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(1): 33–23, 2006 3
INTRODUCCIÓN
de osificación del cráneo de Sauria son compara con las secuencias de Tupi-
los de Leydig (1872), Parker (1880a), nambis rufescens, se remarcan los pro-
Gaupp (1900), De Beer (1930), entre los cesos de heterocronías entre ambas es-
más conocidos, tomado de Lions y Álva- pecies y se afronta por primera vez el
rez (1998). Más recientemente se han análisis de las secuencias de osificación
realizado estudios sobre los patrones de en representantes de la familia Teiidae,
desarrollo y la secuencia de osificación componente típica de la herpetofauna
del esqueleto (cráneo y poscráneo) en neotropical. Además se comparan los
representantes de tres grandes taxones resultados con especies pertenecientes a
de Reptilia: Testudines (Chelydra: Riep- otras familias de saurios (dos especies
pel, 1993a), Crocodylia (Alligator: Riep- de Lacerta, Rieppel, 1992b, 1994; y dos
pel, 1993b) y Squamata (Rieppel, 1992a, especies de Liolaemus, Lobo et al., 1995
b; 1993c; 1994; Good, 1995; Lobo et al., y Abdala et al., 1997) y se analizan los
1995; Abdala et al., 1997; Lions y Alva- procesos generales de osificación en
rez, 1998, entre otros). Los trabajos de otros escamados: Elgaria coerulea
Rieppel (1992, 1993b, 1994) son muy (Good, 1995), Tropidurus etheridgei (Lio-
importantes porque en ellos se propuso ns y Álvarez, 1998), Chamaeleo hoehne-
la existencia de “compartimentos” (equi- lii (Rieppel, 1993c), Sibynomorphus tur-
parable con los módulos de desarrollo, gidus (Scrocchi et al., 1998), cinco espe-
Schlosser y Wagner, 2004) en el proceso cies de tres géneros de crotálidos (Savi-
de osificación del esqueleto (cráneo, co- tzky, 1992), cinco especies de cuatro
lumna vertebral, cinturas, extremidades, géneros de colúbridos (Franklin, 1945),
carpo y tarso). Los tiempos relativos de con el objetivo de determinar patrones
osificación pueden variar entre los com- generales de osificación.
partimentos sin alterar la secuencia de
osificación dentro de un compartimento.
Los estudios comparativos entre es- MATERIAL Y MÉTODOS
pecies filogenéticamente cercanas permi-
ten comprender los fenómenos involu- Se estudiaron 13 embriones de Tupi-
crados en la formación del esqueleto y nambis merianae (FML 02316. Reserva
las variaciones que este presenta. Riep- Guaycolec, 25 Km. de Formosa. Formo-
pel (1994) comparó la secuencia de osifi- sa. 9/1/1989. A. Manzano y P. Blendin-
cación de dos especies pertenecientes a ger col. FML 02326. Reserva Guaycolec,
un mismo género, Lacerta agilis exigua 25 Km. de Formosa. Formosa. 19/1/
y Lacerta vivipara y describió patrones 1989. S. Chediack col. FML 16292-302.
de desarrollo como así también las va- Presidencia Roque Sáenz Peña. Sin da-
riaciones en los tiempos de osificación tos) y 11 de Tupinambis rufescens (FML
(por ejemplo, el gradiente es distinto en 02845, FML 02848-50, FML 16285-91.
la extremidad posterior y costillas, y el Finca San Javier. Casa principal. A 8
cráneo/cintura pectoral presentan osifica- Km. Al sur de Joaquín V. González.
ción más temprana en la primera de las Dpto. Anta Muerta. Salta. G. Perotti
especies). Haciendo el mismo análisis col. 15/11/1988).
