Bajo mi punto de vista, la consultora es como Espaa, pues se trata de un sector que a su
manera se ha reformado y parcialmente ha capeado la crisis, pero que no ha emprendido
aquellas reformas estructurales necesarias que garantizaran su xito en el futuro. Se han
puesto muchos parches, pero todava quedan algunos retos por delante. Principalmente uno. A
continuacin analizo est situacin con ms detalle.
Pero, sea una consultora grande o pequea, no siempre se puede despedir a todo el mundo. El
principal activo de muchas consultoras es su capital humano, por lo que se tena que aguantar y
preservar este activo. Fue entonces cuando muchas empezaron a adaptarse y se produjo un
cambio importante. Se sigui el ejemplo de Laporta a su llegada al Bara y se ofreci
una modalidad de pago que iba ligada a los resultados. Fue un cambio importante,
pues adems rompa con uno de los clichs de la consultora, y es que a menudo se la ha
acusado de vender power points o procesos intiles y de no preocuparse por el resultado de lo
propuesto.
Este ltimo cambio ha sido muy importante y supone un hito en la historia de la consultora. La
balanza del poder se vuelve a inclinar del lado de los clientes, algo que nunca debera haber
sido de otro modo, y los clientes pueden exigir ms compromiso.
Si bien es cierto que no siempre es posible variabilizar totalmente el pago, como por ejemplo en
el caso de la consultora estratgica, ahora por lo menos se ha generado un cambio de
mentalidad. Por un lado, la consultora tiene que preocuparse por el xito del proyecto, lo que
implica personalizar ms, adems de implicarse en el post-proyecto. Ya no slo es vender
y desaparecer. Por otro lado, el cliente tambin tiene que implicarse ms y garantizar que lo
pondr todo por su parte para intentar que el trabajo de la consultora sea un xito. Este hecho
seguramente ha provocado que muchos clientes se lo piensen dos veces antes de comprar.
Ahora saben que deben garantizar la implantacin, de lo contrario la otra parte no podra
variabilizar.
En definitiva, esta situacin ha provocado que consultoras y empresas vayan a una y formen
un equipo real de trabajo, algo que, por increble que parezca, muchas veces no pasaba. Y
seguramente que de vez en cuando era culpa del cliente.