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MOLLAUER-SEICHTER, TRAUDE (2005), Introduccién: «Feminismo», Antropologia: Escuelas y corrientes (Adenda), Madrid, Antropologia contempordnea: Introduccién a la situacién de las iltimas décadas en el campo de la antropologia social y cultural. Feminismo : ANTROPOLOGIA FEMINISTA Literatura recomendada: (NO OBLIGATORIO) ARDENER, SHIRLEY (1977), Perceiving Women. London. Kutick, Don ¥ WILSON, MARGARET (Eds.) (1995), Taboo: Sex, Identity and Erotic ‘Subjectivity in Anthropological Fieldwork, London. Moore, Henrterra (1994). A Passion for Difference. Cambridge, (1995). Feminismo y Antropologia. OntNER, SHERRY (1974). «ls Female to Male as Nature Is to Culture?», en ROSALDO y LAMPHERE (Eds.) Woman, Culture, and Society. Stanford. ROSALDO, MICHELLE (1974). Women, Culture and Society. Stanford. HISTORIA DE LA ANTROPOLOGIA SOCIAL: ESCUELAS Y CORRIENTES ‘Traude Miillauer-Seichter UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA Introduccién La nocién «género» tiende a sustituir en Ciencias Sociales a ta de «sexo» porque el término sexo se restringe exclusivamente al dmbito biolégico. El conceplo de género tiene un tratamiento mds social de las diferencias sextales en el orden cultural Combes, D., 1992 Existen dos perspectivas fundamentales para abordar los estudios de género, Por un lado, ante las diferencias biolégicas entre hombres y mujeres, se tiende en la actualidad ‘a emplear el término «género» como traduccién de la palabra inglesa gender por el mucho més preciso en espafiol «sexo»', Por otro lado, las diferencias de sexo en la vida real se muestran codificadas en fas diversas sociedades y culturalmente institucionalizadas. Por lo general es en ese nivel donde se centra el interés antropolégico que se distingue por aplicar el término «géneron en vez de «sexor (bioldgico). La antropologfa suele estudiar la cuestidn de las diferencias sexuales o de agénero» en forma de relacién, como se definen los hombres en relacién a mujeres y viceversa; esta relacién entre los miembros de uno y otro sexo varia de sociedad en sociedad (Eriksen, 2001: 124). Es sorprendente que la investigacién en este campo haya tardado tanto tiempo en cobrar interés precisamente en una disciplina que puede resultar una herramienta clave para el andlisis de la identidad social, El campo de la antropologia feminista emergié a comienzos de los afios 70 como una reaceién a la percepcién de un punto de vista claramente androcéntrico aplicado hasta el momento a la disciplina. Hay que establecer dos hitos importantes en relacién a ello, Primero, algunas de las figuras prominentes en la temprana antropologia americana (por ejemplo, Margaret Mead y Ruth Benedict) fueron mujeres, y, ademés, esta disciplina ha estado mas equilibrada tradicionalmente cn lo que se refiere a la presencia de hombres y mujeres que otras ciencias sociales (Di Leonardo: 1991). Sin embargo, la antropologia ha estado centrada de manera predominante en el estudio de los modos del pensamiento a lo largo de los aftos exhibiendo uno de tipo androcéntrico que ya denunciaron las primeras antropélogas as (Eriksen, 2001; Reiter en Boschma y Franks, 2002: 2). Henrietta Moore subraya una clara distincién entre «antropologia de la mujer» y antropologia feministan. Mientras la primera «formaba parte de los mecanismos tendentes a cuestionar las categorias teéricas, subrayando las influencias de sus postulados en la recopilacién, el andlisis y la interpretacién de datos (Moore, 1996: 217)», la segunda surgié de la «antropologia de ta mujer» en los afios de 70 det siglo pasado, con el tema central de las relaciones de género o para hablar con propiedad relaciones entre sexos, La antropologia feminista no es lo mismo que «antropologia del género» pues la primera se define como el estudio de las relaciones de género, por oposicidn al estudio de la mujer. Acerca de la aclaracién terminoldgica die Moore: «El problema sin duda es de caricter terminolégico, ya que es perfectamente posible distinguir entre el estudio de la identidad del género y su interpretacién cultural (la antropologia del género), y el estudio del género como principio de la vida social humana (antropologia feminista) (1996: 219)», Gnero» sgn la RAE ex: 1, Conjunto de sees que tiene uno 0 vais carcteres comune. 2. Modo o manera de hacer wna ‘cost. 3. Claeo tipo aque pertnecen personas 0 cosas. 4H eomercio de cualquier mercanca. 5, Culler clase de tla... 10. {Genero masciliso Grom el de los nombres que significan personas y algunas vees animales de sexo masculino ytanbién el de ‘fos nombres de sees inanimades. En los primeros trabajos de antropologia feminista ya se percibieron lagunas sustaneiales en el corpus de la literatura antropolégica, debido al machismo (Lamphere, 1996). Aunque existia frecuentemente informacién etnogréfica sobre la mujer, los estudios de los informantes masculinos se difundian a través de los informes hechos a su vez por etnégrafos varones. La antropologia feminista contemporénea «persigue los mismos objetivos que la antropologia general pero ademas se ha desarrollado como respuesta a muchas de las deficiencias y ausencias de la teorfa y la préctica disciplinariay (Strathern en Moore, 1996: 218). En este sentido no centra su investigacidn s6lo en el tema del género asimétrico, sino que simultineamente est’ empezando a explorar la importancia de las actividades femeninas, tales como maternidad y seleccién sexual en nuestras reconstrucciones de la historia humana. Este enfoque ha derivado hacia estudios més particulares e historicamente implantados que sitian el género en el centro del andlisis.. Asuntos importantes relacionados con mujeres de raza negra, lesbianas y personas del Tetcer Mundo estén siendo estudiados e incorporados en los andlisis realizados por antropélogas feministas (Lamphere, 1996: 488). Esta coleccién de trabajos se ha llevado a cabo siguiendo una serie de enfoques. Primero se desarrollaron desde una perspectiva materialista, Algunos de los investigadores que siguieron esta linea, se centraron en el estudio del género y su relacién con las clases sociales, el poder y los cambios en los modos de produccién. El segundo de estos enfoques se centrd en «la construccién social del género y su forma de expresién en los roles de maternidad, parentesco y matrimonio» (McGee y Warms en Boschma y Franks, 2002: 2). En general, la antropologia feminista contemporénea ha demostrado que el género es una categoria analitica importante que empezé a hacerse popular a prineipios de los afios 80 del siglo pasado, apareciendo con frecuencia en los escritos de antropdlogas sociales y culturales. El término género fue usado para referirse tanto al masculino como al femenino, a la construecién social de estas dos categorias y a la relacién entre ellas (Pine, 1996: 253). La construccién de género puede variar de una cultura a otra, y esto ha Ilevado a las antropélogas feministas a huir de amplias generalizaciones (Lamphere, 1996: 488). Fl interés de las investigadoras se ha centrado més en las diferencias que hay entre las mujeres que entre hombres y mujeres, Conceptos ms relevantes Inicialmente, la antropologia feminista se centré en el andlisis y en el desarrollo de la teoria para explicar la subordinacién de la mujer que parece ser universal y que afecta a todas las culturas. El enfoque marxista atrajo a las antropélogas feministas en los afios 70 porque «no hay ninguna teoria que dé cuenta de la opresién de la mujer ~en sus infinitas variedades y monétonas similitudes en todas las eulturas y a lo largo de toda la historia— como el poder aclaratorio de la teoria marxista de opresién de clase» (Rubin en Boschma y Franks, 2002: 3). B] modelo marxista explica que la subordinacién de la mujer en las sociedades capitalistas reside en su rol reproductivo, «la reproduccién del trabajo» asi como en su valor como mano de obra no pagada o mal pagada, y esto se debe al capitalismo en si, historico y depredador (Rubin en Boschma y Franks, 2002: 25 iksen, 2001). Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado intenta explicar el origen de estas tendencias histéricas desde el siglo XIX. Las teorias de este autor parecen hechas para los lectores actuales. Engels atribuia la opresién de la mujer a 3 cambios en los modos de produecién en la revolucién neolitica. A su modo de ver, una vez, que los hombres obtuvieron propiedades (tierras 0 ganado), querfan transmitirlo a sus descendientes por via de herencia patrilineal, Esto se consiguié deshaciéndose de la herencia matrilineal, que conllevé «la derrota mundial histérica del sexo femenino» (Engels en Boschma y Franks, 2002: 2). Partiendo de que de alguna forma, la mujer estaba subordinada universalmente al hombre, las antropélogas en el subcampo del feminismo desarrollaron diferentes modelos para explicar esta situacidn. Figuras como Rosaldo, Edholm y Ortner usaron dicotomias como piiblico/doméstico, produccién/reproduccién y naturaleza/cultura para explicar a subordinacién de la mujer. El uso de estas dicotomias por Ortner y Whitehead (1981), se basa en la conclusién de Lévi- Strauss de que hay una oposicién binaria universal entre naturaleza y cultura (Eriksen, 2001: 128). Este autor argumentaba también que la mujer en todas las culturas esté representada como més cercana a la naturaleza por su rol en la reproducci E. Friedl y Lamphere ereen que, aunque las mujeres estén sujetas a la subordinacién universal, no carecen de poder individual, Estas dos antropdlogas enfatizan el poder doméstico de la mujer. Bste poder, de acuerdo a este marco teérico, «se manifiesta en relaciones individuales negociadas en la esfera doméstica pero influyendo ¢ incluso determinando la actividad del hombre en la esfera publica» (Pine, 1996: 254). AA finales de los afios 70, muchas antropélogas feministas empezaban a cuestionar el concepto universal de subordinacién de la mujer y la utilidad de utilizar modelos basados en estas dicotomfas, Explicaban que habia sociedades en las que los hombres y las mujeres tenian roles que eran complementarios pero iguales. Fl trabajo hecho por A. Schlegal y J. Briggs en sociedades tribales es un buen ejemplo de esto. K. Sacks us6 un anilisis de-los-modos-de-produccién para mostrar que «los cazadores poseian una economia politica comunal en Ia que las hermanas, esposas, hermanos y maridos tenian todos el mismo estatus para producir medios y recursos». Otra critica hecha contra el uso de las dicotomias fue que éstas eran categorias occidentales. Por lo tanto, no son aplicables a los estudios y andlisis de otras culturas. En el capitulo dedicado al estudio de género y edad, Eriksen (2001) dist varios enfoques de investigacién divididos en los siguientes subcampos: gue los — Divisién de trabajo. ~ Lo privado y lo publico. 7 — Sumisién y dominaneia — Hombre-mujer: cultura-naturaleza. — Mundos de mujeres-mundos de hombres. — Sexualidad. Metodologia El aspecto unificador de la antropologia feminista se centra en el rol, estatus y contribuciones de la mujer en su sociedad, Dentro de este marco, algunas antropdlogas a nivel individual exploran una amplia gama de intereses y emplean maltiples modelos tedricos para interpretar la informacién, Seria, por lo tanto, problemético caracterizar cualquier enfoque o modelo como predominante dentro de este campo. Pero dejando esta observacién de lado, se podria decir que el rea era més homogénea durante su primera etapa de desarrollo en los afios 70, cuando el interés residia en desarrollar modelos para explicar la subordinacién universal de la mujer. El marco teérico 4 preferido era el marxista, Esta preferencia se basaba tanto en Ia utilidad del modelo marxista para el andlisis de 1a asimetrfa de género, como en los esctitos fundacionales de Marx y Engels referidos al estatus de la mujer en sistemas econdmicos capitalistas. Estos autores mantenian que la opresién femenina sustentaba el capitalismo en dos niveles, pues Ja mujer servia como medio de reproduecién de la mano de obra y adems se le pagaba muy poco dinero 0 no se le pagaba nada en absoluto, contribuyendo a sufragar y encubrit el coste total de Ia operacién econémica capitalista y elevando asi, los mérgenes de beneficio para la burguesia (Boschma y Franks, 2002: 4). También se utilizaron enfoques estructuralistas para tratar de explicar la opresién femenina, Desde estos puntos de vista, los roles segtin el sexo eran interptetados como construcciones culturales, Histéricamente las funciones reproduetivas de la mujer y del hombre llevaron a la asociacién de la mujer con un estatus inferior, pero relativamente més seguro: las actividades dentro de la esfera doméstica, Al mismo tiempo, el rol del hombre en la reproduccidn le permitié (u oblig6) a operar fuera de las Areas espaciales «segurasy, Estas dicotomias sobrevivieron a las presiones medioambientales en las que originalmente se crearon. Tanto el modelo marxista como el estructuralista rechazan la nocién de que la opresién de la mujer est asociada a algo innato y biolégico de las especies humanas. El dimorfismo sexual en humanos es un rasgo bioldgico de las especies, pero sélo sirve para facilitar la posible opresién de la mujer, no para Hevarla a cabo 0 programar este comportamiento en humanos. La investigacién etnogrifica de Mead examiné las culturas donde el comportamiento del hombre y de la mujer era incompatible con el concepto occidental de hombres racionales y mujeres emocionales (Leibowitz, 1975 20-21), Asi pues, estudios sobre primates demostraron varias formas de interaccién entre simios machos y hembras (Leibowitz, 1975: 25-31) Logros y metas La contribucién més obvia a la antropologia feminista ha sido Ia creciente toma de conciencia de la mujer dentro de la antropologia en lo que se refiere a consideraciones con teorias etnogrificas. Este énfasis ha retado muchas creencias intocables, por ejemplo en lo referente a modelos de origen humano en los que el modelo del «chombre cazador» habia sido visto como la fuerza motora en la evolucién humana, ignorando el rol femenino en las cuestiones productivas y reproductivas en la evolucién del Homo sapiens (Boschma y Franks, 2002; 3). Moore considera el desarrollo de teorias relativas ala identidad y a la construccién cultural del géneto, «lo que deber ser una mujer 0 un varén, como ia principal contribucién de la antropologia feminista a la disciplina.» (1996: 218). La antropologia feminista ha estado intimamente relacionada con el estudio de género y su construceién por varias sociedades, un interés que examina tanto al hombre como a la mujer (Di Leonardo, 1991: 1). Para desarrollar este campo segiin la perspectiva de género, se requiere de una metodologia analitica que conjugue teorias y cree una aproximacién teérica que sintetice diversas disciplinas cientificas: historia antropologia, semidtica, psicologia, sociologia, ecoriomfa, ciencias politicas estética y filosofia. Reacciones y criticas La antropologia es una de las pocas diseiplinas en la que historicamente, las mujeres han sido capaces de obtener tanto altos niveles de logros profesionales como el reconocimiento piblico, En la literatura antropolégica, sin embargo, la discusién sobre Ja mujer ha estado restringida hasta hace poco tiempo a reas que tenian que ver con el matrimonio, parentesco y familia, Las antropélogas feministas creen que el fracaso de los investigadores anteriores, a la hora de tratar asuntos relacionados con la mujer y el género, ha Ilevado a un entendimiento deficiente de la experiencia humana (McGee y ‘Wars, 1996: 391, de Morgen en Boschma y Franks, 2002: 3). Otra critica hecha por las antropélogas feministas va directamente dirigida hacia el lenguaje usado en la disciplina, El uso de la palabra chombre» es ambiguo, algunas veces se refiere al Homo Sapiens en conjunto, otras s6lo a los hombres y también, a los dos conceptos simulténeamente, Los que hacen esta critica citan la hipétesis de Sapir- Whorf que dice que el lenguaje adquiere contenido segiin la visién del mundo. Tedricos como $, Washburn y C, Lancaster fueron también criticados, pues ademés de usar frases del tipo «pobres hembras dependientes», se centraron en la agresién. K. Lorenz, que trabajé en los aftos 60, publics Sobre la agresién y R. Ardrey Génesis africano. Ambos fueron textos populares que resaltaron la importancia de la agresién en la evolucién y formacién de la humanidad (McGee y Warms, 1996: 395). La antropologfa feminista ha sido criticada por varios aspectos desde su nacimiento en los afios 70. Una critica que se hizo en la primera época, ya mencionada aqui, fue hhecha por antropdlogas que pertenecian a minorias étnicas. Su critica fue que antropdlogas blancas. de clase media se estaban centrando demasiado en aspectos de género. Por lo tanto, estaban ignorando las desigualdades sociales que se derivan del racismo o la distribucién desigual de la riqueza, Esta situacién se da por una mayor concienciacién en tales asuntos por parte de las, ya mencionadas, antropélogas feministas blancas de clase media, asi como por medio de la entrada al campo, de un gran nimero de antropélogas pertenecientes a grupos minoritarios, ‘Ademés, la antropologfa feminista ha sido acusada de reflejar la situacién que antes criticaba, Si empez6 siendo una critica del punto de vista androcéntrico Hevado a cabo pot hombres (ctnégrafos) estudiando hombres (informantes) ha abocado en mujeres estudiando mujeres, El campo ha intentado reorientar esto centrindose en el tema més amplio de género y escapando de la «Antropologia de la mujer» (Di Leonardo, 1991: 1). Biografias de representantes mds relevantes? BENEDICT, RUTH (1887-1948) Antropéloga norteamericana, nacida y muerta en Nueva York. Dotada de una amplia formacién humanistica, hasta los afios 30 esctibié poesia bajo el seudénimo de Anne Singleton, Su gran aportacién fue el concepto de cultura como un ctimulo de elementos intelectuales, religiosos y estéticos. Se doctord en la Universidad de Columbia (1923) y fue profesora a partir de 1928. Especializada en el estudio de las, tribus indias del sudoeste americano y de los pies negros canadienses, en 1934 publicé su gran obra, Patterns of Culture, defendiendo el relativismo cultural y la inclusién de Jas conductas humanas en modelos sociales, Las biografias se eneuenitan en as siguentes gina: tp /Anew-biogralasyidas com yhp:/Arwwemnsu.ed 6 MEAD, MARGARET (1901-1978) Antropéloga norteamericana, nacida en Filadelfia y muerta en Nueva York. Curs6 estudios en el Bamard College y en la Universidad de Columbia. Fue ayudante del conservador de etnologia del Museo Americano de Historia Natural (1926- 1942) y en 1942 ascendié a conservadora asociada de antropologia. Participé en expediciones a Nueva Guinea (1931-1933), a Bali y Nueva Guinea (1936-1939). Muy conocida por sus estudios sobre la infancia, el sexo y el temperamento en las sociedades primitivas, y por la relacién existente entre la formacién del cardcter y las formas sociales, puso de relieve los determinantes culturales de la personalidad. Edité Competition and Cooperation Among Primitive Peoples (1937) y eseribié Coming of Age in Samoa (1928), Sex and Temperament in Three Primitive Societies (1935), Keep Your Powder Dry (1942), Male and Female (1949) y Culture and Commitment (1969). SHERRY BETH ORTNER (1941 -) Sherry nacié en 1941 en New Jersey. Cursé sus estudios antropolégicos en la Universidad de Chicago donde recibié el M.D. en el ailo 1966 y su Ph.D. en 1970. Ortner tuvo su primera experiencia de trabajo de campo en Nepal, entre los sherpas. Sherry Beth Ortner es una de las mas destacadas representantes en el campo de la antropologia feminista y reconocida por sus importantes aportaciones en antropologia general, Sus primeras contribuciones en el terreno feminista se reflejan en su Js Female 10 Male as Nature Is to Culture publicado en el afio 1974 A partir de 1977 y durante los siguientes 17 afios ensefié en la universidad de Michigan En este perfodo publicé The Virgin and the State (1976) llevando a cabo la direccién del departamento de Antropologia y sus tareas dentro del editorial del Journal of Cultural and Social Practice y otros cargos dentro de los Women’s Studies, Durante los afios 1994-1996 formé parte del South Asia Consortium en la universidad de Berkeley. Finalmente, a la edad de 60 afios empezé a dar clases y cursos de género y poder en la universidad de Colombia (fuente: Michelle Bartaenu). MICHELLE Z. ROSALDO (272-1981) Michelle Zimbalist Rosaldo reeibié su Ph.D. en Antropologia Social en el afio 1972 por la universidad de Harvard, En los siguientes afios fue profesora ayudante en la universidad de Stanford, Realiz6 su trabajo de campo en los afios 1967-1969 entre los Hongot en el norte de Luz6n Filipinas) junto a su marido Renato. Rosaldo publicaba una serie de articulos en relacién con sus estudios en Filipinas; en 1980 publicé su obra Knowledge and Passion: llongot Notions of Self and Social Life. La contribucién de Rosaldo al campo de la antropologia de géneto cuenta con gran prestigio entre el colectivo. Uno de los trabajos mas conocido es su co-edicién del libro Woman, Culture, and Society junto a Louise Lamphere (1974). Entre otros méritos era co-fundadora del Program in Feminist Studies de la universidad de Stanford. Bibliografia consultada BOscHMA, JAMES Y FRANKS, MARSHA. 