pero en especies neotropicales, Lobo et Los huevos se tomaron de los nidos
al. (1995) y Abdala et al. (1997) compa- y se fijaron en formol al 10%. Luego
raron el desarrollo del esqueleto de Lio- fueron preparados usando la técnica de
laemus scapularis y Liolaemus quilmes tinción diferencial de cartílagos y de
y también detectaron cambios (hetero- huesos en pequeños esqueletos de ver-
cronías) en las secuencias de osificación. tebrados (Wassersug, 1976). Si bien la
En este trabajo se realiza la descrip- técnica no es la más exacta para deter-
ción de la secuencia de osificación del minar tiempos absolutos de comienzo de
esqueleto de Tupinambis merianae, se osificación (como técnicas histológicas),
Cuad. herpetol., 20 (1): 3 – 23, 2006 5
esta técnica es válida para la determi- de Billy (op. cit.) son evidentes: embrio-
nación de los tiempos relativos de osifi- nes de estadios 15-16 no presentan el
cación. También se tomaron las medi- tímpano bien desarrollado aún, carecen
das del tamaño promedio de cada em- de lepidosis y pigmentación dorsal (ca-
brión, midiendo su longitud-hocico-cloaca racterísticas del estadio 15-16 de la ta-
(LHC). bla de Billy), pero cuentan con las tres
Según Chani et al. (1993) el tamaño cuartas partes de los párpados cubrien-
promedio (LHC), de nacimiento de los do el ojo. En efecto, los embriones de
embriones de Tupinambis merianae va- los estadios 16-17 presentan escamación
ría de 56,5 mm a 59,1 mm, estas medi- dorsal (pero no en toda la superficie del
das son superadas por el embrión Nº 13 cuerpo, carácter del estadio 16) y el
de Tupinambis merianae (el de mayor párpado está completamente desarrolla-
LHC utilizado de en este trabajo, ver do (carácter del estadio 17). Algo simi-
Tabla 1), lo mismo ocurre con el em- lar ocurre si utilizamos la tabla de La-
brión Nº 11 de Tupinambis rufescens (de certa vivipara (Dufaure y Hubert, 1961).
mayor LHC, ver Tabla 2) que supera el La escamación del cuerpo y la cabeza
tamaño promedio de nacimiento que es es más tardía en Tupinambis en compa-
72,3 mm (Cruz, 1996). Esto nos permite ración con la morfología de manos y
inferir que los embriones de mayor pies que en Lacerta vivipara. Los em-
LHC utilizados en este trabajo estaban briones de Tupinambis (cualquier espe-
próximos a nacer. cie de este estudio) del estadio 15 de
Los estadios de desarrollo fueron de- Billy (1988) correspondientes a los esta-
terminados siguiendo la tabla de Cnemi- dios 36-37 de Dufaure y Hubert (1961);
dophorus uniparens (Billy, 1988). Algu- tienen menos diferenciados la escama-
nas observaciones sobre la utilización de ción del cuerpo y cabeza que en Lacerta
esta tabla merecen ser descriptas a con- (correspondiendo al estadio 36 de Dufau-
tinuación: la formación de los párpados re y Hubert, 1961) mientras que los de-
es más temprana en Tupinambis que en dos de manos y pies están bien separa-
Cnemidophorus uniparens. Caracteres dos unos de otros y tienen uñas (corres-
contradictorios entre estadios de la tabla pondiendo entonces al estadio 37 de
Dufaure y Hubert, 1961). Debido a esos
problemas detectados con la morfología
Tupinambis merianae
Tupinambis rufescens
Tabla 3. Secuencia de osificación de los elementos del cráneo de Tupinambis merianae. El núme-
ro de embriones está indicado por Nº. El color negro corresponde a los huesos de origen dérmico
y el gris a los elementos de origen condral.
nasal tiene mayor longitud que la den- gión posterior del techo de la boca, que
tal. En este mismo embrión (el Nº 3) se está dorsalmente en contacto con el
puede apreciar un diente en la parte epipterigoides y con el ectopterigoides
media de la región dental, aunque aún en su región lateral. Su rama posterior,
no contacta con el hueso subyacente. la más larga, está próxima al cuadrado
En el embrión Nº 8 se observa la apari- sin contactar con él. En el embrión Nº
ción de cuatro dientes en cada parte 2 contactan anteriormente con los pala-
dental (contactando con el hueso subya- tinos.
cente); el proceso nasal contacta con los Epipterigoides: en el embrión Nº 1,
nasales y el proceso dental con los presentan en la región media esbozos
maxilares. de osificación proceso ascendente del
Maxilar: en el embrión Nº 1 apare- palatocuadrado (Fig. 1A). En los embrio-
cen como una osificación laminar alar- nes de mayor tamaño (Nº 8 a 12) au-
gada y con fenestras (sobre todo en la menta el área de osificación presentán-
región facial). En el embrión Nº 2 apa- dose cartílago sólo en sus extremos. En
recen 5 dientes sin contactar con el el embrión Nº 13 el epipterigoides está
hueso, mientras que en el Nº 3 se ob- totalmente osificado.
