GRUPO: DE VERBO A HOMBRE GLORIFICADO
MESIAS, LAS TRES GLORIAS
28/03/95
INTRODUCCION:
Romanos 1:4"Destinado Jesucristo Señor nuestro,
destinado a ser manifestado Hijo de Dios, con plenos
poderes, conforme al Espíritu de Santidad, desde la
resurrección de los muertos". Hay una clave para poder
distinguir las fases de la Segunda Venida de Cristo. Nosotros
tenemos espíritu, alma y cuerpo. Parece que las almas por
ser de una estirpe menor que el espíritu del hombre (por ser
subordinada al espíritu del hombre), se perfecciona aquí y los
espíritus se perfeccionan allá. Porque el espíritu vino perfecto,
vino limpio al nacer el hombre. Pero vino a ocupar un cuerpo
que lo degradó, vino a enlodarse en el lodo de la tierra.
Entonces el espíritu murió al pecar el hombre. Por eso los
niños no pecan voluntariamente (no pueden), pero sin
embargo ya tienen el estigma del pecado (el estigma
ancestral del pecado), como dice Pedro: 1 Pedro 1:18
Sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana
conversación, la cual recibisteis de vuestros padres, no
con cosas corruptibles, como oro ó plata; Heredamos de
nuestros padres la mala manera de vivir). O sea que hay
ancestros que nos dañan. Si no tuviéramos esos ancestros,
si hubiéramos venido directamente sin ancestros; nosotros no
tendríamos el famoso pecado original. Vendríamos limpios
hasta pecar voluntariamente. Pero fue debido a los ancestros,
debido a la conexión que tiene el cuerpo con el alma y luego
con el espíritu del hombre, es que nosotros venimos a ser
pecadores. No a la manera de Adán todavía, sino a la manera
de una naturaleza proclive al pecado (pero no pecando). Es
decir que en cuanto tenemos uso de razón ya caemos del
lado del pecado. ¿Por qué no caemos del lado de la
perfección? ¿Por qué no caemos del lado de lo bueno?
Porque un niño cae inmediatamente que nace, aunque no se
nota. Pero nos podemos dar cuenta en los berrinches que
comienza a hacer. Tal vez no saben ni porque lo están
haciendo, pero en cuanto tienen uso de razón, caen en el
pecado. Por eso el niño tiene el estigma de la muerte física.
El no ha pecado para morir, pero muere (es un enigma).
DESARROLLO:
Nosotros vamos a tener Tres glorias: 1) La gloria del
espíritu, 2) La gloria del alma, 3) La gloria del cuerpo. El
Mesías va a presentar las 3 glorias. Nosotros no vamos a ver
a Cristo en la Parusía en pleno poder, porque no estamos
todavía en la capacidad de verlo en pleno poder. Aún los que
tenemos el Espíritu Santo, que vamos a resucitar para verlo
en la Parusía, lo vamos a ver como el Hombre Perfecto, con
un alma perfecta. Es lo que podríamos llamarle: " La
estatura del Varón Perfecto". Cuando el Señor viene con
la primera gloria (con la gloria que tenía como Verbo) Viene y
se vela en su cuerpo humano Entonces los que lo vieron, lo
ven como un hombre; pero realmente tiene gloria, pero es la
gloria velada. A eso le llamo: La gloria escondida del
Mesías". Ahora, si la humanidad le hubiera visto con la gloria
que tenía detrás del velo, no hubieran soportado verlo. Así
como cuando Moisés tenía el rostro iluminado detrás del velo.
¿Quién hubiera resistido a Moisés? Pero aún así, se le
rebelaban y le hacían berrinches y lo apedreaban. Porque
estaba con el velo, no le veían la gloria: Exodo 34:29 Y
aconteció, que descendiendo Moisés del monte Sinaí con
las dos tablas del testimonio en su mano, mientras
descendía del monte, no sabía él que la tez de su rostro
resplandecía, después que hubo con El hablado.
Viene el Señor y en su gloria escondida se manifiesta como
un hombre, porque se va a desarrollar delante de nosotros.
Como el desarrollo que nosotros vamos a tener si vamos a
creerle. El desarrollo de una estatura de varón perfecto (como
Adán antes de caer). Adán antes de caer era el varón
perfecto, no tenía la plenitud, porque no tenía ni siquiera el
Espíritu Santo, sino que era "Un hombre perfecto". Dios lo
hizo perfecto. Esa estatura viene a representarse en las Tres
Glorias que se ven en las luces que van a tener los eternos:
1) La luz de estrellas 2) La luz de luna 3) Y la luz de sol
""Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la
gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de
otra en gloria" (1a. de Corintios 15:41). Cristo vino como
una estrella y lo vimos como una estrella velada, ni siquiera
como una estrella. Se veló (se puso velo). Entonces vieron al
"Hombre". Era sólo para el que tuviera la gracia, que tuviera
la fe de descubrirlo detrás del velo (esa es la gracia de la
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revelación). Por lo cual debiéramos de brincar bien alto, o
más si pudiéramos, del gozo de que nos descubrieron el velo.
Esa Gloria velada es de la Gloria de Jesús. El vino a hacer
hombres como "Jesús" en la primera etapa. Vino a
mostrarles a sus discípulos sus poderes prestados para que
creyeran en El. El primer milagro, que hizo fue en la Bodas
de Canaán Juan 2:9 Y como el maestresala gustó el agua
hecha vino, que no sabía de dónde era (mas lo sabían
los sirvientes que habían sacado el agua), el
