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Arquitectura deconstructivista
a siempre ha sido wna
taunt ques he valonado wbre
todo por proveer omden y estabilidad, Estas uw
lidades se entienden como producto de te pure
za geométrica de su composiciOn formal.
EH arquitecto a sofado siempre con la forma
pura, con producir objetos en los que toda ines
fabilidad o desorden hayan sido excluidos, ow
cedificios se construyen con formas geométricas
simples —cubos, cilindros, es rhe
mides, tc.—, combindndolas hasta conseguir
conjuntos estables (fig. 1), siguiendo reglas
compositivas que evitan que unas entzen en con
flicto con las otras, No se permite que ninguna
La arquitectur
forma distorsione a otra, resolviendo todo con-
flicto potencial. Las formas contribuyen armé-
nicamente a formar un todo unificado, Esta es-
truetura geométriea consonante se convierte en
Ia estructura fisica del edificio: 6u pureza formal
se entiende como garantia de estabilidad estruc-
tural,
Habiendo producido esta estructura bisica, el
arquitecto elabora a continuacin un diseho aca~
bado que conserva su pureza, Cualquier desvia-
cin del orden estructural, cualquier impurera,
4 entiende como amenaza frente a ls valores
formales representados por la armonia, la uni~
dad y la estabilidad, y por anto se alsla de ella
tratindolo como puro ormamento, La arquitec-
tura es una discipina conservadora que produce
formas pores provepéadol las de la contamina
«in,
Los proyectos de esta exposicin
una sensibilidad diferent, en la que el suehio de
4a forma pura ha sido alterado, La forma se ha
contaminado, El suefio se ha convertido en una
especie de pesailla,
Es esa habilidad para alerar nuestras ideas so-
Ig, Le Corser,
Aa beccston de Roms
(ilustraciin de Vege
powreas m2 14 0d
fanveash
Pig, 2 SITE, Leva ex
positon de Bast ProNo son una aplicacién de teoria deconstructi-
va. Mas bien emergen de la tradiciGn arquitecté-
nica y exhiben ciertas cualidades deconstructi-
La deconstruceién en si misma, sin emba
7 £80,
se confunde a menudo con el desmontaje de
construcciones. Consecuentemente, cualquier
disefio arquitecténico provocador que parezca
deshacer Ia estructura —ya sea por medio de la
simple ruptura de un objeto (figs. 2, 3) 0 de la
ccompleja incorporacién de un objeto a un colla-
ze de trazas (figs. 4, 5)—ha sido llamado de-
constructivo, Estas estrategias han producido al-
sgunos de los proyectos mis formidables de los
tltimos afios, pero son s6lo simulaciones de la
‘obra deconstructiva dentro de otras disciplinas,
ya que no explotan la condicién exclusiva del
objeto arquitectonico. La deconstruccién no es
demolici6n o disimulacién. Si bien hace eviden-
tes ciertos fallos estructurales dentro de estruc-
turas aparentemente estables, estos fallos no lle-
‘van al colapso de la estructura. Por el contrario,
Ja deconstruccién obtiene toda su fuerza de su
desafio a os valores mismos de la armonia, la
tunidad y la estabilidad, proponiendo a cambio
tuna vision diferente de la estructura: en ella los
fallos son vistos como inherentes a la estructura.
No pueden ser eliminados sin destruirla. Som,
de hecho, estructural.
arquitecto deconstructivo no es por tanto
aquel que desmonta edificios, sino el que locali-
2a los dilemas inherentes dentro de ellos. El ar-
{quitecto deconstructivo deja de lado las formas
puras de la tradicin arquitectonica ¢ identifica
los sintomas de una impureza reprimida. La im-
pureza la hace manifiesta por medio de una
mezcla de suave convencimiento y violenta tor-
tura: la forma es sometida a un interrogatori.
Para ello, cada proyecto utiliza estrategias
formales desarrolladas por la vanguardia rusa de
principios del siglo XX. El constructivismo ruso
constituy6 un hito clave en el que la tradicién
arquitecténica fue tan radicalmente torcida que
se abrié en ella una fisura a través de la cual
ciertas posibilidades arquitecténicas inquietantes
fueron visibles por primera vez. El pensamiento
tradicional sobre la naturaleza del objeto arqui-
tect6nico fue puesto en duda. Pero aquella posi-
bidad radical no fue rcogidaeatonce. La be-
rida en la tradicién no tard6 en cerrarse, dejan-
do sélo una leve cicatriz. Estos proyectos vuel-
ven a abriela,
La vanguardia rusasignificé un reto para la tra-
dicién al romper ls reglas clisicas de la compo-
sicién, en las que la relacién equilibrada y jerér-
4uica entre las formas crea un todo unificado.