servan 10 dientes, en este mismo em- Frontal: en el embrión Nº 1 se en-
brión se puede apreciar que el extremo cuentran presentes bordeando dorsal-
posterior del maxilar contacta con el mente las órbitas. Son angostos, lami-
yugal y la parte palatina con el ectopte- nares, alargados y están separados del
rigoides. La parte facial está desarrolla- parietal. En el embrión Nº 4 se presen-
da y en contacto con el prefrontal y el tan como elementos más compactos y
lacrimal. Se observan 12 dientes en el sus extremos anteriores se ubican muy
embrión Nº 4 (sin contactar con el hue- cercanos al nasal; lateralmente contac-
so adyacente), este número se mantiene tan con el prefrontal y el extremo pos-
en el embrión Nº 13. En los embriones terior con el parietal (Fig. 1B). En el
Nº 7 y Nº 8 los dientes contactan con el embrión Nº 5 se puede observar que los
maxilar y este se presenta como una frontales presentan puntos de contacto
estructura lisa, que ha perdido en gran entre sí en la línea media, que se hace
parte las fenestras, contactando en su más conspicuo en los embriones de ma-
borde anterodorsal con el nasal. yor LHC. En el embrión Nº 12 los fron-
Palatinos: en el embrión Nº 1 se tales contactan totalmente.
presentan como osificaciones tenues de Nasal: Aparece en el embrión Nº 2
formas triangulares, laminares y planos. como pequeñas osificaciones, no contac-
En el Nº 3 aumentó el tamaño como así tando con su opuesto ni con ningún
también las deposiciones de calcio. La otro elemento. En el embrión Nº 6 con-
región anterior contacta con su opuesto tactan en su extremo anterior con el
en la línea media y con el maxilar late- proceso nasal del premaxilar y lateral-
ralmente, mientras la posterior contacta mente con el maxilar. En los embriones
con el ectopterigoides y pterigoides. más desarrollados cubren la mayor par-
Vómer: Se presenta en el embrión te del techo de la región nasal del crá-
Nº 1, como osificaciones delgadas y neo, sin contactar con los frontales ni
triangulares. En el embrión Nº 3 está con los prefrontales.
mucho más definido, contactándose en Prefrontal: La osificación aparece en
la línea media y estableciendo contacto el embrión Nº 2, en el ángulo antero-
con los palatinos. dorsal de la órbita. En el embrión Nº 3
Pterigoides: son los elementos del contacta con el maxilar y con el frontal.
cráneo que presentan mayor osificación. Lacrimal: aparecen en el embrión Nº
En el embrión Nº 1, se presentan como 2 como osificaciones pequeñas. En el Nº
láminas delgadas y angostas en la re- 4 contactan, en su parte anterior-ven-
8 F. A R I A S & F. L OBO : Patrones de osificación en Tupinambis
Figura 1. Desarrollo y secuencias de osificación del cráneo de Tupinambis merianae, las osifica-
ciones se muestran en gris y los cartílago en blanco. A: Embrión Nº 1, comienza la osificación del
pterigoides y del cuadrado. B: Embrión Nº 4, se puede observar la aparición del lacrimal, postfron-
tal, postorbital y un aumento en la osificación del cuadrado. En el maxilar y dentario se observa
la aparición de dientes. C: Embrión Nº 13. La mandíbula inferior aparece muy fina debido a que
la vista no es totalmente lateral. Abreviaturas: ang: angular; ar: articular; c: coronoides; cM: car-
tílago de Meckel; cu: cuadrado; d: dental; ec: ectopterigoides; esc: escamosal; f: frontal; la: lacrimal;
m: maxilar; n: nasal; p: parietal; pf: postfrontal; pm: premaxilar; po: postorbital; prf: prefrontal; pt:
pterigoides; sang: surangular; st: supratemporal; yu: yugal. Las líneas corresponden a 3 mm.
