La educacin: entre la complicidad y la

transformacin.

A lo largo de la historia, la educacin ha tenido una funcin primordial

dentro de la construccin social y personal del individuo. La escuela

debe procurar el desarrollo integral del ser humano, atendiendo a cada

aspecto que contribuya a la humanizacin del hombre.

Sin embargo, la misma historia no muestra la lucha dialctica entre la

reproduccin y el cambio, como lo maneja Gimeno (2008:27), es decir,

la escuela se convierte en slo reproductora de una estructura social

determinada, basada en intereses del momento, por ejemplo, en nuestro

contexto se trata de mantener una ideologa social q con intereses

determinados. Y la escuela como cambio debe ayudar a que el

ciudadano aprenda a tomar sus propias decisiones, a pesar de la

imposicin cultural que existe a travs del bombardeo de diferentes

medios de comunicacin, principalmente.

En este sentido, considero que la funcin principal de la escuela es

adquirir los conocimientos, las habilidades y las actitudes que le

permitan relacionarse de manera crtica con todo lo que le rodeo.

Cuando una persona tiene una formacin integral, le permite no ser un

subordinado, sino ms bien una persona con capacidad de

discernimiento ante la propuesta de la cultura dominante. Se da por

hecho que no todo lo que viene de fuera es bueno, en consecuencia,

cada individuo debe aprender a decidir por aquello que le permita

desarrollar de acuerdo a sus proyectos.

Los retos que presenta una educacin para el cambio, implica que cada

docente tenga la capacidad para aprender a atender necesidades que

presentan los nios en cada contexto. La educacin para la socializacin

debe tomar otra vez al hombre como centro de toda decisin y

ejecucin, los intereses de fuera, solo pretenden formar a hombres con

un modelo determinado y eso trae muchos problemas en la prctica

diaria, como el rechazo mismo a la educacin.

Es posible un educacin para el cambio? Considero que s es posible,

pero implica un proceso de ruptura de esquemas mentales por parte de

todos los involucrados en este proceso. Adems, no slo tiene que ser

posible, sino resulta necesario para recuperar nuevamente una

educacin para la vida humana, no para la vida materialista.