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Boletin de Lecturas Sociales y Econémicas « UCA + FCSE. Afiod » NIB CONSECUENCIA NO DESEADA DE LA CAIDA DEL MARXISMO POR FRANCISCO ARIAS PELERANO 1 contexto histérico del nacimiento del marxismo y del capitalismo in- dustrial. Durante milenios el hombre bas6 su Jeneem Ge puslawsin priate ce Bivwos on, ta otarete Proveniente de su fuerza muscular, la que le prestaban algunos fendmenos de naturaleza, tales como la fuerza del viento y la caida del agua, y, finalmente, la emer- ‘gente de los animales domesticado, “Tenfa para comer y vestirse muy dusteramente co- bijado en una vivienda relativamente precaria, La forma social que correspond a este esauema productive era la esclavitud, que cuando mas se exten fa més aumentaba el nivel de vida de los ciudadanos libres. Es pur cov que Tas gusssas cxau fundamentalmente ‘motivadas por Ja apetencia de importar, gratuitamente, on el triunfo, nuevas fuerzasproductivas que mejora- ran el consumo del vencedor. Pero este sistema esclavista comenz6 a perder fuerza cuando, segin Plutarco citado por Sampay, i- mumpe la “rebelién servil”, impulsada por la toma de ceonciencia por pane de fox eseclavos de que eran una BOLETIN DE LECTURAS SOCIALES YECONOMICAS PAG. 7 = ap Boletin de Lecturas Sociales y Econémicas UCA « FCSE. Afio4 » NIG imponente mayoria explotados por una minorfa_y, ademds. nor el mensaie cristiano que recnrdaha que to- dos los hombres son iguales y creacién amorasa de Dios. La difusin-de esta ereencia desafla entonces, la imoginacién del lhomlue, yuc vomionze a tater Ue resolver el problema que representaba la. abolicién de la esclavitud como columna vertebral del aparato produc- tivo apelando a nuevas fuentes de energfa, que de aqui cen adelante surgirdn de 1a naturaleza, como consecuen- cia de una investigaciOn y una tecnologia para el mo- ‘mento asombrosas. Ta naciente clase hurguesa que habfa eamenzacte ‘su ascenso por Ta via del desarrollo comercial que irrurnpe luego de tas Cruzadas, comtinda y se consolida al inaugarar un revolucionario proceso manufactureso basady en cf maquinisino, woultente de la inveotigevion y la tecnologfa antes citada. Este proceso, por un lado, genera desocupacién y por el otro encubre una nueva y terible forma de escla- vitud, Ante ta desocupacion, la reaccién de los trabaj dores que se ven suplantados por las méquinas consiste cen Ia ahsurda nero comprensihte.actitu dle destruitas, Jo que termina en un fracaso, ‘Ante las nuevas formas de servilismo, que supone Ja abolicién del trabajo a domicilio y el amontona- micato va infernales naves de fébrica ny seaccionain simplemente, por temor a perder esa forma miserable de trabajo. Se elabora una cinica teorta filoséfico-potitica que anuncia fa “buena nueva” de ta igualdad de tos hombres, con la exaltacién de una condicién inminente- mente humana, la libertad. ‘Traducido af terreno de los hechos ello significaha que el opulento patrén era exactamente igual al misero obrero. y que éste era tan libre como aque! de aceptar sus condiciones de tfabajo, todo en un ambiente de fra- temnidad. ‘La cruel verdad era que e! hombre con hambre, 1 y su familia, nies igual al patrén ni tiene ninguna libertad, pues o trabaja como se fe ordena, o muerte. ‘En cuanto a la fraternidad, asi concebida, tgnora las consecuencias del pecado original que si bien no transforma en todos los casos al “hombre en lobo para el homhre. en camhio lo ennstimye coma sn ser soli« citado por el mal que tiene que hacer a veces tremendos, esfuerzos para operar éticamente La realidad historica objetiva muestra que la primers Revulucién Iudusuiel aacvida of sigly pasaly se desarrollé a través de un genocidio mucho més PAG. 78 importante y brutal que los ocurridos antes en Ia historia del cer humana Miles y miles de hombres, de todas las edades, mujeres y nifios, sometidos a jommadas de trabajo interminables, sin descansos, en condiciones sanitarias frvuuises, con salatlvs desprechiles, tmacimadus en viviendas ldgubres, con altos