Cuad. herpetol., 20 (1): 3 – 23, 2006 9
tral con el maxilar, dorsalmente con el lizados en el margen laterodorsal del crá-
prefrontal y posteriormente con el yu- neo. En el embrión Nº 2 contactan en su
gal (Fig. 1B). borde anterior con el frontal y en el pos-
Postfrontal: estos huesos aparecen terior con el supratemporal. En el em-
en el embrión Nº 2, detrás de la órbita, brión Nº 7 su borde laterodorsal contacta
sin contactar con otro elemento. En los con el escamosal, en este embrión co-
embriones más avanzados se observa mienzan a extenderse hacia la parte me-
que contactan dorsalmente con el fron- dial del techo del cráneo. En el embrión
tal y el postorbital. Nº 11 se observa que los parietales con-
Yugal: en el embrión Nº 1, son unas tactan entre sí en la región posterior,
osificaciones muy delgadas, alargadas y dicho contacto se extiende hacia la re-
curvadas, por debajo de las órbitas (Fig. gión media en el embrión Nº 13.
1A). En el embrión Nº 3 contactan am- Basiesfenoides: la osificación de este
pliamente con el maxilar, y el extremo elemento comienza en el embrión Nº 3
anterior con el lacrimal. En el Nº 4 con- en el que está osificado su borde ante-
tactan con los ectopterigoides y dorsal- rior y la base de los procesos basipteri-
mente con los postorbitales (Fig. 1B). goides, cuyos extremos distales perma-
Escamosal: aparecen en el embrión necen cartilaginosos. Se observan osifi-
Nº 1, como pequeños huesos, de menor caciones alrededor de la fenestra pituita-
tamaño que el supratemporal. En el Nº ria. En los embriones más avanzados
4 sus tamaños son mayores que el de aumenta considerablemente la extensión
los supratemporales, como en el adulto. de la osificación; sólo presenta cartílago
No contactan con otros elementos cra- en los extremos de los procesos basipte-
neales (Fig. 1B). En el Nº 6 se observa rigoides.
que establece contacto con el cuadrado. Proóticos: su osificación comienza en
Supratemporal: aparecen en el em- el embrión Nº 4 de forma uniforme en
brión Nº 1 como elemento muy delgado toda su superficie. En los embriones
dorsal al cuadrado y de mayor tamaño más desarrollados solo presenta cartíla-
que los escamosales (ver Fig. 1A). En el go en los bordes de contacto con los
Nº 2 se observa que en la región ante- elementos que lo rodean.
rior contactan con el borde posterior Basioccipital: el embrión Nº 1 mues-
del parietal (esto no se observa en la tra osificaciones en la placa basal, en la
Fig. 1C debido a la desarticulación del región posterior de la fenestra basicra-
cráneo en embrión Nº 13), formando neal. En los embriones más avanzados
parte del borde posteromedial de la fe- esta osificación avanza hacia la región
nestra supratemporal. En el embrión Nº anterior de la placa basal, hasta alcan-
6 se observa que su lado posterior con- zar al basiesfenoides. En el embrión Nº
tacta con el cuadrado y en el embrión 11 la fenestra basicraneal se va cu-
Nº 7 con el escamosal. briendo de hueso, quedando solo una
Postorbital: aparecen en el embrión delgada línea de fenestra que desapare-
Nº 2 como pequeños huesos de forma ce en el Nº 13.
triangular sin establecer contacto con Exoccipital: en el embrión Nº 3 se
otros elementos. En el Nº 3 contactan observan esbozos de osificación laterales
solo con el escamosal (en su borde pos- al foramen magnum. En los embriones
terior). En el Nº 4 establecen contacto más desarrollados puede observarse dos
con el postfrontal, en su borde anterio- forámenes yugulares que corresponden a
medial, el extremo anterior dorsal con la salida del nervio hipogloso y vena
el parietal y el anterior ventral con el yugular.
yugal (Fig. 1B). Supraoccipital: se lo observa en el
Parietal: se los observa en el embrión embrión Nº 3 con leves osificaciones
Nº 1, con forma alargada y delgada, loca- centrales. En el embrión de mayor LHC
10 F. A R I A S & F. L OBO : Patrones de osificación en Tupinambis
(Nº 13) está muy osificado, con una del- vértebras cervicales, 5 torácicas, 12 pos-
gada banda de cartílago en la zona de torácicas, 2 sacras y las vértebras cau-
contacto con los otros elementos. dales varían de 65 (en el embrión Nº 1)
Columela: se observa en el embrión hasta 70 (en el embrión Nº 13).
