Las clulas madre tienen la propiedad de transformarse en cualquier tipo de clulas del cuerpo,

por lo que potencialmente pueden ser utilizadas para reemplazar tejidos u rganos enfermos.
[] La proporcin de xito de las clulas madre extradas de sangre menstrual es cien veces
mayor a la obtenida con clulas madre extradas de la mdula humana, segn Shunichiro
Miyoshi, cardilogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Keio (Japn), y uno de los
autores de la investigacin. [] Miyoshi defendi que la sangre menstrual podra utilizarse para
hacer acopio de un tipo de clulas que contienen varios sistemas de HLA (Antgenos de
Leucocitos Humanos), claves para el sistema inmunitario. Agencia Colpisa, Diario Sur

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* Fragmento de texto sobre el uso medicinal de la sangre menstrual por los aborgenes
australianos segn recoge la escritora Marlo Morgan en su libro Las voces del desierto:

Unas semanas antes le haba preguntado a Mujer-que-Cura qu hacan las mujeres cuando
tenan la menstruacin, y ella me haba mostrado unas compresas hechas de juncos, paja y finas
plumas de pjaros. Despus, de vez en cuando, observaba que una mujer abandonaba el grupo
para internarse en el desierto y ocuparse de sus necesidades. Enterraban la pieza sucia igual que
enterrbamos nuestros excrementos diarios, como hacen los gatos.

Ocasionalmente, sin embargo, haba advertido que una mujer volva del desierto con algo en la
palma de la mano, que llevaba a Mujer-que-Cura. sta abra el extremo superior de su largo
tubo. Observ que estaba forrado de las hojas de plantas que usaron para curarme los pies
llagados y las quemaduras del sol. Mujer-que-Cura meti dentro el enigmtico objeto. Las pocas
veces que me acerqu, me lleg un insoportable hedor. Finalmente descubr lo que guardaban en
secreto: grandes cogulos de sangre expulsados por las mujeres.

Aquel da Mujer-que-Cura no abri el extremo superior del tubo, sino el inferior. No sali ningn
tufo. No desprenda ningn mal olor. La mujer apret el tubo con la mano y surgi una brea
negra, espesa y reluciente, que utiliz para unir los bordes desiguales de la herida. Literalmente
los alquitran, untando la sustancia por toda la superficie de la herida. [] Durante varios das la
examin de cerca y observ cmo se secaba la negra sustancia natural y empezaba a
desprenderse. Al cabo de cinco das haba desaparecido; slo quedaban unas delgadas cicatrices
[] Marlo Morgan, Las voces del desierto