maestresala llama al esposo, Juan 2:10 Y dícele: Todo
hombre pone primero el buen vino, y cuando están
satisfechos, entonces lo que es peor; mas tú has
guardado el buen vino hasta ahora. Juan 2:11 Este
principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y
manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. Fue
un milagro hecho para que creyeran sus discípulos. Quiere
decir que estaban como dudando cuando estaban con él y les
muestra el milagro del vino en las bodas de Canaán y
creyeron en su mesianazgo. Pero se les había mostrado de
alguna manera, El los había llamado. El había tomado la
iniciativa, porque los llamó para mostrárseles. No los llamó
porque se mostró, sino para mostrárseles. Cuando nosotros
llegamos a Cristo, no lo hubiéramos conocido, si no hubiera
sido por el milagro de la revelación y de la intuición espiritual.
Nosotros no entenderíamos por qué estamos con El. Yo me
recuerdo de la perplejidad de mis primeros días de
convertido: ¿Estaré en la verdad? ¿Será Jesús? ¿No estaré
yo soñando?. La noche que el Señor me atrajo (que no me
convertí) estaba perplejo. Sabía que había llegado a Jesús,
no que él había entrado a mí. Esa perplejidad me permitió
saber que nosotros llegamos a Cristo sin conocerlo. Eso me
da la base para asegurarles que la iniciativa la toma el Señor
y no nosotros. Porque si fuera por nosotros nunca
hubiéramos llegado al Señor. Y no estaba el Espíritu Santo
dentro de mí, estaba afuera. Pero me compungió, me aseveró
quien era Jesús. No me quedó más que rendirme y todavía
tenía que ser yo el que me rindiera. Sin embargo, aún así
seguía duro, todavía me oponía. Ahora entiendo a Pedro, le
tuvieron que poner un éxtasis para que fuera con Cornelio, no
le quería obedecer al Señor, porque Cornelio era gentil.
Ahora al acercarse al Señor, uno entiende, que el Espíritu
Santo está afuera, compungiendo y redarguyendo de pecado:
Hebreos 3:7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si
oyereis hoy su voz. Hebreos 3:8 No endurezcáis
vuestros corazones Como en la provocación, en el día de
la tentación en el desierto. No está convirtiendo a nadie.
Hay Ministros que creen que ellos son los que convierten a la
gente. Ni siquiera el Espíritu Santo los convierte. El Espíritu
Santo los redarguye de pecado. Ahí en ese momento el
Espíritu Santo es como agente de la Ley de Dios, le dice:
(Parafraseando): "Estas perdido, estas quebrado, estas
hundido, te vas a morir eternamente, ¿Qué vas a hacer?
(hasta allí llega). Entonces como tocado por eso, dice uno:
"¿Y ahora qué hago, pues no creo". Muchas veces nos toca
que luchar mucho con nuestra mente razonadora y el diablo
aprovecha una mente tambaleante para retroalimentarla, para
decirle a uno que estaba haciendo el ridículo en creer.
Notemos que el trabajo del Espíritu Santo en el mundo (por
no hablar del universo), es solo redargüir mientras está
afuera; ahora adentro ya es otra cosa. Quiero que note que
la conversión es aparte del arrepentimiento, nadie se salva
por arrepentirse, pero nadie se convierte sin arrepentirse.
Viene una persona que no se ha arrepentido, entonces no se
ha convertido. Porque es la puerta de entrada, es lo que el
Espíritu hace antes de que Cristo haga. El es el Juan que
prepara el camino del Señor, para que el Señor haga. Pero
no hace el camino, el camino se lo hace Juan el Bautista:
Mateo 3:1 Y EN aquellos días vino Juan el Bautista
predicando en el desierto de Judea, Mateo 3:2 Y
diciendo: Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha
acercado. Mateo 3:3 Porque éste es aquel del cual fué
dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que
clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor,
Enderezad sus veredas.
En el infierno deben haber arrepentidos que no se
convirtieron, pero nadie se convierte sin arrepentirse. No
asociemos el arrepentimiento con llorar (pero es difícil que
haya arrepentimiento sin llorar). El que no esté convertido
antes de la Gran Tribulación de Israel, va a reconocer a Cristo
en la Tribulación. Lo que va a pasar es que en la Tribulación
se van a arrepentir, porque ya están convertidos (debieron de
estar creyendo que Jesús es el Mesías), para despertar en la
Tribulación. O sea que Israel no se va a convertir en la
tribulación, se va a arrepentir. Pero va a hacer como un
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arrepentimiento de esos que hay posteriores a la creencia. resurrección de los muertos), de Jesucristo Señor
Es decir, ellos no van a ser salvos allí, sino allí van a nuestro. Por eso la manifestación con plenos poderes no es
despertar por ser salvos. Por eso el Israel de hoy que está antes del final de los tiempos.
creyendo, está cegado. Creen pero que no saben que creen.
Pero están en la línea, en el camino. Por eso les aseguro que
Pablo era salvo en el camino de Damasco, antes de caer del
caballo. Lo que pasó es que allí se arrepintió y en la
conversión que tuvo (conversión a la nueva Ley del Espíritu)
vino la plenitud. El trabajo externo del Espíritu y la
Conversión es muy aparte del arrepentimiento.