2002, «Feminist Anthropology» en Murphy. M. D. Anthropological Theories (http://www.as.ua.edu.; Consulta: 03.12.2002). Comes, D. y DEVERUX, A. 1992. «Travail des femmes et rapports soicaux de sexe» en: Pinton, F. y M, Lecarme (Eds.) Relations de genre et développement. Ed, Orstom, DI LEONARDO, MICAFLA. 1991. Introduetion: Gender, Culture and Political Economy: Feminist Anthropology in Historical Perspective. En Gender at the Crossroads of Knowledge: Feminist Anthropology in the Postmodern Bra, Michaela di Leonardo (Ed.) Berkeley: University of California Press pp. 1-48. ENGELS, FREDERICK. 1972. The Origin of the Family, Private Property, and the State, Eleanor Leacock, ed. New York: International Publishers. ERIKSEN, THOMAS HYLLAND. 2001. Small Places, Large Issues. An Introduction to Social and Cultural Anthropology. London. Pluto Press. Lampuere, L. 1996, «Gendern. En Levinson, D. y M. Ember (Eds.) Encyclopedia of Cultural Anthropology, Vol. 2. New York: Henry Holt and Co, pp. 488-493. McGee, R. J. and R. L. Wars. 1996, Anthropological Theory: An Introductory History. London; Mayfield Publishing Company. Mea, M. 1949. Male and Female: A Study of the Sexes in a Changing World. New York: Morrow Quill Paperbacks. Moore, HENRIETTA. 1996, Antropologia y Feminismo, Madrid. Ed. Cétedra. ORTNER, SHERRY, 1974, «ls Female to Male as Nature Is to Culture?» en M. Rosaldo y L. Lamphere (Eds.) Woman, Culture and Society. Stanford. Stanford Univ. Press. ORTNER, SHERRY y WHITEHEAD, Harrier. (Eds.) 1981, Sexual Meanings. Cambridge. Cambridge Univ, Press. Pine, F, (1996) «Gender», En Bamard, A. y J. Spencer, (Eds.) Encyclopedia of Social and Cultural Anthropology. New York: Routledge, 253-262. UNA APROXIMACION A LA ANTROPOLOGIA CONTEMPORANE. MARGarITA DEL OLMO Departamento de Antropologia, CSIC Uno de los antropélogos mejor conocidos y mas ampliamente citados en las uiltimas décadas, Clifford Geertz, (1996: 102), ha definido la antropologia como una disciplina muy poco disciplinada. Me parece una descripcién acertada y representativa de la heterogeneidad y la creatividad que son, en mi opinién, los rasgos ms sobresalientes del area de especializacién cientifica a la que estoy opositando. Un panorama general del estado actual Para comenzar ofteciendo una panordmica general del estado actual de la ste texto form parte duno de os eecicis def oposicionpara a plaza de investiga tarde CSIC de a 2003. 8 antropologia social voy a emplear una referencia que procede de una de las historias de la antropologia mas recientes, publicada en el afio 2001 por Eriksen y Nielsen, He clegido esta cita porque oftece una contextualizacién general del trabajo realizado por los antropélogos a lo largo de los altimos afios, y va a servir de marco a mi posterior argumentacién: “La impresién que se puede obtener de fos intentos de sistematizacién general de las tendencias en antropologia en los afios 90, es la de una disciplina fragmentada sin remedio y sometida a un profundo proceso de desorden, Sin embargo, al mismo tiempo, hha tenido un éxito tremendo durante la década: el nimero total de publicaciones y conferencias se ha incrementado considerablemente, la participacién de la antropoiogia en la investigacién aplicada ha sido mucho més extensa, y en muchos paises ha ganado amplia popularidad entre los estudiantes universitarios. ‘Algunas razones de este éxito resultan obvias, ya que la antropologia promete explicar la variedad cuftural en una década en Ia que los jévenes de los paises ricos viajan mis y acceden a lugares mas remotos que sus padres o sus abuelos; ademés el multiculturalismo, las politicas basadas en la identidad, Ia discriminacién étnica y el nacionalismo ocupan lugares importantes en las agendas de los politicos, de los movimientos de base, de las organizaciones no gubernamentales y de los medios de comunicacién, Irénicamente, sin embargo, el concepto de cultura tradicional de la antropologia ha hecho su aparicién en la esfera pablica justo, en el momento en el que los antropdlogos empiezan a tener dudas sobre él” (Briksen y Nielsen, 2001: 157-158), He elegido esta larga cita porque ilustra una contradiceién, y creo que la contradiceién es uno de los elementos mas importantes del panorama actual de una disciplina que, en opinién de algunos, ha fundamentado su desarrollo en la controversia, a partir de la cual ha demostrado una extraordinaria capacidad para producir nuevas perspectivas y nuevos eonocimientos. No creo que ninguna otra etapa de su desarrollo pueda sostener estas afirmaciones mejor que la época contemporinea, cuando han sido puestos en tela de juicio, provocando en muchos casos una polémica controversia, desde los axiomas fundamentales de la disciplina, hasta su metodologia, y desde el papel de investigador, hasta el de los sujetos de estudio, En un intento de resumir los cambios ocurridos durante las iiltimas décadas, se podrfan sefialar los siguientes: 1. La distincién entre las categorias de «nosotros» y cellos» 0, en otros téminos, cobservador» y «observados» resulta cada vez. més dificil de argumentar, 2. La dicotomia «moderno/tradicional» esta siendo objeto de discusién, hasta el punto de convertirse practicamente en indefendible, bien por razones empiricas, bien por cuestiones epistemolégicas. 3. El mundo en el que trabajamos hoy en.dfa es un mundo global, no porque ocurran fendmenos de intercambio de poblacién, capital e ideas, que han ocurrido siempre, sino porque estén teniendo lugar a una escala sin precedentes. Estos cambios cuantitativo han provocado uno de tipo cuaitativa significativo que eonsiste, y tomo aqui la idea del socidlogo Manuel Castell’, en el hecho de que los cambios y las transformaciones que se producen hoy dia en el espacio global afectan, en tiempo real, al resto del espacio. Por este motivo, el concepto de espacio en antropologia 3 Cosma, Manvel, 1996, The Rie of the Network Socey. Vol. |The Syformatin Age. Sconomy,Soclty and Culture. Oxford, Inglatere: Blew 9 tiene que ser reconsiderado y replanteado teniendo en cuenta el fendmeno de la globalizacién. 4, La discusién del eoneepto de cultura, que comenzé aproximadamente en los aftos 60, ha Ilegado a tal punto en los aflos 90 que resulta muy dificil defender la idea de que ‘un determinado pueblo posee una cultura compartida, Dedicaré el resto de la exposicién a argumentar cules son las ideas y las corrientes de pensamiento que durante los tiltimos afios han provocado estos cambios sefialados, no con una intencién exhaustiva, sino con el objetivo de elegir los que consider mas significativos en mi forma de coneebir el estado de 1a cuestidn de la antropologia social y los que han afectado de forma mas directa a mi propio trabajo. Voy a tratar de integrar en este panorama las lineas de evolucién que considero més plausibles para los proximos afios, Y dedicaré un pequefio apartado a exponer las peculiaridades que observo en el caso espafiol con respecto a este panorama general, lo que me permitird delinear el marco de referencia donde situar, por iltimo, la labor que pretendo desarrollar como investigadora en los préximos afios. Corrientes de pensamiento en la época contempordnea Los cambios profundos suftidos por la disciplina en las dos tltimas décadas, ast como la situacién de crisis que ofrece para una gran variedad de observadores, se han producido como consecuencia de nuevos planteamientos, ideas prestadas de otras disciplinas académicas, reflexiones en el trabajo de campo, y sobre todo, de la adaptacién a los cambios acaecidos en el contexto mundial. Es muy dificil trazar el recortido de una idea, pero si es posible hacer referencia a una serie de obras puntuales que han tenido una mayor repercusién y agrupar, aunque sea de una manera un tanto vaga, las transformaciones a las que han ido dando lugar. Para facilitar mi exposici6n, voy a referirme a una serie de tendencias reconocibles en los ultimos afios en la disciplina, algunas de cuyas ideas son herederas de décadas anteriores, y por lo tanto también haré referencia a ellas. ‘Alan Bamard (2000), en una historia de la antropologia reciente ha distinguido y etiquetado las siguientes corrientes en ese caldo de cultivo tan complejo que ha sido la disciplina en los iiltimos veinticinco aftos: — Postestructuralismo, 7 Feminismo. — Interpretativismo, — Reflexivismo. — Orientalism. — Postmodernismo. De todas estas corrientes voy a tratar aquellos aspectos e ideas relacionados con los cambios sefialados en el panorama actual de Ia disciplina que han influido de manera més decisiva, tanto en mi trayectoria profesional, como en los intereses relacionados con mi propio trabajo. El tribunal dispone de una bibliografia que recoge la referencia completa de todas las obras que voy a citar. Postestructuralismo El Postestructuralismo supone, en esencia, una reaccién critica hacia el estructuralismo desarrollado por Lévi-Strauss y su escucla, desde tres perspectivas: la 10 forma en la que se explica la accién, la idea del poder obviada por los estructuralistas y Ja concepeién del autor como un creador de discursos que se afiaden a los discursos a analizar. Se puede afirmar que su paradigama fundamental radica en la oposicién a distinguir entre sujeto y objeto, El desarrollo de esta tendencia estuvo estrechamente asociado a la critica literaria de Jacques Derrida, Sus figuras mas importantes son Michel Foucault y el recientemente desaparecido Pierre Bourdieu. Como escuela, trasciende las fronteras de la disciplina, de hecho, Michel Foucault fue fil6sofo e historiador y Pierre Bourdieu socidlogo y antropélogo; sin embargo su influencia en la antropologia ha sido y continta siendo profunda. Los textos de ambos autores estén incorporados hoy en dia como lecturas obligatorias en muchas universidades que ofrecen una licenciatura en antropologia. Ambos son profusamente citados en las publicaciones actuales de los antropélogos, Las ideas més influyentes de Michel Foucault en antropologia han sido desarrolladas en sus obras (1966, 1969 y 1975): Le mots et les choses, Archéologie du savoir y Surveiller et punir, A tavés de ellas argumenta que las estructuras, al contrario de lo que proponian los estructuralistas, no son preexistentes, sino que el orden lo crea el historiador 0 el cientifico social que escribe sobre un acontecimiento, y no el actor en un espacio y lugar determinados, Afirma ademas que el poder y el conocimiento estén unidos, el poder no es algo que se posee, sino la capacidad de manipular un sistema. Y por titimo, que el discurso es un concepto que comprende la manera en la que la gente esctibe o habla sobre algo. Las ideas de Foucault han influido profundamente el trabajo de James Clifford y George Marcus, cuyo libro Writing Culture, ha marcado un hito en el desarrollo de la disciplina. A él y a su influencia me dedicaré més adelante. Pierre Bourdieu (1977 y 1980), del que sefialo como mas significativas sus obras Outline of a Theory of Practice y La sense pratique, afirma que una perspectiva objetiva pierde la esencia de la practica y propone el concepto de «habitus», que incluye la perspeetiva del cuerpo como lugar, como una herramienta a través de la cual el antropdlogo deberia entender la naturaleza del poder, el capital simbolico, 0 el concepto de don de Marcel Mauss. El chabitus» se encuentra entre lo objetivo y lo subjetivo, lo coleetivo y lo individual, es una forma de estructura social reconocibie por los actores competentes culturalmente. El concepto de «habitus» ha influido considerablemente en la préctica del trabajo de campo a la hora de explicar las acciones de los informantes, y en la antropologia en conjunto, logrando un mayor interés por la prictica, y conservando, al mismo tiempo, el reconocimiento de 1a diversidad humana, como al menos una de las esencias de In condicién del hombre. Por otto lado, el concepto de «capital simbélico», concebido en una critica al economicismo como una forma de etnocentrismo a partir de su trabajo en sociedades musulmanas, rescata todas las ideas no econémicas, incluidas en cl concepto de capital y tenidas en cuenta en cualquier transaceidn 0 intercambio social. El concepto ha tenido ademas una gran influencia en el trabajo de los historiadores, ya que resulta muy util en sociedades no capitalistas, Feminismo AL igual que el Postestructuralismo, el Feminismo es una perspectiva que trasciende los limites de la disciplina, pero a diferencia de aquella corriente, tiene una larga tradicién histérica, cuya influencia en la antropologia es, sin embargo, mucho més coe actual. La critica feminista tiene una doble vertiente porque afecta a las relaciones de género en las sociedades particulares que son objeto de interés de los antropélogos y ademés a la idea de género como un principio estructural de la sociedad humana en general. El objetivo de la antropologfa feminista es reivindicar el andlisis de las mujeres como sujetos etnograficos, cuyo papel ha sido visto por la antropologia tradicional, como «mudas», profanas, objetos de intercambio marital (un claro ejemplo lo constituyen Las estructuras elementales de parentesco de Lévi-Strauss‘), y no como actores principales en el centro de la vida social. Las propuestas que el feminismo ha hecho a lo largo de los iiltimos affos a la antropologia se pueden resumir en los puntos siguientes. En primer lugar, que la critica feminista deberia ser tenida en cuenta por el conjunto de la disciplina antropolégica y no ser relegada a un mbito concreto 0 a una subdisciplina En segundo, que la diferencia biol6gica de las mujeres ha servido para categorizarlas erréneamente en una clase universal que no tiene en cuenta las diferencias del papel social de las mujeres entre unos lugares y otros, Como si ser mujer significara lo mismo en todas partes. Y por tiltimo, que tanto la economia, como el parentesco o el ritual se experimentan de forma distinta no sélo a partir de la clasificacién de género sino de otras categorias tales como la etnicidad o la raza que nada tienen que ver con el sexo. Henrietta Moore, a través de sus obras Feminism in Anthropology (1988) y A Passion for Difference (1994) y Edwin Ardener en The Voice of The Prophecy and Other Essays (1989), son quiz los representantes més ampliamente citados de esta cottiente. Cabe sefialar ademés la obra de Lila Abu-Lughod, quien, desde su trabajo en sociedades musulmanas (1986, y 1993) y especialmente en el articulo «Writing Against Culture» (1995), ha criticado Ia perspectiva adoptada por los autores de Writing Cultures (Clifford y Marcus 1986), porque, en su intento de redefinir el trabajo antropoldgico, han vuelto a obviar la perspectiva de las mujeres y la de los «halfies» 0 personas que pertenecen a dos mundos. ‘A partir de la critica feminista y del interés de Foulcault en el cuerpo como fuente de identidad y del concepto de «habitus» de Bourdieu, se ha.desarrollado recientemente un nuevo campo de trabajo antropolégico conocido como «embodiment» (de dificil traduccién en castellano), una de cuyas definiciones ha sido propuesta por Andrew Strathern y Pamela Steward (1998) en el articulo «Embodiment and Communications» publicado por la revista Social Anthropology en 1998, donde afirman textualmente que «utilizan el término “embodiment” para referirse al anclaje de ciertos valores sociales y disposiciones de pensamiento en el cuerpo». Este nuevo campo de trabajo se encuentra cada vez més representado en las revistas de la disciplina, y de hecho va a constituir el tema del préximo intercongreso de la IUAES que se celebrara en Tokio en septiembre de este af, ello me permite afirmar que es un érea de andlisis que va a cobrar mayor importancia en un futuro proximo. * LevrSrnavss, CLAUDE, 1981 La esructuras elemontales del parentesco, Barcelona: Pidbs 12 Interpretativis A la corriente etiquetada como Interpretativismo, suele attibuirsele como precedente, quizd porque es una de las mas genuinamente norteamericanas, el trabajo del antropélogo briténico Evans-Pritchard, que ocupé la eétedra de antropologia en la Universidad de Oxford entre 1946 y 1970, y ejercié una influencia notable en la disciplina, Su figura principal es Clifford Geertz, quiz uno de los antropélogos més ampliamente citados en 1a actualidad, como he dicho al principio de este ejercicio. Debido a que se formé en Harvard, trabajé en Berkeley y en Chicago, y se encuentra actualmente instalado en Princeton, ha ejercido una gran influencia en los principales departamentos de antropologia de los Estados Unidos. Sus primeras obras, The Religién of Java (1960), Agricultural Involution (1963), Islam Observed (1968) y Kinship in Bali (1975)*, fueron trabajos realizados todos en sociedades musulmanas; sin embargo, el niicleo de su propuesta interpretativa fue publicado en 1973 con el titulo The Interpretation of Cultures. Sin referencia a este trabajo no se entiende una buena parte de la antropologia actual. Otras obras posteriores, ¢ igualmente interpretativistas, han sido: Local Knowledge (1983), «Anti-antirelativism» (1984), Work and Lives: The Anthropologist as Author (1988) y After the Fact (1995). Su primera propuesta influyente fue Ia de hacer antropologia a través de la «thick description» 0 descripcidn gruesa, segiin la cual el trabajo del antropélogo consistiria en seleccionar a través de los estratos de una cultura particular y revelar lo seleecionado en niveles descriptivos. Algunos criticos como Adam Kuper en Culture. The Anthropologist’s Account (1999) sefialan la ambiglledad de esta definicién o metéfora, sin embargo ha sido empleada, redefinida o simplemente citada en un gran cantidad de obras Geertz aboga por una antropologia del entendimiento de lo local en tensién con lo global, piensa que la sociedad debe ser lefda como un texto (metéfora, de nuevo criticada por Kuper), y «deconstruye» conceptos antropolégicos clisicos, tales como «culturan, «vision del mundo», «arte» o «costumbren. Algunos eriticos (y entre ellos de nuevo Kuper) piensan que la influencia de Geertz, tanto dentro como fuera de la disciplina, no habria sido tan considerable si Geertz no hubiera tenido un estilo tan brillante como autor, de esta manera ha conseguido Hamar la atencién hacia la antropologia como una empresa ereativa, y gran parte de los desarrollos posteriores han estado inspirados en sus tesis o en reaccién a ellas. Un ejemplo significativo lo constituye la obra de George Marcus (1998) Ethnography Through Thick & Thin. Geertz comparte con otros antropélogos briténicos, discipulos de Evans-Pritchard, tales como Rodney Needham y Geofrey Lienhart, que se podrian englobar en esta misma tendencia, el rechazo a cualquier pretensién de objetivismo en antropologia, reclamando a cambio un papel més creativo a la hora de escribir y més intuitivo a la hora de analizar. Reflexivismo Lo que se conoce en antropologia como el Giro reflexivo es una corriente basada en ‘una comparacién explicita de Ia propia cultura descrita a través del si mismo o «self» como un ejemplo, y que emplea este concepto de «self como un vehiculo que se § Geenrz, Curronn, 1960, The religion of Java Glencoe, Hino, EE UU. Free Press, Gusarz, Cuiroan, 1963, Agricutural Invoution, Berkcley, California: University of California Press; Grentz, Cuireonn, 1968. lam Observed. New Haven, ‘Connecticut: Univesity of Vale Press; Gentz, Curvonn y Huneb Grentz, 1975. Kinship in Ball, Chicago: The University of (Chicago Press. 