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ee El archivo es una desgarradura en el tejido de los dias, el bosquejo realizado de un aconitecimiento inesperado, Todo él est enfocado sobre algunos instantes de la vida de personajes ordinarios, pocas veces visitados por la historia, excepto si un dia les da por reunirse en muchedumbres y pot construir lo que mds tarde se denominaré la historia. El ar- chivo no escribe paginas de historia. Describe con palabras de todos los dfas lo irrisorio y lo tragico en el mismo tono, en el cual lo importante para la administracién es saber auiénes son los responsahles y cémo castigarlos. Las res- Puestas se suceden a las preguntas; cada demanda, cada | atestado es unaescena en Ja que se esta formulapsso aquello | que normalmente no vale la pena que lo esté. Ain menos que se escriba; los pobres no suelen escribir su biografia. El | archivo judicial, terreno del pequefio delito antes | gran crimen, mas raro, contiene més pequeitos que graves asesinatos, y exhibe en cada pliego la vida de los mas desfavorecidos. Anette Farge es diretora de investigacién en el CNRS. Ha publicado varios bros Sobre Ia vida parsina en el siglo xvi, entre ellos Vivre dant la ue @ Par fu xvur siete (1919), Le Miroir des femmes, textes de la Dibliothoque blewe (1982) y La Vie fragile. Violence, pouvoire et solidartes ¢ Pars au XVI Sede 1986). En el presente libro, la autdra nos invita a acompaitarla en su placer east Sotidiano de tir al archivos Pa g Z a 5 z ° E g = a kal a 2 2 oS z ee ee a En Ee Ge mt ARLETTE FARGE LA ATRACCION DEL ARCHIVO ENdicions acrons #1 wacuiniM. INSTITUCIS VALENCIANA D'ESTUDIS INVESTIGACIO Ia / Se fr ESTUDIOS UNIVERSITARIOS . | ARLETTE FARGE 44 LA ATRACCION DEL ARCHIVO EDICIONS ALFONS EL MAGNANIM INSTITUCIO VALENCIANA D'ESTUDIS I INVESTIGACIO 1991 Titulo origina: Le godt de Farchive Editions du Seuil 1989 ©De esta edicin. Edicions Alfons el Magninim. VEL, 1991 PAL Alfons el Magnani. 1 - 46003 Valencia ‘Traduccn de Anna Montero Bosch Diseiio de Ia port 84-7822.02 DEPGSTTO LEGAL: V-1159-1991 MILLARES DE HUELLAS Ex invierno como en verano est helado; los dedos se agarrotan al descifrarlo mientras se impregnan de polvo frfo en contacto con su papel pergamino 0 de tela. Es de dificil lectura para ojos poco avezados aun cuando a ve- ces esté cubierto por una escritura minuciosa y regular. Aparece sobre la mesa de lectura, normalmente en forma de legajo, atado 0 ceftido, hacinado en suma, con los can- tos devorados por el tiempo 0 los roedores; precioso (infi- nitamente) y maltrecho, se manipula lentamente con miedo, aque un anodino principio de deterioro se vuelva defini- tivo. A primera vista, ya se puede saber si ha sido consul- tado ono, aunque sélo sea una vez desde su conservacién. Un legajo intacto es facil de reconocer. No por su aspecto {ha podido permanecer durante mucho tiempo en sétanos protegido de inundaciones, guerras o desastres, escarchas ¢ incendios), sino por esa forma especifica de cubrirse con un polvo no volatil, que se niega a desaparecer al primer sopla, frio caparazén gris depositado por el tiempo. Sin mas huella que la livida del lazo de tela que lo cifie y lo retiene por el centro, doblandolo imperceptiblemente por el tale. El archivo judicial es especial. Aqui, tinicamente nos ocuparemos (0 casi) del correspondiente al siglo xvm, reu- nido en series en el Archivo Nacional, en la Biblioteca del Arsenal y en la Biblioteca Nacional. En él se basa nues- \tro trabajo.de historiador.' 10 ARLETTE FARGE Desconcertante y colosal, sin embargo el archivo atra- ba. Se abre brutalmente sobre un mundo desconocido don- de los condenados, los miserables y los malos sujetos in- terpretan su parel en una sociedad viva e inestable. De entrada, su lectura produce una sensacién de realidad que ningtin impreso, por desconocido que sea, puede suscitar. El impreso es un texto, entregado al pilblico intenciona- damente. Esté organizado para ser leido y comprendido or numerosas personas; intenta anunciar y crear un pen- samiento, modificar un estado de cosas con la exposicién de una historia c de una reflexién, Se ordena