Las formas puras se utilizaban ahora para pro-
ducir composiciones geométricas «impuras» y
torcidas. Tanto los suprematistas, liderados por
Malevitch, como los constructores de obras tri-
dimensionales, principalmente Tatlin, situabande Rodcher
2s formas puras han
rural, modificindolo
marco se ha desintegrado por completo; as for
sas ya no tienen relacin estructural y parecen
produ
‘Pero todas estas estructurasradicales nunca se
construyeron. Se produjo un importante cambio i Kain Mal
tubne tla 49 X 445
fom. Wilbeeath
Mhsennn, Lnigihe
Jon am Rhein, Rep
‘ce Federal Alemane
ideolégico. A medida que los constructivistas se
comprometian més con la arquitectura, la ines
tabilidad de sus obras pre-revolucionarias iba
desapareciendo. El conflicto de formas, que de
finia las primeras obras, se fue gradualmente re
solviendo. Los montajes inestables de formas en
conflicto se convirtieron en montajes maquinis
fas de formas en armoniosa cooperaci6n para la
consecucién de metas especificas. En el Palacio
del Trabajo de los Vesnin, obra canénica del
structivismo que fue loada como inaugura
Pig 9. Vlado Ti
din Relieve de esq
tna aging). Hier
‘auminto, nin, pine
tw. Paraero decom
‘ide
Gora de una nueva era en la arquitectura, la geo
ig, 8. Interior del
Café Puvoresqne, Mov
eh 1917, Decora
de Georg Yabo,
Aekuan Roden
Viadionr Tatlin ¥raanoiy
f ErMnTsFig. 15. Vladimir Tat
in. Maqueta de
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arafia para
Aleksandr Ov
rovsky, El Actor o&
mico de siglo XVI
representada en el
Teatro de Arte de
Mosc, 1935
Fig. 17. lakow Cher
nikhoo. Escenograla
Teatral Constructiva
strain de 3 libro
La construceién de las
grado, 1931)
metria que identifica las primeras 0 esth
presente en los eables superiores (fig. 12). I in.
cluso alli se suaviza atin més al pasar de un bo
ceto preliminar al disedio definitive (lig. 13). en
cl que la peligrosa fantasia ve ha convertida en
segura realidad, En el boceto las lineas de los
cables entrechocan y los volimenes bésicos es
tin distorsionados, Pero en el disefo final lo
voliimenes se han purificado —se han hecho
suaves, clisicos— y los cables convergen todos
siguiendo un dnico, jerdrquico y vertical movi
siento, Toda la te
én del primer boceto se re
cidn se pone en fila, El proyecto sdlo contiene
vestigios de los estudios pre-revolucionarios
quella obta primera se ha convertido aqui en
uun mero omamento aplicado sobre el tejado de
uuna composicién clisica de formas puras, La es:
tructura inferior permaneve inalterada,
La inestabilidad habia sido marginada, De he-
cho, sélo tuvo oportunidad de desatrollarse
completamente en las formas de arte tradicional
mente consideradas marginales —escenografias
teatrales, decoraciones callejeras, tipografias, fo
tomontajes y disefio de ropa (figs. 14-18)— ar
tes que no tienen las restrcciones estructurales y
funcionales de la construccién,
La vanguardia rusa no tavo impedimentos pu:
ramente politicos o tecnoldgicos para construit
sus estudios iniiales, Tampoco abandoné el es
piritu de su obra primera, Mas bien, la inestabi
Tidad de la obra pre-revolucionaria nunca habia
sido propuesta como posibilidad estructural,
Aquella obra no tenia como preocupacién la de
sestabilizacion de la estructura, Por el contrario,
se preocupaba de la pureza fundamental de la
estructura, Su geometria irregular se entendia
como una relacién dindmica entre formas que
flotaban en el espacio mas que como uns cond
cidn estructural inestable intrinseca 4 las formas
rmismas. La pureza de las formas individuales
nunca fue evestionada; nunca se habia manip
Jado su estructura interna, Pero, en su
de convert los primeros experimentos formales
fn estructuras arquitectnicas retorcidas, Tatlin,
Rodchenko y Krinskii transformaton el dina
mismo en estabilidad. Sus disefios constituyen
Por tanto una aberracién, wna posibilidad extre
‘ma mis allé del espirtu de las primeras obras
La arquitectura constructivista mis estable de
los Vesnin, paraddjicamente, mantenia ese espi
ritu, la preocupacicn por la pureza estructural,
precisamente protegiendo la forma de la amen
2a de la inestabilidad. Como consecuencia, no
fue capaz de alterar la condicién tradicional del
‘objeto arquitecténicoLa arquitectura se mantuvo en su papel tradi-
cional. En este sentido, el proy' ia de eer
dia radical fracas6 en el campo de la arquitectu~
ta, Hay estrategias formales posibles dentro de
Ia arquitectura que transforman su condicion
fundamental; tales transformaciones se produje~
ron en otras artes, pero no en la arquitectura.