13 impone en la cultura que se describe. Los antropélogos que han propuesto este giro reflexivo consideran que la disciplina es, en su mayor parte etnografia, y Ilegan incluso a argumentar que la etnogeafia constituye por lo menos la mayor parte de Ia teoria antropolégica. Esta corriente se puede trazar histéricamente hasta las reacciones que provocé la primera publicacién péstuma del diario de Malinowski en 1967, que aparecié con el titulo A Diary in the Strict Sense of the Term (1989), con una introduccién de Raymond th, en la que muestra sus dudas ante la decision de la viuda de Malinowski de publicar un documento privado, Sin embargo, probablemente a partir de la polémica que generé y las propucstas reflexivistas, la segunda edicién, de 1989, incluye una nueva introduecién de Raymond Firth mucho mas favorable a la idea. Una de las personas que mas ampliamente coment6 el diario, y cuyos comentarios tuvieron mayor influencia, es Judith Okley, una de las protagonistas mejor conocida de Ja propuesta del giro reflexivo, Su obra més importante es Own or Other Culture (1996), Otros autores a los que se podria englobar dentro de la misma propuesta, aunque no Gnicamente, ya que como buenos representantes del eclecticismo contemporineo participan de otras similares, son Paul Rabinow y la ya citada Lila Abu-Lughod, Paul Rabinow, diseipulo directo de Geertz, comenz6 su carrera haciendo trabajo de campo en Marruecos, cuando volvié a los Estados Unidos escribié una monografia al estilo de la antropologia tradicional que le valié un puesto en la academia: Symbolic Domination (Rabinow, 1975). Sin embargo, més adelante publicd Reflections on Fieldwork in Morocco (1977). Esta obra, basada en el mismo trabajo de campo que la anterior, supone una propuesta distinta de hacer etnografia y concebir el trabajo antropolégico, perfectamente englobable en la corriente del giro reflexive, porque analiza el intercambio que se produce entre el antropélogo y el informante y propone la metafora de la «tela de arafia» para expresar el mundo de significados en los que viven unos y otros; desde su perspectiva, el objetivo del antropélogo consiste en analizar las intersecciones que se producen paulatinamente entre unas telas de arafla y otras. Paul Rabinow es un antropdlogo en estrecho contacto con Francia aunque trabaja en los Fstados Unidos, y su obra ha contribuido a difundir las ideas de los pensadores franceses, de hecho es el editor de Foucault en los Estados Unidos. Ha intervenido en el libro de George Marcus y James Clifford Writing Cultures (1986), y también en el que se escribié posteriormente como reaccién a éste, con cl titulo Recapturing Anthropology (Pox 1995), que incluye también un trabajo de Lila Abu-Lughod. Lila Abu-Lughod participa en este giro reflexivo con su argumento, publicado en Writing Women’s Worlds (1993), de que los grupos subalternos subordinados tienen en comitt esta posicién de subordinacién, ya sea impuesta sobre la base del género, la clase social, la etnicidad o la dominacién colonial. Pero su idea mas combativa ha sido la de «escribir en contra de la cultura» (Abu-Lughod, 1995), porque el concepto de cultura es, en su opinién, la base sobre la que se construyen las diferencias entre el yo y el otto y que se traducen en arguments que legitiman la préctica del poder. La autora propone a cambio tres estrategias para hacer antropologia: la de sustituir cultura por discurso y préctica, reorientar las conexiones para dejar de ver las culturas como grupos aislados, centréndonos, a cambio, en el andlisis de las conexiones y las interacciones globales, y, por tiltimo, la de escribir etnografias de lo particular, evitando generalizar y subrayando las similaridades entre el yo y el otro. Desde esta propuesta yo misma esctibi el libro La utopia en el exilio, sobre el exilio de los argentinos en Espafia y mi relacién con ellos 14 El giro reflexive, como coriente y como propuesta forma parte del proyecto postmoderno en antropologia, al que me referiré més adelante; pero, antes de ocuparme de él, me parece necesario introducir otro ingrediente importante del panorama. Orientalismo Un componente importante de la antropologia postmodema es e! interés por el tema del poder, que se deriva, entre otras, de la obra de Foucault, pero que se ha convertido en una preocupacién que ha identificado la idea de poder con la de dominacién colonial y postcolonial, La antropologia se ha visto profundamente afectada por el proceso de descolonizacién por dos motivos, en primer lugar la pérdida de los espacios coloniales ha afectado tanto a la localizacién del trabajo de campo como a los intereses de las antiguas potencias coloniales, pero en segundo lugar e! proceso de descolonizacién ha tenido mucho que ver con el hecho de que algunos de los tradicionales «nativos» se hayan transformado en _antropdlogos, criticando las construcciones_ y las interpretaciones de los oceidentales. Este proceso ha sido particularmente evidente en el caso de Io que se conoce como Orientalismo. Edward Said fue uno de los precursores de esta cortiente critica, su libro Orientalism. Western Conceptions of the Orient, provocé: en su dia, es decir en 1978, toda una polémica. Se trata de una critica a la construceién de la categoria de «Oriente», porque agrupa de manera artificial una gran variedad de personas, de tradiciones historicas y culturales muy diversas, uniforméndolas entre si y separindolas del nosotros que estaria representado por Occidente. En este sentido resulta semejante a los argumentos feministas con respecto a las mujeres. Said argumenta que la categoria de «Oriente» ha provocado una oposicién simplista con el Occidente cuyo mayor problema radica, en su opinién, en considerar a aquellos categorizados de esa forma, como «otros» extrafios y, que al hacerlo su experiencia no se reconoce como parte de la experiencia humana en general. Posteriormente, algunos antropélogos han dado la vuelta a este argumento, no para negarlo, pero si para argumentar que la critica al «Orientalismoy es s6lo la mitad de la historia, ya que de la misma forma se puede criticar la categoria «Occidente». Sus trabajos se encuentran reunidos en un volumen titulado elocuentemente Occidentalism (Carrier, 1995), Ambas criticas estén unidas al concepto de Globalizacién, de gran importancia en la antropologia contemporénea. 7 Globalizacion Eriksen y Nielsen (2001:169), en A History of Anthropology, anteriotmente mencionada, han definido el concepto de globalizacién, subrayando que se trata de una definicién provisional, como «cualquier proceso que convierta en irrelevante la distancia geografica entre distintos lugares», Y aunque son muchos los antropélogos dedicados al andlisis de los procesos de globalizacién y a sus consecuencias en antropologia, desde los problemas para definir la localidad etnografica en un mundo simbdlicamente global, hasta las distorsiones que esta idea introduce en los conceptos clésicos de «cultura» y «sociedad», yo me voy a centrar aqui en la obra de tres autores: Arjun Appadurai, Saskia Sassen y Néstor Garefa Canclini, ademds haré una breve mencién a Mare Augé. Arjun Appadurai es uno de los antropélogos mejor conocidos de lo que se denomina la transnacionalidad, Argumenta, tanto en «Global Ethnoscapes: Notes and Queries for 15 a Transnational Anthropology» (1995) como en Modernity at Large. Cultural Dimensions of Globalization (1998), que el rasgo més significative de la sociedad contemporinea es la enorme posibilidad, a disposicién del individuo, de imaginarse viviendo estilos de vida distintos. Dos factores, en opinién de Appadurai, lo hacen posible: la accesibilidad y rapidez de los medios de transporte que nos permiten trasladamos a una escala y velocidad impensables hace s6lo algunos afios, por un lado, y a los medios de comunicacién de masas, por otro, que alcanzan audiencias remotas y consiguen hacer proximas y cotidianas unas imagenes que pueden estar produciéndose en el otto extremo del globo, Ademds de ellos, Appadurai propone transformar el empleo del concepto de cultura y utilizarlo como un adjetivo que sea capaz, de mostrar diferencias, contrastes, comparaciones y conflictos. Entendida de esta forma, la cultura es un mecanismo heuristico empleado por la gente para construir identidades grupales y ubicarse con respecto a los escenarios que vive; ello significa que es posible construir identidades nacionales y estatales, y también alternativas, tales como las identidades transnacionales, que nos permiten explicar las contradicciones y las tensiones entre los procesos de heterogeneizacin y homogenizacién que estamos viviendo. Desde esta perspectiva he analizado yo misma la formacién de nuevas identidades en el grupo de conversos espafioles al Islam, que se sienten unidos a una comunidad espiritual transnacional La obra de Saskia Sassen, dedicada también al tema de la globalizacién, proporeiona un contexto de analisis para entender fenémenos tales como las migraciones o el género en un marco trasnacional, y reclama que es necesario describir los procesos globales tal y como se producen y se viven en lugares coneretos. Entre sus trabajos, eabe mencionar Globalization and Its Discontents (1998). Néstor Garcia Canelini trabaja sobre la globalizacién en un contexto diferente, en México, y desde allf realiza su critica a lo que denomina, y de hecho constituye el titulo de su iltimo libro, La globalizacién imaginada (Garcia Canclini, 2000). Junto a ésta, voy a sefialar Culturas hibridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad (1990) y Consumidores y ciudadanos: conflictos multiculturales de la globalizacién (1995), Garefa Canclini expresa a través de todas ellas su interés por el estudio de los espacios urbanos, sefialando que lo que se concibe hoy en antropologia por ciudad es muy distinto de lo que fue para las escuelas de Manchester y Chicago e incluso para antropélogos mucho mas recientes. Entonces sélo el 4% de la poblacién mundial vivia en ciudades, en contraste con el 50% actual. Sin embargo, la globalizacién es un fendmeno que se vive de muy distinta manera en unos lugares y otros, por ello es necesario explorar las expresiones locales de ese fenémeno que imaginamos total. El acceso a los medios de comunicacién y a los puntos neurdlgicos de intercambio esta provocando nuevas desigualdades sociales que se opacan debajo de esa etiqueta. Dentro de esta misma tendencia es necesario sefialar el concepto de los «no-lugares» en el contexto global, desarrollado por Mare Augé en 1992 para referirse a los campos de refugiados, los hoteles internacionales, las dreas de descanso en las autopistas 0 los aeropuertos. El conjunto de estas ideas es responsable de algunas de las transformaciones més recientes en antropologia, tanto en lo que respecta al objeto de estudio, como a las perspectivas de andlisis, y parece configurarse como una de las tendencias més importantes en el campo de la antropologia en los proximos afios, tal y como se refleja en las publicaciones mas recientes, las Iineas de interés de las revistas y la presencia de trabajos dedicados al tema en los tiltimos congresos. 16 Posmodernidad Voy a ocuparme por iiltimo del proyecto postmoderno, no porque se trate de la cottiente mas reciente, sino por dos caracteristicas de esta tendencia, que son, al mismo tiempo, dos rasgos significativos de la antropologia contemporénea. En primer lugar, el eclecticismo, la mayoria de los autores representantes de esta corriente participan al mismo tiempo de otras, y en segundo, por la enorme complejidad y variedad de las ideas que se engloban bajo la etiqueta de postmodernismo, etiqueta, que muchas de las personas clasificadas como tales, rechazan. La complejidad de esta tendencia, ast como el niimero de sus protagonistas, fa complican de tal forma que la presento como una sintesis del desarrollo de la antropologia en las iltimas décadas, El postmodernismo supone en antropotogfa, en esencia, una critica de todas las ideas identificadas con la «modemnidad», e implica, ademés, un rechazo, tanto de la gran teoria en antropologia, como del concepto de totalidad en el trabajo etnografico y de la autoridad del antropélogo. Supone un desarrollo légico de relativismo y del interpretativismo, incorporando la ctitica del orientalismo y del giro reflexivo. Uno de sus principales paradigmas consiste en rechazar el concepto del «otro», que considera una de las fuerzas motoras de todos los desarrollos previos de la antropologia. Algunos historiadores de Ia disciplina, tales como Alan Barnard (2000) consideran gue el primer texto plenamente postmodemo es Writing Cultures editado por James Clifford y George Marcus, subtitulado elocuentemente The Poetics and Politics of Ethnography, y publicado en 1986. El libro retine una coleccién de trabajos, algunos de los cuales ya han sido mencionados, cuyo objetivo es el de explorar si el desarrollo de una conciencia literaria puede ofrecer nuevas alternativas a la hora de leer y escribir etnografias. Todos los autores parten de la siguiente premisa: la etografia es un texto que produce un autor como consecuencia de una relacién oral en el trabajo de campo, 0 como una forma de leer las obras de otros. Sus propuestas estén dirigidas a ofrecer distintos tipos de soluciones para leer y escribir etnografia en el complejo mundo contempordneo. A este libro pronto siguieron otras obras que bien segufan su ejemplo o bien reaccionaban a sus argumentos. Algunos ejemplos notables los constituyen Anthropology as a Cultural Critique de George Marcus y Michael Fisher (1986), The Predicament of Culture: Twentieth-Century Ethnography, Literature and Art de James Clifford (1988), y Essays on the Anthropology of Reason de Paul Rabinow (1997). Otros ejemplos significativos serian: Partial Connections de Matilyn Strathern (1991), donde la autora argumenta que, debido a la complejidad del tipo de datos que maneja la antropologia, el antropélogo s6lo puede pretender hacer conexiones parciales entre ellos, una perspectiva que yo misma he adoptado en mi trabajo de campo con los conversos espafioles al Islam. Interpretive Ethnography: Ethnographic Practices for the 21st Century (1997), cuyo autor, Norman Denzin, afirma que la etnografia es un discurso moral y propone a los antropdlogos que experimenten mAs alla de las formas tradicionales de escribir. Anthropology Through the Looking Glass (1987) de Michael Hertafeld, donde el autor pone de manifiesto las contradicciones de 1a distincién de la antropologia clisica enite el yo y el otro, el observador y el observado, a través de un andlisis de la Grecia actual y su lugar marginal en Europa, en relacién con su papel de cuna de ta cultura clasica, 0 una obra mas reciente del mismo autor, titulada Cultural Intimacy. Social Poetics in the Nation-State (1997). 17 El trabajo de James Fernandez. sobre las metéforas, titulado Beyond Metaphor (1991). O el de George Lakoff y Marc Johnson Metaphores We Live By (1980) en el que los autores argumentan que nuestro trabajo como antropélogos consiste en construir tun mapa de lo desconocido a través de lo conocido, Culture and Truth, The Remaking of the Social Andlisis (1992), en el que su autor, Renato Rosaldo ofrece una discusién, en clave de reflexién, que incluye tanto la préctica antropolégica, como su trabajo, su persona, el trabajo de los demés, su vida privada, y los temas que despiertan un mayor interés en Ia antropologia contemporanea, tales como: ,cémo se aprende en un trabajo de campo?, ,qué tipo de textos debemos tener en cuenta?, {qué es una etnografia?, {como se cuenta Ia vida?, gc6mo se interpreta’, gqué es el concepto de cultura?, o {edmo podemos prepararnos para afrontar la sociedad del futuro? En términos generales, se puede afirmar que, para todos ellos, la sociedad es un texto para ser lefdo por el etndgrafo, de la misma forma que el de éste va a ser lefdo por sus lectores, a modo de piezas, cada una de ellas en relacién con otras, 0 como una serie de palabras, argumentos y tropos. Para ninguno de estos autores existe la gran teoria en antropologia, ni tampoco la verdad en etnogratia. Las obras de los antropélogos postmodernos han provocado una gran controversia en el seno de la disciplina, algunos de sus criticos les acusan de ir demasiado lejos (Gellner, 1992, por ejemplo, les ataca por su falta de precisién), otros, sin embargo desde el propio postmodernismo, les imputan el hecho de volver a reproducir los esquemas dominantes: el hombre blanco sigue siendo la voz. que se oye en la disciplina. Uno de los ejemplos mas significativos en este sentido, aunque no el tinico, es el libro editado por Richard Fox en 1991 con el titulo Recapturing Anthropology: Working in the Present, algunos. de cuyos trabajos ya han sido mencionados, como el de Lila Abu- Lughod, La influencia del postmodernismo en los trabajos de los antropélogos actuales es indudable, y también lo es su papel innovador, para algunos se traduce en una critica destructiva responsable de Ia crisis que experimenta la disciplina, pero para la mayorfa, que parece no encontrarse a disgusto en esa situacién de crisis, han provocado un desafio que se ha convertido en un motor de cambio necesario para adaptar la disciplina al complejo mundo en el que vivimos actualmente. Quiz uno de los trabajos que mejor valora el potencial creativo provocado por las distintas eriticas y propuestas que se engloban en el proyecto postmodemo es After Writing Cultures, publicado en 1997 por Allison James, Jenny Hockey y Andrew Dawson con el subtitulo de Epistemology and Praxis in Contemporary Anthropology. En la introduccién, titulada significativamente «The Road from Santa Fe», lugar de publicacién de Writing Cultures y otros significativos ejemplos, los autores afirman que el papel que aquella publicacién ha gjercido en antropologia ha sido el de «rumiar las persuasiones holisticas de los antropélogos tradicionales y reconocer que las representaciones son, fundamentalmente, el producto de relaciones de poder asimétricas; estas criticas tienen el objetivo de exhortarnos a desarrollar nuevas formas. de representacién que puedan incluir las miltiples voces de aquellos que estan siendo representados» (p. 1) y continian diciendo que «una década después de la publicacién de Writing Cultures es posible comprender el debate como una cristalizacién de incertidumbres sobre el sujeto de la antropologia (Cl tradicional cotro»), su método (la observacién participante clisica), su medio (la consabida «monografia») y su intencién (informar en vez de practicar)» (p. 2). 