Nº 7 un inicio de osificación en su placa En el embrión Nº 1 se observa la
basal. En el embrión Nº 13 la osificación incipiente osificación endocondral de los
de la placa basal es mayor; el cartílago centros vertebrales. El atlas se encuen-
persiste solo en su extremo distal. tra abierto dorsalmente (en forma de U)
Cuadrado: en el embrión Nº 1 pre- mientras que desde el axis hasta la últi-
senta osificaciones en la región media, ma vértebra torácica los arcos neurales
sin contactar con otros elementos. Este se encuentran cerrados por una lámina
elemento se encuentra en posición obli- cartilaginosa (desde las vértebras posto-
cua con relación al plano horizontal del rácicas hacia atrás están abiertos). En
cráneo (Fig. 1A). En el Nº 3 y el Nº 4 vista lateral se distinguen las pre y
la osificación se extiende hacia los ex- poszigapófisis, totalmente cartilaginosas,
tremos y su posición es más perpendicu- en contacto entre ellas. Solo se observa
lar al plano horizontal del cráneo. En procesos transversos cartilaginosos en
los embriones más desarrollados (Nº 11, las vértebras sacras I y II; estos se en-
12 y 13) solo presenta cartílago en los cuentran ensanchados y fusionados en
extremos; el cóndilo mandibular contac- los extremos distales, sin presentar es-
ta con el articular y el cóndilo cefálico bozos de osificación. Las tres primeras
con el supratemporal. vértebras cervicales carecen de costillas
Mandíbula inferior: es una de las es- mientras que las 4ª, 5ª y 6ª vértebras
tructuras del cráneo que osifican más cervicales tienen las costillas póstero-la-
tempranamente. En el embrión Nº 1 teralmente aplanadas (totalmente carti-
todos sus componentes de origen dérmi- laginosas) en contacto con los centros
co muestran osificaciones (Fig. 1A). El vertebrales, con las siguientes longitu-
dentario es el hueso más largo y ocupa des relativas: 4ª < 5ª < 6ª. La sexta tie-
casi la mitad de la mandíbula, conser- ne la mitad de tamaño con relación a
vándose el cartílago de Meckel en su la 7ª y 8ª costillas cervicales; estas dos
parte media posterior. El coronoides, últimas costillas tienen osificaciones en
que es más pequeño, se encuentra en la región central, al igual que las costi-
contacto ventralmente con el surangu- llas torácicas (en el segmento vertebro-
lar. El dentario y surangular no se con- costal) y la primera postorácica.
tactan entre sí, mientras que el esple- El embrión Nº 2 muestra los centros
nial y el angular se hallan superpues- vertebrales con mayor reemplazo de
tos. En el embrión Nº 2 se observan 6 cartílago por hueso, aparecen osificacio-
dientes en el dentario (sin contactar), nes laterales en los arcos neurales del
este número se incrementa a 16 en el atlas, axis y en los de la 3ª vértebra
embrión Nº 4, que permanece constante cervical en un gradiente antero-poste-
en todo el desarrollo embrionario. En rior. También desde la 3ª vértebra cau-
este mismo embrión (Nº 4) se observa dal hasta la 8ª se puede apreciar la apa-
un centro de osificación del articular en rición de los chevrones, que articulan en
la región central (Fig. 1B), que aumen- la región ventral del centro vertebral.
