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Una vez ms, de dnde nace la fuerza para afrontar el martirio? De la profunda e
ntima unin con Cristo, porque el martirio y la vocacin al martirio no son el resultado
de un esfuerzo humano, sino la respuesta a una iniciativa y a una llamada de Dios, son
un don de Su gracia, que hace capaces de ofrecer la propia vida por amor a Cristo y a la
Iglesia, y as al mundo. Si leemos las vidas de los mrtires, quedamos estupefactos por
la serenidad y el coraje al afrontar el sufrimiento y la muerte: el poder de Dios se
manifiesta plenamente en la debilidad, en la pobreza de quien se confa a l y pone slo
en l la propia esperanza (cf 2Cor 12,9). Pero es importante destacar que la gracia de
Dios no suprime o sofoca la libertad de quien afronta el martirio, sino que al contrario la
mejora y la exalta: el mrtir es una persona sumamente libre, libre frente al poder, al
mundo; una persona libre, que en un nico acto definitivo da a Dios toda su vida, y en
un supremo acto de fe, de esperanza y de caridad, se abandona en las manos de su
Creador y Redentor; sacrifica su propia vida para ser asociado totalmente al Sacrificio
de Cristo en la Cruz. En una palabra, el martirio es un gran acto de amor en respuesta al
inmenso amor de Dios.
Saludo a los peregrinos de lengua espaola. En particular a los grupos de fieles venidos
de Espaa, Mxico y otros Pases Latinoamericanos. Queridos hermanos: Dios nos
llama a todos a la santidad. Nos llama a seguir ms de cerca de Cristo, esforzndonos en
transformar este mundo con la fuerza del amor a Dios y a los hermanos. Fijndonos en
el ejemplo de los santos y los mrtires, pidamos al Seor que inflame nuestros
corazones, para que seamos capaces de amar como l nos ha amado. Que Dios os
bendiga.