18 El caso de la antropologta espaitola No querria terminar este esbozo de una visién particular del estado actual de la antropologia social sin hacer una breve alusidn al caso de Espaiia, puesto que constituye el contexto en el que se desarrollara el trabajo derivado de la plaza a la que concurso. Me ha resultado imposible incluir la antropologia espafiola en esta vision general porque creo que el trabajo de los antropdlogos espatioles se comprende mejor si se estructura en tomo a temas de interés, a areas de trabajo y a preocupaciones concretas, en vez de refitigndolo a lineas teéricas y metodolégicas, Ello no quiere decir en absoluto que los antropélogos espafioles hayan trabajado al margen de los debates tedricos o metodolégicos que se han producido a lo largo de los tltimos afios en la disciplina. Ya que, si bien las traducciones no son abundantes, las obras més relevantes que se producen en el panorama internacional se encuentran disponibles en lengua original en bibliotecas especializadas, La del Departamento de Antropologia del CSIC es un buen ejemplo de ello. El desarrollo profesional de la antropologta contempordnea en Espafia ha sido objeto de varios trabajos por parte de antropdlogos espafioles, entre ellos destaco como los mas significativos los que ha sido coordinados por Prat (1992 y 1999). La obra editada por Joan Prat en 1999 con el titulo Investigadores e investigados: Literatura antropolégica en Espata desde 1954 incluye un extraordinario compendio bibliografico que reine la mayor parte de la produccién realizada por los antropélogos espafioles a partir de la fecha mencionada, y tiene por ello un gran valor para apreciar cudles han sido las principales Iineas de trabajo. Quizé el tema més sobresaliente ha sido, y atin continiia siéndolo desde una perspectiva que incorpora algunos de los debates mencionados a lo largo de la primera parte de este ejercicio, el estudio de la cultura popular, y temas relacionados estrechamente con él, tales como la religiosidad popular, el andlisis de la fiesta (que una incidencia mayor partir del Congreso Nacional de Antropologia que se celebrd en Alicante en 1987) y el de fa identidad, todos ellos con una influencia teérica de la escuela marxista y del simbolismo. El estudio de estos temas se encuentra presente en todos los departamentos de antropologia del estado espafiol. Junto a ellos resulta destacable ef desarrollo considerable de los temas englobados bajo la etiqueta de la antropologia urbana (en este sentido resulta especialmente destacable el doctorado que desde hace ya algunos afios viene ofreciendo la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona), Con una influencia teérica de la escuela sociolégica de Chicago y de la escuela simbélica, cuyos trabajos se centran de forma mucho mas especifica en temas relacionados con la marginacién social, étnica y laboral, y que ha provocado una polémica destacable sobre si se trata de antropologia de ia ciudad o en Ia ciudad (reflejada por ejemplo en los trabajos reunidos bajo el titulo Malestar cultural y conflicto en la sociedad madrilena de 1991) Otras areas de trabajos importantes, pero con una desigual, son las siguientes: idencia geogréfica més = La historia de la Antropologia en Espafia (de especial incidencia en el Departamento de Antropologia del CSIC y la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona). — La antropologia de la salud y la enfermedad (desarrollada pricipalmente en la Universidad Auténoma de Barcelona, la Universitat Rovira y Virgili de Tarragona, el Departamento de Filosofia de los Valores y Antropologia Social en el Pais Vasco y el Departamento de Filosofia e Antropoloxia Social de la 19 Universidad de Santiago de Compostela 0 Universidad Catélica de San Antonio en Murcia). = La antropologia del género (en la que destaca la Universidad Auténoma de Madrid, la Universidad Central de Barcelona, y la Universidad del Pais Vasco). — La antropologia del turismo (de especial incidencia en la Universidad de La Laguna). = De Ia pesca (importante en la Universidad Central de Barcelona o en la Universidad de Girona). — Del campesinado (En la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad ‘Autonoma de Madrid y la Universidad de Sevilla), Los temas de familia y parentesco (Universitat Rovira i Virgili). — La migraciones y los temas derivados de ellas, tales como el racismo, integracién, edueacién intercultural (de especial incidencia en la Universidad Complutense de Madrid, Ia Universidad Auténoma de Madrid y en la Universidad de Granada). = Laantropologia del deporte (Universidad de Lleida). — La antropologia de la alimentacién (Universidad Central de Barcelona). = 0 Ia antropologia visual (mucho més incipiente que los temas anteriores, pero trabajado sin embargo tanto en Universidad Complutense, como en la Universidad de Granada y en la Mila y Fontanals). Todos estos temas cuentan hoy dia con trabajos sobradamente representativos. Este panorama de intereses en la antropologia espafiola es consecuencia, en mi opinién, del desarrollo concreto de la disciplina en nuestro pais. Los motivos que lo explican son muchos y demasiado complejos como para hacer siquiera una minima referencia a ellos en el escaso tiempo que dispongo aqui. Sin embargo, me gustaria sefialar los aspectos que considero mas significativos. En primer lugar mencionaré el hecho de que la antropologia es una disciplina cuya institucionalizacién en el mundo académico espafiol ha ocurrido muy tarde con respecto a los casos de Francia, Inglaterra o Estados Unidos, en los que la produccién cientifica de la disciplina tiene una historia mucho més larga y més amplia. Existe un acuerdo generalizado en considerar la década de los aftos 70 del siglo xx como el momento en el gue este fenémeno se produjo en Espafia, Ello no pretende negar el trabajo pionero realizado por determinadas figuras en Espafia, tales como Julio Caro Baroja y, sobre todo, en el exilio mexicano, entre las que me gustaria citar a Angel Palerm, cuya influencia en el desarrollo posterior de la disciplina, tanto de unos como de otros, fue determinante, ya que ejercieron un papel aglutinante en el proceso de formacién de los primeros grupos dedicados al trabajo antropolégico en Espafia. Algunas de sus figuras principales, tales como Carmelo Lisdn, que se formé en Oxford, 0 Claudio Esteva, que se formé en la Escuela Nacional de Antropologia e Historia de México, impusieron un sello determinante en el reclutamiento de nuevos profesionales. A partir de ellos, yen ocasiones también a pesar de ellos, se originaron grupos de trabajo en Madrid, tanto en la Universidad como en el CSIC, en Barcelona, Sevilla, y més recientemente el Pais Vasco, Canarias, Galicia, Tarragona,, Valencia, ete, en un proceso que sigue su curso consiguiendo paulatinamente espacios departamentales o secciones departamentales en las principales universidades publicas espafiolas. Hasta el momento la antropologia se encuentra priicticamente ausente de las universidades privadas (aunque en este sentido tengo que aclarar que la Universidad Europea va a inaugurar una propuesta en 20 antropologia para el segundo ciclo de la licenciatura asociada, como en muchas universidades estatales recientes, a los estudios de enfermeria). A este primer factor determinante es necesario afladir otro en estrecha relacién con el anterior. Me refiero al momento histérico particular en el que la disciplina se institucionaliz6 en el seno del panorama académico espafiol y que, sin set una coincidencia, coincidié con el final de la dictadura franquista y la transformacién del pais en un estado democritico y autonémico. El trabajo de los distintos grupos de antropélogos en Espafia quedé ligado, de esta forma, al proceso de transformacién social y politica del pais, Ello ha provocado una asociacién muy peculiar entre los antropdlogos y sus sujetos de estudio. EI hecho singular de que los antropélogos espafioles hayan trabajando desde el comienzo del desarrollo de la disciplina sobre su propio pais se debe, en mi opinidn, a la combinaciGn de varios factores determinantes. Por un lado la antropologia espaftola se institucionaliz6 en un momento en el que el proceso de descolonizacién habia hecho ya su mella profunda en la disciplina, y de la misma forma que en otros lugares, los antropélogos espafioles dirigicron su interés a su propia sociedad. Ademés, la escasez de recursos con los que cuenta una diseiplina cuya historia académica es tan reciente ha dirigido la atencién de la mayoria de los antropélogos espatioles hacia los problemas de la sociedad espaiiola que estaban reclamando el trabajo académico y que generaban algunos recursos para plantear verdaderas investigaciones (desde luego siempre hay que tener en cuenta las excepciones, como es el caso de la antropologia americanista desarrollada en la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Auténoma de Barcelona y la Universidad de Sevilla). Resulta especialmente significativa el interés prestado a la consolidacién del estado autonémico, las lineas de trabajo relacionadas con Ja cultura popular, las identidades, los problemas coneretos de cada area, y especialmente el tema de la fiesta que constituyd un tema de reivindicacién politica y social al final de la dictadura franquista y durante la transicién politica. A estos dos factores mencionados, me parece pertinente afladir una mencién al hecho de que Espafia haya comenzado siendo un lugar de trabajo de campo para los antropSlogos extranjeros, antes incluso de que {a disciplina se institucionalizara en nuestro pais; de hecho Prat afirma (1999: 39) que existe un acuerdo undnime en considerar la obra de Pitt- Rivers The People of the Sierra, publicada en 1954 (es decir casi dos décadas antes de que la antropologia se consolidara en el mundo académico espafiol) como el primer trabajo antropolégico modemo sobre Espafia, Por ello, el tema del contraste entre la lejania y la cercania del objeto de estudio ha sido un tema importante de reflexién en la antropologia espafiola, reflejado por ejemplo en la obra coordinada por Maria Catedra Los espafioles vistos por los antropdlogos (1991). Esta marcada tendencia entre los antropélogos espafioles de trabajar sobre Espaita se encuentra, hoy en dia, reforzada por los debates actuales de la disciplina que proponen un compromiso mucho mayor entre el antropélogo y su propia sociedad. No resulta, por Jo tanto, aventurado augurar que la antropologia en Espafia va a seguir centrando su atencién en los problemas planteados actualmente en el seno de la sociedad. En este sentido, me gustaria citar las reas de investigaci6n seftaladas en funcién de su interés hace ya algunos afios por Javier Escalera Reyes y Pablo Palenzuela Chamorro (1992), en el mimero monogréfico «las antropologias de Espafia: una propuesta de colaboraciény de la revista Antropologia: — Los procesos de urbanizacién de los espacios rurales, es decir, los procesos de transicién y transformacién sociocultural de los sectores agrarios, determinados por la extensién de las formas y los procesos de produccién y circulacién 21 capitalistas avanzados en la agricultura, por el turismo, por su conversién en reas suburbiales de las grandes ciudades o por la implantacién de industrias enclave, Los procesos migratorios y sus consecuencias socio-econémicas, sociopoliticas y culturales, asi como su repercusién en los procesos étniconacionales. Las transformaciones de las instituciones y los grupos sociales: 1a familia, los jovenes, la ancianidad, los géneros y las relaciones intergeneracionales. Los sectores marginados: drogadictos, homosexuales y pobres, Las instituciones y los grupos relacionados con la sanidad, la educacién, la politica, el ejército y las eédrceles Las culturas del trabajo. Las formas y sistemas econémicos sumergidos, informales o difusos. Las bases de las identidades colectivas y de la etnicidad y de los sistemas simbélicos de reproduccién de las mismas: identidades grupales, de clase, locales, tnicas y de los procesos de toma de conciencia y reivindicacién nacional. Las formas y sistemas de expresién de la sociabilidad, del desarrollo y manipulacién de redes de relaciones sociales, del asociacionismo. Los mecanismos de ejercicio del poder, de la construccién de los liderazgos, de los medios de simbolizacién, justificacién y reproduccién del poder. Resulta ilustrativo comparar este bosquejo tan complejo con las propuestas aprobadas en el seno del proximo congreso nacional de la disciplina, que con el titulo IX Congreso de Antropologia Social se va a celebrar en Barcelona en septiembre de este affo, La convocatoria se ha concebido con la idea de debatir los usos politicos de la diversidad’ cultural, un tema directamente relacionado con el desarrollo de la antropologia en Espaiia, para analizar, y cito textualmente, «las nuevas exigencias etnogrificas y conceptuales que plantean los usos politicos que se hacen de la diversidad cultural en la actualidady, El congreso hace explicita su intencion de contribuir a conocer mejor el mundo contemporéneo, una tendencia que coincide plenamente con la evolucién de la antropologia fuera de Espaita. Los 11 simposios planteados van a explorar los sigui Se han organizado ademés grupos de trabajo dedicado: ntes temas: El recurso a la reciprocidad. - La sociabilidad, la politica y los procesos de identificacién colectiva. Las recreaciones medioambientale: Las politicas de desarrollo y turismo. La ciudadania en el ciberespacio. La construceién de la imagen de los otros en los museos. Cultura poder y salud, ‘Tiempo, espacio y entorno en contextos urbanos, multiculturalidad, inmigracién y politicas educativas, biotecnologia y sociedad. Y por ultimo, Ja relacién entre la ciudadania y el consumo, estrategias de género y etnicidad en la misica popular, tendencias alimentarias cn la sociedad actual, 22 mediaciones culturales y performances como expresiones de aceién politica y la préctica profesional de la antropologia en las ONG. Creo que esta panoramica es representativa, tanto del trabajo contempordneo de los antropélogos espafioles, como de las lineas de evolucién a lo largo de las cuales va a discurrir en un futuro préximo. TERESA DEL VALLE* El espacio y el tiempo en las relaciones de género http://www.udg.mx/laventana/libr3/terevall.htm! Las coordenadas espacio-temporales en la construccién de los sistemas de género El objetivo de este articulo es plantear el tratamiento de conceptos espacio temporales en relacién con las construcciones genéricas y su aplicabilidad al estudio de los sistemas de género en la urbe. Para ello se expone un marco tedrico amplio y se selecciona un enfoque interpretative mediante el cual se accede al estudio empitico. En la orientacién de este trabajo subyace la propuesta de que el estudio de la asignacién y significacién del espacio y del tiempo puede ayudar, en primer lugar, a entender procesos de jerarquizacién sexual que estin anclados en esencialismos bioldgicos, y en segundo lugar, a detectar algunas de las miltiples dificultades que encuentran las mujeres para avanzar en aquellas situaciones en las que se da un rompimiento con sistemas y roles que han incidido directamente en la configuracién y vivencia de la identidad personal y social. El tema remite a su vez a uno més general, que comprende los procesos de elaboracién de la desigualdad y la dominacién. Los datos empiricos provienen principalmente del trabajo de campo realizado en medios urbanos vascos (1), aunque la preocupacién por el tema tiene referencias culturales mas amplias: Micronesia, Estados Unidos, México, En general, y teniendo en cuenta gradaciones socioculturales, se puede apreciar que la construccién del espacio urbano esté més orientada a mantener a las mujeres en los espacios destinados a los roles familiares que a promover su incorporacién a la sociedad en general. Para el tratamiento del tema hay que considerar, desde un enfoque multidisciplinar, estudios sobre el espacio y el tiempo asi como aquellos que establecen la relacién entre ambas coordenadas culturales, ya que la consideracién de la urbe desde los sistemas de BGnero, en los que podria enmarcarse la estrategia metodoldgica espacio-temporal, esta atin en sus inicios. Dentro del interés general que suscita el tema del espacio son muy limitadas aquellas Investigaciones que tienen en cuenta el género, La geégrafa Dolores Hayden, al tiempo que reconoce Ja aportacién al conocimiento de la dimensién social del espacio de socidlogos como Lefevre, Castells, Harvey y Gordon afirma que ninguno de estos trabajos toma en consideracién Ia situacién de las mujeres como trabajadoras asalariadas ni como trabajadoras domésticas, ni las desigualdades espaciales a las que son sometidas (2). 