ta progresivamente con los embriones En el embrión Nº 3 parecen nuevas
de mayor LHC completándose en el osificaciones en la región lateral en los
embrión Nº 7. arcos neurales de las vértebras, inde-
pendiente de la osificación de los cuer-
Esqueleto poscraneal.— pos vertebrales, desde el atlas hasta la
Esqueleto axial: A lo largo de la co- 3ª vértebra caudal. Los primeros cinco
lumna vertebral se pueden distinguir 8 chevrones muestran osificaciones inde-
Cuad. herpetol., 20 (1): 3 – 23, 2006 11
sólo en las vértebras postorácicas, nal; de esta manera hay tres costillas
mientras que el resto siguen cartilagino- unidas a cada placa del esternón y dos
sas en la línea media. en la región xifiesternal, condición con-
En el embrión Nº 13 el centro verte- servada en el estado adulto. En Nº 4
bral del atlas no se ha osificado total- solo se observa una sola fenestra en la
mente. El axis presentan una placa car- línea media (Fig. 2B), además puede
tilaginosa que mantiene unidos los arcos apreciarse que el esternón ha incremen-
neurales; esta placa se hace cada vez tado su tamaño con relación a la placa
más pequeña hacia la región posterior coraco-epicoracoidea.
hasta desaparecer en las vértebras pos- En el embrión Nº 8 las fenestras de
torácicas (totalmente osificadas en la la línea media del esternón desaparecen
región dorsal) y reaparecer en las vér- (Fig. 2C). El resto de los embriones no
tebras sacras, haciéndose más conspicua muestra grandes diferencias.
hacia el extremo de la cola. En vista
lateral se observa que las pre y poszi- Esqueleto apendicular.— La Tabla 4
gapófisis solo tienen cartílagos en sus muestra un resumen de la secuencia de
bordes articulares. En las vértebras cau- osificación de los elementos que forman
dales existe un marcado gradiente de la cintura pectoral y pélvica. A conti-
osificación antero-posterior de todos los nuación se describe el desarrollo de las
elementos vertebrales (centros, arcos mismas.
neurales, procesos transversos y los Cintura pectoral: en el embrión Nº 1
chevrones). A partir de la 13ª vértebra los primeros elementos de la cintura
caudal se puede identificar planos de pectoral con signos de osificación son:
fractura o autotomía que se extienden la clavícula (completamente osificada),
hasta las últimas vértebras, dicha auto- la interclavícula (parcialmente osificada)
tomía es perpendicular al eje axial de la y la escápula con osificación en la parte
vértebra atravesando en el centro al media.
proceso transverso. En el embrión Nº 2 la interclavícula
Esternón: En el embrión Nº 1 el es- se ha osificado totalmente, la escápula
ternón se presenta como dos placas se- aumenta el grado de osificación y el co-
paradas, a cada una se le unen tres cos- racoides permanece cartilaginoso. En el
tillas en la región anterior y una cuarta Nº 3 muestra esbozos de osificaciones en
en la región xifiesternal, en Nº 2 es el centro que se extienden hasta el pro-
una estructura impar debido a la fusión coracoides (Fig. 2A) y la región anterior
de las placas. de la interclavícula se encuentra fusiona-
En el embrión Nº 3 se puede obser- da a la región interna de la clavícula. En
var dos fenestras del mismo tamaño en embrión Nº 4 la clavícula articula con el
la región media (Fig. 2A) y la unión de proceso acromial de la supraescápula; a
una nueva costilla en la región xifiester- su vez esta se encuentra cubriendo la 7ª
Nº 1 + + + 0 0 0 0
Nº 2 + + + 0 + 0 0
Nº 3 + + + + + + 0
Nº 4 + + + + + + +
Nº 5 + + + + + + +
Carpo Tarso
Distales
Embriones Ulnar Radial Pisiforme carpales Calcáneo Astrágalo dt4 dt3
Nº 8 0 0 0 0 0 + 0 0
Nº 9 0 0 0 0 0 + + 0
Nº 10 0 0 0 0 0 + + +
Nº 11 0 0 0 0 0 + + +
Nº 12 0 0 0 0 0 + + +
Nº 13 0 0 0 0 + + + +
Tabla 5. Comparación entre la secuencia de osificación de los elementos del basipodio de las
extremidades anteriores y posteriores de Tupinambis merianae. El signo + indica comienzo de
osificación y el 0 ausencia de osificación.