niveles de enfermedad y mortalidad infantil, marginados de Ia cultura més elemental, victimas de la corrupeién més generalizada, son la expresién de ese siglo. Dickens es el gran escritor de la época que reproduce los hechos con mis fidelidad, sin retacear nada de sete espectécula digna del infieena danteeca. Para completar el respaldo filos6fico del esque- ‘ma, Ja bésqueda de Ya felicidad, que habia que lograr aguf y ahora y que consistfa.en el éxito material, se etanticaba «lus capaees que hnubieran superady una Competencia exigente pero formalmente libre, sabia- mente scleccionadora, que se transformaba en el dedo de Dios pera sefialar a los mejores de la especie. Ta apariclin del marxiemo, Esta doctrina que aparece en medio de la Revo- Juvigu Tnduotsial icitcta ta pustut titesal sexi ta Hua el Paraiso es posible en'la tierra, pero a diferencia de ta concepcién burguesa proclama que no es sélo para selectos sino para todos. La condicién para lograr esta democratizacién absoluta de la felicidad es que hay que terminar com fa explotacién del proletariado, instrumentada a través de la exaccién de le plusvalfa. que sélo sirve para capitalizar a las minorfas burguesas a costa del hambee de los obreros, para lo cual el nico remedio consiste en suprimir la propiedad privada de los medios sociali zindolos al servicio de la comunidad toda. Es més, pretende demostrarcientificamente que la actividad econémica capitalist necesariamente va com- centrando Ia rigueza en cada vez menos manos, 582m por Ia cual va a ser muy sencitio exproplar a Tos que A nalmente serén unos pocos. Esta tesis, con Ja secularizacién del Parafso y del Mesias, cuyo papel lo desempefarfan las vanguardias proletarias, y el retorno a la situacién previa al pecado ‘original, superando el mal del mundo y la conducta anti- social del hombre creadas por la burguesfa explotadora, fee iny que camienza a expandirse velormente en el panorama de los trabajadores hasta entonces desespe- rados. BOLETIN. DE LECTURAS SOCIALES ¥ ECONOMICAS Cae eae ‘Més atin, comienza una idealizacién y una aiu- témtica sublimaciOn de la violencia impulsada por el anarquismo, como guerra santa para liberar a los explo- tados, eredndove adomés concionaia de que ve hace im prescindible que las grandes mayorfas obreras se asocien para poner limites a la prepotencia de las minorfas >burguesas dominantes (“Proletarios del Mundo Unios”).. Las majestuosidad de “La Internacional” es un simbolo de esta nueva religién que convoca a despo- sefdos dispuestos a realizar los mayores sacrificios, hasta In vida misma, para liberar a los pobres del mundo. La lucha adguiere todos los tonos, desde la organizacién de los sindicatos, al comienzo declarados ilegales, hasta acciones revolucionarias puntuales pasan- {00 por El hecho mds Coun, v 9ca, la lvelga, tanto pas cial como general. Los mértires de Chicago, la Semana Tragica espa- fiola, Ia Huelsa de Vassena en la Argentina, la Revolu- cidn de 1905 en Rusia son, entre tantos, algunos episo- dios que caracterizaron una reaceidn previsible ante una explotacién objetivamente ciertaindependientemente de lec interprotacionee ideolégicae qua. protendiernn explicarla. La Iglesia Catélica también reacciona a favor de los obreros a través de Ias grandes Encfclicas que con- denan a 10s pianteos tedricds que respaldan ta eaylont- ci6n, tales como “Inmortale Dei” y “Libertas” y més concretamente la “Rerum Novarum, en 1890, “Quadra- esimno” en 1930 v la “Centesimus” en 1990. "Aparecen a la vez los Partidos clasistas comen- zando por el Comunismo, de carécter revolucionario, y siguiendo por los reformistas, todos con el apoyo del invrimiento obrero organizado a travée do loo Si que muchas veces condicionaban la plataforma doctri- naria en las competencias de la democracia burguesa, La reaceién burguesa. Marx y Engels en el parrafo 16 del Manifiesto fueron los primeros que piblicamente reconocieron la intcligencia on au momento profundamente revolucio- naria de la burguesta, y los marxistas los primeros en equivocarse