23 Hayden propone la necesidad de combinar un anilisis econémico ¢ historico de dichos investigadores con los enfoques realizados desde el feminismo, ya que estos estan orientados a las necesidades y experiencias de las mujeres. Sdlo asi se podré realizar una critica feminista al disefio espacial de las ciudades y a la distribucién de los, servicios dentro de éstas, El tema del género lo abarcaré Lefevre mas tarde en Women in cities. Gender and the urban environment (3) Estudios del espacio y del tiempo que hagan referencia al género son atin mis minoritarios. Sin embargo, estudios centrados en el andlisis de paises en desarrollo resaltan la importancia de tomar en cuenta las necesidades de las mujeres y de incorporar sus puntos de vista y sus ideas en la planificacién del desarrollo de tos espacios de vivienda y de la vida social (4). Es notorio que en la mayor parte de los casos solo se tiene en cuenta el papel de la mujer como reproductora, ignoréndose el de productora y el de gerente administradora de la comunidad (5). En la década de los setenta diversos planteamientos feministas reconocen la importancia de la reflexién sobre el espacio urbano, y Les Cahiers du Grif dedica un nimero al tema de las mujeres en las ciudades, en el que publica material proveniente de una reflexién colectiva de mujeres que tuvo lugar en Bruselas en 1976, Aparece el cuestionamiento a las funciones asignadas a las mujeres, a las distribuciones desiguales de los espacios, a los significados diferenciados atribuidos a los espacios de la casa y a los publicos. Basicamente se interrogaban las formas como las configuraciones espaciales, al haber sido disefiadas desde las estructuras de poder e influencias por una visién masculina de la sociedad y la cultura, se habian estructurado silenciando a la mujer 0 remitiéndola a ocupar los espacios correspondientes a roles impuestos. Se vela que en las ciudades los espacios configuraban las vidas, la movilidad y las actividades de las mujeres, y expresaban en muchos casos estereotipos femeninos més que realidades vividas, Puede decirse que los estudios que tienen en cuenta el género en el medio urbano, y que pueden ayudar para hacer planteamientos globales, provienen de otras disciplinas mas que de la antropologia (6). Como se ve, estamos atin en los comienzos de establecer 1a conexién entre la concepeién y la praxis de Ia urbe a partir de los conéeptos espaciotemporales y la reflexién sobre la construceién del género con la riqueza interpretativa que ésta conlleva, Ello implica moverse en varios niveles: a nivel tedrico con el marco conceptual que permita establecer esa interrelacién de forma global; a nivel metodolégico, para delimitar como se identifican dichos espacios para su estudio empitico, y finalmente, identificar las guias conductoras para el andlisis. Con todo ello se aportaré al entendimiento de la antropologia urbana en lo que se refiere a un Area significativa de las relaciones que concurren en ella, y paralelamente, al refinamiento de los conceptos de tiempo y espacio que las permean unas veces y que las estructuran otras. En este texto, la definicién de espacio se refiere a un area fisicamente delimitable bien por las actividades que se llevan a cabo, la gente que lo ocupa, los elementos que lo contienen 0 los contenidos simbélicos que se Ie atribuyen. Por tiempo se entiende las variantes de la amplitud en que se suceden los distintos estadios de una misma cosa 0 acontece la existencia de cosas distintas en un mismo espacio. 24 Presupuestos tedricos y metodolégicos En la busqueda de un marco amplio donde situar el andlisis antropolégico de la claboracién de las construcciones culturales genéricas, de aquellas que inciden en el tiempo y el espacio y de aquellas que hacen referencia directa a éstas ultimas, ha resultado valida la consideracién de la teoria del desarrollo desigual que propone Neil Smith (7). Smith conjuga la teoria marxista con la orientacién desde la geografia con objeto de explicar el papel central que tiene el desarrollo desigual para la sobrevivencia del capitalismo, Se centra en el andlisis del proceso del desarrollo desigual, basindose en los patrones de distribucién espacial que se han ido generando a través del tiempo. La teoria del desarrollo desigual formula 1a pregunta politica: ,cémo las configuraciones geograficas del paisaje contribuyen a la supervivencia del capitalismo? El espacio geografico mas que nunca tiene una connotacién econémica y politica. Este ‘marco general servird para formular ciertas preguntas y crear una referencia mas amplia al enfoque del género ‘Asi como la desigualdad en la forma de produccién y distribucién del espacio responde y se apoya en un sistema de produceién capitalista, también en la forma como se asigna, utiliza, distribuye y transfiere el espacio entre los hombres y las mujeres, y en las formas de concepcién, asignacién y experimentacién del tiempo, se construye y se manifiesta el género, Este marco presenta una amplitud que permite varios enfoques al estudio de las coordenadas espacio-temporales, Tiene cabida la dimensién histérica de los procesos. Aqui entraria el estudio de los sistemas de uso y tenencia de las propiedades en la urbe: dentro de patrones de herencia, las formas en que la propiedad se transmite, se cambia y se adquiere, y su relacién con las valoraciones econémicas y del sistema de estatus y prestigio que presentan, Aqui se dan cambios a través de estrategias corporativas no individuales, aunque unas y otras tendrfan que ver con cambios en la situacién laboral, en el desarrollo de apoyos a través de redes sociales, en cl asociacionismo femenino y en el desarrollo de nuevos patrones de grupos domésticos, cambios demogrificos y patrones de residencia, Por ejemplo, un cambio es la incorporacién reciente y minoritaria de la mujer a nuevos espacios a través del trabajo asalariado, que tendria que llevar a cambios en la coneepeidn del espacio doméstico y a tuna posible incidencia en la configuracién del espacio piblico. Asi lo ve Moore en Kenya, cuando trata de {a interrelacién existente entre la organizacién del espacio doméstico y las relaciones de género, asi como del efecto-que pueden ejercer sobre ellos os cambios originados por la incorporacién de las mujeres a la educacién y al trabajo asalariado (8), Sin embargo, tal y como afirma Hayden, los que més se han ocupado de la configuracién de los espacios no han tomado en consideracién a situacién de las mujeres como trabajadoras asalariadas ni como trabajadoras domésticas, ni las desigualdades espaciales a las que son sometidas (9). En este marco tendrian cabida toda una problemética especifiea de la mujer: la reproduecién; el trabajo asalariado a combinar con el doméstico y la composicién de los grupos domésticos monoparentales, que ha quedado fuera de los estudios generales realizados por areas geogréficas y que constituyen las bases de planes de desarrollo (10), En esta vision dinamica de las configuraciones del género que a través del cambio expresan el orden sociocultural se constata asimismo que el espacio’ més amplio, el entorno, por una parte no permanece inmutable, y por otra, la organizacién del espacio muestra que éste perdura en una forma identificable a través de periodos de tiempo. La forma como se estructura es producto de la creacién humana del pasado y del presente. 25 El entorno abarca conjuntos de recursos que se apropian, se estructuran y cambian de forma, y pueden reflejar a su vez los cambios en las relaciones entre hombres y mujeres, en la relacién de ambos con el entomo y en el contexto mis amplio de la sociedad en la que se insertan, Un entorno es un conjunto de formas concretas: edificaciones, caminos, lugares que se configuran con base en actividades y formas de interaccién de la poblacién, Su forma final es el producto dual de los significados pasados y presentes: de su génesis pasada y de su funcionamiento presente. En este enfoque quedan incorporadas las dos dimensiones del tiempo: el presente, tiempo a corto plazo, y la duracién, el pasado, memoria a largo plazo, asi como la proyeccién hacia el devenit. Que el entomo sea una creacién humana significa que a través de su contemplacion y lectura se puede obtener un conocimiento de 1a historia de los individuos, grupos, sociedades y culturas. El entorno lleva dentro la experiencia del tiempo cronolégico que puede leerse a través de las presencias y ausencias: en los edificios, en los monumentos, cn las calles; en lo que se denomina centros y periferias. En la medida en que se descubran los momentos que han quedado atrapados para su identificacién y referencia posterior, entran en comunién el espacio y el tiempo. La forma como se agrupan los edificios; la relacién entre actividades y espacios abiertos y cerrados; la relacién centro periferia y sus formas de inclusién-exclusién dicen algo de la configuracién social. Tgualmente, la distribueién de los espacios dentro de una casa servird para estructurar las relaciones del grupo que la habita, Los cambios en el entorno no son simplemente cambios en la distribucién del espacio, Son indicadores de un proceso en el que inciden las nuevas actividades que se desarrollan, la creacién de nuevos recursos y la apertura de nuevas posibilidades. Los cambios en el entorno incidirén en la expansién o restriceién de los individuos 0 grupos, dentro de los cuales existen distintas variables como el sexo y la edad, Mas que los cambios en las actividades externas o internas del espacio, lo importante son las variaciones de representacién que toma el espacio, independientemente de las manifestaciones visibles o extemas. Otro enfoque dentro de este marco general es el estudio del desarrollo de les construcciones culturales de los géneros, bien acerca del espacio y del tiempo o de aquellas que las afectan, Dado que los seres humanos vamos llenando de contenido el espacio, éste tiene unas dimensiones que van més alli de la mera concepcién geografica y que dan lugar a la gran variedad de expresiones culturales del espacio. Fl espacio se limita, se jerarquiza, se valora, se cambia. Las formas y los medios que se utilicen para ello inciden en las actividades humanas, y en muchos casos sirven para separar, jerarquizar, incluir o excluir, Esto va unido a las formas como una sociedad elabora y expresa su concepcién del poder, y en conereto sus sistemas de género, En este contexto, el estudio del espacio se presenta unido a las experiencias de las mujeres y los hombres y a los espacios relativos que ambos ocupan. Sin embargo, éste es un enfoque todavia incipiente en la antropologia. De Ia misma manera, la visin que se tenga de la naturaleza y la forma en que ésta se utilice para hacer transposiciones simbélicas va a incidir en la situacién espacial donde se sitte a la mujer y en las valoraciones que se asignen a sus espacios. Asi, la afirmacién de que el lugar de la mujer esté en 1a casa se sustenta en simbolos imbuidos de significados de inclusidn, intimidad, proteccién, separacién. En este contexto, la mujer es vista como recepticulo que lo mismo que contiene vida la da a su vez al lugar donde reside, donde ella ¢s referencia central y guardiana, Pero a su vez s¢ la ve alejada de aquellos espacios donde se Hlevan a cabo las decisiones principales y que son mis piblicas, decisiones que van a incidir directa 0 indirectamente en la forma en que la mujer defina su vida personal y doméstica. Todo esto ha incidido en la consideracién de 26 un universo més restringido para la mujer que incluye actividades, relaciones y el orden simbélico generado desde ese espacio mismo, que ha servido a su vez. para definir al espacio pablico de una forma distinta a si el lugar de a mujer hubiera estado en el agora 0 en cl foro. Todo ello ha Ilevado a que la presencia de la mujer resulte extrafia en el espacio piblico y a que tenga que luchar por conquistar aquello que se le ha quitado sin haber tenido ocasién de ocuparlo. Finalmente, pueden establecerse las interrelaciones entre la dimensién historica de los procesos y los distintos niveles de anal La utilizacién del marco de referencia con todas las posibilidades que contiene no presupone que haya de realizarse todo al mismo tiempo. Lo importante es tener en cuenta las posibilidades que oftece a la hora de realizar un estudio determinado para jugar intelectualmente con cada una de las piezas del rompecabezas teniendo en mente la hipotética composicién final. Sirve también para situar y evaluat la relevancia de las distintas aportaciones de otros estudios que pudieran aparecer sin vinculos comunes y asi llegar a generalizaciones acerca del conocimiento que tenemos de la situacién de las, mujeres en el entramado de la vida de la urbe. La antropologia social ofrece marcos interpretativos que permiten acceder a las dimensiones simbélicas, de comunicacién y a los significados que comunican las actoras/actores sociales, aunque unos lo hacen desde una visién que pretendiendo ser asexuada es masculina bien desde la del varén, y otros desde los sistemas de género. Tanto C. Lévi-Strauss como E. Leach proporcionan un marco interpretativo para analizar las distribuciones espaciales de los fenémenos sociales, al establecer las relaciones con los modelos que operan en una cultura. Ello se complementa con las afirmaciones de Edward Hall, que ve la utilizacién y significados que atribuimos a los ‘usos y contextos del espacio y del tiempo como sistemas de comunicaciones (11). La interrelacién entre comportamiento y espacio, como afirma Shirley Ardener, hace que, por un lado, el espacio defina a las personas que lo ocupan, y por otro, que la misma presencia determine la naturaleza del espacio (12). El espacio comunica, y su estudio aporta al conocimiento de los fenémenos sociales. Una forma de acceder a los significados del texto espacial es, como invoca Henrietta Moore, a través de las actividades précticas que ocurren en tal espacio, y del conocimiento que éstas implican de los actores sociales (13). Para E. Leach, los simbolos estructuran los espacios, los Ienan de contenidos y significados (14), Las categorizaciones y acciones simbélicas definen el espacio social que queda asi fuertemente asociado al ritual. En la afirmacién de que «un mapa es también una representacién metaférica del tiempo» (15), queda contenido el tiempo en el espacio, Los recorridos, las distancias, el cerca y lejos se comprimen. Para acceder a cierta comprensién de la experiencia del tiempo, siguiendo a L. Lossey, es importante observar dos de las cuatro dimensiones de las experiencias del tiempo: El presente, tiempo a corto plazo que implica la percepcién de intervalos cortos y del ritmo. La duracién, el pasado; memoria a largo plazo, Losey propone que todas las experiencias para utilizar nuestro sentido del tiempo pueden describirse al menos en una de dichas categorias (16). Toda esta orientacién interpretativa sirve de apoyo al estudio del espacio y del tiempo con relacién a la elaboracién, expresién, desarrollo y transmisién de los sistemas de género. Es asi como en este articulo se examina en qué medida la consideracién del espacio y del tiempo responde a un sistema cultural relacionado con ¢l conocimiento de las bases o formas en que opera 1a division asimétrica entre las mujeres y los hombres. Y esto se pone de manifiesto en las 27 cocupaciones temporales, o mas permanentes, que inciden directa o indirectamente en la permanencia o ausencia de mujeres y hombres en ciertos lugares. En la aplicacién de las dimensiones espacio-tiempo vamos a fijamos en: Los procesos limitativos. La experiencia de la interioridad-exterioridad. La creacién de nuevos espacios y lo que expresan acerca del cambio, Interioridad y exterioridad de los espacios y los tiempos. De 1a misma manera que la diferenciacién conceptual entre lo privado y lo pitblico Ileva a visiones parciales, la falta de diferenciacién entre el espacio exterior y el piiblico es discriminatoria ya que mantiene a la mujer alejada de lo piblico. Al mencionar que la mujer sale de casa (espacio interior), se est recalcando su incorporacién a la vida activa de la ciudad, mientras que en realidad es frecuente que la actuacién de la mujer en el exterior reafirme su pertenencia al espacio interior. Lo mismo sucede al no tratar de identificar y matizar las gradaciones que existen tanto en los espacios como en la forma de estar, actuar y permanecer en cada uno de ellos. Las generalizaciones acerca de la mujer, bien sea para situarla dentro o fuera, estereotipan y reducen el conocimiento de sus movimientos entre los espacios y dentro de ellos, y en general, el estar de las mujeres en la vida social. El espacio interior, identificado con la casa, contiene una amplitud mayor que cuando éste se define s6lo a partir de actividades centradas en la reptoduccién. Cuanto mejor se pueda reflejar la gran diversidad del estar de las mujeres espacialmente, sera més dificil encajonarlas en categorias, definirlas por estereotipos y encerrarlas en lugares. Definir el espacio interior como «aquel que va desde la puerta de la calle a la vivienda y que propicia las relaciones familiares y de vecindad, y entender por espacio exterior todo lo que esta fuera de la edificacién y que posibilita las relaciones sociales» (17) es reduecionista, ya que las redes sociales pueden activarse dentro del espacio denominado interior mediante visitas, llamadas telefnicas, comentarios que unos y otras traen a casa, a través de los comentarios y mensajes que se elaboren y se transmitan, a través de la computadora y el telefax. Lo mismo puede decirse de las relaciones de vecindad que traspasan la puerta de la vivienda y que en un edificio pueden darse sin salir del portal. El conocimiento de las formas establecidas para identificar las principales categorias de espacios permite conocer las valoraciones y los grados de prestigio que se establecen dentro de una cultura asi como las clases de asociaciones que se elaboran y la incidencia que tiene todo ello en la definicién de la posicién social y del estatus de las mujeres. Manteniendo la diferenciacién entre espacio interior, exterior y piblico, mds que definirlos respecto al espacio fisico, utilizaremos ciertos criterios 0 normas para su identificacién, El deseo de privacidad y la sensacién de que ciertas acciones son més propias para realizarlas en privado son casi universales. Sin embargo, el concepto de lo privado no tiene contenidos propios y uniformes, de. ahi la dificultad de su definicién (18). La interioridad de un espacio esté en relacién con aquellas actividades que en una cultura se identifican con aspectos propios de la vida privada: el cuidado del cuerpo, la experiencia de la vida sexual y de la vida reproductiva; la elaboracién de la comida, y las experiencias de socializacién, son algunas de las que aparecen con ms frecuencia, sin embargo varia la gradacién de su privacidad. Asi, en lugares donde no hay agua corriente en las casas, el bafiarse puede suponer una actividad que se lleva a cabo en un rio, y aunque en ese momento se dote al rio de ciertas caracteristicas propias del espacio privado, las mujeres se baflardn en un lado del rio donde estén protegidas de miradas curiosas 0 se cubrirén con tinicas o ropas amplias, mientras que los hombres lo hardin 28 en otto sitio, Hay culturas donde la elaboracién de la comida se hace en un lugar separado y a cierta distancia de aquel donde duermen los miembros del grupo doméstico. En otras, un mismo lugar se convierte en dormitorio para todos los miembros de la familia extensa al tender en el suelo las esteras que durante el dia se tienen recogidas con el fin de utilizar el mismo espacio para otras actividades como comer y conversar, Por ello es importante cémo en una cultura, y en el caso que nos ocupa en la vida de las urbes, se identifican ciertas tareas con el espacio interior y se dota a los espacios de puertas y ventanas que se abren y/o cierran para marcar los grados de visibilidad o invisibilidad de ciertas acciones. Sinchez Pérez habla de procesos donde se protege la intimidad asi como de las gradaciones que se dan en el espacio interior (19). Dentro de lo que pueda considerarse espacio interior hay distintas perspectivas. Una es el concepto de lo que es interior como contraste con lo que es exterior. gLo interior se asume como lo privado y lo exterior como lo ptiblico? gLo interior es lo cerrado y lo exterior lo abierto? {0 habria que ir a caracteristicas més generales de lo que encierra el concepto de espacio interior? El espacio exterior se describe en referencia al espacio interior. La earacteristica que mejor lo definiria seria aquella en la que se ha traspasado un Iimite desde el espacio interior, Ikimese a éste umbral 0 puerta, pero