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María Bjerg & Roxana Boixadós

TENDENCIAS EN LA HISTORIA DE LA FAMILIA EN ARGENTINA


FAMILIA: creciente y sostenido interés como tema en los últimos veinte años. Una producción académica que
muestra un conjunto variado de preocupaciones originadas desde diferentes disciplinas (ciencias sociales y
humanidades). Familia, no sólo como objeto específico de estudio, sino también como vía de entrada para iluminar
problemas de diverso tipo. Ambas aproximaciones revierten en una miscelánea de resultados, difíciles de integrar en
un panorama comprensivo.
El libro de José Luis Moreno Historia de la Familia en el Río de la Plata, es el primer marco general de referencia
sobre el tema. Una lectura atenta de la obra motiva una serie de reflexiones de las que, la más inmediata, es la de si
la familia puede ser concebida como un campo de investigación con una trayectoria que de cuenta de su desarrollo,
o si más bien ha tenido un derrotero todavía escueto. Se advierte que aún resta una buena porción de espacio sobre el
que el mapa debe ser dibujado y una amplia variedad de temas sobre los que la historia de la familia parece
permanecer en estado embrionario.

Entre las líneas de investigación mejor trazadas la ilegitimidad ocupa un lugar bien definido. La ilegitimidad como
problema reconoce antecedentes en los contextos coloniales latinoamericanos. En ellos, ha sido estudiada en
relación con la matriz de formación de la familia hispano colonial, con el mestizaje y con la constitución de la
sociedad de castas. En las sociedades del noroeste argentino los estudios sobre la ilegitimidad en varias
jurisdicciones revelan su estrecha relación con el mestizaje socioétnico, proceso que desdibujaba los límites de las
clasificaciones basadas en la valoración social del color y que estaban igualmente asociados al proceso de movilidad
social. También la ilegitimidad ha sido considerada como una variable que permite explorar las pautas de unión
consensual de la sociedad indígena o amancebamiento, que mantenían su vigencia a pesar de la imposición del
matrimonio legítimo.
La estrecha asociación entre ilegitimidad y mestizaje explica en buena medida la existencia de diversas formas
familiares en el tiempo y el espacio y su mutua interrelación. Ambas son variables que cruzan en sentido vertical la
estructuración de la sociedad de castas, afectando de manera desigual a sus componentes socioétnicos y
traduciéndose en un mosaico de formas de organización familiar a menudo difíciles de diferenciar con precisión. Se
advierte que a pesar de que la ilegitimidad y el mestizaje se presentan como dos problemas imbricados en la realidad
social colonial, es preciso deslindar ambas cuestiones para poder comprender las modalidades que asumían las
familias y sus relaciones entre sí.
Cuando se analiza la ilegitimidad desde la perspectiva de la reproducción familiar, se encuentra que, en los sectores
de elite, los ilegítimos si bien no recibían la herencia patrimonial, si podían recibir donaciones, llamadas intervivos,
que mejoraban su situación marginalizada. Esto, sumado a veces a la ventaja de poder poseer el apellido del
progenitor ubicaba a estos personajes en espacios socialmente ambiguos. En los sectores más pobres la condición de
ilegitimidad pierde esta específica significación.
Otro problema, complementario del anterior es el del carácter variado que asumían las uniones no consagradas por
la Iglesia, algunas veces pasajeras, y otras pasibles de ser consideradas como uniones consensuales estables
(amancebamiento). La ilegitimidad es una consecuencia del carácter que asumían las uniones de las parejas y no
parece afectar de manera decisiva a las relaciones inter e intrafamiliares.

