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Industrias Culturales

Retrospectiva de los animé y mangas en Nicaragua

Noel Carcache Gonzaga

La presencia en Nicaragua del modo de vida japonés, su tecnología, gastronomía, deportes y cultura no se
limita a influencias literarias, a desarrollo de programas de cooperación o intercambios culturales –
oficiales o privados—, el Japón está más cerca de nosotros de lo que pensamos, en los karaoke cada vez
más extendidos en diferentes departamentos del país y que se popularizan para un público de todas las
edades.

Está presente con los juegos de videos, juguetes electrónicos, la utilización de nombres personales o
palabras japonesas dentro del léxico nicaragüense, las cámaras digitales fotográficas o de videos y los
inolvidables dibujos animados y series televisivas que han conquistado mentes y corazones durante más
de dos décadas consecutivas.

Ese es el Japón que para muchos no es tan lejano, siempre presente con sus industrias culturales en auge,
como ejemplo de esto podemos mencionar que sólo entre los amantes del manga, conocidos en japonés
como “otaku”, se movió en 2004 un mercado de unos 3,425 millones de dólares.

El animé, a diferencia de otros dibujos animados, tiene una trama más compleja, secuencial, existen
animés de acción, de humor, eróticos, de aventura, mitológicos entre otros géneros.

Durante la década de los ochenta e inicios de los noventa del recién pasado siglo XX, en medio de las
luchas civiles que asolaban a la mayoría de las naciones latinoamericanas, una situación económica
regional muy dura, posteriores transiciones de gobierno hacia la consolidación de la democracia, se
transmitieron en Latinoamericana, diversas series animadas de origen japonés o animé.
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Conocidos en nuestras tierras como los dibujos animados o cariñosamente muñequitos, los animé
quedaron marcados en la retina de la niñez, jóvenes y adultos de la década de los ´80 y ´90 del siglo XX y
continúan teniendo aceptación en la actualidad.

Ya a fines del siglo XX, circulaban en Nicaragua y otros países centroamericanos, provenientes de
Colombia y editados en dicho país, mangas semanales como SAMURAI de la Editorial Cinco S.A.
Actualmente se reciben publicaciones de esta naturaleza editados en México, Colombia o los Estados
Unidos.

Estos animé son objeto de estudio y valoración en muchos países de nuestra América y las cadenas
internacionales de televisión por cable especializadas en cartoons continúan transmitiendo las series
originales o los nuevos capítulos de las mismas, se les dedican sitios o páginas web para difundirlos y así
las actuales y nuevas generaciones conozcan a los personajes, aventuras y momentos de los cuales sus
padres o familiares comentan con tanta nostalgia y emoción.

Existe hoy en día un intercambio de gustos y experiencias entre los adolescentes y adultos con las nuevas
series de animé, convirtiéndose esta industria cultural japonesa, en una verdadera forma de vida para
muchos: algunos se visten como sus personajes favoritos, comparten series, intercambias comentarios en
foros y páginas web.

Conozcamos, en retrospectiva, algunas de estas series:

El Gato Cósmico (Doraemon)

Una vez el embajador de Japón en Nicaragua, Mitsuhiro Kagami, comentó a la prensa nacional, en
referencia a la cooperación japonesa hacia nuestro país: “El Japón no es ese gato robótico que puede sacar
cualquier cosa de un bolso” (2004).
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¿A quién se refería el honorable diplomático? Doraemon, conocido en

América Latina como El Gato Cósmico es una famosa serie de
animé que relata las historias de una gato robot enviado del
futuro por los descendientes de un niño del siglo XX, de
nombre Nobita, con el fin de ayudarle en posibles
desgracias que a este niño le puedan suceder,
auxiliándose el robot de toda clase de inventos y
dispositivos del futuro que extrae de una bolsa
multidimensional y con su capacidad de viajar a otros
mundos o épocas, dando lugar a toda clase de
situaciones insólitas y divertidas.

Doraemon es, sin duda, uno de los grandes personajes de

la animación infantil actual. Fue creado en 1970 por Fujiko
F. Fujio y sus aventuras se empezaron a presentar como
series en las páginas de la revista japonesa Korokoro.