y se estruc- tura seguin sistemas mas o menos facilmente descifrables, y, Sea cual fuere ‘a apariencia que reviste, existe para con. vencer y transformar el orden de los conocimientos. Ofi- cial, ficticio, polemico o clandestino, se difunde con gran velocidad en el siglo de las Luces, atravesando las barre- ras sociales, a menudo acosado por el poder real y su ser- vicio de censuras Enmascarado 0 no, esta cargado de in tencién; la més simple y evidente de las cuales es la de ser Ieido por los demas. Nada tiene que ver con el archivo; huella en bruto de vidas que de ningiin modo pedian expresarse asi, y que estin obligadas a hacerlo porque un dia se vieron enfren tadas a las realidades de la policia y de la represion. Bien se trate de victimas, demandantes, sospechosos 0 delin- cuentes, ninguno de ellos sofiaba con esa situacién en la que se vieron obligados a explicarse, quejarse, justificar. se ante una polieia poco amable. Sus palabras aparecen consignadas una vez ha surgido el acontecimiento, y aun- que en el momento adopten una estrategia, no obedecen, como el impreso, a la misma operacién intelectual. Expre san lo que nunca hubiese sido pronunciado de no fiaberse Producido un acontecimiento social perturbador. En cierto modo, expresan un no-dicho, En la brevedad de un inci- dente que provoca desorden, explican, comentan, cuen: - tan como «eso» ha podido existir, en su vida, entre la Bn Jos Archivos de Ia Bastilla se conservan innumerables informes de {mpresores, vendedores y dependientes de librerias encarcelados por ha. ber fabricado y vendido panties y libelos, Ty | | LA ATRACCION DEL ARCHIVO . u vecindad y el trabajo, en la calle y las escaleras. Corta se- cuencia, en la cual, a propésito de una herida, de una pe- lea 0 de un robo, se alzan personajes, siluetas barrocas y claudicantes, cuyas costumbres y defectos se reflejan de proto, cuyas buenas intenciones y formas de vida a ve ces se detallan. El archivo es una desgarradura en el tejido de los dias, el bosquejo realizado de un acontecimiento inesperado. Todo 61 esta enfocado sobre algunos instantes de la vida de personajes ordinarios, pocas veces visitados por la his toria, excepto si un dia les da por reunirse en muchedum bres y por construir lo que mas tarde se denominaré la historia. Bl archivo no escribe paginas de historia. Des cribe con palabras de todos los dias lo irrisorio y lo tragi- con el mismo tono, en el cual lo importante para Ia ad- mi iistracién es saber quignes son los responsables y como castigarlos. Las respuestas se suceden a las preguntas; cada demmanda, cada atestado es una escena en la que esta for: mulado aquetlo que normalmente no vale la pena que lo este. Atin menos que se escriba; los pobres no suelen es- cribir su biografia, El archivo judicial, terreno del peque- fo delito antes que del gran crimen, més raro, contiene mis pequefios incidentes que graves asesinatos, y exhibe en cada pliego la vida de los més desfavorecidos. A veces, se ha comparado este tipo de archivo con las «breves», el apartado de los diarios que informa sobre ciertos aspectos insdlitos de la vida del mundo. El archi- Vo no es una breve; no ha sido compuesto para sorpren: der, agradar o informar, sino para servir a una policia que vigila y reprime. Es la compilacion (falsa 0 no, veridica © no, ésa es otra cuestidn) de palabras pronunciadas, cu- os autores, obligados por el acontecimiento, nunca ima. ginaron que un dia las pronunciarian, En este sentido fuer- za a la lectura, «cautiva» al lector, produce en. él la sensacién de aprehender por fin lo reai, de no examinarlo a través del relato sobre, ef discurso.de. “—_Astnace la sensacién ingenua, pero profunda, de ras- gar un velo, de atravesar la opacidad del saber y de acce- der, como tras un largo viaje incierto, a lo esencial de los seres y de las cosas. El archivo acta como un despoja- miento; plegados en algunas lineas aparecen, no solamente 12, ARLETTE FARGE lo inaccesible, sino lo vivo. Trozos de verdad actualmen- te vencidos aparecen ante la vista: cegadores de nitidez y de credibilidad. No cabe duda, cl descubrimiento del ar- chivo ea un