se trata de un espacio que sigue teniendo como referencia principal al espacio interior. Para la mujer esta referencia se crea mediante la consideracién de que el espacio interior es su punto de partida y de Hegada, y lo que realiza en el exterior tiene sentido a partir de las actividades, responsabilidades y personas del primero. El exterior puede ser, y de hecho lo es, un espacio abierto, en muchos casos la calle, una plaza, pero en el que se esté de paso, mientras se espera a alguien que vaya a regresar al espacio interior, y a pesar de que se esta fuera no se rompen los lazos con las actividades y responsabilidades del espacio interior. Fs més, para mucha gente supone una extensién de su espacio. Un ejemplo son los espacios que describe Alida Carloni al hablar de 1a casa-corral sevillana, que pueden considerarse como espacios exteriores aunque estén centrados en la vida familiar y en la vecindad. Se describen como «{...] un conjunto de casas populares de Sevilla que vienen definigndose como tipos arquitecténicos autéctonos, cuyas caracteristicas esenciales son la estructuracién en torno a un patio» (20). Estos espacios exteriores se diferencian a su vez, de la calle, sin que se identifiquen como espacios interiores de las casas: En una ciudad de tipo europeo, las relaciones que los ciudadanos tienen con el barrio y las alles son inmediatas y sin transicién: cuando salen de sus casas ya estén en contacto directo con la calle, ei barrio, la ciudad. En el caso del corral, las relaciones vecinos- barrio deben pasar obligatoriamente por el patio, que es el centro de la vida cotidiana y el nexo de unién (con cardcter de pasaje) en la ciudad (21). En otras ciudades estos espacios son asociados con bloques de_viviendas, urbanizaciones con servicios comunes. Privatizacién de espacios y definicién de lo piiblico, Los espacios exteriores son muchas veces ambiguos ya que pueden ser pliblicos desde el punto de vista de la propiedad en si, pero pueden tener al mismo tiempo esa fuerte referencia hacia la casa; En ellos se da un proceso de privatizacién distinto del que levan a cabo las mujeres en las calles, tiendas o comercios. Un ejemplo claro de privatizacion es el que describe James Fernéndez en Asturias y que corresponde al antoxanu: un espacio casi siempre rectangular que queda parcialmente en los confines de los mismos muros de la casa al extenderse para sostener el segundo piso y proyectarse algunos metros hacia fuera, y que se utiliza muchas veces para estacionar el coche (22), Para Feméndez es un lugar simbélico de los limites entre lo privado y lo piblico, Esta observacién permite reflexionar sobre otra situacién de privatizacién de la calle. En algunas poblaciones, para estacionar los coches los vecinos 29 tienen derechos adquiridos sobre la calle a partir de las referencias de cercania a sus casas, de la frecuencia con que utilizan los vehiculos y de la exteriorizacién de los derechos a la ocupacién de la calle mediante una vigilancia continua. Asi como existen formas diversas de privatizar el espacio existen también matices y gradaciones respecto a como se configuran los espacios y a los significados que se les atribuyen. En esta visién amplia se puede contextualizar el lugar que ocupan las mujeres y el que pueden ir ocupando dentro del marco global de la ciudad. El espacio pablico puede ser a su vez cerrado y exterior. Un espacio ser mas piiblico en tanto en potencia se Ileven a cabo actividades que abarquen a sectores diferenciados de la poblacién definidos por la edad, sexo, clase social, ocupacién, condicién fisica, ideologia politica La ideologia que permea la definicién de un lugar puiblico es que «es de todos», aunque Tuego la realidad no se conforme con ello. El lugar piblico por excelencia es la calle, entendida como el lugar que sirve para pasear, andar, trasladarse, estar, disfrutar: las calles, plazas, parques, playas, orillas de los rios. Se supone que este espacio esté abjerto a todo el mundo y que hay derecho a ocuparlo sin discriminacién. En la préctica vemos que hay toda una gama de normativas que regulan, prohiben o delimitan el acceso a lugares dentro de estos espacios. Asi, una calle se privatiza mediante la normativa con Ja cual utilizamos boletos y estacionémetros para tener derecho a un lugar de forma temporal; un parque se cierra al caer el sol; una calle se cierra para que pase una manifestacién; la playa se cierra y hay que pagar para ver unas carreras, 0 un paseo cercano a la playa se acota y se exige la entrada para ver las regatas. Detrés de la elaboracién de lo piblico hay conceptos que expresan que se trata de espacios abiertos, generates, espacios de visibilidad, Las actividades que se reali seran a su vez las que establezcan su valoracién, Las actividades en una calle principal de una ciudad se van a estimar de manera distinta a las que se leven a cabo en dreas mis periféricas de la misma ciudad, Todo esto se debe tener en cuenta pata sopesat los lugares donde se ubican las mujeres, por donde transitan y donde se establecen las referencias simbélicas de calles 0 monumentos asi como de aquellos lugares en donde hay establecimientos regentados por mujeres, Ser asimismo relevante la aplicacién de los grados de visibilidad-invisibilidad, de centro-periferia, a la hora de valorar presencias y rituales protagonizados y organizados por mujeres. Los procesos limitativos La asignacién de un espacio consiste en establecer limites y cierres. La situacién primordial de cierre cultural, segtin Zulaika, se da al acotar un terreno, y esto se lleva a cabo mediante vallas (22). [...] dentro del territorio culturizado, la etse (casa 0 cierre) es un nuevo contexto de cierre ritualizado. Puertas, llaves, ventanas, chimeneas marcarén los puntos simbélicos de transicién entre el espacio interior cerrado y el exterior. La entrada o salida de la casa en los momentos de nacer, casarse 0 morir serdn situaciones relevantes de pricticas rituales (23), Habria que ver si siguen vigentes estos cierres que tenfan un reconocimiento ya que representaban continuidad de la familia e identidad territorial, reconocimiento Social en el que estaba implicada la mujer como mediadora La configuracién de lo doméstico La centralidad de la mujer en el espacio doméstico se refleja en las expresiones que vinculan a la mujer con el edificio, los muebles y los lugares dentro de la casa. Asi, la 30 expresién «mi mujer es muy de su casa» encierra un conjunto de significados. Se incorpora toda la responsabilidad que puede traducirse en la ocupacién diaria de tener la casa en orden, con gusto, disponible al resto de la familia; una disponibilidad sin limite para recibir a los demas; una actitud de espera activa y de actividad acogedora. El espacio de la casa contiene distintos conceptos de tiempo que pueden traducirse en percepciones diferenciadas del presente y del pasado, pero en las que se recalca principalmente la experiencia del tiempo a corto plazo. EI concepto del tiempo de la mujer que establece sus limites dentro de la casa se organiza auténomamente, pero siempre teniendo en cuenta las responsabilidades hacia las personas que componen el grupo doméstico, los familiares y amistades cercanas asi como sus espacios y sus tiempos. La mujer es muy de su casa si esté en ella, La mujer de su casa pasa el tiempo en ella, y aunque salga lleva consigo esa pertenencia, ‘A [a compra procuro no dedicarle mucho tiempo. Hay dias que te juntas con alguien y no te queda més remedio que hablar, pero normalmente no soy de las que me lio mucho, Suelo tardar unos tres cuartos de hora, vamos a echarle, no es mucho. Si voy a la tienda 0 voy a la pescaderia tengo todo muy a mano, pero bueno, siempre pierdes un tiempo porque tienes que esperar (24). La calle s6lo en determinados momentos es apropiada para la mujer, y tradicionalmente su presencia est mas relacionada con un estar de paso realizando tareas concretas, y en caso de ocio, acompafiada por familiares o amigos. La permanencia en 1a calie sin horario fijo lleva a comentatios como «con esa no hay peligro de que se le caiga la casa encimay, y exptesiones tales como «mujer de calle» o «mujer que hace la calle» significan el polo opuesto de «mujer muy de su casa» ya que definen actividades en las que la mujer sale a la calle a buscar al hombre. Las salidas que hacen las mujeres durante las mafianas, en esas horas que destinan «a la casa», estén mediatizadas por limites de tiempo y espacio. Cuando salen parece que van de prisa y estén ocupadas por la premura de la vuelta. En los momentos de espera en las tiendas y comercios se oyen referencias que describen lo que las mujeres han dejado pendiente: «Por favor dese prisa que me toca a mi y tengo la comida en la estufan, Los comentarios de «he salido sin decir a mi marido a dénde iba» o «he dicho que volvia enseguida y aqui sigo» consiguen gestos de asentimiento y comprensién por parte de otras mujeres. Las alusiones a gente que las espera, comidas en la lumbre 0 lavadoras en marcha hablan de algo en movimiento en el espacio de la casa, independientemente de que todo ello sea real o no. Son las referencias las que crean esa presencia del espacio de la casa y provocan gestos de solidaridad y comentarios, unos afirmativos otros complementatio: Los lugares mas apropiados para esas expansiones comunicativas temporales son aquellos a donde la mujer acude habitualmente o aquellos que adquieren caracteristicas domésticas que facilitan cualquier proceso de privatizacién: tiendas de comestibles, supermercados, camicerias, pescaderias. Los espacios que ocupa la mujer dentro de la casa, a excepeidn de la cocina, estén més relacionados con las necesidades y actividades de las otras personas que con las suyas propias. Su forma de estar en ellos esté mucho més marcada por la temporalidad, y siempre est mucho més dispuesta a negociarlos de lo que estn los otros miembros de la casa. Al mirar hacia atrés en su vida una mujer de 44 aflos se pregunta: «Qué cambiaria de lo que he vivido?... pues chica, no cambiaria nada, bueno... no sé, cambiarfa tener una casa més grande», Las razones que da para ello estén relacionadas con las 31 necesidades de la familia y con las previsiones de cara al futuro: «pensando en que mi suegra es mayor, de que en cualquier momento le va a pasar algo y la tengo que traer aqui, y a ver como me las arreglo aqui». La mujer es centro de la casa en cuanto que a ella le va a tocar organizar y reorganizar las necesidades y responsabilidades. Por eso a ella Ie va a tocar también sentir las limitaciones del espacio y las distribuciones y redistribuciones de todo tipo que sean necesarias, Una mujer puede «ser muy de su casa» porque las decisiones de lo que pasa en ella y las responsabilidades que se deriven constituyen elementos de identificacién que actiian hacia dentro. En la medida en que la mujer esté en casa la mayor parte del tiempo estard mucho ‘menos dispuesta a mantener posiciones fijas. Tendré tiempo para ella slo mientras los demés apenas estén en casa en cuanto vuelven los demés ella se recluye en la cocina porque durante el dia ha podido disfrutar de toda la casa, El trabajo de la mujer fuera de casa introduce cambios en su percepcién del tiempo y del espacio, cambios que van muy ligados a la experiencia de nuevos conflictos (25). Cuando la mujer trabaja establece situaciones mas distribuidas; ella también podré estar cansada y sentarse a ver la television, Cuando esté en casa se asume que ha podido hacerlo en cualquier momento, aunque esto no haya sido posible dado el ritmo de trabajo y las responsabilidades que haya asumido. La mujer que trabaja fuera de casa experimenta la dificultad de conjugar ritmos distintos: unos propios del calendario laboral, que suele tener referencias a tiempos cortos y largos, y otros que se refieren a las responsabilidades de Ia casa y la familia, que suelen ser més inmediatas, La conjuncién es dificil ya que con frecuencia la descompensacién y conflictos entre los distintos tiempos son evidentes s6lo para la protagonista, que se orienta entre una y otra esfera del reloj social La presencia del varén va a marear Ia instauracién de un centro distinto del que disfruta Ia mujer en su ausencia, y se pasaré a una redistribucién de los espacios, al tiempo que se distinguirén formas de irradiacién diferenciadas que se harén visibles en el lugar que uno y otra ocupen frente a la televisidn, en la mesa; en la asignacién de los lugares de lectura, trabajo, ocio; en los lugares donde cada uno guarda sus herramientas y objetos valorados, y en la existencia o no de lugares permanentes de identificacién, ‘como puede ser un cuarto de trabajo, un escritorio, una biblioteca, una parte del jardin. Las sociedades gastrondmicas Las sociedades gastronémicas de San Sebastién remontan sus origenes a 1843, y con sus variantes han ido en ascenso, Sus caracteristicas principales son: la existencia de una cocina; el autoservicio de los socios (quien cocina lo hace siempre en forma gratuita); el abono de las materias utilizadas de despensa y bodega se basa en la conciencia del propio socio, Aunque en la actualidad hay sociedades mixtas, su rasgo singular es la entrada probibida a las mujeres (26). Asi, lo que las caracteriza es el tipo de cierre que establece el contexto dentro-fuera, Lo que queda encerrado es precisamente aquello que de igual manera se encierra en la casa, como es la elaboracién de la comida, pero aqui se ritualiza y se aisle para potenciarlo como seital de prestigio. Es més, en todo ello se da una usurpacién del saber. El cierre est bien delimitado en forma fisica: la puerta de entrada, los carteles de «sélo para socios». Es como encerrat una parte de la casa en otro lugar semejante pero controlado por hombres. {Qué es lo que se encierra? Se encierra la elaboracién de la comida con todo lo que esto abarca: la pteparacién, el cocinar reposado, el chiste con los amigos. Se encierra el disfrutar de ella como algo extraordinario (no es la comida diaria sino algo més especial); no es la comida a veces preparada deprisa, con un presupuesto fijo y con frecuencia estrecho 32 sino la comida preparada con calma y que es recibida con elogios. Nadie dice «esto no me gusta» 0 «ya nos lo pusiste ayer». Dentro de las sociedades gastronémicas hay momentos en los que se ritualiza la propiedad y la identidad cerrada del grupo, reafirméndose el cardcter usurpador de las sociedades gastronémicas, Se les adjudica un valor mediante la apreciacién que les otorga un sentido interpretativo estable con el cual se reafirman otras formas de actuar. Entre las diversas hipétesis, todas ellas realizadas por varones, acerca del origen de las sociedades gastronémicas, prevalecen aquellas que recalean la situacién de autoridad de la mujer dentro del grupo doméstico y la necesidad del varén de liberarse, acogiendo para ello las costumbres sociales del siglo x1x, cuando las mujeres no acudian ni a las tabernas ni a las sidrerias (27), Sin embargo, desde otro enfoque que tenga en cuenta lo que suponen las responsabilidades de la casa, puede mas bien hablarse de un escape no del poder sino de las responsabilidades y tareas, déndose en la accién de escapar una usurpacién seria y sistematica de un conjunto de saberes. Los rituales que dan cuenta de esa usurpacién son precisamente aquellos en donde se dejan de lado las normativas: durante las festividades del patrono de la ciudad pueden entrar las mujeres. Cada mujer que entre participando positivamente de la excepcionalidad del dia est celebrando el proceso de usurpacién no del saber especifico a que se refiere este caso sino de otros muchos saberes. En estos dias excepcionales se refuerza precisamente lo inevitable de mantener la situacién de cierre total De ahi la resistencia tan feroz a salirse de esa normativa que regula la admisién controlada para mantener el cierre durante el resto del af. Los contenidos a los cierres Los significados no son inherentes a la organizacién del espacio, sea doméstico 0 piblico, y deben invocarse a través de las actividades de los actores sociales; a ellos/ellas les corresponde lenarlos de contenido. Asi, entra la consideracién de cémo el orden espacial Hega a tener significado al encontrar las razones para que existan significados alternativos y al especificar por qué se da que una interpretacién se crea mis apropiada que otras, La habilidad de definir una interpretacién como més apropiada que otra es considerada en un doble sentido como una dimensién y una funcién del poder politico, Es asf como se pueden entender las formas de delimitacién del espacio y su categorizacién asi como la creacién de las barreras y los limites, que la mayoria de las veces no pueden identificarse fisicamente pero que a nivel simbélico, mediante la interaccién y los cambios que se operan al traspasarlos, se ven que son mas reales que las vallas y puertas, De ahi que nos interese contemplar los procesos de cierre y sus contenidos. El espacio interior-doméstico evoca contenidos que se relacionan con movimientos espirales, con el mundo interior. Las asociaciones que se hacen de la mujer con relacién al espacio interior expresan que ella ocupa un lugar central desde donde ejerce ¢ irradia influencia a través de las actividades que realiza y de las responsabilidades que asume; es un lugar donde est a la espera de otros y desde donde refuerza la importancia que tienen las actividades y los roles que se ejercen en los otros espacios. En Ia lectura antropoldgica de la obra de Gareia Lorea La casa de Bernarda Alba se encuentran algunas de las caracteristicas que puede adquirir el espacio doméstico (28). No es que todas se den como se describen en la obra, pero si que muchas de ellas aparecen en las experiencias y vivencias de espacios domésticos. La diferencia estaria en que tales caracteristicas no son obra de las mujeres, como las pinta Lorca, sino que han ido surgiendo en la construecién genérica de la vida social y van més all de la 33 situacién social y cultural de la época que escribe el poeta, Aparecen ingredientes de los espacios interior-exterior-piblico con unas demarcaciones bien diferenciadas en cuanto alas formas y sus contenidos. la casa de Bernarda se han establecido limites reales, como puertas, ventanas, cortinas, paredes, vallas, y cierres simbélicos a través de ellos mediante mecanismos de lenguaje, alturas y colores. De los primeros, algunos permanecen constantes y ottos entran en funcionamiento en ocasiones con motivo del duelo, del aislamiento de la madre de Bernarda que padece demencia senil, Algunos se abren bajo control, como cuando a fa hija mayor se la permite ver a su novio de noche abriendo la ventana pero permaneciendo detras de la verja. La hija més pequefta, dentro del encierro més amplio de la casa, abre la ventana para encontrarse con su amante y eneierra su pasién en el lugar destinado a los animales. Por tltimo se encierra en el cuarto destinado a los futuros novios para trascender a la vergtienza y al despecho. Es interesante que Poncia, la criada que durante affos ha estado aguantando el dominio despético de Bemarda, para vengarse suefia en un encierro: «Ese dia me eneerraré con ella en un cuarto y le estaré escupiendo un afio entero [...