La televisión nicaragüense transmitió la versión animada de uno de los manga que más se han recopilado
en la historia de las historietas, logrando hasta compilaciones de más de cuarenta tomos y diecinueve
volúmenes especiales, con lo cual se comprueba la continuidad en el fenómeno de la producción masiva de
cómics que tuvo Japón desde la década 1920.

Precisamente este gran éxito inicial propició el salto a la televisión con una serie de animación, iniciada en
1973, que ya supera los 700 episodios y de la cual se siguen produciendo nuevas entregas.

En Nicaragua se disfrutaron de los episodios originales a finales de la década de los ochenta, cuando estas
producciones niponas vinieron a enriquecer la pobre programación de los únicos dos canales de televisión
que tenía Nicaragua, abriendo así el mundo de la imaginación a los niños de entonces, curiosamente
ambos canales se alternaban parte de su programación infantil pues en 1986, el Canal 6 transmitió la serie
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animada y al año siguiente el Canal 2, en horario vespertino, los días sábado, en la versión doblada en
México.

Astroboy

Creado en 1951 por el famoso Osamu Tezuka (1928-1989) con

el nombre de Tetsuwan Atom ó Mighty Atom, aparece
inicialmente como una manga dibujado por el mismo Tezuka
hasta 1972. Astroboy aparece en animación en blanco y negro
durante la década de los sesenta y en 1982, se hizo una serie
en color que duró hasta 1984.

Con este clásico de la historia de la animación japonesa,

viéndolo en retrospectiva, podemos conocer cual eran las
expectativas que se tenían en el mismo Japón y la visión global
de entonces de cómo sería el siglo XXI, pues la historia se desarrolla en el año 2000, en un mundo en
donde coexistían humanos y robots, rodeados de grandes avances tecnológicos. La televisión nicaragüense
transmitió la serie completa a mediados de los ochenta, en la versión doblada en México.

Candy Candy

Candy Candy es un manga shoujo clásico que pertenece al género de comedia dramática, fue escrito por la
japonesa Kyoku Mizuki y dibujado por Yumiko Igarashi en 1974. Las series se publicaron semanalmente
por la editorial Kodansha desde 1975 hasta 1982.

El manga consta de nueve volúmenes y la serie de animé de 115 episodios que fueron difundidos del 1 de
octubre de 1976 al 2 de febrero de 1979 en Japón.
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Estos episodios, doblados enteramente en la República de la

Argentina, fueron transmitidos posteriormente en varios países
hispanoamericanos.

En Nicaragua a finales de los ochenta y fue retransmitido en los

noventa en la televisión nacional, con la consecutiva venta en el
comercio nacional de objetos escolares o ropa para niños y niñas
con la imagen de la protagonista.

En el animé se narra la vida de la niña huérfana Candice White, la

serie trata desde que era pequeña hasta que es una joven
enfermera en Michigan e Inglaterra durante la Primera Guerra
Mundial.

Es uno de los mejores mangas que muestra los sentimientos y

emociones de la vida humana pero a su vez es una historia triste y
conmovedora.

En Candy Candy se desarrollan magistralmente las escenas

románticas, el amor doloroso y el dramatismo, basta con sólo
recordar aquellos diálogos melosos y las apasionadas miradas de
Anthony y Candy a lo largo de la serie.

José Miel (1974-1975)

Este controversial animé que se transmitió en Nicaragua por TV 6, canal nacional del estado, en la
programación regular vespertina, a partir de 1986, repitiéndose en años posteriores.
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La historia relata la búsqueda de su madre por parte de una

pequeña abejita de nombre José Miel o Abeja Hutch y los
problemas y verdaderos combates por su supervivencia que
enfrenta con otras especies de insectos.

La serie, con un fuerte dramatismo, fue retransmitida en los

primeros años de la década de los noventa provocando en
este país centroamericano opiniones de censura por parte de
algunos diputados de la Asamblea Nacional de entonces pues
su mensaje, según sus oponentes, despertaba sentimientos
negativos y era una mala influencia para la niñez
nicaragüense, a tales extremos que la serie iba a ser
prohibida por ley de la República.