‘Tan s6lo hubo un giro estilistico, ¢ incluso el
nuevo estilo pronto sucumbié frente al del mo-
vimiento modemo, que se desarrollaba de forma
paralela en la misma época. La vanguardia rusa
se vio eorrompida por la pureza del movimiento
moderno,
El movimiento moderno intent6 una purifica-
cin de la arquiteceura al desnudar de todo or-
nnamento la tradiién clisica, revelando la pureza
sin més de la estructura funcional subyacente.
La pureza formal se asociaba con la eficencia
fancional. Pero el movimiento moderno estaba
‘obsesionado por a funcionalidad estética elegan-
te, y no por la compleja dindmica de la funcién
misma, Mas que utilizar los requerimientos es-
pecificos del programa funcional para generar el
‘orden bisico de sus proyectos, manipulaba la
piel de las formas geométricas puras pata signifi
‘ar el concepto general de la funcién, All utilizar
luna estética maquinista producia un estilo fun-
cionalista. Como los elisicos, articulaba la su-
perficie de una forma de tal manera que marca-
‘ba su pureza, Restauraba la misma tradicién de
Ja que intentaba escapar, reemplazando la envol-
vente clésica con una moderna, pero sin trans-
formar la condicin fundamental del objeto ar-
quitect6nico. La arquitectura permanecia como
agente estabilizador.
Cada uno de los proyectos de esta exposicién
‘explora la relacion entre Ia inestabildad de la
primera vanguardia rasa y la estabilidad del ta-
do-moderno. Cada proyecto emplea la estética
del tardo-moderno si bien la easa con la geome-
tria radical de la obra pre-revolucionaria. Dan
‘una mano del frfo barniz, del International Style
sobre las formas ansiosamente conflictivas de la
‘vanguardia, Al localizar la tensién de aquellas
primeras obras bajo la piel de la arquitectura
moderna, irrtan a la modernidad desde dentro,
distorsiondndola con su propia genealogia
‘No necesariamente trabajan con las fuentes
constructivistas de forma consciente. Mis bien,
al desmantelar la tradicién continua en la que el
movimiento modemo particip6, utilizan inevita-
blemente las estrategias ensayadas por la van-
suardia. No imitan caprichosamente el vocabu-
Tario de los rusos; la cuestién es que fueron los
rrusos los que descubrieron las configuraciones
sgeométricas que pueden ser utilizadas para de-
sestabilizar la estructura, y que estas configura~
cciones pueden ser encontradas reprimidas dentro
del tardo-moderno.
El uso del vocabulario formal del constructi-
vismo no es por tanto un juego historicista que
hbilmente extrac las obras de la vanguardia de
su entorno social de alta carga ideol6gica, tra-
tindolas tan s6lo como objetos estéticos. La
verdadera estetizacién de las primeras investiga-
ciones formales se produjo cuando la vanguardia
‘misma las convirtié en ornamentales mas que
cestructurales. Los proyectos de esta exposicién,
sin embargo, si que hacen aquellas primeras in-
cursiones estructurales, devolviéndolas asi a su
medio social
Pero esto no implica solamente el ampliar los
relieves o hacer versiones tridimensionales de los
primeros dibujos. Estos proyectos no obtienen
su fuerza del empleo de formas conflicivas
Ello solamente sirve de escenografia para una
mis fundamental subversin de la tradicin ar-
uitectonica, La estética se emplea tan s6lo para
explotar una posibilidad atin mis radical, que la
vanguardia rusa hizo posible pero que no apro-
veché. Si los proyectos en cierta manera com-
pletan la tara, al hacerlo también la transfor-
man: le dan la vuelta al constructivismo, Este
giro es el «de» de «de-constructivistas. Los pro-
yectos pueden ser llamados deconstructivistas
porque, si bien arrancan del constructivismo,
constituyen una desviacién radical de él.