La Gloria que Cristo trajo, la trajo velada, porque quería que lo

desearan, no que por lo evidente lo tomaran. Porque si de
eso se tratara, hubiera venido en el descenso sin velo, a la
vista de todos. Pro ahí ya no es para salvación, porque para
haber hecho salvación ahí, la hubiera hecho al principio, para
que todos se salvaran. Entonces no va a venir a salvar
cuando lo vean todos. Va a venir a condenar. Es lógico (por
eso todo es ahora). La gloria plena al volver es: La Epifánica
(sol). Es a la vista de todas sus criaturas. Nunca puede ser
lo mismo la Parusía que la Epifanía, porque son Tres Glorias:

1º ) La Gloria Velada: Para el que crea, el que tiene fe.

2º.) La Gloria Manifiesta: Para confirmar a los que ya
creyeron.
3º.) Y la Gloria Plena: Para condenar a todos los que le
rechazaron.

Por eso, El se mostró en la transfiguración, como en la

Epifanía. La Manifestación Plena es en el Mesianado, es: La
Gloria Manifiesta. Pero cuando se siente en el Trono es: La
Gloria Plena. Por ejemplo, cuando lo mira Juan el Apóstol
cae muerto con solo verlo: Apocalipsis 1:17 Y cuando yo le
vi, caí como muerto á sus pies. Y él puso su diestra sobre
mí, diciéndome: No temas: yo soy el primero y el último.

La Resurrección de los muertos es lo que va a permitir que el

Señor se manifieste plenamente, porque lo tienen que ver
todos. ¿Por qué en la segunda fase que vimos, no se
manifiesta a todos lo muertos? Porque no se han levantado
todos los muertos, solo los muertos en Cristo. Por eso es que
la gloria de El, según Romanos, no va a ser sino hasta la
Epifanía: Romanos 1:4 El cual fué declarado Hijo de Dios
con potencia, según el espíritu de santidad, por la
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