man que se ofrece ¥ que justifiea plenamen te su nombre: fuente. : Sin comparacién con ninguna otra, la fuente de los interrogatorios y de los testimonios de la poticia parece realizar un milagro, el de unir el pasado con el presente; al descubrirla se da en pensar que no se trabaja con los muertos (ciertamente, la historia cs ante todo un encuen- trocon la muerte), y que la materia es tan aguda que soli cita simultineamente a la afectividad y a la inteligencia. Extraflo sentimiento el de este stbito encuentro con exis- tencias desconocidas, accidentadas y plenas, que mezclan, como para embrollar mejor, Io préximo (tan cercano) y lo Iejano, lo difunto. Se diré que el descubrimiento de una autobiografia © de un diario intimno puede crear efectos comparables, pero ta diferencia es grande {F1 mas intimo de los cuadernos sbandonado en un rineba de un granero y encontrado unos siglos més tarde, sugiere a pesar de todo que quien lo es: cribié pretendia mas 0 menos ser descubierto y pensaba quelos acontecimientos de su vida necesitaban ser escri- tos} El archivo en absoluto posee ese caracter: el testigo, el vecino, el ladrén, el traidor y el rebelde no querian apa: recer compaginados; sus palabras, sus actos y sus pensa- mientos fueron transcritos por otras necesidades. Eso lo transforma todo, no solo el contenido de lo que se eseri bid, sino cambiga la relaciOn con ello, especialmente la re: lacion con la sensacién de realidad, mas insistente y te- | naz, por qué no decirlo, mas invasora, UNA MANANA EN La Bustiotsca Det Arsenat, Tela entre ios dedos: aspera suavidad poco habitual para manos avezadas ya al frio del archivo, Tela blanca Yy sOlida, destizada entre dos hojas, cubierta por una bella + Ph. Lemons, Le Pacte autobiographique, Kaitions du Seuil, Paris, 1975, LA APRACCION DEL ARCHIVO 13 escritura firme: es una carta. Comprendemos que se trata, de u: prisionero de la Bastilla, encarcelado desde hace tiem- po. Escribe a su mujer una misiva implorante y afectuo: sa. Aprovecha cl envio de sus harapos a la Javanderia para deslizar-entre ellos este mensaie. Ansioso por el resuita- do, pide a la lavandera que tenga a bien, cuando las de. vuelva, bordar una miniiscula cruz azul sobre sus medias limpias; para él serd la sefial de que su esposa ha recibido el buiete de tela. Encontrado en el archivo, el trozo de ropa dice por si mismo gue ciertamente no hubo ninguna pe- queiia cruz azul sobre la media limpia del prisionero...” Un informe ligeramente abultado: abrirlo suavemente; sujeto sobre una pagina, un minusculo saco de tela grose- ra, Heno de una materia indiscernible a primera vista, Una carta lo acompafia, Ia de un médico rural que escribe a la Sociedad Real de Medicina que conoce @ una joven, sin: cera y virtuosa, de cuyos senos manan, cada mes, granos a borbotones. El saquito ¢s la prueba. ‘Abrir 0 no algo que no ha sido abierto desde hace dos siglos. Abrir con precaucién, retirar el alfiler que ha deja- don la sarga dos agujeros, alge manchados de dxido. Asi es mejor, el saquito volverd a cerrarse facilmente, absolu. taniente igual que antes, ajustando el alfiler en las sefia Jes. Algunos granos se escapan, dorados como el primer dia; se desparraman.como Iluvia sobre el archivo amari- lento. Breve brillo de sol. Si realmente fuese un poco de quella muchacha en flor en quien creia su médico. Jue g0 Je metaforas, pero también sorprendente poder de los gra:.0s intactos, tan reales como inmateriales, de los que se supone que Son al mismo tiempo fruto de un cuerpo y vna de las explicaciones cientificas de-las menstrua. cones." ‘Con nada se puede describir el efecto de realidad que se siente wnejor que con esos dos objetos encontrados al azar de las consultas de los iniormes. Sin contar los nai: ioteca del Arsenal (més adelante B.A), Archivos de Ia Bastlls (és adelante A.B), 12057, 8 de julio de 1759. "Biblioteca de ia Academia de medicina, SRM 179, asunto Anse Bat baroux, 1785. Cl. también J.-P, Perce, cEncre femmes et médecins. Vio Jeneas et singulartes dane le discours du corps d'aprés les mamuscrits mé

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