Como bien señala un humorista colombiano, “por cada amigo que conocía José Miel, cuatro se le morían y
todos de la manera más espeluznante, agonizando siempre en sus brazos”.

Animé en los ´90 y siglo XXI

La década de los noventa y el siglo XXI han estado marcados por los temas
cósmicos y espirituales, el auge de la new age y una mayor apertura en cuanto a
temas sexuales que se ha reflejado en el contenido o historias de los animés y
mangas que se presentaron o que actualmente se presentan en la televisión
nacional.

Dos fenómenos en la comunicación impulsan la difusión de estas expresiones de la

cultura pop japonesa: La televisión por cable y la Internet.
Sumado a esto, la diversificación de los juegos de video con las historias de los
personajes y la recreación animada de personajes de la vida real y la diversificación
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en la oferta de canales en la televisión nacional que identificó como interesante segmento en las
producciones animadas japonesas.

Durante el año 2000, El Nuevo Diario, periódico nicaragüense de circulación nacional dedicó un
suplemento dominical a los dibujos animados, dada la popularidad de los mismos, con el nombre de
“Planeta Caricatura”, éste llegó a tener más de cien números de circulación y motivó el interés de sus
lectores y amantes de los animé y mangas quienes enviaban colaboraciones para dicha publicación.

En este período disfrutamos de series como:

DRAGON BALL

Este animé es una trilogía compuesta por Dragon Ball, Dragon

Ball Z y Dragon Ball GT, creados originalmente por Akira
Toriyama y desarrollados por la franquicia internacional, con su
participación.

Dragon Ball inició en Japón como un manga durante los ´80,

desde entonces se ha convertido en un fenómeno internacional
con más de 500 episodios.

En Nicaragua se han estado presentando desde finales de la

década de los noventa (en los canales nacionales inicialmente).

Continúan presentándose hasta hoy en la programación

nacional como en los canales de dibujos animados de la
televisión por cable.
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Los productos derivados de esta serie tuvieron mucha aceptación entre los niños convirtiéndose en objetos
de colección, en algunos países.

INUYASHA

Creado en el año 2000 por Takahashi Rumiko, este animé, basado en el manga con el mismo nombre,
abarca los géneros de acción, aventura, comedia, fantasía y magia.

En Nicaragua se transmite en uno de los canales de la televisión por cable y tiene gran aceptación al igual
que en el resto de Latinoamérica.

La serie relata la historia de Kagome, quien es una niña que vive en la época actual y cursa la secundaria.
No es aficionada a la aventura y nunca le había sucedido algo como lo que relata esta historia.

Ella no es supersticiosa ni creyente de las

leyendas pero en su cumpleaños número 15 cae
por error a un viejo pozo dentro de un templo y
termina en el pasado, en la era feudal de Japón.

Es aquí cuando se encuentra con Inuyasha,

quien es es un hanyō, mitad perro-mitad
humano (algunas veces traducen bestia como
espíritu o demonio dependiendo del contexto,
casi se pueden tomar como sinónimos).

La meta de InuYasha es conseguir la perla de

las cuatro almas o piedra de Shikon para poder
volverse completamente demonio.
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Ahora que Kagome ha regresado a la era feudal la gema ha

reaparecido y es su deber protegerla para que no caiga en
malas manos.

Encontramos en la actualidad series como Full Metal

Alchemist, Burst Angel, Bleach, y Naruto, este último
ocupando el segundo lugar en la lista de los mangas más
vendidos durante 2008 y de las series, películas y video
juegos más distribuidos a nivel mundial.

A finales del año 2005, la empresa nicaragüense de

televisión por cable, incluye dentro de su oferta de canales,
al Canal Animax, dedicado enteramente a los animé y a
promover videos musicales de grupos y cantantes japoneses
de música pop (J-pop).

Lo anterior por tratarse de un canal de la Sony Pictures

Entertainment en vista que este fenómeno musical está
expandiéndose.

Sin duda alguna, estos fenómenos culturales continuarán

impactando en la vida de los nicaragüenses, influyendo en
los hábitos y expresiones artísticas de nuestro continente.