Clodovaldo Hernndez
El mal del rentismo y sus vicios asociados sobrevivi como dicen que
pasara con las cucarachas ante un holocausto nuclear. En Revolucin se
produjo una nueva bonanza de precios petroleros y, sin muchas
diferencias con los aos 70, volvimos a chapotear en el famoso estircol
demonaco. En su afn de distribuir la riqueza, el gobierno socialista
import masivamente toda clase de cosas y otorg generosamente
divisas para compras a travs de Internet. El pas se llen de artefactos
tecnolgicos, prendas de vestir y calzar, perfumes, licores y toda clase
de bagatelas. Fue el triunfal, aunque breve, retorno del tabarato, dame
dos del Miami nuestro de los aos locos. Tambin se asignaron cuotas
para viajar al exterior, y entonces, trcala mediante, miles de
ciudadanos que ni siquiera haban pensado nunca en tener pasaporte,
se encontraron viajando regularmente con el propsito de raspar
(nunca mejor dicha esa palabra) sus cupos en el exterior y lucrarse ellos
mismos o engordar las cuentas bancarias los vivarachos de siempre, con
el comercio de dlares en el mercado negro.
Tal como ocurri en los tempranos 80, el precio del principal (nico, para
ser francos) producto de exportacin de Venezuela comenz a
derrumbarse en 2012 y entr en barrena hacia 2014 y 2015, acelerando
la ya grave situacin generada por los factores de la guerra no
convencional que se desarrolla contra Venezuela. Los efectos han sido
devastadores y, en medio de la crisis, resurgieron las tesis de la
necesidad de superar el modelo rentista y de crear uno nuevo, que no
dependa de los vaivenes del precio de un commodity, como el petrleo.
Las ideas para lograr esa independencia van desde la agricultura urbana
hasta planes faranicos y tambin rentistas, aunque no petroleros
como el Arco Minero del Orinoco.
Tal vez sea un tipo de poca fe, pero personalmente tengo serias dudas
de que ante una nueva inundacin de dlares (sean estos petroleros o
mineros) seamos capaces de, esta vez s, ponernos serios, sembrar el
petrleo, industrializar aguas abajo, convertirnos en una potencia
mediana o como quiera que se haya dicho antes en sonoros y
bienintencionados lemas. Mientras no cambiemos nuestra mentalidad y
nuestros valores, cada vez que veamos una vaca gorda, vamos a buscar
la excusa para comer parrilla.
clodoher@yahoo.com