Todo ello lo consiguen explotando la aberra-
ci6n en la historia de la vanguardia, el breve
episodio de alrededor de 1.
propusieron los dise
gular nuevamente se en
tiende como una condicién estructurada mis
{que como una estética formal dingmica. Ya no
se produce simplemente por medio del conflicto
‘entre formas puras. Ahora se produce dentro de
ls formas. Las formas misma son infiltradas
con la caracteristica geometria sesgada, y asi dis-
torsionadas, De esta manera, la ea con-
dicién del objeto arquitecténico se ve radical-
‘mente alterada
Esta alteraci6n no es el resultado de una vio-
Tencia fates, No es una fraturaciny ni
Sorte, ni una fragmentacion, ni una perforacion,
lalerar una forma desde el exten ey esos
tmedios no es amenazar la forma, slo dafarla,
El dafo produce un efecto decorativo, una est
‘ica del peligro, una representacién casi pinto-
‘esea del riesgo, pero no una amenaza tangible,
En cambio, la arquitectura deconstructivista al.
{ers las formas desde dentro, Pero ello no sgni-
fica que la geometra retorid i
Fig. 18. El Listy,
Sin titulo, 1924-1950.
Grabado de
plata, 16.1 X 1158 om.
The Masexm of Mo-
ddern Are, Nueos
York; donacén de
Shirley C. Burden y
David H. MAb
(intercambio)ores, N
io defini
le ocupacidn de un espa:
Dor una figura ya existente, La alte
‘acid interna se ha incorporado de hecho a la
estractura interna, a la construccién, Bs como si
‘wna expecie de parisito hubiese infectado la for
tna, distorsiondndola desde dentro,
Bi proyecto de remodelacidn de un dtico pre
sentado en esta exposicidn (ilustraciones pp. 85
89), por ejemplo,
‘wn animal retoreido y disruptivo que atraviesa a
te, Liberada de las familiares ataduras de la es-
tructura ortogonal, la cubierta se parte, se rasga
¥ se retuerce. La distorsién es especialmente in-
{quietante porque parece pertenecer a la forma,
formar parte de ela. Parece como si siempre
Inubiese estado all latente, hasta que el arquitec-
1 laa liberado: el extratio que emerge de las
cescaleras, de las paredes ¥ del plano de la cu-
jerta —y no de una fisura o de un oscuro ri
‘eén— toma su forma de los mismos elementos
{que definen el volumen bisico del ético. El ex-
traiio es una excrecencia de la misma forma que
esti violando.
La forma es en sf misma distorsionante, Sin
embargo, esta distorsién interna no destruye la
forma, De alguna extraia manera, la forma per-
rmanece intacta, Es ésta una arquitectura de rup-
tura, dislocacin, deflexién, desviacién y distor-
sién, més que de demolicién, desmontaje, dec
dencia, descomposicion o desintegracin, Des-
plaza a la estructura més que destruirla
‘Lo que en iltima instancia es mas inguietante
de esta clase de obras es el que a forma no s6lo
sobrevive a la tortura, sino que parece resultar
fortalecida con ella. Quizas la forma esta incluso
producida por esa tortura, Es confuso el deter-
‘ninat lo que va primero, siel anfitrién o el pa-
risito, A primera vista la diferencia entre la for-
ma y su distorsidn ornamental parece clara,
pero al examinarlas mis cuidadosamente, la li-
nea que las divide parece romperse. A medida
{que observamos mis cuidadosamente, se hace
menos claro el punto en que acaba la forma per-
fecta y empieza su imperfeecidn; parecen estar
inseparablemente enmaraiiadas. No puede dibu-
jarse una linea entre ellas. No puede liberarse a
Ia forma mediante ninguna técnica quirirgicas
to es posible una incisién limpia. Extirpar el
parisito seria matar al anfitrén. Forman una
entidad simbictica
Esto produce un sentimiento de inguietud, de
intranquilidad, al desafiar el sentido de identi-
dad estable y coherente que asociamos a la for-
‘ma pura, Es como sila perfeccién siempre hu-
biese contenido la imperfeccin, como si siem-
pre hubiesetenido cieras taras congénitas no
dliagnosticadas que empiezan ahora a hacerse vi-
sibles. La perfeecin es en secreto monstruosa.
