Una buena noticia no se puede ni se debe silenciar. Y si hay buena noticia,
esa es la resurreccin del Seor, fuente de alegra de todo cristiano. Por eso todos los relatos evanglicos de las apariciones del Resucitado desembocan en misin (Mt 28,1-20; Mc 16,9-20; Lc 24,13-35.36-49; Jn 20-21). Los evangelios presentan como primeros testigos de la Resurreccin a las mujeres. Y, mientras que en la cultura juda slo los hombres podan ser testigos, como si la misin fuera slo cosa de hombres, Dios, que tiene un profundo sentido del humor, nos descoloca totalmente, eligiendo a un grupo de mujeres fieles a Jess como testigos de la resurreccin (Mt 28,110). Ah es nada! Evidentemente, ellos no las creyeron: cosas de mujeres! (Mc 16,9-11; Lc 24,8-11). Pero, para ser testigo del Resucitado, es necesario un encuentro personal con l. Encuentro de reconocimiento que es causa de alegra y hace posible el envo misionero. Mas, cmo reconocerlo? En Jn 20,11-18, se repite dos veces: Por qu lloras? (20,13.15). Mara Magdalena confunde a Jess con el hortelano, porque como deca el poeta Rabindranath Tagore: Si lloras porque se ha ido el sol de tu vida, las lgrimas no te dejarn ver las estrellas. Las lgrimas de dolor, de tristeza desesperanzada enturbiaban sus ojos, sobre todo los del corazn, impidindole reconocer a su amado, la alegra de su vida. Pero, cuando sus lgrimas son enjugadas al escuchar su nombre, lo reconoce, rebosando de alegra su corazn. Ahora s. La misin ya es posible: Ve a decir a mis hermanos y fue a anunciar a los discpulos: He visto al Seor (Jn 20,17-18). Porque slo desde la alegra pascual es posible la misin. Estamos citados en la Galilea de los gentiles (Mt 28,10.16). Os aseguro que esta es la experiencia que los misioneros vivimos en frica, celebrando con alegra desbordante la Pascua del Seor con las comunidades cristianas. Felices Pascuas!