}» (29). En la habitacién del piso alto donde permanece la madre de Bernarda se encierra la experiencia, cl envejecimiento, la senilidad, la decadencia, Ella se escapa al cierre a través de su locura y grita: «Bernarda, yo quiero un varén para casarme y tener alegria [...] iQuiero irme de aqui! [...] A casarme a la orilla del mar» (30). Esto expresa lo que todas las hijas quieren: escaparse para vivir otras vidas. El pueblo, a su vez, establece cierres a la salida de la norma: apedrean a la mujer embarazada; detienen el progreso y el cambio; mantienen la jerarquizacién y la estratificacién, El sentido de cada cierre puede estudiarse con base en los contenidos que se le van asignando y que a su vez estén en funcidn del dentro-fuera; el interior exterior que es totalmente relativo. Se encierra a los jévenes para que no sean fértil antes de tiempo. Mediante el silencio se encierra la fertilidad de la que ha muerto habiendo perdido su virginidad. Se encierra la honra del que ha dejado embarazada mediante la cerca del castigo que se pone alrededor de ella, y éste a su vez encierra su palabra con una de ellas para cerrar su pasién con la hermana mas joven. El cierre total cierra a su vez. la obra cuando Bernarda Alba dice: Y no quiero lantos, La muerte hay que mirarla cara a cara [sic]. {Silencio! jA callar he dicho! [sic] Las lagrimas cuando estés sola. {Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija menor de Bernarda ‘Alba, ha muerto virgen, ,Me habéis oido? (Silencio, silencio he dicho silencio! (31). Esta forma de cerrar unas vidas en el espacio interior de la casa se ha plasmado de otras formas y ha sido objeto de desarrollo literario con cierta ironia: la mujer o mujeres que estén en el mirador y junto al balcén o ventana mirando tras los visillos a la vida que pasa, Este estar detris de algo observando preocupadas puede darse en situaciones en las que no haya materialmente ni una ventana. ,Qué quiere decir el estar detrés de algo? Una visién es la de observar lo que pasa, pendiente de que en algiin momento alguien la pueda interrumpir, Se vive como si pudiera termiiarse en cualquier momento; de que la mujer puede pero no debe de ser vista, como algo que adquiere importancia en relacién con aquello que esté delante y que es el objeto de atencidn y de valoraciones. Es de alguna forma avalar de continuo que el lugar de la mujer esté en la casa y que ahi esta su referencia principal, sin desenmascarar que en la forma de establecer los limites y en la fuerza de la centralidad se construyen impedimentos a la existencia de una fluidez mayor entre este espacio interior —doméstico— y aquel que est siempre més alld. Es como la imagen de la mujer que sale a despedir al hijo o al marido y permanece siempre en la ventana mientras cocina, barre, pone la lavadora, habla con una vecina, 34 llama a la tienda, habla con una amiga y en todo ello mantiene una actitud de escucha a la puerta que se abre, al motor que se para. Martirio, de 24 affos, otra de las protagonistas de Garcia Lorea, dice: Una vez estuve en camisa detras de la ventana hasta que fue de dia, porque me avis6 con la hija de su gafién que iba a venir, y no vino. Fue todo cosa de lenguas. Luego se casé con otra que tenia més que yo (32). En esta frase se encierran las innumerables horas de espera detras de miles de ventanas como metéfora de que en el centro de 1a claboracién del género en muchas culturas esté la espera interminable de la mujer. Los espacios puente Los espacios puente ofrecen unas caracteristicas diferenciadas de los espacios interiores, exteriores y publicos. Tienen cierto anclaje en los interiores y en los publicos, pero su objetivo principal esta en ser apoyaduras del cambio; desaparecerdn una vez que se hayan cumplido sus objetivos. Mientras que los espacios interiores y los pablicos pueden actuar como referencias estables, los espacios puente son circunstanciales. Se presupone que las experiencias en cada uno de ellos aparecen de forma clara para las personas que construyen y tienen estos espacios. No vale pensar que el espacio interior es a su vez piiblico, porque las personas que en ellos estén pueden acceder de forma indirecta a ocupar espacios al otro lado del puente, Las delimitaciones aparecen bien definidas, De aqui que las diseftadoras de estos espacios sean las protagonistas. Ellas los conciben, los disefian y los llevan a cabo. En este proceso es necesario estar alertas para que los saberes contenidos en la construccién de estos espacios no les sean usurpados y presentados como formas de estar en el espacio piiblico, Paralelamente existe también el peligro de que las dindmicas de construccién y utilizacién de tales espacios se minusvaloren; cuando esto se da, puede llevar a fracasos en la consecucién de los espacios 0 a dificultar de tal forma los procesos que éstos se queden en el camino. El espacio puente conlleva un paso adelante del estar dentro y salir para volver a entrar, como ocurre en la experiencia de muchas mujeres; va més alld de ese estar en medio en forma fija, ya que se puede estar dentro y fuera en un ir y venir de casa al trabajo, a la calle, al bar, al café, a la escuela, al teatro, al campo. Es distinto del estar dentro, detrés de los visillos aunque se salga. Se trata por lo tanto de espacios de cambio, y en su elaboracién han de ensayarse distintas estrategias y trabajar con apoyaduras firmes ya que se trata de sobrepasar situaciones, de llegar al otro lado més que de simples ensayos, Se trata de una dindmica que implica medir los pasos, planear, tantear, crear redes y bases que permitan ir dando los pasos del proceso, Son procesos en donde es importante introducir momentos que marquen la consecucién de los distintos pasos que se vayan dando, Aqui se introduce el concepto de rituales en los que se marquen, se celebren, se reconozean los pasos, y en los que se pueda jugar con las posibilidades de iniciar ritualmente algunos de los pasos que se vayan a dar, para ver por lo menos la imagen que pueden crear mediante el apoyo ritual, para que sirvan de apoyo en las dificultades que todo ello encierra, En la planificacién de los espacios puente es importante la delimitacién de objetivos y Ia actualizacién de las redes de mujeres. Son espacios que conllevan dinémicas de estrategias fuertes porque precisan de objetivos relacionados con formas de ocupacién y, por lo tanto, de asuncién de responsabilidades y de laborar formas de acceso a decisiones nuevas, No son meras abstracciones, ya que se trata de crear los entramados para ocupar espacios concretos al otro lado del puente, Los espacios puente aparecen en 35 las distintas formas de asociacionismo. La experiencia cotidiana pone de manifiesto que las mujeres vivimos principalmente en redes con otras mujeres, 1o que implica mujeres ligadas por lazos diversos de parentesco y consanguinidad asi como de amistad y de colaboracién en trabajos comunes. Con frecuencia estas redes se han minusvalorado 0 se ha recalcado el papel que cumplen como forma de identificacién con el espacio interior. Este énfasis lo que hace es capitalizar la fijacién del lugar de 1a mujer en el espacio interior. Por el contrario, a las redes que se crean entre varones, como en el caso vasco mediante la institucién de la cuadrilla, 1a convivencia en las sociedades y txokos, la experiencia masiva de los deportes de espectadores, al asociacionismo politico, se les atribuye una relevancia que revalora su ocupacién del espacio pablico. Espacios puente del asociacionismo serfan aquellos en donde ya participamos las mujeres, en la mayor parte de los casos por nuestra vinculacién con el espacio interior: reuniones en las cafeterias mientras se hace la compra o se espera a que los hijos/hijas salgan de las escuelas 0 colegios; gimnasios 0 lugares de deporte donde se acude y donde la relacién ¢s primordialmente con otras mujeres; asociaciones en las que se potencian actividades propias del espacio interior 0 del piblico pero regidos por el horario del tiempo del espacio interior, Puentes creados en los medios de comunicacién (radio, televisién, prensa) mediante la participacién de mujeres en forma individual, colectiva 0 en representacién de grupos. Cada articulo que se escribe, cada vez. que una mujer aparece en la televisién o habla en la radio de forma critica e informada sobre un tema, se define un espacio puente. Tendrian asimismo esta cualidad aquellos espacios donde se da una socializacién de las tareas que recaen principalmente sobre las mujeres: adquisicién y elaboracién de la comida; organizacion de Ia practica cotidiana de la vida doméstica en cuanto a aprovisionamiento, mantenimiento; cuidado cotidiano a los vastagos menores; cuidados a personas enfermas y/o ancianas, Conlleva el introducir toda una serie de propuestas que bien de forma fisica y/o simbélica supongan una racionalizacién desde las mujeres de cémo se asumen todas y cada una de esas responsabilidades. Esté relacionado con los espacios fisicos siempre que se tengan en cuenta los lugares de residencia y las distancias que tengan que recorrer las mujeres, de forma que les facilite sus desplazamientos y la consecucién de los objetivos que llevan implicitos las tareas coneretas dentro de dichas areas. La pregunta que surge es si estos espacios que no suponen un rompimiento con los roles y tareas establecidas Hevan a la creacién de lo que llamariamos nuevos espacios con caracteristicas de cambio social. Desde el punto de vista del andlisis de las estructuras puede verse que estos espacios. surgen mediatizados por los modelos del grupo dominante al que no se le puede cambiar. ‘Aparecen muchos clementos asociados con cambios que ha ido experimentando la sociedad pero que afectan principalmente a la mujer y que pueden verse bajo el prisma del deseo de la mujer de salir de la burbuja doméstica, ver y relacionarse con mas gente y ampliar su marco de referencia y de experiencia cotidiana. Subyace en ellos una mayor racionalizacién del espacio y del tiempo para capitalizar momentos fuera del hogar, con amigas, en el espacio pablico. Hay en el fondo una insatisfaceién y rebeldia que no se manifiesta abiertamente, Muchas de estas situaciones pueden Hevar a la creacién de nuevos espacios, algunas desembocarén de forma racional, en otras tendré que haber rompimiento, Pero también habra situaciones donde se dé Ia vuelta hacia el espacio interior. 36 Nuevos espacios De los tres estadios propios de los procesos de cambio (conservacién, transformacién y ereacién) estos espacios se relacionarian con la creacién que supone un salto cualitativo en el vacio. Por ereacién se entiende un proceso que contempla la aportacién desde el ahora hacia el futuro; aquello que se constituye en una nueva referencia que signifique una ruptura con lo que existia anteriormente y que puede ser punto de partida para nuevas transformaciones y conservaciones, En el caso de las mujeres, se crean espacios mediante a ocupacién temporal del espacio piblico: manifestaciones, especialmente la del 8 de marzo, que tiene ya caracteristicas rituales. Una segunda forma de ocupacién temporal es la manifestacién extema de los procesos creativos en su sentido amplio, que abarca desde el cine, el arte y la literatura. Una tercera seria la incorporacién de colectivos de mujeres a otras acciones bien de cardecter festive o reivindicativo. Una creacién més permanente seria aquella que establece referencias identificables en el espacio fisico, como monumentos, nombres de calles, espacios de trabajo o Itidicos, Muchos de estos espacios van unidos a la fuerza del asociacionismo que en algunos casos estaré unido al movimiento feminista y en otros a situaciones laborales 0 a intereses de grupos diversos. En todo este proceso se dan redistribuciones del tiempo, vivencias nuevas del pasado y del presente, de la atemporalidad y la permanencia, y proyecciones futuras que no tenian ninguna referencia en el espacio interior de la burbuja doméstican. Conclusiones La visidn de los procesos en los que se concibe la relacién espacio-temporal desde una perspectiva de los sistemas de género representa un paso importante a la hora de aprehender las formas en que las mujeres y los hombres elaboramos nuestra identidad social, Lo tratado en este articulo se refiere principalmente al espacio urbano y a una visién de la urbe en la que se recalca el «pensar» la ciudad, y que incluye una relacién entre el espacio interior, exterior y pblico; la vinculacién entre actividades domésticas y actividades exteriores. Se afirma que de la misma forma como el interior de una vivienda expresa algo sobre las personas que la pensaron y la construyeron, asi la manera como se piensa la ciudad refleja una serie de presupuestos acerca de la estratificacién social y acerca de las formas como una-sociedad y cultura elabora y expresa el género, Todo ello conlleva ritmos de tiempo, visiones de presente, pasado y futuro que pueden estar en confrontacién continua. Y dado que aquellos que afectan a Jas mujeres han estado més relacionados con Ia atemporalidad, autonomia involutiva centrada en la casa, 1a mirada hacia el pasado para mantener y transmitir las tradiciones necesitan de mas cambios cuando las mujeres se incorporan a nuevos espacios de trabajo, accién y nuevos ritmo: Resulta evidente, a partir de lo expuesto, la necesidad de tener presente el marco més amplio atin cuando se trabaje con espacios y tiempos coneretos, Cuando hay espacios tan diferenciados, como el interior-piblico, pueden darse usurpaciones en las que quedan mal paradas las mujeres. El énfasis que se pone en la responsabilidad de la mujer en la elaboracién de la comida, como son las referencias de los varones a «como cocina mi mujer» o «la mejor cocinera es mi madre» més que aumentar el prestigio social de las mujeres actitan para mantenerlas en sus roles tradicionales y hacer que el saber culinario trascienda a la casa a través de los varones. De ahi la importancia que 37 tiene el mirar un espacio desde el otro para sopesar y valorar no sélo ese espacio en si sino el significado que se atribuya a las actividades y relaciones que acontezcan, En el énfasis actual que se otorga a la cocina dentro de la casa, y que puede estar revestida de toda clase de modernidades y adelantos técnicos, se sigue acotando un terreno y se encierra simbélicamente a la mujer. Los elementos rituales en el espacio interior-doméstico que en un pasado tenfan elementos de trascendencia no parecen tener su correlato en el Ambito doméstico urbano, donde dificilmente puede darse una trascendencia a significados en lo piblico, Es més, lleva con frecuencia a que la mujer experimente la centralidad de sus roles en ese espacio privado-doméstico y a que su irradiacién permanezca siempre que se mantenga dicho espacio diferenciado. Asimismo, las mujeres privatizan a veces el espacio pibblico al relacionarlo con la esfera de lo doméstico y al asumir comportamientos més propios de lo privado que de lo piblico, Los hombres, al contratio, publicitan lo privado y con frecuencia usurpan aquello que reconocen como valido y que pueden capitalizarlo fuera de su contexto originario. De forma paralela, constantemente se crean centros de irradiacién en lo piblico en donde rara vez, la mujer accede a su centro, y si lo hace es con grandes dificultades. La presencia aislada es mucho més tolerable que 1a de personas o grupos que representen apoyos colectivos y movimientos organizados. Los disefios urbanos estin orientados a mantener los centros de irradiacién diferenciados, y cualquier remodelacién de los cespacios y los tiempos requeriré de esfuerzos concretos que conjuguen distintos niveles y Areas de expresién, Sin embargo, la misma forma de concebir el espacio de la urbe para aprehender las claves de Ia diferenciacién y jerarquizacién genérica es en s{ un elemento de cambio. Lleva implicita la necesidad de que como investigadoras hagamos algo que las mujeres, no solemos hacer con frecuencia, y es precisamente el movernos de continuo entre los espacios: ver la casa desde fuera, y desde alli abrir las ventanas hacia el interior, contemplar las sociedades gastronémicas y los espacios vedados desde dentro; reposar en lo piiblico; construir puentes para llegar al otto lado. En una palabra: navegar por la ciudad. Notas Este articulo ya fue publicado en la revista Kobie, ntin.V, Bizkaiko Foru Aldundia, Diputacién Foral de Bizkaia, Bilbao, 1991, (1) Se trata de una investigacién realizada entre 1987 y 1989 y que ha quedado expresada en el manuscrito ain inédito «Andamios para una nueva ciudad. Lecturas, antropolégicas sobre género y espacio», 1989, y en el articulo «Mujeres en la ciudad, Un estudio de Donostia, en Txostenak, ntim.6, Seminario de Estudios de la Mujer, Universidad del Pais Vasco, 1991. (2) Hayden, Dolores. «What would a non-sexist city be like? Speculations on housing, urban design, and human work», en Signs, journal of women in culture and society, vol, 5, nim. 3, p. 170. (3) Lefevbre, H. Women in cities. Gender and the urban environment, Macmillan, London, 1980. (4) Moser, C.O.N. y LP. (eds.) Women, human settlements and housing, Tavistock, London, 1987, 38 (5) Ibidem, pp.7-8. (© Del Valle T. «Las mujeres en la ciudad. 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(30) Ibid., p.82. 