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“Vi que aquellos que se oponen al sábado del Señor no podían tomar la Biblia y demostrar que nuestra posición es incorrecta; por lo tanto calumniaban a los que creen y enseñan la verdad, y los atacaban en su carácter. Muchos que fueron una vez concienzudos y amaban a Dios y a su Palabra se han endurecido de tal manera al rechazar la luz de la verdad que no vacilan en calumniar en forma alevosa y acusar falsamente a los que aman el santo sábado, si con ello pueden minar la influencia de aquellos que de manera intrépida declaran la verdad. Pero esas cosas no estorbarán la obra de Dios. De hecho, esta conducta de parte de los que odian la verdad será precisamente el medio de abrir los ojos de algunos. Toda joya se destacará y será recogida, porque la mano del Señor se ha extendido para recobrar el residuo de su pueblo, y realizará esta obra gloriosamente”. (Primeros Escritos, pág. 69).
“Vi que aquellos que se oponen al sábado del Señor no podían tomar la Biblia y demostrar que nuestra posición es incorrecta; por lo tanto calumniaban a los que creen y enseñan la verdad, y los atacaban en su carácter. Muchos que fueron una vez concienzudos y amaban a Dios y a su Palabra se han endurecido de tal manera al rechazar la luz de la verdad que no vacilan en calumniar en forma alevosa y acusar falsamente a los que aman el santo sábado, si con ello pueden minar la influencia de aquellos que de manera intrépida declaran la verdad. Pero esas cosas no estorbarán la obra de Dios. De hecho, esta conducta de parte de los que odian la verdad será precisamente el medio de abrir los ojos de algunos. Toda joya se destacará y será recogida, porque la mano del Señor se ha extendido para recobrar el residuo de su pueblo, y realizará esta obra gloriosamente”. (Primeros Escritos, pág. 69).
“Vi que aquellos que se oponen al sábado del Señor no podían tomar la Biblia y demostrar que nuestra posición es incorrecta; por lo tanto calumniaban a los que creen y enseñan la verdad, y los atacaban en su carácter. Muchos que fueron una vez concienzudos y amaban a Dios y a su Palabra se han endurecido de tal manera al rechazar la luz de la verdad que no vacilan en calumniar en forma alevosa y acusar falsamente a los que aman el santo sábado, si con ello pueden minar la influencia de aquellos que de manera intrépida declaran la verdad. Pero esas cosas no estorbarán la obra de Dios. De hecho, esta conducta de parte de los que odian la verdad será precisamente el medio de abrir los ojos de algunos. Toda joya se destacará y será recogida, porque la mano del Señor se ha extendido para recobrar el residuo de su pueblo, y realizará esta obra gloriosamente”. (Primeros Escritos, pág. 69).
Eres t el que turbas a Israel? Y l respondi: Yo no he turbado a Israel, sino t y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehov, y siguiendo a los baales. Los que honran la ley de Dios han sido acusados de atraer los castigos de Dios sobre la tierra, y se los mirar como si fueran causa de las terribles convulsiones de la naturaleza y de las luchas sangrientas entre los hombres, que llenarn la tierra de afliccin. El poder que acompae la ltima amonestacin enfurecer a los malvados; su ira se ensaar contra todos los que hayan recibido el mensaje, y Satans despertar el espritu de odio y persecucin en un grado de intensidad an mayor. 1 Reyes 18:17, 18; El Conflicto de los Siglos, pg. 600
Seris entregados aun por vuestros padres, y
hermanos, y parientes, y amigos; y matarn a algunos de vosotros. El hermano entregar a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarn contra los padres, y los harn morir No pensis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensin al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre sern los de su casa. Los que sean fieles a Dios y al deber sern amenazados, denunciados y proscritos. Sern traicionados por padres, y hermanos, y parientes, y amigos. Descubriremos que tendremos que desprendernos de todas las manos excepto de la de Jesucristo. Los amigos demostrarn su perfidia y nos traicionarn. Nuestros familiares, engaados por el enemigo y convencidos de que estn sirviendo a Dios, nos harn frente y pondrn su mximo empeo para ponernos en situaciones difciles con la esperanza de que reneguemos de nuestra fe. Pero podremos poner confiadamente nuestra mano en la de Cristo en medio de las tinieblas y el peligro. Lucas 21:16, Mateo 10:21, 34-36; Profetas y Reyes, pg. 431, Maranata: El Seor Viene, pg. 195; Eventos de los ltimos Das, pg. 154
Os expulsarn de las sinagogas; y aun viene la hora
cuando cualquiera que os mate, pensar que rinde servicio a Dios. Y harn esto porque no conocen al Padre ni a m. Os entregarn a tribulacin, y os matarn, y seris aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarn, y se entregarn unos a otros, se aborrecern.. Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriar. Conforme vaya acercndose la tempestad, muchos que profesaron creer en el mensaje del tercer ngel, pero que no fueron santificados por la obediencia a la verdad, abandonarn su fe, e irn a engrosar las filas de la oposicin. Unindose con el mundo y participando de su espritu, llegarn a ver las cosas casi bajo el mismo aspecto; as que cuando llegue la hora de prueba estarn preparados para situarse del lado ms fcil. Hombres de talento y de elocuencia, que se gozaron un da en la verdad, emplearn sus facultades para seducir y descarriar almas. Se convertirn en los enemigos ms encarnizados de sus hermanos de antao. Cuando los observadores del sbado sean llevados ante los tribunales para responder de su fe, estos apstatas sern los agentes ms activos de Satans para calumniarlos y acusarlos. Juan 16:1-3, Mateo 24:9, 10, 12; El Conflicto de los Siglos, pg. 593