cuando en la capitalismo en 1930 supusieron que ello iba a signifiear el comienzo del fin del regimen iMberal-burgues. La equivocacién, tal como o explica Zampetti, fue consecuencia de creer que el régimen estaba preso de. su propia tenrfa. por lo que catecsa de la suficiente plasticidad para adecuarse a hechos nuevos. No fue asf, porque en ese momento no vacilaron en traicionar todo lo que habfan predicado, impulsando tun Estado profundamente intervencionista a los efectos do protoger cue intereces En el caso de las reacciones obreras ante ta primera Revolucién Industrial también operaron con Ia ‘misma sabidurfa plastica ‘Asi, Isismarck Se reune secreamente diez veces con el revolucionario Ferdinando Lassalle, quien en representacidn de los sindicatos se obliga a postergar los reclamos obreros hasta que aguél instaure Ia industria pesada alemana. ‘Luego, Alemania pasa a tener la legislaci6n social mis avanzada de Europa. T. Roosevelt declara legales a le mayorta de los buclges © incluso intervione pars que se acepten las demandas obreras. En Inglaterra, ya a fin de siglo se permite la aparicién de un Partido Clasista, Laborista. En todas las naciones desarroliagas as organizaciones obreras logran conquistas impresio- nantes que cambian sustancialmente las condiciones de trabajo del obrern industrial, lo que se completa con una ‘maniobra brillante que consist, en trastadar, sin tener en cuenta los condicionamientos témporo-espaciales, las ‘dticas de lucha reivindicativas de los pafses centrales a tes navivues mtarginada. ‘Con esto tiltimo se logra que se consolide esa mar- ginalidad, por la sencilla razén de que el reparto de riqueza no se puede dar donde Ia hay escasa, con lo cual se asegura la dependencia. ‘Con esta maniobra global, mejoramiento sustan- cial de las condiciones de vida de los obreros, se logra feccapar del riesga de Ia revalicién proletarian que sAla sucede cuando hay estémagos vacfos, neutralizéndose asi la amenaza marxista. De todas maneras convengamos que la propuesta pica comunista reval lnypulsora de un 1¢giuven 90 cial més justo, aunque su objetivo no era ese sino el de. hacer voiar en pedazos el régimen burgués que ahora, ex cambio, paraddjicamente, sale fortalecido; no obstamte Jas sustanciales mejoras que hubo de conceder pagando- como una especie de seguro para garantizarse la viabilidad del sistema. El derrumbe marxista y sus consecuencias. E] marxismo soviético, que transforma casi de Ta noche a la mafiana a la ex URSS de pafs agricola atrasado, a nacién industrial, segunda en el ranking de BOLETIN: DE LECTURAS SOCIALES YECONOMICAS. PAG. 79 @ Boletin de Lecturas Sociales y Econémicas . UCA « FCSE. Afiod « N°1¢ las naciones desarrolladas; realiza esta gigantesca ‘operacién baséndose en el ahorro forzado de miles y miles de seres humanos, que pierden sus vidas para él logro de este objetivo; 0 sea, usando una metodologta igual a la utilizada por el capitatismo en Ia primera re- volucién industrial ‘No obstante, cuando comienza a declinar la indus- tria pesada como el fundamento material del poder, y se hhace necesario ingresar en los nuevos sectores estaté- sgicos de Ia pustindusiia, la disigencia rusia de Ta Langa Era de Breznev ni se apercibe de este ineludible cambio revolucionario, y se queda donde esté, con lo cual inaugura el comienzo del fin del Imperio Soviético. | anuncio del Presidente Reagan del inicio de la “Star War”, a la cual le asigna de entrada 25.000 millo- nes de d6lares a los efectos de financiar armas sofistica- doe come loo Masrve do potencla, ol sonon electromag nético, los espejos orbitales y suborbitales, complemen tados con Ia difusién de setélites de guerra de tltima sgencracién, més el aterrizaje del chico Matfas Rust en la Plaza Roja de Moscu, ceftnen la rencicion sovietica sin haber tirado un solo tiro. Este espectacular desplome produce efectos for- midables. El primero, 1a constitucién del Imperio Mundial, y et segundo, el desconcierto, la confusidn y la

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