31) Ibid, p.151, (32) Ibid. p.71 em, pp. 31-33, * Teresa del Valle. Catedrética del Departamento de Antropologia Social, Universidad del Pais Vasco. sofia de los Valores y LOS ESTUDIOS DE GENERO EN EL AMBITO SUDAMERICANO NORMA FULLER Pontificia Universidad Catélica del Pert Los estudios hoy Ilamados de Género se inician en la regién a fines de la década de los afios 70 impulsados, sobre todo, por la emergencia de grupos feministas y por el apoyo de diversas fundaciones internacionales interesadas en promover la igualdad de oportunidades para las mujeres. En los affos 90 las prioridades de las agencias de Desarrollo como la AID, La CEPAL y el Banco Mundial, dieron nuevo impulso a estos temas cuando definieron como pricticamente estratégico enfocar a la poblacién femenina como parte de su programa de combate a la pobreza. Lo que caracteriza, en mi opinién, a la produccién de género en el érea sudamericana es su fuerte conexién con el movimiento feminista que a su vez esta muy ligado al trabajo de ONGS dedicadas a la advocacy y a la promocién de la mujer y con el disefio de politicas piblicas orientadas a la poblacién femenina y al combate a la pobreza Ello ha permitido que se acumule un importante bagaje de diagnésticos y andlisis sobre la situacién de la mujer y de las relaciones de género en la regidn. Sin embargo, sus trabajos son muy dependientes de los proyectos estatales 0 de las prioridades de las, fundaciones o agencias de desarrollo que financian a las organizaciones no gubemamentales. Ello afecta tanto la agenda de investigaciones como la posibilidad de avanzar en la sistematizacién y teorizacién de los datos obtenidos. En términos tedricos el trabajo de las académicas y académicos de la regién es muy actualizado y refinado pero constituye aplicaciones de teoras planteadas principalmente en Europa y EE,UU, No obstante, a diferencia de estos tiltimos que se concentraron en 40 reas tales como Ia filosofia, la literatura y los cstudios culturales, en el ambito sudamericano los estudios de género han tenido un impacto importante en las ciencias sociales. De hecho, a partir de la década de los ochenta y sobre todo durante los noventa, han proliferado los programas de studios de género _ubicados mayoritariamente en facultades de Ciencias Sociales. Ello se deberia a la necesidad de responder a la demanda de técnicos de desarrollo y expertos en politicas puiblicas con una formacién en esta area. Género, desarrollo y grupos locales En este aspecto, la investigacién se concentré en el diagndstico de la situacién de 1a poblacién femenina con la finalidad de incluir esta informacién en el disefto de politicas, piblicas y programas de apoyo a las poblaciones desfavorecidas en temas tales como edueacién, salud reproductiva, violencia familiar, trabajo, estrategias de supervivencia y combate a la pobreza Un aspecto en el cual los cientificos y cientificas sociales trabajando con temas de género han sido particularmente exitosos es en el disefio de programas de promocién y autoayuda destinados a las mujeres. A pesar de que se trata de esfuerzos puntuales y dificiles de evaluar, veinte aflos después son evidentes los efectos de la difusién del discurso sobre los derechos de la mujer en diversos aspectos de 1a vida de las mujeres, tanto en el medio rural como en el urbano. Los més importantes serian, el conocimiento de sus derechos y de las acciones para defenderlos o usarlos y el cuestionamiento critico de los privilegios masculinos en el hogar. Todavia esta pendiente un trabajo sistemético de evaluacién de estos cambios en la identidad y autoestima femenina, en su relacién con sus cuerpos y su sexualidad y en las relaciones de género en el hogar y en las esferas laboral y politica, Economia y politica Los trabajos de las dos décadas pasadas realizaron un intento serio y sistematico de caracterizar el lugar de la poblacién femenina en la vida politica, econdmica y social. Hasta mediados de los noventa, la gran mayoria de las publicaciones sobre las mujeres se orientaba a mostrar la situacién de las campesinas, obreras y pobladoras para hacer evidente su situacién de subordinacidn, tanto en cuanto a la escasa valoracién de su aporte a la economia doméstica, como en cuanto a su restringido acceso a los espacios pliblicos y a la toma de decisiones. No obstante, existen andlisis sisteméticos de las transformaciones de los sistemas econémicos y politicos durante el siglo xx en la situacién de la mujer y en las relaciones de género (Deere y Leal, 1981). Estos se concentran prioritariamente en los efectos de los cambios en la estructura agraria de la regién, en la economfa doméstica y en la divisién sexual del trabajo; en el impacto del ajuste estructural y de la globalizacién de la economia, en las relaciones de género (Roldén, 1985, Gonzales de la Rocha, 1989, Fernandez Kelly, 1992, Arango, 1998) y en las poblaciones desplazadas por la violencia politica y la forma en que las relaciones de ‘uénero intervienen en estos procesos (Coral, 1994; Maertens, 2000). Como es sabido, esta segunda mitad del siglo ha visto cambios radicales en la estructura agraria de la regién tales como la masiva migracién del campo a la ciudad y la creciente transformacién de los dos sistemas predominantes hasta entonces —la parcela campesina destinada a la produccién de subsistencia y el sistema de haciendas 41 Diversos estudios analizan el impacto de la penetracién de capitales mercantiles en la economia campesina y en la divisién del trabajo en la unidad doméstica. Asimismo, se muestra el efecto que tuvo la transformacién de las haciendas tradicionales del siglo xix. en modernas empresas comerciales sobre el régimen laboral de los varones y la situacién de la mujer. Por ejemplo la expansién del capitalismo moderno en el norte del Peri (Deere y Leal, 1981) que conduce a que los varones se ausenten de sus parcelas para trabajar como obreros estacionales en los complejos agroindustriales estuvo acompafiado por cambios sustantivos en el estatus de la mujer en la familia, en su participacién en el gobierno de la comunidad y en su régimen laboral, En Io referente a los efectos de la reestructuracién econdmica de los afios 80 y 90, los anilisis de género muestran que la reestructuracién de la economia en busca de mayor rendimiento bajando los salarios descansa en buena medida en la habilidad de las mujeres para arregldrselas y llevar a cabo estrategias de supervivencia para sus familias, utilizando su trabajo no remunerado -tal como participar en comedores populares~ para absorber los efectos adversos de las politicas de ajuste estructural. Diversos trabajos en la regién (Roldan, 1985; Fernandez Kelly, 1992; Gonzéles de la Rocha, 1989) han llamado la atencién sobre la relacién entre la globalizacién econdmica y la flexibilizacién del trabajo femenino (Arango, 1998). Estos sefialan que Jas mujeres son adecuadas a los requerimientos del trabajo flexible porque su trabajo se considera marginal y como ellas tienen que lidiar con las exigencias de las tareas domésticas y el trabajo fuera, estén mas dispuestas a aceptar empleos de tiempo parcial oadestajo. Finalmente, la violencia que caracteriz6 a paises andinos como Peri, Colombia y Guatemala ha incentivado los andlisis sobre el impacto del desplazamiento de poblaciones en las mujeres y en las relaciones entre los géneros. En la actualidad este es tun tema especialmente relevante en Colombia y en los paises receptores de refugiados tales como Venezuela, Ecuador y Perti donde es importante enfocar los procesos de reconstruccién social de los desplazados y la forma en que las relaciones de género intervienen en estos procesos (Coral, 1994; Maertens, 2000). Movimientos politicos Probablemente el tema donde mas se ha contribuido con anélisis originales sobre la problematica de género ha sido en el referente a la cardcterizacién y debate sobre las implicancias para la teoria feminista de los movimientos de mujeres que surgieron en paises sudamericanos como Argentina, Bolivia Chile y Eeuador. La exitosa de movilizacién de las mujeres latinoamericanas como madres, tanto en grupos de combate a las dictaduras militares como en barrios urbanos, presentaron desarrollos peculiares, debido a su capacidad de movilizar a la poblacién femenina y al gran impacto que alcanzaron a tener sobre Ia politica estatal, Por otro lado, han sido el semillero para la produccién de lideres locales y para la difusién de la problemética de género entre la poblacién femenina, Estos movimientos han sido interpretados por algunos autores como una alternativa al modelo masculino de ciudadania, Ellos sugieren que se estaria cteando una ciudadania colectiva que recupera los valores femeninos, y que esta rompiendo el rigido limite entre lo publico y lo privado que enclaustré a las mujeres en la esfera doméstica. Sin embargo, diversas expertas (Feijoo, 1993; Perclli, 1993 y Barrig, 1994) llaman la atencién sobre el hecho de que estas pricticas politicas (Jelin, 1994) utilizan el tradicional argumento marianista de la superioridad moral de las mujeres y se fundan en 42 preocupaciones privadas. Ello podria redueir la politica a una pose moral y cancelar peligrosamente la nocién de la politica en tanto expresién del bien comiin de la nacién, ‘A su vez las implicancias politicas de la proliferacién de organizaciones populares de mujeres en toro a la gestién de comedores populares y programas de desayuno escolar generaron un fuerte debate dentro de las ciencias sociales peruanas. Algunas autoras encontraron que estos programas eran un espacio donde las mujeres se estaban convirtiendo en actoras politicas (Blondet, 1994). Mientras que otros (Grandén, 1990 y Barrig, 1993), sostuvieron que las organizaciones de autoayuda eran, de hecho, estrategias de supervivencia que se apoyaban en un conjunto de soluciones temporales aunque finalmente falsas porque resuelve los problemas inmediatos pero la causa de esos problemas se ignoraba» (Barrig, 1993: 27). Por otro lado el hecho de que los recursos gestionados provinieran de donaciones canalizadas a través del estado propicia la formacién de lazos de clientela politica que pueden ser manipulados con fines electorales. El caso de la utilizacién de los clubes de mujeres en las recientes elecciones peruanas es una demostracién de los peligros seffalados. Clase, raza y etnicidad El andlisis de la articulacién entre el dominio de género y la subordinacién racial y de género ha sido particularmente importante para entender ciertas caracteristicas de las sociedades latinoamericanas tales como la exacerbacién de la doble moral sexual y del culto a la virilidad. Esto se deberia a que son paises que se fundan en la conquista y donde las razas vencidas, 0 traidas del Africa en condicién de esclavas constituyen un segmento importante o la mayoria de la poblacién. Las diferencias étnicas y raciales habrian intensificado el control sobre la sexualidad de las mujeres y habrfan abierto a los varones la posibilidad de relacionarse con las mujeres de acuerdo a diferentes racionalidades y c6digos morales. Mientras que las mujeres del propio grupo son sacralizadas como esposas y madres, las de los grupos subordinados se asocian al dominio (Paz, 1958; Stolke, Verena, Palma Milagros, 1990; Palma Norman, 1990; Mannarelli, 1994; Fuller, 1994). Es decir ciertas peculiaridades historicas y culturales de las sociedades latinoamericanas hacen urgente analizar el entronque de género, raza y etnicidad para entender los sistemas de género y la organizacién social de estas sociedades. Identidades de Género Una linea importante de trabajo es aquella que analiza y problematiza la vigencia de la doble moral y de la maternidad para entender como se constituyen las identidades de ‘género entre las poblaciones urbanas (Fuller, 1993; Gysling y Benavente, 1996; Gysling et alter, 1998; Olavarria, 1999; Quintana, 1999; Valdés, Gysling y Benavente, 1999), Ahora bien estos estudios, a diferencia de los que intentan identificar los rasgos especificos de las identidades de género en estas sociedades realizan un esfuerzo sistemético de enmarearlas dentro del contexto de los cambios derivados de la modernizacién econémica, urbanizacién y creciente individuacién de los sujetos (Valdés, 1988; Fuller, 1993; Gysling, 1996). De ahf que se enfatice Ia articulaci6n entre identidad femenina y cambios en los discursos y costumbres sexuales, democratizacién de la familia e ingreso de las mujeres a la educacién formal, al mercado de trabajo y a la vida politica. Por ejemplo, diversos estudios observan que el modelo femenino centrado en la maternidad empieza a verse 43 devaluada y que aparecen nuevas demandas tales como la necesidad de insertarse en el espacio piblico a través de los estudios superiores y al mercado de trabajo (Vald. 1988; Fuller, 1993; Gysling, 1996). No obstante entre las rurales y nativas el panorama es diferente, Aunque existen cambios profundos en las relaciones de género debido a la penetracién de la economia de mercado y del despoblamiento del campo, estas transformaciones tienden a profundizar el predominio masculino y la asociacién entre femineidad y pobreza. De este modo se observa una tendencia a la profundizacién del abismo social no sélo entre varones y mujeres sino entre la poblacién femenina urbana y Ja rural. Los sistemas de género locales La gran heterogencidad de tradiciones culturales y poblaciones que conviven en esta regién ha sido una fuente constante de debate entre quienes enfocan la diferencia y quienes privilegian la importancia de la lucha por los derechos de las mujeres. Asi, existe una tensién entre Ia tendencia a entender a las poblaciones marcadas por un origen étnico o racial como unidades culturales que siguen una légica propia y aquella que busca comprenderlos dentro de procesos mayores y que acentiia el impacto de ambios a nivel politico, social y econémico en las relaciones de género. Durante los afios 70 en los paises latinoamericanos con numerosa poblacién indigena como Bolivia, Ecuador, Per’, Guatemala y México, grupos feministas que promovian el desarrollo de las mujeres a través de ONGs, se encontraron enfrentadas a organizaciones de mujeres que tenfan un fuerte compromiso con movimientos de clase © Ginico-culturales, Para estas mujeres, las contradicciones centrales no eran entre hombres y mujeres, sino entre grupos dominantes y dominados en sus sociedades. De su Iado las estudiosas y estudiosos de las culturas locales argumentaban (Nufiez del Prado, 1972-75; Ossio, 1980; Isbell, 1972) que en la cosmovisién de las sociedades andinas y amaz6nicas lo masculino y lo femenino serian categorias complementarias y no jerarquizadas. Ademas la complementariedad en los roles de hombres y mujeres implicarian equidad en el poder y la ausencia de participacién de las mujeres en espacios piblicos seria un rasgo cultural propio que no anula el poder de decisién que tienen las mujeres para asuntos de orden piblico y privado. Asi, numerosas etnografias muestran que hombres y mujeres no solamente comparten, sino que petmutan las responsabilidades en el trabajo agricola ¢ inclusive en el trabajo doméstico. Sin embargo, este enfoque pecaba de un culturismo extremo y dejaba de lado el hecho de que los sistemas de género andinos son més amplios que Ia unidad conyugal, ellos comprenden cireuitos de intercambio de bienes, redes laborales, expresiones rituales y relaciones politicas, En todos esos campos las mujeres estén notoriamente subordinadas ausentes, Ellas no participan en las asambleas comunales, en el sistema de autoridades ni en los trabajos colectives como miembros plenos. Incluso las representaciones de género no son necesariamente simétricas. Los grupos de trabajo y los rituales mixtos acentéian Ia fragilidad femenina y la fortaleza masculina, En otros casos, las deidades femeninas como la Pachamama son representadas como ambivalentes y potencialmente peligrosas (Harris, 1988). Asf, la complementariedad es un ideal que no explica todas las relaciones de género en la sociedad andina, Estas Ultimas deben entenderse dentro de sistemas complejos que cambian contextualmente y no pueden ser explicados a través de un sélo factor o émbito institucional. 44 Por otro lado, las comunidades nativas amazénicas han sido tratadas como laboratorios para entender a los sistemas de género debido a que en ellas la divisién sexual del trabajo no explica el control masculino sobre las mujeres porque ellas estn a cargo de la mayoria de las actividades productivas. En cambio, el matrimonio es una stitucién crucial para explicar el control que tienen los varones sobre la vida politica porque las relaciones dentro del grupo son definidas de acuerdo a los derechos y obligaciones que adquicren los varones a través de su matrimonio con las mujeres (Anderson, 1985) No obstante, estas reconstrucciones a menudo son elaboraciones tedricas sobre la base de sociedades que en la préctica estin insertas dentro de sociedades nacionales. Diversos estudios que examinan de manera critica el impacto de la economia de mercado, de las instituciones estatales y de los organismos de desarrollo en las comunidades nativas y, en particular, en la vida de las mujeres, muestran que ellas inciden decisivamente en las relaciones de género ya que alteran la divisién sexual del trabajo y tienden a marginar a las mujeres porque las instituciones nacionales, por lo general, privilegian el trato con la poblacién masculina, Ahora bien, estas dos posiciones se mueven entre dos exttemos que acentiian bien la diferencia, bien las similitudes de la condicién femenina, Un intento de superar este impase insiste en que atin cuando las culturas locales presentan particularidades, existe una larga tradicién de convivencia de estos grupos con la sociedad nacional y por lo tanto es urgente entender la compleja articulacién de las lineas de clase, raza, etnicidad y género para entenderlas de manera que no se las esencialice ni se ignore su derecho a la diferencia Giros recientes: la critica al sesgo ginecocéntrico En Ia década de los noventa los avances en los estudios de género han evidenciado que enfocar preferentemente a la poblacién femenina ha producido efectos perversos tanto en la teoria como en la accién. En el aspecto prictico, los programas de apoyo a Jas poblaciones mas desfavorecidas tienden a oponer y enfrentar a mujeres y varones gue, en la practica tienen un proyecto familiar conjunto y necesitan del aporte de ambos para enfrentar la pobreza, En términos teéricos, tiende a asimilar el género a lo femenino y no enfatiza debidamente el hecho de que las relaciones de género son un eje que ordena la vida social y como tal su andlisis debe ser aplicado a todos sus miembros. Por otro lado, la epidemia de SIDA y los efectos que la revolucién sexual y demografica son problemas que necesitan atencién urgente. Esto llevé a que los tiltimos diez afios se hayan visto mareados por la emergencia de los estudios sobre masculinidad ¢ identidades sexuales alternativas (Parker, 1991; Céceres, 1998) in Ia actualidad se pueden distinguir dos vertientes, una que intenta balancear, invertirel sesgo ginecocéntrico de los estudios de género y se concentra en el estudio de la sexualidad, las practicas reproductivas masculinas y la emergencia de las identidades gays y queer y, una segunda, més vertida a la comprensién de las identidades masculinas locales y los cambios en curso debido a la modificacién de las relaciones de género (Parker, 1998; Fuller, 1997-1998; Valdés y Olavarria, 1998; Viveros, 1997- 1998). En conelusién, los estudios de género en la regién sudamericana se insertan dentro de la tradicién iniciada a fines de los sesenta en Europa y EE.UU. Ellos estan marcados por la propuesta del movimiento de liberacién de la mujer y por la agenda de las 45 agencias de desarrollo y las fundaciones que apoyan los estudios sobre la condicién femenina, Por ello, una de sus caracteristicas mas importantes es la articulacién entre los temas que estudia y el disetio de politicas piblicas y estrategias de desarrollo local, Los tépicos que priorizan tales como la caracterizacién de los movimientos de mujeres, los cambios en las relaciones de género, la tipificacién de los sistemas de género locales y los estudios sobre masculinidades constituyen aportes relevantes a la comprensién de las relaciones de género en la regién, En mi opinién estamos listos para emprender trabajos de envergadura regional que nos permitan entender de manera mis fina nuestras similitudes y particularidades y contribuir al avance de la teoria general Para ello serfa necesario independizar en alguna medida la investigacién de las agendas politica y de desarrollo. No estoy abogando por un divorcio entre ellas, por el contrario, pienso que existen réditos positivos en nuestra articulacién con las necesidades politicas, y conerctas de las mujeres y los varones. Lo que seria necesario es fortalecer la presencia de una capa de investigacién que trabaje a mediano y largo plazo, menos sometida a presiones inmediatas y a la agenda de las fundaciones y agencias de desarrollo. REFERENCIAS ANDERSON, JEANINE (1985): «Los sistemas de Género y el desarrollo de la Selva» in: Shupihui, 85, X: 35-36, Iquitos, 335-345, ARANGO, LUZ GABRIELA (1996): «La clase obrera tiene dos sexos. Avances de los estudios latinoamericanos sobre género y trabajo», Némadas n° 6 Departamento de Investigaciones Fundacién Universidad Central, Bogots. BARRIG, MARUIA et alter (1993): La Emergencia Social en el Pert, ADEC-ATC, Lima, Nov. 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