Guardaos de los hombres, os entregarn a los
concilios, y en sus sinagogas os azotarn; y aun ante gobernadores y reyes seris llevados por causa de m, para testimonio a ellos y a los gentiles. Ms cuando os entreguen, no os preocupis por cmo o qu hablaris; en aquella hora os ser dado lo que habis de hablar. No sois vosotros los que hablis, sino el Espritu de vuestro Padre. Pero el Seor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por m fuese cumplida la predicacin, y que todos los gentiles oyesen. As fui librado de la boca del len. Y el Seor me librar de toda obra mala, y me preservar para su reino celestial. Los que sern emplazados ante los tribunales defendern enrgicamente la verdad, y algunos de los que los oigan sern inducidos a guardar todos los mandamientos de Dios. As la luz llegar ante millares de personas que de otro modo no sabran nada de estas verdades. Cuando seamos llevados ante los tribunales, tendremos que renunciar a nuestros derechos, a menos que esto nos ponga en conflicto con Dios. No estamos pidiendo que se reconozcan nuestros derechos, sino que se reconozca el derecho de Dios de recibir nuestro servicio. Mateo 10:17-20, 2 Timoteo 4:17, 18; El Conflicto de los Siglos, pg. 593, Manuscript Releases, tomo 5, pg. 69 [1895]; Eventos de los ltimos Das, pg. 150
Alzar mis ojos a los montes; De dnde vendr
mi socorro? Mi socorro viene de Jehov, que hizo los cielos y la tierra. No dar tu pie al resbaladero, ni se dormir el que te guarda. He aqu, no se adormecer ni dormir El que guarda a Israel E invcame en el da de la angustia; Te librar, y t me honrars. Cuando el decreto promulgado por los diversos prncipes y dignatarios de la cristiandad contra los que observan los mandamientos, suspenda la proteccin y las garantas del gobierno y los abandone a los que tratan de aniquilarlos, el pueblo de Dios huir de las ciudades y de los pueblos y se unir en grupos para vivir en los lugares ms desiertos y solitarios. Muchos encontrarn refugio en puntos de difcil acceso en las montaas. Como los cristianos de los valles del Piamonte, convertirn los lugares elevados de la tierra en santuarios suyos y darn gracias a Dios por las fortalezas de rocas. Los incrdulos pueden enfurecerse e imaginar cosas vanas, pero el Seor no cambia. l ha creado la fortaleza de los collados eternos para que sean un refugio seguro para su pueblo. Ha preparado las montaas y las cuevas para sus hijos oprimidos y perseguidos. Salmos 121:1-4; 50:15; El Conflicto de los Siglos, pg. 610, Alza tus Ojos, pg. 325
Pero antes de todas estas cosas os echarn
mano, y os perseguirn, y os entregarn a las sinagogas y a las crceles, y seris llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. Despus de haberles azotado mucho, los echaron en la crcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los meti en el calabozo de ms adentro, y les asegur los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oan. Pero muchos seres humanos de todas las naciones y de todas clases, grandes y pequeos ricos y pobres, negros y blancos, sern arrojados en la ms injusta y cruel servidumbre. Los amados de Dios pasarn das penosos, encadenados, encerrados en crceles, sentenciados a muerte, algunos abandonados adrede para morir de hambre y sed en sombros y repugnantes calabozos. Ningn odo humano escuchar sus lamentos; ninguna mano humana se aprontar a socorrerlos. Aunque los enemigos los arrojen a la crcel, las paredes de los calabozos no pueden interceptar la comunicacin entre sus almas y Cristo. Lucas 21:12, Hechos 16:23-25; El Conflicto de los Siglos, pg. 610
Vi tambin como un mar de vidrio mezclado con
fuego; y a los que haban alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el nmero de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Lo que caracterizar de un modo peculiar a los adoradores de Dios ser su respeto por el cuarto mandamiento, puesto que es la seal del poder creador de Dios y atestigua que l tiene derecho a la veneracin y al homenaje de los hombres. Los impos se distinguirn por sus esfuerzos para derribar el monumento conmemorativo del Creador y exaltar en su lugar la institucin romana. En este conflicto, la cristiandad entera se encontrar dividida en dos grandes clases: la que guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jess y la que adorar a la bestia y su imagen y recibir su marca. No obstante los esfuerzos concertados de la iglesia y del Estado para compeler a los hombres, pequeos y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos a recibir la marca de la bestia, el pueblo de Dios no se someter. El profeta de Patmos vio a los que haban alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el nmero de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios y cantando el cntico de Moiss, y del Cordero. Apocalipsis 15:2; Testimonios para la Iglesia, tomo 9, pg. 15