Cuad. herpetol., 20 (1): 3 – 23, 2006 15
estos cuatro huesos condrales es la si- antes que la del frontal. En Lacerta agi-
guiente: cuadrado-epipterigoides > ba- lis exigua (Rieppel, 1994) ocurre la se-
sioccipital > exoccipital. cuencia inversa (frontal antes que parie-
3) Los huesos dérmicos más tardíos tal). En todas las especies, el nasal apa-
(muchas veces posteriores a la aparición rece después de estos dos huesos excep-
de los primeros esbozos de osificación to en Ophidia (Franklin, 1945; Haluska
de los elementos condrales) comunes a y Alberch, 1983; Savitzky, 1992; y Scro-
casi todas las especies son: cchi et al., 1998) donde este elemento
a) lacrimal que fue observado en es uno de los primeros. Para ambas es-
ambas especies de Tupinambis, Lacerta pecies de Tupinambis se produce la si-
(Rieppel, 1992b, 1994), Liolaemus (Lobo guiente secuencia: frontal-parietal > na-
et al., 1995 y Abdala et al., 1997), Elga- sal. El techo del cráneo al momento del
ria coerulea (Good, 1995) y Tropidurus nacimiento en Tupinambis se cierra con
etheridgei (Lions y Álvarez, 1998). Este la fusión de frontales y parietales, estos
elemento no está presente en Dibami- últimos unidos en la línea media poste-
dae, Gekkota, Xantusiidae, Ophidia, rior quedando una fenestra parietal
Amphisbaenia, y linajes dentro de Lacer- muy grande de forma similar a lo indi-
tidae, Scincidae e Iguania (Estes et al., cado por Maisano (2001, Fig. 2E) para
1988). Dipsosaurus dorsalis.
b) nasal se observó en ambas espe- 5) De los huesos dérmicos del pala-
cies de Tupinambis, Lacerta (Rieppel, dar (vómer, palatino, pterigoides y
1992b, 1994), Liolaemus (Lobo et al., ectopterigoides), en las especies de La-
1995 y Abdala et al., 1997), Elgaria certa (Rieppel, 1992b; 1994), Chamaeleo
coerulea (Good, 1995), Tropidurus ethe- hoehnelii (Rieppel, 1993c), y Elgaria
ridgei (Lions y Álvarez, 1998), Chamae- coerulea (Good, 1995) el ectopterigoides
leo hoehnelii (Rieppel, 1993c) y Amphis- es el último en comenzar a osificarse,
baena darwini heterozonata (Montero et mientras que en T. rufescens y L. sca-
al., 1999). pularis (Lobo et al., 1995) es el vómer.
c) posfrontal observado en Tupi- En todos los casos, el palatino y el pte-
nambis, Lacerta (Rieppel, 1992b, 1994), rigoides son los primeros en osificarse.
Liolaemus (Lobo et al., 1995 y Abdala En el embrión Nº 1 de T. merianae ya
et al., 1997) y Tropidurus etheridgei se encuentran osificados todos los ele-
(Lions y Álvarez, 1998). El postfrontal mentos del paladar. El ectopterigoides,
es por lo general el elemento más tar- que es el último en comenzar a osificar-
dío en osificarse. Este elemento se pier- se en la mayoría de las especies, está
de en algunas especies de Phymaturus reducido o se pierde en Chamaeleonidae,
(Lobo y Quinteros, 2005). Ophidia, Dibamus y algunos grupos den-
d) postorbital en ambas especies de tro de Iguania (Estes et al., 1988).
Tupinambis, Lacerta (Rieppel, 1992b; 6) De los elementos que forman el
1994) y Tropidurus etheridgei (Lions y arco temporal superior, en Lacerta vivi-
Álvarez, 1998). Este elemento se pierde para (Rieppel, 1992b, 1994) el último
en Heloderma, Lanthanotus, Gekkota y que aparece es el postorbitofrontal (pre-
linajes dentro de Scincidae y Amphis- sente solo en esta especie). En Tropi-
baenia (Estes et al., 1988). durus etheridgei (Lions y Álvarez, 1998),
4) El techo dérmico del cráneo co- ambas especies de Tupinambis, L. sca-
mienza a osificarse a través de frontal y pularis (Lobo et al., 1995) y L. quilmes
parietal de forma sincrónica, en la ma- (Abdala et al., 1997), el postfrontal y
yoría de los casos, la excepción es en postorbital, comienzan su osificación
Elgaria coerulea (Good, 1995) y Tropi- después del escamosal y supratemporal,
durus etheridgei (Lions y Álvarez, 1998) mientras que en Elgaria coerulea (Good,
donde la osificación del parietal aparece 1995) se produce lo inverso.
