrolado
de la población inmigrante en muchos municipios, y en Cataluña sabemos mucho
de eso: segunda tasa regional europea de población inmigrante. Es decir: más
gastos, aún con reducciones, y menos ingresos, es decir, carencias y menos pasta
para atender a más, pero, ¿qué sucederá cuando en un escenario de desempleo
creciente la población se vuelva hacia sus ayuntamientos demandando servicios
que hasta ahora habían recibido u obtenido por sus propios medios? (algo que, por
otra parte ya está sucediendo).
(Pobreza relativa es la orden y contraorden en relación a la prohibición, anulación
de la prohibición, para que los ayuntamientos se endeuden a partir de ya. La
realidad: municipios con las arcas a cero que consideraron como fijos ingresos que
eran atípicos y que adecuaron compras, deudas, mantenimientos y gastos a ese
albur. La otra realidad: desempleo rampante, expectativas en declive, elecciones a
la vista. La Señora Ministra de Economía tenía razón: hay que adecuar el
presupuesto de gastos al de ingresos; la Señora Salgado escribió ‘no a la deuda’,
pero sin deuda no hay paraíso y la máquina municipal no puede seguir girando. Al
final contraorden, desautorización; para ganar cuatro meses, cuatro días. Pobreza
relativa).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de
Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
Pobreza relativa – y 2
Santiago Niño Becerra - Viernes, 28 de Mayo
Los ayuntamientos tendrán que aumentar los ingresos, al menos procurar que no
caigan más pero aquellos con los que pueden contar, con los ciertos. Pienso en un
incremento espectacular del IBI: las viviendas ya existen; también de otras figuras
fiscales, pero obtener fondos de ahí es más etéreo debido a que dependen de
otros factores, el IBI no. Las preguntas son: ¿podrá la ciudadanía afrontar el
incremento de tributos municipales que, pienso, se le viene encima?, ¿alcanzarán
los partidos un pacto de sangre para defender tal incremento?, ¿qué sucederá con
aquellas gentes que no puedan pagar, no ya el aumento sino los actuales
importes?, ¿tendrán que soportar quienes aún puedan pagar el incremento
contributivo de ellos y de quienes no puedan?.
Menos ingresos que los municipios tendrán que aumentar o, al menos, que evitar
que decrezcan excesivamente, más necesidades aunque menos gastos que
realizar, y una deuda cubierta o encubierta revoloteando sobre el escenario.
Quiero pensar que se empezará por analizar si lo que se gasta se está gastando
bien y que los ingresos y sus posibles búsquedas de aumento se adaptarán a ese
análisis. Criticar ahora es muy fácil, pero en su momento quienes pudieron haber
puesto coto a ‘aquello’ no movieron un dedo: ‘todo iba bien’.
Las crisis, sobre todo las sistémicas, tienen efectos colaterales. La situación de
postración económica de los ayuntamientos españoles es uno de ellos.
A nivel regional tomemos un ejemplo: Cataluña. Tal vez al Dr. Antoni Castells,
Consejero de Economía de la Generalitat de Catalunya pueda acusársele de
muchas cosas, pero no de impulsivo, ni de hablar por hablar. El pasado Martes 18
expuso sus planes para llegar a lo siguiente: pasar de un déficit previsto en
Cataluña del 3,25% en el 2010 a otro del 1,10% en el 2013.
Para lograrlo su idea es recortar gastos en 3.500 millones (es como si a nivel de
España las regiones, sólo las regiones, recortasen casi 19.000 millones -¿lo
harán?-, y si, además de lo que va recortar el Estado) incluyendo los apartados de
sanidad y educación, e incluyendo los aspectos concertados (de momento salarios
aunque dejando la puerta abierta servicios ya comprometidos) y posponiendo
inversiones. Por el lado de los ingresos subir ‘los impuestos de los pisos’: TP y
AJD.
Pienso que la tendencia del déficit del 2010 va a ser superior, que los recortes van
a ser mucho mayores, que se van a congelar inversiones ya comprometidas, que
el copago de servicios públicos está a la vuelta de la esquina, que faltan semanas
para que se ponga en marcha el ‘tramo autonómico del IVA’, que el IBI va a
aumentar y alguien acabará diciendo que no: que los impuestos directos no se
tocan.
Yo me hago una reflexión: si eso pasa en Cataluña que siempre se pone como
referencia económica en España, si esas cosas están sucediendo en una región
que genera el 18,7% del PIB reino teniendo en cuenta la balanza fiscal catalana es
negativa, ¿en qué lugar se halla realmente la economía española?.
Como apunte final: ¿se han dado cuenta de que desde hace casi dos años nadie,
nadie, habla de los fondos europeos que ya hemos, prácticamente, perdido?.
Cuando ‘España iba bien’ se calculó que esos fondos representaban el 0,9% del
PIB español. Me pregunto si todos aquellos que elaboran previsiones sobre la
marcha de la economía española han introducido en las mismas la pérdida,
añadida, que eso va a representar.
(Vayan por delante dos apuntes: 1) hace un par de meses, antes de que
concluyese el campeonato de la Primera División de Liga, ya comenté la distancia
existente entre los dos primeros clasificados y el resto, y 2) por el football no siento
si afición ni pasión. A partir de aquí el hecho: entre los dos primeros clubs
españoles y el resto de la Primera División existe una creciente distancia por una
razón muy, muy simple: porque la capacidad de generar cash flow de esos dos
primeros es muy superior.
¿Verdad que nadie encontraría escandaloso que entre las dos principales
comercializadoras de productos fitosanitarios de un país y el resto de esas
compañías existiese una considerable distancia?, pues, ¿por qué se rasgan las
vestiduras por un hecho idéntico que se da en el balompié?. El presupuesto medio
de los dos primeros clasificados de la Liga española es el 258% superior al
presupuesto medio de los dos segundos, ¿la razón?, son capaces de atraer más
negocio, tienen una capacidad de endeudamiento superior y brindan una mayor
confianza para que les presten, luego generan más ingresos. Es un círculo que se
realimenta a si mismo.
¿Cuál es el problema?, pues que, entiendo, hoy gustaría que el football fuese otra
cosa para generar ilusión a todo el mundo, es decir, como para bastantes
supporters españoles pocas son las expectativas económico-sociales que pueden
esperar en los próximos años, que tengan alguna en el terreno futbolístico, pero
claro difícil será eso si los clubs que han quedado clasificados por detrás del
segundo no generan más cash flow. Quienes, por interés, quisieran ver el football
de otra manera se equivocan: hace años el football se convirtió en un negocio.
Mientras ‘España fue bien’ tanto dio porque si fallaba el balompié quedaban otras
cosas, por ejemplo, ir de compras, pero ahora que lo segundo se ha puesto muy
imposible, hay que incentivar lo primero.
La otra cara de la moneda: la deuda. Los clubs de la Primera División española,
¿cuántos de estos soportarían una auditoría como las que tiene que soportar una
compañía que fabrique caramelos de menta y solicite un crédito para llevar a
término una inversión?. ‘Es que el mundo del football es diferente’, dice el del
fondo. Sólo por que así se ha querido, sólo porque así ha convenido. El País del
26.05.2010 publicó en sus Págs. 34 y 35 un artículo que ayuda a reflexionar sobre
este universo del balón: muy recomendable).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de
Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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