Los antecedentes del abakuasismo se hallan en las sociedades secretas que existieron
en la regin nigeriana del Calabar, y su organizacin y contenido tiene como base una
leyenda africana que narra la historia de la violacin de un secreto por una mujer: la
princesa Sikan encuentra al pez sagrado Tanze. Cuando este muere, los miembros de
la tribu buscan la manera de reproducir su bramido en el tambor sagrado Ekue, para lo
cual realizan varios intentos entre los que figuran el sacrificio de la princesa para
utilizar su piel como parche del tambor.
Las actividades de culto se realizan todas en templos, de los cuales existen 40 entre
las provincias de La Habana y Matanzas, distribuidos en los municipios de Guanabacoa
(14), Marianao (11), Regla (6), San Miguel del Padrn (4), Crdenas (4) y Matanzas
-ciudad- (1).
En todos los ritos se utilizan trazos o grafas llamados Ekeniyo, que constituyen un
sistema ideogrfico de seales para inmovilizar y fijar las representaciones de hechos
globales. Tales smbolos se trazan con yeso amarillo o blanco y comprenden tres
categoras: los Gandos, las Firmas o Anaforuanas y los Sellos.
Las Firmas o Anaforuanas representan a cada una de las jerarquas que integran la
estructura de los abaka y cumplen una funcin consagratoria cuando se trazan sobre
determinados elementos del ritual.
En las sociedades secretas masculinas Abaka solo son admitidos hombres. Al indagar
entre sus integrantes cual es el concepto de Hombre, expresaron:
"Hombre no es solo aquel que no es homosexual, sino el que refleja la mas pura
dignidad del ser humano como laborioso, fraterno, alegre, rebelde ante la injusticia,
cumplidor del cdigo moral establecido por los antepasados formadores del Abaka; es
aquel que es buen padre, buen hijo, buen hermano y buen amigo".
Al trazar las firmas los creyentes consideran que en ellas estn representados los
poderes sobrenaturales y que los mismo responden por la efectividad de la labor
realizada.
Cada una de ellas adquiere una funcin personal para cada iniciado, que la emplea
para identificarse ante su fundamento (nganga) y ante el resto de los creyentes. Por
otra parte, expresa la relacin con el espritu protector con el que ha realizado el
pacto.