deseosos de reconciliarse con la Iglesia hacan de sus errores en presencia de todo el pueblo.
Imponaseles una penitencia mdica.
7. Los herejes contumaces eran condenados a reclusin temporal o vitalicia, confiscacin de
bienes en favor del Estado y relajacin al brazo secular.
Esta ltima pena llevaba consigo el suplicio de la hoguera y no se aplicaba sino a herejes
relapsos, esto es, a los que haban vuelto a caer en hereja despus de haberla abjurado
pblicamente, despus de la segunda abjuracin. El reo era sacado del templo y entregado a los
oficiales civiles; dbasele una noche para que pudiera arrepentirse. Si ante la hoguera abjuraba,
era restituido al tribunal eclesistico y escapaba de la muerte.
8. La Inquisicin no se estableci en toda la Cristiandad. Abarc permanentemente Flandes,
Bohemia, Aragn, Francia, Dos Sicilias, Npoles, Roma, Florencia, Venecia, Alemania, Castilla y
Portugal.
En Francia ces su influencia despus del cisma de Occidente y sus atribuciones pasaron al
Parlamento.
491. - IV. Juicio sobre la Inquisicin eclesistica.
1. El origen fu conveniente para defender la fe y en bien de los mismos culpables, que
hallaban en los tribunales eclesisticos ms amparo, equidad y alivio que en los tribunales
civiles.
2. El rigor del proceso y de las penas ha de apreciarse teniendo en cuenta:
a) Los crmenes y devastaciones de los Ctaros, que ponan en peligro el orden social. Cuando
el Papado abati a los Ctaros, su victoria fu la del buen sentido y la de la razn (SABATIER,
racionalista). (1)
b) Los procedimientos vigentes entonces en los tribunales civiles, ms rigorosos que los de la
Inquisicin, la cual adems poco a poco los fu suavizando.
3. Existieron abusos; v. gr., en los procesos contra algunos templarios, contra Santa Juana de
Arco, etc.; pero los Papas los condenaron siempre y rehabilitaron la memoria de las vctimas.