En el Río de la Plata el escenario que los historiadores han privilegiado ha sido el de la campaña de Buenos Aires en
la etapa tardocolonial y durante la etapa de la frontera, un período que se cierra con la conquista de los territorios
indígenas y con la llegada masiva de los inmigrantes europeos. Se abordaron los problemas de los patrones de
sexualidad y de los comportamientos patrimoniales y familiares, concluyendo que hombres y mujeres prescindieron
de rituales como el cortejo, los esponsales y el matrimonio, dando lugar a la emergencia de un modelo de familia
caracterizado por la profusión de las uniones de hecho y el alto índice de ilegitimidad. Relaciones entre los sexos
organizadas en torno a vínculos y compromisos laxos y a cierta liberalidad en las formas y las prácticas.
El problema de la ilegitimidad, asociado con el concubinato y el mestizaje, ha sido tratado de manera dispar en las
dos grandes áreas que concentran el mayor número de trabajos. Por un lado, las sociedades del noroeste argentino,
donde podría decirse que la ilegitimidad se encuentra “dentro” de la sociedad, formando parte indisoluble de la
misma, al igual que ocurre en la configuración de la sociedad colonial del área andina. Por otro, la región del Río de
la Plata que se configura con nitidez a partir de la creación del virreinato, donde la ilegitimidad se revela con mayor
visibilidad en los límites de una sociedad de frontera en expansión, caracterizada por una intensa movilidad y por
conflictos intermitentes con los indígenas. Para la primera región los estudios se concentran en el período colonial
(siglos XVII-XVIII), mientras que para la segunda lo hacen en la etapa tardocolonial y el siglo XIX, lo que genera
una clara discontinuidad en el tratamiento del problema, un mismo fenómeno que ha sido abordado a través de
prismas diferentes. Tal vez sea un desafío intentar encuadrar el problema de la ilegitimidad y su relación con la
familia en una escala de análisis más amplia que, prescindiendo de las particularidades de cada región y sus
contextos, permita aprehender el problema desde una formulación más general, integrando los avances ya realizados
y superando la discontinuidad.
El problema de la ilegitimidad presenta dos aspectos interesantes, uno demográfico (relación entre ilegitimidad y
fecundidad general de la población), y el otro sociocultural (relación de poder entre los sexos, grado de control
social de las costumbres, influencia de la Iglesia y los valores religiosos en la configuración de las familias, etc.). En
la bibliografía relativa al noroeste existe una tendencia a combinar ambos aspectos, ya que las fuentes existentes
permiten una aproximación multidimensional al fenómeno. En cambio, en el caso de la frontera pampeana el
concubinato y la bastardía han sido estudiados mayormente desde la perspectiva demográfica. En los escasos
abordajes desde lo cultural, se da un énfasis en la ilegitimidad como una constante que atraviesa la organización
familiar de la frontera pampeana sin colocarla en el panorama más amplio de la multiplicidad de relaciones de
familia que se entretejían en un contexto multiétnico en el que convivían actores, roles y prácticas muy
heterogéneas. La provisoriedad que atravesaba la experiencia de vivir en la frontera fue resuelta con patrones
sexuales y familiares diferentes por los moradores de la zona. Esa multiplicidad de formas que emergen de la
hibridación habría creado una sociedad intermedia con una lógica propia. Es necesario tener en cuenta que a pesar
de los modelos que los procesos de conquista y poblamiento impusieron en diferentes contextos, las investigaciones
muestran que estos no suplantaron a los otros, sino que la adaptación generó formas híbridas y cambiantes en las que
los elementos se combinaron de manera diversa y no siempre armónica. Por el contrario, los conflictos constituyen
uno de los hilos conductores para desvendar esta compleja madeja de tradiciones culturales.

Otro ángulo desde el que los investigadores han mirado el tema es el de la transmisión patrimonial, la
reproducción y las transformaciones de las familias en el paso de una generación a la siguiente. Los estudios
sobre sistemas sucesorios han partido de una concepción de “familia legítimamente constituida”, o sea sin tener en
cuenta la ilegitimidad. Esta línea de investigación tiene una variedad bastante amplia y ha dado lugar a un número
bastante amplio de trabajos, como por ejemplo la obra de Beatriz Bragoni. Las familias de elite porteña y los
estancieros y productores rurales de la campaña de Buenos Aires en los siglos XVIII-XIX han sido uno de los
sectores sociales elegidos para analizar las formas de reproducción de la familia.
En el caso del mundo rural el estudio de la reproducción familiar se ha enmarcado en el problema más amplio de la
expansión territorial, el desplazamiento de la frontera y la ocupación de nuevas tierras, y en el siglo XIX tardío y
principios del siglo XX en relación con los interrogantes de la historia rural sobre las formas sociales del capitalismo
agrario, la fragmentación o estabilidad de la propiedad territorial.

Aunque ligada a la transmisión del patrimonio es posible imaginar la existencia de conflictos latentes o canalizados
a través de estrategias de compensación y de la socialización de los miembros de la familia en cierta moral familiar
que dejaba escaso margen a eventuales disputas entre los herederos. ¿Es posible pensar que las familias de la elite
hayan logrado a lo largo del tiempo capitalizar esas experiencias negativas afinando prácticas y estrategias que
tendían cada vez más a neutralizar los grandes conflictos familiares? El conflicto también parece ser el
denominador común de los estudios de familia de los sectores populares. Utilizando casi exclusivamente
documentos judiciales, el escenario y el tiempo privilegiado por la mayoría de los trabajos han sido la ciudad y la
campaña de Buenos Aires en la etapa tardocolonial y el siglo XIX. El panorama de querellas y disputas que tomaban
estado público en los estrados de la justicia sugiere que a medida que fue creciendo la población se multiplicaron
los conflictos familiares. Más allá de ello, un problema que queda aun pendiente es el de la comparación hacia atrás
y hacia delante den el tiempo para confrontar el peso y la representatividad del problema de la conflictividad entre
las familias decimonónicas. Las fuentes que nos podrían proveer de una mirada alternativa o complementaria son
raras en el acervo documental disponible en la Argentina. Cartas, memorias y diarios íntimos son escasas en una
sociedad en la que buena parte de la gente no había sido alcanzada por la alfabetización. Sin embargo, aunque raras,
esta clase de fuentes existen y han empezado a ser trabajadas en los últimos años.

Es posible que a través de la exploración de nuevos caminos en busca de fuentes alternativas y realizando una
relectura de otras, estemos en condiciones de construir una imagen más amplia y compleja que la que n os brindan
las fuentes judiciales del peso de los conflictos en la vida cotidiana de la familia, sin dejar de considerar la
incidencia que los factores socioeconómicos y las tradiciones culturales que toman cuerpo en las diferentes
configuraciones regionales tuvieron sobre ella.

[María Bjerg – Roxana Boixadós, “Tendencias en la historia de la familia en Argentina”, en María Bjerg-
Roxana Boixadós (Compiladores) La familia. Campo de investigación interdisciplinario. Teorías, métodos y
fuentes; Buenos Aires, Universidad nacional de Quilmes, 2004, pp. 171-186]

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