Torturada desde dentro, la forma aparentemente
perfecta confiesa su crimen, su imperfeccién.
Esta sensacién de dislocacién ocurre no sélo en
Ja forma de estos proyectos. Ocurre también
entre estas formas y su contexto.
En os tltimos aos, la asociacién moderna de
1a responsabilidad social con el programa fu
cional ha sido sucedida por una preocupacion
por el contexto. Pero el contextualismo ha sido
utlizado como excusa para la mediocridad, para
el tonto servilismo frente alo familiar. Ya que
Ja arquitectura deconstructivista busca lo extra-
fio dentro de lo familiar, desplaza al contexto
iis que doblegarse frente a él. Los proyectos
de esta exposicién no ignoran el contexto; no
son anti-contextuales. Mas bien, cada uno de
cllos hace en él intervenciones muy especificas.
Lo que los hace inguietantes es la manera en
la que encuentran lo extraio escondido de ante-
‘mano en el contexto familiar. Con su interven-
cin, los elementos del contexto se hacen extra
fio, En uno de los proyectos, las torres son aba~
”8
tidas sobre sus costados, mientras que en otros
los puentes se levantan para convertirse en to-
sre los elanentorebterneos hacen eripiba
desde Ia tierra y flotan sobre la superficie, o los
‘materiales més comunes sibitamente se hacen
exéticos. Cada proyecto activa una parte del
context de manera de alterar el resto de él, ex-
trayéndole propiedades rupturistas hasta enton-
es ocultas, que se convierten en protagonistas
‘Cada una de ellas adquiere entonces una presen-
ia misteriosa, ajena al contexto del que proce-
de, extraia y ala vez familia: una especie de
monstruo dormido que se despierta en medio de
la cotidianeidad.
Esta aleeracién provoca una complicada reso-
nancia, entre el interior alterado de las formas y
su alteracién del contexto, que cuestiona el pa-
pel de las paredes que definen esa forma. La di-
visiOn entre el interior y el exterior se ve radi-
calmente alterada, La forma ya no divide sim-
plemente un interior de un exterior. La geome-
‘ria demuestra ser mucho mas retorcida: la sen-
sacién de estar delimitado, ya sea por un
edificio o por una habitacién, se ve alterada,
Pero no simplemente por la eliminacién de las
Paredes; el cerramiento de las paredes no se
cambia simplemente por la moderna planta li-
bre. Esto no es libertad, iberacién, sino estrés;
‘no es relajacion sino mas tensi6n. Las paredes se
abren, pero de forma ambigua. No hay simples
vventanas, aberturas regulares que perforan una
pared sélida; mas bien, la pared es torturada,
artida y doblada. Ya no es un elemento que da
seguridad al dividir lo familiar de lo que no lo
¢s, el interior del exterior. Toda la condicién de
envolvente se hace aiicos,
Si bien la arquitectura deconstructivista amenaza
asi esa fundamental propiedad de los objetos ar-
quitecténicos, no constituye una vanguardia,
Noes una ret6rica de lo nuevo. Mis bien expo-
ne lo extrafio que se esconde en lo tradicional,
Es el choque de lo antiguo,
Explota la debilidad de la tradicidn para alte-
rarla mas que para superarla. Como la vanguar-
dia moderna, pretende ser inquietante,alienan-
te, Pero no desde la retaguardia de la vanguar-
dia, no desde los margenes, Mis bien ocupa, y
altera, el centro. Esta obra no es fundamental-
‘mente distinta de las antiguas tradiciones que
‘cuestiona. No abandona la tradicién. Mas bien
hhabita el centro de la tradici6n para demostrar
4que la arquitectura ests siempre infectada, que la
forma pura siempre ha estado contaminada. Al
hhabitar completamente la tradicién, obedeciendo
su l6gica interna més rigurosamente que nunca,
estos arquitectos descubren ciertos dilemas den-
to de la tradicién que aquellos que pasan so-
rnimbulos por ella no aciertan a vislumbrar.