Cuad. herpetol., 20 (1): 3 – 23, 2006 19
certa vivipara vs. L. agilis exigua y Lio- tipo de análisis se debiera realizar to-
laemus scapularis vs. L. quilmes). Se mándose algunos recaudos. Maisano
observó que las principales diferencias (2002) analiza los eventos de osificación
entre especies de un mismo género se utilizando comparaciones de a pares en-
producen en los elementos del cráneo y tre todos los elementos del poscráneo
del autopodio (carpo/tarso). No hay hete- (además de cuadrado y retroarticular)
rocronías de alguna unidad morfológica- como si se tratara de caracteres inde-
funcional completa (huesos de paladar, pendientes (invocando las argumentacio-
arco temporal superior, etc.), sino que nes de Kluge, 1967) cuando resulta poco
solo se registraron heterocronías en confidente que ello sea lo que ocurre en
huesos aislados. la realidad. Por ejemplo los elementos
Los resultados obtenidos en este de la región temporal del cráneo y man-
estudio sugieren que las variaciones díbula tienen un desarrollo en común e
mencionadas anteriormente no juegan íntima con el desarrollo de la musculatu-
un papel importante en la morfología ra asociada, probablemente más relacio-
final, debido a que hacia el final del de- nados entre sí que con los del techo del
sarrollo embrionario la arquitectura del cráneo (Hanken y Hall, 1993), lo mismo
esqueleto en ambas especies presenta podría ocurrir con distintos elementos del
características similares. esqueleto poscraneal.
Dentro de un linaje tan amplio como
Squamata, comparando con la informa-
ción disponible en la literatura, se pudo A G R A D EC I M I EN T O S
detectar patrones de osificación comu-
nes a los distintos grupos de escamados: A M. Fabrezi, G. Scrocchi, G. García
1) la osificación de los elementos del y G. Monasterio por la lectura crítica e
dermatocráneo precede a los del esplac- importantes sugerencias sobre primeras
no y neurocráneo; 2) los primeros ele- versiones del trabajo. Este trabajo reci-
mentos dermales del cráneo en osificar- bió ayuda de un subsidio de la Agencia
se son los que forman la mandíbula in- Nacional de Promoción Científica y Tec-
ferior y el paladar (especialmente los nológica (PICT Nº01-12418) de M. Fa-
palatinos y los pterigoides); 3) los ele- brezi. A E. Lavilla y S. Kretzschmar por
mentos del dermatocráneo más tardíos facilitarnos el material utilizado en este
en osificarse son los del arco temporal estudio depositado en la colección de la
superior (lacrimal, postorbital, postfron- Fundación Miguel Lillo.
tal), estos son los huesos que están per-
didos en distintos grupos, como se deta-
lló más arriba; 4) de los elementos con- LITERATURA CITADA
drales, tanto del esplacnocráneo como
del neurocráneo, el cuadrado y el pteri- A BDALA, F.; F. LOBO & G. SCROCCHI .
goides son los primeros en mostrar osi- 1997. Patterns of ossification in
ficaciones; 5) con respecto al esqueleto the skeleton of Liolaemus quilmes
postcraneal, la osificación de la columna (Iguania: Tropiduridae). Amphibia-
vertebral sigue un gradiente anterior- Reptilia 18: 75-83.
posterior y 6) los elementos tarsales BARBERENA, M. C.; N. M. B. GOMES &
muestran centros de osificación antes L. M. P. SANCHOTENE. 1970. Os-
que los carpales. teologia craniana de Tupinambis
Sin lugar a dudas que el estudio del teguixin (Lacertilia, Teiidae). Pu-
desarrollo del esqueleto puede brindar blicação Especial Escola de Geolo-
información valiosa para el estudio de gia (21): 1-32.
las relaciones filogenéticas entre los dis- BILLY, A. 1988. Observations on the em-
tintos linajes de Squamata, aunque este briology of the unisexual lizard Cne-
22 F. A R I A S & F. L OBO : Patrones de osificación en Tupinambis
R e c i b i d o : 1 1 / 1 0 / 0 5 — A c e p t a d o : 2 9 / 0 6 / 0 6
E d . a s o c . : M a r i s s a F a b r e z i