La arquitectura deconstructivista por tanto
plantea problemas tanto en el centro como en
los margenes, tanto a la mayoria conservadora
como a los flecos radicales de la profesién ar-
quitect6nica. Ninguno de ellos pueden apropiar-
se de estas obras. No pueden ser simplemente
imitadas por los marginales, ya que demandan
‘un conocimiento intimo de las interioridades de
la tradicién, y por tanto complicidad con ellas,
Pero tampoco pueden ser hechas propias por el
centro; no pueden ser asimiladas tan fécilmente
Invitan al consumo empleando formas arquitec-
t6nicas tradicionales —tentando a la profesiOn a
tragirselas tal cual— pero, al infectar esas for-
mas, siempre producen un tipo de indigestion
Es en ese momento de resistencia critica que ad-
quieren toda su fuerza
Macha obra arquitecténica supuestamente ra-
dical de los dlkimos afios se ha autoneutralizado
al mantenerse en una posicién marginal. Se han
desarrollado proyectos brillantemente concep-
tuales, con un aspecto quizés més radical que
los de esta exposicién pero sin su misma fuerza,
ya que no confrontan el centro de la tradicién:
se marginan a si mismos al excluir la construc-
cién. No se enfrentan con la arquitectura, sino
‘que hacen sofisticadas glosas de ella. Producen
tuna especie de comentario sobre la construccién
sin entrar a construir. Tales dibujos llevan el es-
tigma de la desconexién de las vanguardias his-
‘ricas. Habitan los margenes, el frente, la fron-
tera. Son proyecciones del futuro, mundos nue-
‘Vos, fantasias ut6picas
En contraste, la obra presentada en esta expo-
sicién no es una proyeccién del futuro ni una
simple remembranza historicista del pasado.
Mis bien es un intento de meterse bajo la piel
de la tradicién viva, irritindola desde dentro, La
arquitectura deconstructivista encuentra las
fronteras, los limites de la arquitectura, agazapa-
dos dentro de las formas cotidianas, Encuentra
tun territorio nuevo dentro de los objetos anti
gu0s,
Esta obra conlleva el tipo de subversién que ha-
bitualmente se considera posible slo en los do-
‘minios distanciados de la realidad de las formas
‘onstruidas. Los proyectos son radicales preci-
Samente porque no se juegan en los santuarios
del dibujo, de ta teoria, o de la escultura, Habi
tan el reino de la construccién, Algunos han
sido construidos, otros se construirin, y otrosDnbor ve crews 0 eb He OAR
tante, tentindonos a fianos de algo que se acer~
‘ca los bordes. Pero si estas estructurasedificios inquietantes explotando ¢l oculto po-
‘vencial de la modernidad.
La inguietad que estos edficios producen no
‘es sélo perceptual; no es una respuesta personal
frente a las obras, ni siquiera es un estado men-
‘tal. Lo que esta siendo alterado es un conjunto
de presunciones culturales profundamente arrai-
‘gadas que hay detris de una cierta visién de la
‘arquitectura, presunciones sobre el orden, la ar-
‘monia, la estabilidad y la unidad. Sin embargo,
‘esta alteracién no deriva de, o resulta en, un
‘cambio fundamental en la culeura. La inquietud
no esti producida por tn nuevo espiritu del
‘tiempo; no es que un mundo inquieto produzca
‘una arquitectura inquieta. Ni siquiera es la an=
‘gustia personal del arquitecto; no es una forma
de expresionismo, el arquitecto no expresa nada
‘con ello, El arquitecto sélo hace posible que la
‘wadicin se equivoque, que se deforme a si mis
‘ma. La pesadillade la arquitectura deconstructi=
‘visa habita el subconsciente de la forma pura
iis que el subconsciente del arquitecto, El ar-
‘quitecto simplemente anula las inhibiciones for-
‘males tradicionales para liberar el cuerpo extra-
420. Cada arquitecto libera inhibiciones diferen-
‘ts, de manera que subvierte la forma de mane-
ras radicalmente distintas. Cada uno de ellos
Ihace protagonista a un dilema diferente de la
forma pura.
Al hacerlo producen una arquitectura sinuosa,
‘una arquitectura escurridiza que se desliza de
forma descontrolada de lo familiar a lo descono-
‘ido, hacia la extra toma de conciencia de su
‘propia naturaleza extrafa; una arquitectura, fi-
‘nalmente, en la que la forma se distorsiona a st
‘misma para revelarse de nuevo. Los proyectos
peace otuprman ec deletes
‘cuestionada por esta ‘enigmas, que son
cl origen desu fuerza y su delete, y que son los
formidable